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Texto del capítulo publicado en :

Muntañola, E. y Mameli, L. (eds)


2005 AMÉRICA LATINA: REALIDADES DIVERSAS. Instituto Catalán de Cooperación
Iberoamericana-Casa de América, Colección Amer&Cat 13. Barcelona.
En este documento se han puesto las ilustraciones enviadas a las editoras que en el libro
publicado salieron con baja calidad.
________________________________________________________________________

EN LAS ORILLAS DEL LAGO TITIKAKA:


LA FORMACIÓN DEL ESTADO PREHISPÁNICO EN EL ALTIPLANO PERUANO

Henry TANTALEÁN
Universidad Autónoma de Barcelona, España/
Museo de Arqueología y Antropología de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
Lima-Perú

INTRODUCCIÓN

La arqueología peruana, como la de muchos otros países, ha conocido el impacto de las teorías
arqueológicas que se han aplicado sobre la materialidad social arqueológica. Durante todo el siglo XX se
han sucedido una serie de aproximaciones teóricas que han pretendido explicar y/o interpretar el devenir
de las sociedades andinas. Un balance de la arqueología realizada en los últimos 50 años en el área de la
cuenca norte del Lago Titikaka sugiere que estas surgen bajo el amparo y auspicio de las ideologías
dominantes.1 En este caso, serían dos los principales paradigmas en la investigación arqueológica peruana
y, por consecuencia en la cuenca del Titikaka: el procesualismo y el materialismo histórico. En la
actualidad el paradigma procesualista se encuentra vigente y el materialismo histórico hace ya algunos
años que ha detenido su práctica y se encuentra marginado de los debates académicos 2. Por ello, nos
parece necesario tras realizar dicho balance plantear una explicación o representación materialista
histórica que tenga en consideración la dialéctica entre la teoría arqueológica y la materialidad social
objeto de estudio.

Así pues, desde esa materialidad social el tema que nos interesa explicar es el que tiene que ver con la
formación de las primeras sociedades estatales o, que es lo mismo, la aparición de las disimetrías

1
económico-sociales. La sociedad que se nos presenta como candidata para ser ese primer Estado
altiplánico es Pukara (250 ane- 380 dne). Sin embargo, para entender Pukara como producto final de un
desarrollo socioeconómico habrá que rastrear sus antecedentes en lo conocido como Qaluyo (datación:
1400 ane)3. Ambas sociedades se ubicaron en la cuenca noroeste del lago Titikaka en el actual
departamento de Puno en Perú.

FIGURA 1. MAPA DEL AREA DE ESTUDIO DONDE SE OBSERVAN LOS SITIOS MAS
IMPORTANTES MENCIONADOS EN EL TEXTO. SEGÚN MUJICA 1987.

Como veremos más adelante, como producto de la aplicación de las teorías arqueológicas en este área,
actualmente los investigadores denominan y/o explican a dichas sociedades bajo diferentes modelos y
conceptos muchos de los cuales no han sido debidamente confrontados con el registro arqueológico de la
materialidad social prehispánica de esta zona. Por ello plantearemos en este articulo una representación
(explicación) materialista histórica que esperamos contribuya a actualizar el debate que en estos últimos
años ha estado monopolizado por el paradigma procesualista.

2
HACIA UNA REPRESENTACIÓN MATERIALISTA HISTÓRICA DE LA FORMACIÓN DEL
ESTADO PREHISPÁNICO EN LA CUENCA NOR-OESTE DEL TITIKAKA

QALUYO
Para los investigadores el inicio de las sociedades agrícolas y sedentarias se daría con Qaluyo hacia los
1400 ANE (Ver nota al final número 2). Dicha cuestión se planteó tempranamente desde el
descubrimiento científico de fragmentería cerámica, realizado por Manuel Chávez Ballón en los años ’50
en un corte realizado por una carretera de un montículo cercano al asentamiento de Pukara4. Como ya
vimos arriba, gracias a esta cerámica y su asociación a asentamientos humanos se ha definido a Qaluyo
como una “Cultura Agro-alfarera”5), una “sociedad de Tipo Aldeana”6 y últimamente como una
“Jefatura” 7.

La cerámica Qaluyo llamó la atención de los arqueólogo/as desde un primer momento por su excelente
acabado. Las comparaciones tecnológicas y estilísticas realizadas inicialmente llevaron a los
arqueólogo/as a la conclusión de que debería pertenecer la época conocida en la arqueología andina como
Formativo (1000-200 ANE) y, por consiguiente debería guardar alguna relación con Chavín8, cuestión que
el patriarca de la arqueología peruana Julio C. Tello ya había sugerido para Pukara9.

