Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
1
marco de libertad, igualdad, tolerancia y respeto a las diferencias,
reconociendo en ellas un valor fundamental para el desarrollo social y
cultural.
2
históricos y políticos, el reconocimiento a esa matriz cultural prehispánica y
milenaria que ha ido forjando la construcción social de esos pueblos y la
consecuente institucionalización de las prácticas, valores y saber ancestral,
que han permitido conservar su memoria colectiva y mantener vigentes, a
pesar de todas las formas de agresión hechas desde la modernidad, sus
formas propias de vida.
3
publicada obra de coautoria A Forest of Kings, situación por la cual nos
enfrascamos en una curiosa suerte de improvisada entrevista, en la que
tuve que sortear el tortuoso papel de informante “casi calificado” y
mantenerme atento a la innumerable batería de preguntas que para ella
parecía no tener fin.
4
Acaso un poco asombrada, me preguntaría si ya había tenido la
oportunidad de leer el referido libro A Forest of Kings (traducida
posteriormente, en 1999, con el nombre de: Una selva de Reyes. La
asombrosa historia de los antiguos mayas) a lo que conteste que ni
siquiera tenia idea de su existencia; entonces, levantándose presurosa se
dirigió hacia uno de los rincones de su cubículo y trajo hasta mí la que hoy
consideró una de las más importantes obras escritas sobre la cultura maya,
y sin más empezó a leer:
Las pirámides y los templos (ch’ul na) a menudo se decoraban con imágenes
de monstruos de Wits, para definirlos como montañas sagradas (wits es la
palabra maya para “montaña” o “loma”). En esta metáfora, la puerta del
templo es también la cueva que conduce al centro de la montaña...La montaña
real contenía la cueva que formaba parte del camino por el que se llegaba al
mundo sobrenatural...Juntos sobre una plataforma, un grupo de templos
representaba una cadena montañosa que destacaba sobre la selva de árboles
de piedra de las plazas de abajo. Así, el espacio ritual reproducía las
características de la geografía sagrada: la selva, la montaña y la cueva.
5
Hoy, después de más de cinco años de haberse desarrollado esa
conversación, lo mismo los pueblos mayas de Campeche, que de Yucatán,
Quintana Roo, Chiapas o Guatemala, a pesar de ver limitado su control y
acceso a los grandes centros ceremoniales con que sus pasados ahauob
representaron los símbolos de su poderío, pero sobretodo, de su eterna
permanencia, continúan relacionándose con ellos por medio de prácticas
rituales cíclicamente definidas que les aseguran estados relacionales
profundos y permanentes con el cosmos y con las deidades prístinas que
sustentan su desarrollo.
Así, desde las grandes plazas públicas rodeadas por los árboles de piedra
(che’ tun), simulando la presencia de una gran selva rodeada por las
montañas sagradas, witz, (los grandes templos), o por pequeños kuyo’ob
(los pequeños montículos que sirven de morada a los yumil k’áax), el
mundo maya recreaba y continua recreando ritual y simbólicamente sus
6
intrincados vínculos con el mundo de lo sobrenatural, místico y sagrado,
pero pleno de fuerza terrenal y humana.
7
de la Lluvia, considerado como una de las divinidades más importantes en
el panteón maya en la idea de que su acción influye directamente en la
agricultura y en el próspero desarrollo de las plantas nutritivas,
proporcionando la lluvia, tan necesaria, y provocando los fenómenos
celestes, debe ser reconsiderado para referirnos a él como Yum Cháak, la
verdadera divinidad para el pueblo maya contemporáneo.
8
La virtud de la labor etnográfica es la de mostrarnos, en este caso, la
pervivencia de los cultos con que los pueblos mayas revitalizan su
patrimonio cultural con un carácter repetitivo, con una finalidad
extraempírica y con una lógica subyacente asimétricamente concordante
con la lógica y la racionalidad canónica de la religión oficial, pero ante todo,
como una forma especifica de resistencia cultural.
...el mamanchaak o chá’cháak se lleva a cabo cuando la lluvia no llega, por ahí de
los meses de agosto y septiembre, y entonces, se junta la gente y se hace la rogativa o
mamanchaak. En el mamanchaak intervienen varios personajes más aparte del Hmen,
destacando aquellos que representan a cuatro sapos de diferente tipo: el sapo Uo’, el sapo
Carrillo Muuch, el sapo To’ot y el sapo Clé, todos ellos representados por niños mayas.
