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CULTIVO DE ROSAS

Bellas, aromáticas, perfectas para toda ocasión, las rosas son sin duda, las flores
favoritas de la mayoría. Sin embargo, para lograr rosas sanas y duraderas en
nuestro jardín, estas plantas requieren de cuidados específicos sobre todo
tratándose del clima cálido y el suelo pedregoso de nuestra región.

Lo primordial para comenzar a cultivar un rosal es realizar un trasplante exitoso,


según nos platicó la jardinista Jazmin Sosa Picasso. La tierra es un factor muy
importante, pues de su textura depende la correcta nutrición de la planta.

Para un rosal lo ideal es preparar una mezcla de tierra de composta y tierra negra
por partes iguales, esta permitirá adelgazar la textura de la tierra negra de tal
manera que evite la formación de costra en la raíz y el tallo permitiendo al rosal
absorber fácil y rápidamente todos los nutrientes. No es necesario cavar muy
profundo para trasplantar un rosal, bastan con 20 a 25 centímetros, pues si se
siembra muy profundo y hay poca tierra las raíces no tendrán hacia donde crecer y
hacerse fuertes.

Una vez concluido este paso el riego es la parte prioritaria del cultivo, pues las
plantas en flor requieren de mucho agua. Además los primeros días después del
trasplante, el rosal necesitará abundante agua para recuperarse y adaptarse pronto
al nuevo lugar; en esta etapa el rosal deberá regarse dos veces al día. El riego en
cualquier rosal debe ser abundante pero sin potencia en el chorro para mantener las
raíces en su lugar pues no son profundas en un principio. Por eso se recomienda el
uso de regaderas o atomizador, espaciar el riego para fortalecer la planta y evitar
encharcamientos para impedir que se pudra.

Después de que el rosal recién trasplantado muestre hojas nuevas y de buen color,
el riego será una vez al día, de preferencia en la mañana muy temprano o en la
noche, evitando regar en las horas de mayor calor del día así como mojar hojas y
flores pues esto favorece las enfermedades por hongos. En invierno el rosal
necesitará de menos agua y al final de esta estación es recomendable podarla.

En nuestra región, los rosales son el alimento preferido de la hormiga cortadora, que
pueden terminar con un rosal en cuestión de horas. Para ello algunas agropecuarias
venden “Denate” un insecticida a base de químicos que en algunas ocasiones reseca
el rosal haciendo que sus hojas se tornes de color amarillento. Pero si prefieres algo
natural, te proporcionamos una receta para formular tu propio insecticida.

En un litro de agua vierte:


· 1 cucharada de jabón líquido para manos o platos
· 1 cucharada de chile molido o piquín
· 1 cucharada de aceite
· ½ cucharada de tabaco molido o lo equivalente a un cigarro
* Déjalo reposar por una noche y cuélalo para vaciar a un atomizador.

Este insecticida se riega alrededor de la planta y en la parte baja del tallo, es muy
efectivo y puedes ocuparlo en cualquier otra planta.

Durante el primer año de vida de tu rosal deberás abonarlo cada 6 meses con tierra
de composta. Después sólo una vez al año.

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