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Atención, ninguno de estos artículos pertenece al responsable del maquetaje del libro electrónico,
toso los artículos existentes pertenecen ala web; www.mnemotecnia.es
Sistemas de memoria
Artículo original publicado en "El arte de la memoria" y reproducido con permiso del autor.
(Sistemas de memoria. Para qué, Sistemas de memoria. Aplicaciones)
Para qué.
Antes de tomar el primer contacto con los Sistemas de Memoria, yo memorizaba todo sin orden ni
concierto. Utilizaba la repetición del concepto a memorizar como estrategia fundamental y hacía
uso de la nemotecnia en muy contadas ocasiones. Estaba convencido de que me encontraba muy
limitado a la hora de memorizar materia nueva. Que no era capaz de memorizar y recuperar grandes
cantidades de información. Los Sistemas de Memoria fueron el gran hallazgo para mí. Se trata de
conjuntos de reglas o directrices para memorizar y dar orden o estructura a la información en la
memoria. Facilitan enormemente no sólo el almacenamiento sino además, la recuperación de los
datos. No importa el tamaño ni qué tipo de información. Desde lo más abstracto a lo más específico.
Son válidos en todos los casos por sí mismos o en combinación con otros. Algunas fuentes citan al
poeta griego Simónides de Ceos (siglo 6 A.C.) como el fundador del Arte de la Memoria. De forma
que, al menos por aquel entonces ya se utilizaban Sistemas de Memoria para cosas como los
discursos en política y la recitación de poemas, por ejemplo.
Te preguntarás el porqué de la necesidad de utilizar estos sistemas si hasta ahora te va bien con tu
forma de memorizar. Entonces yo te diré que adelante, que no tienes por qué cambiar. Si te
funciona, sigue con ello. Si, por el contrario, no estás cómodo con el rendimiento o simplemente
sientes curiosidad por ver cómo se puede estudiar de forma más eficiente y además divertida,
entonces los Sistemas de Memoria van a ser una gran ayuda para ti.
La estructura que le darás a la información en tu mente te hará la vida mucho más fácil.
Escenario número 1: Imagina que tienes la habitación llena de libros y apuntes y estás buscando la
fecha en la que un determinado suceso tiene lugar. Sabes que el dato está ahí. Bien en un libro bien
en una hoja de apuntes. Pero no recuerdas dónde. Para “facilitar” las cosas, no hay ningún orden en
tu habitación. La forma de colocar las cosas ha sido aleatoria y te encuentras con pilas de libros y
apuntes mezclados entre sí sin criterio alguno. Todavía podemos poner las cosas peor. Debido a la
forma de colocar los libros, no puedes ver los lomos de todos ellos por lo que muchos títulos no
están a la vista. Sigamos: Los apuntes no están archivados en carpetas sino apilados sin separadores
que los clasifiquen por fechas ni materias. ¿Qué ocurre entonces? Puede que tengas una suerte
tremenda y en la primera hoja de apuntes que cojas, ahí tengas el dato. Si es así, te aconsejo que
pares lo que estás haciendo y te bajes inmediatamente a comprar un billete de lotería, rifa, concurso
o lo primero que tengas a mano pero que de ganar, te hagas millonario. Porque, si has encontrado el
dato al primer intento en esa maraña inmanejable de información, la suerte está de tu lado. ¡No
rompas la racha! Pero, si las reglas de la probabilidad se cumplen y tardas un tiempo medio en
encontrar el dato ansiado, seguramente habrás tenido que revisar la mitad de todos los libros y
apuntes que tengas en la habitación. Por lo cual, incluso si la habitación es pequeña y los libros y
apuntes estaban por todas las estanterías, el suelo y encima de la mesa, pues seguramente una
cantidad excesiva de tiempo. Éso, poniéndolo de forma cortés.
Escenario número 2: Ahora imagina lo que sería tener la habitación pulcra, con los lomos de los
libros mirando hacia ti. Colocados en orden alfabético y por materias. Lo mismo con los apuntes,
ordenados por materia, fecha y clasificados con separadores, en carpetas claramente identificadas
con etiquetas, de distintos colores y, encima, ¡la habitación recogida! Nada por en medio. ¡Limpia,
sin polvo y todo en su sitio! Vamos, el orgullo de cualquier madre o padre. Es posible que no llegues
a encontrar el dato a la primera. Pero seguro que el tiempo medio probabilístico de encontrarlo va a
ser dramáticamente inferior al de la habitación del Escenario número 1. Encima, te sientes bien. Sin
frustración. Dominas la situación. Necesitabas encontrar esa pieza de información, pues bien, la has
encontrado en tiempo récord. Porque todo estaba en su sitio y ordenado de forma lógica. La que tú
has decidido porque te viene mejor y te gusta más.
El Escenario número 2 es aquel en el que te mueves cuando utilizas Sistemas de Memoria para
preparar tus exámenes. Ahí es donde llevas a cabo tus mejores actuaciones. Si además, el repaso es
el adecuado, tendrás la información accesible para recordarla siempre. El número 1 sirve en muchas
ocasiones. Pero no en todas, porque algunas veces te ocurrirá que simplemente desistas y digas: “ya
lo encontraré” o “bueno, no es tan importante” o “da igual” o “seré zoquete, esto tiene que cambiar,
pero ahora no puedo perder más tiempo en esto y me quedaré sin averiguarlo” y cosas por el estilo.
También puede que digas: “pues tampoco pasa nada porque le pregunto al profesor mañana y ya
está”. Eso está bien en algunos casos, pero no ayudará tanto en los días anteriores al examen cuando
el profesor ya no esté disponible para responder a tus dudas o cuando no haya profesor porque
estudies el temario por tu cuenta, por ejemplo.
Sabiendo ahora lo que los Sistemas de Memoria, usados desde tiempos de los Griegos y los
Romanos para almacenar la información de forma estructurada y facilitar su recuperación
rápidamente, pueden hacer por ti, ¿por qué no usarlos? Muchos de ellos los explicaré en mayor o
menor profundidad en posteriores artículos para que puedas elegir los que mejor se ajustan a tus
gustos y necesidades.
Aplicaciones.
Vamos a ver qué uso le puedes dar a los Sistemas de Memoria. En un principio puedes pensar que
sólo para la retención de datos de exámenes. Aunque una vez empiezas a usarlos, ves que te pueden
ayudar en muchos otros aspectos.
¿Algunas veces te ocurre que quieres quedarte con un número de teléfono y no tienes donde
apuntarlo?, ¿te ocurre lo mismo con las direcciones de correo electrónico? ¿y las de correo
ordinario? Puede que te pase lo mismo con simples cifras de números. Por ejemplo, imagínate que
estás en una conversación en la que se habla acerca del número Pi e intentas decir el mayor número
de cifras decimales que recuerdas de dicho número. El uso de los Sistemas de Memoria te permite
memorizar fácilmente la serie: 3'14159265358979323846… ó 11'00100100001111110110… ó
3'243F6A8885A308D31319… (decimal, binario o hexadecimal respectivamente). Con las fechas
ocurre lo mismo: enlace de la ocurrencia de un suceso al nombre de una persona (12 de Octubre de
1492, Cristóbal Colón llega a América), intervalos de tiempo (Sócrates vive desde el año 469 a. C
hasta el 399 a. C) o conjuntos de fechas son algunos ejemplos de lo que se puede memorizar.
Se les puede dar otros usos tan dispares como la memorización de chistes, respuestas a juegos de
mesa como Trivial Pursuit o deportes (Bob Beamon logra la segunda mejor marca de todos los
tiempos con sus 8′90 metros en la prueba de salto de longitud en las Olimpiadas de Méjico 68).
¿Qué hay de los nombres de la gente que te presentan? ¿te acuerdas siempre de todos ellos?
¿Alguna vez necesitas realizar un discurso o una presentación y no te acuerdas del contenido de la
siguiente diapositiva o, peor aún, no puedes utilizar diapositivas y te limitas a leer literalmente el
contenido de unas hojas porque no has creído ser capaz de memorizarlo antes? Aquí he de advertir
que el empleo de Sistemas de Memoria en sí puede ser de gran ayuda aunque también el uso de
mapas conceptuales/mentales, diagramas y demás apoyos gráficos pueden constituir todo lo que
necesitas en la mayoría de los casos.
Continuemos: vocabulario nuevo, idiomas, matrículas de coche, listas de la compra, sueños…
¿has oído hablar de los sueños lúcidos y sus beneficios? (más adelante escribiré sobre ellos). Tú
pondrás el límite a lo que quieras memorizar.
Arriba podemos ver en cursiva algunas de las numerosas utilidades que les podemos dar a los
Sistemas de Memoria. Como quizá te hayas dado cuenta ya, técnicas para ser bueno en Trivual
Pursuit, deportes, chistes, realizando presentaciones y manejando fechas, se pueden aplicar y de
hecho se aplican con gran éxito a la preparación de pruebas escritas y habladas en todo tipo de
exámenes. El secreto está en saber utilizarlas por separado y en conjunto.
Aprender idiomas
NOTA: Este artículo está pensado para quienes ya conocen y están familiarizados con los métodos
mnemotécnicos. Si no es tu caso, pero tienes interés en el tema, te recomiendo primero la lectura
del libro "Breve manual de mnemotecnia" que encontrarás en la sección de [Archivos].
Allá por 1975, Richard Atkinson popularizó, como ayuda en el aprendizaje de idiomas, un método
para adquirir vocabulario de lenguas extranjeras basado en principios mnemotécnicos. La técnica de
la palabra clave, nombre con el que se conoce, consistía en lo siguiente:
Supongamos que quiero aprender una nueva palabra en inglés, por ejemplo address, que significa
dirección o domicilio donde uno reside. El proceso a seguir es el siguiente:
Reconstrucción
El primer paso consiste en buscar una palabra palabra clave que al pronunciarla suene muy
parecido al término que quiero aprender. En este caso, pensando un poco se me ocurre el nombre de
un vecino mío llamado Andrés. Así pues, Andrés será la palabra clave para address.
Relación
Ahora, empleando los principios mnemotécnicos que ya conocemos, imaginaré una escena que
vincule la palabra clave (Andrés) con el significado del término que quiero aprender (dirección).
Así, puedo imaginar como a mi vecino Andrés le han hecho un homenaje y el alcalde ha dado su
nombre a la calle, por lo que ahora, cuando escribo mi dirección tengo que poner: calle Andrés…
además han tomado mal mi dirección y cuando me escriben, las cartas llegan a la dirección de mi
vecino Andrés.
Recuperación
Cuando alguien pronuncie la palabra address saber su significado será fácil. ¿Cuál era su palabra
clave? Es sencillo, pues su sonido era muy parecido: Andrés. ¿Y qué imagen tengo asociada con
Andrés? El alcalde dando el nuevo nombre a la calle, mis cartas que llegan a la dirección de mi
vecino… pues está claro: address significa dirección.
Este proceso se conoce como 3R. Al principio es necesario seguir la técnica paso a paso, pero con
el uso el recuerdo se vuelve automático y llega un punto en que no necesitamos recurrir a la palabra
clave ni rememorar la escena imaginada: sencillamente, ya forma parte de nuestro vocabulario
habitual.
Es como aprender a conducir: al principio nos faltan sentidos para controlar los pedales, el volante,
el cambio de marchas… pero con la práctica asimilamos los conceptos y terminamos llevamos el
coche de forma instintiva, sin necesidad de ser conciente de cada movimiento.
Lo importante es, primero, crear una buena palabra clave…
Address > Andrés (vinculo sonoro)
…y después realizar una asociación entre la palabra clave y el significado del término extranjero,
mediante el mecanismo que ya conocemos de imaginar una escena llamativa.
Andrés > dirección (vinculo visual)
El resultado es una forma eficaz y entretenida de adquirir vocabulario extranjero.
Address > Andrés > dirección
Sobre la eficacia del método, algunos estudios han constatado como el ritmo de aprendizaje es más
elevado, se aprende antes, y el recuerdo del material aprendido es mucho más duradero, casi el
doble que con el clásico método de “hincar codos” (Atkinson y Raugh, “An application of the
mnemonic keyword method to the acquisition of a rusian vocabulary”, 1975). Además, personas con
dificultad para el aprendizaje mejoran su rendimiento y aprenden con más facilidad (Griffith, “An
evaluation of the keyword technique for the acquisition of korean vocabulary by military
personnel”, 1981)
Para formar buenas palabras clave, Atkinson da tres recomendaciones:
a) La palabra clave tiene que sonar lo más parecido posible a la palabra extranjera. Al menos
deberían coincidir, como mínimo, con la pronunciación de la primera sílaba.
b) La palabra clave tiene que significar algo concreto con lo que sea fácil componer una imagen. Por
ejemplo, es más sencillo formar una imagen con la palabra mesa que no con justicia, que es un
término más abstracto.
c) Para evitar confusiones, la palabra clave no debería significar lo mismo que alguno de los
términos extranjeros que estamos aprendiendo.
