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En química y física, la teoría atómica es una teoría de la naturaleza de la materia, que

afirma que está compuesta por pequeñas partículas llamadas átomos, en contraposición a la
creencia antigua de que la materia se podía dividir en cualquier cantidad arbitrariamente
pequeña.
La teoría atómica comenzó hace miles de años como un concepto filosófico, y fue en el
siglo XIX cuando logró una extensa aceptación científica gracias a los descubrimientos en
el campo de la estequiometría. Los químicos de la época creían que las unidades básicas de
los elementos también eran las partículas fundamentales de la naturaleza y las llamaron
átomos (de la palabra griega atomos, que significa "indivisible"). Sin embargo, a finales de
aquel siglo, y mediante diversos experimentos con el electromagnetismo y la radiactividad,
los físicos descubrieron que el denominado "átomo indivisible" era realmente un
conglomerado de diversas partículas subatómicas (principalmente electrones, protones y
neutrones), que pueden existir de manera separada. De hecho, en ciertos ambientes, como
en las estrellas de neutrones, la temperatura extrema y la elevada presión impide a los
átomos existir como tales. El campo de la ciencia que estudia las partículas fundamentales
de la materia se denomina física de partículas.
Atomismo filosófico [editar]
Artículo principal: Atomismo
Hasta comienzos del siglo XIX, la teoría atómica era principalmente filosófica y no estaba
fundada en la experimentación científica. Las primeras teorías conocidas se desarrollaron
en la Antigua India en el siglo VI a. C. por filósofos hindúes y budistas. El primer filósofo
que formuló ideas sobre el átomo de una manera sistemática fue Kanada. Otro filósofo
indio, Pakudha Katyayana, que también vivió en el siglo VI a. C.
Demócrito y Leucipo, dos griegos del siglo VI a. C. Los griegos creían que todos los
átomos estaban hechos del mismo material pero tenían diferentes formas y tamaños, que
eran los factores que determinaban las propiedades físicas del material. Por ejemplo, ellos
creían que los átomos de un líquido eran lisos, lo que les permitiría deslizarse uno sobre
otro.Según esta línea de pensamiento, el grafito y el diamante estarían compuestos por dos
tipos diferentes de átomos, si bien hoy sabemos que son dos isómeros del carbono.
Durante el siglo XII (en plena Edad de Oro Islámica), los atomistas islámicos desarrollaron
teorías atómicas que eran una síntesis del atomismo griego y el indio. Desarrollaron y
profundizaron en las antiguas ideas griegas e indias y aportaron otras nuevas, como la
posibilidad de que existiesen partículas más pequeñas que un átomo. Al mismo tiempo que
la influencia islámica empezaba a extenderse por Europa, las ideas atómicas islámicas,
junto con las griegas e indias, comenzaron a difundirse por toda Europa a finales de la Edad
Media.

Teoría atómica moderna [editar]


Nacimiento de la teoría atómica moderna [editar]
En los primeros años del siglo XIX, John Dalton desarrolló su teoría atómica, en la que
proponía que cada elemento químico estaba compuesto por átomos iguales y exclusivos, y
que aunque eran indivisibles e indestructibles, se podían asociar para formar estructuras
más complejas (los compuestos químicos). Esta teoría tuvo diversos precedentes.
El primero fue la ley de conservación de la masa, formulada por Antoine Lavoisier en
1789, que afirma que la masa total en una reacción química permanece constante. Esta ley
le sugirió a Dalton la idea de que la materia era indestructible.
El segundo fue la ley de las proporciones definidas. Enunciada por el químico francés
Joseph Louis Proust en 1799, afirma que, en un compuesto, los elementos que lo
conforman se combinan en proporciones de masa definidas y características del compuesto.
Dalton estudió y amplió el trabajo de Proust para desarrollar la ley de las proporciones
múltiples: cuando dos elementos se combinan para originar diferentes compuestos, dada
una cantidad fija de uno de ellos, las diferentes cantidades del otro se combinan con dicha
cantidad fija para dar como producto los compuestos, están en relación de números enteros
sencillos.
En 1803, Dalton publicó su primera lista de pesos atómicos relativos para cierta cantidad de
sustancias. Esto, unido a su rudimentario material, hizo que su tabla fuese muy poco
precisa. Por ejemplo, creía que los átomos de oxígeno eran 5,5 veces más pesados que los
átomos de hidrógeno, porque en el agua midió 5,5 gramos de oxígeno por cada gramo de
hidrógeno y creía que la fórmula del agua era HO (en realidad, un átomo de oxígeno es 16
veces más pesado que un átomo de hidrógeno).
La ley de Avogadro le permitió deducir la naturaleza diatómica de numerosos gases,
estudiando los volúmenes en los que reaccionaban. Por ejemplo: el hecho de que dos litros
de hidrógeno reaccionasen con un litro de oxígeno para producir dos litros de vapor de agua
(a presión y temperatura constantes), significaba que una única molécula de oxígeno se
divide en dos para formar dos partículas de agua. De esta forma, Avogadro podía calcular
estimaciones más exactas de la masa atómica del oxígeno y de otros elementos, y estableció
la distinción entre moléculas y átomos.
En 1784, el botánico británico Robert Brown, observó que las partículas de polvo que
flotaban en el agua se movían al azar sin ninguna razón aparente. En 1905, Albert Einstein
tenía la teoría de que este movimiento browniano lo causaban las moléculas de agua que
"bombardeaban" constantemente las partículas, y desarrolló un modelo matemático
hipotético para describirlo.El físico francés Jean Perrin demostró experimentalmente este
modelo en 1911, proporcionando además la validación a la teoría de partículas (y por
extensión, a la teoría atómica).
Descubrimiento de las partículas subatómicas [editar]

