Sunteți pe pagina 1din 17

Guatemala, julio 2009 No.

EL PROYECTO PRO-REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA


AUSPICIADA POR LOS NEOLIBERALES EN GUATEMALA1

Propósitos Económicos del Proyecto.

Del análisis de los documentos se llega a determinar que el proyecto Pro-


Reforma nace en 2003 a iniciativa de 10 personas que representan intereses de la
oligarquía nacional, y que selectivamente en junio del 2005 logran la cooptación
de 45 miembros afines que suscriben el acta de Constitución de la Asociación
Civil Pro-Reforma del Estado, mediante su declaración de principios, que tienen
como fundamentos la teoría y política del neoliberalismo, que sucumbió
catastróficamente en el mundo a partir del 2007, incubando una de las crisis
económica mundial que llevó al borde del colapso a los estados capitalistas más
desarrollados del planeta.

Este proyecto representa el pensamiento más conservador de los


fundamentalistas partidarios del Neoliberalismo económico, que en forma
sistemática y tautológica proclaman sus ideario dentro de la sociedad
guatemalteca navegando con la bandera de salvadores de la democracia, pero que
en el fondo persiguen el avieso fin de entronizarse en el poder, para constituir
una democracia restringida y seguir imponiendo los intereses de la plutocracia
guatemalteca, como lo han venido haciendo desde la independencia de
Guatemala.

El ideólogo de este proyecto es el Ing. Manuel Ayau Cordón, que en 1957


fundó conjuntamente con el ingeniero y banquero Ernesto Rodríguez Briones, el
Centro de Estudios Económicos y Sociales –CEES-, institución que se constituyó
en la abanderada de la defensa del laissez faire en Guatemala, convirtiéndose a
la vez en la base de lo que tres lustros después sería la Universidad Privada
Francisco Marroquín. Por esa fecha también se conformó el partido político
Movimiento de Liberación Nacional –MLN-, que dio cabida a prominentes figuras
oligárquicas y terratenientes, destacando el Ing. Manuel Ayau Cordón y el
azucarero y cafetalero, Rudy Weissenberg. El MLN llegó a autoproclamarse como
el “partido de la violencia organizada” por su líder Mario Sandoval Alarcón (The
New York Times 24/8/1980).

Considerado uno de los principales representantes de la empresa privada y


accionista de la Financiera Industrial, Ernesto Rodríguez Briones fue parte de un
grupo de empresarios que con el gobierno de General Efraín Ríos Montt pretendió
acordar la repatriación de capitales y el financiamiento de la contrainsurgencia,
mediante un plan de SESENTA MILLONES DE QUETZALES, que estarían bajo el
control de los empresarios (ODHA, 1998. Tomo III: 159. Valdez y Palencia Prado,
1998: 56-57).

1 Elaborado por el Licenciado Leonel Hernández Cardona, Investigador en el Instituto de Investigaciones Económicas y
Sociales -IIES-.
Boletín “Economía al día” No. 7 julio 2009

Tanto el Ing. Manuel Ayau Cordón, como Weissenberg y Rodríguez Briones,


se convirtieron en la década de los setenta, en Directores de la empresa
transnacional Basic Resources. La figura política de Ayau Cordón destelló en
1972 con la fundación de la Universidad Francisco Marroquín –UFM-, que se
convertiría en la máxima representante de la ideología de libre mercado. Cuando
fundó dicha Universidad el Ing. Manuel Ayau Cordón era diputado del Congreso
de la República propuesto por el MLN y electo para el período 1970-1974 por el
Departamento de Alta Verapaz. Según Ayau Cordón, la UFM apareció ante la
necesidad de propagar las ideas del liberalismo económico y su libre mercado, las
cuales no cumplían las tres universidades privadas existentes y la estatal (Ayau
Cordón, 1992: 1-2).

La Universidad Francisco Marroquín se fundó con el apoyo financiero de


los Novella (Enrique –quien llegó a ser uno de los primeros directores de Basic
Resources- y Estuardo Novella), Ramón Campollo, Raúl Minondo Herrera cuñado
de Ayau, Rudy Weissenberg, Roberto Berger, Luis Canella, Christopher
Hempstead Diesseldorff, el grupo de empresas Granai & Towson y la Cervecería
Centroamericana (Ayau Cordón, 1992; 8).

Para la comprensión de todo proyecto, es necesario tener presente la


posición ideológica de los que lo propician, así como el fondo político-económico
que subyace en lo que proponen. Es conveniente aclarar que el Proyecto Pro-
Reforma de la Constitución, fue concebido cuando las políticas neoliberales se
encontraban en la cúspide de su éxito en el año 2003. En ese momento, los
partidarios en nuestro país creyeron conveniente lanzar la ofensiva final para
eliminar de la Constitución Política de Guatemala todo vestigio de protección
social a las clases más necesitadas y al mismo tiempo suprimir la intervención
del Estado principalmente en las áreas económica y social, otorgando así los
poderes omnímodos a los fieles del Neoliberalismo y de la Mercadocracia de
nuestro país.

Para dicho propósito, en su proyecto proponen la resurrección del Estado


Gendarme que originalmente fue creado por el Liberalismo Económico en el siglo
XVIII, cuyas funciones estaban perfectamente delimitadas y restringidas a lo
mínimo. Las únicas funciones que se le asignaban al Estado eran: “la tarea de
vigilar la seguridad exterior de la nación, la protección de la vida y de la
propiedad, el cumplimiento de los contratos, así como ejecutar toda aquella clase
de obras de beneficio común, que no ofreciendo incentivo de ganancias a la
iniciativa privada, debían de todos modos ser ejecutadas, como la construcción y
conservación de caminos, presas, edificios públicos y la promoción de la
educación gratuita, con el objeto de que los hombres comprendieran mejor los
principios de la ley natural. Estas actividades debían emprenderse con los
tributos, pero estos no debían ser excesivos sino los necesarios para lograr la
subsistencia del Estado, es decir que propugnaban por un presupuesto
equilibrado, porque de lo contrario si el gobierno imponía tributos más de lo
necesarios interfería con la ley natural y, por lo tanto, daría lugar a trastornos en
el desenvolvimiento económico”.

2
Boletín “Economía al día” No. 7 julio 2009

Naturalmente, la filosofía política del liberalismo y el utilitarismo, fueron


sustentadas sobre bases que indefectiblemente llevaban a la preeminencia del
individualismo; donde el Estado es considerado como “el policía de la
comunidad”. El devenir de la historia demostraría que la falta de intervención del
Estado en las actividades económicas, propiciaría el aparecimiento de profundas
diferencias sociales, a tal extremo que Saint-Simón reconoció que los problemas
sociales creados por el nuevo orden capitalista, eran tan graves que había
necesidad de desarrollar una ciencia especial de la reconstrucción social, para
tratar de resolverlos, idea que fue acogida por Augusto Comte, quién intentó
sistematizar esta nueva ciencia social: la Sociología.