El éxito del método ha dado pié a su uso, no solo en la adquisición de vocabulario extranjero,
también para aprender los países y sus capitales, nombres de personajes históricos, términos
científicos como la clasificación de los minerales, vocabulario médico, etc. basándose siempre en el
principio de la palabra sustituta o palabra clave.
NOTA: Aunque este sistema esté retomando cierto auge en nuestros días, su uso es antiguo. Por
ejemplo, en España, Pedro Mata en su libro "Mnemotecnia" de 1845 dedica tres capítulos a esta
técnia que, descriptivamente, titula "de la analogía fónica" o "voces análogas".
Mapas mentales
Aunque los mapas mentales no forman parte de la mnemotecnia, cada vez es más común encontrar
este concepto relacionado con la memorización. Y es que, efectivamente, no constituyen un método
mnemotécnico, pero son muy útiles para este propósito.
Así pues, vamos a ver qué son los mapas mentales, qué ventajas presentan y cómo podemos aplicar
el método "loci" para memorizarlos.
NOTA: Este artículo está pensado para quienes ya conocen y están familiarizados con los métodos
mnemotécnicos. Si no es tu caso, pero tienes interés en el tema, te recomiendo primero la lectura
del libro "Breve manual de mnemotecnia" que encontrarás en la sección de [Archivos].
Qué es un mapa mental
Los mapas mentales responden a un modo de organizar la información presentándola visualmente
en forma de diagrama radial. Su aspecto es muy característico, ya que desde un punto central (título
del tema) parten una serie de ramas (módulos) que a su vez se van dividiendo en ramas más finas
(apartados) hasta alcanzar todos los datos o conceptos que se quieren considerar.
En palabras del propio inventor del sistema, Tony Buzan, “un mapa mental es un método de análisis
que permite organizar con facilidad los pensamientos y utilizar al máximo las capacidades
mentales”.
Es decir, permite organizar y presentar claramente nuestras ideas o la información que tenemos a
nuestro alcance de forma que una actividad, como la memorización, pueda desarrollarse más
fácilmente.
Antecedentes
Habitualmente la información se presenta de forma lineal. Si tuvieras que contarle a un amigo el
argumento de una película, empezarías a narrar una sucesión de hechos, uno tras otro, de forma
consecutiva. Si en lugar de hablarle escribieras una carta, sencillamente trasladarías al papel las
mismas palabras que no tienes ocasión de pronunciar, de forma que el texto escrito el eco de tu
voz transmite la información de forma continua, como si estuvieras hablando.
Pero la cuestión es que el texto escrito de forma lineal, como este mismo que estás leyendo ahora,
no es la mejor forma de presentar una información que deba ser asimilada.
Parece ser que los antiguos griegos ya se dieron cuenta de este hecho, y suele citarse a Porfirio
(filósofo neoplatónico griego) como a uno de los primeros en establecer clasificaciones y presentar
la información en apartados ordenados
Pero a lo largo de la historia muchos autores ilustrarán sus textos con diversos esquemas y figuras
gráficas. El propio Tony Buzán cuenta como una de sus fuentes de inspiración en el desarrollo de
los mapas mentales fue Leonardo Da Vinci, en cuyos manuscritos pueden verse páginas llenas de
dibujos, líneas y códigos. He aquí unos ejemplos que como presentar los datos.
1. En la forma tradicional de texto:
Existen 12 signos zodiacales, ordenados en cuatro apartados relacionados cada uno de
ellos con uno de los cuatro elementos clásicos, a saber: fuego, tierra, aire y agua. Al
fuego le corresponden los signos de Aries, Leo y Sagitario. Asociados a la tierra están
los signos de Tauro, Virgo y Capricornio. Al aire corresponden los signos de Géminis,
Libra y Acuario. Por último, se relacionan con el agua los signos de Cáncer, Escorpio y
Piscis.
2. Los mismos datos presentados en forma de rueda, al estilo de Ramón Llull (siglo XIII):
3. Ahora en forma de mapa conceptual, sistema investigado en la década de 1960 por Allan Collins
y otros:
4. Por último, en forma de mapa mental al estilo de Tony Buzán (actualidad):
Cómo crear mapas mentales
Aunque el diseño básico de un mapa mental es sencillo –ya te habrás formado una idea clara de en
qué consiste siguiendo los consejos de Tony Buzán vamos a señalar algunos de los puntos a tener
en cuenta a la hora de crear nuestros mapas mentales.
* Empieza siempre desde un punto central en medio de la hoja, de forma que puedan salir ramas en
todas direcciones.
* Traza líneas curvas, más gruesas en el centro y más finas conforme te acerques a los bordes del
papel (como si realmente fueran las ramas de un árbol). Se trata de darle un aspecto orgánico,
natural, en contraposición a lo mecánico y cuadriculado.
* Cada línea es una idea y se describe con una sola palabra (nada de frases o explicaciones).
Además debería estar en mayúsculas, aunque personalmente confieso que los puntos finales al
extremo de las líneas, de donde ya no parte ningún concepto más, suelo escribirlos en minúsculas.
* Emplea colores. Cada una de las ramas que parten desde el punto central debe tener un color
propio y distinto de las demás. Si repites algún color, que sea en una rama opuesta a la primera.
* Utiliza símbolos, dibujos, incluso fotografías. Cada concepto debe ir acompañado de una imagen
que lo represente. No es necesario ser un Miguel Ángel con los lápices, aunque solo sean dos rayas
mal trazadas, incluye siempre un dibujo.
Siguiendo estos consejos, nuestro mapa mental de los signos del zodíaco quedaría definitivamente
así:
Memorizar un mapa mental
Desde antiguo ya se sabe que los principales enemigos de una buena memoria son la ambigüedad y
el caos. Así, aunque los mapas mentales no constituyen ningún sistema mnemotécnico, si resultan
de gran valor ya que:
1. Muestran la información perfectamente ordenada y clasificada, de un solo vistazo sabemos cada
concepto a qué lugar corresponde (adiós al caos).
2. Al presentar cada dato con una imagen, ya sea en forma de dibujo o de fotografía, recordaremos
ese dato fijándonos en la imagen que le da forma o sentido (adiós a la ambigüedad).
Ocurre a menudo que el simple hecho de dibujar el mapa mental sea suficiente para acordarnos de
todos los puntos que hemos incluido en el mismo, pero también podemos emplear algún truco como
el de la historieta. Por ejemplo, para recordar cuales son los signos de fuego, puedo imaginar una
hoguera en algún campamento y como de pronto aparece un carnero (aries) saltando por encima del
fuego porque huye de un león (leo) que también salta sobre la hoguera huyendo a su vez de un
caballo con torso humano, que va lanzándole flechas (sagitario).
NOTA: en este ejemplo he utilizado los clásicos iconos de los signos zodiacales, pero si,
por ejemplo, tienes problemas para recordar la figura de sagitario, dibuja el arco o las
flechas en forma de S (inicial de Sagitario), o sencillamente cambia esta figura por otra
que te recuerde mejor el signo en cuestión.
Ahora bien, si quieres emplear un método mnemotécnico para memorizar un mapa mental, sin duda
el método “loci” resulta el más indicado. Es como si los mapas mentales se hubieran creado
expresamente para aplicar el método “loci”, les va como anillo al dedo. Veamos como se aplica.
Yo suelo utilizar mi casa como lugar de referencia para el método “loci”, así pues, en nuestro
ejemplo de los signos del zodíaco voy a asignar la rama de fuego al recibidor, la tierra al salón, el
aire a la cocina y el agua al dormitorio.
Los primeros objetos que encuentro en el recibidor son el espejo, un perchero, el paragüero, etc. Así
pues voy a imaginar escenas en las que relaciono el espejo con un carnero (aries), el perchero con
un león (leo) y el paragüero con un caballo de torso humano (sagitario). La escena podría ser algo
así:
Al entrar en casa noto que hace mucho calor, y claro, ¡es que hay una hoguera en el recibidor!
(recibidor/fuego). Inmediatamente la apago y echo un vistazo alrededor para ver si se ha quemado
algo. Sobre el espejo oscurecido por el humo se ha dibujado la extraña forma de un carnero (espejo/
aries), el perchero con forma de león parece que está intacto siempre cuelgo la chaqueta sobre la
curva que hace la cola del león (perchero/leo) pero el paragüero decorado con dibujos mitológicos
tiene chamuscadas las patas de un caballo con torso humano (paragüero/sagitario)… Y seguiría así
con el resto de estancias/ramas.
De esta forma, echando un vistazo alrededor, los objetos de cada habitación me irán evocando las
distintas escenas que he compuesto en mi imaginación, y a través de ellas recordaré los elementos
que quiero memorizar.
Por supuesto, este ejercicio con los signos del zodíaco es bastante sencillo, y sin duda alguna de una
vez tendrás que vértelas con mapas mentales más complejos, pero se solucionan igual: solo
requieren un poco más de habilidad con el método “loci”, habilidad que se adquiere fácilmente con
la práctica (mira también el artículo "Cómo memorizar un esquema")
Otras aplicaciones
Aunque en este texto he destacado el uso de los mapas mentales como herramienta para la
memorización, debo señalar que también resultan muy útiles en muchas otras tareas.
Una de sus virtudes es que permiten reunir bastante información en el relativamente reducido
espacio de una hoja, lo cual facilita una visión global y una rápida orientación a la hora de localizar
cada punto. Esto es una gran ventaja cuando se trata de planificar, consultar y tomar decisiones
sobre cualquier asunto.
En las sesiones de “brain storm” o tormentas de ideas los mapas mentales se muestran como la
mejor forma de tomar notas, pues además de mantener ordenadas las diversas ideas que van
surgiendo, incentivan la creatividad. En efecto, al pensar en un punto, fácilmente podemos crear
ramas con cada una de las cosas que se nos ocurran asociadas al mismo, y de estas ramas pueden
surgir otras, y otras, de forma que al cabo de unos instantes podemos haber recopilado gran cantidad
de ideas, pero todas perfectamente ordenadas y clasificadas siguiendo las diversas ramificaciones
del mapa mental.
La organización de los datos nos permite mantener una visión clara del conjunto y concentrarnos en
los puntos que realmente son de interés, ahorrando tiempo en la preparación de exámenes, redacción
de discursos, planificación de actividades, etc.
Índice de libros antiguos.
El presente trabajo, más que un artículo, es un proyecto abierto. Abierto a la participación de todo
aquel que pueda aportar nuevos datos (o señalar errores, que alguno habrá). Abierto a la
incorporación de nuevas referencias que iré añadiendo conforme me lleguen noticias.
El objetivo último es confeccionar un completo índice de libros antiguos escritos en lengua
española que traten, o dediquen algún capítulo, al arte de la memoria (mnemotecnia), en
homenaje a todos aquellos que, a través de los siglos, nos han dejado el legado de una mnemotecnia
en español.
También incluiré títulos en latín de autores españoles o hispanoamericanos pues, durante mucho
tiempo, en España como en el resto de Europa éste era el idioma en que se reflejaba y transmitía la
cultura.
Y cuando hablo de libros antiguos estoy pensando en textos que tengan, como poco, más de
cincuenta años de antigüedad, es decir, desde los más lejanos en el tiempo hasta las publicaciones
de principios del siglo XX.
Y sin más preámbulos, entremos en materia.
Reconocimiento: para desarrollar este trabajo he tomado como punto de partida las
fuentes que Fernando R. de la Flor cita en su libro "Teatro de la memoria. Siete ensayos
sobre mnemotecnia española de los siglos XVII y XVIII".
Ultima revisión: 19/03/2009 [Historial de revisiones]
Siglo XIV
1308Liber ad memoriam confirmandam.
PisaRamón Llull (Raimundo Lulio, Raimundus o Raymundus Lullus)
Texto en latín. Una pequeña obra cuya lectura debe completarse con otros textos del
propio Llull, que no comulga con las directrices clásicas (en la época ya perfiladas por
S. Tomás de Aquino y que marcarán el devenir del "ars memoriae" durante los siglos
venideros).
Siglo XV
1453Ars et doctrina studendi et docendi.
SalamancaJuan Alonso de Benavente
(?)Este maestro de la universidad de Salamanta dedica gran parte de su obra a aconsejar
al estudiante. Entre muchos temas, tratará de la memoria artificial siguiendo la estela
de Cicerón y la Rhetorica ad Herennium.
Siglo XVI
1515Artis rhetoricae compendiosa coaptatio ex Aristotele, Cicerone, Quintiliano.
AlcaláAntonio de Lebrija (Antonius Nebrissen o Lebrixen)
Capítulo “De memoria” – Texto en latín.
1528Expositio libri missalis preregregia…
AlcaláPedro Sánchez Ciruelo
Capítulo “De arti memorandi” – Texto en latín. Cirilo Flórez Miguel profundiza en
este tema con su trabajo “Pedro Ciruelo y el arte renacentista de la memoria”.