El tubo de rayos catódicos de Thomson, en el que observó la desviación de los rayos


catódicos por un campo eléctrico.
Hasta 1897, se creía que los átomos eran la división más pequeña de la materia, cuando J.J.
Thomson descubrió el electrón mediante su experimento con el tubo de rayos catódicos.1 El
tubo de rayos catódicos que usó Thomson era un recipiente cerrado de vidrio, en el cual los
dos electrodos estaban separados por un vacío. Cuando se aplica una diferencia de tensión a
los electrodos, se generan rayos catódicos, que crean un resplandor fosforescente cuando
chocan con el extremo opuesto del tubo de cristal. Mediante la experimentación, Thomson
descubrió que los rayos se desviaban al aplicar un campo eléctrico (además de desviarse
con los campos magnéticos, cosa que ya se sabía). Afirmó que estos rayos, más que ondas,
estaban compuestos por partículas cargadas negativamente a las que llamó "corpúsculos"
(más tarde, otros científicos las rebautizarían como electrones).
Thomson creía que los corpúsculos surgían de los átomos del electrodo. De esta forma,
estipuló que los átomos eran divisibles, y que los corpúsculos eran sus componentes. Para
explicar la carga neutra del átomo, propuso que los corpúsculos se distribuían en estructuras
anilladas dentro de una nube positiva uniforme; éste era el modelo atómico de Thomson o
"modelo del plum cake".2
Ya que se vio que los átomos eran realmente divisibles, los físicos inventaron más tarde el
término "partículas elementales" para designar a las partículas indivisibles.
Descubrimiento del núcleo [editar]

Experimento de la lámina de oro


Arriba: Resultados esperados: las partículas alfa pasan sin problemas por el modelo
atómico de Thomson.
Abajo: Resultados observados: una pequeña parte de las partículas se desvía, lo que revela
la existencia de un lugar en el átomo donde se concentra la carga positiva.
El modelo atómico de Thomson fue refutado en 1909 por uno de sus estudiantes, Ernest
Rutherford, que descubrió que la mayor parte de la masa y de la carga positiva de un átomo
estaba concentrada en una fracción muy pequeña de su volumen, que suponía que estaba en
el mismo centro.
En su experimento, Hans Geiger y Ernest Marsden bombardearon partículas alfa a través de
una fina lámina de oro (que chocarían con una pantalla fluorescente que habían colocado
rodeando la lámina).3 Dada la mínima masa de los electrones, la elevada masa y momento
de las partículas alfa y la distribución uniforme de la carga positiva del modelo de
Thomson, estos científicos esperaban que todas las partículas alfa atravesasen la lámina de
oro sin desviarse, o por el contrario, que fuesen absorbidas. Para su asombro, una pequeña
fracción de las partículas alfa sufrió una fuerte desviación. Esto indujo a Rutherford a
proponer el modelo planetario del átomo, en el que los electrones orbitaban en el espacio
alrededor de un gran núcleo compacto, a semejanza de los planetas y el Sol.4
Descubrimiento de los isótopos [editar]
En 1913, Thomson canalizó una corriente de iones de neón a través de campos magnéticos
y eléctricos, hasta chocar con una placa fotográfica que había colocado al otro lado.
Observó dos zonas incandescentes en la placa, que revelaban dos trayectorias de desviación
diferentes. Thomson concluyó que esto era porque algunos de los iones de neón tenían
diferentes masas; así fue como descubrió la existencia de los isótopos.5
Descubrimiento de las partículas nucleares [editar]
En 1918, Rutherford logró partir el núcleo del átomo al bombardear gas nitrógeno con
partículas alfa, y observó que el gas emitía núcleos de hidrógeno. Rutherford concluyó que
los núcleos de hidrógeno procedían de los núcleos de los mismos átomos de nitrógeno.6
Más tarde descubrió que la carga positiva de cualquier átomo equivalía siempre a un
número entero de núcleos de hidrógeno. Esto, junto con el hecho de que el hidrógeno —el
elemento más ligero— tenía una masa atómica de 1, le llevó a afirmar que los núcleos de
hidrógeno eran partículas singulares, consituyentes básicos de todos los núcleos atómicos:
se había descubierto el protón. Un experimento posterior de Rutherford mostró que la masa
nuclear de la mayoría de los átomos superaba a la de los protones que tenía. Por tanto,
postuló la existencia de partículas sin carga, hasta entonces desconocidas, de donde
provendría este exceso de masa.
En 1928, Walther Bothe observó que el berilio emitía una radiación eléctricamente neutra
cuando se le bombardeaba con partículas alfa. En 1932, James Chadwick expuso diversos
elementos a esta radiación y dedujo que ésta estaba compuesta por partículas eléctricamente
neutras con una masa similar la de un protón.7 Chadwick llamó a estas partículas
"neutrones".
Modelos cuánticos del átomo [editar]
El modelo planetario del átomo tenía sus defectos. En primer lugar, según la fórmula de
Larmor del electromagnetismo clásico, una carga eléctrica en aceleración emite ondas
electromagnéticas, y una carga en órbita iría perdiendo energía y describiría una espiral
hasta acabar cayendo en el núcleo. Otro fenómeno que el modelo no explicaba era por qué
los átomos excitados sólo emiten luz con ciertos espectros discretos.