Ahora bien, todo lleva a sostener que después que se estableció el régimen
de libertad, esta política fue un error. Este régimen ha permitido la formación de
grandes monopolios y ha llevado al capitalismo a la constitución de empresas
transnacionales. Es gracias a la libertad, que las empresas económicas más
poderosas, expulsaron de los mercados a las empresas que les generaban
competencia, o absorbieron a sus empresas a través de las fusiones,
constituyendo así grandes trust monopolizando así el mercado.

El connotado economista Emile James expresa muy acertadamente, que


no es cierto que el mundo en que vivimos esté basado todavía en la competencia
perfecta, ni que la libertad sea suficiente para el mantenimiento de la
competencia. En la Depresión de 1929, cuando el liberalismo sin freno demostró
su incapacidad para resolver la gran problemática social y económica de la
sociedad moderna, la intervención del Estado se hizo necesaria, imprescindible y
evidente para ordenar el caos propiciado por el liberalismo económico. No
quedando ninguna duda de que el laissez faire no asegura ni la competencia, ni
la libertad humana, ni el bienestar de la sociedad.

¿Qué argumentos teóricos pueden esgrimir actualmente los que propugnan


el Proyecto Pro-Reforma para modificar la Constitución Política de Guatemala y
volver al Estado Gendarme? ¿No se han dado cuenta de los terremotos
financieros que sacudieron Wall Street y los billonarios planes de rescate
económico que tuvieron que implementar todos los Estados más poderosos del
Mundo para evitar el colapso de la economía mundial? Los terremotos financieros
de septiembre y octubre de 2008 en Wall Street, ha precipitado el fin de una era
del capitalismo. El apocalipsis financiero no ha terminado y se está
transformando en una recesión global, nada volverá a ser como antes y ha
regresado la política económica y la presencia del Estado en la economía.

2008 es un momento histórico, se derrumbó no sólo un modelo de


economía, sino también un estilo de gobierno y eso altera el liderazgo de Estados
Unidos en el mundo. Como lo afirma Paul Samuelson, premio Nobel de economía,
el desplome de Wall Street es comparable a lo que representó, en el ámbito
geopolítico, la caída del muro de Berlín: “Esta debacle es para el capitalismo lo
que la caída de la URSS fue para el comunismo”. Así terminó el período abierto
en 1981 con la fórmula de Ronald Reagan: “El Estado no es la solución, es el
problema”. Durante treinta años, los fundamentalistas del mercado han repetido
que éste siempre tenía la razón, que la globalización era sinónimo de felicidad y

3
Boletín “Economía al día” No. 7 julio 2009

que el capitalismo financiero edificaba el paraíso terrenal para todos. ¡Qué


equivocados estaban!

Durante dicho período, se elaboraron entre las principales firmas


internacionales, los bancos de Wall Street, la Reserva Federal de Estados Unidos
y los Organismos Financieros Internacionales: Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional, lo que se llamará el “Pensamiento Único” o el “Consenso
de Washington”. Una doctrina hecha de disciplina presupuestaria, reforma fiscal
a favor de los ricos, reducción del gasto público, liberalización de los intercambios
comerciales y de los mercados financieros, libertad total para las Bolsas de
Valores, supresión del control de cambios, multiplicación de las privatizaciones y
la reducción del Sector Público.

Propuesto como solución universal a todos los problemas económicos, este


“pensamiento único” va a extenderse al mundo entero. En todas partes, el FMI
impuso la devaluación de la moneda nacional, el despido masivo de los
funcionarios, el incremento de los tipos de interés, el control de los salarios, la
restricción del crédito, la eliminación de las subvenciones públicas a los
productos alimenticios, el aumento de las tarifas fijadas por las empresas del
Estado para la energía eléctrica, el gas, el agua y el teléfono; el reforzamiento de
las exportaciones y la privatización de todas las empresas del Sector Público.

En EE.UU. los bancos trabajaron en unas condiciones de libertad absoluta


concedidas en nombre de los fundamentos ideológicos del neoliberalismo. Por
eso, la clase política norteamericana tiene la responsabilidad del caos actual y del
infarto del capitalismo neoliberal.

Según Ignacio Ramonet, en 2008 se acaba una etapa de exuberancia y


despilfarro representada por una aristocracia de banqueros de inversión “amos
del universo”. Dispuestos a todo para sacar ganancias: ventas a corto plazo
abusivas, manipulaciones, invención de instrumentos sofisticados de estafa,
titulación de activos, contratos de cobertura de riesgos, hedge funds. La fiebre del
beneficio fácil se contagió a todo el planeta, la globalización convirtió la economía
mundial en una economía de papel, virtual inmaterial, donde la esfera financiera
llegó a representar más de 250 billones de euros, o sea seis veces el monto de la
riqueza real mundial.

El desastre es de dimensiones apocalípticas. Doce billones de dólares


(US$.12.000.000.000.000) se han esfumado. La banca de inversión ha sido
borrada del mapa y toda la cadena de funcionamiento del sistema financiero se
ha colapsado: los bancos centrales, los sistemas de regulación, los bancos
comerciales, las cajas de ahorro, las compañías de seguros, las agencias de
calificación de riesgos y hasta las empresas de auditorías contables. La
administración del presidente George W. Bush ha tenido que recurrir,
masivamente, a la nacionalización de las entidades financieras en quiebra. Por
espectaculares que sean, las medidas financieras adoptadas en Estados Unidos y
Europa no van a provocar el final de las dificultades. Así lo admitió Henry
Paulson, Secretario del Tesoro estadounidense: “A pesar de nuestros planes de
rescate, más instituciones financieras van a quebrar”.

4
Boletín “Economía al día” No. 7 julio 2009

Prueba del fracaso del sistema neoliberal, las intervenciones del Estado en
la economía –las mayores en volumen de la historia económica- demuestran que
los mercados no son capaces de regularse por sí mismos. Se han autodestruido
por su propia voracidad. Lo que raya en lo inadmisible, es que el gobierno de
EE.UU. acude al rescate de los banqueros gánsteres a expensas de los
ciudadanos. Recientemente, el Presidente Bush se negó a firmar una ley que
ofrecía cobertura médica a nueve millones de niños pobres, con un costo de
4,000 millones de euros. Lo consideró un gasto inútil. Ahora, para salvar a los
rufianes de Wall Street nada le parece suficiente.

Por sus dimensiones inéditas, esta crisis pone fin al periodo neoliberal
basado en las tesis monetaristas de Milton Friedman, que dominaron durante
tres décadas.