1536Ars Memorativa.
SalamancaJuan de Aguilera
1540Silva de varia lección.
SevillaPedro Mexía
Tercera parte Capítulo 8. Se trata de una obra enciclopédica de notable
éxito que vio una segunda edición ampliada unos años después (1551,
Valladolid) y se tradujo a varios idiomas. A lo largo de los años se ha
reimpreso varias veces, según tengo noticias, la última en 2003 de la mano de
Editorial Castalia; aún es posible encontrar este título en las librerías (por ejemplo, en
Casa del Libro: [Abrir enlace]). También podemos acceder a ediciones digitalizadas
en varias webs (por ejemplo, en la Biblioteca Virtual de la Junta de Andalucía: [abrir
enlace]). Incluyo una pequeña reseña en la sección de [Historia].
1555Arte breve y provechoso de cuenta castellana y arithmética: donde se muestran las
Zaragozacinco reglas de guarismo por la cuenta castellana, y reglas de memoria...
Juan de Iciar (Joannes de Yciar)
1567Rhetorica.
ValenciaJuan Lorenzo Palmireno (Lorenço Palmyreno)
Capítulo “Pars tertia et ultima” – Texto en latín. En la web de la
Universidad de Valencia podemos consultar un ejemplar digitalizado:
[Abrir enlace página 302].
1569Rhetoricorum libri III.
Amberes Benito Arias Montano
Capítulo “De Memoria” – Texto en latín. Luis Merino Jerez desarrolla este tema en su
trabajo “La memoria en la retórica de Arias Montano”.
1569De arte rhetorica libri tres.
VeneciaCipriano Suárez (Cypriano Soario o Soarez)
Liber III Capítulo 52 “De memoria” y tres siguientes. – Texto en latín.
Podemos encontrar esta obra en los Fondos Digitalizados de la Universidad
de Sevilla: [Abrir enlace].
1579Rhetorica Cristiana.
PerugiaFray Diego Valadés
Aunque escrito en latín y publicado en Italia, su obra no puede faltar en esta
relación pues, aparte de la importancia de su obra, es de la mano de este
religioso mexicano que nos llegan las primeras noticias de una mnemotecnia
en Hispanoamérica. Véase “El arte de la memoria en el nuevo mundo” del hispanista
francés René Taylor (Editorial Swan, 1987). También Aurora Egido en su trabajo
“Mnemotecnia y religiosidad en el Nuevo Mundo”.
1582Artificiosae memoriae ars.
AmberesFrancisco Sánchez de las Brozas, el brocense (Francisci Sanctii Brocensis)
Este texto aparece junto a otras pequeñas obras en un solo volumen titulado
"Paradoxa", que verá la luz este año aunque seguramente fue compuesto alrededor de
1558. Texto en latín.
1589Arte de la Rhetórica de Joan de Guzmán, público profesor desta facultad, dividida en
Alcalácatorze combites de oradores.
Juan de Guzmán
Capítulo “Combite decimotercero, donde se trata de la memoria”.
1599Libro intitulado la conservación de la salud del cuerpo y del alma…
Salamanca Blas Álvarez Miravall
Contiene el “Tratado de la firme memoria y de el bueno y claro entendimiento,
utilissimo para todos los que pretenden salir aventajados letrados en cualquier genero
de sciencia”.
Siglo XVII
1611De arte rhetorica dialogi quatuor.
CórdobaFrancisco de Castro
Capítulo “De memoria”
1615Plaza universal de todas ciencias y artes.
MadridCristóbal Suárez de Figueroa
Capítulo “De la memoria artificial”. Suárez, que escribió diversas obras, en este caso
no es autor, sino traductor de un texto original de Tomaso Garzoni.
1615Rhetoricae compendium.
MadridJuan Bautista Poza
Capítulo “De memoria” – Texto en latín.
1617Arte o instrucción y breve tratado que dize las partes que ha de tener el predicador
Granadaevangélico.
Francisco Terrones Aguilar del Caño
Capítulo VI – “De la memoria”. Podemos consultar este texto en la Biblioteca Virtual
Miguel de Cervantes: [Abrir enlace]
1621Mercurius Trimegistus, siue De triplici eloquentia sacra, española,
Madridromana...
Bartolomé Ximénez Patón
Capítulo 24 “De memoria” (página 276) – Texto en latín.
1626Fénix de Minerva o arte de memoria.
MadridJuan Velázquez de Azevedo
Una de las obras cumbre de la mnemotecnia española. En el año 2002 la editorial
Tératos sacó a la luz una nueva edición de este libro, con prólogo de Fernando R. de
la Flor; así, casi cuatro siglos después, aún podemos encontrar este título en las
librerías (por ejemplo, en Casa del Libro: [Abrir enlace]).
1629Disputationes Philosophicae et Medicae super libros Aristotelis ‘De
Jaénmemoria et reminiscentia’ duobus libri.
Juan Gutiérrez De Godoy
Texto en latín.
1647Rhetórica Christiana o Idea de los que desean predicar con espíritu…
MallorcaJuan Bautista Escardó
Capítulo “De la memoria”
1658Tesoro de la memoria y del entendimiento y arte fácil y breve para toda sabiduría.
MadridMiguel de Vargas
1659Pharus Scientiarum.
LyonSebastián Izquierdo
Capituro “De memoratione” – Texto en latín.
1664Idea política veri christiani, sive Ars Oblivionis, isagogica ad artem memoriae.
BruselasAlexandro Luzón de Millares
1665Retórica sagrada
ZaragozaFrancisco de Ameyugo
Capítulo “De la memoria”
1677Memoria, entendimiento y voluntad. Empresas que enseñan y persuaden su buen uso
Sevillaen lo moral y en lo político.
Lorenzo Ortiz
1692Epítome de la Elocuencia Española.
HuescaFrancisco de Artiga (F. Antonio de Artiga, F. José Artiga)
Diálogo IV “De la memoria” (páginas 393 a 461). El servicio de
búsquedas de libros de Google ofrece acceso libre a un ejemplar
digitalizado de esta obra procedente de la Universidad de Michigan: [Abrir
enlace]. Fernando R. de la Flor analiza este texto en su artículo “Un arte de memoria
rimado en el Epítome de la Elocuencia Española, de Francisco Antonio de Artiga”
que encontramos publicado en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: [Abrir
enlace].
Siglo XVIII
1735Assombro elucidado de las ideas o Arte de Memoria.
MadridNolegar Giatamor (Girolamo Argenti)
Autor italiano, hoy más conocido por las críticas que le dedica Feijoo (cartas eruditas,
tomo primero, carta vigésimo primera) que por la misma obra en sí.
1742Cartas eruditas y curiosas.
MadridBenito Jerónimo Feijoo
Tomo I Carta 21 “Del arte de Memoria”. En su afán por erradicar
supersticiones y falsas creencias, Feijoo arremete contra todo aquello fuera
de razón, siendo el arte de memoria y los estafadores que la promueven uno
de sus objetivos. Sus textos están publicados en Internet y pueden consultarse, por
ejemplo, en la Biblioteca Feijoniana: [Abrir enlace]. Relacionadas con el tema que nos
ocupa, también son interesantes las cartas anterior y posterior: Carta 20 “De los
remedios de la Memoria” y Carta 22 “Sobre la arte de Raimundo Lulio”.
1789Arcadia Pictórica…
MadridFrancisco Preciado de la Vega
Siglo XIX
1845Manual de mnemotecnia o arte de ayudar la memoria.
MadridPedro Mata
Gracias al servicio "Google Books" hoy podemos consultar una edición digitalizada:
[Abrir enlace]
1875 MadridCompendio de Mnemotecnia, ó Arte de ayudar á la memoria por medio de reglas
fijas, sencillas y fáciles, al alcance de todos.
Manuel Joaquín Pascual
1897 MálagaMnemotecnia ó arte de auxiliar la memoria.
J. Rodríguez Huertas
Principios siglo XX
1907 Manual de Mnemotecnia o arte de la memoria.
BarcelonaMiguel García Estebanez
1920Epítome Mnemotécnico. Para aprender con facilidad fechas y cantidades numéricas...
MadridAvelino Martínez González
1921Ensayo práctico de mnemotecnia racional.
BilbaoCesáreo Baztán
1921Mnemotecnografía. Arte gráfico del cultivo y desarrollo de la memoria…
MadridRos Ráfales
1930 (?) Manual de mnemotecnia (arte de facilitar los recuerdos y de desarrollar la más noble
Madridde la facultades del espíritu: la memoria).
Juan B. Bergua / H. D. Villaplana
1940 MadridMnemotecnia. Metodo práctico, sencillo y cientifico para adquirir memoria artificial.
José María Sierra de Luna
En años sucesivos esta obra verá nuevas ediciones bajo el título "Mnemotecnia.
Método para adquirir e incrementar la memoria."
1946Mnemotecnia (arte memorativo).
Buenos AiresPedro F. Christophersen
Aumenta tu memoria.
Artículo de Peter Sanz extraído de su blog y reproducido con permiso del autor.
1ª parte.
¿Es posible aumentar nuestra capacidad memorística en cuestión de minutos? Mi respuesta sería : sí
y no. Sí, porque la sensación que vais a obtener después de leer este post es de haber aumentado
considerablemente vuestra memoria. No, porque realmente no la estáis aumentando, sino que estáis
haciendo un mejor uso de ella. Lo mejor de todo es que todo esto vais a poder conseguirlo en sólo
unos minutos. Y creedme, realmente funciona. Lo que voy a exponer aquí no es nada inventado
por mí, son una serie de técnicas internacionalmente conocidas pero que seguramente no habrás
escuchado ni leído nunca o bien sí lo habéis hecho pero realmente no os habéis tomado la molestia
de llevarlo a la práctica. Os invito a que lo hagáis, os vais a sorprender a vosotros mismos.
Hay que tener en cuenta una serie de cosas. Lo que se nos queda en la mente suelen ser aquellos
acontecimientos que encontramos “sorprendentes”. Es decir, todo aquello que nos resulta
totalmente nuevo y anteriormente ajeno a nosotros. Esa serie de situaciones son las que solemos
recordar. Os ilustro con un ejemplo : Imaginemos que un hombre coge el mismo autobús que tú
todos los días, y le ves todos los días. Al cabo de unos años de dejar de cogerlo ¿serías capaz de
recordarle sin verle? Seguramente que no. ¿Qué ocurriría si ese hombre se hubiera vuelto loco un
día en el autobús asustando a la gente y dando golpes por todos lados? Estoy seguro que esa escena
la recordarás muchos años o durante toda la vida. Por tanto ya tenemos un primer principio, todo
aquello que nos llama la atención se nos queda en la mente.
Vamos con otro principio. Nosotros en nuestra mente solemos retener hechos de forma
secuencial, es decir, como si fuera una historia. De hecho, a todos nos cuesta enormemente
aprendernos listas de palabras sin sentido o datos exactos que aparentemente no tienen una lógica.
Por eso, en este post, os voy a enseñar a aprender una lista de…10, 20 ó 30 palabras en cuestión de
pocos minutos y la recordéis sin problemas el día siguiente e incluso la semana siguiente sin dudar y
sin problema alguno. En los siguientes posts que voy a desarrollar sobre el tema de la memoria os
hablaré de otras técnicas para aprender números de teléfonos, fechas, días especiales de forma casi
“mágica”.
LA TÉCNICA
Intentemos memorizar esta lista de 10 palabras : Coche, León, Árbol, Tractor, Baúl, Búho, Flor,
Ventana, Nube, Agua. Memorízalas como lo harías de manera habitual. Tómate el tiempo que
quieras. Una vez creas que las tienes memorizadas, ahora intenta escribirlas o decirlas por orden. Si
tienes una buena memoria, es posible que no hayas fallado, pero estoy seguro que te ha costado
bastante tiempo (al menos más que con la técnica que os voy a exponer) el intentar tanto
memorizarlas como recordarlas después.
Ahora os muestro mi técnica, imagina esa lista de palabras como si fuera una secuencia de
acontecimientos que se enlazan unos con otros y en los que están presentes los objetos que os he
expuesto. Os pongo un ejemplo, (aunque vosotros podéis imaginaros otras escenas) : Un coche es
conducido por un león que se choca contra un árbol; el árbol cae sobre un tractor que en ese
momento está arando un campo del que salen pequeños baúles al paso del tractor,; esos baúles
tienen búhos dentro que salen volando con una flor en el pico; un búho se cuela por una ventana en
una casa y sale por otra ventana dirigiéndose a una nube; cuando el búho llega a la nube comienza a
llover “agua”. Ahora imaginaos esta secuencia en vuestra mente, sólo una vez, no es necesario ser
repetitivo. Estoy SEGURO que ya no se os va a olvidar esa lista de palabras.
