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“Escuela superior de Enfermería Cecilia

Grierson “
Carrera de Enfermería

Directora
Mag. Prof. Lic. Maria de los Ángeles Maldonado

Vice directora
Mag. Prof. Lic. Maria Elena Cabrejas

Coordinadora: Profesora Licenciada Salazar Marta

Docente: Profesora Licenciada Ortiz Ángela

Materia: Fundamentos Clínicos

Alumnos:

- Lance Sandra
- Lopez Griselda
- Sarapura Lorena
- Torres Sonia

Curso: 2º año, Turno mañana, comisión B

Fecha de entrega: 12 de junio de 2009

Ciudad Autónoma de Buenos Aires


Año: 2008
SISTEMA RESPIRATORIO

Función del Sistema Respiratorio

La función del Sistema Respiratorio es incorporar oxígeno al organismo; para que al


llegar a la célula se produzca la "combustión" y poder así "quemar" los nutrientes y
liberar energía. De ésta combustión quedan desechos, tal como el dióxido de
carbono, el cual es expulsado al exterior a través del proceso de espiración
(proceso llevado a cabo por el sistema respiratorio).

Órganos del Sistema Respiratorio: Anatomía y Función


Nariz:
Posee dos orificios llamados narinas. Dentro de los narinas, encontramos a los
cilios, que sirven para oler. También están las fosas nasales que están separadas
por el tabique.
La función de la nariz es humedecer, calentar y purificar el aire inspirado.
Traquea:
Está situada en las primeras seis vértebras cervicales. Es un órgano común al
aparato digestivo y al respiratorio ya que conduce al alimento desde la boca al
esófago, por otro lado conduce el aire procedente de las fosas nasales a la
laringe.
Laringe:
Tiene forma de tubo y sus paredes están reforzadas por cartílago. En el interior
se hallan las cuerdas vocales por lo que se considera a la laringe "el órgano
productor de sonido". Además es un órgano móvil ya que se mueve con la
fonación, la voz y la deglución.
Tráquea:
Es un conducto semicircular de 12 centímetros de largo formado por 20 anillos
cartilaginosos. Su superficie está revestida con una película de moco, en el cual
se adhieren partículas de polvo que atravesaron las vías respiratorias superiores.
Además, este moco actúa como bactericida.
Bronquios:
Son las diversas ramificaciones del interior del pulmón, terminan en los alvéolos
pulmonares que tienen a su vez unas bolsas más pequeñas o vesículas
pulmonares, están rodeadas de una multitud de capilares por donde pasa la
sangre y se purifica y se realiza el intercambio gaseoso.
Alvéolos:
Son pequeños sacos en donde se produce la hematosis, proceso en cual los
glóbulos rojos absorben oxígeno y se liberan del dióxido de carbono.
Pulmones:
Son dos masas esponjosas de color rojizo rodeados de la pleura, situadas en el
tórax a ambos lados del corazón, el derecho tiene tres partes o lóbulos; el
izquierdo tiene dos partes. Contienen aproximadamente 300 millones de
alvéolos.
Diafragma:
Es un músculo que separa la cavidad torácica de la cavidad abdominal, al
contraerse permite la entrada de aire a los pulmones.
Esquema del Sistema Respiratorio

Mecánica Respiratoria: Inspiración y Espiración


El aire se inhala por la nariz, donde se calienta y humedece. Luego, pasa a la
faringe, sigue por la laringe y penetra en la traquea.
A la mitad de la altura del pecho, la traquea se divide en dos bronquios que se
dividen de nuevo, una y otra vez, en bronquios secundarios, terciarios y,
finalmente, en unos 250.000 bronquiolos.
Al final de los bronquiolos se agrupan en racimos de alvéolos, pequeños sacos
de aire, donde se realiza el intercambio de gases con la sangre.
Al inspirar y espirar realizamos ligeros movimientos que hacen que los
pulmones se expandan y el aire entre en ellos mediante el tracto respiratorio.
El diafragma hace que el tórax aumente su tamaño, y es ahí cuando los
pulmones se inflan realmente. En este momento, las costillas se levantan y se
separan entre sí.
En la espiración, el diafragma sube, presionando los pulmones y haciéndoles
expulsar el aire por las vías respiratorias. Es cuando las costillas descienden y
quedan menos separadas entre sí y el volumen del tórax disminuye.
CANCER DE PULMON
Las células son las unidades de vida más pequeñas del cuerpo humano. Una
de sus funciones es reproducirse y morirse cuando ya no son útiles. Este
proceso es muy ordenado, en el tiempo y en el espacio, de tal forma que
permite que exista siempre el número adecuado de células para cada etapa de
la vida.