Para comprender la crisis económica mundial, es necesario analizar la


historia del regreso neoliberal que dominó al mundo durante el período 1971-
2008. Todo comienza el 15 de agosto de 1971, día en que el Presidente Richard
Nixon anunció que Estados Unidos suspendía la convertibilidad del dólar en oro.
Es decir, todo el sistema puesto en marcha en Bretton Woods en 1944 se hundía.
Puede afirmarse que este momento fue el acta de nacimiento de llamado
“capitalismo neoliberal”, pues restablecía la libertad de maniobra monetaria de
Washington, abría el camino a las medidas más radicales de desregulación
financiera a iba a permitir, unos años más tarde, el desarrollo de la globalización
neoliberal, tal como lo expresa Ignacio Ramonet. O sea: una de las mayores
regresiones o retrocesos de la historia social.

En los años siguientes, los teóricos de la escuela monetarista, formados en


la Universidad de Chicago alrededor del profesor Milton Friedman, llegaron al
poder, en primer lugar en el seno de los equipos que rodearon al general Augusto
Pinochet en Chile, después con Margaret Thratcher en el Reino Unido y más tarde
con Ronald Reagan en Estados Unidos. Estos en nombre de la “revolución
conservadora”, van a exhibir un neoliberalismo agresivo acompañado de un anti-
keynesianismo militante para desembarazarse de la larga tradición de
intervención económica y social del Estado establecida a partir de 1933, para
combatir la Gran Depresión económica causada por el liberalismo económico en
1929.

Los neoliberales en el poder proclaman que el “mercado es infalible” y que


su “mano invisible” lo arregla todo y gobierna con mayor efectividad que el
Estado. Comienzan por romper y doblegar a los sindicatos. A continuación
acometen a marchas forzadas la desregulación de la economía y empiezan con la
privatización masiva de las empresas estatales. Así, a lo largo de los años de
1980, se elabora el “Consenso de Washington” con los alcances anteriormente
descritos.

En los años de 1990, Estados Unidos, con la ayuda del Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial, va a imponer este “modelo” a los países de Asia
Oriental. En particular, la desregulación generalizada de los mercados
financieros. El FMI y el Banco Mundial van a forzar a estos Estados y a los de

5
Boletín “Economía al día” No. 7 julio 2009

América Latina a adoptar este modelo económico neoliberal que es exigido por el
capital estadounidense como contrapartida de sus inversiones.

En el transcurso de los años, el FMI va a arrogarse el papel de Ministerio


de Finanzas a escala mundial, con la misión de abrir los mercados nacionales a
la inversión y a la conquista a favor de los países ricos del Norte. En la mayoría
de los países pobres del Sur se imponen planes de ajuste estructural, elaborados
por el FMI que contienen elementos constantes: devaluación de la moneda
nacional, reducción del gasto público, despido masivo de funcionarios,
incremento de los tipos de interés, control de los salarios, restricción del crédito,
eliminación de las subvenciones públicas, reforzamiento del modelo exportador,
aumento de las tarifas fijadas por las empresas del Estado para la energía
eléctrica, el gas, el agua y el teléfono, privatización de todas las empresas del
sector público: ferrocarriles, minas, industrias estratégicas, energía, autopistas,
comunicación, e incluso en algunos países la educación, la salud pública, el
sistema penitenciario y ciertas actividades de la policía y de diversos sectores de
las fuerzas armadas. Por otra parte, buscan abolir cualquier restricción a la libre
circulación de mercancías, de servicios y de capital.

El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización


Mundial del Comercio –OMC- y el Grupo de los Ocho G-8 que comprende a los
países más desarrollados industrialmente, se convirtieron en las instituciones
centrales que controlan la globalización neoliberal. Este póker siniestro, ejerció
una verdadera dictadura sobre la política económica de los Estados. Aún en las
actuales condiciones, con sus millonarias ayudas tratan de mantener el sistema,
y en el marco de la Asamblea Anual Conjunta del FMI y El Banco Mundial,
celebrada en Washington en octubre de 2008, los países del G-7 se
comprometieron a evitar la quiebra de los gigantes bancarios en problemas, para
ello acordaron un paquete de medidas que incluía:

1. Utilizar todos los medios a su alcance para prevenir un colapso en las


instituciones más débiles.
2. Garantizar los depósitos de los ahorradores.
3. Facilitar a los bancos el acceso a capitalización de fuentes públicas.
4. Elaborar medidas paralelas para ayudar a la recuperación de los mercados de
dinero y crediticio.
5. Buscar caminos para que los bancos jamás carezcan de liquidez para sus
operaciones cotidianas.

Esta globalización concierne sobre todo al sector financiero, porque la


libertad de circulación de capitales y de los flujos financieros ha sido total en
estos treinta años, y este sector ha dominado la esfera económica hasta el crack
de septiembre y octubre de 2008. La globalización ha afectado a todos los países
del mundo, ignorando la libertad individual y de las empresas, la independencia
de los pueblos, la diversidad de los regímenes políticos. No se preocupo de
conquistar países sino de conquistar mercados. La obsesión de este moderno
poder no ha sido la conquista de territorios, sino la posesión de la riqueza.

6
Boletín “Economía al día” No. 7 julio 2009

La globalización ha traído como consecuencia la destrucción de la justicia


social, la apropiación por el mercado y las empresas privadas de todo el
patrimonio público y social. Ha actuado bajo el efecto de la competencia
generalizada, contraponiendo al mercado contra el Estado, lo privado contra lo
público, lo individual contra lo colectivo, el egoísmo contra la solidaridad,
generando un antagonismo entre el capital y el trabajo. Y como los capitales son
más fuertes y circulan más libremente y más rápidamente que los trabajadores,
es el capital el que siempre gana. Este capitalismo neoliberal erigió la
competitividad en la única fuerza motriz.

Desde los años setentas, al favorecerse el libre flujo de capitales y las


privatizaciones masivas, los responsables políticos permitieron la transferencia de
las decisiones fundamentales en materia de inversión, de empleo, de salud, de
educación, de cultura, de protección del medio ambiente, que competían a la
esfera pública nacional del Estado, a que las efectuara la esfera privada
internacional. Los directivos de las firmas transnacionales globales, así como los
grupos financieros y mediáticos mundiales detentaron la realidad del poder y por
medio de los poderosos lobbies, influyeron con todo su poder sobre las decisiones
políticas. Confiscaron en su beneficio la economía y la democracia.