El modelo de Bohr
La teoría cuántica revolucionó la física de comienzos del siglo XX, cuando Max Planck y
Albert Einstein postularon que se emite o absorbe una leve cantidad de energía en
cantidades fijas llamadas cuantos. En 1913, Niels Bohr incorporó esta idea a su modelo
atómico, en el que los electrones sólo podrían orbitar alrededor del núcleo en órbitas
circulares determinadas, con una energía y un momento angular fijos, y siendo
proporcionales las distancias del núcleo a los respectivos niveles de energía.8 Según este
modelo, los átomos no podrían describir espirales hacia el núcleo porque no podrían perder
energía de manera continua; en cambio, sólo podrían realizar "saltos cuánticos"
instantáneos entre los niveles fijos de energía.9 Cuando esto ocurre, el átomo absorbe o
emite luz a una frecuencia proporcional a la diferencia de energía (y de ahí la absorción y
emisión de luz en los espectros discretos).9 Arnold Sommerfeld amplió el átomo de Bohr en
1916 para incluir órbitas elípticas, utilizando una cuantificación de momento generalizado.
El modelo de Bohr-Sommerfeld ad hoc era muy difícil de utilizar, pero a cambio hacía
increíbles predicciones de acuerdo con ciertas propiedades espectrales. Sin embargo, era
incapaz de explicar los átomos multielectrónicos, predecir la tasa de transición o describir
las estructuras finas e hiperfinas.
En 1924, Louis de Broglie propuso que todos los objetos —particularmente las partículas
subatómicas, como los electrones— podían tener propiedades de ondas. Erwin Schrödinger,
fascinado por esta idea, investigó si el movimiento de un electrón en un átomo se podría
explicar mejor como onda que como partícula. La ecuación de Schrödinger, publicada en
1926,10 describe al electrón como una función de onda en lugar de como una partícula, y
predijo muchos de los fenómenos espectrales que el modelo de Bohr no podía explicar.
Aunque este concepto era matemáticamente correcto, era difícil de visualizar, y tuvo sus
detractores.11 Uno de sus críticos, Max Born, dijo que la función de onda de Schrödinger no
describía el electrón, pero sí a muchos de sus posibles estados, y de esta forma se podría
usar para calcular la probabilidad de encontrar un electrón en cualquier posición dada
alrededor del núcleo.12
En 1927, Werner Heisenberg indicó que, puesto que una función de onda está determinada
por el tiempo y la posición, es imposible obtener simultáneamente valores precisos tanto
para la posición como para el momento de la partícula para cualquier punto dado en el
tiempo.13 Este principio fue conocido como principio de incertidumbre de Heisenberg.