A la hora del mero sacrificio el Hmen se para frente al altar de hojas de ha’abin, mientras,
los cuatro sapos estarán en cada esquina del altar emitiendo sus sonidos: uo, uo, uo;
trrr,trrr,trrr; to'ot, to'ot, to'ot; cle, cle, cle; el Hmen, entonces ofrecerá sus oraciones al Yum
Cháak, el dios de la lluvia, de los relámpagos.
Los rezos son en lengua maya y primeramente piden a Dios y después a Yum Iik’ (el viento,
el gran espíritu), a Yumbil pixan (espíritu santo) a Chan aalil (dios hijo) y a Nojo'ochil
(dios padre).
Son varias las ocasiones en que al estar realizando el mamancháak la lluvia viene; aparece
fuerte, con rayos y truenos. En todas las rogativas "la maya" es el idioma fundamental, así,
con la maya, se le pide a los cuatro vientos: xaman Iik’, Chik’in Iik’, Nojol iik’ , lak'in iik’.
Chúumuk ka’an iik’, es el de enmedio, el del centro, el que manda, el más fuerte. Son las
9
cuatro direcciones, las casas de los Cháak.
En el mamancháak, el Hmen quema copal y se toma una bebida llamada balche’, la cual se
hace con la cáscara de una madera; para comer se prepara el Piib; pero eso sí, las mujeres
no deben estar en el mamancháak, porque si no, no sirve, no funciona pues.
Este testimonio no hace más que evidenciar la fuerza con que los procesos
del llamado “Núcleo Duro” por López Austin se convierten en ejes
transversales que traspasan fronteras espacio-temporales y que colocan al
mundo maya en la intersección perenne entre lo sagrado y lo mundano. Y
este proceso se repite y se repite, al parecer, a todo lo largo del devenir
histórico de este pueblo situación que paso a ilustrar enseguida.
Para el caso que nos ocupa, dicho documento muestra cómo a finales del
siglo XVII la empresa evangelizadora emprendida por la Corona española
10
mostraba evidentes fallas en su presuntamente consumada conquista
espiritual y “extirpación de idolatrías”. Los pueblos de matriz cultural
prehispánica seguían manteniendo vigentes un inconmensurable número
de prácticas cúlticas y ritualísticas a pesar de verse envueltos y
estigmatizados por el sino de las nuevas identidades generadas por las
tareas de dominación y explotación colonial.
...que dicho su padre (Juan Uc) lo llevaba a su colmenar con frecuencia y que vio en muchas
ocasiones que se juntaban de noche con muchos indios a idolatrar, con unos ídolos que ha
tenido siempre el dicho padre y son unas piedras que llaman tunes. Y se sabe que las
piedras son tres pequeñas que están puestas en una tabla pegadas con copal, y son los ídolos
que adoran por dioses y que el que los oficiaba y hacía los sacrificios era Bonifacio Ku, un
indio que se ha creado el dicho su padre y lo tiene en lugar de hijo, el cual servía de
sacerdote de él. Y que el modo que hacía la dicha adoración era poniendo un banco y
alrededor de él unos arcos de hojas de havin (ha´bin), y sobre dicho banco que servia de
altar, ponía la tabla de los dichos ídolos y delante de ellos ponía unas jicarillas de balché, la
cual (la tabla) rociaba con una rama de dicho (ha´bin) , los dichos ídolos, y después las
cuatro partes del mundo que llaman en su lengua natural tilkin (tilik´in), Chikin (chik´in),
nohol (noohol) y ixaman (xaman).
11
Y encendido el candelero con copal sangraba a los indios que asistían a la dicha adoración,
unas veces por mano de Esteban Dzul y otras por la de Juan Uc, padre de este declarante, y
otras por la de Bonifacio Ku; y que la sangre que les sacaba a los que asistían a dicha
adoración, vio este declarante que la ponian en una hoja del dicho havin (ha´bin), y que a la
luz del candelero la quemaba hasta que se consumía y no quedaba rastro de hoja, ni de
sangre. Y esto lo oyó decir que lo hacia por desenojar a sus dioses que estaban enojados. Y
que en acabando de hacer lo que lleva referido, bailaban y cantaban unas veces un baile que
llaman el poco (pocho´) y otros el zulam (tsulam). Y para juntarse a esta adoración tocaban
primero un tunkul (tunk’ul) pequeño instrumento de su nación, que era la seña que hacían
para juntarse a dicha adoración. Y el son que tocaba se llamaba zulam, poco y que dicha
adoración la hacían y la hacen de noche, las más veces en el colmenar del dicho Juan Uc, su
padre, y otras en las milpas de Andrés Balam.