Para contextualizar lo anterior, sólo hay que recordar a Bernard Madoff


financiero de Wall Street y ex Presidente de la Bolsa Electrónica NASDAQ, quien
en nombre del capitalismo sin freno cometió la mayor estafa financiera en la
historia de Estados Unidos, a través de un fraude piramidal utilizando el
esquema PONZI, que alcanzó la cifra de 50,000 millones de dólares. Madoff se
declaró culpable de todos los delitos que le imputó la Fiscalía: fraude con
acciones, fraude de asesoría financiera, fraude en transferencias bancarias,
fraude postal, perjurio, falso testimonio, proporcionar información falsa a la SEC,
robo de fondos de inversión de sus trabajadores y tres delitos de blanqueo de
dinero. Constituye una ironía que a este empresario de 70 años de edad se le
otorgue 150 años de cárcel, como que un ser humano pudiera vivir tanto, pero
así están dadas las estructuras del capitalismo neoliberal, donde jamás se logrará
que un empresario que maneja tal cantidad de fondos, realmente reciba una
condena ejemplar y objetiva.

Las políticas de ajuste estructural bajo la égida del “Consenso de


Washington”, provocaron un costo social exorbitante, para favorecer la inversión
internacional, los Gobiernos destruyeron sus sociedades. Aceptaron reducir el
gasto público en educación y salud, a favor de la lucha contra el déficit fiscal,
suscitando un crecimiento de las desigualdades, del paro y la pobreza.

En muchos países subdesarrollados del Sur, las estructuras del Estado,


así como las económicas y sociales tradicionales fueron barridas. El capitalismo
neoliberal iba acompañado de destrucciones impresionantes, desapareciendo
gran cantidad de industrias, con los sufrimientos sociales que resultaban de ello:
sobreexplotación de los trabajadores, de las mujeres y de los niños. Más de 300
millones de niños fueron y siguen explotados en unas condiciones de brutalidad y
de cinismo sin precedentes. Todo ello significó también un saqueo ecológico, las
grandes empresas destruyeron el medio ambiente, sacaron provecho de las

7
Boletín “Economía al día” No. 7 julio 2009

riquezas de la naturaleza, que son el bien común de la humanidad y lo siguen


haciendo sin escrúpulos y sin freno.

El capitalismo neoliberal, mercantilización generalizada de las cosas, de los


cuerpos y de los espíritus, de la naturaleza y de la cultura, provocó un brutal
empeoramiento de las desigualdades, se ampliaron las brechas entre países ricos
y países pobres en proporciones sin precedentes. La relación del PIB de los países
más ricos y los más pobres fue de 44 a 1 en 1973 y para el año 2005 la relación
era de 90 a l. Menos mal que el crack de septiembre y octubre de 2008 ha puesto
fin a esta era neoliberal del capitalismo financiero. Aunque este desastre ha
conllevado dramáticas consecuencias sociales, está ofreciendo a las sociedades
del mundo, la ocasión de refundar una nueva economía sobre bases más justas,
más sociales, más igualitarias y más democráticas.

Como es posible, que después de tan rotundo fracaso del neoliberalismo la


Asociación Civil Pro-Reforma del Estado, este proponiendo reformas a la
Constitución Política de Guatemala, para refundar nuevamente un Estado
Gendarme y dejar en manos del sector empresarial el futuro de este país. Por lo
visto, ni los fracasos más evidentes son suficientes para hacerlos renunciar a la
voracidad que engendra el capitalismo salvaje, para contar con un Estado
dominado por la oligarquía y la plutocracia.

Propósitos Políticos del Proyecto.

El propósito fundamental de los ideólogos del Proyecto Pro-Reforma, es


refundar en el país una democracia restringida dominada por la plutocracia
guatemalteca a favor de la oligarquía que ha detentado el poder real desde la
Independencia de nuestro país.

Es necesario tener presente que cuando los autores de la ciencia política


contemporánea se refieren al término democracia política, están avalando
operacionalmente aquello que se describe como el sistema político en el cual los
gobernantes son seleccionados a través del sufragio universal general y secreto,
en elecciones limpias y periódicas, compitiendo los candidatos libremente por el
voto. Esto presupone la existencia de las libertades de expresión, publicación,
reunión y organización sin exclusiones de ninguna naturaleza entre los
ciudadanos, como requisitos indispensables para el libre debate político y la
conducción de las campañas electorales.

La democracia para funcionar razonablemente, debe asentarse en una


cultura política donde las reglas de juego político sean aceptadas y respetadas, no
sólo por los partidos políticos, sino por todas las fuerzas sociales, sobre todo por
el respeto a los ciudadanos de elegir y ser electos. Se trata de una cultura en la
cual los vocablos diálogo, tolerancia, negociación y compromiso son constitutivas.
En stricto sensu se refiere a la democracia a que hacía referencia Winston
Churchill en su famoso apotegma: “La democracia es el peor de los sistemas
políticos, con excepción de todos los demás”. La democracia no es una panacea,
es una forma de convivencia, un sistema para que la gente no se mate, para que
los gobiernos se renueven pacíficamente y los gobernantes entren en el palacio

8
Boletín “Economía al día” No. 7 julio 2009

presidencial por la puerta del voto generalizado sin exclusiones aberrantes. La


democracia nos debe enseñar a convivir y nada más.

La democracia política para existir, consolidarse y perfeccionarse requiere


asentarse en un Estado de derecho eficaz, pero este no nace por generación
espontánea hay que construirlo. Como ejemplo está la añeja y estable democracia
británica que necesitó más de mil años para consolidarse, lenta pero
progresivamente en un Estado de derecho, donde se consagró, entre otras cosas,
el imperio de la ley, las libertades civiles, las garantías individuales, un poder
judicial de carrera no a la carrera, autónomo, confiable y respetado.
Posteriormente, se fue incrementando y consolidando con la participación política
de los ciudadanos, a través de la ampliación progresiva del derecho al sufragio.
Lo cual es contrario, a lo que propugna el Proyecto Pro-Reforma de los
neoliberales guatemaltecos, que tratan de restringir el derecho al sufragio,
violando la soberanía en forma descarada y aviesa, olvidando que la soberanía
reside en el pueblo en forma irrestricta.

La debilidad de la democracia en América Latina, reside que la democracia


surgió en forma inmediata con la creación del sufragio universal, sin apoyarse en
el desarrollo histórico de la democracia, con un piso firme que otorga el desarrollo
de un Estado de derecho. Por tal circunstancia, terminar la construcción de un
verdadero Estado de derecho en América Latina, sigue siendo una de nuestras
más urgentes prioridades, no sólo para consolidar nuestra incipiente democracia,
sino también como condición necesaria para asegurar un proceso de desarrollo
socioeconómico autosostenido.

En un Estado derecho, el poder de un Presidente, del Congreso y de un


Alcalde, están limitados por la ley, pero también su mandato está garantizado por
la ley. Aún en los casos donde está prevista la revocatoria del mandato, ésta se
sujeta a un procedimiento previsto por la ley.

