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ÉTICA Y DEONTOLOGÍA
PROFESIONAL
Estimados alumnos:
El estudio de la ética no es cortar las alas de un corazón creativo sino
frenar nuestros impulsos demasiados ambiciosos y entonces sí, si creemos y
nos autoconocemos lo suficiente para saber cuál es nuestra meta, simplemente
tomemos como escudo nuestra fuerza y sigamos arreglando el jardín que otros
con tanto espíritu empezaron o, comencemos a escarpir la tierra para que
nuestro propio jardín sea algún día lo que soñamos.
Como docente que circunstancialmente hoy me desempeño quisiera que
tú como alumno saques las conclusiones sobre mi rol de docente.
Durante un año aproximadamente guardé el capullo de una ‘mariposa
emperador’. Su construcción es muy peculiar. En una de sus extremidades
tiene una abertura muy estrecha por el cual el insecto fuerza su salida.
Es una maravilla el ver que cuando el gusano sale del capullo, éste
permanece tan completo como cuando contenía al insecto, y no se nota que se
rompan las fibras entretejidas. El gusano parece sufrir al salir a la vida; sin
embargo está preparándose, librándose de los líquidos para poder secarse y
desarrollar sus alas que luego lo permitirá volar. Toda ayuda le perjudicará, si
queremos torcer el curso natural.
INTRODUCCIÓN
Ética y Moral se consideraban una misma disciplina que procedía de la
filosofía según el planteo griego o el planteo de los medievales: “etika”, en los
griegos o “mos – moris” en los latinos. Más tarde, la ética propiamente dicha
que hacia a la reflexión sobre los bueno o lo malo como procedimiento
intelectual teórico (proceso de reflexión) se lo caracterizó como una actitud
científica: el hacer una teoría. Sin embargo, la moral quedó como objeto de
estudio de esta ciencia y se da en las conductas concreta de los hombres.
Por todo esto HACE QUE LA ÉTICA ESTUDIE LA APROXIMACIÓN A
LO BUENO Y A LO MALO PARA QUE ATRAVÉS DE LA MORAL –
OBJETO DE LA ÉTICA- SEA APLICADO A LAS CONDUCTAS
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RESUMIENDO:
ÉTICA, SU TAREA ES:
Investigar el contenido de lo bueno
Pero no determinar lo que el individuo debe hacer
en cada caso concreto para que su acto pueda
considerarse bueno.
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• Responsabilidad moral
INVESTIGAR • Con la libertad Problema ético
LA
RELACIÓN
Obligatoriedad moral
Realización moral
• Y el determinismo
Como empresa
Individual y
Colectiva
LA SOLUCIÓN ESTÁ
EN LA PRÁCTICA
MORAL MISMA
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OTRAS
LA ÉTICA = CIENCIAS ENFRENTA HECHOS:
• Conductas humanas valiosas
• Hechos humanizantes
Supone:
Principios
Normas No es la ética que
establece éstos
Reglas
LA ÉTICA:
• Se encuentra con una experiencia histórico-social en el terreno
de lo moral
• “LA ÉTICA ES LA TEORÍA O CIENCIA DEL
COMPORTAMIENTO MORAL DE LOS HOMBRES EN
SOCIEDAD
• Su OBJETO PROPIO, el sector de la realidad humana que se
llama moral: ACTOS HUMANOS, conscientes y voluntarios
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REFLEXIÓN TEÓRICA
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abierto, aunque sin embargo no lo sea tanto. Tiene sus redes de influencia, su
organización, sus publicaciones. Hay una ideología detrás y, creo yo,
construida deliberadamente.
La New Age es un movimiento que representa un fenómeno
postmoderno: no tiene una definición respecto de las mayores cuestiones,
permite la contradicción interna y no le importa que haya contradicción. Hoy
una cosa se explica de una manera y mañana de otra. Uno puede creer en los
extra terrestres, en los dioses africanos, en el budismo... con tal “que le haga
bien”. Esta es la frase.
EL PENSAMIENTO DÉBIL
Llevar esto, que estamos leyendo, al campo de las ideas es lo que
podemos clasificar como “pensamiento débil”. Los pensadores de esta época
no apuntan a construir sistemas para explicar el mundo. Nadie se anima ya a
escribir un tratado. Se ha adoptado por una línea débil, donde las cosas se
pueden decir en forma de aforismo o de ensayos muy breves. Además, se
mezclan todos los géneros. Los críticos literarios se reivindican como
escritores, los escritores hacen filosofía, y los filósofos escriben poesías...