FIGURA 2. EJEMPLOS DE CERÁMICA QALUYO, SEGÚN LUMBRERAS Y AMAT 1966.

3
Hacía 1988 ya se conocían 12 asentamientos relacionados con Qaluyo10 y aunque se pensaba que eran
pequeñas aldeas 11algunas de ellas, como la de la localidad de Santa María en el rio Viluyu alcanzaban una
extensión de un km2 incluyendo medio centenar de montículos de entre 5 a 15 m. de diámetro12.

Por otro lado, se ha anotado que Qaluyo recibiría influencias socio-económicas externas, las mismas que
estarían materializadas en la presencia de cerámica Marcavalle procedente del área del Cuzco13. Estas
influencias o interrelaciones también se darían con Chiripa (localizado en el actual lado boliviano del
lago) y que estarían respaldadas por las similitudes halladas entre la cerámica de ambos grupos sociales14.
Para explicar dicho fenómeno se ha planteado que esta interrelación sería consecuencia de la Tradición
Religiosa Yaya-Mama, expresada materialmente, además de la cerámica, en la arquitectura, escultura y
textiles 15 16. Esta Tradición incluiría a toda el área circunlacustre y serviría como un elemento catalizador
y unificador de las ideologías de las sociedades de este tiempo17.

En los últimos años, equipos de arqueólogo/as de la Universidad de California (Los Angeles, Berkeley y
otras) vienen ejecutando programas de investigaciones en esta área18, gracias a los cuales se han
reconocido más asentamientos de esta época, ampliándose la extensión geográfica de Qaluyo hasta la
localidad de Chucuito. A partir de estos trabajos y en especial, el realizado en el asentamiento de Camata,
se han propuesto varias fases cerámicas al interior de Qaluyo19.

Con Qaluyo, se tendrían los indicios seguros de la domesticación de camélidos, aunque la caza,
especialmente la de venados, seguiría siendo una actividad económica complementaria20. Asimismo, para
cuando Qaluyo se encontraba en la zona, se habrían desarrollado grandes proyectos hidráulicos como los
denominados campos elevados o camellones2122 cuya producción agrícola soportaría una población
permanente y densa.

Entre Qaluyo y Pukara existiría una fase intermedia denominada Cusipata, definida primero a nivel
estilístico23, y posteriormente mediante un conjunto cerámico distintivo excavado en el asentamiento de
Pukara24. Para nosotros este estilo no supondría la existencia de una nueva sociedad (cultura cerámica)
puesto que tanto el registro realizado por el mismo Elías Mújica en Pukara25 como nuestras observaciones
en el campo así lo sugieren. Así por ejemplo, en los asentamientos donde este estilo se ha reconocido, este
se halla mezclado con las últimas apariciones de cerámica Qaluyo y con las primeras de Pukara26.

4
Más allá de lo anteriormente expresado, nosotros planteamos que Qaluyo representaría, por lo menos para
sus tiempos tardíos, una Transición y esta bien podría haber estado asociada con la cerámica Cusipata
como ya avanzó Mujica hace unos años atrás27. Con el término Transición nos referimos a un desarrollo
económico-social dinámico que deviene en una forma diferente (y no superior o inferior) de formación
económico-social. En el caso que nos ocupa dicha Transición desembocará en la afirmación,
legitimización e institucionalización de las disimetrías socioeconómicas, vale decir en un Estado.
Asimismo, para nosotros una Transición no representa una categoría socio-económico universal (no
traspolable a otras realidades) sino que correspondería a una realidad concreta (fenomenológica)28.
También gracias a este concepto esperamos superar en primera instancia el normativismo de las
arqueologías procesuales anclado en un registro parcial y deficiente y que por ejemplo le otorga a Qaluyo
la asombrosa e inmanente longevidad de casi un milenio. Así pues, Qaluyo y Pukara conformarían un
mismo proceso histórico.

29 30
Para nosotros el carácter agrícola y ganadero31 de Qaluyo, supondría un desarrollo en el nivel de las
fuerzas productivas (medios de producción y fuerza de trabajo) con respecto a las precedentes sociedades
cazadoras/recolectoras. Esto quiere decir que en Qaluyo se originó una elevación de la productividad
dándose un gran salto cualitativo y cuantitativo, pues los seres humanos se despojaron de su dependencia
absoluta con respecto a la naturaleza: los hombres y mujeres superaron una contradicción con la
naturaleza y fueron capaces de producir sus propios alimentos. Gracias a ello, los grupos humanos
también pudieron controlar y apropiarse del espacio natural, cuestión que devendría primero en propiedad
colectiva y posteriormente en propiedad particular.

