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2.1 El pensamiento Clásico.

Adam Smith y David Ricardo


Carlos Marx

Análisis del pensamiento económico de Smith, Ricardo y Marx

Introducción
En el siguiente trabajo intentaremos analizar la teoría del valor-trabajo desde la perspectiva
de tres autores distintos. Siguiendo el orden cronológico, abordaremos en primer lugar esta
noción desde las teorías elaboradas por dos de los máximos exponentes de la denominada
“Economía Clásica”: Adam Smith (1723 – 1790, economista escocés) y David Ricardo
(1772 – 1823, economista inglés), y a continuación consideraremos el mismo tema
analizado desde la perspectiva del pensamiento de Karl Marx (1818 – 1883, filósofo,
sociólogo, economista y pensador socialista) realizando una comparación entre ambas
corrientes del pensamiento económico.

Adam Smith
Antes de analizar la concepción que este economista escocés tenía del concepto de valor,
caracterizaremos de una manera muy general su pensamiento económico. En su
obra fundamental, Una investigación sobre la naturaleza y las causas de la Riqueza de las
Naciones, Smith busca explicar el crecimiento económico a partir del concepto de “división
del trabajo”, cuyo regulador será el mercado. La especialización de la fuerza de trabajo
genera un incremento en la productividad que permite la acumulación de riquezas. Sin
embargo, sólo aquellas economías orientadas hacia la producción para el intercambio son
las beneficiarias, ya que las economías de subsistencias no son capaces de generar estas
innovaciones que elevan el nivel de producción.
Smith realizaba una distinción entre las actividades que resultaban útiles y productivas, y las que
no lo eran. En su teoría, los empleos productivos eran aquellos que
1. tenían como resultado la producción de objetos tangibles, que permitirían la acumulación.
2. generaban un “excedente” que se podría re-invertir en el futuro.
Desde esta perspectiva, actividades como aquellas destinadas a prestar servicios no son
consideradas como productivas, al igual que las actividades gubernamentales. Smith no negaba
que estas actividades fueran necesarias, pero remarcaba que no contribuían a enriquecer a la
sociedad.
A continuación entraremos en el análisis de la concepción del valor de Adam Smith. Dada
la importancia que el mercado tiene en su modelo económico, le resultará muy
importante averiguar la forma en que se establecen el valor económico de los diversos
productos. Para ello, lo primero que hará Smith será marcar una distinción entre los
conceptos de “valor de uso” y “valor de cambio”.
El valor de uso es aquella capacidad que tienen los diversos productos para ser utilizados,
la capacidad que tienen para satisfacer alguna necesidad del hombre. Smith no cree que el
valor
de uso de un producto resulte económicamente significativo, ya que existen objetos que
son muy útiles y que sin embargo no se intercambian. El valor de cambio, por otro lado,
es aquel que establece cuánto de un producto se debe intercambiar para obtener otro.
Permite establecer relaciones entre productos, y es por ello que resulta económicamente tan
significativo. La pregunta
es: ¿Cuál es el elemento unificador que permite comparar los valores de cambios de
diversos productos? Smith sostuvo que el trabajo era “la medida del valor”. Desde esta
perspectiva, la cantidad de trabajo invertido en un producto determina su valor. Sin
embargo esta definición es muy ambigua, y no logra explicar satisfactoriamente el
fenómeno de la formación de valor de un producto. Smith lo utiliza de un modo
esquemático, representando sociedades primitivas, pero al analizar sociedades más
complejas no considera que sólo mediante el trabajo se pueda establecer
el valor, ya que factores como el capital y la tierra también tienen influencia. De este modo,
Smith deja de lado la visión del “trabajo incorporado”, y en su lugar instaura la noción
de “trabajo ordenado” como la medida apropiada del valor de un producto.
Consideremos esta nueva concepción a la luz de un ejemplo: si para fabricar un
determinado producto se necesitan 10 unidades del factor trabajo, y tanto los empresarios dueños
del capital como los propietarios de la tierra exigen (“ordenan”) cada uno una retribución
equivalente a 10 unidades de trabajo, el valor final de ese producto será de 30 unidades de trabajo.
10 unidades del valor final serán utilizadas para pagar los salarios, 10 corresponderán a la
renta y
10 a la ganancia del empresario.
Esta división de la formación de valor de un producto en salario, renta y ganancia le
permitió a Smith elaborar el concepto de “precio natural”. El precio natural de los bienes (es decir,
su valor de cambio) estará dado por estos 3 factores, y cada uno de ellos tiene a su vez un
nivel natural dentro del precio natural de los bienes. El precio natural será aquel que alcance
para pagar,
ni más ni menos, la renta de la tierra, el salario del trabajo y la ganancia del capital.
Sin embargo, Smith observa que en el precio que los bienes tienen en el mercado no suele
cumplirse con esa definición. El precio de mercado suele ser distinto del precio natural, y es a
través de la competencia que se logra que estos niveles se acerquen. De esta forma, la acción del
mercado hará que los precios alcancen un equilibrio.
David Ricardo
David Ricardo fue un exitoso empresario inglés, que se interesó por la economía como
ciencia una vez que ya había ganado una considerable fortuna. Puede verse que utilizó
sus conocimientos de economía para defender los intereses de la burguesía industrial.
Ricardo muestra que la ganancia industrial se ve determinada por la ganancia agrícola, ya que los
insumos de la industria provendrán del excedente de la producción agrícola. Cuanta más
producción agrícola haya, mayores serán las posibilidades de obtener ganancia en la actividad
industrial ya que los precios de los productos agrícolas serán bajos.
Por lo tanto, cuando disminuya el margen de ganancia agrícola disminuirá también el
margen de ganancia que obtengan los empresarios industriales de la burguesía. Al disminuir los
alimentos producidos, su precio subirá, pero el empresario deberá seguir pagando con la misma
cantidad de alimentos a sus obreros, por lo que obtendrá menos ganancia. Sin ganancia, el
sistema capitalista entraría en una etapa de estancamiento; es por ello que Ricardo sostiene
fervientemente que, para evitar dicho estancamiento y permitir al sector industrial acumular
ganancia, se debe garantizar que exista una gran cantidad de producción agrícola disponible.
Existían 2 elementos que hacían que la cantidad de producción agrícola inglesa no fuera
necesaria. En primer lugar, el incremento del número de la población hacía necesario obtener más
alimentos. En segundo lugar, la teoría del rendimiento decreciente de las tierras. Con el tiempo, las
tierras se desgastaban y su productividad decrecía. Era necesario hacer cada vez más inversiones
para elevar la productividad de la tierra. La posibilidad era cultivar nuevas tierras, pero en Inglaterra
Ya no quedaban tierras sin cultivar
La solución propuesta por Ricardo es levantar la restricción a las importaciones de granos. Esta
cuestión generó gran polémica en el Parlamento (dominado por el grupo terrateniente
conservador) quien en principio decidiría no llevar a cabo tal medida, destinada a beneficiar a la
clase empresaria burguesa.
En cuanto a su teoría de valor, Ricardo intenta elaborar su teoría siguiendo los mismos pasos
que había tomado Adam Smith, intentando utilizar el “trabajo” como la medida para
establecer el valor. Ricardo sostenía que el precio del trigo estaba regulado por el trabajo
empleado en tierras de renta cero (recordemos que Ricardo escribe en un contexto en que
Inglaterra está cerrada a las importaciones y el rendimiento decreciente de la tierra hace que el
margen de ganancia agrícola sea muy bajo) por lo que no será necesario considerar a la renta
como componente del valor de un producto. Por su parte, el capital podía expresarse en factor
trabajo si consideramos a las maquinarias y demás insumos como trabajo acumulado o
incorporado, que agrega parte de ese trabajo al producto elaborado.
Sin embargo, Ricardo observó que su teoría era de un alcance limitado, ya que variaciones
en los tipos de salario monetario, o la acumulación de capital fijo, hacían muy difícil sostener su
teoría en espacios de tiempo prolongados. De igual manera, al no existir uniformidad entre el
capital fijo y variable necesario para elaborar distintos productos, la teoría también resultaba difícil
de sostener. Ante una elevación de los salarios, el valor de un producto elaborado
fundamentalmente por el trabajo directo de la mano de obra sería más vulnerable que el de un
producto realizado fundamentalmente a través de trabajo incorporado en capital fijo (es decir,
trabajo incorporado indirectamente).