Lo mismo que habéis hecho con esto, lo podéis hacer con muchas más palabras y con historias
inventadas por vosotros. De todas formas si os habéis dado cuenta ya tenemos una primera
limitación. ¿Qué pasa con aquellas palabras que no indican objetos? ¿Cómo nos imaginamos
escenas con ellos?. Es un tema un tanto complicado que ya trataremos. Por lo pronto, en la
siguiente parte hablaré de cómo recordar datos exactos con el uso de los “casilleros mentales”.
2ª parte.
He creído necesario escribir una segunda parte de este tema de la memoria, porque creo que merece
una especial atención y que sinceramente os va a aportar numerosas ventajas en vuestra vida diaria.
Podría hablar de este tema largo y tendido, pero la propia naturaleza de los blogs me lo impide. En
próximas entradas voy a hablar de otros temas también relacionados con esto y especialmente con
los estudios, que estoy seguro que os va a ser enormemente útil. En este caso, os voy a mostrar un
“truco” para recordar números de una manera muy sencilla a través de los “casilleros mentales”.
¿Qué es un casillero mental?
Según la Wikipedia, un casillero mental consiste en tener una lista de palabras perfectamente
conocida y ordenada en la mente que asociaremos con las cifras que queremos memorizar. Cada
palabra que queremos memorizar se asociará con el número de nuestro casillero que coincide con
esa posición. De esta forma se puede memorizar de forma rápida listados de números y datos. De
todas formas, nosotros vamos a empezar con lo más sencillo, y antes de ponernos con palabras
asociadas a números, nos pondremos con “letras asociadas a números”.
¿Cómo lo usamos?
Se trata de asociar una consonante con un número del 0 al 9. Generalmente esa asociación la
haremos en virtud de alguna característica de la letra que coincida con el número. El resultado tiene
que ser que todas las letras consonantes del abecedario acaben con algún tipo de relación con los
números del 0 al 9. Tú puedes hacer la relación que quieras según lo que tú consideres, yo por
ejemplo he hecho esta relación que a continuación os indico y la explicación de por qué lo hago:
0 r rr
1 t d
2 n ñ
3 m w
4 c k q
5 v l ll
6 s z
7 f j
8 g x ch
9 p b
Bien, una vez que tengamos hechas las asociaciones, ahora es enormemente sencillo empezar a
recordar números sin ningún problema. Esta técnica la enlazaremos con la que hemos aprendido en
la primera parte de esta serie de “Aumenta tu memoria”. Ahora lo que debéis hacer es memorizar
este casillero, es la única parte más o menos tediosa de esta técnica, ya que lo demás vendrá
solo.
Una vez tengáis memorizadas las asociaciones, podemos empezar a hacer uso del casillero de una
manera muy sencilla. Por ejemplo, si queremos memorizar el número 5.390 reemplazamos cada
número por su consonante. 5=L 3=M 9=P 0=R. Ya tenemos las consonantes, ahora le agregamos las
vocales que nos parezca conveniente y formamos una palabra conocida. En este caso LaMPaRa.
Cada vez que necesitemos recordar el número 5.390, nos acordaremos de una lámpara y el valor de
cada consonante descifrando así el número 5.390.
Limitaciones
Podemos encontrarnos problemas cuando tengamos cifras muy largas. En esos casos tendríamos
que separar las cifras en otras más cortas (preferentemente de dos) para poder formar las palabras.
Es posible incluso, que con pocas cifras no seamos capaces de formar palabras. Para solucionar
este problema, tendríamos que realizar un casillero mental mucho más amplio con
asociaciones directas de números y palabras conocidas. Por ejemplo, sería muy interesante hacer
un casillero relacionando todas las cifras del 0 al 100 con palabras. Por ejemplo : 20 : NoRia. Así,
nos ahorraríamos la necesidad de crear palabras en el momento de memorizar las cifras y la
consecuente pérdida de tiempo.
¿Cómo nos acordamos de las palabras?
Teóricamente, todo parece sencillo. Pero claro, tenemos otro problema, y es que tenemos que
memorizar esas palabras que hemos relacionado con una cantidad. Para ello, vamos a usar la técnica
que ya expliqué en la primera parte de “Aumenta tu memoria”. Es decir, relacionar palabras entre sí
de manera un tanto estrambótica. Por ejemplo, si alguien nos da un número de teléfono, podemos
crear una palabra con el mismo y relacionar esa palabra con la persona que nos lo da. Estoy seguro
de que así no se os olvidará.
Pedro de Rávena y el arte de la memoria
Artículo original publicado en http://psicolagem.blogspot.com
(traducido al español por Luis Sebastián con permiso del autor)
En siglos pasados cultivar una buena memoria era algo socialmente indispensable. Eso llevó al
hombre a desarrollar diversos tratados sobre diferentes metodologías que buscaban describir y
perfeccionar la memoria. De entre estas metodologías utilizadas para perfeccionar la memoria,
existían técnicas diferenciadas entre naturales y artificiales; y entre las artificiales existían dos de
estas técnicas, o metodologías, que eran las más conocidas: la utilización de determinadas drogas, y
el arte de la memoria.
La utilización de determinadas drogas para la ampliación de la memoria siempre fue criticada. El
filósofo Raimundo Lúlio, por ejemplo, que fue uno de los grandes maestros en hablar sobre la
memoria, decía que le parecía extremadamente peligroso esta utilización de drogas para estimular la
memoria, pues esto insultaba el cuerpo humano, era capaz de secar el cerebro, capaz de llevar la
persona a la locura, y que también desagradaba a Dios.
La otra forma artificial de perfeccionar la memoria era conocida como “ars memoriae” el arte de la
memoria. La invención del arte de la memoria se atribuye a los griegos. No obstante, se supone que
debe haber existido algo semejante también en Egipto, en China y en la India. En el mundo
occidental este arte poseyó una enorme repercusión en la era medieval, llegando casi a desaparecer
en el renacimiento.
Pedro de Rávena fue otro de los grandes maestros que discutió y profundizó en los conceptos de este
arte de la memoria. Y sobre la vida de este célebre autor trataremos en el desarrollo de este artículo.
PEDRO DE RÁVENA Y EL ARTE DE LA MEMORIA
Pedro con apenas 20 años, había demostrado frente a su maestro de jurisprudencia de la universidad
de Pávia, Alessandro Tartagni, ser capaz de recitar de memoria “totum codicem iuris civiles” (el
código civil completo), el texto y hasta el mismo número de páginas, y de repetir palabra por
palabra las propias lecciones de Alessandro. Años más tarde, en Pádua, había impresionado al
colegio de canónigos regulares al recitar de memoria algunas predicaciones que había escuchado
una sola vez. Así fue que Pedro de Rávena inició su notable carrera, llegando a convertirse en uno
de los más conocidos memoristas de la historia.
Pedro de Rávena fue profesor de derecho en Bolonia, Ferrar, Pávia, Pístola y Pádua. Contribuyó sin
duda alguna a difundir el interés por el “ars memoriae” en toda Italia. La notoriedad de este
personaje tendrá notables consecuencias. En 1491 publica por primera vez su tratado de memoria
artificial: Phoenix, obra que tendrá grandísima resonancia, y que influirá en las obras de futuros
grandes autores, como por ejemplo, Giordano Bruno. La difusión de su escrito, publicado por
primera vez en Venecia, reeditado después en Viena, Vicenza y Colonia, traducido al inglés
(alrededor de mediado el siglo XVI) de una edición anterior en francés, basta por si mismo para
demostrar el interés que demostraba la memoria artificial en los ambientes no solo italianos de
finales del siglo XVI y la primera década del XVII. Pedro de Rávena ejercerá una amplísima
influencia en la posterior producción mnemotécnica, una vez que todos los maestros italianos y
alemanes de los siglos XVI y XVII se referirán a él como a un excelso maestro en este arte.
La pequeña obra de Rávena se construye de acuerdo con los conocidos esquemas de la tradición
ciceroniana. Esta tradición del arte de la memoria tenía como uno de sus libros básicos y
fundamentales la obra “Rhetorica ad Herennium”. No obstante, conviene señalar que la autoría de
esta obra es atribuída a Cicerón, pero su verdadero autor es en realidad desconocido. El arte de la
memoria consistía básicamente en fijar en la imaginación un entorno compuesto de una serie de
lugares, para que posteriormente se pudiera distribuir por todos esos lugares diversas imágenes
referentes a todo aquello que se fuese leyendo o escuchando. Después, bastaría repasar mentalmente
aquellos lugares en orden, a fin de recuperar el recuerdo de las cosas que en ellos fueron colocadas.
Por fin, quedaría “decodificar” las imágenes, transformarlas nuevamente en palabras o sonidos.
El arte de la memoria era en realidad una especie de escritura mental, en que esos entornos poseían
la misma utilidad que una hoja de papel, y los demás lugares presentes en este entorno: sillones,
estatuas, puertas, muebles, etc. eran como si fueran las cuadrículas de esta hoja, en las cuales las
imágenes posteriormente añadidas corresponderían a letras, palabras o frases.
Para poder aprovechar esta técnica era necesario primeramente definir o preparar estos entornos, los
cuales podrían ser reales algún lugar que la persona hubiese visitado y que recordara
detalladamente de memoria o sino, simplemente inventados. Y en cuanto a esto Pedro de Rávena
afirmaba que podía disponer de más de 100.000 lugares (o entornos), los cuales había construido
para dar cuenta de cualquier conocimiento referente al derecho y las sagradas escrituras. Decía que
toda vez que visitaba una nueva ciudad no dejaba de construir nuevos lugares para su memoria.
Y en cuanto a esto, en lo que dice respecto a las reglas que se refieren a la búsqueda de lugares,
Pedro pone su atención en la función que ejercen las imágenes, las cuales, según sus
recomendaciones, para ser verdaderamente eficaces deben ser verdaderamente “excitantes” para la
imaginación:
“Normalmente coloco en los lugares jóvenes hermosísimas las cuales excitan mucho mi memoria…
Y créanme: si me sirvo de jóvenes bellísimas como imágenes, me ocurre que repito esos conceptos
que había fijado en la memoria con mayor facilidad y regularidad. Te revelaré ahora un secreto muy
útil para la memoria artificial, un secreto que por pudor me callé durante mucho tiempo. Si deseas
recordar rápido, coloca vírgenes bellísimas en los lugares; de hecho, la memoria se excita de forma
maravillosa con la utilización de las jóvenes… Esta regla no funcionará para aquellos que odian y
desprecian las mujeres, los cuales tendrán mayor dificultad en obtener frutos de este arte.
Perdónenme los hombres castos y religiosos; tenía la obligación de no callar una regla que me tiene
concedidos elogios y prestigio en este arte, además de que, también deseo con todas mis fuerzas
dejar excelentes sucesores…”.
Una característica propia de este personaje será su empeño en lo referente a su auto propaganda, su
deseo manifiesto de despertar admiración en el ánimo de sus lectores. En varias ocasiones, no deja
de hablar sobre su prodigiosa habilidad:
“La universidad de Pádua es mi testimonio: todos los días yo sin necesidad de ningún libro enseño
mis lecciones de derecho canónigo, exactamente como si las tuviera frente a mis ojos; recuerdo de
memoria el texto y las páginas y no omito ni la más insignificante sílaba… Tengo puestos 20.000
pasajes de derecho canónigo y civil en 19 letras del alfabeto, y, en el mismo orden, también 7.000
pasajes de libros sagrados, 1.000 poesías de Ovidio… 200 sentencias de Cicerón, 300 dichos de
filósofos, la mayor parte de la obra de Valerio Máximo”.
En el prólogo de su libro Phoenix, podemos encontrar diversos relatos de Pedro de Rávena sobre
algunos episodios de su vida:
“Enseñé en Bolonia, Pavía y Ferrara, y mis oyentes han aprendido muchas cosas sobre memoria, y
aunque mi memoria artificial esté comprobada por la autoridad de otros, no creo pecar si en este
libro se leen hechos míos que lo prueben admirablemente. Cuando era yo estudiante de derecho, que
aún no tenía cumplidos veinte años, dije en la universidad de Pádua que podía recitar todo el Código
Civil, pedí que me propusieran leyes a capricho de los asistentes, y propuestas me fueran hechas, les
dije los sumarios de Bártolo, les recité ciertas palabras del texto, les expuse el caso, las
observaciones de los doctores las fui examinando, les dije cuantas páginas tenía aquella ley y les
recordé sobre qué palabras versaban, los recité de forma contraria y los resolví. Los presentes
parecían haber visto un milagro; Alessandro de Imola quedó pasmado por largo rato, ni es fábula lo
que cuento, que hablaba yo en público en la universidad de Pádua, y si lo dicho de dos o tres
testigos confirma un acierto, tres tengo yo de estas cosas, a saber, al magnífico señor Juan Francisco
Pasqualino, senador veneciano y doctor excelentísimo en ambos derechos, y ahora letrado ante el
ilustrísimo duque de Milán; al clarísimo doctor Segismundo de Capi, noble ciudadano de Pádua,
cuyo abogado era el mencionado Francisco, de agudísimo talento; al respetable señor Monaldino de
Monaldini, residente en Venecia, varón en quien habita toda virtud.
