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Desordenes afectivos II
Revisadas en la entrega anterior las bases neurobiológicas de los desordenes
afectivos, realizaremos aquí una aproximación al estudio de sus alteraciones
sistémicas.
Parte II
Dijimos que la depresión afecta al cuerpo en su totalidad, y que debe ser revista como una
enfermedad multisistémica. (más o menos biológica y más o menos sistémica, según el tipo de
desorden depresivo, como aclararé al final de esta entrega).
• a) alteraciones neurofisiológicas,
• b) alteraciones neuroquímicas,
• c) alteraciones neuroendócrinas,
• d) alteraciones sistémicas.
Ya revisamos detalladamente las dos primeras en el apartado anterior, por lo cual nos
dedicaremos a ampliar las últimas.
Alteraciones psiconeuroendocrinas
El eje córtico-límbico-hipotálamo-hipófiso-adrenal
El efecto CRH es antagonizado por factores llamados corticostatinas, de los cuales los
principales son su proteína transportadora y el factor natriurético atrial, que anula las funciones
ansió génicas y depresógenas ante situaciones de stress. Sin embargo, esta función se conoce
desde hace poco tiempo. Se produce en el atrium derecho e izquierdo del corazón y en la coclea
, considerándoselo un diurético endógeno, un hipotensor y un inhibidor de la secreción de renina-
aldosterona .El FNA seria ansiolítico ya que su liberación secundaria al aumento de frecuencia
cardiaca en respuesta a situaciones ansiogénicas trataría de inhibir la hiper respuesta del eje. Es
decir que, en depresión, tenemos hipercortisolemia pero con CRH aumentada, lo cual solo se
explica por la desensibilización de receptores esteroideos suprahipotalamicos. Estos receptores,
denominados tipo I y tipo II, al activarse, son capaces de retroalimentar negativamente al eje
adrenal al inhibir la secreción de la CRH hipotalámica.
Esto coincide con la hipersecreción crónica de CRH. Como se sabe, este neuropéptido actúa
sobre receptores centrales (tipo 1) y periféricos (tipo 2). El primero se relaciona con síntomas
cognitivos y de ansiedad, siendo su principal ligando la CRH. El segundo es pro-inflamatorio,
siendo su principal ligando la urocortina, responsable de liberar mayor cantidad de ACTH que la
propia CRH. Ambos tipos de receptores tienen moderada capacidad para suprimir la secreción
de CRH, por poseer esta última escasa capacidad para regular sus propios receptores en
cerebro.
Repitamos lo expresado en el apartado sobre adrenal que estos receptores son activados de
distinto modo en fisiología y en patología.
Los receptores tipo I (antes llamado receptor a mineralocorticoides o McR) poseen alta afinidad
por la aldosterona y el cortisol, que en condiciones basales los ocupan en un 90%. Tienen acción
neuro-reguladora y bajo umbral de respuesta y de eficacia. Es el encargado de mantener el tono
basal de hormona adrenal y regular las modificaciones homeostáticas del cortisol ante las
situaciones fisiológicas de cambios circadianos. Estarían involucrados en respuestas de equilibrio
ante estados de ansiedad, euforia o somnolencia.
Los receptores tipo II (antes llamado receptor a glucocorticoides o GcR) poseen baja afinidad por
el cortisol (necesitan mayor concentración del mismo para ser activados) y alta afinidad por la
dexametasona. Tienen alto umbral de respuesta y alta eficacia. Su efecto puede ser neurotóxico.
Su activación también produce un shut off, pero sólo son activados por concentraciones máximas
de cortisol, que se dan en situaciones patológicas en excesos fisiológicos. Es decir, que serían
los responsables de una inhibición máxima del eje ante situaciones que excedan el balance
homeostático (distares o situaciones de alarma). Son activados también en estados de disforia,
de alerta y en el sueño REM.
Los pacientes depresivos presentan no sólo hipercortisolemia sino también una alteración en el
ritmo circadiano de cortisol. Sabemos que el cortisol, se segrega en forma secundaria a picos de
secreción de CRH, con un pico máximo a la mañana temprano y un nadir hacia medianoche.
Esto explica el nivel diferente de alerta y de posibilidad de confrontar el stress en los diferentes
horarios. En la depresión el ritmo circadiano se pierde o, incluso se invierte con mayor secreción
en la tarde respecto al matinal. Esto explica el clásico polo matinal de exacerbación de
sintomatología depresiva, ya descripto por Kraepelin.
Hemos escrito mucha bibliografía sobre el particular (consignada al final de la entrega) por lo cual
consideramos innecesario extendernos, pero recalquemos que la activación adrenal de la
depresión es parte de la ruptura de los mecanismos homeostáticos que permiten la resiliencia
celular.
El modo clásico de estudiar la disfunción del eje es la prueba de supresión con dexametasona o
DST. El escape o no supresión, puede hallarse en el 50% de la depresiones, siendo más
frecuente cuanto más joven, psicótico y agresivo sea el paciente, implicando un alto riesgo de
suicidio. Con mayor precisión diagnóstica el DST puede ser positivo en el 14% de pacientes
depresivos en general, en el 48% de depresivos mayores sin melancolía, en el 78% de
depresivos mayores con melancolía y en el 95% de depresivos psicóticos.
El eje córtico-límbico-hipotálamo-hipófiso-tiroideo
La hiperactividad del eje adrenal puede llevar a la inhibición secundaria del eje tiroideo. Sin
embargo, no es la única causa de alteración tiroidea en depresión.
En los estados depresivos, los niveles de T4 suelen encontrarse dentro de límites normales pero
con niveles subnormales de T3, secundario a una disminución de la conversión periférica de T4 a
T3. La disminución de T3 es más frecuente en la depresión psicótica, a menudo con aumento de
T4, como mecanismo compensatorio en el marco de un hipertiroidismo relativo.
La prueba psiconeuroendócrina que estudia este eje es el test de TRH/TSH, que ha sido
detallado en la entrega correspondiente al eje tiroideo, en la primera parte de este curso.
La no-normalización del test de TRH/TSH predice una recaída temprana e indica la necesidad de
tratamiento de mantenimiento. Recordemos que si el valor del delta TSH (diferencia entre la TSH
basal y la TSH postestímulo TRH) es inferior a 1, existe un alto riesgo de conducta suicida.
http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=60663&uid=426833