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la historia” de Daniel
Bensaïd y
El problema por la
relación entre la
causalidad de
estructuras y sujetos.
GRUPO
Historia
MARXISTA
Grupo de Historia Marxista – Cuadernos – Serie Teoría 2
Palabras claves: Lógica, formal, dialéctica, unidad, diferencia, materia, contenido, relación,
representación, marxismo, historia, realidad, estructura, sujeto, objetividad, subjetividad, oposición,
unilateralidad, dualismo, monismo, temporalidad, lucha de clases, estrategia, práctica, praxis,
trabajo, teoría.
1
Este trabajo fue expuesto por el autor en el Coloquio Internacional “A 160 años del Manifiesto Comunista.
Relecturas del pensamiento de Marx”, realizado los días 26, 27 y 28 de noviembre del 2008 en el Centro
Cultural Matucana 100 y la Biblioteca de Santiago.
Sus auspiciadores fueron el Instituto de Humanidades de la Universidad Diego Portales y la Vicerrectoría de
Extensión, Comunicaciones y Publicaciones de la Universidad ARCIS, y la Embajada de Francia. ww.marx.cl
PLANTEAMIENTO
Perry Anderson, el historiador ingles, reconocido por sus obras acerca del El Estado
absolutista y las Transiciones de la antigüedad al feudalismo, así como por su trabajo en la
dirección de la New Left Review, ha sido uno de los intelectuales marxistas académicos que
más ha contribuido a la reflexión del marxismo contemporáneo respecto de su propia
historia y de los problemas planteados, para volver a ser una teoría y una práctica
revolucionaria de masas, tal como lo fue antes de la stalinización, de la persecución del
trotskismo, y del advenimiento del “marxismo occidental” que se alejó de las cuestiones
estratégicas de la revolución proletaria.
Las obras más destacadas en donde Perry Anderson hace esta cualitativa
contribución a las reflexiones del marxismo revolucionario y militante son, por una parte,
Consideraciones sobre el marxismo occidental, en donde realiza una breve, pero profunda,
historia crítica de la praxis del marxismo, y por otra, la serie de conferencias dictadas en la
Universidad de California y recopiladas en le libro Tras las huellas del materialismo
histórico.
En este último, editado en 1983, Anderson afirma, que a partir de la década del
1970, el materialismo histórico (la teoría marxista de la historia) entra en un “descenso e
incluso, en algunos aspectos, en el hundimiento”, fundamentalmente en el espacio del
mundo latino, y más particularmente en Francia e Italia, irradiando esta crisis con diversa
intensidad al resto del mundo. El declive del marxismo como praxis, es decir como teoría y
práctica, revolucionaria, se encontraría así localizado espacial y temporalmente. Los
orígenes de este declive fueron, tanto debido a derrotas teóricas en el terreno intelectual,
como también prácticas en la lucha de clases, ambas dialécticamente condicionadas. En
esta ponencia nos concentraremos en la primera, sin perder de vista la segunda.
años.
relación entre las causalidades de las estructuras y los sujetos en la teoría marxista. Este
signo de vida, ya no era, únicamente, de la herencia de Marx, sino, precisamente, del
marxismo latino dispuesto a enfrentar los debates teóricos fundamentales en los que fue
derrotado, abriendo la posibilidad de intentar pasar nuevamente a la ofensiva.
Nuestra tesis es que Bensaïd, al no abordar y responder estas preguntas, si bien está
encarando la cuestión de la relación entre las causalidades de las estructuras y los sujetos,
no termina de dar una respuesta teórica al fundamento del problema, sino que, avanza, sólo
hasta la forma de la relación y abre un nuevo debate, el de las temporalidades, sin haber
resuelto la cuestión original de manera sustancial.
2
Bensaïd, Daniel, Marx intempestivo. Grandezas y miserias de una aventura crítica, siglos (XIX – XX),
Editorial Herramienta, Argentina, 2003. p. 40.
3
Ibídem, p. 41.
4
Ibídem, p. 64.