Asimismo, en Qaluyo se daría la primera división técnica del trabajo con el objetivo de (re)producir las
condiciones materiales de existencia del grupo. Esto sería observable, por ejemplo, en la producción de
textiles, demostrada indirectamente por el hallazgo en los asentamientos de instrumentos de hilar (piruros
o fusayolas elaborados a partir de fragmentos cerámicos) y tejer (instrumentos de producción realizados
con hueso de camélido). Como también ya hemos observado, la producción cerámica aparece con Qaluyo
y esta aumenta de forma significativa cualitativa y cuantitativamente. Por ello, también se encuentran en
los asentamientos gran cantidad de alisadores de cerámica e instrumentos para realizar la decoración
incisa en las mismas32. Adicionalmente, existe importación y proliferación de obsidiana en los
asentamientos (artefactos, núcleos y desechos) que supone una producción lítica especializada33. Los
numerosos fragmentos de ollas de cocina y morteros de piedras, son también una característica dentro del
material excavado. Esta diversidad de artefactos (medios de producción y reproducción) indicarían una
especialización en la producción de objetos para el consumo de la misma sociedad y como parte del

5
“intercambio comercial” con otras sociedades como los de Marcavalle en el Cuzco 34 o las de la parte sur
del lago35 36.

Para nosotros la existencia de esta temprana división técnica del trabajo supondría la base para la posterior
división social momento originado cuando la producción ya no se hizo exclusivamente para la
reproducción social sino más bien para la producción de excedentes, los cuales al ser enajenados por
algunos miembros de la sociedad devendrán en una diferenciación económico-social, dentro del mismo
grupo, es decir una distribución asimétrica de los productos en el cual hay explotación por parte de un
grupo de la sociedad.

PUKARA
De acuerdo a las modelos arqueológicos utilizadas en el área circunlacustre, Pukara ha recibido diferentes
37 38 39 40
denominaciones entre ellas la de “Sociedad Compleja” , , , “Jefatura Compleja” y últimamente
“Sociedad Jerárquica Compleja”41. La misma se desarrollaría entre los años 250 ANE y los 380 DNE42 y
está caracterizada por la materialidad social excavada en el asentamiento epónimo del mismo nombre.
Este se encuentra ubicado en las inmediaciones del actual pueblo de Pucara, en la provincia de Lampa en
el departamento de Puno y se encuentra emplazado a unos 3950 metros de altura sobre el nivel del mar
(ver figura 1).

El asentamiento ya era conocido desde de la época de la invasión española43 pero va a ser Luis E.
Valcárcel su descubridor científico quien, utilizando su cerámica y litoescultura la describirá como una
“cultura”44. Sin embargo, el asentamiento de Pukara sólo fue excavado sistemáticamente hasta 1939 por
el arqueólogo norteamericano Alfred Kidder II 45.

El asentamiento en sí, está compuesto por una acumulación de construcciones arquitectónicas visibles en
superficie de alrededor de 6 kilómetros cuadrados y sería el primer asentamiento urbano del altiplano del
Titikaka.46 Allí sobresalen, principalmente, las estructuras arquitectónicas monumentales de tipo
piramidal, de las cuales Kidder excavó una de las más importantes en el sector denominado Qalasaya.
Allí, se expuso una estructura ceremonial compuesta por un patio hundido y una estructura de bloques de
47 48
arenisca que la rodea en forma de herradura (Ver plano de planta en ). Existen otros sectores
diferenciados y que serían las residencias de los burócratas y artesanos allí asentados49.

6
FIGURA 3. VISTA DESDE EL SUR DEL EDIFICIO CONOCIDO COMO QALASAYA EN EL SITIO
ARQUEOLÓGICO DE PUKARA. FOTOGRAFIA DEL AUTOR (1997).

7
La cerámica hallada en el asentamiento tanto por recolecciones de superficie como por excavaciones
arqueológicas, ha servido para definir el estilo Pukara, específicamente a través de la cerámica
50 51 52 53
denominada Pukara Policroma (ver ilustraciones en , , , ). A partir de la presencia de este fósil
director se reconocen los lugares de su extensión y/o influencia territorial, resultando una dispersión de
aquella en gran parte de la cuenca norte del Titikaka pero que también ha sido hallada en lugares alejados
como los valles costeros del extremo norte de Chile y sur de Perú. Se asume también, que Pukara es
contemporáneo a las primeras fases de la sociedad Tiwanaku y que existió alguna relación entre ellas54 55
56 57 58 59 60 61 62
, aunque materialmente hablando, dicha relación se reduce a unos cuantos artefactos
aislados hallados principalmente en el asentamiento de Tiwanaku63 64.

