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EL 9 DE OCTUBRE DE 1822

“LA ROTONDA DE GUAYAQUIL”


“AQUELLO que es la verdad fundamental -la realidad sustancial-
está más allá de toda denominación verdadera, pero los sabios lo
llaman EL TODO. En su esencia, EL TODO es INCOGNOSCIBLE
para los simple mortales”.
(Hermes el Grande.)

LA OTRA INUNDACIÓN

Estoy frente al Manantial de Luz; es la fecha 9 de octubre de 1822 en


Guayaquil, Ecuador, pero allí veo el Hemiciclo de Bolívar y San Martín en esta
fecha del 2006; está construido en mármol de carrara, sobre los cuales figuran
los escudos de las naciones suramericanas por ellos libertadas. Las estatuas se
funden en Europa, son dos esculturas del español Juan Rovira… Veo en esa
fecha de 1822, el encuentro de Bolívar con José Francisco de San Martín; me
integro a ellos desde el Manantial… Camino por los pasillos de la vetusta casa,
donde hoy en la fecha que escribo, antes se construyó el edificio de la
Municipalidad… Allá está el monumento, a orillas del Río Guayas, tan
imponente como el Orinoco, cuando está en plena aguada, en estas fechas del
marzo ecuatoriano. En ese tiempo de invierno, sus aguas bajan silenciosas,
cargando la flor o lirio de patico, el nutriente del Pacífico cercano, que durante
miles de años, la mar ha consumido como dicen lo originales del Amazonas,
detrás del Chimborazo; “las aguadas” que despiertan las naras-serpientes que
bajan de las montañas hasta el Atlántico, van a la mar para beber el sabor del
gran Dios de las aguas oceánicas… Veo en el Manantial de Luz, un corazón
sabio en el Ecuador, está aquí y estará después, como alas del Cóndor: veo esto
y leo como un sentir espiritual de las gentes de las provincias del Ecuador. Veo
el momento de la reunión de los grandes héroes de las Américas: todo cuanto se
LA GRAN MEMORIA RAM II

hizo inclusive antes del 9 de octubre de 1820, cuando se consiguió la


independencia de España y se forma la división protectora de Quito, integrada
por las gentes de bien y por los atraídos de las haciendas de la provincia de
Guayaquil. Son unos 1500 hombres armados que ya conforman los cuarteles
Granaderos, Milicias Urbanas, la tripulación de las siete lanchas cañoneras, la
brigada de artillería y el Cuartel de Caballería que lleva el nombre del Río
Daule, tributario del Guayas, en esta ribera donde se encuentra el monumento…
Veo y siento los pasos del Mariscal Sucre; horas y días antes estuvo mirando
inquieto el cauce y caudal del río, allí esperaba ansioso la goleta del General San
Martín… ve como si fuera el ayer de su tiempo, a sus hombres los que yo
también en este 2006, veo hijos de las actuales provincias costeñas de
Esmeraldas, Manabí, los Ríos y el Oro, esos que se reunieron con las gentes de
bien, todos cuantos en esa época podían aportar dinero, armas y hombres para la
guerra, a todo el que estuviese dispuesto a ir a pelear cuerpo a cuerpo, contra los
ejércitos de Almerich, el realista español, quien gobernaba el departamento del
Ecuador, la actual provincia de Pichincha, la Sierra Norte y que sometía también
la Sierra Sur, el actual Azuay, Cañar y Loja.