Las copiosísimas lecciones que nos daba en Pádua Alessandro de Imola, las retenía yo en la
memoria, y se las ponía por escrito, palabra por palabra, así que las acababa, con gran copia de
oyentes a quien también las recitaba desde el principio, y a veces en su escuela, oída la lección, la
ponía yo en verso, parte por parte, y en seguida las recitaba, y se pasmaban quienes esto veían; de
esto pongo por testimonio al ilustre caballero, doctor don Segismundo de Capi de Lista, y al hijo de
Alessandro de Imola, actualmente celebérrimo jurista.
Al religosísimo fray Miguel, de Milán, que a la maduración predicaba en Pádua, le repetí de corrido
y prontamente las ciento cuarenta y cinco autoridades que acababan de abordar en prueba de
inmortalidad del alma, y él, abrazándome, me dijo: vive largos años, joya única, que ojalá te viese
entregarte a la religión. Testimonio fue toda la ciudad de Pádua, pero yo pongo por tal al magnífico
señor Juan Francisco Pasqualino y a don Segismundo de Capi y a don Monaldino de Monaldini. Ya
formado doctor en la universidad de Pádua, en la cátedra pedí que alguno de los oyentes me diese el
volumen que quisiese de uno dos tres del Digesto y escogiera el lugar sobre el que yo debería
disertar, pues les tenía dicho que sobre cualquier pasaje que se me propusiera alegaría yo
innumerables leyes. Testigos el clarísimo doctor en ambos derechos don Gaspar Arsato, que enseña
en Pádua derecho canónigo y el doctorísimo don Próspero de Cremona, residente en Pádua […]
Jugaba yo en una ocasión al ajedrez y conforme se movían las piezas alguien iba anotando todas las
jugadas, mientras dictaba yo al mismo tiempo dos cartas sobre temas que se me habían dado.
Cuando terminamos, les dije todos los movimientos que se habían hecho en la partida y, palabra por
palabra, aquellas dos cartas, cuatro series de cosas, pues, simultáneas. Son mis testigos don Pedro
de Montagnano y Francisco Nevolino, nobles ciudadanos de Pádua.
Estando en Placencia, entré a ver el monasterio de los monjes negros, y paseando en compañía de
un monje, observé dos veces los nombres de los monjes escritos en las puertas de las celdas; y al
verlos después a ellos congregados lo hice llamando a todos por su nombre, aunque no pudiese
señalar a ninguno de los nombrados. Se admiraron los monjes de que un forastero supiera todos sus
nombres, y no saliendo ellos de su asombro, les dije: Esto puede mi memoria artificial. Uno de
ellos replicó: Luego este es Pedro de Rávena, puesto que ningún otro habría podido hacerlo.
En el capítulo general de los canónigos regulares de Pádua, repetí el sermón de Adeodato
Vincentini, delante de él mismo, siguiendo el orden con el que él lo había pronunciado. Alguna vez
me atrajo la imagen de Cassandra, excelentísima doncella veneciana, y en una ocasión que leyó ante
mi algunas cartas que a la serenísima esposa del rey Fernando le había mandado, las memoricé y se
las recité; testigo de esto es la misma doctísima doncella; don Pablo Raimusio, excelente doctor de
Rímini y el ilustre señor Angel Salernitano. De mi memoria artificial es testigo el ilustrísimo
marqués Bonifacio y su bellísima esposa, que me hizo una enorme cortesía; testígo es el ilustrísimo
duque Hércules y su ilustrísima esposa Leonor; testigo toda Ferrara, pues que recité dos sermones
del celebérrimo predicador de la palabra de Dios, Mariano el ermitaño, oyendo los cuales quedó
pasmado el docto maestro y dijo:
“Ilustrísima duquesa, esto es obra divina y milagrosa”; testigo es la Universidad de Pádua, pues
todos los días doy mis lecciones de derecho canónigo, siempre sin libro, como si lo tuviese ante los
ojos, pronunciando texto y páginas de corrido sin omitir una sílaba, por lo que parece. Grabé en mi
memoria, colocados en diecinueve letras del alfabeto, veinte mil lugares de alegatos de ambos
derechos, en igual orden, siete mil de los Sagrados Libros, mil versos de Ovidio, que encierran las
cosas que sabiamente dijo, doscientas autoridades de Cicerón, trescientos dichos de filósofos, gran
parte de Valério Máximo, estudios sobre la naturaleza de casi todos los animales, bípedos y
cuadrúpedos, palabra por palabra; y cuando quiero experimentar el poder de la memoria artificial,
pido que me propongan una de aquellas letras del alfabeto, y siendo propuesta, empiezo sobre ella
mis alegatos, y para que claramente los entiendas, tengo aquí un ejemplo; se me propone ahora la
letra A, en gran participación de doctos varones, y para empezar con el derecho, pronunciaré en
seguida mil más alegatos sobre alimentos, alienación, ausencia, árbitros, apelaciones y demás temas
semejantes de nuestro derecho que empiezan con dicha letra A; después, en la Sagrada Escritura,
del Anticristo, de la adulación, y tantos otros temas que en ella empiezan por dicha letra, tampoco
omitiré poemas de Ovidio, autoridades de Cicerón y de Valerio, sobre el asno, el águila, el cordero
[agnus], o gavilán [accipitre], el jabalí [aper], el carnero [áries]; y todo podré decir de nuevo de atrás
hacia delante […]”.
La grandísima fama de que gozaba esta singular figura como jurista en Italia y Europa, estaba
basada tanto en sus indiscutibles conocimientos jurídicos, como en el hecho de que este se
presentaba con una demostración viva de la validez de un arte en que estaban puestas las esperanzas
y aspiraciones de muchos”.
En la primera edición impresa de su obra Phoenix en 1491, Pedro de Rávena precedía el texto con
algunas cartas de privilegio escritas por el municipio de Pistola (12 de septiembre de 1480); por
Bonifacio, marqués de Monferrato (24 de septiembre de 1488) y por Leonor de Aragón, duquesa de
Ferrara (10 de octubre de 1491). Al acompañarnos una de esas cartas, podemos adquirir una breve
noción del amplio prestigio que Pedro de Rávena disponía en tal época:
“Leonor de Aragón, duquesa de Ferrara, etc. porque Dios, dador inmortal de todos los bienes, quien
los concede al género humano, desde la constitución del mundo hasta esta época, surgirán sobre la
órbita de la tierra numerosos excelentes varones, entre los cuales tenemos, ahora, al distinto y
condecorado militar, insigne jurista en ambos derechos, Pedro Tomás de Rávena, portador de estas
nuestras letras, quien, más allá de otras cualidades de cuerpo y ánimo, destaca de tal modo por todo
género de doctrina y por su tenacísima memoria, que no solo no parece haber quien le supere, sino
ni siquiera quien lo iguale. Y de que lo comprobó con hechos muy recientes, no somos testigos
solamente nosotros, sino toda nuestra ciudad. De ahí que, con singular admiración y distinto afecto,
lo hayamos recibido, con preferencia a otros, entre nuestros familiares y amigos. Por lo cual
rogamos y suplicamos de todo corazón a cualquiera serenísimos reyes, ilustres príncipes, excelentes
repúblicas y cualesquier otros señores, país, amigos y personas que bien nos quieran, que por amor
nuestro, y más que nada en atención a los merecimientos y virtudes tan grandes del portador,
cuantas veces lo dicho don Pedro se presente con sus criados y caballos hasta en número de ocho,
con sus haberes y cajas, paños y vestidos, libros y cubertería de plata y cualesquiera efectos suyos o
armas, le den paso franco y le tengan por amplísimamente recomendado, y se sirvan de proveerle de
la escolta conveniente, cuando tenga necesidad o pedir, libérrima y prontísimamente, sin importar
impedimento alguno ni otro obstáculo cualquiera, en sus ciudades, plazas, villas y demás lugares.
De lo cual recibiremos mucho contento y quedaremos agradecidos, dispuestos como estamos en
gran manera a favorecerlo cuanto sea posible.
Mandamos, además de esto, a todos y cada uno de los magistrados de nuestros lugares, y
señaladamente a los guardianes de los puertos, y a todos nuestros demás súbditos, que observen y
hagan observar inviolablemente en nuestros lugares y tierras a cada una de las cosas dichas, bajo
pena de incurrir en nuestra indignación y de cualquier otra más grave de lo que según nuestro
arbitrio se le deba imponer: para efecto y fe de lo cual mandamos hacer estas nuestras letras
patentes, registradas y autorizadas con nuestro sello mayor. Dado en Ferrara, en nuestro palacio
ducal, año de la Natividad del Señor de 1491, indicación novena, a diez días del mes de septiembre.
Severio”.
Leonor de Aragón invitaba a toda la ciudad de Ferrara para que fuese testigo de la prodigiosa
memoria de esta Raveniano. Bonifacio del Monferrato, después de comprobar la extraordinaria
virtud de Pedro de Rávena, lo recomendaba efusivamente a los reyes, a los príncipes, a los
“magníficos capitanes” y a todos los nobles ciudadanos italianos. Desde estos hechos el prestigio y
la fama de Pedro de Rávena fue siendo diseminado por todas partes, llegando a las más diversas
localidades del mundo, y haciendo de él una más de las figuras inmortales impresas para siempre en
la memoria de la historia de la humanidad.
***
¿Para qué seguir cantando de las pirámides, o de Babilonia, de Júpiter o del templo soberbio de
Hécate y sus hazañas? Ya no admiraremos el inmenso anfiteatro que cosas así pueden erigir siempre
las riquezas.
No presumas ya, pero excepción, pongo su nombre a las hazañas de todo un ejercito. Cante la fama
a Pedro, que es la noble gloria de Rávena, que más puede que la docta Minerva.
Cosa admirable hicieron los dioses, pues, aunque suene increíble, retiene lo que quiere que sea en la
memoria aún leyéndolo una sola vez. O lo que un orador dice en tres horas puede él, sin más,
repetirlo. Parece que dio a luz la quinta de las doctas hermanas, pues le concedió una musa, piadosa,
recordarlo todo.
Verso de fray Egidio de Viterbo en honor a Rávena.
REFERENCIAS:
Cicerón [???]. Ad C. Herennium de Ratione Dicendi Rhetorica ad Herennium, The Loeb Classical
Library; Cambridge: Harvard University Press, 1954.
Lull, Ramon. A Book for Improving Your Memory. Manuscripts digitalized by the Ramon Llull
Database Llull DB. Disponible en: http://orbita.bib.ub.es/ramon/velec.asp.
Yates, Frances A. (1966). The Art of Memory. Chicago: University of Chicago Press, 1966.
Rossi, Paolo. Clavis Universalis. México: Fondo de Cultura Económica, 1989.
ACTUALIZACIÓN: El excelente libro de Luis Merino Jeréz titulado "Retórica y artes de memoria
en el humanismo renacentista" incluye esta obra de Pedro de Rávena comentada y traducida al
español.
Cómo memorizar un esquema.
En este artículo vamos a poner en práctica el método "loci" para memorizar los ítems de un
esquema.
NOTA: Este artículo está pensado para quienes ya conocen y están familiarizados con los métodos
mnemotécnicos. Si no es tu caso, pero tienes interés en el tema, te recomiendo primero la lectura
del libro "Breve manual de mnemotecnia" que encontrarás en la sección de [Archivos].
Supongamos una estructura como la siguiente:
1. Xxx
1.1 Xxxx
1.2 Xxxx
1.3 Xxxx
2. Yyy
2.1 Yyyy
2.2 Yyyy
3. Zzz
3.1 Zzzz
3.2 Zzzz
Aunque se puede proceder de distintas formas, en este ejemplo vamos a tomar como referencia
nuestra casa. Veamos: ¿cuál es la primera habitación que encuentras al entrar en casa? El recibidor,
donde tenemos un espejo, un perchero, un paragüero, etc. Después aparece el salón, con el sofá, una
lámpara de pie, un revistero, etc.
Pues bien, vamos a utilizar la primera habitación para memorizar los ítems del primer punto
(Recibidor = 1. Xxx) el salón para el segundo punto (Salón = 2. Yyy) y así sucesivamente.
Desarrollemos el ejemplo poniendo nombres a cada punto:
1. La mente 1. Recibidor
1.1 Cerebro 1.1 Espejo
1.2 Sentimientos
1.2 Perchero
1.3 Pensamientos
1.3 Paragüero
∙∙∙∙∙
∙∙∙∙∙
2. El cuerpo 2. Salón
2.1 Yyyy 2.1 Sofá
2.2 Yyyy 2.2 Lámpara de pie
∙∙∙∙∙ ∙∙∙∙∙
3. Las relaciones humanas 3. Cocina
3.1 Zzzz 3.1 Nevera
3.2 Zzzz 3.2 Alacena
∙∙∙∙∙ ∙∙∙∙∙
Ahora tenemos que poner a trabajar nuestra imaginación para crear escenas que vinculen los ítems
del esquema a cada lugar y objeto de nuestra casa:
1. La mente podemos representarla con figura del cerebro. Así, imaginaremos que para el recibidor
hemos comprado una alfombra con la forma, el dibujo y el color gris de un cerebro. Cuando
entremos en casa, ya sabemos que el primer punto va a tratar sobre el cerebro, "la mente".
