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artículo científico

RINOSCOPIA

Joan Quesada González


Hospital Veterinari del Maresme
Camí de la Geganta 113, Mataró

Introducción

El diagnóstico de las enfermedades nasales es complicado por la similitud de los signos clínicos en la mayoría
de trastornos y por la inaccesibilidad al interior de la cavidad nasal. La rinoscopia permite el examen de esa
cavidad, la toma de muestras para histopatología y en algunos casos realizar procedimientos terapéuticos.

Se considera que gracias a la rinoscopia podemos alcanzar un diagnóstico definitivo en torno al 83-91 % de
las ocasiones (1, 2).

Los signos clínicos más comunes asociados a enfermedad nasal son el estornudo, la descarga nasal, la
epistaxis, el estertor y la obstrucción de la vía nasal. En ocasiones puede aparecer dolor o deformación facial.
Los animales afectados pueden incluso frotarse de forma intensa la región nasal.

La rinoscopia está indicada en enfermedades nasales que cursen de forma aguda ( pe. un episodio violento
de estornudos ), en trastornos crónicos que no responden a tratamiento sintomático y en casos de epistaxis
de origen desconocido en ausencia de desordenes de hemostásicos (3, 4, 5, 6).

La principal ventaja de la rinoscopia es que permite visualizar el interior de la cavidad nasal y conseguir
4 biopsias sin necesidad de realizar una rinotomía.
RINOSCOPIA- Quesada J.

Equipos

La mayoría de veterinarios utilizan un endoscopio rígido de 2,7 mm. de diámetro, 18 cm. de longitud y un
ángulo visual de 30º. El endoscopio se coloca en el interior de una vaina de cistoscopia que presenta un canal
de trabajo. Este canal permite irrigar continuamente el campo visual e introducir instrumentos para retirar
cuerpos extraños o recoger muestras para estudio histopatológico. El grosor total es de 4*5,5mm., con una
longitud de trabajo de 16,5 cm. (Fig.1, 2 y 3)

Figura 1. Endoscopio rígido de 2,7 mm. de diámetro y 18 cm. de Figura 2. Vaina de cistoscopia. Su canal interno permite la
longitud con un ángulo visual de 30º. irrigación continua y la introducción de pinzas.

Figura 3. El rinoscopio permite la introducción de Figura 4. Vaina de artroscopia de 4 mm. de diámetro. Útil en
pinzas de reducido calibre para tomar biopsias o animales de pequeño tamaño. Presenta un espacio interno para
extraer cuerpos extraños bajo visualización directa. irrigar, pero no permite la introducción de pinzas.

En animales muy pequeños protegemos la óptica con una vaina de artroscopia, que presenta un diámetro de
4 mm. Esta vaina tiene un espacio interno para la circulación de la solución de irrigación, pero no presenta
canal de trabajo para la introducción de pinzas. Existen en el mercado ópticas de menor tamaño, muy útiles
en animales pequeños. (Fig.4)

Preparación del paciente

Evidentemente, la rinoscopia se realiza bajo anestesia general. Debemos realizar un examen físico y una
valoración preanestésica completa mediante hemograma, perfil bioquímico y electrocardiograma. En los
casos de epistaxis debemos valorar previamente TP, TTPA y el tiempo de sangrado. En función de los casos
debemos realizar serologías de Leishmania, Ehrlichia y Rickettsia.

La mucosa nasal es extremadamente sensible por lo que se requiere un plano anestésico profundo. De no ser
así, el paciente puede estornudar violentamente, con un riesgo importante de lesiones en cavidad nasal y de
rotura de los equipos. El protocolo anestésico dependerá del estado del paciente.

Para evitar el paso de la solución de irrigación al tracto respiratorio inferior es fundamental la insuflación
correcta del globo del tubo endotraqueal, que sujetamos a la mandíbula. Con el mismo propósito, colocamos 5
unas gasas en faringe.
artículo
Trabajo científico
científico

En caso de ser necesario, el estudio radiológico y la toma de muestras para cultivo microbiológico deben
realizarse antes de iniciar la rinoscopia. Aunque podemos tomar muestras durante la misma si visualizamos
colonias fúngicas.