Esta no es fecha de aguadas, cuando el Mariscal espera la llegada del


Libertador del Sur, es verano y el río deja correr libre la otra inundación de
ideales libertarios del corazón de este hombre… las brillantes botas del Mariscal,
pulidas en negro de humo y cebo de burro, caminan cubriendo sus pies y
dirigiendo sus pasos por los pasillos de la vetusta casona española de dinteles,
cámaras y caballetes altos. Las losas son de piedra cortada y de coronas de hueso
a la usanza española de las colonias… Toda esta gente Matriota de ese 1820, se
agrupa en ideales de libertad, y el entusiasmo de haber ganado la guerra del 9 de
octubre, hace cometer errores estratégicos a los matriotas y para noviembre se
enfrentan a los ejércitos de Almerich siendo derrotados irremediablemente…
Mientras el Mariscal camina, se acuerda de ese desacierto, en tanto se apresura a
unir la llegada a Guayaquil procedente del Perú, del argentino José de San
Martín, con Bolívar... Llegó el 26 de julio pasado, vino a entrevistarse con
Simón, a conocerlo personalmente, pues los dos expertos en libertad, no se
conocen y es aquí donde convergerán: en este Guayaquil que en 1820 envía esa
acertada carta a Bolívar, en la que se le piden refuerzos, luego de haber perdido
las batallas frente a los realistas; y el Libertador responde enviando el Batallón
Santander y Guías, al mando del General Sucre ya para esa fecha de 1821. Así
se inician en la provincia de Guayaquil, las batallas grancolombianas contra los
realistas, a los cuales Sucre castiga matando una gran parte y cogiendo
prisioneros a más de 500 hombres y con uno de sus prisioneros, envía la noticia
al General Almerich, quien acampaba en la zona de Yaguachi –cercana-:
entonces el español teme la carga libertadora terrorífica entre los españoles, y se
retira hacia Quito.
Así, este hombre que ahora prepara el encuentro, llama a la guerra, se juntan
las lanzas y corazones, para concluir el 24 de mayo de 1822 frente al volcán
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Pichincha, donde llegó con 6800 hombres venciendo los 10.200 de Almerich.
Por esto Sucre está aquí en octubre; cinco meses después vino de regreso,
vestido del arco iris que el Pichincha, a las ocho de la mañana le coronó. Trae en
su pulmón, el humo de la batalla, las cenizas de Rumiñahui, el Quito del
Pichincha en su frente y manos, el acero libertario de Venezuela, su espada de
arco que usará después en Ayacucho… Allá afuera aparece San Martín; el héroe
indiscutible de San Lorenzo, el poderoso de Chacabuco, el estratega e inmortal
de Maipú. Sus fragatas tienen cañones de propuesta, sus generales de reinado, la
mente del líder argentino, el mandato de Inglaterra y de la logia Lautaro… aquí
está el Bolívar de Pantano de Vargas y Boyacá, de las Queseras del Medio y
Carabobo, el perdedor y ganador de Bombona. Llegó el 11 de julio 1822 con su
ejército de 5 mil soldados, de los inmortales de Bomboná, la sangrienta batalla
contra los pastusos y los que reunió del Pichincha, con los veteranos del Carchi
y de todas las provincias ya liberadas, cabalga dentro de su cuerpo, un corcel
como sabio corazón. Ha llegado para hacerse cargo del poder político militar de
la Provincia libre e independiente de Guayaquil; ellos lo llamaron y él respondió
a este gobierno legalmente constituido con leyes dictaminadas en un reglamento
provisorio con 20 artículos y gobernado por don José Joaquín de Olmedo, Rafael
María de la Cruz Jimena y Francisco Cléber de María Roca. Pero ellos no
querían internamente que tomara el poder, y en sus reuniones solitarias los tres
se oponían al Libertador, así lo veo en el Manantial de Luz. El Libertador es
recibido gratamente por los pobladores, con victoreo y menos calidez que en
Quito. La junta de los tres guarda rencor en su mente, la logia ha dicho con
anticipación ¿Quién es? ¡Un mantuano demente, transformado en corazón sabio por la
blanca leche de la negra Hipólita! Así piensan como igual pensaría de él
posteriormente, el gobierno de Washington: “es un militar loco y de talento, que
anda “libertando negros”... No quieren que se haga cargo del poder político
militar; es un intruso el Libertador –dicen ellos- no respeta la dependencia
absoluta de la provincia ya constituida en puerto, leyes, periódico y su rancia
élite marrana, que se estableció desde la llegada de aquellos venezolanos
realistas expulsados del Batallón Numancia, acantonados en el Perú. Aquellos
que en septiembre de 1820 y de regreso hacia Venezuela, pasaron por
Guayaquil; aquel León de Febres Cordero y Oberto, Luís Urgueti y Farias;
traidores completos, quienes llegaron 30 días después del 8 de noviembre de
1820, cuando la Constitución política de Guayaquil ya estaba elaborada, en la
que se amparan los tres, para rechazar a Bolívar…