Los cinco orbitales atómicos de un átomo de neón, separados y ordenados en orden


creciente de energía. En cada orbital caben como máximo dos electrones, que están la
mayor parte del tiempo en las zonas delimitadas por las "burbujas".
Este nuevo enfoque invalidaba por completo el modelo de Bohr, con sus órbitas circulares
claramente definidas. El modelo moderno del átomo describe las posiciones de los
electrones en un átomo en términos de probabilidades. Un electrón se puede encontrar
potencialmente a cualquier distancia del núcleo, pero —dependiendo de su nivel de energía
— tiende a estar con más frecuencia en ciertas regiones alrededor del núcleo que en otras;
estas zonas son conocidas como orbitales atómicos.
Importancia [editar]
La importancia de esta teoría no puede ser exagerada. Se ha dicho (por ejemplo el premio
Nobel Richard Feynman) que la teoría atómica es la teoría más importante en la historia de
la ciencia. Esto se debe a las implicaciones que ha tenido, tanto para la ciencia básica como
por las aplicaciones que se han derivado de ella.
Toda la química y bioquímica modernas se basan en la teoría de que la materia está
compuesta de átomos de diferentes elementos, que no pueden transmutarse por métodos
químicos. Por su parte, la química ha permitido el desarrollo de la industria farmacéutica,
petroquímica, de abonos, el desarrollo de nuevos materiales, incluidos los semiconductores,
y otros avances.
Materia
En física y filosofía, materia es el término para referirse a los constituyentes de la realidad
material objetiva, entendiendo por objetiva que pueda ser percibida de la misma forma por
diversos sujetos. Se considera que es lo que forma la parte sensible de los objetos
perceptibles o detectables por medios físicos. Es decir es todo aquello que ocupa un sitio en
el espacio, se puede tocar, se puede sentir, se puede medir etc.
También se usa el término para designar al asunto o tema que compone una obra literaria,
científica, política, etc. Esta distinción da lugar a la oposición "materia-forma",
considerando que una misma materia, como contenido o tema, puede ser tratado, expuesto,
considerado, etc. de diversas formas: de estilo, de expresión, de enfoque o punto de vista.
Se usa también para hablar de una asignatura o disciplina en la enseñanza.
Concepto físico [editar]
En física, se llama materia a cualquier tipo de entidad física que es parte del universo
observable, tiene energía asociada, es capaz de interaccionar con los aparatos de medida, es
decir, es medible y tiene una localización espaciotemporal compatible con las leyes de la
física.
Clásicamente se consideraba que la materia tenía tres propiedades que juntas la
caracterizaban: que ocupaba un lugar en el espacio y que tenía masa y duración en el
tiempo.
En el contexto de la física moderna se entiende por materia cualquier campo, entidad, o
discontinuidad traducible a fenómeno perceptible que se propaga a través del espacio-
tiempo a una velocidad igual o inferior a la de la luz y a la que se pueda asociar energía. Así
todas las formas de materia tienen asociadas una cierta energía pero sólo algunas formas de
materia tienen masa.
Materia másica [editar]
La materia másica se organiza jerárquicamente en varios niveles y subniveles. La materia
másica puede ser estudiada desde los puntos de vista macroscópico y microscópico. Una
parte de la materia másica, concretamente la que compone los astros subenfriados y las
estrellas, está constituida por moléculas, átomos, e iones. Cuando las condiciones de
temperatura lo permite la materia se encuentra condensada
Nivel microscópico [editar]
El nivel microscópico de la materia másica puede entenderse como un agregado de
moléculas. Éstas a su vez son agrupaciones de átomos que forman parte del nivel
microscópico. A su vez existen niveles microscópicos que permiten descomponer los
átomos en constituyentes aún más elementales, que sería el siguiente nivel son:
• Electrones: partículas leptónicas con carga eléctrica negativa.
• Protones: partículas bariónicas con carga eléctrica positiva.
• Neutrones: partículas bariónicas sin carga eléctrica (pero con momento magnético).
A partir de aquí hay todo un conjunto de partículas subatómicas que acaban finalmente en
los constituyentes últimos de la materia. Así por ejemplo virtualmente los bariones del
núcleo (protones y neutrones) se mantienen unidos gracias a un campo escalar formado por
piones (bosones de espín cero). E igualmente los protones y neutrones, sabemos que no son
partículas elementales, sino que tienen constituyentes de menor nivel que llamamos quarks
(que a su vez se mantienen unidos mediante el intercambio de gluones virtuales).
Nivel macroscópico [editar]
Macroscópicamente, la materia másica se presenta en las condiciones imperantes en el
sistema solar, en uno de cuatro estados de agregación molecular: sólido, líquido, gaseoso y
plasma. De acuerdo con la teoría cinética molecular la materia se encuentra formada por
moléculas y éstas se encuentran animadas de movimiento, el cual cambia constantemente
de dirección y velocidad cuando chocan o bajo el influjo de otras interacciones físicas.
Debido a este movimiento presentan energía cinética que tiende a separarlas, pero también