1. LA CUESTION DE LA CUESTIÓN
Comencemos por constatar la formulación del problema que hace Perry Anderson
en Tras las huellas del materialismo histórico poniéndola en toda su dimensión histórica.
5
Anderson, Perry, Tras las huellas del materialismo histórico, Editorial Siglo XXI, México, 2004, p. 34.
6
Ibídem, p. 35.
7
Ibídem, p. 36.
8
Ibídem, p. 35
una guía formal, para que el marxismo pueda responder teóricamente al problema. Nos dice
al finalizar de la conferencia: “…la estructura y el sujeto siempre han sido categorías
interdependientes en este sentido. Un ataque en tromba contra el segundo (como hizo el
estructuralismo althusseriano) estaba destinado en buena lógica a subvertir también el
primero (como hizo el posestructuralismo)” 9 . Una teoría que fuera capaz de congraciarse
con esta interdependencia, señala Anderson, sería “históricamente determinada y
sectorialmente diferenciada” y “sólo podría ser desarrollada con un respeto dialéctico de
su interdependencia” 10 .
En este punto, nuestra hipótesis, como adelantamos hace unos instantes, es que la
pregunta es parte del problema. Realizada dualísticamente, crea una oposición aporística,
formalmente la pregunta se cuestiona la relación, pero no la sustancia de ésta. Esta ausencia
de contenido en la lógica, hace que la cuestión aparezca una y otra vez disociada
unilateralmente y deba ser redefinida formalmente cada vez con una afirmación formal “se
relacionan dialécticamente” que no resuelve la cuestión fundamental y no permite dar
cuanta de una efectiva unidad diferenciada; ¿Qué contenido constituye esta
interdependencia dialéctica? ¿Cómo se establece en la historia real esta relación?
Consideramos que la pregunta, tal como fue formulada en los 70`, como la
reproduce Perry Anderson, y como se la plantaron quienes la respondieron unilateralmente
hacia el monismo o el dualismo, esta realizada desde una lógica que reproduce la oposición
unilateral entre ilustración y romanticismo 11 , entre objetivismo y subjetivismo. Esto lleva,
9
Ibídem, p. 64.
10
Ibídem, p. 65.
11
Pérez, Carlos, Proposiciones de un marxismo hegeliano, Editorial Arcis, Chile, 2008. p. 11-13.
Se requiere una lógica que supere ese dualismo, una lógica dialéctica sustancial y no
meramente formal, para concebir en la historia real una unidad diferenciada. Esta otra
lógica estará preocupada por lo fundamental para explicar la representación, no por las
apariencias, no para hacer una generalización inductiva meramente empírica. La cuestión
de la relación entre estructuras y sujetos es una forma histórico concreta de la pregunta
fundamental acerca de ¿Qué hace o constituye a la relación del ser humano y la realidad?
responde que dicha afirmación corresponde a la época en que Marx entiende el comunismo
como el “movimiento real”, el comunismo en La ideología alemana, aparece como la
posibilidad real del hombre para hacer conciente el movimiento de la relación social; a la
designación de la concepción marxista de la historia como filosofía de la historia, responde
con la afirmación de Engels en La sagrada familia de que “la historia no hace nada, no
posee ninguna inmensa riqueza, no libra ninguna clase de luchas. El que hace todo esto, el
que posee y lucha, es más bien el hombre, el hombre real, viviente; no es, digamos ´la
Historia` la que utiliza al hombre como medio para laborar sus fines – como si se tratara
de una persona aparte -. pues la Historia no es sino la actividad del hombre que persigue
sus objetivos. Porque “la primera presuposición de las historia de los hombres es
naturalmente la existencia de individuos humanos vivos” 12 ; En tercer lugar, durante todo el
Capítulo, Bensaïd reafirma que entre La ideología alemana y El Capital hay un Marx que
ha roto con la Historia Sagrada de la filosofía alemana y pone al ser humano como quien
hace a la historia como historia real; y expone que el método de la economía política es un
problema del conocimiento y no de la teleología sagrada de la historia.
