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“El Señor los dé luz, que acá y allá hay harta desventura, que como
ando en tantas partes y me hablan muchas personas, no sé muchas
veces qué decir, sino que somos peores que bestias, pues no
entendemos la gran dignidad de nuestra alma, y cómo la apocamos
con cosas tan apocadas como son las de la tierra. Denos el Señor
luz”. Santa Teresa de Ávila.
"He aquí por qué el cristianismo es la religión absoluta, la última religión, y por qué la
Iglesia Católica y romana es la única consecuente, legítima y divina… Dios existe, por
tanto, el hombre es esclavo. El hombre es inteligente, justo, libre, por tanto dios no existe.
Desafíamos al que sea capaz de salir de ese círculo y a que luego se elija a sí mismo”. M.
Bakunin.
“Predije la paz, y la paz no se ha hecho. Predije el amor y continúa la guerra entre vosotros;
abominé los bienes terrenos y os afanáis por amontonar riquezas. Dije que todos sois
hermanos y os tratáis como enemigos… Si ser anarquista es ser partidario del amor
universal, destructor de todo poder, perseguido por la ley, declaro que fui anarquista… No
quiero que haya Estados, ni códigos, ni ejércitos, ni propiedad, ni familia”. Azorín.
En esta misma línea escribe Donato Lubern: “Cristo sin saberlo predicó y práctico el
comunismo espiritual, moral y materialmente hablando”. En La Revolución Social (1871)
se lee lo mismo, pues esta postura se hallaba bastante extendida: “Todo el que protesta,
todo el que se queja… es anarquista. Marat es anarquista. Jesucristo es anarquista.
Anarquista es Babeuf”.
Tú no sabes
Lo que es
Que tu hijo tenga hambre.
Tú no sabes
Lo que es
Que tu hijo llore 24 horas.
Tú no sabes
Lo que es
No tener nada que darle.
Tú no sabes
Lo que es
Tener que buscarte un hombre.
Tú no sabes
Lo que es
Tener que acostarte con él.
Tú no sabes
Lo que es que te de sólo cinco cops.
Tú no sabes
Lo que es
Comprar un panecillo de cinco cops.
Tú no sabes
Lo que es
Que tu hijo al fin se calle.
Tú no sabes
Lo que es
Que tu barriga este llena de nuevo.
Tú no sabes
Lo que es
Tener que parir
A otro candidato al hambre.
El compendio de la Doctrina Social de la Iglesia 565 dedica parte de sus apartados a incidir
sobre los laicos en la responsabilidad que tienen ante la sociedad en la que viven, buscando
el bien común con espíritu de servicio, desarrollando la justicia especialmente ante
situaciones de pobreza y sufrimiento, promocionando la paz y el diálogo en el horizonte de
la solidaridad.
Según el informe último de la Fundación Santa María los jóvenes entre 15 y 24 años son
descreídos, apolíticos, egoístas e insolidarios.
Virtudes de fortaleza paciente (“recé una hora dentro de la catedral… recé, viejo, como
nunca había rezado. Pude rezar por mis enemigos; eso no me había pasado nunca. Cuando
digo enemigos sabes bien que no hablo de Laudet; por enemigos como ése soy capaz de
rezar todos los días. Pero hay ciertos enemigos, ciertas cualidades de enemigos que, si
tuviera que rezar por ellos normalmente, me producirían inevitablemente una crisis
hepática); virtudes de fortaleza dialéctica (“en el cielo no hay aburrimiento: allí no hay ni
obispos ni beatas”.); virtudes de fortaleza arraigada en la gracia (“el viejo tronco echará
hojas y ramas, una vez más la savia trabajará el viejo tronco, y el viejo tronco volverá a
florecer, el viejo tronco echará yemas y flores, hoja y frutos. Una vez más la gracia
trabajará”).