tienen una energía potencial que tiende a juntarlas. Por lo tanto el estado físico de una
sustancia puede ser:
• Sólido: si la energía cinética es menor que la potencial.
• Líquido: si la energía cinética y potencial son aproximadamente iguales.
• Gaseoso: si la energía cinética es mayor que la potencial.
• Plasma: si la energía cinética es tal que los electrones tienen una energía total
positiva.
La manera más adecuada de definir materia másica es describiendo sus cualidades:
• Presenta dimensiones, es decir, ocupa un lugar en un espacio-tiempo determinado.
• Presenta inercia: la inercia se define como la resistencia que opone la materia a
modificar su estado de reposo o movimiento.
• La materia es la causa de la gravedad o gravitación, que consiste en la atracción que
actúa siempre entre objetos materiales aunque estén separados por grandes
distancias.
Materia neo-másica [editar]
Una gran parte de la energía del universo corresponde a formas de materia formada por
partículas o campos que no presentan masa, como la luz y la radiación electromagnética, las
dos formada por fotones sin masa.
Otro tipo de partículas de las que no sabemos con seguridad si es másica son los neutrinos
que inundan todo el universo y son responsables de una parte importante de toda la energía
del universo. Junto con estas partículas no másicas, se postula la existencia de otras
partículas como el gravitón, el fotino y el gravitino, que serían todas ellas partículas sin
masa aunque contribuyen a la energía total del universo.
Distribución de materia en el universo [editar]
Según los módelos físicos actuales, sólo aproximadamente el 5% de nuestro universo está
formado por materia másica ordinaria. Se supone que una parte importante de esta masa
sería materia bariónica formada por bariones y electrones, que sólo supondrían alrededor de
1/1850 de la masa de la materia bariónica. El resto de nuestro universo se compondría de
materia oscura (23%) y energía oscura (72%).
A pesar que la materia barónica representa un porcentaje tan pequeño, la mitad de ella
todavía no se ha encontrado. Todas las estrellas, galaxias y gas observable forman menos de
la mitad de los bariones que debería haber. La hipótesis principal sobre el resto de materia
barionica no encontrada es que, como consecuencia del proceso de formación de
estructuras posterior al big bang, está distribuida en filamentos gaseosos de baja densidad
que forman una red por todo el universo y en cuyos nodos se encuentran los diversos
cúmulos de galaxias. Recientemente(mayo 2008) el telescopio XMM-Newton de la agencia
espacial europea ha encontrado pruebas de la existencia de dicha red de filamentos.1
Propiedades de la materia ordinaria [editar]
Propiedades generales [editar]
Las presentan los sistemas materiales básicos sin distinción y por tal motivo no permiten
diferenciar una sustancia de otra. Algunas de las propiedades generales se les da el nombre
de extensivas, pues su valor depende de la cantidad de materia, tal es el caso de la masa, el
peso, volumen. Otras, las que no dependen de la cantidad de materia sino de la sustancia de
que se trate, se llaman intensivas. El ejemplo paradigmático de magnitud intensiva de la
materia másica es la densidad.
Propiedades extensivas o generales [editar]
Son las cualidades que nos permiten reconocer a la materia, como la extensión, o la inercia.
Son aditivas debido a que dependen de la cantidad de la muestra tomada. Para medirlas
definimos magnitudes, como la masa, para medir la inercia, y el volumen, para medir la
extensión (no es realmente una propiedad aditiva exacta de la materia en general, sino para
cada sustancia en particular, porque si mezclamos por ejemplo 50 ml de agua con 50 ml de
etanol obtenemos un volumen de disolución de 96 ml). Hay otras propiedades generales
como la interacción, que se mide mediante la fuerza. Todo sistema material interacciona
con otros en forma gravitatoria, electromagnética o nuclear. También es una propiedad
general de la materia su estructura corpuscular, lo que justifica que la cantidad se mida
para ciertos usos en moles.
Propiedades intensivas o especificas [editar]
Son las cualidades de la materia independientes de la cantidad que se trate, es decir no
dependen de la masa no son aditivas y, por lo general, resultan de la composición de dos
propiedades extensivas. El ejemplo perfecto lo proporciona la densidad, que relaciona la
masa con el volumen. Es el caso también del punto de fusión, el punto de ebullición, el
coeficiente de solubilidad, el índice de refracción, el módulo de Young, etc.
Propiedades químicas [editar]
Son aquellas propiedades distintivas de las sustancias que se observan cuando reaccionan,
es decir, cuando se rompen o se forman enlaces químicos entre los átomos, formándose con
la misma materia sustancias nuevas distintas de las originales. Las propiedades químicas se
manifiestan en los procesos químicos (reacciones químicas), mientras que las propiedades
propiamente llamadas propiedades físicas, se manifiestan en los procesos físicos, como el
cambio de estado, la invaginacion, el desplazamiento, etc.
Ejemplos de propiedades químicas:
• Corrosividad de ácidos
• Poder calorífico o energía calórica
• Acidez
• Reactividad
Ley de la conservación de la materia [editar]