Contrariamente a estos planteamientos, y ampliando la información existente con nuestras observaciones,


planteamos que en Pukara se tendrían las pruebas materiales de la existencia del primer Estado en la
cuenca norte del Lago Titikaka. Dicho Estado estaría caracterizado por la institucionalización, afirmación
y reproducción de las diferencias socioeconómicas. Estas diferencias socio-económicas son producidas
por una distribución desigual (explotación) de la producción en la que una clase social no productora se
apropia de los excedentes de producción de los productores. Asimismo un aparato coercitivo hará uso de
la violencia física para obligar a los productores a entregar parte de su producción y de su fuerza de
trabajo.

Para nosotros, al crearse la primera ciudad y capital (el centro cívico ceremonial de Pukara) una clara
división de clases (no productores/productores) se materializaría en la contradicción ciudad/no ciudad
(poblados rurales). Dicha ciudad acumularía un capital (fuerza de trabajo65 y materiales empleados en su
construcción) manifiesto en la concentración de estructuras arquitectónicas y talleres de artesanos
especializados66. Asimismo, dichos talleres estarían produciendo artefactos estandarizados morfológica y
decorativamente para la clase social dominante67. La existencia de talleres artesanos dentro de la misma
ciudad acusaría la propiedad y control de los medios de producción por parte de esa clase social68,
situación que se habría gestado en Qaluyo.

Asimismo, el control del territorio Pukara como característica del control de la propiedad privada69 70

estaría representado en el emplazamiento de centros satélites o secundarios en la cuenca norte del


Titikaka71, los cuales reproducen las características arquitectónicas generales del centro político principal
de Pukara, así como los elementos más representativos de la materialización de su ideología72 73 74 75
.
Además, muchos de estos asentamientos estarían relacionados directamente con la explotación agrícola

8
realizada mediante técnicas como los camellones, las lagunas artificiales o cochas76 y las terrazas o
andenes77, para la explotación de pastos para rebaños de camélidos, explotación de recursos lacustres y
ribereños78 y la explotación de materias primas para la producción de instrumentos de producción como
por ejemplo el basalto olivino para producir azadas79. Aquí habría que resaltar que la característica
principal de un Estado sería el control y explotación de la propiedad privada de un recurso (un objeto de
trabajo), en el caso de Pukara sería principalmente el agrícola-ganadero. Dicho control del objeto de
trabajo por una clase social reside, además del hecho de su producción, en la capacidad de su
reproducción. Esto quiere decir que, si una clase social aún siendo capaz de acotar, limitar, administrar y
explotar una materia prima no es capaz de producir más está condenado al fracaso puesto que el sistema
económico que ellos dominan no se recrea.

El Estado Pukara también controlaría las rutas de intercambio, especialmente entre el altiplano y la costa
del Pacífico, en busca de recursos naturales y artefactos necesarios para satisfacer las necesidades de la
clase dominante80. Como consecuencia de dichos intercambios, incluso han llegado a registrarse artefactos
81
Pukara en zonas tan alejadas de su núcleo principal, como el valle medio y la desembocadura del rio
82 83 84
Moquegua , Arequipa o incluso Ica en el sur del Perú y Azapa en el extremo norte de Chile85, etc.
Dicha aparición recurrente de artefactos Pukara también ha planteado la existencia de colonias altiplánicas
en la costa86, cuestión que aunque no sería efectiva para San Pedro de Atacama como demuestran los
estudios bioantropológicos 87 88, para el extremo sur de la costa peruana todavía no sería definitivo por la
carencia de estudios, como por ejemplo en el valle de Moquegua donde también se han hallado artefactos
Pukara89.

Por otro lado, con Pukara se producirían y reproducirían las manifestaciones de coerción ideológica,
encargadas de justificar y mantener las diferencias económico-sociales. Este tipo de coerción se observaría
en la creación de un discurso religioso que incluye seres mitológicos algunos de ellos visualmente
terroríficos, y que fue plasmado de manera estandarizada en materiales tan variados como esculpe lítica 90
91
, cerámica 92 93 94, textiles95, metales96 y hueso97.

