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Manejo del Enojo:

¿Por qué a veces nos enojamos más de la cuenta?

¿Te ha pasado alguna vez que sucede algo que te enoja mucho, y una vez que se te
pasa el enojo te sientes mal por haber reaccionado así?

Todos nos enojamos. El enojo es normal y es una respuesta instintiva ante algo que
nos resulta amenazante. Entender esto es muy importante, ya que muchas veces
nos sentimos mal con nosotros mismos después de un enojo y nos decimos cosas
como “no debí enojarme”, ¡como si eso fuera posible!

La verdad es que nunca decidimos enojarnos. El enojo nos sucede


automáticamente. Cuando nos damos cuenta es porque ya está el enojo en
nosotros.

El problema del enojo no es el enojo en sí, sino cuando el enojo es demasiado


grande y no nos permite tomar decisiones adecuadas y actuar con sensatez. Cuando
nos enojamos demasiado tomamos una postura de batalla contra aquello que nos
está agrediendo, y nuestra percepción de la situación se vuelve totalmente orientada
hacia nuestra necesidad y el deseo de ganar esa batalla, lo cual generalmente no es
muy recomendable ni para las relaciones con otros, ni para nuestra salud.

No podemos decidir no enojarnos, pero si podemos decidir dos cosas muy


importantes:

1. Qué hacer con nuestro enojo. Una vez que te das cuenta que hay enojo en ti,
te recomendamos manejarlo de la siguiente manera:

1. Si el enojo no es muy grande, pero la situación puede hacer que siga creciendo
(por ejemplo si estás discutiendo con tu pareja y sientes que cada vez te enojas
más), es recomendable alejarte físicamente de la situación si es posible, para evitar
que el enojo escale. Una vez que te calmes será más fácil afrontar nuevamente la
situación.

2. Una vez que te alejaste, puedes sacar tu enojo de una manera inteligente y
saludable. No se trata de reprimir el enojo, se trata de saber manifestarlo. Algunos
ejercicios útiles para sacar el enojo son: ejercicio físico, golpear una almohada,
escribir sobre lo que te enoja, o hacer respiraciones profundas.
3. Si no puedes alejarte físicamente, entonces trata de alejarte emocionalmente.
Comienza a hacer respiraciones profundas lentamente, y pon tu atención en tu
respiración. Piensa en que en ese momento no vale la pena seguir peleando contra
aquello que te está enojando, ya que enojarse de más nunca trae buenos resultados.
Es más inteligente aprender a manejar tu enojo que ganar una pelea (¡ya sea con
otra persona o contra el tráfico!)

2. Aprender a ser menos vulnerables ante aquellas situaciones que nos


enojan.

Solemos decir cosas como “me hiciste enojar”, cuando en realidad nadie puede
hacernos enojar. Nosotros nos enojamos cuando suceden cosas que nos disparan el
enojo, y suelen ser temas a los que somos sensibles. Cada persona es sensible a
temas diferentes. Es por esto que un comentario como “que tonto eres”, a alguien le
puede provocar risa, mientras que a otro le dispara un tremendo enojo.

Todos tenemos “botones” a los que somos sensibles, y si alguien toca ese botón,
surge en nosotros el enojo. No tiene que ver con la otra persona, tiene que ver con
que es un tema delicado para ti. Es un tema en el que tu autoestima no es muy
sólida, y por eso te sientes amenazado.

Cuando algo te “haga enojar”, pregúntate “¿qué es lo que realmente me enoja


de esto?”. Vas a descubrir la causa real detrás de tu enojo.

Pregúntate “¿a qué estoy siendo sensible?”, y vas a descubrir en qué parte de tu
autoestima debes trabajar.

Mientras más baja es tu autoestima, más botones sensibles tienes, y eres más
irritable. Cuando tu autoestima está fortalecida, son pocas las cosas que realmente
pueden afectarte y detonar un enojo. Así es que no olvides además de aplicar las
recomendaciones que aquí te damos, ¡continuar con tu trabajo de autoestima!

Si quieres más información y herramientas para un profundo trabajo de autoestima,


te invitamos a visitar: http://www.viam.com.mx/autoayuda/curso-de-
autoestima.htm

Este artículo fue escrito por VIAM Psicología


www.viam.com.mx

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