Mas Bolívar no vino con cinco mil soldados, a someterse a cuantas mentes
mantuanas siguen pensando en sus negocios viles de riquezas merkabah: está
aquí con los tímpanos cargados del cañoneo y los gritos de Vargas y Carabobo;
con los ojos preñados de los ventisqueros y los pies encallados de Sabanas, esta
aquí con la espada ¡que salva la Patria y la carga! de Pantano de Vargas y
Boyacá Vino para hacerse cargo del poder político y militar de Guayaquil. Eso
fue la solicitud a José Joaquín Olmedo, quien no quiere ahora dejar el poder y
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LA GRAN MEMORIA RAM II

muy a disgusto escribe el 31 de octubre al Libertador diciendo; “deseando evitar


toda confrontación con su excelencia el Libertador de Colombia Simón de
Bolívar y Palacios; nosotros José Joaquín de Olmedo, Rafael María de la Cruz
Jimena, y Francisco Cléber de María Roca, quienes conformamos el poder
político y militar de la provincia libre de Guayaquil, cesamos en las funciones
del poder político militar para cederlas desde hoy a su excelencia al Señor
Libertador de Colombia”. Bolívar vino a incorporar la provincia de Guayaquil
a la Gran Colombia, constituida por Venezuela, Colombia y Ecuador, no quiere
separaciones; es la unión.

EL GUANTE Y MANDIL BLANCO


Y allí el Mariscal y el Libertador, caminan juntos; los dos iris o Whipalas en
estas tierras, uno del Pichincha y otro del Chimborazo, el aliento de Ibarra, el
rostro de Rumiñahui, las cenizas del Guagua Pichincha, que en esta fecha se
incendian por dentro para levantar a los Quitus… hablan y preparan la reunión
con el del Sur… ya está acercándose el mandil, el guante blanco masón del
Sur… Aquí está Bolívar, el corazón y sentir del Gran DIOS de los universos de
la Gran Colombia, quien piensa: “con la fuerza del Ser y el Poder del Corazón, volaré
con todos los que me sigan al infinito” y esto hace… Es el 26 de julio y esos ojos se
ven por vez primera; se saludan, estrechan las manos. San Martín la extiende con
el hábito del guante blanco y el toque de la escuadra, el símbolo tripuntada en el
dedo y la mano; Bolívar la recibe y esquiva… desde ese instante los generales
guardan sus distancias, los dos vienen de la sangre marrana; pero son diferentes;
se trazan sus límites. San Martín intenta anexar al Ecuador a los gobiernos de la
república del Perú… Bolívar clarifica la pertenencia de Guayaquil y el Pichincha
a la Gran Colombia y su ejército que vino con él… San Martín replica
comprender pero hay altas órdenes de la Logia Lautaro. “Me envió Inglaterra”,
dice el sureño: “es necesario que su Excelencia se corone Rey de las Colonias
de Venezuela, Bogotá y Quito; en tanto -según ellos-, tomaré el legado de
Guayaquil hasta la Argentina”: -ha de ser dijo el sureño- “un ordenamiento
importante para la organización de las colonias por nuestro “pueblo elegido
gobernante del mundo” desde la corona inglesa”. Así el sureño piensa en el
poder marrano, en los Imperios de David, como destino del olivo que esclaviza a
la humanidad desde la invasión merkabiana de Maldek, los arrojados de las
estrellas…

