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Nos juntamos en un Starbucks en el sector oriente de la capital para conocernos. Llegó puntual y con
una actitud en extremo relajada. Sin importar si es o no un rock star, al menos aparenta serlo: se viste
como tal y arrastra las palabras como quien se acaba de despertar. “Me carga la lluvia”, es lo primero
que me dice al sentarse. Por lo mismo, aún medita si pasar o no al gimnasio después de la entrevista. Y
es que de aquel gordito que interpreta en Promedio Rojo, queda muy poco.
La artística vida e historia de Ariel Levy Dor comienza muy prematuramente. Ya de niño presentaba
síntomas de estrella metalera: era el ruidoso e hinchapelotas del curso, y lo estrictamente académico en
definitiva no era lo suyo. Es más, es tal la coincidencia, que otros periodistas tal vez menos creativos han
desafiado la lógica y han escrito: “A Levy lo expulsaron por Mala Conducta y por tener Promedio Rojo”.
Su educación media la cursó en el Henry Fayol School, en donde se pudo adaptar lo suficiente como
para llegar hasta cuarto sin mayores problemas. A pesar de esto, sus mejores amigos siguieron siendo
del Hebreo, lugar en el cual asistía a un movimiento juvenil, Tzeirei-Ami, en donde pudo poner en
práctica su lado más lúdico y creativo, llegando en su adolescencia a ser uno de sus líderes.
Después de salir del colegio, Ariel entró a estudiar actuación en la UNIACC. Luego de un año y medio, se
salió. “No me gustaba la manera en que te enseñaban a actuar. Me hacían estudiar como ciencia algo
que no lo es. La actuación es más de piel, de emociones, y no es una disciplina estricta, porque cada
individuo tiene su propio proceso”, comenta Levy mientras se sigue acomodando y moviendo en un sofá
perfectamente confortable.
La película fue todo un éxito, e incluso fue alabada por cineastas tan diversos como Guillermo del Toro y
Quentin Tarantino. A partir de ese momento los trabajos en el mundo de la actuación no le faltaron. Ya
en el 2005 tuvo un pequeño papel en la película Se Arrienda, al cual le siguieron tres miniseries en
Megavisión, en donde trabajó en conjunto con chicos del programa Mekano.
Al año siguiente, Ariel Levy tuvo su arribo definitivo en las teleseries, al incorporarse a la recién creada
área dramática de Chilevisión, en la que se mantiene hasta el día de hoy, participando primero en Vivir
Con 10, luego en Mala Conducta, y próximamente en Sin Anestesia. Esta última, a estrenarse el segundo
semestre, lo tendrá con un rol más protagónico, y menos centrado en la figura del joven rebelde.
—Lejos el personaje que causó mayor identificación con el público fue el de Mala Conducta, en donde
interpreté a un tipo voyerista, que por lo mismo le decían “El Carpa”. Pero para la próxima teleserie
tendré un rol más protagónico— comenta Levy. Y es que Sin Anestesia cuenta la historia de cinco
internos, y él es uno de ellos. “Mi historia es algo así como Grey´s Anatomy” dice Ariel, refiriéndose a la
exitosa serie norteamericana sobre amoríos entre funcionarios de una clínica.
Pero como la mayoría de los actores, Levy no se conforma con trabajar exclusivamente en teleseries. Su
llegada al teatro fue con el musical In Love en septiembre del 2007. A los pocos meses, Ariel estaba
participando en la obra La Chancha, que trataba acerca de un grupo de jóvenes que abren un sitio de
internet para suicidarse colectivamente. “La recepción de La Chancha fue excelente, y por primera vez
sentía que podía transmitir en vivo mis emociones al público”, recalca Levy. Dicha obra fue luego
seleccionada en Teatro a 1000.
“Don Nadie”
A Ariel Levy siempre le ha gustado la música. Cree que es su mayor pasión. De los 10 años que estaba
con clases de guitarra, y en sus colegios participó en diversos conjuntos y bandas estudiantiles que
finalmente no llegaron a puerto, pero que le sirvieron para enamorarse de la música.
Don Nadie, la banda en la que es vocalista y guitarrista, partió con Levy escribiendo canciones junto a su
ex compañero del Instituto Hebreo Fernando Wurmann. Pero la puesta en marcha del grupo vino recién
el 2007. Luego de la grabación de Vivir Con 10, Ariel participó como invitado en el programa Invasión
(también de Chilevisión), en donde conoció al animador Matías Vega, quien tocaba el bajo. Hubo feeling
y Vega se integró como bajista. Con la llegada de Andrés Larraín como baterista el grupo estaba
completo y listo para salir al escenario.
Su debut fue en enero del 2008, en cuya ocasión tocaron en el Cine Arte Alameda abriendo para Rock
Hudson. La recepción fue excelente, y a partir de ese entonces la banda hace una presentación en vivo
casi todos los meses, en espera de su álbum debut, para lo cual están negociando con distintos sellos
musicales o viendo la posibilidad de subirlo a MySpace como ha sido la tónica a nivel mundial con
grupos de música emergentes.
—En Chile sigue siendo lo mejor estar en un sello, sobre todo cuando Feria Music controla gran parte del
mercado. Pero yo creo que los shows en vivo son cada vez más importantes, porque la gente los está
entendiendo como un momento único e irrepetible en comparación a un disco que se puede bajar
ilegalmente de internet. También es una acción democrática porque así los artistas vuelven a ganar
plata.
Después de una hora de entrevista, Levy se despide. Está con la hora justa para llegar al gimnasio y
seguir entrenando. Finalmente la lluvia no le ganó.