INDIFERENCIA O FUNDAMENTALISMO
Yo creo que la tolerancia es en realidad un valor de la modernidad, no
de la postmodernidad. Estos son tiempos de indiferencia, me parece. Y ustedes
dejan traslucir en sus expresiones en la clase. Podrían decir que la ética es
importante... o es una materia más; porque hay que ponerse a pensar
metafísicamente. ¿Quizás, están perdiendo el tiempo al profundizar una
reflexión que hoy nadie piensa? Quizás porque es fácil justificar: “si yo no lo
hago lo hará otro”.”Ya no quiero ser más tonto”...
Para SER tolerante frente a la idea del otro, uno tiene que tener las
propias. Cuando se llega a la indiferencia, al escepticismo total, nisiquiera se
es tolerante. La indiferencia puede engendrar una angustia que lleva a buscar
refugio, paradójicamente, en los fundamentalismos.
Yo creo que es así. Como decía Hegel, el escéptico termina SINDO
fanático. El que tiene una visión crítica, el que es tolerante, el que es
respetuoso del pensamiento ajeno, tiene más clara su posición. “No se puede
creer en los políticos” “no se puede creer en los curas” “... ningún funcionario
es confiable”... etc... La postmodernidad tiene características escépticas, lo
cual no niega que haya valores positivos.
Un valor, por ejemplo, es que hoy se puede hablar libremente de lo
religioso. Cosa que mientras ideológicamente imperó el marxismo, era
automáticamente sinónimo de reaccionario, feudal, partidario de inquisición.
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EL PELIGRO SUTIL
El mayor peligro que hay ante esta situación es quizás, el replegarse
sobre uno mismo. Eso se lo ve muy claro tanto en la New Age como en otros
movimientos postmodernos. O sea, buscar la propia felicidad interior, el
equilibrio interno a condición de no mirar que pasa en nuestro alrededor.
Vivimos en un mundo que tiende a ser más injusto, por lo menos la
modernidad tenía como proyecto superar la injusticia. Este es un mundo donde
cada vez hay más pobres y muchos más pobres que antes.
A mí me parece que la postmodernidad tiende a que cada uno se refugie
en su burbuja, mire hacia adentro y no vea lo que pasa afuera, no vea al
prójimo. No vea al “OTRO”.
Creo que eso es lo más sutilmente peligroso: refugiarse en una especie
de egoísmo complaciente. Lo cual se da tanto en los que meditan para
olvidarse de los males del mundo, como en aquellos que disfrutan en una
especie de “dolce vita” sin preocuparse por ningún compromiso social.
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LA CONCIENCIA MORAL
La conciencia moral como fuerza legisladora, prohibitiva, incitadora y
sentimental es el hecho de conciencia que se impone al hombre de modo más
inmediato y constante. Ello no en el sentido de que se haga continuamente
presente, sino en cuanto que, como ningún otro, se actualiza en duradera
repetición y tenaz insistencia. La conciencia moral no deja al hombre duda de
que es algo de naturaleza moral, pues plantea incondicionadas exigencias de
conducta sin que haya detrás coacción exterior de ninguna clase.
La conciencia moral, sin embargo, no es un saber de reglas
generales ordenadas. Newman, entre otros, ha puesto de relieve que el
hombre sin especial formación académica es capaz de hacer una exposición
coherente de los dictados generales de la conciencia. Es el caso particular, ante
la decisión a favor o en contra de una conducta determinada, donde se hace
presente la conciencia moral, y entonces se exterioriza ante todo amonestado.
Ello no significa que la conciencia moral no sea un saber permanente sopbre
el bien y el mal en general, sino que el hombre la experimenta de modo más
inmediato y urgente cuando veta y reprime determinada conducta. EL
HOMBRE EXPERIMENTA LA CONCIENCIA MORAL COMO FUERZA
DE FRENO.
Evidentemente, el prevenir y frenar presupone ya algo cuya
conservación y protección está en cuestión. En el dictamen de la conciencia se
da cuenta el hombre de que están en conflicto dos aspectos de sí mismos: SU
MEJOR YO, y otro YO CONTRARIO. En la oposición, la conciencia moral
como saber de aviso y freno se pone siempre, sin lugar a dudas, de parte del
mejor YO.
EL JUICIO DE CONCIENCIA
La conciencia moral se apoya, como hemos visto, en la intuición
racional pero inmediatamente se manifiesta como juicio (el llamado dictamen
o juicio de conciencia). El hombre experimenta la conciencia moral de
modo inmediato en el juicio de aprobación o censura de sus propias
acciones, sobre cuya bondad o maldad, justicia o injusticia le informa.