Técnica

El paciente se coloca en decúbito esternal (4, 5) y con una ligera inclinación de la cavidad nasal con respecto
al plano horizontal. De esta forma minimizamos el paso de fluidos a la nasofaringe. La porción anterior de
la cavidad nasal debe sobresalir de la mesa para facilitar la introducción del endoscopio. Algunos autores
colocan al paciente en decúbito lateral, con el lado afectado en la mesa (3, 6). Es importante colocar un
recipiente para recoger los fluidos. El clínico debe protegerse con una pieza impermeable. (Fig.5)

La cavidad nasal puede presentar secreciones que dificulten un examen detallado. Además, el contacto del
endoscopio con la mucosa nasal puede provocar sangrado. Es por ello fundamental, realizar la rinoscopia bajo
irrigación continua de solución salina o de Ringer Lactato, que va a mantener limpio el extremo de la óptica
y va a retirar sangre y exudados del campo visual. Es muy importante colocar unas gasas en faringe para
prevenir el paso de líquidos a tráquea. Algunos clínicos no realizan irrigación para poder visualizar el aspecto
y el color natural de la mucosa nasal. En todo caso, lo realmente importante es estandarizar el procedimiento
y practicarlo siempre bajo las mismas condiciones.

La introducción del endoscopio a través del orificio nasal se verá facilitada dirigiendo el endoscopio
dorsalmente. Una vez superado el pliegue alar nos dirigimos medial y ventralmente para introducirnos en
el meato nasal ventral.

La extensión de cavidad nasal que podemos explorar depende del tamaño del animal. En cualquier caso,
debemos practicar un examen sistemático de todas las áreas explorables. Valoraremos el aspecto de la mucosa
nasal, la forma de los cornetes y la permeabilidad de los meatos. Buscando la presencia de cuerpos extraños,
lesiones, exudados, sangre, masas y colonias fúngicas. Si detectamos lesiones, las biopsiaremos. En caso
contrario, tomaremos muestras de áreas al azar. Las biopsias se toman una vez finalizada la exploración ya

Figura 5. Posición
idónea para practicar la
rinoscopia. Animal en
6 decúbito esternal, con
una ligera inclinación de
la cavidad nasal.
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que pueden inducir un sangrado copioso. Las realizamos introduciendo unas pinzas para dicho fin a través
del canal de trabajo del cistoscopio. En animales de pequeño tamaño las realizamos sin visualización directa.

Se aconseja examinar ambas cavidades, incluso en trastornos unilaterales. En ese caso empezaremos por el
lado normal (3, 5, 6). Excepto en los animales pequeños, el examen puede ser bastante completo, alcanzando
incluso la nasofaringe.

Podemos observar epistaxis después de la rinoscopia. Para minimizarla es importante que la recuperación
postanestésica sea tranquila., utilizando sedantes si es necesario. Se recomienda que estos animales pasen
la noche hospitalizados para evitar que la excitación frente a los dueños u otros estímulos que promuevan
epistaxis.

Aspecto de la cavidad nasal normal


El interior de la cavidad nasal se organiza en forma de pliegues longitudinales de estructura ósea y
cartilaginosa recubiertos de mucosa nasal. Estos pliegues se denominan cornetes: dorsal, ventral y etmoidal.
Los espacios que existen entre ellos se denominan meatos: dorsal, medio y ventral. (Fig.6 y 7)

Figura 7. Cornete
etmoidal. Situado en la
Figura 6. Porción anterior porción inferior y caudal
del cornete ventral de la cavidad nasal. Se
y meato ventral. Los distribuye de una forma
cornetes dorsal y ventral replegada. El espacio
se distribuyen de forma que queda es estrecho y
longitudinal. angosto.

La mucosa nasal es lisa y presenta un color entre rosado y rojo. La coloración se aproxima al rosa pálido
cuando practicamos la endoscopia bajo irrigación, debido a la vasoconstricción. La presencia de exudados o
sangre es anormal, aunque pueden encontrarse pequeñas cantidades de moco.

El espacio entre los cornetes es estrecho, pero bien definido. Así que el endoscopio, excepto en animales
muy pequeños, puede introducirse sin problemas. Siguiendo una dirección ventromedial podemos alcanzar
la nasofaringe. El septo nasal se encuentra en la zona medial; es liso y vertical.