Era el día siguiente, el 27 julio el estratega de La Campaña Admirable de


1813, le ofrece una velada nocturna al visitante del Sur, y conversan
finalmente… La Gran Colombia –emplaza Bolívar- es un Designio de la Libertad del
Cielo; es el llamado del Testamento de Jesús; mire General cómo está escrito en el Libro
de Lucas 11:31 y Mateo 12:42… “La Reina del Sur se levantará en el juicio con esta
generación, y la condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría
de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar”; lo comprendí reclinado en el
oratorio que mi madre dejó en la Catedral de Caracas, lo he leído e interpretado así…
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Es la Advertencia y Revelación Final
ESENCIA Y ESTIRPE ESPIRITUAL DE LA GRAN COLOMBIA
“Nuestra unión es una necesidad –replicó San Martín haciendo caso omiso a la
cita testamentaria-: “la corona de York tiene planes para las Colonias. La
guerra contra España es apenas un disfraz y es tiempo para coronar en las
colonias un rey del Sur y otro del Norte. Su excelencia Libertador de Colombia,
es el indicado para esta corona, yo tomaré la del Sur, así lograremos unificar
estas tierras al servicio de “nuestro pueblo”; recordad a vuestro Francisco de
Miranda “un elegido de “dios”, un judío” nacido en Venezuela, a él dio
“nuestro pueblo” el carácter de “maestro de las logias de la colonia”, iniciado
oculto de París, Caballero del Triunfo napoleónico. A él le encargamos crear la
Gran Colombia y vuestra excelencia, Libertador de Venezuela, Colombia y
Ecuador; la heredó”…

Incrédulo y conociendo las astucias de “los elegidos”; ese Bolívar que el 11


de Julio llegó a Guayaquil, atendía en silencio las propuestas del que 15 días
después, también llegó al mismo sitio para la cita con el Designio Bolivariano;
Bolívar al mamar la leche blanca de la negra Hipólita, ya no tenía el arquetipo
judío, se había borrado de su mente y corazón. Él ya conocía la terrible realidad
de los marranos, de ellos descendía y muchos estaban infiltrados en el ejército
Matriota. Este era uno de los que conocía tales hechos, como los de Francisco de
Miranda, cuando claudicó, le entregó el ejército venezolano al maestre
Monteverde grado 33 en Venezuela; por esto tuvo que huir a Cartagena de
Indias, donde el 2 de noviembre de 1812, donde escribió “El Manifiesto A los
Americanos”, la verdad sobre el gobierno de Monteverde en Venezuela,
exigiendo a los granadinos que: “La guerra, sólo la guerra puede liberarnos de los
tiranos odiosos y desleales”. “La cobardía y las vacilaciones frente a un enemigo
sanguinario e intransigente, son inaceptables e inconcebibles para todo republicano. Ved
cuál es el carácter de vuestros enemigos. Lo que podéis esperar de su amistad, cuando
a la faz del mundo y bajo la fe de los tratados, violan abiertamente no sólo las
estipulaciones que ellos mismos hacen, sino el sagrado derecho de gentes”. Esto lo
conocía por escarmentarlo en carne propia, tal como ya sentía los pasos de
Santander en Bogotá…