Aceptar que un grupo más o menos numeroso de manifestantes, tiene el


derecho, cuando le venga en gana, alegando cualquier razón supuestamente
justificadora, de pedir, o lo que es peor, exigir arrogándose el derecho de la
soberanía que no tienen, para acomodar las normas constitucionales a sus
intereses oligárquicos, es abrir el paso a la barbarie de la oclocracia, o al gobierno
del salvajismo de la anarquía.

Es un axioma, que una democracia inmersa en un Estado de derecho, el


mandato de los gobernantes no es una carta blanca para hacer lo que se les
antoje. Su poder está supeditado a la ley y si la transgrede, serán enjuiciados de
acuerdo al procedimiento previsto por la misma ley. Además, al final de su
mandato, él o su partido deberán responder, en las urnas, por su actuación.

Los gobernantes democráticos, son electos para gobernar durante un


período determinado y para que, de acuerdo a su interpretación de la realidad y el
bien común, dirija, conduzca, oriente a su pueblo y no para que siga,
caprichosamente las mutantes opiniones de la opinión púbica en cada instante.
Eso no es democracia sino encuestocracia, caracterizada por gobernantes
ineptos, irresponsables y cobardes. Es natural, que en un mundo caracterizado

9
Boletín “Economía al día” No. 7 julio 2009

por la evidente aceleración del ritmo histórico y por el cambio constante y


creciente de casi todas las variables que conforman la realidad político-
económica, los gobernantes deben tener la capacidad de adaptarse con
inteligencia al entorno cambiante, en función del bien común.

Debemos entender que la democracia es un fin per se, en la esfera política.


Es el sistema político éticamente superior cuando se basa en la centralidad de la
persona humana como ser libre y responsable de sus actos, sin exclusiones
maliciosas para gobernar en nombre el pueblo. La democracia no tiene
competencia como idea, y no hay otro principio universal de legitimidad, que no
sea la soberanía del pueblo. Paradójicamente, este auge del ideal democrático
está acompañado por la crisis de credibilidad de los partidos políticos,
instituciones fundamentales del proceso político. La democracia no es perfecta, es
apenas perfectible, no es la solución de todos los problemas, sino el mejor camino
que, en el orden político, ha encontrado la humanidad civilizada para, entre
todos, sin violencia ni chantajes o ventajas, se busque las soluciones a los
problemas de la sociedad.

El Proyecto Pro-Reforma olvidando los fundamentos inherentes expuestos


anteriormente, pretende organizar un tipo de Estado acorde con sus intereses
económicos y políticos, manipulando la organización del Congreso de la
República en dos cámaras: Cámara de Diputados y Senado. De un solo plumazo
convierte a los 80 diputados en un organismo trivial e intrascendente, que se
encargaría de la legislación administrativa complementaria y de los reglamentos
secundarios; pero exigiéndoles una legitimidad total, que sean electos por
sufragio universal indiscriminado.

A contrario sensu, se reserva todo el poder político, económico y social al


Senado, en el cual 45 personas se entronizarán como una guardia pretoriana
para defender los intereses de la oligarquía, a través de la emisión de la
legislación fundamental en donde descansa la estructura, esencia y la
organización total del Estado. Además, violando el sufragio universal los
Senadores deben ser electos por ciudadanos que tengan 50 años o más, o sea que
se deja marginada a la población mayoritaria de la sociedad, sobre todo a la
juventud que representa la mayoría fundamental de Guatemala. Es decir que los
Senadores serán electos sólo por el 10% de la población, en violación flagrante al
sufragio universal y la democracia. Obviamente, tan dignos representantes serán
seleccionados dentro de la oligarquía nacional, que son los que dominan con su
dinero los medios de publicidad y que desde 1990 vienen usurpando el poder a
través de sus partidos políticos que son organizados y financiados por la
oligarquía nacional, prostituyéndose así la democracia que tanta sangre le ha
costado a través de sus luchas, al pueblo de Guatemala.

El proyecto Pro-Reforma quiere instituir en nuestro país, el viejo reino de


los banqueros que dominaron Francia en la primera mitad del Siglo XIX. En ese
tiempo, no era la burguesía francesa quien reinaba bajo Luis Felipe, sino una
fracción de ella: banqueros, reyes de la bolsa, reyes de los ferrocarriles,
propietarios de las minas de carbón y de hierro, propietarios de bosques, y la
parte de la propiedad inmobiliaria ligada a ellos, lo que se llama la aristocracia
financiera. Instalada en el trono, se encargaba de dictar las leyes a las Cámaras,

10
Boletín “Economía al día” No. 7 julio 2009

distribuía los presupuestos públicos, desde los ministerios hasta los monopolios
del tabaco.

El endeudamiento del Estado era de interés directo para la fracción de la


burguesía que gobernaba y legislaba en las Cámaras. Era precisamente el déficit
del Estado lo que era objeto de sus especulaciones y la fuente principal de su
enriquecimiento. Cada nuevo endeudamiento proveía a la aristocracia una nueva
ocasión de hacer pagar un precio exorbitante al Estado, el cual estaba obligado a
tratar con los banqueros en las condiciones más desfavorables. Cada nuevo
préstamo era una nueva ocasión de desvalijar a los ciudadanos, que colocaban
sus capitales en deuda del Estado, por operaciones de Bolsa, en cuyos secretos y
marrullerías estaban bien instruidos los que gobernaban en la Cámara.

De hecho la aristocracia financiera dictaba las leyes, dirigía la gestión del


Estado, disponía a su antojo de los poderes del Estado constituidos, dominaba la
opinión pública por los hechos y por la prensa. En todos los ámbitos, desde la
corte hasta el negocio más canalla, se reproducía la misma prostitución, la
misma trampa desvergonzada, la misma sed de enriquecerse, no por la
producción real sino por el escamoteo de la riqueza de los otros y se
desencadenaba, precisa y principalmente en las capas altas de la burguesía, la
manifestación de los deseos más insanos y desaforados por los bienes terrenales,
en conflicto permanente con las mismas leyes burguesas y en las cuales,
naturalmente, la riqueza proveniente del azar busca su satisfacción allá donde el
ocio es crapuloso o se entremezclan dinero, fango y sangre. La aristocracia
financiera, tanto en su modo de obtener ganancias como en sus diversiones, no
es otra cosa que la resurrección de la lumpenburguesia en las capas elevadas de
la sociedad burguesa.