También puede imponerle igualmente un juicio sobre las obras ajenas, pero no
cabe duda de que la conciencia se manifiesta ante todo como regla de la propia
conducta. La experiencia atestigua también que la conciencia formula su
dictamen lo MISMO ANTES QUE DESPUÉS DE LA EJECUCIÓN, lo
mismo antes o después de la decisión por determinado comportamiento; antes
de la decisión o ejecución avisa, aprueba, permite; después, acusa, juzga,
perdona. La experiencia nos dice, que la conciencia formulará su dictamen,
quiera o no el individuo; éste puede ciertamente intentar imponer silencio a la
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MODERNIDAD Y CRISIS
La Modernidad en tanto concepto podría caracterizarse así:
1. La totalidad del pasado constituye una historia universal, un proceso
unitario, que da sentido a la noción de “progreso”.
2. La transitoriedad del tiempo, la fuerte conciencia temporal, conduce a
nociones tales como “presión del tiempo”, “nuestro tiempo”. “urgencia
para estar a la altura de los tiempo, “espíritu de la época”.
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AZUL de Bartók, cuando pide que se abra la última puerta que da a la noche
es uno de los hitos teóricos que conducen a nuestra época, la de la disolución
de categorías y principios que ordenaron la vida del hombre occidental, la que
puede hacer suya la pérdida de la capacidad metafísica de “soñar hacia
delante” y de asumir como propia la helada frase de Jean Anouilh, en su
antígona, “la sucia esperanza”. Hoy, como en la década del ’70, la filosofía
traiciona todo un pasado: el que creyó en un programa mesiánico y utópico, y
abandona el “fuerte deseo de duración”, fuente principal de la cultura clásica.
En lugar de ello encara posibilidades de autodestrucción y, sin embargo,
asume y entabla el debate con lo desconocido. No poca cosa, por cierto, ni
entonces, ni hoy. “Cf, por ejemplo Steiner, G. En el Castillo de Barba Azul,
Madrid. Gedisa, 1991”.
Bibliografía: Marta López GIL: ONSESIONES FILOSÓFICAS DE FIN DE
SIGLO. Ed. Biblos, Año 1993. Bs. As.
EL HOMBRE MODERNO
Me atrevo a afirmar que el hombre contemporáneo es protagonista de
una época de desorden, y retomo un pensamiento de Baudrillard, J., -de su
trabajo Cool Memories, Barcelona, Anagrama. 1989. p. 52-, que dice: “No hay
antepasados, no hay patrimonio... no hay capital. Tuvimos que acumular
durante siglos y, con la misma evidencia, tenemos que lapidarlo todo en una
sola generación.”
Este protagonismo es herencia que se recibe del siglo XVII en el cual:
Aceptada la separación de la moral de lo teológico.
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A partir de esto:
• ¿Qué pasa con la acción humana?
• ¿Apatía o remordimiento?
• Estos interrogantes tienen varias posibilidades o
ninguna. Esta última es una posibilidad más.
• Creo que hay cominos alternativos, veamos:
NIETZSCHE: representa “un más allá del bien y del mal”, es decir, la
negación de la moral convencional, salvo la que tenga de “error útil. Se
transforma en el inmoralista creador de valores.
ARISTÓTELES: propone, “la tradición de las virtudes forjadas a partir
de una naturaleza humana”. Nos plantea el equilibrio que ha de tener el
hombre: Sabio-prudente.
KANT: nos plantea “el universalismo de una razón que se cree
autónoma”. Se nos muestra como el “ilustrado moderno”.
Estos tres personajes conceptuales de repente los veo frente a un
sociólogo:
FRANCESCO ALBERONI: sociólogo italiano, se enfrenta sin quererlo
ni decirlo con estos personajes.
Frente a estos tres personajes y al sociólogo contemporáneo me
surge un interrogante: ¿Cómo concebir valores morales nuevo para la
modernidad que estamos viviendo?
Alberoni Nos dice: no estamos marchando más allá del bien y del mal,
ni dándole cumplimiento a la profecía nietzscheana, ni a la actitud de
INDIFERENCIA de algunos es la adecuada. Pero no se trata de
“encantar” nuevamente al mundo ni de liberar al deseo.
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LA SOCIEDAD MODERNA
Lo que caracteriza al mundo moderno occidental es el no ser una
civilización cultural.
No cuentan con instituciones que custodien la promesa de una vida
con sentido y alimentan la esperanza al introducir lo extraordinario en la
vida ordinaria.