Como hecho científico la idea de que la masa se conserva se remonta al químico Lavoisier,
el científico francés considerado padre de la Química moderna que midió cuidadosamente
la masa de las sustancias antes y después de intervenir en una reacción química, y llegó a la
conclusión de que la materia, medida por la masa, no se crea ni destruye, sino que sólo se
transforma en el curso de las reacciones. Sus conclusiones se resumen en el siguiente
enunciado: En una reacción química, la materia no se crea ni se destruye, solo se
transforma. El mismo principio fue descubierto antes por Mijaíl Lomonosov, de manera
que es a veces citado como ley de Lomonosov-Lavoisier, más o menos en los siguientes
términos: La masa de un sistema de sustancias es constante, con independencia de los
procesos internos que puedan afectarle. Sin embargo, tanto las telas modernas como el
mejoramiento de la precisión de las medidas han permitido establecer que la ley de
Lomonosov-Lavoisier, se cumple sólo aproximadamente.
La equivalencia entre masa y energía descubierta por Einstein obliga a rechazar la
afirmación de que la masa convencional se conserva, porque masa y energía son ínter
convertibles. De esta manera se puede afirmar que la masa relativística equivalente (el total
de masa material y energía) se conserva, pero la masa en reposo puede cambiar, como
ocurre en aquellos procesos relativísticos en que una parte de la materia se convierte en
fotones. La conversión en reacciones nucleares de una parte de la materia en energía
radiante, con disminución de la masa en reposo, se observa por ejemplo en la explosión de
una bomba atómica, o detrás de la emisión constante de energía que realizan las estrellas.
Éstas últimas pierden masa pesante mientras emiten radiación.
Concepto filosófico [editar]
Desde el comienzo de la filosofía, y en casi todas las culturas, se encuentra este concepto
vagamente formulado como lo que permanece por debajo de las apariencias cambiantes de
las cosas de la naturaleza. Según esa idea, todo lo observable está dado en sus diversas y
cambiantes apariencias en un soporte o entidad en la que radica el movimiento y cambio de
las cosas: la materia.
Principio único o diversos [editar]
Una cuestión filosófica importante fue si toda la materia o sustrato material tenía un
principio único o tenía diversas fuentes. Que dicho sustrato sea uno sólo, o varios principios
materiales, (aire, fuego, tierra y agua), fue cuestión planteada por los filósofos milesios; los
eleatas, en cambio, cuestionaron la realidad del movimiento y, junto con los pitagóricos,
fundamentaron el ser en un principio formal del pensamiento, dejando a la materia
meramente como algo indeterminado e inconsistente, un no-ser.
El atomismo [editar]
Mayor trascendencia histórica ha tenido la teoría atomista de la antigüedad, puesta de
nuevo en vigor por el mecanicismo racionalista en el siglo XVII y XVIII, que supuso el
soporte teórico básico para el nacimiento de la ciencia física moderna.
Hilemorfismo [editar]
Platón y sobre todo Aristóteles elaboraron el concepto de forma, correlativo y en
contraposición a la materia, dándole a ésta el carácter metafísico y problemático que ha
tenido a lo largo de la historia del pensamiento, al mismo tiempo que ha servido como
concepto que se aplica en otros contextos.
Es Aristóteles quien elaboró el concepto de materia de manera más completa, si bien el
aspecto metafísico quedó relegado a la escolástica.
Para Aristóteles, siguiendo la tradición de los milesios y Platón la característica
fundamental de la materia es la receptividad de la forma. La materia puede ser todo aquello
capaz de recibir una forma. Por eso ante todo la materia es potencia de ser algo, siendo el
algo lo determinado por la forma.
En función de este concepto hay tantas clases de materias como clases de formas capaces
de determinar a un ser. Puesto que el movimiento consiste en un cambio de forma de la
sustancia, el movimiento se explica en función de la materia como potencia y el acto como
forma de determinación de la sustancia.
La materia, en tanto que sustancia y sujeto, es la posibilidad misma del movimiento. Hay
tantas clases de materia cuantas posibles determinaciones de la sustancia en sus predicados.
Cuando las determinaciones son accidentales la materia viene dada por la situación de la
sustancia en potencia respecto a recepción de una nueva forma. Así el estar sentando en
acto es materia en potencia para estar de pie; el movimiento consiste en pasar de estar de
pie en potencia, a estar de pie en acto.
El problema es la explicación del cambio sustancial que se produce en la generación y
corrupción de la sustancia. Aparece aquí el concepto metafísico de materia prima, pura
potencia de ser que no es nada, puesto que no tiene ninguna forma de determinación.
La tradicional fórmula escolástica por la que se suele definir la materia prima da idea de
que realmente es difícil concebir una realidad que se corresponda con dicho concepto: No
es un qué (sustancia), ni una cualidad, ni una cantidad ni ninguna otra cosa por las cuales
se determina el ser. Una definición meramente negativa que incumple las leyes mismas de
la definición. Pura posibilidad de ser que no es nada.
Sin embargo el concepto aristotélico de materia ha tenido aplicaciones en diversos sentidos.