9
FIGURA 4. MONOLITO HALLADO EN EL SITIO DE PUKARA CONOCIDO COMO “EL
DEGOLLADOR”. SEGÚN KUBLER 1986.

Esta coerción, también estaría materializada en los sacrificios humanos, inferidos por las denominadas
“piedras de sacrificio” halladas en el mismo asentamiento de Pukara y que estaban asociadas a un gran
98 99
número de fragmentos de mandíbulas y cráneos humanos . Asimismo, las bolsas de textil Pukara
conteniendo cabezas humanas seccionadas halladas en los valles del extremo norte de Chile100 estarían
relacionadas con estas actividades sacrificiales-coercitivas. Incluso, algunas huellas de uso en vasijas
Pukara (con diseños de cabezas humanas decapitadas) serían producidas por su utilización como
recipientes para cabezas humanas101. Todo esto, probaría que en Pukara se realizaban efectivamente
sacrificios humanos, una cuestión casi siempre abordada desde la iconografía pero que nos permite
reconocer que dichas acciones violentas se materializaban y estaban institucionalizadas por el Estado. Es
más, habría un interés por parte de los ejecutores que esta actividad fuese (re)conocida más allá de los

10
lugares de ejecución (propaganda). De hecho, no se puede invalidar la hipótesis de la antropofagia,
actividad que puede ser argüida por la aparición de huesos humanos en contextos de desperdicios
domésticos102. Por todo esto, mientras no se pruebe lo contrario se puede plantear que Pukara poseyó un
aparato militar (no necesariamente regular) que ejercía la violencia física contra los individuos de la
misma sociedad o sociedades cercanas y con las cuales competían.

COMENTARIOS FINALES
Las teorías arqueológicas más significativas dentro de la historia de la investigación de la cuenca norte del
lago Titikaka han estado articuladas con la ideología de las clases dominantes y han servido para sus
intereses. Aún, cuando se registra una lucha de posiciones entre ellas como consecuencia de una lucha
clases en la sociedad peruana ninguna de ellas ha desarrollado un cuerpo metodológico–empírico que
otorgué a la materialidad social su verdadera posición dentro de sus explicaciones.

Aunque el materialismo histórico de los años ‘80 y ‘90 del siglo XX se proclamaba como un discurso
subversivo en contraposición al historicismo cultural y al procesualismo este asimiló muchos de sus
conceptos y su desarrollo en el Perú y, por consecuencia, en la cuenca del lago Titikaka se habría detenido
por los condicionantes políticos y una falta de praxis103.

A pesar de ello, creemos que se puede adelantar y desarrollar esta línea teórica teniendo en cuenta la
dialéctica existente entre la teoría y la materialidad social. Esta dialéctica deberá considerar que cualquier
modelo explicativo deberá ser contrastado con la materialidad social, en nuestro caso la de Qaluyo-
Pukara.

NOTAS

1
Tantaleán, Henry. El Felino en la Roca: La Formación del Estado Prehispánico en la Cuenca Norte del
Lago Titikaka, Perú. Trabajo de Investigación de 3er ciclo. Programa de Doctorado de Arqueología
Prehistórica. Universidad Autónoma de Barcelona. 2002.
2
Tantaleán, Henry. Arqueologia Social Peruana: ¿Mite o Realitat?. Cota Zero, 19: 90-100. Vic. 2004.
3
Mohr-Chávez, Karen. Marcavalle: The Ceramics from an Early Horizon Site in the Valley of Cuzco,
Peru and Implications for South Highland Socioeconomic Interaction. Tesis doctoral. Departamento de
Antropología. Universidad de Pennsylvannia. 1977.
4
Mujica, Elías. Nuevas Hipótesis sobre el Desarrollo Temprano del Altiplano, del Titicaca y de sus Áreas
de Interacción. Arte y Arqueología, 5 y 6: 285- 308. La Paz, Bolivia. 1978.