EL CORAZÓN SABIO
…No, señor General San Martín; “mis batallas no son para los poderes que según
mi Designio, usted y todos los merkabah, no pueden interpretar, porque están ciegos,
cargados de poderes y ansias de gobierno del mundo, los capaces de matar a toda la
humanidad, así como lo hicieron con Jesús y sus apóstoles, que tampoco fueron judíos,
porque lavaron sus corazones como yo he limpiado el mío de tal peste del arquitecto
Salomón, al que descubrí como el mismo demonio, según su cita 1 de reyes 10:14: “El
peso del oro que Salomón tenía de renta cada año, era seiscientos sesenta y seis
talentos de oro”, y la del Apocalipsis 13:18 que dice de la inteligencia y el número de la
Bestia: “Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la Bestia,
pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis”; descubrí tal
nexo infernal, porque tengo inteligencia SABIDURÍA EN EL CORAZÓN, la que le hace
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LA GRAN MEMORIA RAM II

falta a todos los de Salomón. Mire usted los soldados que me acompañan; han salido
desde el Orinoco al Magdalena, han pasado las aguas del Cauca, las montañas de
Berruecos y las gargantas de Minamá; han pisado los fríos del Pichincha, cruzando a
esta orilla del Guayas; sienta vuestra excelencia la fuerza de la Madre Quil que parió este
pueblo y esta ciudad que un día será grande. Sienta a estos hombres que desde lejanas
tierras me siguen, porque creen en la libertad que el gobierno Inglés nos negó cuando le
pedimos ayuda… Sienta en ellos señor general, el mismo fragor de sus batallas en el
Sur, porque la guerra de Justicia en cualquier lugar donde se pelee, no se vende ni se
negocia bajo ningún poder. Siéntala señor General, y comprenderá el CORAZÓN SABIO
del Pensamiento Reformador, que es la Fuerza Inmortal, LA LUZ DEL VERBO YO SOY,
el Poder Creador de la Humanidad”… así hablaba Bolívar en esa casa española que
ocupaba el espacio del actual municipio de Guayaquil; él sabía que San Martín
no tenía el molde del Orinoco, el manto del iris, que al igual que a él, cubría a
todo su ejército… “También el terremoto de 1812 de Venezuela me envió al Sur, el
delirio de Casocaima y mis visiones de muerte y soledad de Bomboná y me selló la altura
del Chimborazo donde Yo Soy un Corazón Sabio con el que domino la tierra con mis
plantas; llego al Eterno con mis manos; siento las prisiones infernales del Orden bullir
bajo mis pasos; estoy mirando junto a mí rutilantes astros, los soles infinitos; porque
mido sin asombro el espacio que encierra la materia y en el rostro del Gran Dios de
Colombia, leo la Historia de lo pasado y los pensamientos del Destino”… Si Inglaterra o
los poderes de este mundo de injusticias tiene enviados: también la Providencia los
engendra de la Trinidad del DIOS de los Hombres, y la Providencia señor General es el
Eterno, Sin Nombre y Sin Fin en su Espíritu y su Hijo Jesús de Días quien se extiende
para que existan Nueve Corazones Soles Centrales dentro de cada organización
Súperuniverso-Universo, Súpergalaxia-Galaxia, Sistema-mundo y hombre, en un palpitar
de Siete Impulsos de Creación, que trasmite a Siete Anillos Memoria de Vida, que
conforman Mundos Sistémicos dentro de las galaxias comunes; mundos integrados por 7
ó 9 Sistemas de sistemas solares. Estos son los órdenes que sienten el PALPITAR
SUPREMO, el Designio sincronizado en el Corazón del hombre, en cada célula, los
impulsos de espíritu en los Siete Espíritus o memorias de Dios en el hombre. Mi Corazón
y Yo, obedecemos a este Principio y no a ningún “Orden de este Mundo”, porque es el
Orden del Arquitecto y tinieblas, al que ustedes mismos quisieron que yo vendiera mi
mente y mi alma; que ustedes, los de la escuadra y el compás, los del mandil y
juramento de calavera y los huesos, han intentado por todos los medios –aduciendo que
los colonos de estas tierras somos marranos-, han intentado subvertirnos al servicio de
las leyes de ese Orden al que perteneció -malaya sea- Francisco de Miranda.