• En la sociedad moderna se vive sin consuelo el abismo entre la
vida cotidiana por un lado y el valor, el sentido y, lo esencial
por otro.
La secularización (transferencias de bienes eclesiástico a personas o
entidades públicas con fines utilitarios o profanos.) característica de la
sociedad de consumo destruye todos los valores y convierte al
consumismo en un estilo de vida, la de un hombre unidimensional (pag.
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Con Nietzsche: la racionalidad se convierte en una calle de mano única
(aparece el inmoralista) la razón enmascaró cada caída. Y al hacerlo, acentuó
la vulnerabilidad de las democracias occidentales.
La pregunta es: sin fines que escapen al imperativo científico-
tecnológico y económico: ¿Cómo pudo subsistir la sociedad moderna? (Af,
Alberoni, F. Las fuerzas del bien y del mal. Barcelona, Gedison, 1986.)
ALBERTONI, F. La razones del bien y del mal. Barcelona. Gedison. 1986.
Alasdair Mac Intyre. Autor inglés de TRAS DE LA VIRTUD, Barcelona,
Critica, 1987, cf. Pp. 59-60; 63-64 y 3000, aceptó a diferencia de Alberoni la
ruptura del proyecto moderno, con esta actitud se hacen inteligibles las
dificultades de nuestra cultura.
Ahora podemos decir que lo moderno puede caracterizarse desde el
punto de vista de la ética como una lucha casi siempre enmascarada o
“racionalizada”, contra principios morales inconmensurables e incompatibles
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Además, las prácticas de las virtudes del Sabio supone un telos (un fin,
esencia, forma) de la vida humana que trasciende todo bien relativo. Esto es lo
que hoy no se puede aceptar teóricamente. Sería recaer en una metafísica en
desuso. El inmoralista vuel a escena. ¿Cómo afirmar hoy una “naturaleza
humana”? ¿Cómo aceptar un discurso que no se haga cargo de su
etnocentrismo: “para mí, Aristóteles, ciudadano ateniense, varón y
libre”? ¿Cómo aceptar, entonces, un orden moral “objetivo”?. Para evitar
al inmoralista, puedo defender la phonesis, la inteligencia reflexiva y
sabia, contingente pero seguramente certera, para dar forma a un juicio
moral adecuado, no reglas apodícticas en el sentido kantiano. Como todo,
queda en pié comprometernos con un telos del hombre, ya que en ello se
basará esa reflexión producto de la experiencia. A Mac Intyre le queda una
salida: recurrir a las “tradiciones vivientes narradas” que marcan la conducta
del hombre occidental: posibilidades futuras que el pasado ha puesto a
disposición del presente. Tendríamos que hacer entonces una genealogía
histórica a la manera de Foucault, para no caer en una mera recepción acrítica
del pasado. Porque ha habido, como dice Richard Bernstein, tradiciones
vivientes que se han utilizado para legitimar la inferioridad moral de algunas
razas (la negra, los indios en América Latina), de las mujeres, los pobres y
marginados. De nuevo: ¿cómo decidir entre tradiciones vivientes?.
Aparece el ilustrado en boca de Habermas: EL UNIVERSALISMO
RELATIVIZA LA PROPIA FORMA DE EXISTENCIA, LA TRADICIÓN
PROPIA, Y DA LUGAR A OTRAS FORMAS DE VIDA, A LOS OTROS, A
LOS EXTRAÑOS, QUE NO RESULTARÁN TALES SI NO NOS
OFUCAMOS EN LA DEFENSA DE LA UNIVERSALIZACIÓN DE LA
PROPIA IDENTIDAD, CONSCIENTE O INCONSCIENTE. (“Conciencia
histórica e identidad postradicional”, en identidades nacionales y
postnacionales, Madrid, Tecnos. 1989. p. 217)
Es curioso: esta defensa del universalismo y, entonces, de la
universalización de la ética, tiene el mismo objetivo que el antiuniversalismo:
la conciencia de la diferencia infinita, como diría Levinas, del otro.. Así es
como Mac Intyre afirma que la universalización y la exigencia de igualdad
universal oscurecen la particularidad de las tradiciones. También el
ahistorisismo aristotélico parece dirigir su discurso a los griegos, a los
bábaros, a los esclavos. Pero con respecto a ellos muestra la garra de la
exclusión.: el discurso no le está dirigido.
Hegel diría que hay que tener cuidado con la universalidad abstracta,
que como la demanda abstracta de la libertad por parte de la Ilustración
desemboca en el terror. Terror frente a lo otro. Terror excluyente. Pero hay
otro tipo de universalidad, no la de Kant, sino la de una comunidad en la
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ESPACIO DE REFLEXIÓN
1- ¿Por qué la reflexión sobre el sentido de la existencia es un
problema del hombre moderno y no del hombre medieval?