Cuando esta multiplicación de células se produce de manera descontrolada, se


forman masas anormales. A estas masas se les denomina tumores.
Puede haber tumores benignos y malignos. Los tumores benignos son aquellos
que no se propagan a otras zonas y que no comprometen la vida de la
persona.

Los tumores malignos suelen extenderse a otras partes del cuerpo y causan
daño a los tejidos y a los órganos corporales pudiendo incluso provocar la
muerte de la persona.

Las células malignas pueden moverse a través de la linfa o de la sangre y


llegar a cualquier parte del cuerpo provocando un segundo tumor, que se
denomina metastásico, porque no es el que se originó primero.

El cáncer de pulmón consiste en un crecimiento anormal de las células del


pulmón. La enfermedad se produce habitualmente en las paredes internas de
los bronquios, y al crecer puede obstruir el paso del aire y alterar la respiración.
Por este motivo, produce generalmente falta de aire, ahogo y fatiga.

Existen dos tipos principales de cáncer de pulmón: el cáncer de células


pequeñas o microcítico y el cáncer de células no pequeñas (no microcítico o
broncogénico).

TIPOS DE CÁNCER DE PULMÓN

El cáncer de pulmón se clasifica por el tipo de célula que produce el tumor. El


90% de ellos son de células pequeñas o de células no pequeñas. El 10%
restante está compuesto por clases muy infrecuentes, como la mixta, los
carcinoides o los tumores neuroendocrinos.

Por otro lado, el pulmón es un lugar muy frecuente para la aparición de


metástasis. Pero éstas no son verdaderos tumores de pulmón, sino siembras
de cánceres de otros órganos, como la mama o el intestino.

Cáncer de pulmón de células pequeñas (microcítico)


Recibe este nombre por el tamaño de las células vistas a microscopio. Se
relaciona casi invariablemente con el hábito de fumar y se estima que alrededor
del 20% de todos los cánceres son de células pequeñas. Éstas se multiplican
rápidamente y se pueden formar grandes tumores; además su capacidad de
extenderse a otros órganos es mayor. El de células pequeñas es, casi siempre,
un tumor muy agresivo.
Las metástasis suelen afectar a los siguientes órganos: ganglios linfáticos,
huesos, cerebro, glándulas suprarrenales e hígado. El tumor primario
generalmente se origina cerca de los bronquios y se expande hacia el centro
de los pulmones.

Cáncer de pulmón de células no pequeñas


Este tipo de cáncer representa casi el 80% del total de los cánceres de pulmón.
Se extiende más lentamente que el de células pequeñas y, ocasionalmente,
puede aparecer en personas que no fuman.

Hay algunas variedades de cáncer no-microcítico de pulmón. Las dos más


comunes son el carcinoma escamoso o epidermoide y el adenocarcinoma. El
primero es el más común y, como el microcítico, suele nacer de la profundidad
del pulmón, en el centro del pecho. El adenocarcinoma es más raro y suele ser
la clase de tumor pulmonar que padecen las personas no fumadoras. Tiende a
nacer de las partes más periféricas del pulmón, cerca de la pared del tórax.