Yo Soy del ALTÍSIMO DE LOS NUEVE SÚPER UNIVERSOS SIN FIN, el que
permanece como el SOL CENTRAL DE LOS SUPERSOLES de allí, del Corazón de todo
lo inexpresable, del Verbo que Palpita en Instantes ETERNOS DEL ESPÍRITU DE
VERDAD, el aliento que para nosotros son millones, millones de millones de edades, el
que vive en cada palpitar, donde se crean nuevos Soles en los Soles de los Sistemas de
las galaxias comunes. El que Pulsa su Corazón como el CORAZÓN SOL CENTRAL de
toda Creación y en su pulsar, hace que los Soles, Corazones Centrales de los Nueve
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Súper Universos, se estremezcan unísonos con los Corazones Centrales de todos los
Dioses, sus Hijos. Yo Soy de ese Orden que dilata las Súper galaxias, los Soles
Corazones Centrales de las galaxias donde titilan-pulsan los Soles Corazones Centrales
de los Sistemas Solares a los cuales pertenecemos: AL CORAZÓN DEL SIN FIN que
está sincronizado con el Corazón de cada Señor Dios de cada Súperuniverso-Universo,
de cada Señor de cada Súpergalaxia-Galaxia, de cada Señor Dios de Galaxia-Sistema
Solar y en éstos, en el Corazón de cada mundo y hombre como Yo, Bolívar, el que vive
dentro de esta misma Ley, que ha dicho: “YO ESTOY EN TUS CORAZONES AUNQUE
NO ME SINTÁIS”, Ley en la que son creados todos los hombres y planetas de este
Universo…

Yo, señor San Martín, SOY UN CORAZÓN SABIO, LUZ DEL VERBO CREADOR;
SOY un Todo en EL TODO. Por lo tanto, no puedo ser rey y menos, de Salomón o
David, pues sigo las huellas de Jesús, que los merkabah niegan, que es el TODO
Incognoscible. Porque nada existe fuera del TODO, de otro modo EL TODO no sería. EL
TODO es EL INFINITO que define, confina, ata, limita, porque EL TODO Infinito es
tiempo o ETERNIDAD y no hay nada creado que pueda desarrollarse fuera de él. Pero
EL TODO no es un hueco de poder o absolutismo, Él mismo está sujeto a lo
INMUTABLE, a lo que no puede ser añadido ni sustraído, incrementado o disminuido, ni
volverse mayor o menor en ningún aspecto. Él siempre permanece justo, porque para
ÉL, nunca ha habido y no habrá cosa alguna que le pueda cambiar.

EL TODO infinito es Absoluto, Eterno e incambiable, para el todo, es fugaz toda


realidad temporal es finita en el tiempo, sea de materia o de forma, porque ni la forma ni
la materia, pueden manifestar la vida del TODO, nada se eleva más alto que su propio
origen, por esto EL TODO está más allá de la energía; ES LA ESENCIA de la misma
energía de la Vida, que la mente en su razón, nunca puede manifestar, es la energía
existente en el universo; es LA MENTE VIVIENTE, EL PENSAR VIVO INFINITO, EL
ESPÍRITU MISMO, EL TODO… no puedo ser rey, porque está cifrado en esa profecía,
que la Reina del Sur o estas naciones de la Gran Colombia, jamás tendrán reyes del
mundo, porque ellas son desde la creación, desde Espíritu Único de los primeros
Hombres Luz del universo, la Morada de los Santos vástagos de su pensamiento, los que
fueron con él antes que se hiciera cosa alguna sobre la Tierra y sus horizontes: SON EL
TODO. Él los engendró en la más exquisita armonía celestial y son los más justos y
sabios quienes venimos para crear nuevamente con él. Somos la unisonancia armónica
del esplendor; el silencio y la batalla, la Gran Música inflamando la llama Imperecedera
de los pensamientos de gran belleza, que despiertan las profundidades y alturas de los
espacios del gran Vacío, para que ya no haya más vacío, porque nacerán –en este
planeta- más hombres de libertad y consciencia, aparecerán de la comprensión, más
almas del Fuego Inmortal. Los de la Reina del Sur somos los Piger-Hombres del saber, la
frecuencia de la Llama Inmortal que arde en los pensamientos de todos los Hermanos
del Universo, de donde Yo vengo: Señor San Martín.