Átomo
En química y física, átomo (del latín atomus, y éste del griego άτομος, indivisible) es la
unidad más pequeña de un elemento químico que mantiene su identidad o sus propiedades
y que no es posible dividir mediante procesos químicos.
El concepto de átomo como bloque básico e indivisible que compone la materia del
universo ya fue postulado por la escuela atomista en la Antigua Grecia. Sin embargo, su
existencia no quedó demostrada hasta el siglo XIX. Con el desarrollo de la física nuclear en
el siglo XX se comprobó que el átomo puede subdividirse en partículas más pequeñas.
Estructura atómica
La teoría aceptada hoy es que el átomo se compone de un núcleo de carga positiva formado
por protones y neutrones, en conjunto conocidos como nucleón, alrededor del cual se
encuentra una nube de electrones de carga negativa.
El núcleo atómico
El núcleo del átomo se encuentra formado por nucleones, los cuales pueden ser de dos
clases:
• Protones: Partícula de carga eléctrica positiva igual a una carga elemental, y
1,67262 × 10–27 kg y una masa 1837 veces mayor que la del electrón
• Neutrones: Partículas carentes de carga eléctrica y una masa un poco mayor que la
del protón (1,67493 × 10–27 kg)
El núcleo más sencillo es el del hidrógeno, formado únicamente por un protón. El núcleo
del siguiente elemento en la tabla periódica, el helio, se encuentra formado por dos protones
y dos neutrones. La cantidad de protones contenidas en el núcleo del átomo se conoce como
número atómico, el cual se representa por la letra Z y se escribe en la parte inferior
izquierda del símbolo químico. Es el que distingue a un elemento químico de otro. Según lo
descrito anteriormente, el número atómico del hidrógeno es 1 (1H), y el del helio, 2 (2He).
La cantidad total de nucleones que contiene un átomo se conoce como número másico,
representado por la letra A y escrito en la parte superior izquierda del símbolo químico.
Para los ejemplos dados anteriormente, el número másico del hidrógeno es 1(1H), y el del
helio, 4(4He).
Existen también átomos que tienen el mismo número atómico, pero diferente número
másico, los cuales se conocen como isótopos. Por ejemplo, existen tres isótopos naturales
del hidrógeno, el protio (1H), el deuterio (2H) y el tritio (3H). Todos poseen las mismas
propiedades químicas del hidrógeno, y pueden ser diferenciados únicamente por ciertas
propiedades físicas.
Otros términos menos utilizados relacionados con la estructura nuclear son los isótonos,
que son átomos con el mismo número de neutrones. Los isóbaros son átomos que tienen el
mismo número másico.
Debido a que los protones tienen cargas positivas se deberían repeler entre sí, sin embargo,
el núcleo del átomo mantiene su cohesión debido a la existencia de otra fuerza de mayor
magnitud, aunque de menor alcance conocida como la interacción nuclear fuerte.
Interacciones eléctricas entre protones y electrones
Antes del experimento de Rutherford la comunidad científica aceptaba el modelo atómico
de Thomson, situación que varió después de la experiencia de Rutherford. Los modelos
posteriores se basan en una estructura de los átomos con una masa central cargada
positivamente rodeada de una nube de carga negativa.1
Este tipo de estructura del átomo llevó a Rutherford a proponer su modelo en que los
electrones se moverían alrededor del núcleo en órbitas. Este modelo tiene una dificultad
proveniente del hecho de que una particula cargada acelerada, como sería necesario para
mantenerse en órbita, radiaria radiación electromagnética, perdiendo energía. Las leyes de
Newton, junto con la ecuaciones de Maxwell del electromagnetismo aplicadas al átomo de
Rutherford llevan a que en un tiempo del orden de 10 − 10s, toda la energía del átomo se
habría radiado, con la consiguiente caída de los electrones sobre el núcleo.2
Nube electrónica
Alrededor del núcleo se encuentran los electrones que son partículas elementales de carga
negativa igual a una carga elemental y con una masa de 9,10 × 10–31 kg
La cantidad de electrones de un átomo en su estado basal es igual a la cantidad de protones
que contiene en el núcleo, es decir, al número atómico, por lo que un átomo en estas
condiciones tiene una carga eléctrica neta igual a 0.
A diferencia de los nucleones, un átomo puede perder o adquirir algunos de sus electrones
sin modificar su identidad química, transformándose en un ion, una partícula con carga neta
diferente de cero.
El concepto de que los electrones se encuentran en órbitas satelitales alrededor del núcleo
se ha abandonado en favor de la concepción de una nube de electrones deslocalizados o
difusos en el espacio, el cual representa mejor el comportamiento de los electrones descrito
por la mecánica cuántica únicamente como funciones de densidad de probabilidad de
encontrar un electrón en una región finita de espacio alrededor del núcleo.
Dimensiones atómicas
La mayor parte de la masa de un átomo se concentra en el núcleo, formado por los protones
y los neutrones, ambos conocidos como nucleones, los cuales son 1836 y 1838 veces más
pesados que el electrón respectivamente.
El tamaño o volumen exacto de un átomo es difícil de calcular, ya que las nubes de
electrones no cuentan con bordes definidos, pero puede estimarse razonablemente en
1,0586 × 10–10 m, el doble del radio de Bohr para el átomo de hidrógeno. Si esto se compara
con el tamaño de un protón, que es la única partícula que compone el núcleo del hidrógeno,
que es aproximadamente 1 × 10–15 se ve que el núcleo de un átomo es cerca de 100.000
veces menor que el átomo mismo, y sin embargo, concentra prácticamente el 100% de su
masa.
Para efectos de comparación, si un átomo tuviese el tamaño de un estadio, el núcleo sería
del tamaño de una canica colocada en el centro, y los electrones, como partículas de polvo
agitadas por el viento alrededor de los asientos.
Historia de la teoría atómica
El concepto de átomo existe desde la Antigua Grecia propuesto por los filósofos griegos
Demócrito, Leucipo y Epicuro, sin embargo, no se generó el concepto por medio de la
experimentación sino como una necesidad filosófica que explicara la realidad, ya que,
como proponían estos pensadores, la materia no podía dividirse indefinidamente, por lo que
debía existir una unidad o bloque indivisible e indestructible que al combinarse de
diferentes formas creara todos los cuerpos macroscópicos que nos rodean.
El siguiente avance significativo se realizó hasta en 1773 el químico francés Antoine-
Laurent de Lavoisier postuló su enunciado: "La materia no se crea ni se destruye,
simplemente se transforma."; demostrado más tarde por los experimentos del químico
inglés John Dalton quien en 1804, luego de medir la masa de los reactivos y productos de
una reacción, y concluyó que las sustancias están compuestas de átomos esféricos idénticos
para cada elemento, pero diferentes de un elemento a otro.
Luego en 1811 Amedeo Avogadro, físico italiano, postuló que a una temperatura, presión y
volumen dados, un gas contiene siempre el mismo número de partículas, sean átomos o
moléculas, independientemente de la naturaleza del gas, haciendo al mismo tiempo la
hipótesis de que los gases son moléculas poliatómicas con lo que se comenzó a distinguir
entre átomos y moléculas.
El químico ruso Dmítri Ivánovich Mendeléyev creó en 1869 una clasificación de los
elementos químicos en orden creciente de su masa atómica, remarcando que existía una
periodicidad en las propiedades químicas. Este trabajo fue el precursor de la tabla periódica
de los elementos como la conocemos actualmente.
La visión moderna de su estructura interna tuvo que esperar hasta el experimento de
Rutherford en 1911 y el modelo atómico de Bohr. Posteriores descubrimientos científicos,
como la teoría cuántica, y avances tecnológicos, como el microscopio electrónico, han
permitido conocer con mayor detalle las propiedades físicas y químicas de los átomos.
Evolución del modelo atómico