Sobre este mismo tema, hay que tener presente los escándalos financieros
de 2007-2008 en Estados Unidos, que trajeron a la memoria de los
estadounidenses el período final del siglo XIX, marcado por la dictadura
económica y social de los “barones ladrones” (J.P Morgan, Rockefeller, Ford, etc.),
cuando el Presidente, el Congreso, el Tribunal Supremo y los dos principales
partidos, tuvieron que actuar con mano dura para salvar la reputación del
sistema capitalista y garantizar su estabilidad, no obstante, que todos ellos
estaban estrechamente relacionados con los trust industriales y financieros,
como lo expresa Howard Zinn Historiador y Politólogo estadounidense.

En el ámbito del derecho sustantivo guatemalteco, el Proyecto Pro-Reforma


de la Constitución auspiciada por dicha organización, es violatoria totalmente al
Título II de los Derechos Humanos, Capítulo III de los Deberes y Derechos Cívicos
y Políticos, de nuestra Constitución que entró en vigor el 14 de enero de 1986 que
establecen lo siguiente:

1. Elegir y ser electo sin ninguna restricción.


2. Velar por la libertad y efectividad del sufragio y la pureza del proceso electoral
que se ha instituido en forma universal, sin ninguna exclusión.
3. Optar a cargos públicos en forma irrestricta.

11
Boletín “Economía al día” No. 7 julio 2009

4. Participar en actividades políticas para elegir a todos los gobernantes que


requieren un proceso de elección.
5. Defender el principio de alternabilidad en el poder, nada de cargos vitalicios
por edad, porque siendo el promedio de vida de los guatemaltecos de 65 años,
al elegir senadores por 15 años a partir de los 50, la pretensión es muy clara.

El proyecto también es violatorio a los principios establecidos en la


Convención Americana de Derechos Humanos, que en su artículo 23.1 establece:
“Todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades: a)
Participar en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de
representantes libremente elegidos; b) De votar y de ser elegidos en elecciones
periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto
que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores; y, c) De tener
acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas del su
país”.

Estos principios también son ratificados en la Declaración Universal de


Derechos Humanos, en su artículo 21.3 que establece: “La voluntad del pueblo es
la base de la autoridad del poder público” y que “esa voluntad se expresará
mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por
sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que
garantice la libertad del voto”.

En estas declaraciones, se recoge el derecho político típico, el derecho a la


participación política, a la integración de los ciudadanos en el proceso del poder.

Por eso, la práctica y la autenticidad del sufragio, constituyen vías de


legitimación del poder político, resultado del libre consentimiento y participación
popular. La promoción del derecho y los procesos electorales democráticos debe
entenderse como la defensa de un derecho humano fundamental que está
íntimamente relacionado con otros derechos básicos, especialmente los de libre
asociación y de expresión. Y a través de la participación política expresada en el
sufragio, se produce representación, se integra gobierno consensualmente y se
otorga legitimación.

Los procesos electorales en virtud de esto, se convierten en un elemento


indispensable para el funcionamiento real de un auténtico régimen democrático.
Por eso la democracia queda delimitada por tres elementos que integran su
contenido: El principio de igualdad política, que se expresa a través del sufragio
universal, el voto igual, directo y secreto de todos los ciudadanos sin exclusiones.
La idea de la soberanía nacional que atribuye la fuente del poder político a la
sociedad como un todo y que considera a la ley como la expresión de la voluntad
general expresada directamente por los ciudadanos o a través de sus
representantes auténticos, según la vieja afirmación de la Declaración Francesa
de Derechos del ciudadano. Finalmente, el pluralismo político, que significa
igualdad de concurrencia y que se traducen en la libertad de participación, de
discusión y oportunidades. Y las elecciones tienen funciones básicas en ese
contexto, porque a través de ellas, se busca la legitimación del poder, se fijan
canales para organizar la representación y se integran los cuadros de gobierno.

12
Boletín “Economía al día” No. 7 julio 2009

Interpretando el pensamiento del Dr. Jorge Mario García Laguardia,


connotado constitucionalista guatemalteco: Apoyar las degeneraciones que en
nuestros países se han hecho o se pretendan hacer con los procesos electorales,
manipulados, desvalorizados por grupos políticos, por intereses económicos
privados, desbordamiento de instituciones castrenses, o por inconvenientes
presiones e intereses extraños ajenos a las propias comunidades políticas
nacionales, únicas depositarias de la soberanía, se traducen en actitudes
deleznables que sólo pueden engendrar violencia.

Para que la democracia se realice, no se necesita solamente de un


mecanismo político en busca de consenso, sino de una decisión política clara
para establecer las condiciones reales para que sus principios se hagan realidad,
lo que implica no sólo el respeto a los derechos civiles y políticos, sino la
promoción de los derechos económicos, sociales y culturales, y los nuevos
derechos que aparecieron en los últimos años, los llamados de la tercera
generación. Lograr un régimen de seguridad, sí, pero dentro del estado de
derecho que garantice un régimen de libertades absolutas a toda la sociedad, con
el propósito de realizar la justicia. Los votos depositados en las urnas deben
convertirse en poder, porque de otra manera, la expresión ciudadana quedaría
limitada a seleccionar a una clase burocrática instrumentalizada o inutilizada por
las fuerzas reales de poder, que sin ninguna legitimación se atribuyen
competencias que nadie les ha otorgado.

Hemos vivido abocados a una permanente reforma electoral. El sistema


electoral que se adopta tiene consecuencias sobre el régimen político, en cuanto a
su estabilidad, legitimidad y conflictividad, aunque no en la forma mecánica y
absoluta en que algunos estudios, engolosinados con actitudes social-
tecnológicas, entienden. Los efectos de los sistemas electorales, dependen de
estructuras sociales, condiciones institucionales y comportamientos políticos y
también de la forma en que esos diversos elementos se interrelacionan.

En forma demagógica y con un ocultamiento de la historia, la propuesta


que impulsa el grupo Pro-Reforma de la Constitución, pregona que la violencia y
la pobreza se debe a la falta de protección de los derechos individuales:
seguridad para las personas, seguridad para sus bienes y seguridad de los
contratos. Es natural que se refieran a los derechos de la oligarquía.

La pobreza es producto de 500 años de explotación a la clase trabajadora


de la sociedad guatemalteca, desde la conquista en 1524 hasta 1821, por la
explotación española que impuso la esclavitud, la encomienda y los
mandamientos a los nativos del Reino de Guatemala, apropiándose de las
mejores tierras y fundando los latifundios que engendraron la pobreza de los
indígenas de este país y sus descendientes, a través de mano de obra gratuita,
colonato y otras formas de explotación.

Posteriormente, con la Independencia gestada y manipulada por los


criollos a partir de 1821 hasta la fecha, el Estado ha sido estructurado para el
beneficio de esta clase y los extranjeros que llegaron posteriormente y que a
través de los matrimonios lograron la simbiosis, engendrando la oligarquía actual

13
Boletín “Economía al día” No. 7 julio 2009

que detenta el poder real en Guatemala, quienes han estructurado un Estado que
garantice la defensa de sus intereses.