1.1 El hijo de tu vecino, que es muy borde, ha dibujado en el espejo del recibidor un
cerebro. La verdad es que el canalla sabe dibujar bien, pero no hay manera de borrar el
dibujo del cerebro sobre el espejo.
1.2 Como los sentimientos siempre salen del corazón, voy a imaginar un perchero donde
las bolas redondas donde colgamos la chaqueta tienen forma de corazón (sentimientos).
Por cierto, el hijo del vecino también llevaba un rotulador rojo con el que ha pintado
todos los corazones del perchero.
1.3 Tu madre (o tu esposa o quien sea con quien vivas) ha visto una película de estas de
telépatas y está tratando de mover el paragüero con el pensamiento. Como no, el hijo de
tu vecino también se ha enterado y están haciendo causa común, mirando fijamente el
paragüero a ver si pueden moverlo con el poder del pensamiento.
2. Como en las series policíacas, en nuestro salón ha habido un asesinato y han dejando pintado en
tiza el perfil de "el cuerpo" de la víctima del asesinato.
3. "Las relaciones humanas" puede respresentarse con dos personas abrazandose. Así, imagínate
que siempre que entras en la cocina tu madre o esposa te da un abrazo (o dáselo tu a ella)
simplemente porque se alegran de verte allí.
Recordar los distintos puntos del esquema ahora debería resultar fácil. Al entrar en casa
encontramos la alfombra con forma de cerebro, es decir, que esta habitación va sobre cosas de la
mente: el espejo tiene dibujado un cerebro; el perchero tiene forma de corazón, donde nacen los
sentimientos; el paragüero tratan de moverlo con el poder del pensamiento...
Pero no te limites solo a imaginar las escenas. Dibuja en una hoja de papel la figura de un cerebro y
déjala en el recibidor a modo de alfombra: coge un bloc de notas autoadhesivas y sobre el espejo
pon una con el dibujo de un cerebro, sobre el perchero pon otra con el dibujo de un corazón, en el
paragüero otra con el dibujo de unos rayos que salen de la frente. Coge una tiza y dibuja realmente
el perfil del cuerpo en el suelo del salón, pon una foto de dos personas abrazándose en la cocina,
etc.
Y no te preocupes, no eres el primer loco que llena todas las habitaciones de pegatinas. Ahora ponte
a la puerta de casa y viendo las cosas que tienes alrededor trata de recitar todos los puntos del
esquema. Quizás hagan falta un par de ensayos, o cambiar alguna escena poco conseguida, pero
pronto estarás recitando de memoria todos los puntos del esquema sin mayores problemas.
Cuando dentro de unos días necesites recordar el esquema, deberás imaginarte a la puerta de casa,
repitiendo el paseo por las distintas habitaciones y viendo como cada objeto evoca el
correspondiente punto del esquema.
Múltiples subdivisiones.
El esquema que hemos utilizado de ejemplo es relativamente sencillo. ¿Qué pasaríasi el punto 3.1 a
su vez estuviera compuesto de una serie de puntos 3.1.1, 3.1.2, 3.1.3, etc.?
3. Las relaciones humanas
3.1 Zzzz
3.1.1 aaaa
3.1.2 bbbb
3.1.3 cccc
3.2 Zzzz
∙∙∙∙∙
Si se da este caso, podemos optar por alguna de estas tres soluciones:
a) Si el objeto que asociaremos al punto 3.1 a su vez se puede dividir, el problema está resuelto. Por
ejemplo, si relacionamos el punto 3.1 con la nevera, podemos abrirla y ver qué hay dentro. Así, los
huevos corresponden al 3.1.1, la leche al 3.1.2, la mantequilla al 3.1.3, etc.
3. Las relaciones humanas 3. Cocina
3.1 Zzzz 3.1 Nevera
3.1.1 aaaa 3.1.1 Huevos
3.1.2 bbbb 3.1.2 Leche
3.1.3 cccc 3.1.3 Mantequilla
3.2 Zzzz 3.2 Alacena
∙∙∙∙∙ ∙∙∙∙∙
Pero si no sabes lo que ha dentro de la nevera, o si el punto 3.1 en lugar de corresponder a la nevera
corresponde a una baldosa (un objeto único que no se puede dividir) entonces no podremos aplicar
esta solución y habrá que estudiar otra alternativa.
b) Busquemos un lugar que esté relacionado con el objeto del punto 3.1 de tal forma que los ítems
que contiene este punto los asociemos a ese lugar.
Por ejemplo, como no sabes lo que habitualmente han dentro de la nevera, no puedes utilizar su
contenido de referencia pero, ¿para qué sueles utilizar la nevera? Para sacar unas cervezas
fresquitas. ¿Y dónde sueles tomar unas cervezas? En el bar de la esquina. Así pues, vas a utilizar el
bar de la esquina como referencia para los elementos del punto 3.1
¿Que ves al entrar en el bar? Una máquina de tabaco, una tragaperras, unas mesas, etc. Luego
asociaremos el punto 3.1.1 con la máquina de tabaco, el punto 3.1.2 con la tragaperras, etc.
3. Las relaciones humanas 3. Cocina
3.1 Zzzz 3.1 Nevera (cerveza) Bar
3.1.1 aaaa 3.1.1 Máquina de tabaco
3.1.2 bbbb 3.1.2 Tragaperras
3.1.3 cccc 3.1.3 Mesas
3.2 Zzzz 3.2 Alacena
∙∙∙∙∙ ∙∙∙∙∙
c) La tercera alternativa consiste en emplear otro método mnemotécnico para memorizar los ítems
del punto 3.1 partiendo del objeto que lo representa. Por ejemplo, puedo emplear la método de la
cadena para memorizar aaaa, bbbb, cccc pero como estos elementos corresponden al punto 3.1 que
está asociado a la nevera, lo que haré será memorizar la siguiente lista de términos: nevera, aaa,
bbb, ccc... De esta forma, cuando llegue a la nevera recordaré, no solo el punto 3.1, sino toda la lista
de elementos a la que el término nevera da pie, siendo esta lista de elementos los ítems que incluye
el punto 3.1.
De estas tres soluciones, no hay una que sea mejor que otra. Mi propuesta es que pruebes las tres y
luego te quedes con el sistema que te resulte más cómodo.
Vínculos
Otra circunstancia que puede darse es que dos puntos de nuestro esquema estén vinculados. Por
ejemplo, supongamos que el punto 1.1 tiene cierta relación con el 2.2. En nuestro caso esto significa
que debe existir un vinculo entre el espejo del recibidor y la lámpara de pie del salón.
Una solución es imaginar un hilo atado por un extremo al espejo y por otro a la lámpara de pie.
Cuando repasando los objetos veamos el espejo atado a un hilo, ¿qué otro elemento aparecía
también atado? La lampara de pie, luego esto significa que hay un vínculo entre el punto 1.1
(espejo) y el punto 2.2 (lámpara de pie).
También podrías imaginar un espejo en forma de estrella y una lámpara de pié que proyecta en el
techo una luz en forma de estrella. En este caso el elemento que vincula ambos objetos, la estrella,
aparece tanto en el espejo como en la lámpara de pie, lo que indica que ambos elementos están
vinculados uno con otro.
En resumen
A primera vista, si no estás familizarizado con los métodos mnemotécnicos, esto puede parecer un
poco complicado y demasiado laborioso total para memorizar una serie de ítems. Pero no te
equivoques, con un poco de práctica adquirirás la suficiente habilidad como para ir componiendo en
tu cabeza las escenas necesarias sin hacer dibujos ni poner pegatinas.
E incluso podrás prescindir de tu casa y crear tus propias estancias imaginarias los teatros o
palacios de la memoria con infinidad de habitaciones y objetos que te han de permitir retener en la
memoria cuantos datos necesites.
El secreto que permite obtener buenos resultados se define con una sola palabra: práctica. Así pues,
no pierdas tiempo: ¡manos a la obra!
LOS NUTRIENTES CEREBRALES
Los estudiosos del sistema nervioso, y por consecuencia del cerebro, como centro rector y
controlador de todo este sistema, tienen clarísimo que para que haya un buen funcionamiento la
nutrición específica de éste que es a base oxígeno y glucosa principalmente, aunque también
necesita en muchas menores cantidades aminoácidos y vitaminas, por lo tanto, para que funcione
con la mayor perfección posible, todos estos elementos les deben de llegar en las cantidades y
proporciones adecuadas para que su actividad y rendimiento sea óptimo.
Tomando estos conocimientos básicos como punto de referencia se deduce fácilmente que cualquier
circunstancia que varíe o modifique este suministro de nutrientes como: desnutrición, condiciones
ambientales adversas (estrés, tristeza, miedo, etc.), enfermedades (anemia, hipertermia, infecciones,
etc.), problemas genéticos y en definitiva toda alteración que se pueda introducir en este sistema
funcional delicado y frágil.
Como consecuencia de todo lo enunciado, ya podemos afirmar que todas las grasas poliinsaturadas,
todos azúcares de las frutas, son también fundamentales lo ligoelementos, por ejemplo sin Zn el
cerebro no podría procesar los estímulos de las glándulas olfativas, es decir, oler y como este
ejemplo tantos otros, por lo tanto según nuestros datos los alimentos que de alguna manera
aportarían todo lo necesario serían: levadura de cerveza, por la gran cantidad de aminoácidos
esenciales que la compone, la lecitina de soja porque os nervios están formados en una gran parte de
lecitina, los pescados azules por la gran cantidad de ácidos grasos poliinsaturados, los alimentos que
tengan bastante vitamina E, como ocurre con las nueces y el sésamo, en definitiva, que los
alimentos que se ingieran sean crudos o poco cocinados para no destruir vitamina.
Tomando como referencia todo lo dicho, nuestra alimentación diaria debería estar compuesta por
frutas y verduras frescas de temporada, cereales integrales, legumbres cocinadas, y periódicamente
algún complejo vitamínico, al igual que algún complejo de oligoelementos para asegurarnos una
buena nutrición.
Para completar estas recomendaciones sería necesario que en los inicios de la primavera y del
otoño, se hiciera en cada una de estas estaciones curas depurativas, con hierbas depurativas de
hígado, riñón, pulmón y aparato digestivo que son los órganos que salvo enfermedades genéticas,
intoxicaciones o cualquier alteración de esta índole, nos habremos asegurado una funcionalidad
aceptable de los órganos mencionados y por lo tanto una buena salud, que es en definitiva la que
nos va a asegurar con ella una buena respuesta de la memoria haciendo cierto el aforismo que
propugnaba la actitud de “mens sana in corpore sano”.
Selección de letras en el código fonético.
Si has tenido ocasión de leer sobre el código fonético, observarás que rara vez hay dos autores que
coincidan en la misma elección de letras para cada número. En algunos puntos puede haber
coincidencias (por ejemplo, parece haber más o menos cierto acuerdo en asociar la letra N al
número dos, por aquello de que se escribe con dos palitos) sin embargo, difieren completamente en
otras letras. ¿Cuál es el motivo?
Bien, por un lado tengamos en cuenta las peculiaridades propias de cada idioma: aparte de
elementos exclusivos (por ejemplo, la ñ tan característica del español no figura en ningún otro
idioma) vemos como incluso palabras que son comunes se pronuncian de forma totalmente distinta.
Por otro lado, cada cual es libre se seguir sus propios criterios a la hora de realizar esta selección y
ante la misma disyuntiva, unos optarán por una solución, otros por otra. Las principales
discrepancias surgen a partir de las siguientes cuestiones:
El dilema de la C.
La letra C presenta una singularidad, y es que según la vocal que le acompañe se pronunciará de una
forma u otra. Así, podemos observar que la C no tiene el mismo sonido cuando decimos casa que
cuando decimos cielo.
Los autores que consideran esta distinción a la hora de confeccionar el código fonético muestran la
letra C repetida, presente en dos números distintos:
C, K = 4 (cuando se pronuncia como casa)
C, Z = 6 (cuando se pronuncia como cielo)
Aunque no sea muy ortodoxo y vaya un poco en contra del espíritu del sistema fonético, no soy
partidario de ver una misma letra asociada a dos números distintos, por sencillez y claridad.
Es decir, me resulta más fácil y práctico cada vez que veo una C asociarla al número 4 y ya está
que no cada vez que veo una C analizar que vocal viene a continuación, para pensar como se
pronuncia y a partir de ahí deducir qué número le corresponde.
Otro tanto puede decirse de la letra G: no se pronuncia igual cuando decimos garganta que cuando
decimos gemido, sin embargo, que me disculpen los más puristas: para mí, una letra un solo
número.