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El Último Carabobo de los Espíritus Inmortales
LA GRAN MEMORIA RAM II

Nosotros somos el Yo Soy, EL TODO, la fuerza resucitadora para todos los


habitantes de este mundo, sin la cual ninguna cosa creada puede recrearse a no ser que
tenga la fuente original de la Reina del Sur, y que nadie puede alterar, ya que este
pensar Creador por más que lo intente, probará que somos instrumento para la creación
de un nuevo mundo, y esto advertí con mi proclama ante el ejército de Pantano de
Vargas, en la Batalla de Boyacá: “LA LIBERTAD DEL NUEVO MUNDO ES LA
ESPERANZA DEL UNIVERSO”... Nosotros hemos descendido de la Llama
Imperecedera, hemos traído con ella nuestro amor y en él, los poderes de la Luz, sus
Siete Leyes sujetos a este plano de conciencia. Hemos venido a completar la obra de la
vida de este mundo para reformar el pensamiento intemporal de las vastas estancias de
la Tierra, esto es, venimos en batalla frontal contra las tinieblas, sus reinos y reyes; eso
que usted propone General. Venimos del mundo invisible, desnudos y sin desmedro de
nuestro ser; hemos tomado forma de hombre y de mujer, porque encarnamos la elección
como el vestido temporal de nuestro tiempo visible en formas de majestad para combatir
el espíritu Salomón, el ojo de las tinieblas que habita en los tumultos humanos en la
destrucción, en la corrupción, en la inexistente identidad y la pérdida total de la voluntad.
Nosotros somos recipientes y portadores del Fuego Secreto, este que usted siente en
tanto hablo y que arde en el corazón de los hombres justos, los que están obligados a
conocer al Enemigo Oscuro del Mundo, el que debe ser derrotado dentro de muy poco
tiempo, porque nosotros General, hemos comenzado la Batalla Final contra ese espíritu
infecundo quien trocó el conocimiento Luz a la humanidad, por artes materiales, para
acomodar su destino torcido a su mentira y vergüenza disfrazada de luz, que no pudo
tener sino, como la ira de su hoguera ardiente, que utilizó para obrar maldades como
está descubierto en sus libros: “Puso tinieblas por su escondedero alrededor de sí;
oscuridad de aguas y densas nubes. Por el resplandor de su presencia se encendieron
carbones ardientes. Y tronó desde los cielos Jehová” (2 Sam. 22:12.15)”. Este es el
“dios” de tinieblas, quien ha tenido amigos y espías secretos entre los hombres y los ha
convertido en aliados de su propia causa en contra de la humanidad. Este es el que en la
oscuridad se consume en odio y celos, porque en las eternidades humanas estamos aquí
para dar luz o verdadera libertad a los hombres e impedir que la Tierra sea esclavizada
para siempre”.

…Y Bolívar habló imparable, aún más insondable… la sabiduría de su


corazón se trasmitió en espíritu y consciencia; pero no fue escuchado…
Entonces San Martín no logró su objetivo, así lo veo en el Manantial de Luz.
Ahora el castigo de la logia, del Enemigo Oscuro del Mundo sería muerte para
los dos y todos los patriotas que se opongan al destino impuesto por Israel sobre
la Tierra. Desde este momento, el destino temporal –de lo que no es TODO- es
perecer, entonces, San Martín muere solo, porque luego del fracaso de esta
reunión, abandona el Sur, ni siquiera le interesa el Perú. Sus órdenes son claras:
dejar a Bolívar solo, incidir en las conspiraciones para su envenenamiento y
luego asesinato… esto veía en el Manantial de Luz, leyendo tal historia de la
masonería, en esta ciudad guayaquileña, que en la fecha del 20 de julio de 1944
juró por la memoria del Libertador Simón Bolívar; “hacer de tu ciudad un baluarte
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de la libertad en el Ecuador y no consentir jamás que se establezca en tu patria una