CAUSAS

• Tabaco. Es la principal causa. El humo de tabaco, con su elevada


concentración de carcinógenos, va a parar directamente al aire y es
inhalado tanto por los fumadores como por los no fumadores. Dejar de
fumar también reduce de manera significativa el riesgo de contraer otras
enfermedades relacionadas con el tabaco, como las enfermedades del
corazón, el enfisema y la bronquitis crónica.
• Efectos del radón. El radón es un gas radiactivo que se halla en las
rocas y en el suelo de la tierra, formado por la descomposición natural
del radio. Al ser invisible e inodoro, la única manera de determinar si uno
está expuesto al gas es medir sus niveles. Además, la exposición al
radón combinada con el cigarrillo aumenta significativamente el riesgo
de contraer cáncer de pulmón. Por lo tanto, para los fumadores, la
exposición al radón supone un riesgo todavía mayor.
• Exposición a carcinógenos. El amianto es tal vez la más conocida de las
sustancias industriales relacionadas con el cáncer de pulmón, pero hay
muchas otras: uranio, arsénico, ciertos productos derivados del petróleo,
etc.
• Predisposición genética. Se sabe que el cáncer puede estar causado por
mutaciones (cambios) del ADN, que activan oncogenes o los hacen
inactivos a los genes supresores de tumores. Algunas personas heredan
mutaciones del ADN de sus padres, lo que aumenta en gran medida el
riesgo de desarrollar cáncer.
• Agentes causantes de cáncer en el trabajo. Entre las personas con
riesgo se encuentran los mineros que inhalan minerales radiactivos,
como el uranio, y los trabajadores expuestos a productos químicos como
el arsénico, el cloruro de vinilo, los cromatos de níquel, los productos
derivados del carbón, el gas de mostaza y los éteres clorometílicos.
• Marihuana . Los cigarrillos de marihuana contienen más alquitrán que
los de tabaco. Igualmente, el humo se inhala profundamente y se retiene
en los pulmones por largo tiempo. Además, los cigarrillos de marihuana
se fuman hasta el final, donde el contenido de alquitrán es mayor.
• Inflamación recurrente. La tuberculosis y algunos tipos de neumonía a
menudo dejan cicatrices en el pulmón. Estas cicatrices aumentan el
riesgo de que la persona desarrolle el tipo de cáncer de pulmón llamado
adenocarcinoma.
• Polvo de talco. Algunos estudios llevados a cabo en mineros y molineros
de talco sugieren que éstos tienen un mayor riesgo de desarrollar dicha
enfermedad debido a la exposición de los mismos al talco de calidad
industrial. Este polvo, en su forma natural, puede contener amianto.
• Otros tipos de exposición a minerales Las personas con silicosis y
beriliosis (enfermedades pulmonares causadas por la inhalación de
ciertos minerales) también tienen un mayor riesgo de padecer de cáncer
de pulmón.
• Exceso o deficiencia de vitamina A. Las personas que no reciben
suficiente vitamina A tienen un mayor riesgo de padecer de cáncer de
pulmón. Por otra parte, tomar demasiada vitamina A también puede
aumentar el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón.
• Contaminación del aire. En algunas ciudades, la contaminación del aire
puede aumentar ligeramente el riesgo del cáncer de pulmón. Este riesgo
es mucho menor que el causado por el hábito de fumar.

ETAPAS DEL CÁNCER

Los cánceres de pulmón no microcíticos se clasifican en varias etapas o fases


siguiendo un sistema bastante complejo conocido por las siglas TNM. La
estadificación del tumor es muy importante porque permite, en primer lugar,
distinguir a los pacientes curables de los que no lo son y, en segundo, calcular
la probabilidad de curarse.

La T hace referencia al tamaño del tumor. Se clasifica entre T1 y T4, según el


tumor sea más voluminoso o afecte estructuras cercanas importantes como los
bronquios principales, las arterias o el propio corazón.

La N indica si están o no afectados los ganglios linfáticos cercanos. N0 significa


que no lo están. La afectación de los ganglios es un factor pronóstico muy
importante que se gradúa de N1 a N3. En particular es vital conocer si están o
no invadidos los ganglios más centrales del tórax, una región conocida como
mediastino. Por regla general, la afectación del mediastino significa que el
tumor es inoperable.

La M indica si no hay metástasis (M0) o, por el contrario, si el cáncer ya se ha


ramificado a órganos lejanos (M1)

ETAPAS DEL CÁNCER DEL PULMÓN DE CÉLULAS PEQUEÑAS

La clasificación de los tumores microcíticos de pulmón es mucho más


simple. En este tipo de cáncer se habla de etapa limitada y de etapa
extensa.
• La etapa limitada significa que el tumor se encuentra limitado en el
hemitórax de origen, el mediastino y los ganglios supraclaviculares. Esto
sería un campo tolerable para el empleo de radioterapia.
• La etapa extendida es aquella en la que el cáncer está demasiado
diseminado para ser incluido dentro de la definición de etapa limitada, es
decir, el cáncer se ha extendido al otro pulmón, a los ganglios linfáticos
del otro pecho, a órganos distantes, etc.

Los pacientes que tienen una etapa limitada del cáncer podrán ser
tratados eficazmente con radioterapia. En los que tienen una etapa
extensa, no es tan aplicable la radioterapia.

SÍNTOMAS

Los síntomas del cáncer de pulmón no suelen aparecer en los primeros


estadios sino que surgen cuando ya se ha extendido demasiado como para
aumentar las probabilidades de curación. De hecho, desde que se produce la
primera célula maligna hasta que una persona consulta por primera vez al
médico ante los síntomas de la enfermedad pueden pasar muchos años.

Entre los síntomas más frecuentes están:

- Tos insistente.

- Dolor en el pecho que aumenta al respirar.

- Pérdida de peso y apetito.

- Falta de aliento.

- Respiración jadeante o con silbido.

- Esputos con sangre o coloración rojiza (flemas).