2- ¿Cómo caracterizamos al mundo de hoy y cuáles son los datos
históricos que nos indican esas características?
3- Explique qué es el postmodernismo y las ideologías que ocupan
el lugar del vacío en la reflexión del hombre.
4- ¿Qué es un pensamiento light?
5- ¿En qué consiste el peligro sutil que esconden estas ideolog{ias
(relacionarla con la lectura de la página 10)
Taller de reflexión:
1. “Uno nace y ensaya un camino, sin saber por qué, pero
sigue esforzándose, lo que sucede es que nacemos juntos
con muchísimas gentes, al mismo tiempo, todos
entremezclados; es como si uno quisiera mover los brazos
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Trabajo Grupal:
Aunar criterios para construir una norma de cómo estudiar entre
todos y sacar mayor rendimiento de aprendizaje.
DEBATE
Sacar Una conclusión final.
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televisores que se le pongan por delante, el estudiante bien sabe que todo lo
que ese señor llamado maestro o profesor quiere es arrebatarle el presente,
llenarlo de pasado, que son los conocimientos, para mejor lanzarlo al futuro.
Por eso coinciden tan mal alumnos y maestros, hay que decirlo. Funcionan en
direcciones opuestas.
La juventud, divino tesoro, aunque no sepan latín lo que quiere es
cumplir con el mandato de “carpe diem”, disfruta del día. Otra frase dice:
“colige virgo rosas” “muchacha recoge las rosas que encuentras en tu
camino”.
La escuela, la cultura, el saber, requieren un sacrificio, sí, tal cual, el
sacrificio de una parte de tu tiempo joven y ardoroso, de tu presente: “no se lo
que quiero pero lo quiero ya”, de tus terribles ganas de solo bailar, charlar,
cantar y pasarla bien. Yo mismo, maestro, recuerdo a mis maestros, y recuerdo
a mis alumnos. El día del estudiante me trae nostalgia de rabonas, de miedos,
de amigos, de excursiones, de exámenes temblorosos y el copiado casi
obligatorio. Después, en calidad de docente, cuando veía a los alumnos que se
copiaban en plena tarea, me hacía el zonzo, y cuando terminaba la hora, me
daban la hoja y yo ahí mismo les escribía “Se copió!” “Y si vio que me
copiaba, ¿por qué no me quitó la hoja antes?”, protestaba el alumno. “Porque
así mientras copiabas, ibas aprendiendo algo”, replicaba yo sonriendo. Me
querían matar, por supuesto. ¿Qué, nunca quisiste matar a un maestro?. No te
sientas culpable, es sumamente natural. El maestro parece ser nuestro
enemigo, porque nos sacas lo que queremos hacer cuando nos encarcelan en
cuatro paredes y entre libros. Es enemigo, roba el tiempo m{as lindo de la
vida con el pretexto de que tenés que crecer y llegar a ser alguien.
TALLER DE REFLEXIÓN:
Les voy a contar una historia que me pasó en un curso de post grado en
una universidad donde me tocó desarrollar temas de Bioética: “La libertad”.
Los estudiantes eran profesionales de la salud, la mayoría gente madura, y
contaban con títulos previos, ya que mi curso era en carreras de especialidad.
Le dije el primer día “Señores, en el examen todo lo que tendrán que hacer es
traer consigo los libros que se deben leer, según el programa, y ahí, con el
libro abierto, seleccionaremos algunas páginas y ustedes me las explican. Esto
es todo”. Y le di una bibliografía (una lista de libros). Cuando llegó el examen
cada uno se presentó con algunos de los libros, y de ahí leyó, y luego resumió
y analizó su lectura. Uno de ellos, cuando le tocó el turno, trajo libros, pero
ninguno pertenecía a la lista. Lo miré azorado, pero lo dejé hacer. Finalmente
le dije: “Y decime, ¿no trajiste... en fin, algunos de los libros que figuraban en
la lista bibliográfica?. Me contestó: “No, francamente no, porque entendí a
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Trabajo individual
EL SER HUMANO
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TRANSGREDIR
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LA CORRUPCIÓN
Cuando Judas vendió a Jesús por treinta monedas de plata cometió un
acto de corrupción. Es decir, quebró o rompió los límites de la ley moral
(corrompere: quebrar), al traicionar y vender la libertad de Jesús. Esa fue una
transacción comercial, cuestionable por su inmoralidad. Por otra parte, cuando
el cura Girolamo Savonarola –filósofo y teólogo dominico- trató de poner coto
a la corrupción desatada en Florencia, Italia, durante el siglo XV, la iglesia
florentina lo encarceló, torturó y, finalmente, lo condenó a la horca.
