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Bombal
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en centro y motivación, sino que también dictamina los
posibles modos de ser para la mujer (madre/santa,
loca/bruja).
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de los hechos narrados al mismo tiempo. En otras
palabras, embauca al lector de modo magistral para
situarlo en su juego onírico, capturando la confianza en el
todo usado para narrar: el carácter intimista a modo de
reflexión y no de confesión hace que el texto se torne
verosímil a pesar de sus quiebres temporales.
• Finalmente, se puede señalar que todo lo mencionado
anteriormente delata la condición de la mujer: debe
configurarse en torno a una figura masculina.
• Cuando Ana María reflexiona con respecto a la relación
con su marido, se pregunta: “¿Por qué, por qué la
naturaleza ha de ser tal que tenga que ser siempre un
hombre el eje de su vida?” (Bombal, 142).
• Si se observa con detención, son los hombres los que más
influyen en la vida de Ana María: Ricardo, Fernando,
Antonio, sus hijos, su padre y el padre Carlos, determinan
una cartografía por la cual Ana María transita durante
toda su existencia.
• En la novela, los personajes femeninos se caracterizan por
sus ausencias (su madre, su hija, María Griselda) y es
desde ese vacío que efectúan su accionar, instalando más
inmovilidad que desplazamiento, a diferencia de los
personajes masculinos.
• El transitar de Ana María deja su huella en el cuerpo, sus
relaciones dejan marcas en su piel a modo de escritura, de
llaga y de herida (aborto, partos, arrugas). Y estas marcas
son todas en relación a dictámenes masculinos que se
imponen desde afuera, predeterminando los modos de
actuar de la mujer, señalando qué se debe desear y qué no
(aquello del paraíso), quién se debe desear y quién no,
despojando a la mujer de una autoexploración que le
permita constituir su personalidad desde sí misma y para
sí misma.
• De lo anterior se puede recalcar el carácter vanguardista y
adelantado a su época (y tal vez, también a esta) de la
narrativa bombaliana. Sus textos aun tienen eco ya que se
instala desde una posición ambigua, que permite la
exploración constante en distintos territorios que se
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configuran en relación al lector. Para esto ayuda el
carácter onírico y surrealista, logrando que la lectura y la
interpretación se sitúen no sólo en la metáfora, sino que
también en el ejercicio metonímico y sinecdótico (se trata
de una sustitución del indicio somático (síntoma) en lugar
de un estado o época de la vida).
• Es importante destacar que los temas que toca, a pesar de
los casi 70 años de distancia, no ha sido agotados ya que
exploran de un modo no acotado en la condición humana
y en la angustia de la existencia.