PRUEBAS DIAGNÓSTICAS

Sólo un 15% de este tipo de cáncer se diagnostica en estadios iniciales,


esto es debido a que los síntomas no aparecen hasta que la enfermedad
está avanzada. Si no hay afectación ganglionar en el momento de la cirugía,
el índice de supervivencia a cinco años es de un 50%. Si se consideran
globalmente todos los casos, el índice de supervivencia se reduce a un
14%.

Existen diferentes pruebas diagnósticas que visualizan los tumores


pulmonares en distintos estadios.

El médico utilizará uno o varios métodos para detectar el cáncer si existe


sospecha previa. El historial médico del enfermo es lo primero que se
realizará para valorar los antecedentes personales y familiares. El médico
preguntará por la existencia de cánceres y otras enfermedades en la familia,
por el consumo de tabaco, la exposición ambiental o profesional a
sustancias productoras de cáncer de pulmón y por las posibles
enfermedades respiratorias o de otro tipo que padezca el enfermo.

• La exploración física se hará teniendo en cuenta los síntomas que


refiere el enfermo y, con ella, se podrán obtener datos que pueden
ayudar al diagnóstico de cualquier enfermedad.
• El análisis de sangre mostrará si hay alguna alteración celular a nivel de
otros órganos como por ejemplo el hígado.
• Los estudios radiológicos se pueden realizar mediante varias técnicas, si
no se visualiza bien con una prueba, o si hay alguna duda en el
diagnóstico. Estas pruebas dan información sobre la etapa en la que se
encuentra el cáncer. También son útiles para comprobar si el cáncer se
ha extendido a otras partes del cuerpo.

Las pruebas de diagnostico que utilizan son:

- Radiografía de tórax con la que se puede ver alguna masa o mancha en los
pulmones y establecer razonablemente la probabilidad de que sea un cáncer.
Esta prueba se realiza en dos proyecciones, una de frente y otra de perfil. En
más del 95% de los casos de cáncer sus resultados son anormales.

- TAC: Consiste en una emisión de rayos X desde distintas perspectivas y con


la que se observa todo el cuerpo. Es una prueba sencilla que suele durar algo
más de 15-30 minutos. Esta es más sensible que la radiografía y con ella se
detecta mejor el cáncer en etapas iniciales. También sirve para comprobar si
existen metástasis en otros órganos: hígado, glándulas suprarrenales, cerebro
etc. Es la prueba de imagen más utilizada y rentable en el estudio de esta
enfermedad. Sin embargo, algunas veces se requiere completar el estudio del
TAC con otras pruebas más sensibles para determinadas localizaciones del
cáncer de pulmón: resonancia nuclear magnética (RNM) cerebral o de columna
vertebral, ecografía hepática, gammagrafía ósea etc.

- La resonancia magnética se utiliza para tomar imágenes transversales


detalladas. Esta técnica emplea los campos magnéticos y los espectros
emitidos por el fósforo en los tejidos corporales y los convierte en imagen. Con
ella se puede observar la vascularización del tumor. Son imágenes más
precisas con las que se puede observar la propagación del cáncer al cerebro o
a la médula espinal. No suele ser demasiado útil para explorar los pulmones.

- La tomografía por emisión de positrones (PET, sus siglas en inglés):


consiste en inyectar un radio fármaco combinado con glucosa y éste será
captado por las células cancerosas, de existir un cáncer, que consumen más
glucosa. El radio fármaco hará que se localicen las zonas donde se encuentre
el tumor. En el caso concreto del cáncer de pulmón, se emplea algunas veces
para despejar alguna duda sembrada por la TAC, pero no es necesaria la
mayoría de las veces.

- Citología del esputo: se analizará el primer esputo o flemas de la mañana


con el microscopio para observar si contiene células malignas. Es una prueba
sencilla y muy rentable en los cánceres de pulmón localizados en los
bronquios.

- La biopsia del tejido se precisará para confirmar el diagnóstico. Esta prueba


consiste en tomar una muestra del tejido sospechoso y analizarlo al
microscopio. La biopsia puede realizarse mediante la introducción de un tubo,
un broncoscopio, por la nariz hasta donde se encuentre la masa en el pulmón.
Si por las características del enfermo no se puede realizar este tipo de biopsia,
se realizará una pequeña intervención quirúrgica para extraer el tejido.
Después de analizarlo, se podrá determinar el tipo de tumor y el estadio y así
establecer el tratamiento adecuado. Se pueden realizar biopsias para analizar
el tejido de otras zonas, como por ejemplo los ganglios linfáticos, si hay
sospecha de metástasis.