Para documentar la historia de este país, y demostrar las hipótesis


implícitas sobre la pobreza y violencia que vivimos, se analizan las
investigaciones sobre el particular efectuadas por el Dr. Humberto Flores
Alvarado, en su libro “Grupos Sociales Hoy” (2000).

Bernal Díaz del Castillo recibió tierras en encomienda en un total de


11,300 caballerías de tierras fértiles a perpetuidad en diferentes lugares del país.
Al casarse con Teresa Becerra, el padre de ella Bartolomé Becerra le otorgó en
dote 1,800 caballerías ubicadas en San Francisco Zapotitlán, Suchitepéquez, y
que al arribo de Alvarado se llamaba Xetulul Humbatz, siendo este el primer
asiento fijo español en Guatemala. Al morir Becerra legó a su hija 1,000
caballerías y el resto a sus otros 13 hijos.

Juan de León Cardona, segundo capitán de conquista de Alvarado, recibió


tierras en encomienda o por composición en un total de 29,900 caballerías,
localizadas en Quiché 10,000 caballerías en los pueblos de Chiché, Cunén,
Uspantán y Cotzal; en Salcajá-Quetzaltenango 7,600 caballerías; y en
Huehuetenango 12,300 caballerías. Sus descendientes De León Cardona-Barrios
poseían en el año 2000, 70 fincas en Quetzaltenango y Totonicapán, varias de
ellas donadas por Justo Rufino Barrios en 1875, tales como: La Argentina, La
Conchita, La Patria, Tenenburg y Anexos y La Peras.

Los Aycinena forman 7 troncos originarios: Aycinena-Castillo; Aycinena-


Piñol; Aycinena-Valladares; Aycinena-Beltranena; Aycinena-Molina; Valladares-
Molina y Aycinena; y Aycinena-Batrés. El primero de esta familia, Juan Fermín de
Aycinena e Irigoyen Azualde Iturralde y Perurena, llegó en 1753 de 24 años
procedente de México donde se dedicaba al correo de mulas entre México-
Acapulco. En 1755 se caso con la mujer más rica del reino de Guatemala: Ana
Carrillo Gálvez, viuda que se dedicaba al comercio y tierras. En 1554 fue Alcalde
de Santiago de Antigua y en 1775 de la Asunción, lo cual significó el control y
manejo de los bienes realengos y su concesión a los colonizadores, donde se
contaba él como uno de ellos. En 1770 se casa con la dama más noble del Reino:
María Micaela de Nájera y Mencos, también viuda de un comerciante rico y
encomendero importante. En 1775 se casa con Micaela Piñol y Muñoz Salazar y
Álvarez de la Asturias, mujer muy bella y dedicada al comercio de negros,
producción de añil y a la compra de tierras. Cada matrimonio le significó a Juan
Fermín de Aycinena, el aumento de su patrimonio agrario controlando el día de
su muerte, 25,000 caballerías.

Con el Presidente Rafael Carrera (1830-1865) sus descendientes fueron


Ministros de Estado, aumentando sus posesiones agrarias como la finca el
Naranjo de 970 caballerías, en la actual zona 7 de la capital que le fue arrebatada
a los Pocomames de Mixco. Además los Aycinena también se dedicaron al
comercio y al agio como actividades más importantes, fundando el Banco de
Comercio. Mariano de Aycinena y Piñol fue Presidente Interino de Guatemala
entre 1826-1829. Desde que llegó a Guatemala Juan Fermín de Aycinena e

14
Boletín “Economía al día” No. 7 julio 2009

Irigoyen, sus descendientes han participado hasta la fecha en los gobiernos de


turno, controlando el Estado para su beneficio.

La familia Delgado-Nájera y Tovilla de Mencos, se entronca


matrimonialmente con todas las familias dominantes en el Reino de Guatemala
en el siglo XVII, con lo cual acumuló aproximadamente 53,000 caballerías, así
como capitales y otros bienes a cambio de prestigio y abolengo, que ésta familia
arrastraba desde los inicios de la dominación española.

El tronco inicial de la familia Skinner-Klee, llegó a Guatemala en 1820 y


enriquecida por el contrabando de armas en Belice. Karl Friedrich Rudolph Klee,
pide y obtiene del gobierno en 1874 1,000 caballerías de tierra en Pochuta-
Chimaltenango, que se agregan a las 1,300 caballerías de las fincas El Rincón y
San Antonio en la misma región, obtenidas en 1834.

La Familia Herrera; Manuel María, fundador, hijo natural no reconocido de


Pedro Azmitia, finquero local que hizo uso de su derecho de pernada en la
mestiza Teresa Herrera, de San Martín Jilotepeque-Chimaltenango. Adquirió gran
parte de sus tierras por despojo a indígenas Cakchiqueles de la región en 1840;
también en San Pedro Necta, territorio Mam de Huehuetenango; y también en
Santo Domingo-Suchitepéquez y San Marcos, legalizando su apropiación cuando
fue Ministro de Fomento en el gobierno de Justo Rufino Barrios, y agregó a su
extenso feudo las fincas de San Juan Cotzal-Quiché con 125 caballerías.
Posteriormente, las fincas El Rosario de 75 caballerías y el Mayagüey de 13
caballerías en San Martín Jilotepeque. En 1873 compra al crédito, por 634 pesos,
21 caballerías en Sacatepéquez (0.45 de peso por manzana). Carlos Herrera, hijo
suyo llegó a Presidente de la República en 1920 y en sólo 21 meses de presidente,
se adjudicó inmensas propiedades en Chimaltenango, funda el Banco Comercial
Agrícola y el Banco Agrícola Hipotecario. Otros descendientes, los Herrera-Dorion,
consolidan el impero agrario adquiriendo concesión monopólica para la
industrialización de la caña de azúcar, licores y alcoholes. Agregan a su imperio
las fincas El Portal y Pastores (café) en Sacatepéquez. El Limón (algodón);
Pantaleón y El Baúl (caña de azúcar), en Santa Lucía Cotzumalguapa-Escuintla;
y Tzanciapa en San Pedro la Laguna-Sololá; agregándose las fincas El Ingertal, La
Argentina, Las Delicias, El Potrero y Anexos, en Sacatepéquez.