Cinco siglos más tarde, nadie se atreve en la argentina a enjuiciar
seriamente la corrupción, que es una forma solapada de delincuencia y abarca
pequeños y grandes robos. Y se la debe denominar “delincuencia” porque al
vender y obtener favores en el ámbito oficial se está robando al país (las
coimas en el cenado...)
Por otra parte, a la corrupción a niveles inferiores se llama “coima” y, a
nivel corporativo, “ilícitos”. Entonces “coimear” a un inspector de tránsito
para que ignore una infracción de tránsito” en el fondo es igual que coimear a
un funcionario para que apruebe una licitación. Corromper o ser corrupto son
prácticas activas o pasivas que se intercalan.
¿Por qué existe la corrupción? Porque la idea de “ser bueno”, moralmente se
desvanece. La persona tiende a ser buena para conseguir la felicidad. Así nos
han enseñado.
Pero la moral racional o empírica, la que se practica con el marco teórico de la
filosofía kantiana, parece temblequear.
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LA LIBERTAD ES
ALGO RESPONSABLE
Sabemos que existe nuestra declaración de principios. Somos libres
muros derribados. Que nadie venga con autoritarismo a dictarnos las leyes de
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la vida. Es cierto que todos besamos igual, y andamos con manuales iguales
de erotismo prefabricado, y calzamos las mismas zapatillas e ingerimos las
mismas hamburguesas sin colesterol, y pensamos a coro que la humedad es la
que mata, que el feminismo ha liberado a la mujer de lavar solamente platos, y
ahora también trabaja 15 horas fuera de su casa, y en sima tiene también que
dialogar con los nenes porque así lo ordenó el psicoanalista de fin de mes
(antes no tiene tiempo, pobre)... Pero somos libres. Pensamos todo eso por
libertad, por inteligentes que somos.
El tema es: ¿Ahora qué hacemos?. Ahora que sabemos que somos
libres, que los libretos preexistentes han desaparecido, ahora que nadie puede
pronunciarse autoritariamente sobre nada. ¿ahora qué hacemos? ¿Cómo
hacemos para establecer parámetros, límites, normas, cauces, pautas?
Qué es la libertad? ¿Qué cada uno haga lo que quiera? ¿O que cada uno
haga lo que deba?. Sólo si es que acepta esta última definición, la libertad es
algo responsable, un medio para hacer algo responsable, para realizar
algún proyecto, mío, emergente de mi persona, y que lo transformo en mi
deber. El deber que me debo a mí mismo, eso es la libertad. Deber es mi
responsabilidad. Entonces, ¿ahora qué hacemos. Establecer nuestros deberes,
desde nosotros mismos, desde el pensamiento y la relación recíproca. No hay
roles preestablecidos.
Este e nuestro tiempo en el que todos debemos ser creativos: crearnos
nuestro puesto en la familia, en la sociedad y hasta en el cosmos. Dios sigue
existiendo, pero nadie es admitido como su emisario, coronado de autoridad.
Hasta la palabra de Dios en la escritura requiere que tú las leas, que tú las
intérpretes, que tú la Internalices.
Siempre tú te haces a ti y a tu rol, tu orden y tu disciplina (Yo y mi
circunstancia, Marcel). En el afán de la libertad, nos liberamos de todo y de
todos. La igualdad se aplica a todos los campos: nadie es más autoridad que
yo, y en todo caso si lo es, lo puede confrontar con otros y decidir yo quién es
más autoridad y por cuanto tiempo, en medicina, o en arquitectura o en
astronomía.
Pero en materia de vida, ¿quién es autoridad? Nadie,
absolutamente nadie. Inclusive se abatieron las tablas de la ley que repartía
papeles a papá para distinguirlo de mamá, a la mujer para diferenciarla del
varón, ya que cada cual por su condición sexual merecía otro puesto en la
familia, en la sociedad, y en general otro papel, que significa actuar de manera
especial, sentir, pensar:
La mujer: la mujer – ternura – el corazón – la dulzura – la caricia.
El varón: el varón – la dureza – el trabajo – la severidad – el
cerebro.
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LA LIBERTAD ES UN APRENDIZAJE
COTIDIANO
Más que tener algo en común, siempre, podemos hacer algo en común;
pero lo viviremos de distinta manera, cada uno desde su perspectiva, pero
podríamos compartir-lo como objeto entre Tú y Yo.