-Mediastinoscopia y mediastinostomía: La mayor parte de las veces, la TAC


se basta para proporcionar la información esencial sobre si los ganglios del
mediastino, en el centro del pecho, están o no afectados. Si existen dudas, se
recurre a la mediastinoscopia. Esta exploración se realiza bajo anestesia
general, introduciendo por detrás del esternón, a través de una pequeña
incisión realizada en la base del cuello, un tubo dotado de sistema óptico y
pinzas de biopsia.

-Análisis de sangre: permite apreciar si algunos valores funcionales u


orgánicos están alterados a causa de la enfermedad y ayudan además a
determinar las condiciones orgánicas de la persona de cara al tratamiento.

TRATAMIENTO

El tratamiento para estos pacientes consistirá en una combinación de varias


técnicas que son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. Cada una de
ellas será más eficaz que el resto según sea el tipo de cáncer y la etapa en la
que se encuentre. De hecho, el tratamiento depende de cuatro circunstancias:
del tipo y el grado de diseminación del tumor, del estado de salud del paciente
y del estado funcional de los diversos sistemas del organismo (corazón,
hígado, riñón, neurológico etc.).

La cirugía es la modalidad de tratamiento con más probabilidades de resultar


curativa, por lo tanto, se recurre a ella siempre que la totalidad del cáncer se
pueda extirpar y el estado respiratorio del paciente tolere la eliminación de la
porción de pulmón que es necesario extirpar.

Los cánceres microcíticos de pulmón rarísima vez se operan, puesto que casi
siempre se diagnostican en fase extensa, cuando sólo la limitada es operable.
Aproximadamente, la mitad de cánceres no microcíticos de pulmón se pueden
extirpar dada su extensión. Para ello es esencial que no existan metástasis y
que los ganglios de la zona central del pecho (mediastino) estén libres de
tumor, así como que el tumor no haya invadido estructuras inextirpables como
la traquea, la arteria aorta o las pleuras.

Se puede extirpar sólo una pequeña porción de pulmón, si está muy localizado
el tumor, que se denominará resección en cuña o segmentectomía.

Si se extirpa un lóbulo del pulmón, se llamará lobectomía.

Si se quita todo el pulmón, se habla de neumonectomía.

El paciente tras la operación estará ingresado durante una o dos semanas.


Algunos necesitarán fisioterapia respiratoria para recuperar pronto su
capacidad pulmonar habitual.

Tras este período regresará a su casa con algunas limitaciones impuestas.


Entre las posibles complicaciones de la intervención están las hemorragias, la
infección de las heridas y las neumonías.

La radioterapia emplea radiaciones X de alta energía para destruir las células


cancerosas. Se utiliza un aparato llamado acelerador lineal que envía los rayos
sólo a la zona afectada.

Este tratamiento se utiliza, a veces, como primario o principal en aquellos


pacientes que no pueden someterse a una cirugía. En este caso, no se
pretende curar sino retardar la evolución de la enfermedad, aunque algunos
casos excepcionales se llegan a curar sin operación, sólo con la radioterapia.

La radioterapia en el pulmón se suele emplear para aliviar una obstrucción de


las vías respiratorias principales debido al cáncer.

Cuando se emplea la radioterapia como tratamiento secundario, tras la cirugía,


se utiliza sobre todo para destruir aquellas células que no se hayan podido
extirpar.

Otra utilidad para la que se emplea la radioterapia es para aliviar los síntomas
que provoca el cáncer, como son el dolor, la dificultad para tragar, etc.

La quimioterapia es la primera opción de tratamiento en la mayoría de casos


de cáncer de células pequeñas. Es capaz de controlar fácilmente los síntomas,
que suelen ser muy acusados en esta clase de cáncer. Sin embargo, las
curaciones son excepcionales y la mayoría de los casos recaen pasados uno o
dos años.

No todos los enfermos podrán ser intervenidos quirúrgicamente pues


dependerá de si tienen suficiente capacidad respiratoria como para soportar
una escisión de parte o de la totalidad del pulmón y de cómo sea su estado
general.
En el cáncer de pulmón, suele emplearse una combinación de medicamentos
quimioterápicos. Algunos de estos fármacos pueden administrarse por boca o
por vena. Cuando llegan al torrente sanguíneo, estos medicamentos se
expanden por todo el organismo y actúan contra las células cancerosas,
destruyéndolas. Por este motivo, es muy útil en aquellos cánceres que se han
extendido a otras áreas.

La quimioterapia puede administrarse como tratamiento principal o como


terapia de ayuda a la cirugía. En muchas ocasiones, la quimio se administra
antes de la cirugía, con la intención de reducir el volumen del tumor y allanar el
camino al cirujano. Incluso a veces, algunos cánceres de pulmón inoperables
se convierten en operables tras algunos meses de quimioterapia. También es
posible recibir quimioterapia después de la cirugía, incluso cuando todo el
tumor se ha extirpado con éxito. La razón es que con esta estrategia se evita
un porcentaje de recaídas y acaban curándose más pacientes a largo plazo. Se
conoce a esta clase de tratamiento oncológico como quimioterapia adyuvante.