NOTA: No me he entretenido en estudiar las razones, pero observo que los autores extranjeros son
más propensos a repetir una letra (asociándola a tal o cual número según se pronuncia) que los de
lengua española, poco dados a esta distinción.
El dilema de la V.
Hay autores que suelen mantener la V y B asociadas al mismo número. Y hay buenas razones para
ello. Por un lado, cada vez es más común que al hablar pronunciemos ambas letras igual (¡la buena
dicción se está perdiendo!). Pero también está el problema ortográfico.
Consideremos la palabra avión. Consideremos también que a la hora de escribir esta palabra nos
asalta la duda: ¿avión se escribe con V o con B? Si es con V (v=5) representa el número 52, pero si
es con B (b=9) equivaldrá al número 92. ¿Cómo salir del aprieto? Pues muy fácil, asociemos tanto
la V como la B al mismo número, y así, independientemente de que avión se escriba con V o con B,
el número de esta palabra será el mismo.
Pues bien, quien guste de unir V y B está en su pleno derecho, sin embargo, yo opto por hacer la
distinción de V por un lado y B por otro. ¿Por qué?
1) De niño tuve unos profesores que se tomaron muy en serio la tarea de enseñarme a escribir
correctamente, y no daban tregua: quien en algún examen cometía un error ortográfico,
automáticamente estaba suspendido, independientemente de que la respuesta estuviera bien o mal.
El resultado es que, a día de hoy, salvo alguna palabra extraña, normalmente siempre sé cuando se
escribe con V o con B, no hay problema.
2) Resulta muy tentador e intuitivo asociar al número 9 las letras P y B. Si además le añadimos la
V para que esté junto a la B, parece que este número quede cargado en exceso con letras muy
habituales, mientras otros números quedan un poco huérfanos. Eso obligaría a redistribuir las letras
y se perdería un poco la lógica de la relación númeroconsonante.
Es decir, a la hora de componer nuestro código fonético debemos buscar una relación fácil entre la
letra y el número, pero también una distribución uniforme de las letras entre los distintos números,
de forma que no haya ninguna cifra para la que sea difícil encontrar una palabra. Pero a pesar de
todo, cada cual es libre de seguir sus propios criterios.
El dilema de las consonantes dobles.
Otro problema se presenta a la hora de considerar las consonantes dobles, es decir, aquellos sonidos
que se representan, no con una, sino con dos letras. Es el caso de CH de charco, LL de lluvia, RR de
carro.
Tenemos dos posibilidades: considerar la unidad fonética y asociar un sonido a un número (si el
sonido se representa con dos letras, pues ambas letras corresponderán a un número) o bien optar por
una norma única donde cada letra es un número, como en las consonantes simples (no se considera
la pronunciación de la palabra).
NOTA: En realidad hay una tercera opción, que consiste simplemente en ignorar estos casos.
Tomando como ejemplo la palabra carro, si atendemos a la pronunciación, aquí encontramos dos
sonidos que corresponden a c (c=4) y rr (rr=0) por tanto esta palabra es el número 40. Ahora bien,
si en lugar del sonido nos atenemos a las letras con las que se escribe esta palabra
independientemente de como se pronuncie habrá que considerar tres consonantes: c, r, r, por
tanto, esta palabra equivaldrá al número 400.
Y esta es la cuestión: a la hora de confeccionar nuestro código fonético, ¿consideraremos los
sonidos o las letras de la palabra?
El modelo clásico opta por la primera opción, donde cada sonido corresponde a un número,
independientemente de que se escriba con una o con dos letras. Así, la C en la palabra carro es un
4, mientras que la C en la palabra charco junto con la H está representando a otro sonido que
equivale al número 8. Es decir, una cosa es C (c=4) y otra es CH (ch=8). En este caso charco
equivale al número 804.
La otra opción busca más simplicidad: la C siempre equivaldrá a un 4 independientemente de la
letra que venga a continuación. Así, C y CH serán lo mismo, ya que la consonante H no suele
tenerse en cuenta. En este caso charco equivale al número 404.
Bien, cada cual puede esgrimir sus razones para emplear un sistema u otro. Personalmente, confieso
que utilizo el modelo clásico solo por tradición; fue el que aprendí en su momento y, como nunca
me ha supuesto una dificultad, es con el que sigo trabajando.
Las exclusiones.
Hay algunas consonantes que no suelen utilizarse en el código fonético por diversas razones: H, Y,
W, X.
H – En el español actual es una consonante de sonido mudo (no tiene ninguna pronunciación) y por
este motivo es excluida.
Y – Su pronunciación es igual a la de la vocal I, y para evitar confusiones (las vocales no se utilizan
más que como relleno) también se excluye.
W, X – Son consonantes muy poco utilizadas en español, apenas aparecen en un puñado de
palabras, por tanto, se excluyen para tener un código fonético más simple, con menos letras.
Personalmente estoy de acuerdo con las razones de las letras H e Y, pero no con W y X que sí
incluyo en mi código fonético. ¿Por qué?
1) El hecho de que haya pocas palabras con W y X no me parece razón para que, si hay ocasión, no
podamos utilizarlas. Además, no creo que incluir estas consonantes en el código fonético sea
hacerlo más complicado, pues es bien fácil asociar la W con la M al número 3 (W es una M puesta
boca abajo) mientras que la X se pronuncia de forma muy similar a la CH del número 8.
2) Si eres una persona bilingüe y dominas con fluidez otro idioma, perfectamente puedes utilizar el
código fonético con palabras extranjeras, donde si es más probable que encuentres palabras
formadas con estas letras.
En resumen.
Lo bien cierto es que, sea cual sea la solución que adoptes, el código fonético es una herramienta
útil y que funciona perfectamente, de ahí que cualquier criterio elegido sea válido: no hay una
norma que permita confeccionar un sistema mejor que otro. Puedes seguir un modelo o
confeccionar tu propio código fonético según tus gustos o vicios. Lo importante es que la relación
letrasnúmero sea fácil e intuitiva.
Mi código fonético.
He aquí el criterio que utilicé para crear mi código fonético:
1. El número uno se escribe parecido a la letra t, así pues ésta será la primera consonante que asigne.
Por similitud fonética, la d se pronuncia de forma similar a la t, añadiré también al número uno la
consonante d.
2. Al número dos le asigno la letra n, por aquello de que se escribe con dos palitos. También la ñ por
la misma razón.
3. Siguiendo con este criterio, al número tres le corresponde la letra m. También le asignaré la w,
que viene a ser muy similar a una m puesta boca abajo.
4. Al número cuatro le asigno su inicial, c. Por similitud fonética, añado también las letras k y q.
5. ¿Recuerdas como se escribía el cinco en números romanos? ¿Y el cincuenta? Así pues al número
cinco les asigno las letras v y l.
6. Al seis le asigno también su letra inicial, s, y también la z que además de tener cierta similitud de
pronunciación se escribe como una s pero del revés.
7. La letra f se parece mucho a un 7 escrito a la inversa, así pues queda asignada a este número.
También la letra j que se asemeja a un 7 puesto boca abajo.
8. La letra g es la que más se parece escrita al número ocho. También le asigno la x por su similitud
de pronunciación con el sonido “ch” de “ocho”.
9. Para el nueve me reservo las letras p y b, que además de tener un sonido similar, fácilmente
recuerdan un 9 al dibujarse también con una línea y un circulo.
0. No puedo emplear su inicial c por estar asignada al número cuatro, pero sí su siguiente
consonante, la r, que además es la última letra que me queda libre.
También asigno rr al cero (igual que la r), ll al cinco (igual que la l) y ch al ocho por formar parte de
la palabra que define al propio número. El resultado es la siguiente tabla:
0 r rr
1 t d
2 n ñ
3 m w
4 c k q
5 v l ll
6 s z
7 f j
8 g x ch
9 p b
Otros autores.
Aunque podría desarrollar una lista más extensa, me limitaré a exponer el código fonético que
proponen en sus libros algunos de los autores más conocidos.
Jaime García Serrano: “Sea usted una computadora humana”.
0 r
1 n
2 d
3 t
4 c
5 s
6 l
7 m
8 ch
9 v b
Mi opinión: Busca la máxima simplicidad, utilizando mayormente una sola letra para cada número.
Sorprende un poco que para el 8 utilice ch en lugar de alguna consonante más común como f, g, j.
Ramón Campayo: “Desarrolla una mente Prodigiosa”.
0 r
1 t d
2 n ñ
3 m
4 c k q
5 l
6 s z
7 f
8 g j ch
9 p b v
Mi opinión: Una tabla algo desequilibrada, números con tres letras y otros con solo una. Omite las
letras w, x; también rr, ll.
Harry Lorayne: “Cómo desarrollar una supermemoria”.
(original en inglés, traducción al español de Baldomero Porta)
0 r rr
1 t d
2 n ñ
3 m
4 c k q
5 l ll
6 s z c (ce, ci)
7 f j g (ge, gi)
8 g ch
9 p b v
Mi opinión: Distingue c y g según pronunciación, con las ventajas o inconvenientes que eso pueda
suponer. Por lo demás, una tabla muy equilibrada. Omite las letras w, x. Es posible que Ramón
Campayo, como yo, aprendiese de mnemotécnia leyendo a Harry Lorayne, de ahí que nuestras
tablas presenten muchos puntos en común.
Robert Tocquet: “Supermemoria”.
(original en francés, traducción al español de Fabián GarcíaPrieto)
0 s z c (ce, ci) x
1 t d
2 n ñ
3 m
4 r
5 l ll
6 j ch g (ge, gi)
7 c q g k
8 f v
9 p b
Mi opinión: También distingue la c y g según pronunciación. Desequilibrada al incluir para unos
números cuatro letras, mientras deja otros con solo una. Omite w, rr.
Kenneth L. Higbee: “Su memoria”.
(original en inglés, traducción al español de Cecilia Pisos, adaptado por Javier de la Fuente)
0 z c
1 b v p
2 d t
3 n l
4 m
5 s
6 g j q k
7 f
8 ñ ch y
9 r
Mi opinión: Una asociación de números y letras de lo más peregrina. Gran desequilibrio, con
números con cuatro y tres letras y otros con solo una. También omite w, x, rr, ll.
Formar imágenes de palabras abstractas
"Hola como estas mi nombre es cristian soy de argentina, la verdad esta muy buena tu pagina, me
encanto, y tambien me ayudo mucho a mjorar mis estudios, bueno yo hace tiempo habia
abandonado mis estudios cuando pedi mi familia (padres) desde entonces me hey crecido en una
hogar, por esas problemas tenia abandonado mis estudios, pero ahora que tengo 25 años decidi
estudiar, cuando tenia 20 años empece a estudiar en secundaria y ahora estoy e unvercidad en primer
año de medicina, como no tengo buenos metodos de esudio habeces se me hace complicado, por eso
hey aplicado los consejos que encontre por internet, la cadna d epalabas pero lo que se me hace
dificil es sacar imagenes de palabras abstractas, porque abeces no se me ocurre nada, y es donde
tengo fallos, usted me podra ayudar o guiarme donde puede conseguir images que representen a
palabras abstractas, solo eso espero que no haya sido de gran molestia, le mando un saludo
cordial .... "
Hola, Cristian.
La dificultad para encontrar imágenes que representen palabras abstractas no es algo que te ocurra
solo a ti, nos ocurre a todos.
No se de nadie que se haya embarcado en la aventura de crear una tabla con una imagen para cada
concepto abstracto, y aún cuando esa tabla existiera, no se hasta que punto sería de ayuda pues, por
un lado, sería una tabla incompleta la lista de términos abstractos es mmuuuuyyyyyy larga y por
otro lado, la imagen acertada para una persona habitualmente es inadecuada para el resto de la
humanidad.
Aunque la solución a este problema suele estar en la destreza de cada cual, sí hay un par de técnicas
que pueden sernos de ayuda.
1. La palabra sustituta. Se trata de encontrar una palabra fácil de imaginar que al ser pronunciada
suene muy parecido a aquella que tratas de memorizar. Siempre suelo utilizar el ejemplo del
término "ambrosía": es posible que no conozca su significado, pero suena muy parecido a
Ambrosio… y recuerdo que no hace mucho había en televisión un anuncio en el que aparecía un
mayordomo llamado Ambrosio ofreciendo bombones a los invitados de una fiesta. Pues bien, para
recordar ambrosía me imaginaría a Ambrosio, pero sirviendo bombones con la forma de la letra A:
Ambrosio + A = ambrosía. Es decir, recurro a un término que me es familiar y que suena muy
parecido a aquello que trato de recordar.
2. Los símbolos. Consiste en buscar un objeto que simbolice aquello que quiero memorizar. Por
ejemplo, “libertad” no es una palabra que defina algo tangible, pero puedo memorizar este término
recordando la famosa estatua de la libertad. O “educación” puede ser la imagen de aquél antiguo
profesor que tenía en el colegio impartiendo una clase.
