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LA TIERRA EN EL UNIVERSO. GEOLOGÍA DE LOS PLANETAS.

ORIGEN DE LA TIERRA Y DEL


SISTEMA SOLAR

EL PROBLEMA DE LA POSICIÓN DE LA TIERRA EN EL UNIVERSO. SISTEMAS GEOCÉNTRICO Y


HELIOCÉNTRICO. ASPECTOS HISTÓRICOS: Desde la más remota antigüedad, los hombres han
estudiado el cielo y los astros. En el siglo V a.C. Pitágoras afirmó que la Tierra era esférica a
partir de ciertas observaciones. En el año 450 a.C. Anaxágoras dedujo que la Tierra y la Luna, al
igual que el resto de los planetas, son grandísimos trozos de roca en movimiento por el espacio
y explicó los eclipses de Luna por la sombra que la Tierra proyecta sobre la Luna cuando pasa
entre la Luna y el Sol. Platón, en el siglo IV a.C. sitúa la Tierra en el centro del Universo y los
planetas describiendo alrededor un movimiento circular (sistema geocéntrico). Hacia el año
200 a.C. Eratóstenes mide con gran precisión la circunferencia ecuatorial de la Tierra.
Ptolomeo en el año 140 d.C. sitúa la Tierra como centro del Universo, por lo que sus ideas
siguen apostando por un sistema geocéntrico. Copérnico hacia el año 1500 fijó el Sol en el
centro del Universo, encontrándose los planetas girando alrededor de él y describiendo órbitas
circulares. Se apuesta ahora por un modelo heliocéntrico, aunque el error más grande de
Copérnico, aparte de situar el Sol como centro del Universo, es considerar las órbitas
circulares. Keppler es el creador de la moderna astronomía. En 1718 Halley y Wright
interpretan la Vía Láctea como un inmenso círculo de estrellas en el cual se encuentra el
sistema solar (teoría de la nebulosa primitiva).

LA TIERRA EN EL UNIVERSO: Vista desde el espacio nuestro planeta presenta tonos azules con
los continentes de color pardo rojizo y con zonas envueltas en blancos vapores de nubes. Se
observa una asimetría en la distribución de los continentes, los cuales se encuentran
concentrados principalmente en el hemisferio norte. Existe un intercambio continuo entre las
masas de aire y de agua, lo que da lugar a precipitaciones, que a su vez da lugar a la aparición
de los ríos y lagos. Orogénesis, vulcanismo y terremotos son indicios de la constante actividad
de nuestro planeta. La Tierra absorbe la radiación solar fundamentalmente a través de su
superficie, aunque una parte de dicha energía es absorbida por la atmósfera y las nubes.

La Tierra y todo el sistema solar, como elementos incluidos en nuestra galaxia (Vía
Láctea) se desplazan con ella. La Tierra presenta un movimiento de rotación, es decir, gira
sobre sí misma alrededor de su eje polar, este movimiento da lugar a los días y las noches
durando aproximadamente 24 horas. Un movimiento de traslación girando alrededor del Sol
con una órbita ligeramente elíptica, y tarda 1 año en dar una vuelta completa alrededor del
Sol, concretamente 365 días y 6 horas. El sistema solar da vueltas alrededor del centro de la
galaxia en un movimiento llamado rotación galáctica. La Tierra se desplaza también con otros
movimientos como el de precesión o la nutación, que afectan a la posición del eje de rotación
del planeta. La inclinación del eje de rotación terrestre y el movimiento de traslación dan lugar
a los cambios estacionales.

GEOLOGÍA DE LOS PLANETAS: Venus: la característica principal de la atmósfera de Venus es su


capa de nubes. Las capas atmosféricas que se encuentran por encima de las nubes, muestran
una ausencia casi total de oxígeno y abundancia de anhídrido carbónico. Mercurio: Su
atmósfera se reduce a un modesto flujo de gases ligeros (hidrógeno y helio) aportados por el
viento solar, y de gases inertes (argón y neón) que proceden de una degasificación del suelo.
Marte: su atmósfera está cargada de anhídrido carbónico, aunque también presenta otros
gases como nitrógeno y argón. El porcentaje de agua es muy escaso y el oxígeno y el monóxido
de carbono aparecen a nivel de trazas. Júpiter: en su atmósfera se observan gases que
absorben las longitudes de onda del rojo e infrarrojo, se han identificado como amoniaco y
metano. La existencia de estos gases demuestra que no existe oxígeno, aunque hay otros gases
como etano, monóxido de carbono y anhídrido carbónico. Saturno: su atmósfera presenta
principalmente hidrógeno y helio, aunque también metano y amoniaco. La estructura
atmosférica de mayor importancia son las bandas paralelas al ecuador formadas por nubes de
las que existen 6 en cada hemisferio. Urano y Neptuno: poco se conoce de la atmósfera de
Urano, solo que parece poseer bandas de metano al igual que en Neptuno. En ambos aparece
hidrógeno en su atmósfera. Plutón: es un planeta enano del sistema solar. Su masa pequeña y
la baja temperatura por su alejamiento del Sol, hace suponer que muchas moléculas que
podrían formar una atmósfera pueden encontrarse en su superficie en forma de hielo. Las
moléculas más ligeras, como el hidrógeno y el helio, han debido de escapar a la atracción
gravitacional de este planeta.

Venus, Mercurio, la Tierra y Marte son planetas sólidos y rocosos. Júpiter, Saturno,
Urano y Neptuno son planetas gaseosos formados básicamente por hidrógeno y helio. Plutón
es un planeta enano sólido y helado.

ORIGEN DE LA TIERRA Y DEL SISTEMA SOLAR: Hemos de partir de la idea de que todos los
planetas tienen una relación directa o indirecta con el Sol y se han formado de la misma
manera. Desde la antigüedad, las teorías acerca del origen de nuestro planeta se han dividido
en 2 grupos: las que defienden que la Tierra es una masa desprendida del Sol y las que
defienden que nuestro planeta es totalmente ajeno al Sol. La primera teoría supondría que la
Tierra se habría ido enfriando desde su formación y estaría en continua contracción, esto
explicaría la aparición de pliegues y fallas inversas. La segunda teoría supondría que nuestro
planeta se ha ido calentando, con la consiguiente dilatación de su corteza, esto explicaría las
fallas normales o directas y las fosas tectónicas. Es, por tanto, difícil sacar conclusiones acerca
de las relaciones entre la tectónica y el origen de la Tierra.

Una de las principales teorías es la llamada “teoría de la nebulosa primitiva” (Laplace,


1784) sobre el origen del sistema solar. En un principio existía una inmensa nube de gas que
giraba con un lento movimiento de rotación. Poco a poco la nebulosa fue condensándose por
efecto de la gravedad impulsando todas las partículas al centro. Esto hizo aumentar la
velocidad de rotación. Se formó un núcleo llamado protosol que dio origen al Sol. El protosol
fue dejando tras de sí una serie de anillos gaseosos cuyas partículas llegaron a unirse formando
los planetas. Se supone que esas masas gaseosas que dieron lugar a los planetas gigantes
fueron capaces de producir unos cuerpos menores, los satélites, a través de un proceso
análogo.

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