11
5
La misma referencia que la nota número 3.
6
Mujica, Elías. Cusipata: una fase pre-Pukara en la cuenca norte del Titicaca. Gaceta Arqueológica
Andina, 13: 22-28. Lima. 1987.
7
Stanish, Charles, Edmundo de la Vega, Lee Steadman, Cecilia Chávez, Kirk Frye, Luperio Onofre,
Matthew Seddon y Percy Calisaya. Archaeological Survey in the Juli-Desaguadero Region of Lake
Titicaca Basin, Southern Peru. Fieldiana, 29 (Publicación 1488). Chicago. 1997.
8
Mohr, Karen. Excavations in the Cuzco-Puno Area of Southern Highland Perú. Expedition, 11(2): 48-51.
Museum of the University of Pennsylvania. Philadelphia. 1969.
9
Tello, Julio. Sobre el Descubrimiento de Chavin en el Perú. En Ravines, Rogger (ed.): 100 Años de
Arqueología en el Perú: 69-105. Instituto de Estudios Peruanos. Lima. [1943]1970.
10
Mujica, Elías. Peculiaridades del Proceso Histórico Temprano en la Cuenca Norte del Titicaca: Una
Propuesta Inicial. Boletín del Laboratorio de Arqueología 2: 75- 122. Ayacucho. 1988.
11
La misma referencia de la nota número 4.
12
Rowe, John. Settlements in Ancient Peru. En Rowe, J. y Menzel, D. (Eds.): Peruvian Archaeology.
Selecting Readings: 293-320. Peek publications. Palo Alto, California. 1978 [1963]).
13
La misma referencia de la nota numero 6.
14
Burger, Richard, Karen Mohr-Chávez y Sergio Chávez. Through the Glass Darkly: Prehispanic
Obsidian Procurement and Exchange in Southern Peru and Northern Bolivia. Journal of World
Prehistory, 14(3): 267-362. 2000.
15
Chávez, Sergio y Karen Mohr-Chávez.. A Carved Stela from Taraco, Puno, Perú, and the Definition of
an Early Style of Stone Sculpture from the Altiplano of Perú and Bolivia. Ñawpa Pacha, 13: 45-87.
Berkeley, California. 1975
16
La misma referencia de la nota numero 14.
17
La misma referencia de la nota numero 14.
18
Stanish, Charles. Archaeology in the Andes. Lake Titicaca Basin, Perú. Backdirt. Newsletter of the
Cotsen Institute of Archaeology at UCLA. Spring/Summer 2000. Los Angeles, California. 2000.
19
Steadman, Lee. Excavations at Camata: an early Ceramic Chronology for the Western Titicaca basin,
Peru. Tesis doctoral. Universidad de California, Berkeley. 1995.
20
Ver nota número 14.
21
Erickson, Clark. Los Waru-Waru de Huatta, Puno. Gaceta Arqueológica Andina, 7: 4-5. INDEA. Lima.
1983.

12
22
Erickson 2000 Erickson, Clark. The Lake Titicaca Basin: A Precolumbian Built Landscape. En Lentz,
David (ed.): Imperfect Balance: Landscape Transformation in the Precolumbian Americas: 311-356.
Columbia University Press. New York. 2000
23
Franquemont, Edward. The Ancient Pottery from Pucara, Perú. Ñawpa Pacha, 24. Berkeley, California.
1986.
24
La misma referencia de la nota numero 6.
25
Referencia similar que nota 23.
26
Referencia similar que nota 23.
27
Referencia similar que nota 23.
28
Para una discusión en esta perspectiva se puede consultar Bonilla, J. Para un Análisis de las Transiciones
Hístóricas. Iztapalapa, Año 1, No 2: 264-279. México. 1980.
29
La misma referencia de la nota número 21.
30
La misma referencia de la nota número 22.
31
En ninguna de las investigaciones revisadas (salvo en Wheeler, Jane y Elías Mujica. Prehistoric Pastoralism
in the Lake Titicaca Basin, Peru (1979-1980 Field Season). Reporte para la N. S. F. 1981) pudimos encontrar
alguna referencia significativa de la explotación intensiva de los camélidos como factor del desarrollo
económico-social temprano de la cuenca norte del Titikaka, cuando por ejemplo, los asentamientos Qaluyo
poseen una cantidad significativa de restos óseos de estos animales y, adicionalmente, se han hallado
artefactos producidos en ese soporte, algunos de ellos utilizados en la producción textil y cerámica.
32
La misma referencia de la nota número 19.
33
La misma referencia de la nota número 14.
34
La misma referencia de la nota número 14.
35
La misma referencia de la nota número 7.
36
Aunque esta relación, se materializa en vasijas cerámicas estas, además de ser productos intercambiables por
si mismos, también son contenedores de alimentos u otras sustancias necesarias. Obviamente, estas son
sustancias que no soportan el paso del tiempo y que por nuestro obsesión artefactual hemos desestimado
como parte de la explicación de las relaciones económicas entre sociedades. Por ello, una posición
materialista histórica se aproximará a la cerámica en su tridimensionalidad, vale decir como producto, medio
de (re)producción y medio de distribución.
37
Mujica. Elías. Pukara: Una Sociedad Compleja Temprana en la Cuenca Norte del Titicaca. Los Incas y el
Antiguo Perú. 3000 años de Historia. Tomo 1, pp. 272-297. Madrid. 1991.
38
Mujica, Elias. Los Andenes de Puno en el Contexto del Proceso Histórico de la Cuenca Norte del Titicaca.
Disponible en: www.condesan.org/memoria/SOWA0297.pdf
39
Chávez, Sergio. The Conventionalized Rules in Pucara Pottery Technology and Iconography: Implications of
Socio-Political Development in the Northern Titicaca Basin. Tesis doctoral. Michigan State University. 1992.