Más allá de la documentada defensa que levanta Bensaïd, es importante, que las
sucesivas citas de Marx y Engels contra la Historia Sagrada, no adquieren más
sustancialidad que una concepción de la historia como historia real, como relación social,
hecha por el ser humano, pero en donde su contenido fundamental es obviado por Bensaïd
en favor de la búsqueda del elemento constituyente de la historia como momento y calidad
de la acción del hombre sobre el “proceso histórico”. Ese elemento, es la temporalidad
presente y aleatoria de la acción política en la necesidad histórica (del ser humano), abierta
a diversos posibles. Esto es sintetizado como “teleología inmanente”, una teleología que no
está en la Historia, sino en el presente contingente de la actividad del ser humano sobre las
circunstancias. Pero, la pregunta por las estructuras y sujetos reemerge ante Bensaïd bajo la
apariencia de las temporalidades: “¿cómo conciliar la moderación del proceso y la
aleatoria de la acción?” 13 ; y se vuelve dramática cuando es formulada estratégicamente:
12
Bensaïd, Daniel, Marx intempestivo. Grandezas y miserias de una aventura crítica, siglos (XIX – XX),
Editorial Herramienta, Argentina, 2003, p. 31.
13
Ibídem., p. 62.
“¿cómo de nada devenir todo? ¡Cómo dar ese gran salto sin romperse los huesos!” 14 .
Primero contra Popper, luego contra Elster y finalmente contra Kolakowsky, Daniel
Bensaïd lleva adelante una defensa documentada, pero centralmente formal del marxismo
que va rellenando la “teleología inmanente” y cimentando el camino para la reemergencia
del problema no resuelto.
14
Ibídem., p. 63.
Bensaïd hace una importante afirmación “la nueva escritura de la historia requiere,
pues, la elucidación de la estructura interna real del modo de producción. El orden lógico
prevalece sobre el orden genético que los ingenuos del concepto persisten en confundir con
la historia empírica” 15 . Efectivamente la revolución teórica de Marx, es una revolución en
la lógica con la cual se piensa la realidad, pero no se nos presenta la materialidad de esa
nueva lógica, el nuevo orden lógico queda como un nuevo orden formal, Daniel Bensaïd no
define la sustancia material de la estructura interna real del modo de producción, aquello
que, parafraseando el organicismo de Marx, le da “vida”.
15
Ibídem., p. 57
16
Ibídem., p. 61.
17
Ibídem.
circulación formal del dinero (como hizo la economía clásica inglesa), sino la del capital,
llena de contenido” 18 . El capital, como relación social, existiendo cosificadamente ante el
ser humano real, no puede tener su contenido lleno de la aleatoriedad de la temporalidad
política, ¿cuál es la sangre de la realidad como relación social? Los tiempos son
únicamente, lo que no es menor, temporalidades diversas de sus representaciones. De este
modo queda desbaratada la pregunta dualista y unilateral que formula una estrategia de la
misma clase: No hay nada antes del todo, si la hay solo es en la lógica formal y no en el
contenido, no en la realidad, no hay nada porque toda relación posee un contenido, todo
salto tiene contenido, por tanto es acumulación previa, esta es la reflexión estratégica que
Bensaïd niega con su lógica, y su estrategia queda condenada a quebrarse entre la
moderación del proceso y la aleatoria de la acción. Pero la realidad no es la lógica formal,
tiene contenido, y por esto la lucha por la “democracia hasta el final”, que elimina la
dictadura del proletariado, puede terminar imponiéndose sobre el anticapitalismo. Mientras
la dirección de la LCR espera el acontecimiento, dejándose llevar por el proceso en medio
del velero de una vela y remos opuestos llamado Nuevo Partido Anticapitalista, el ser
humano como relación social histórica, como clases y la realidad, como relación social,
continuamente hacen la historia. ¿Cuál es el contenido material de esta relación social?
Tal como señala Daniel Bensaïd, hay teóricamente un mismo Marx entre La
ideología alemana y El Capital, e incluimos destacadamente las Tesis sobre Feuerbach.