PATOLOGÍAS FRECUENTES

Neoplasias

En la cavidad nasal pueden desarrollarse diferentes tipos de neoplasia, siendo el más frecuente el de
origen epitelial y en segundo lugar el de carácter sarcomatoso. Pueden aparecer en diferentes lugares y su
aspecto puede ser muy variable. Por lo general se trata de masas que ocupan los meatos, distorsionando
la anatomía de los cornetes a medida que van creciendo. Normalmente presentan mucosidad o sangre
8 en su superficie. En ocasiones pueden tener un marcado carácter hemorrágico (3,4,5). (Fig.8,9 y 10)
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8 9 10

Figura 8. Adenocarcinoma nasal creciendo entre el tabique nasal y la porción caudal del cornete dorsal. Cubierto de exudado.
Figura 9. Adenocarcinoma nasal. La superficie es irregular con cierto aspecto lobulillar. Figura 10. Condrosarcoma nasal entre tabique nasal
y cornete dorsal. La superficie de la masa es irregular y presenta un carácter hemorrágico.

Aspergillosis nasal

El hallazgo endoscópico más frecuente observado en casos de aspergillosis es la exudación mucopurulenta.


Suele ser abundante y en ocasiones con presencia de sangre. La mucosa nasal está congestiva y friable.
En ocasiones se observa abundante tejido de granulación. A medida que la enfermedad progresa se
produce una destrucción de los cornetes y una sensación de espacio en el interior de la cavidad nasal.
Las colonias presentan un color blanco amarillento y en ocasiones un moteado de aspecto metálico,
entre gris y negro (3, 6). (Fig. 11 y 12)

11 12
Figura 11. Aspergillosis na-
sal. Las colonias micóticas Figura 12. Aspergillosis na-
cubren la superficie de los sal avanzada. Destrucción
cornetes proporcionán- de cornetes y lesiones ero-
doles una coloración sivas. Colonias fúngicas en
blanquecina. posición caudal.

Cuerpos extraños
La presencia de cuerpos extraños en la cavidad nasal es frecuente. Normalmente se trata de espigas que
provocan rinitis de presentación aguda, con un marcado carácter estacional. En ocasiones están rodeadas
de fibrina y exudados. Pueden retirarse fácilmente utilizando pinzas. (Fig.13 y 14)

Figura 14. Extracción de


Figura 13. Cuerpo extraño una espiga mediante
de carácter vegetal (es- pinzas introducidas en el
piga ) alojada entre los canal de trabajo del en-
cornetes. doscopio.

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REHABILITACIÓN DEL PACIENTE GERIÁTRICO: OSTEOARTROSIS - Del PRINOSCOPIA-
ueyo, G. y Guillorme
Quesada, J.S

Rinitis secundaria a procesos dentales


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La inflamación alrededor de las piezas dentales maxilares puede extenderse
hasta la cavidad nasal provocando rinitis. Durante la rinoscopia pueden
observarse exudados e incluso sangre en la zona ventral y lateral de
la cavidad nasal. Al retirar los exudados mediante irrigación podemos
encontrar áreas hiperémicas o erosionadas, e incluso visualizar las raíces
de las piezas dentales implicadas. En ocasiones podemos encontrar una
comunicación oronasal. (3, 6). (Fig. 15) Figura 15. Rinitis asociada a enferme-
dad periodontal. La destrucción ósea y
de la mucosa nasal permite visualizar la
Rinitis linfoplasmocitaria raiz de un colmillo en la cavidad nasal.

Se caracteriza por la presencia abundante de exudado mucoso, en ocasiones con sangre. La mucosa nasal
es hiperémica, irregular, edematosa y friable. El espacio entre cornetes se estrecha, siendo difícil avanzar
el endoscopio. En ocasiones se observan estructuras polipóides e incluso distorsión de la arquitectura de
los cornetes. En casos graves podemos encontrar atrofia o pérdida de cornetes (7, 8). El diagnóstico se
establece por la presencia de cambios inflamatorios inespecíficos en ausencia de otras causas, asociado a un
predominio de células linfoplasmocitarias en el estudio histopatológico. (Fig. 16,17 y 18)

16 17 18

Figura 16. Rinitis linfoplasmocitaria. Gran cantidad de exudado mucoso.


Figura 17. Rinitis linfoplasmocitaria. Exudado mucoso, edema de cornetes y colapso de meatos.
Figura 18. Rinitis linfoplasmocitaria. Atrofia de cornetes y mucosa nasal hiperémica desorganizada.

Bibliografía

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8. Windsor RC, Johnson RL: Canine chronic Inflammatory rhinitis. Clinical Techniques in Small Animal Practice, 21, 76-81, 2006.

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