13
40
La misma referencia de la nota número 7.
41
Stanish, Charles. Formación Estatal Temprana en la Cuenca del lago Titicaca, Andes Surcentrales. Boletín de
Arqueología PUCP, 5: 189-215. Lima. 2001.
42
Goldstein, Paul. Exotic Goods and Everyday Chief: Long Distance Exchange and Indigenous Sociopolitical
Development in the South Central Andes. Latin American Antiquity, 11(4): 335-361. 2000.
43
Ver página 278 de Cieza de León, Pedro. La Crónica del Perú. Primera Parte. Fondo Editorial de la PUCP.
Lima. 1996[1553].
44
Valcárcel, Luis. Litoesculturas y Cerámica de Pukara. Revista del Museo Nacional, 4(1): 25-28. Lima. 1935.
45
Kidder II, Alfred. Some Early Sites in the Northern Titikaka Basin. Papers of the Peabody Museum of
American Archaeology and Ethnology, Harvard University, 27(1). Cambridge, Massachusetts. 1943.
46
La misma referencia de la nota número 4.
47
La misma referencia que la nota numero 45.
48
Mohr-Chávez, Karen. The Significance of Chiripa in Lake Titicaca Basin Developments. Expedition 30(39:
17-26. Pennsylvannia. 1988.
49
La misma referencia que la nota número 37.
50
Rowe, John y Catherine Brandel. Pucara Style Pottery Designs. Ñawpa Pacha, 7-8: 1-16 (y figuras).
Berkeley. 1969.
51
Lumbreras, Luis G. y Hernán Amat. Secuencia Arqueológica del Altiplano Occidental del Titicaca. En Actas
del 37 Congreso Internacional de Americanistas. Tomo II. Argentina. 1966.
52
La misma referencia que la nota número 23.
53
La misma referencia que la nota número 39.
54
Valcárcel, Luis. Informe sobre la exploración arqueológica de Pukara. Revista Universitaria del Cuzco
15(48):14-21. Cuzco. 1925.
55
Valcárcel, Luis. El Gato de Agua. Sus Representaciones en Pukara y Naska. Revista del Museo Nacional,
4(1): 3-27. Lima. 1932.
56
La misma referencia que la nota número 44.
57
Tello, Julio. Antiguo Perú. Primera Época. Comisión Organizadora del segundo Congreso sudamericano de
Turismo. Lima. 1929
58
Tello, Julio. Sobre el Descubrimiento de Chavin en el Perú. En 100 Años de Arqueología en el Perú: 69-105.
Ravines, Rogger (ed.). Instituto de Estudios Peruanos. Lima. [1943]1970.
59
La misma referencia que la nota número 45.
60
La misma referencia de la nota número 4.
61
La misma referencia que la nota número 37.
62
Lumbreras, Luis. Kallamarka: Relaciones con Pukara y Paracas. Gaceta Arqueológica Andina 1(3):8. Lima.
1982.

14
63
Rowe, John. The Adventures of Two Pucara Statues. En Rowe, John y Dorothy Menzel (eds.): Peruvian
Archaeology. Selecting Readings: 125-133. Peek publications. Palo Alto, California. 1958.
64
Chávez, Sergio. The Arapa and Thunderbolt Stelae: A Case of Stylistic Identity with Implications for Pucara
Influences in the Area of Tiahuanaco. Ñawpa Pacha, 13. Institute of Andean Research. Berkeley, California.
1975.
65
La fuerza de trabajo aquí empleada sería tanto la invertida en la construcción misma de los edificios y
estructuras anexas como en la previa producción de elementos que los componen (tanto constitutivos como
ornamento-seculares: estelas, monolitos, pintura, etc).
66
La misma referencia que la nota número 39
67
La misma referencia que la nota número 39
68
Las fuentes de arcilla para la producción de las vasijas decoradas estarían dentro del área del sitio de Pukara
(La misma referencia que la nota número 39). Esto es relevante pues habría un control directo sobre una
materia prima.
69
Castro, Pedro y Paloma González. El Concepto de Frontera: Implicaciones Teóricas de la Noción de
Territorio Político. Arqueología Espacial, 13: 7-18. Teruel. 1989.
70
Lumbreras, Luis G. Acerca de la Aparición del Estado. Boletín de Antropología Americana, 29: 5-33. 1994.
71
La misma referencia que la nota número 37.
72
La misma referencia que la nota numero 45.
73
Chávez, Sergio. Archaeological Reconnaissance in the Province of Chumbivilcas, South Highland Peru.
Expedition, 30(3): 27-38. Pennsylvannia. 1988.
74
La misma referencia que la nota número 37.
75
Tantaleán, Henry y Carmen Pérez Maestro. Pukara y el Surgimiento de la Civilización en el Altiplano
Andino. Revista de Arqueología, 215: 32-42. Madrid. 1999.
76
Flores Ochoa, Jorge y Percy Paz Flores. La Agricultura en Lagunas del Altiplano. Ñawpa Pacha, 21: 127-
152. Berkeley, California. 1983.
77
La misma referencia que la nota número 38.
78
Mujica, Elías. Altiplano-Coast relationships in the South-Central Andes: From Indirect to Direct
Complementarity. En: Andean Ecology and Civilization (Compilado por Masuda, S., Shimada, I. y Morris,
C.): 103-140. University of Tokyo Press, Tokyo. 1985.
79
Bandy, Matthew. ¿Por Qué Surgió Tiwanaku y no otro Centro Político del Formativo Tardío?. Boletín de
Arqueología PUCP, 5: 585-604. Lima. 2001.
80
Las necesidades básicas de la población común estarían aseguradas por la producción agrícola y ganadera
(ver en referencia anterior la página 593)
81
La misma referencia que la nota número 42.