Para ello hay que educarse, para saber compartir algo sin absorberlo
en la furiosa y famélica textura del yo y del tener.
Humanamente optamos por la libertad, y contra natura decidimos ser yo
y tú, con un mundo en común, in contaminado por el mundo que cada uno es
en exclusividad no compartida con nadie. Ahí se aplica la responsabilidad.
Adán y Eva comparte el fruto de un árbol, Primero comió ella, luego le
sirvió a él. Quería com-partir. La libertad de elegir, de dar, de recibir. Pero se
disocian en la responsabilidad. El dice –ante el interrogatorio- que la culpa es
de ella; ella dice: que la culpa es de la serpiente.
Desde el punto de vista causalista, “tienen razón”. Cada uno señala al
otro como causa. Renuncian a la libertad.
LA LIBERTAD ES UNA ELECCIÓN. Elección De responsabilidad.
Requiere, como todo lo humano, un proceso de educación, aprendizaje,
pedagogía.
Erich Fromm tiene un libro llamado “El miedo a la libertad” (Ed.
Paidos) y en el que nos hace ver que hay una libertad negativa, la que niega la
prisión, las cadenas, los mandatos ajenos y una libertad positiva, creadora.
Salir de la cárcel, por ejemplo, es un fin para el que está adentro, una
necesidad de negación de aquello que lo tiene encerrado. Pero una vez afuera,
aquella libertad logra se le vuelve medio para algún fin. Este es el momento de
la libertad positiva. Tienes que hacer algo con tu libertad. TIENES QUE
APRENDER A SER LIBRE, porque si no serás sometido por cárceles no
visibles que atrapan tu cerebro, tu alma, sin que te des cuenta.
La libertad, pues, no es un fin en sí sino, repito, un medio para que con
ella puedas construir tu vida según tus deseos, tus anhelos, tus ideales.
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LO EGOCÉNTRICO
Vivimos Momentos egocéntricos, en un mundo oscilante, cambiante y
de incertidumbres: el egoísmo reina aquí, Cada uno se relaciona
fundamentalmente consigo mismo. Esto es un palacio, dice el niño, y es válido
para él. El signo, en cambio, es un estadio superior de captación y relación.
Dice Jean Piaget en su libro “El criterio moral del niño”: “El símbolo
es individual y motivado. Para que el signo suceda al símbolo es necesario
que una colectividad borre de la imaginación de sus individuos aquello
que tiene de fantasía personal y elabore una serie de imágenes
obligatorias y comunes, de acuerdo con el código de las propias reglas”.
El egocéntrico, enseña Piaget, vive con símbolos, rituales, regulaciones,
repeticiones, que tiene un sentido particular para él; sólo para él.
Crecer es entrar en el mundo de los signos, que son las reglas que valen
para todo un grupo de gentes, y que te comunican con ese grupo de gente por
cooperación o colaboración.
Así, se pasa del “me gusta”, “se me antoja”, “así quiero yo que sea”. Al
estadio superior de lo objetivo que puede ligarnos, de lo que es en sí, o en
otros términos, para todos nosotros.
Pero, ¿cómo salirse del egocentrismo?
Estas reflexiones de Piaget nos conducen a observar el mundo
contemporáneo en el que se dan, diría, regresiones a un egocentrismo de
primera infancia en mucha personas o, al menos, en múltiples vivencias de la
persona.
“Así me parece a mí”, dicen muchos, y se encierran en sí sin dar lugar
ni brecha a cualquier confrontación con lo que le parece a otros.
Haber Entendido que ser uno mismo es caer en una especie de eclipse de todos
los demás, y manifestarse en el delirio personal, ha producido las grandes
crisis interhumana de este siglo saliente. Y las grandes in-comunicaciones.
La gente vive como encapsulada. Cada uno habla de sí mismo
ignorando al prójimo, al “OTRO”, aunque lo ame. Más que hablar, hay que
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VALORARNOS
PARA VALORAR AL OTRO
Sobran Políticos en la práctica politiquera, sin principios ni valores; solo
somos justificadores de lo injustificable; y no damos lugar a los líderes que
realmente necesitamos; mientras el ritmo del “cambalache” es más real que
nunca; el mercachifle que solo pretende vivir al día; los profesionales que
abundan sin ninguna fe; los periodistas ineptos y vanidosos, que buscan
remarcar el malestar social sin horizontes de grandeza, prolongando la agonía
de nuestras necesidades en acciones ya sin esperanzas y continua el parloteo
del loro en la oscuridad sin historia al igual que el púlpito que rechaza el
prójimo encarnado por la abstracción de los conceptos universales.