Soy Cristo… vuestros corazones están mucho más fríos que el triste cuerpo de Lázaro. Los
de arriba cabalgáis sobre los siete pecados capitales. Los que están abajo sólo ponen sus
esperanzas en el odio que envenena y en la dinamita que mata. Mientras vosotros os
prostituís en la carne y en la lujuria, a vuestro lado, sobre las aceras de la calle, hay niños
que lloran de hambre y frío…
Recientemente hemos presenciado un espectáculo que no podremos olvidar jamás. La
Guardia Civil había matado en Arnedo a un niño de dos meses en brazos de su madre, que
también cayó muerta. Pues bien, con ese motivo y a los pocos días de ocurrida esta
monstruosidad, sin que nadie acudiese a repararla, las señoras católicas de Madrid, de
Sevilla y de otras ciudades españolas, celebraron actos públicos de homenaje a la G.C., y
acudieron en manada a estampar sus firmas en unas cariñosas listas de adhesión, como
queriendo participar de algún modo en la gloria de aquel acto heroico de asesinar
impunemente a un niño de pecho, que tuvo el atrevimiento de intervenir en una
manifestación obrera pacífica. Para la sensibilidad de nuestros católicos no hay más niños
respetables que el Niño-Dios y los niños de la aristrocracia católica, los cuals son todos,
naturalmente, amiguitos predilectos del Niño-Dios y enemigos, por educación, que no por
instinto, de los niños de pueblo. Para el fetiche del Niño-Dios, convertido en juguete de
lujo, todas las joyas y todas las ofrendas son pocas, por ridículas que a veces resulten. Yo
recuerdo haber visto en una casa particular un Niño Jesús desnudo con todo el cuerpo de
plata y la diminuta virilidad de oro. Es el colmo de la impudicia en todos los sentidos de la
palabra.
(Discurso que Severn Cullis-S. realizó con doce años y leyó en la Cumbre de Rio de 1992)
Nosotros mismos recaudamos el dinero para venir aqui, y deciros a vosotros, adultos, que
tenéis que cambiar vuestra forma de actuar...
Estoy aqui para hablar en nombre de todas las generaciones por venir. Estoy aqui para
hablar en defensa de los niños hambrientos del mundo cuyos lloros siguen sin oirse. Estoy
aqui para hablar por los incontables animales que mueren en este planeta porque no les
queda ningún lugar adonde ir. No podemos soportar no ser oídos...
En mi país derrochamos tanto... Compramos y despilfarramos, y aún así los países del
Norte no comparten con los necesitados. Incluso teniendo más que suficiente, tenemos
miedo de perder parte de nuestros bienes, tenemos miedo de compartir...
En Canadá vivimos una vida privilegiada, plena de comida, agua y protección. Tenemos
relojes, bicicletas, ordenadores y televisión. Hace dos días, aquí en Brasil, nos
sorprendimos cuando pasamos algún tiempo con unos niños que viven en la calle. Y uno de
esos niños nos dijo: "Desearía ser rico, y si lo fuera, daría a todos los niños de la calle
comida, ropas, medicinas, hogares y amor y afecto".
Si un niño de la calle que no tiene nada está deseoso de compartir, ¿por qué somos
nosotros, que lo tenemos todo, tan codiciosos?
(.. Yo) podría ser uno de esos niños que viven en las favelas de Río; podría ser un niño
muriéndose de hambre en Somalia; una víctima de la guerra en Oriente Medio o un
mendigo en India.
Aún soy solo una niña y sé que si todo el dinero gastado en guerras se utilizara para acabar
con la pobreza y buscar soluciones medioambientales, qué lugar maravilloso sería la Tierra.
En la escuela, incluso en el jardín de infancia, nos enseñan a comportarnos en el mundo.
Ustedes nos enseñan a no pelear con otros, a arreglar las cosas, a respetarnos, a enmendar
nuestras acciones, a no herir a otras criaturas, a compartir y no ser codiciosos.
¿Entonces por qué salen fuera y se dedican a hacer las cosas que nos dicen que no
hagamos?...
...Bueno, lo que ustedes hacen me hace llorar por las noches. Ustedes, adultos, dicen que
nos quieren. Os desafio: por favor, haced que vuestras acciones reflejen vuestras palabras.
Gracias.