15
82
Alcalde, Javier. Del Registro Arqueológico a la Reconstrucción del Espacio Productivo. Un Caso de la Costa
Sur del Perú (S. X a. C-V d. C). Arqueología Espacial, 23: 15-38. Teruel. 2001.
83
de la Veracruz, Pablo. El Papel de la Sub Región Norte de los Valles Occidentales en la Articulación entre
los Andes Centrales y los Andes Centro Sur. En Albó, Xavier et al. (eds.): La Integración Surandina Cinco
Siglos Después. Centro de Estudios Regionales Andinos "Bartolomé de las Casas". Cuzco. 1996.
84
Conklin, William. Pucara and Tiahuanaco tapestry: Time and Style in a Sierra Weaving Tradition. Ñawpa
Pacha, 21: 1-36. Berkeley, California. 1983.
85
La misma referencia que la nota número 37.
86
Feldman, Robert. The Early Ceramics Periods of Moquegua. En Rice, D. S., Stanish, C. y Scarr, P. (eds.):
Ecology, Settlement, and History in Osmore Drainage, Perú, pp. 207-217. Oxford University press. Oxford.
1989.
87
Sutter, Richard. Prehistoric Genetic and Culture Change: A Bioarchaeological Search for Pre-Inka Altiplano
Colonies in the Coastal Valleys of Moquegua, Perú, and Azapa, Chile. Latin American Antiquity, 11(1): 43-
70. 2000.
88
Rothhammer, Francisco y Calogero Santoro. El Desarrollo Cultural en el Valle de Azapa, Extremo norte de
Chile y su Vinculación con los Desplazamientos Poblacionales Altiplánicos. Latin American Antiquity, 12(1):
59-66. 2001.
89
La misma referencia que la nota número 42.
90
La misma referencia que la nota número 73.
91
La misma referencia que la nota número 15.
92
La misma referencia que la nota número 51.
93
La misma referencia que la nota número 37.
94
La misma referencia que la nota número 39.
95
La misma referencia que la nota número 84.
96
McEwan, Colin. Ancestors Past but Present. Gold Diadems from the Far South Coast of Perú. En McEwan,
Colin (ed.): Precolumbian Gold. Technology, Style and Iconography: 16-27. London. 2000.
97
La misma referencia de la nota número 82.
98
Franco Inojosa, José María. Informe sobre los Trabajos Arqueológicos de la Misión Kidder en Pukara, Puno
(Enero a Julio de 1939). Revista del Museo Nacional, IX(1): 128-142. Lima. 1940.
99
La misma referencia que la nota número 39.
100
La misma referencia que la nota número 37.
101
La misma referencia que la nota número 39.
102
La misma referencia que la nota número 39.
103
Aunque en los últimos años miembros de una segunda generación del INDEA comienzan a desarrollar un
discurso materialista histórico bastante consecuente con dicha posición teórica por ejemplo ver la referencia

16
de la nota número 82 o Alcalde, Javier, Carlos del Águila, y Fernando Fujita. Nuevas Evidencias en Chincha:
Nota Preliminar sobre Contextos de la Época Wari. Boletín de Arqueología PUCP, 5: 543-554. Lima. 2001.

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