Desde 1524 a la fecha, los troncos de 4 familias se han mantenido unidas


en el país y con el poder del Estado controlado por ellas, han usufructuado una
gran parte de la propiedad agraria, como descendientes del grupo inicial de los
capitanes conquistadores: 1. La familia Castillo, descendientes de Bernal Díaz del
Castillo; 2. La familia Pérez Dardón; 3. La familia de León Cardona; y 4. La
familia de los Lara. Otras 28 familias que llegaron como colonizadores o sus
descendientes, gozando de los mismos privilegios y que mantienen el control de
la oligarquía guatemalteca son: Díaz Durán (1600), Arzú (1770), Urruela (1774),
Dorion, Sinibaldi, Berger, Zirión, Novella, Wydman, Batrés, Morgrobejo, García
Granados (1840), Beltranena (1630), Herrera (1800), Pivaral, Ralda, Barahona
(1524), Ubico, Saravia, Arrivillaga, Azmitia, Falla, Piñol (1680), y Aguirre, Dardón,
Samayoa, Barrios, Ibargüen (1773).

15
Boletín “Economía al día” No. 7 julio 2009

Dentro de toda la historia del dominio de la oligarquía guatemalteca, el


único período de excepción lo constituyeron los gobiernos revolucionarios de
1944-1954, que trataron de organizar un Estado democrático en beneficio de toda
la sociedad guatemalteca, el cual fue desmantelado por la contrarrevolución
financiada por dicha oligarquía, cuyo proceso es del conocimiento del pueblo de
Guatemala.

Por estas circunstancias, la pobreza es producto de la explotación de esos


500 años, de la desocupación, de los salarios de hambre que se paga a los
trabajadores, la falta de educación y salud que padece la población, la falta de
programas de previsión social, etc. Estructura que ha sido aprovechada por la
lumpenburguesia empresarial dedicada a las estafas financieras, al narcotráfico,
el contrabando, el secuestro, el robo de vehículos, la trata de blancas, la
prostitución y la corrupción empresarial, para sus aviesos fines de
enriquecimiento, generando la violencia con el soporte de la clase desposeída de
Guatemala, que se ve obligada a ejercer tales prácticas como medios de
subsistencia y sobrevivencia, que a la postre vienen a generar el aparecimiento de
ese aberrante lumpenproletariado.

La evidencia de que los neoliberales de Guatemala a través de su proyecto


Pro-Reforma de la Constitución, les urge refundar un Estado Gendarme, queda
enunciado en su principio rector que propugna: “Nadie discute que el interés
general priva sobre el particular, pero no priva sobre el derecho individual”.
Esto deja bien claro que pretenden defender el statu quo de la sociedad
guatemalteca, para controlar la riqueza que han obtenido en forma ventajosa,
desde la conquista, con la independencia de los criollos y con los gobiernos
corruptos y venales, impuestos por la oligarquía guatemalteca para defender sus
intereses.

Haciendo gala de la lógica formal, pretenden corregir la corrupción y la


impunidad con el establecimiento de un Estado de Derecho que respete los
derechos individuales y que garantice la certeza del castigo a los infractores. Esto
es una demagógica perogrullada, para engañar a la sociedad guatemalteca, donde
las leyes han sido diseñadas para aplicarse a los pobres y a la clase media, que
no cuentan con los recursos económicos suficientes para comprar la venalidad de
los funcionarios. La corrupción y la impunidad son consubstanciales a las
oligarquías que dominan la estructura del Estado con gobernantes venales y
corruptos, que pretenden ingresar a la burguesía para compartir el poder.

La confirmación de lo anterior quedó demostrado en nuestro país, con los


fraudes de más de cinco mil millones de quetzales, que efectuaron empresarios y
banqueros con los ahorros y depósitos de la población que confió en las
instituciones financieras: Banco de Comercio, Banco del Café, Banco
Empresarial, Banco Metropolitano, Banco Promotor, Banco del Ejército, Banoro,
etc., así como de otras instituciones financieras; que de la noche a la mañana
estafaron los haberes de la población, logrados con sacrificios, esfuerzos y
abstención de su comodidad, para garantizarse una tercera edad sin penurias,
hasta el Congreso de la República fue estafado con ochenta y dos millones de
quetzales en el primer año de gobierno de la UNE. ¿En qué presidio están los
empresarios y banqueros culpables de las estafas y fraudes efectuados en

16
Boletín “Economía al día” No. 7 julio 2009

Guatemala? ¿Cómo puede garantizar un Estado de Derecho esa misma oligarquía


que ha dominado el poder del Estado guatemalteco durante centurias, utilizando
la corrupción e impunidad para su enriquecimiento ilícito? Como sentenciaba
Cicerón en el Senado Romano: ¡Hasta cuando Catilina abusarás de nuestra
paciencia!

Conclusión:

1. La pretensión de los neoliberales fundamentalistas de Guatemala, que


apoyan el Proyecto Pro-Reforma de la Constitución de nuestro país, para
restablecer el Estado Gendarme que es implícito a la teoría y política del
neoliberalismo; con sofismas quieren ocultar los terremotos financieros que
sacudieron Wall Street en el 2008 y la necesidad de la implementación de los
Planes de Rescate Económico que efectuaron los Estados más poderosos del
mundo, cuyo monto sobrepasó los doce billones de dólares, para evitar el
colapso de la economía mundial, y los que por sus inéditas dimensiones,
generó la crisis que puso fin al período neoliberal basado en las teorías
monetaristas de Milton Friedman, que dominaron por treinta años el campo
capitalista, erigiéndose como el “pensamiento único” y que se plasmaron e
impusieron a los países subdesarrollados, a través del “Consenso de
Washington” en beneficio de los países ricos.

Es decir, que tratan de imponer un modelo de Estado que recientemente


fracasó rotundamente en todo el mundo, y por lo mismo este proyecto Pro-
Reforma de la Constitución a la presente fecha está desfasado y fracasado.

2. Durante el desarrollo de este ensayo, se demostró que este proyecto también


viola la Constitución de la República, al querer imponer una democracia
restringida en beneficio de la oligarquía guatemalteca, sobre todo en la forma
que pretenden integrar y organizar las dos Cámaras en el Congreso de la
República.

En el ámbito del derecho sustantivo guatemalteco, el proyecto Pro-Reforma de


la Constitución auspiciada por dicha organización, es violatorio al Título II de
los Derechos Humanos, Capítulo III de los Deberes y Derechos Cívicos y
Políticos de nuestra Constitución Política, que norma: la forma de elegir y ser
electo; la libertad y efectividad del sufragio; la pureza del proceso electoral en
forma universal; el derecho a optar a cargos públicos sin exclusión; la
participación en el proceso político en forma irrestricta; y la alternabilidad del
Poder. También es violatorio a los Principios establecidos en la Convención
Americana de los Derechos Humanos; a lo establecido en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos que se expresaron; y finalmente, es un
atentado a la soberanía popular y a la democracia establecida para todos los
ciudadanos sin exclusión.

17

S-ar putea să vă placă și