/ agosto de 2007
Por Francisco Estrada/foto de Elizabeth Maldonado
En su juventud, futbolista. Ahora, promotor cultural.
C uando era un niño y ju-
gaba al fútbol con los pies
bien asentados en alguna can-
cha de Ouagadougou –pero
con la cabeza en algún esta-
dio de Francia– Moumouni
Manacounou no pensaba que
algún día tendría que aban-
donar este deporte por una
lesión. Menos aun imaginaba
que podría convertirse en un
enlace cultural entre su país,
Burkina Faso, y Catalunya.
Actualmente reside en Barce-
lona y, desde que en 2004 tra-
jo al grupo multidisciplinario
Na-yiid Nere al Fórum, no ha
parado de fomentar el flujo de
información entre su país na-
tal y el que ahora lo acoge.
¿Cuál es el objetivo de
Burkina Faso També?
La idea era formar un puente
cultural entre Burkina Faso y
Cataluña. Es así como en 2004
“Los europeos nos muestran
una película falsa”
nos juntamos catalanes y bur-
kineses y propusimos el nom-
bre de mi país, Burkina Faso,
junto con la palabra catala-
na ‘també’. ¿Pero por qué ese
nombre? Lo que sucede es que,
cuando recién llegué a Barce-
lona, la gente me preguntaba
de dónde era yo. Al respon-
derles que de Burkina Faso,
me decían “ah, por Perú”, y
eso no me gustó (risas). El
‘també’ alude a que ‘también
existimos’ en el mapa. Pronto
tendremos lista nuestra web
www.burkinafasotambe.org
¿Su principal objetivo es
el intercambio cultural?
No, porque uno de nuestros
pilares es el tema de la in-
migración, poniendo énfasis
en brindar información a los
que quieren emigrar de Áfri-
ca. Tanto en Europa como
allá hay desconocimiento so-
ENTREVISTA
Moumouni Manacounou, presidente de la ONG
Burkina Faso També
bre cuáles son los verdaderos
motivos de la inmigración.
Todo empieza porque los eu-
ropeos nos muestran una pe-
lícula falsa. Cuando enseñan
Barcelona, nunca aparece el
Raval sino el Fórum y Paseo
de Gracia. Igual que en París,
donde nunca enseñan los su-
burbios… En su lugar, optan
por mostrarnos el Paraíso.
¿Qué produce eso?
Se genera una visión falsa de
Europa. Y aunque tengas un
trabajo y una situación esta-
ble, como ser humano, siem-
pre vas a querer más. Por eso
piensas: “Lo que tengo lo ven-
deré, luego lo invertiré y allá
me volveré rico”. Así es como
vienen los cayucos, que no
son los que verdaderamente
necesitan emigrar del conti-
nente africano. Ellos deberían
quedarse para generar trabajo
allá. Los que sí necesitan irse
no pueden ni pagarse el viaje.
¿Cómo combaten
ustedes esos mensajes
distorsionados?
Yendo a ferias para difundir
información. Además, en oc-
tubre, haremos seminarios con
líderes de asociaciones juveni-
les y también en universidades
burkinesas. Todo esto enmar-
cado dentro de un festival,
porque en África, cuando hay
una fiesta, viene más gente.
También haremos talleres y un
librito informativo en francés,
Lo que tienes que saber antes
de venir a Europa.
¿Cómo prepararon
este proyecto?
En una primera fase, con aso-
ciaciones universitarias que se
encargaron de hacer un estu-
dio. Esa investigación nos sir-
vió para darnos cuenta de que
en Burkina carecían de mucha
información. Inclusive, quie-
nes habían podido venir hasta
acá y volver, no tenían infor-
mación. Es decir, en Europa
tampoco tuvieron acceso a la
realidad.
También tienes una tienda
de ropa…
Sí, pero eso es una empresa
privada, pero que igual se rela-
ciona con mi ideología sobre el
concepto de inmigración: ten-
der puentes entre los pueblos.
Todo empezó cuando, con mi
mujer que es directora crea-
tiva, tuvimos la idea de crear
una marca para niños. Enton-
ces, a partir de los viajes que
hicimos a Burkina, se nos ocu-
rrió darle mucho más valor a
la tela africana. Se puede decir
que este proyecto es un fruto
positivo de la inmigración.
¿Cuál es el método
de trabajo?
La marca, los patrones y los
modelos los creamos acá, pero
la confección se hace en Bur-
kina. Luego, distribuimos los
productos en tiendas españo-
las. En total son doce almace-
nes en distintas ciudades. La
marca se llama Kamba Kids.
‘Kamba’, en mi lengua, signi-
fica ‘niño’.
inmigración
¿Y es buen negocio?
Por ahora no tenemos ganan-
cias. El hecho de tener que viajar
constantemente genera muchos
gastos. Lo que sucede es que
allá hay otra mentalidad de tra-
bajo. Como en Europa existen
patrones de calidad distintos,
estamos inculcando esos va-
lores de calidad allá. Y cuando
ves los resultados, es muy gra-
tificante. Por ejemplo, ya hemos
aparecido en el último Vogue de
Madrid. Cuando llamé a Burki-
na para contarles, estaban muy
extasiados de sólo saber que un
producto suyo había salido en
una revista como esa.
Al principio me dijiste que,
cuando vivías en Burkina,
no te interesaba Europa.
¿Por qué te quedaste?
Primero vine a ver y después
me gustó. Me di cuenta de que
con los catalanes podías con-
vivir e intercambiar. Es decir,
no era como pensaba antes, y
eso es parte de los prejuicios
que uno puede tener, como
también puede tenerlos la so-
ciedad receptora.
¿Y luego qué pasó?
Uno va entendiendo muchas
cosas. Al principio, mi mundo
era mi país, y lo que veía por
la tele era otro mundo que no
me interesaba. Y el hecho de
conocer a mi mujer (catalana)
me enriqueció. Ahora tenemos
una niña que en septiembre
cumplirá tres años y que es
una monada. Ella es la modelo
oficial de nuestra ropa.