Una de las continuidades más claras, es la de la realidad como una relación social,
junto al individuo o ser humano como relación social. Es decir, ser humano y realidad
18
Ibídem., p. 65.
como relación social. Relación social en donde el ser humano constituye y es constituido
por la realidad en tanto relación social. ¿Qué constituye a esta relación social del ser
humano y la realidad? Esta pregunta que sí se encuentra desarrolla en Marx
consecutivamente. Veamos solo tres textos de manera acotada, y precisa, para señalar
nuestra hipótesis de respuesta; La famosa Carta a Annenkov, las Tesis sobre feuerbach y la
Contribución a la crítica de la economía política.
19
MARX, Carlos, De Marx a P. V. ANNENKOV (Bruselas 1984), en MARX, Carlos y
ENGELS, Federico, Correspondencia, Editorial Fondo de Cultura Económica, p. 15.
20
Ibídem.
21
Ibídem.
ser humano y la realidad como relación social, es, la actividad material del ser humano, su
energía humano práctica aplicada, su actividad productiva.
Esta actividad productiva aparece más dialécticamente expresada en las Tesis sobre
Feuerbach como praxis, como actividad que subvierte al mundo real y al individuo, como
actividad crítico práctica del hombre, que constituye a la relación social, es el mecanismo
fundamental para demostrar la objetividad del pensamiento. Lo sustancial, de que la praxis,
como actividad, es materia y energía a la vez trastocadora de todo lo existente en tanto que
relación social, es el contenido que está expresado en la Contribución a la crítica de la
economía política del siguiente modo, como contenido de la unidad diferenciada de la
realidad social, como trabajo, aquí frente al capital, forma histórica determinada de la
relación social entre el hombre y el mundo real: “Frente al capital, no hay un (único) modo
de existencia objetivo del trabajo, pero cada uno de ellos aparece como su modo de
existencia posible, que podría adoptar por simple cambio de forma, pasando (por ejemplo)
de la forma monetaria a la de mercancía. Lo único que se opone al trabajo materializado
(unido y diferenciado) es el trabajo no objetivo; al trabajo objetivado (materializado) se
opone el trabajo subjetivo (praxis). O bien al trabajo pasado (en el tiempo), pero que existe
en el espacio (de manera objetivada), se opone el trabajo vivo que existe temporalmente. El
trabajo no objetivo (y que por lo tanto todavía no se ha materializado), existe
temporalmente, sólo puede existir en la forma de capacidad, de posibilidad, de facultad, de
capacidad de trabajo del sujeto vivo. Al capital, trabajo materializado autónomo que
conserva su carácter de capital, sólo puede oponerse la potencia del propio trabajo
vivo…” 22 (p. 319) y es aquí donde “se ve de manera precisa hasta que punto la forma
dialéctica de la exposición sólo es justa cuando conoce sus límites” 23 (p. 322), o dicho de
otro modo, cuando conoce su materialización real, en tanto que relación real.
22
MARX, Carlos, Contribución a la crítica de la economía política, Editorial Estudio, Argentina, 1975, p.
319.
23
Ibídem., p. 322.
humano práctica existe en el conjunto del ser social, es el medio de su relación y contenido
en la totalidad, ya sea como trabajo del sujeto vivo, ya sea como trabajo objetivado. Ahora
emerge el contenido y el fundamento de la relación entre el ser humano y la realidad. Dicho
en los términos instalados por la falsa oposición unilateral entre estructuras y lucha de
clases que hace Anderson, podemos afirmar que las estructuras en las sociedades de clases
son lucha de clases objetivada. Dicho en la conceptualización de Bensaïd, las diversas
temporalidades en su contenido, son distintos ritmos de existencia, dimensiones temporales
de trabajo objetivado, producto de trabajo activo del sujeto.
24
Marx, Carlos, Miseria de la filosofía, Editorial Cartago, p. 137
25
Anderson, Perry, Tras las huellas… Op Cit. p. 37.
BIBLIOGRAFÍA:
ANDERSON, Perry, Tras las huellas del materialismo histórico, Editorial Siglo XXI,
México, 2004.
MARX, Carlos, Tesis sobre Feuerbach, Editorial Pueblos Unidos y Cartago, Argentina,
1985.