La elección del tratamiento de primera o segunda línea depende del tipo de


cáncer, y varía entre el cáncer de células no pequeñas, o bien de células
pequeñas.

Los efectos secundarios más frecuentes que se presentan como consecuencia


del empleo de quimioterápicos son: náusea y vómito, pérdida del apetito,
pérdida del cabello y llagas en la boca. Junto a los medicamentos
quimioterápicos, se emplean otros que disminuyen o hacen desaparecer los
efectos secundarios de los primeros.

FÁRMACOS ANTICANCEROSOS

Estos están agrupados en varias categorías:

 Los agentes alquilantes interfieren con la molécula de ADN,


alternando su estructura o función, de tal manera que no
pueda dividirse lo cual evita que la célula se multiplique. Los
efectos secundarios consiste en nauseas, vomito, perdida de
cabello, irritación de la vejiga (cistitis), con aparición de sangre
en la orina, baja cantidad de los glóbulos blancos, glóbulos
rojos y plaquetas, disminución de cantidad de esperma en el
hombre (y posible esterilidad permanente) y un incremento
del riesgo de leucemia.
 Los antimetabolitos son un amplio grupo de fármacos que
interfieren en los pasos de la síntesis del ADN o del ARN,
inhibiendo la división celular, además de provocar los mismos
efectos adversos que lo alquilantes, ciertos antimetabolitos
causan urticarias, oscurecimiento de la piel (aumenta la
pigmentación) o insuficiencia renal.
 Los alcaloides derivados de las plantas son fármacos que
pueden detener la división de la célula, evitando la formación
de nuevas células. Los efectos adversos secundarios son
similares a los producidos por los agentes alquilantes.
 Los antibióticos antitumorales causan daño al ADN, inhibiendo
la duplicación de las células. Los efectos adversos
secundarios son similares a los producidos por los agentes
alquilantes.
 La hormonoterapia aumenta o disminuye la cantidad de ciertas
hormonas, limitando así el crecimiento de los canceres que
dependen de estas hormonas o que están inhibidos por ellas.
Los efectos adversos varían según el tipo de hormona que se
toma.

EFECTOS SECUNDARIOS DEL TRATAMIENTO

Casi todos los pacientes que reciben quimioterapia o radioterapia


experimentan ciertos efectos secundarios, sobre todo nauseas o vómitos y
disminución de los glóbulos de la sangre. Las personas tratadas con
quimioterapia casi siempre pierden el cabello. Disminuir los efectos
secundarios es un aspecto importante de la terapia.

-NAUSEA Y VOMITOS
Las nauseas y los vómitos generalmente se alivias con fármacos
(antieméticos). Las nauseas pueden reducirse sin utilizar fármacos, comiendo
frecuentemente pequeñas cantidades de alimentos y evitando comidas
contengan una elevada cantidad de fibras, que producen meteorismo, o que
estén muy calientes o muy frías.

-BAJO RECUANTO DE CELULAS EN SANGRE


La citopenia, una deficiencia de uno o más tipos de células de la sangre,
puede desalarse durante la terapia de sangre. Por ejemplo una persona puede
presentar un número anormalmente bajo de glóbulos rojos (anemia), de
glóbulos blancos (neutropenia o leucopenia) o de plaquetas (trombocitopenia).

-LA QUIMIOTERAPIA O LA RADIOTERAPIA


Pueden causar inflamación o incluso ulceras en las membranas mucosas,
como el revestimiento de la boca.

TRATAMIENTO PARA CADA TIPO DE CÁNCER Y ETAPA

Cáncer de pulmón de células pequeñas

Etapa 0
En esta etapa no se requiere quimioterapia ni radioterapia. La cirugía puede
eliminar por completo el cáncer. El tipo de cirugía es una segmentectomía, es
decir, la extirpación de una cuña de pulmón.

Etapa I
Generalmente se emplea la segmentectomía, para los tumores más pequeños
o para pacientes con peor condición física, o la lobectomía para eliminar el
tumor.
La eficacia de la quimioterapia como tratamiento adyuvante, se está
comprobando en estudios clínicos. Aunque es útil para aquellas
micrometástasis que no se han detectado y que no han sido eliminadas con la
cirugía.

Si el tumor está en el borde del tejido pulmonar, probablemente no se hayan


extirpado todas las células cancerosas, por lo que se recomienda la
radioterapia.