12
Sin embargo, la presencia de esta nueva identidad, la de idolatras, y de
este inaugurado delito en el orden social y cultural, la idolatría, nos deben
permitir observar el conjunto de elementos culturales en que se
sustentaban como una importante fuerza de confrontación que, de manera
disfrazada, se negaba a la imposición de prácticas y creencias de los
nuevos grupos dominantes; aunque, de hecho, para muchos de los
pueblos mesoamericanos este tipo de confrontación no resultaba
novedosa, ya que había sido experimentada con anterioridad al enfrentarse
con fuerzas avasalladoras del altiplano que intentaron imponer su
hegemonía.
13
intelectual que sienta las bases metodológicas y conceptuales para lograr,
como el mismo señala en su libro La Parentela de María (Cultos marianos,
sincretismo e identidades en Latinoamérica):
14
Así, cuando los pobladores de San Nicolás, comunidad maya del estado de
Campeche, relatan que la presencia de la Ixtabay en noches de luna llena
aleja a los trasnochadores de los caminos para perderlos en el monte, es
porque se encuentran plenamente convencidos de la existencia ancestral
de tan tenido personaje.
Lo que para nosotros son supersticiones, para ellos son realidades en las
que se sustenta su acción, especie de reglas del comportamiento cuya
desatención o quebrantamiento perjudicará gravemente al infractor,
llevándolo incluso a perder la vida, pero cuyo seguimiento y prescripción
les permitirá estrechar fuertes vínculos con las entidades sagradas; como
acertadamente señalará Robert Laughlin:
La Rama Dorada la tienen los indios en sus manos y con ella se curan,
se protegen, renacen de manera diaria. La Rama Dorada no hay que
buscarla en los libros, por muy llenos de erudición que estos se nos
presenten.
Para el caso específico del referido culto a Yum Cháak, ese que de
acuerdo con la doctora Yolotl González, en su Diccionario de Mitología y
Religión de Mesoamérica:
... se caracteriza por tener una larga nariz colgante que termina en un
rizo; a veces boca desdentada; la pupila del ojo en forma de voluta y
abajo de aquel una espiral; de la boca le cuelga una especie de hilo
curvado. Suele llevar en la cabeza una serpiente, o ir montado en ella.
15
En los códices blande una hacha con mango de madera.
Para ese caso, para esa poderosa fuerza numínica que mueve al mundo
maya; no debe resultar extraño que los pueblos mayas le confieran una
fuerza tal que ha logrado rebasar la línea del tiempo para poder encontrarlo
hoy "oculto", "invisible", en las manifestaciones rituales y en cada uno de
los actos del flujo comportamental de los "mayeros", los descendientes de
aquellos a quienes los museógrafos han dejado estáticos, sin dejarlos
trascender el momento de la conquista española.
Sin embargo, apenas traspasando el umbral del tercer milenio, allí los
tenemos, deambulando por las noches en las sementeras, en las milpas,
en las aguadas, en los chultunes, en la trama lógica de los pueblos mayas.
16
Allí está la fuerza de la religión invisible, allí reside su potencial de
transformación: en la apropiación de su pasado para construir su futuro.
La amenaza que se cierne sobre los espacios sagrados del mundo maya
es preocupante y son múltiples los factores que atentan sobre ellos,
situación por la cual los pueblos mayas han mostrado su disposición a
dejar atrás sus invisibles formas de resistencia cultural pues no tan solo se
atenta contra su espiritualidad, sino contra sus formas básicas de
sobrevivencia al destruirse, en aras de la modernización y el beneficio
económico, sus manglares, sus selvas tropicales, su fauna, en sí, todo
aquello en lo que han cimentado su asombrosa historia.
Toda reacción del pueblo maya para la defensa de su territorio debiera ser
plenamente comprendida, sin prejuicios ligeros y vanos, sin amenazas
militares u otras formas de represión que en el fondo niegan principios
universales para una mejor convivencia intercultural.
17
Que es por mis plantas de maíz, maíz, maíz.
Que es por mis matas de frijol, frijol, frijol.
Por las calabazas ¡que llueva!, llueva, llueva.
Que es por los camotes también.
18
Cuando veas que puede llover,
Al granero cerca te vas,
Cuando veas la lluvia caer
A la troje échate a correr.
De la milpa he de cosechar
Elotes y mis frijoles.
De la milpa he de cosechar calabazas y camotes.
19