En cualquier caso, como he dicho antes, la solución está en nuestra habilidad para improvisar alguna
estratagema que nos recuerde el término en cuestión. A veces, resuslta de ayuda dividir ese término
abstracto en dos partes que resulten más fáciles de recordar. Por ejemplo, la primera vez que tuve
que memorizar la palabra tinaja no conocía su significado, pero para mí si tenía sentido el término
tina (tina es sinónimo de bañera) así que imaginé una bañera riéndose a carcajadas (jajaja): tina + ja
= tinaja.
Entrando en el campo de la medicina, que has empezado a estudiar, la lista de términos
incomprensibles para el común de los mortales es larguísima. Sin embargo, consideremos que la
mayoría de esos términos extraños no son así por azar, sino por algún motivo: quien inventó la
palabra sus razones tendría para componerla como lo hizo. Conociendo su origen muchos términos
pierden su dificultad.
Por ejemplo, la pabra otitis dificilmente vamos a relacionarla con una inflamación del oído salvo
que, analizando la palabra, nos fijemos en sus partes: ot viene del griego oús, otós (oído); el sufijo
itis siempre significa inflamación. Por lo tanto, otitis es evidente que se trata de una inflamación
del oído. Conociendo unas cuantas palabras griegas y latinas más algunas reglas de cómo se forman
los términos médicos, habrás descifrado un buen número de conceptos que de pronto empiezan a
cobrar sentido.
Aún con todo es verdad que te encontrarás con muchos términos extraños y difíciles de memorizar.
Algunos estudiantes publican en internet sus trucos mnemotécnicos que pueden ser de mucha
ayuda: echa un vistazo a la sección de [enlaces].
Espero que estas líneas te sean de ayuda y que en un futuro, cuando ya seas un médico licenciado,
me escribas tus técnicas para poder publicarlas aquí en www.mnemotecnia.es
Un saludo.
¿Dónde se ubica la memoria?
Aunque hoy día nos pueda parecer extraño, las antiguas civilizaciones consideraban al corazón
fuente de todas las capacidades intelectuales (entre ellas la memoria). Es en la Grecia clásica donde
surgen las primeras hipótesis que otorgan al cerebro un papel principal como responsable del
pensamiento, aunque curiosamente, para Aristóteles el cerebro no tenía más función que la de
enfriar la sangre (si consideramos que la cabeza desprende aproximadamente el 70% del calor
corporal, no resulta una idea tan descabellada ¿verdad?).
Será el famoso médico de la antigüedad Galeno (Pergamo, 200 d.C.) quien estudiando a gladiadores
con heridas en la cabeza establecerá, a partir de hechos concretos, una aproximación a las funciones
del cerebro y sistema nervioso, estudios que complementa con experimentos en animales (más
concretamente, con cerdos). Aunque no asigna la memoria a ninguna parte en concreto del cerebro,
si le concede bastante importancia a los ventrículos (huecos dentro del cerebro rellenos de líquido).
Esta idea se mantendrá durante casi mil años hasta que Leonardo Da Vinci, en sus estudios de
anatomía, compara cerebros de personas con cerebros de animales, principalmente bueyes, no
hallando diferencias entre los ventrículos de una y otra especie, lo cual indujo a pensar que estos
elementos poco tenían que ver con las capacidades intelectuales.
Descartes situó la “sede del alma” –son sus propias palabras en la glándula pineal, partiendo del
hecho erróneo de que los animales no poseen este órgano, de ahí que careciesen de intelecto.
Será en siglos venideros, pero principalmente ya entrados en el siglo XX, que a partir de notables
descubrimientos (Ramón y Cajal y las neuronas) y numerosos experimentos (uno de los más
conocidos, Ivan Pavlov y el condicionamiento de los perros) irán poco a poco saliendo a la luz
nuevos conocimientos.
Durante la década de 1950, el neurocirujano Wilder Penfield descubrió que estimulando con una
sonda eléctrica diferentes zonas del cerebro podía inducir distintas funciones, lo que animó a
diseñar un “mapa del cerebro” donde se mostraba cada zona del cerebro qué funciones tenía
asignadas (todavía se sigue investigando en este campo).
A partir de esta idea, el psicólogo Kart Lashley llevó a cabo un experimento para determinar que
región del cerebro era responsable de la memoria. Cogió un grupo de ratas adiestradas y provocó
una lesión a cada una de ellas en una zona distinta del cerebro, al objeto de estudiar cual de ellas
perdía la capacidad de memoria (la rata que no pudiese recordar es la que habría sufrido la lesión en
la zona de la memoria). Pues bien, no logró ningún resultado satisfactorio; ninguna lesión parecía
afectar directamente a la memoria. Sin embargo, Lashley se lo tomó con buen humor: concluyó que
su experimento podía tomarse como base para la teoría de que, en realidad, la memoria no existe.
Actualmente se considera que la base física de la memoria la constituye esa intrincada red que
forman las múltiples conexiones de unas neuronas con otras, aunque también se está poniendo de
relieve la importancia del hipocampo (en pruebas realizadas a taxistas londinenses se ha constatado
como su hipocampo es mayor que en la mayoría de personas, ¿influye el hecho de que allí sea
obligatorio superar exámenes en los que se exige tener memorizadas un gran número de calles y
rutas?).
Palabras clave para el método fonético
Se muestra a continuación una relación de palabras que representan, según el modelo del método
fonético, los números de cero a cien. No se trata de una lista exhaustiva –seguramente, con
diccionario en mano, encuentres bastantes más términos pero constituye una referencia válida para
localizar rápidamente una palabra clave, ofreciendo un mínimo de cinco alternativas para cada
número (así puedes elegir como palabra clave la que más te convenza).
Todas las palabras se han seleccionado conforme la siguiente tabla:
0 r rr
1 t d
2 n ñ
3 m w
4 c k q
5 v l ll
6 s z
7 f j
8 g x ch
9 p b
Listado de palabras:
0 aire aro euro ira ora oro raya rayo reo río
1 ateo ato auto día dúo hada idea oda oído té tea tía yate yodo
2 ana año eón heno hiena nao no noé uña yen
3 ama humo maya mayo miau moho ohm yema
4 cayo eco oca yak yuca
5 alá aloe aula ave hiel hielo hilo huella huevo hule leo ley lío ola vaho vía
6 as haz hez hoz hueso osa óseo oso sayo yeso zoo
7 ajo eje feo hijo hoja joya ojo
8 agua chao gay geo hacha higo hucha yegua yoga yugo
9 apio baya boa boya buey búho haba hipo oboe opio pi pie púa
10 atar atrio autor duro éter hedor hiedra odre tahúr tara tarro tauro tiara tierra tiro tirria tora toro
torre troya
11 ataúd dado dato dedo deuda dieta diodo dote duda dueto tata tato tedio teta tute
12 adán aduana atenea atún daño diana don duna edén etnia otoño taina tenue tina tuna
13 átomo dama doma ítem tema timo tomo
14 ático dique duque ética taca taco taque teca tic toca tokio
15 dalia dial diva dolo dual duelo dula edil hotel idilio ídolo italia tala talle tallo tela tila toalla tollo
tv
16 adiós audaz dehesa deseo dios odisea tasa taza tieso tiza tos
17 atajo dejo tajo teja tufo
18 adagio daga dicha diego ducha tacha taiga taxi techo tocho toga
19 adobe etapa tabú tapa tapia tebeo tibia tipo tope topo tuba tubo tupé utopia
20 anuario enero henar heñir honra inri noria nuera nuria
21 ánodo ante añada hindú honda indio nata náyade nido nieto nota nudo onda oyente
22 enano nana nena neón niña ñoño unión
23 anemia ánima ánimo enema nimio nomo
24 anca encía eunuco inca inocuo necio nuca yanqui yunque
25 anillo envio nave navío nieve nilo novia nulo
26 anís añoso ensayo inés nasa náusea nazi nos nuez onza
27 anafe añejo enojo hinojo naife naja
28 anchoa anexo enagua hincha hongo nexo nicho noche ónix
29 inopia nabo naipe napa nube nubia
30 mar marea maría mero miar miura mora moro muro
31 mate media meta miedo mito moda mota mote moto mudo mutua
32 amén himno imán maná manía mano menú meón mina mono moño
33 mahoma mamá memo mimo momia
34 hamaca maca meca mica mico moco mueca
35 emilio homilía mal malla mella miel mil milla mole muela muelle mula
36 maíz masa masía mazo mes mesa misa mohoso moza mus musa museo
37 mafia maja mijo mofa moje
38 amigo macho magia mago mecha meiga miga mocho omega
39 ameba hampa impío mapa miope
40 acera cara carro cera cierre cirio coro correa corro cría cuero cura curia curry
41 aceite ácido acta caída cata cayado cid cita codo cohete cota coto coyote cuota
42 acné caín can cana canoa caña cena ceño cieno cine cono cuna cuña cuño icono kenia océano
quina
43 cama cima coma kiwi quema
44 acequia caca cacao caco cauce cayuco coca coco cuco hocico hockey kayak quicio
45 cal cala calle callo cava celo cielo col cola cuello cueva culo kilo koala quilla
46 caos casa caza cazo cese coz ocaso queso
47 café caja ceja cofia cojo queja
48 cacha caucho ciego coche quechua
49 cabo caoba capa capó cebo cepa cepo cobaya copa copia copo cuba cubo cupé equipo
50 alero hilera lar laura leer lira lirio lloro loro oler olor ovario vara ver vera virrey voyeur
51 lado lata laúd lidia lodo lote loto luto vado vahído vatio veda vid vida vídeo viuda voto vudú
52 lana leña leño león liana línea lino llano lleno lona luna ovni vaina vena vino viña
53 álamo alma lama lema lima limo llama loma lomo olmo
54 alicia hélice laca lacayo lacio laico liceo loco lucia lucía vaca vacío vicio
55 lava leal lelo leva lila llave lluvia olivo valla valle vela vello vial villa viola viva volea vuelo
56 alas lazo losa loza luis luz vaso visa voz
57 elfo lejía lija lujo oleaje oveja viaje viejo
58 alga lago laxo leche lego legua liga llaga lucha vago vega viga vigía
59 alba labia labio lapa libia lobo lupa
60 sarao sarro saurio serie sierra siria soria suero sur zahorí zaire zar zorro zurra
61 saeta sed seda seta sida soda soto suite zeta zote
62 saña sauna sena seno seña sien sonia sueño zaina zen zona
63 asma semi show simio suma sumo zoom zumo
64 saco sake sauce seco secuoya sequía socio sueco zoco zueco
65 asilo isla sal sala savia sello silla sol suela suelo zalea zulo zulú
66 oasis seso sisa soez sos sosa suiza zas zazo zeus
67 sofá sofía soja sufí zafio
68 saxo sexo siega soga zaga
69 aspa espía sabio sapo sebo sepia sopa sub zapa zupia
70 faro feria férreo ferry fiera foro forro frío furia jara jarra jauría joyero ojera ujier
71 fado feto feudo fideo foto fuet jade jet jota judía
72 fan fauna fin fino jaén jonio juan junio
73 ejem fama fumo jaime jeme
74 faca foca foco jaca jaque jeque juicio
75 falla falo fiel fila folio fuel fuelle jalea jaula java jehová julio ojal
76 fase faz fez fosa fusa jaez josé juez
77 faja fajo fofo jauja jefe
78 efigie fax fecha ficha fuego fuga juego jugo
79 efebo fobia jeep job jopo
80 agora chorro churro garra gorra grao grúa guerra gurú ogro yogur
81 chata chota chut gaita gato godo gota gueto hígado óxido
82 chino gen genio ghana guinea guiño guión iguana
83 axioma gama gamo gema goma gumía
84 chaqué cheque chic chico goce
85 águila axila chal chavo chile chivo chollo chulo gala gallo gel gol gula iglú
86 chas chaza choza chuzo gas gasa geisha gozo guiso hachís hechizo hogaza
87 aguja chef chufa gafe gajo guaje
88 chacha chicha chucho gacha gago gaucho
89 chapa chepa chip chopo giba guapa guayaba
90 bar barra barrio barro berro brea burro pareo parra pera perro piara pira poro porra proa puerro
puré
91 bata bate bayeta beato beodo beta bidé bit boda bota bote buda pata paté patio pato pedo peto
podio poeta
92 baño boina bono pan pana paño peana peine peña peón piano pino piña poni puño
93 bioma bohemio poema pomo puma
94 baca beca bici boca buceo buque paco peca pecio pico
95 baile bala baúl biela bol bola paella pala palio pavo pelea pelo piel pila playa polea pollo polo
96 bazo beso boza bus buzo país paseo payaso paz pesa pez piso poesía pozo pus
97 boj bujía paja paje peaje piojo puja
98 bache bicho boxeo buche pachá paga pago pecho
99 baba babia bebé bobo papá pepe pipa pipi pub
100 derruir terrario terror torear torero