La radioterapia se puede emplear como tratamiento principal si el paciente, por


su estado general, no puede someterse a cirugía. El índice de supervivencia a
cinco años en esta etapa es de un 65%.

Etapa II
Se emplea la cirugía: segmentectomía o lobectomía.

La radioterapia puede utilizarse después de la cirugía para asegurar que no


quede ninguna célula cancerosa. También puede emplearse como tratamiento
principal, en aquellos pacientes que no puedan ser intervenidos
quirúrgicamente por problemas de salud. La quimioterapia puede emplearse
después de la cirugía o de la radioterapia.

El índice de supervivencia para los pacientes que se encuentra en esta etapa


del cáncer es de un 40%.

Etapa IIIA
El tratamiento en esta etapa dependerá del lugar donde se encuentre
localizado el tumor en el pulmón y de si están afectados los ganglios linfáticos.

Se suele emplear quimioterapia antes de la cirugía para disminuir el tamaño del


tumor, para que sea más fácil su extirpación completa.

Cuando no pueda utilizarse la cirugía para extirpar el tumor, se administrará


radioterapia. A veces se empleará la braquiterapia que consiste en pasar un
láser a través de un broncoscopio para destruir parte del cáncer dentro de la
tráquea.

Los índices de supervivencia oscilan entre un 10% a un 20% aunque


determinados pacientes, como los que no tienen extendido el cáncer a los
ganglios linfáticos, tienen mejor pronóstico.

Etapa IIIB
Debido a que en esta etapa el cáncer se encuentra muy extendido, la cirugía
no es eficaz. Puede utilizarse la quimioterapia junto con la radioterapia. O cada
una por separado.

El índice de supervivencia está entre el 10% y 20% en aquellos pacientes que


gozan de un estado de salud bueno y que pueden someterse a una
combinación de ambos tratamientos. Los que no puedan, su índice está en el
5%.

Etapa IV
La finalidad del tratamiento en esta etapa es paliar los síntomas de la
enfermedad. No se pretende una curación pues el cáncer se ha extendido a
zonas distantes.

Se utilizará quimioterapia o radioterapia para disminuir síntomas como dolor de


huesos, síntomas debidos a afectación del sistema nervioso, etc.
Cáncer de pulmón de células pequeñas

Etapa limitada
Por lo general, se emplea la quimioterapia como tratamiento principal, con el
uso de varios fármacos combinados.

Junto a la quimioterapia se emplea la radioterapia al tórax. A los pacientes que


responden bien al tratamiento inicial se les administra, de forma preventiva,
radioterapia en la cabeza. Esto es así porque el cerebro es uno de los lugares
donde frecuentemente aparecen metástasis.

En la mayoría de pacientes, estos tumores remiten con el tratamiento, pero al


poco tiempo vuelven a aparecer volviéndose resistente al tratamiento. El índice
de supervivencia de dos años en la etapa limitada, es de un 40% a un 50%,
pero se reduce de un 10% a un 20% para cinco años.

Se están realizando muchos estudios para comprobar la eficacia de otros


tratamientos tales como la inmunoterapia o la terapia genética.

Etapa extensa
El pronóstico en esta etapa es muy malo si no se trata el cáncer. La
quimioterapia puede utilizarse para tratar los síntomas y alagar la supervivencia
a corto plazo.

El tratamiento con dos o más medicamentos puede reducir los tumores en


alrededor del 70% al 80% de estos pacientes. También se utiliza la radioterapia
para controlar los síntomas y para prevenir la aparición de metástasis en el
cerebro.

La cirugía con láser se emplea para aliviar la obstrucción de las vías


respiratorias en aquellos pacientes que, por su estado general, no pueden
someterse a una cirugía quirúrgica. El pronóstico de supervivencia a los cinco
años después de haberse descubierto el cáncer, es menor de un 4%.

Los pacientes que tengan su estado de salud muy deteriorado y que no puedan
someterse a quimioterapia, su tratamiento se reducirá a fármacos para aliviar el
dolor.
SEGUIMIENTO

Cuando el cáncer de pulmón se ha controlado mediante el tratamiento, se inicia


un proceso de revisiones periódicas que tiene como finalidad principal poder
detectar a tiempo una posible recaída. Además, con esta vigilancia también se
valoran las posibles secuelas del tratamiento, y se aporta al enfermo el apoyo
psicológico necesario.

En cada revisión se interroga al paciente acerca de sus síntomas, se realiza


una exploración física detallada y se solicitan análisis y exploraciones con
radiografías, ecografías etc. en función de las posibilidades diagnósticas de
recaída o progresión del cáncer. A medida que pasa el tiempo las recaídas son
menos probables y las revisiones se espaciarán, aunque siempre es
conveniente hacer una al año para controlar la aparición de otros nuevos
cánceres, bien en el pulmón o bien en otros órganos del cuerpo.