Los elementos básicos de la materia son 3.

Cuadro general de las partículas, quarks y leptones.


Diferencia entre los bariones y los mesones.

Diferencia entre fermiones y bosones.

Tamaño relativo de las diferentes partículas atómicas

La concepción del átomo que se ha tenido a lo largo de la historia ha variado de acuerdo a


los descubrimientos realizados en el campo de la física y la química. A continuación se hará
una exposición de los modelos atómicos propuestos por los científicos de diferentes épocas.
Algunos de ellos son completamente obsoletos para explicar los fenómenos observados
actualmente, pero se incluyen a manera de reseña histórica.
Modelo de Dalton
Fue el primer modelo atómico con bases científicas, fue formulado en 1808 por John
Dalton. Este primer modelo atómico postulaba:
• La materia está formada por partículas muy pequeñas llamadas átomos, que son
indivisibles y no se pueden destruir.
• Los átomos de un mismo elemento son iguales entre sí, tienen su propio peso y
cualidades propias. Los átomos de los diferentes elementos tienen pesos diferentes.
• Los átomos permanecen sin división, aún cuando se combinen en las reacciones
químicas.
• Los átomos, al combinarse para formar compuestos guardan relaciones simples.
• Los átomos de elementos diferentes se pueden combinar en proporciones distintas y
formar más de un compuesto.
• Los compuestos químicos se forman al unirse átomos de dos o más elementos
distintos.
Sin embargo desapareció ante el modelo de Thomson ya que no explica los rayos catódicos,
la radioactividad ni la presencia de los electrones (e-) o protones(p+).

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