Es imprescindible crear una dimensión espiritual capaz de elevar
nuestra oportunidad histórica a la altura de los valores. Necesitamos mirarnos
desde otro punto que cambie esta perspectiva ‘postmoderna’. Busquemos esa
dimensión espiritual para que podamos partir desde nuestra propia valoración.
Busquemos la identidad propia, la integración solidaria y la innovación
en el amor como propuestas de desarrollo creativo a nuestro alcance
inmediato. ¿Quién soy? ¿Cuál es mi grupo? ¿Respondo a lo nuevo con lo
nuevo? Estas son hoy tres propuestas concretas personales que no pueden ser
postergadas y hacen a nuestra propia ubicación.
Se ama lo que se conoce. Por lo tanto, “conócete a ti mismo”; este es el
principio del camino y la meta es el “Otro”.
Del conocimiento de nuestra real identidad; de la calidad de nuestra
integración en los grupos en que participamos solidariamente –familia,
escuela, empresa, etc.- y de la capacidad de innovación en el amor que
otorguemos a nuestras decisiones ante los cambios constantes que nos rodean,
debe surgie la responsabilidad del crecimiento hacia la adultez de amar nuestra
propia vida en la aventura de la conciencia, en la solidaridad del compromiso
con los otros y en la creatividad de amar que imprimamos a nuestras acciones.
Primero valorarnos en nuestra propia dimensión espiritual, ello
permitirá integración e innovación en los movimientos sociales que generan
nuestras acciones y pensamientos diarios.
Respetarnos en lo que ya somos por participar en este milagro en la luz
que es la vida consciente, más allá del egoísmo, la vanidad personal y el
desaliento depresivo.
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Sin esperar que lleguen los gobiernos ideales que soñamos, “los
príncipes azules”, el fin del dinero o la “conspiración de Acuario”.
Actuar ya, como uno mismo, valorando lo que somos y lo que podemos
llegar a ser. Afirmamos en la dignidad de lo esencial, no en lo pasajero de la
coyuntura. Los primeros movimientos liberadores son siempre internos.
En el desierto crónico del “no” sólo puede florecer el cactus de la
desvalorización y del aislamiento. Es cuando las espina del mal trato y de la
ignorancia ocupan el lugar del sabio capaz de usar hábilmente el instrumento
de su inteligencia.
LA DEONTOLOGÍA
Definición etimológica: del término griego Deon: deber y del término
logos: tratado. Significa: “ciencia o tratado de los deberes. (Diccionario de la
Academia)
Jereny Benthan (filósofo inglés) S. XVIII conjunto de deberes que se
imponen “in concreto” en una situación social determinada.
Actualmente el vocablo se usa: “los deberes que se usa cuando: “los
deberes que se imponen en una actividad profesional (es) en razón de la
naturaleza misma de esta actividad.”
“Los principios deontológico son los principios que dictan las reglas de
acción necesarias para el ejercicio de una profesión, profesión que se dirige al
hombre considerado como sujeto, donde el objeto no es la materia y el FIN un
producto económico, sino un servicio que pone en relación a una persona con
otra considerada por sí misma”.
La deontología –dice Ferrater Mora- no es sin embargo, una ciencia
normativa pura, sino una ciencia empírica pura, sino una ciencia empírica que
se ocupa de la determinación de los deberes dentro de las circunstancias
sociales y, en la intención de Benthan, de la indicación de los deberes que
deben cumplirse si se quiere alcanzar el ideal del mayor placer posible para el
mayor número posible de individuos”.
El nuevo orden está signado por:
El desarrollo científico-tecnológico
Eticidad La democratización de los regímenes políticos
moderna La relación científica
La libertad civil
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Ni el de Dios
Sino el del hombre en tanto subjetividad
trascendental,
Cogito activo del conocimiento (crítica a
Descartes)
Agente moral autónomo.
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CIERTA LIBERTAD
ÉSTA NO EXCLUYE LA NECESIDAD, LA SUPONE Y SE
CONCILIA DIALÉCTICAMENTE
OBLIGATORIA Y DEBIDA
LA CONDUCTA ES UNA VOLUNTAD LIBRE
MORAL ES FRUTO DE UNA CONVICCIÓN INTERIOR
DEBE RECONOCER COMO FUNDADA Y
JUSTIFICADA
LA OBLIGATORIEDAD MORAL:
IMPONE
DEBERES
AL SUJETO
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