Cuidados de enfermería de los síntomas comunes del cáncer de pulmón

Tos:
• Valore la frecuencia, duración, intensidad y factores desencadenantes
asociados a la tos del paciente.
• Controle la cantidad y tipo de esputo.
• Vigile los cambios de coloración en el esputo que puedan indicar
infección o hemorragia.
• Administre al paciente medicación antitusigena, según prescripto.
• Promueva la ingesta de líquidos.
• Enseñe al paciente a evitar los irritantes pulmonares como tabaco ,
polvillo, polen y las situaciones que favorezcan la tos.
• Dígale que avise al medico si nota un cambio en la tos o en la
producción de esputo, o bien si los antitusigenos no producen el efecto
esperado.

Disnea:
• Valore los sonidos respiratorios del paciente, la frecuencia y profundidad
respiratoria y oxigenación por turno y según necesidad.
• Enséñele a toser, a respirar profundamente y con los labios fruncidos.
• Colóquele de forma que se encuentre cómodo: sentarse en el borde de
la cama o en una silla mientras se apoya en una mesita de comer.
• Administre oxigeno humidificado, según prescripción.
• Pídale al paciente que puntúe el nivel de disnea en una escala del 0 a 10
(0= ausencia; y 10= la peor disnea) para determinar si sus
intervenciones son eficaces.
• Administre broncodilatadores, según prescripción.
• Administre agentes ansiolíticos o morfina oral a bajas dosis para tratar la
ansiedad y el jadeo.
• Aspire según convenga para eliminar las secreciones que el paciente no
sea capaz de movilizar.

Hemoptisis:
• Valore el origen, cantidad y duración de la hemorragia.
• Administre los antibióticos y antitusigenos prescriptos.
• Dígale al paciente que avise al medico si tiene fiebre.
• Explíquele al paciente que una hemoptisis ligera debería resolverse en
varios días.
• Y que llame inmediatamente al medico si empeora la hemorragia.
• Si el paciente presenta hemoptisis masiva controle las signos vitales
para detectar hipovolemia y administre los derivados sanguíneos
prescriptos. Colóquelo en decúbito lateral, con el pulmón afectado en
posición declive, para evitar que la sangre entre en el otro pulmón
• Proporcione apoye emocional y explique al paciente y familia que
medidas se adoptaran para controlar la hemorragia.
Fatiga:

• Valora la duración e intensidad da la fatiga.


• Valora el hemograma completo del paciente.
• Enséñele como manejar la fatiga: pida ayuda, que descanse y que
realice solo las actividades en forma prioritaria.

Dolor:

• Pídale al paciente que puntúe la intensidad del dolor en una escala de 0


a 10 (1 a 4 = leve; 5 a 7 = moderado; 8 a 10 = severo). Valore la
frecuencia del dolor, su localización, factores que lo desencadenan y
alivian y eficacia de la medicación analgésica.
• Elabore un plan para la administración de analgesia e implemente
medidas para contrarrestar los efectos adversos. Trate el estreñimiento
con reblandesedores de heces y laxantes.
• Enséñele al paciente técnicas de relajación, distracción u otras medidas
no invasivas que complementen la medicación analgesia.

Perdida de peso:

• Pese al paciente una vez a la semana.


• Haga una relación entre el peso perdido y la cantidad de comida
consumida. Valore al paciente por si presenta nauseas, vómitos,
estreñimiento, dolor, ansiedad u otros síntomas que causen perdida
de apetito.
• Consulte con la nutricionista.
• Dígale al paciente que descanse y que realice higiene bucal antes y
después de la comida.
• Ayúdele a tomar sus colaciones con el propósito que consuma la
ingesta de calorías necesarias. Si no tiene apetito debe ingerir
estimuladores del mismo.
• Lo ideal que consuma dieta blanda para facilitar la deglución.
• Si el paciente terminal no puede tolerar nada por vía oral se le
explicara al familiar que la nutrición ha dejado ser una prioridad.

CRITERIO PALEATIVO: el objetivo es mejorar la calidad de vida del pacientes.


CUESTIONARIO

1- ¿Que es el cáncer de pulmón?


2- ¿Cuales son los principales tipos de cáncer?
3- ¿Cuales son sus signos y síntomas?
4- ¿Que tipo de tratamiento se utilizan?
5- Nombre los fármacos que se utilizan par este tratamiento.
6- ¿Cuales son las causas más predisponentes para contraer dicha
patología?

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