tiranía, despotismo o gobierno alguno que atente contra los principios humanos”.
En esta ciudad, que bajo la forma de democracia y juramento, ha manipulado
los destinos del Ecuador, pues desde Guayaquil y en las manos de la Social
Democracia, han sumido al país en la ruindad y miseria: y esto veo aquí en el
Manantial de luz. Veo la ciudad con su falso desarrollo de avenidas, puentes,
calles, autopistas, edificios, grandes empresas, emporios bancarios, rodeados por
los cinturones de miseria humana. Desde aquí y para el Ecuador, se ha sumido a
los campesinos en miseria, y en abandono absoluto a los barrios; aquí unos
pocos poderosos han traído el caos social, esta ciudad ha incumplido su
juramento; es Guayaquil la primera que ha violentando el nombre de Bolívar con
tal proclama del que veo rememorar su historia y caminar otra vez sobre la tierra
de Venezuela, llegando meditabundo con sus alturas del Chimborazo, las que
siento lleva en su corazón y le visten por dentro, le fortalecen en cada
pensamiento mientras allí, en la cercanía, está San Martín que presiente los
pasos de Sucre para despedirle. Es Antonio José, quien enlaza las dos mentes en
esta reunión que ha terminado truncada por el Enemigo del planeta, por lo que
no es EL TODO…

Guayaquil no cumplió ese juramento, al dejar su gobierno a los merkabianos,


que orgullosos muestran su compás y escuadra a toda la ciudad, quienes
tomaron la democracia como el negocio político de sus intenciones gobiernistas
y esto es cuanto hoy veo en el Manantial de Luz; judíos en esa esas invasiones
silenciosas, las élites que dominan a Guayaquil, desde que se hizo el tal
juramento, desde ese cenáculo de los Dos por el que se mandó a construir ese
monumento, hoy en la zona del malecón y la 10 de Octubre: él rememora la
reunión de estos gigantes de la libertad suramericana; Bolívar con sus batallas de
Boyacá, Carabobo y Pichincha el Mensaje del espíritu; San Martín con San
Lorenzo, Chacabuco, Maipú y su propuesta imperial de la masonería… Bolívar
no cedió posiciones a San Martín, anexando oficialmente la Provincia de
Guayaquil el 31 de octubre del mismo año a la Gran Colombia: pero menos,
cedió ante las presiones de Inglaterra, la tercera Bestia del Apocalipsis que
señala el profeta Daniel 7:4-8… “Después de esto miré, y he aquí otra, semejante a
un leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas; tenía también esta Bestia cuatro
cabezas; y le fue dado dominio”, la madre de la Cuarta Bestia del judaísmo
universal “la Globalización Rothshil”… “Después de esto miraba yo en las visiones
de la noche, y he aquí la cuarta Bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la
cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras
hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las Bestias que vi antes de ella, y
tenía diez cuernos”, y a su vez, la promotora del gobierno de Salomón o el
Anticristo final… “Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno
pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los
primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca que hablaba
grandes cosas”.
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LA GRAN MEMORIA RAM II

Y esto y más veo en el Manantial de Luz:

Un levantar de fuego y de mar en Guayaquil y el Ecuador al leer este


Libro y comprender que desde esta ciudad Bolívar advirtiendo sobre
este Imperio del Enemigo el Mundo, escribió: “Los Estados Unidos de
Norte América, en nombre de la libertad, parecen destinados a llenar de
ruina y miseria a los pueblos de la Tierra”.

A Patricio Cambel.

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