Karl Marx
Para poder analizar el pensamiento económico de Karl Marx, es importante comprender
que el propio Marx no se consideraba a si mismo como un economista. Siempre se
definió fundamentalmente como un revolucionario, y en función de sus intereses y
objetivos políticos realizó trabajos y estudios en distintas áreas del saber humano,
utilizándolas como herramientas para su lucha política. De esta manera, atravesó la filosofía,
la sociología, y también la economía política. Es por esto que Eric Roll dice que se lo puede
considerar “mucho más (o mucho menos) que un economista”.
Como veremos, Marx construye toda su teoría económica sobre la base del molde
elaborado por la economía clásica. Asimismo, veremos que Marx es un pensador que
económicamente podríamos calificar de “positivista”, dado que la idea de “progreso” es
fundamental en toda su teoría.
El marxismo es una teoría económica que busca explicar la evolución histórica a través de
procesos económicos, especialmente a través de la denominada “lucha de clases” entre
dominadores y dominados a lo largo de las distintas etapas de la historia.
El hombre produce todos sus medios de subsistencia en sociedad. Marx parte de esta base,
negando el individualismo llamándolo despectivamente con el término “robinsonada”, ya que
incluso cuando un hombre subsiste solo en una isla tras un naufragio, ya tiene dentro suyo las
formas de producción social.
Partiendo de la premisa que el hombre produce sus medios de subsistencia en sociedad,
necesariamente se sigue que entre los hombres se establecen relaciones sociales que les permitan
producir esos medios. Esas relaciones sociales son lo que Marx llama “estructura económica” de la
sociedad, y es a partir de las características de esa base económica que se levanta toda una
“superestructura” de instituciones políticas y jurídicas, de ideas y modos de pensar. Marx sostiene
que todas estas formas sociales están determinadas por la base económica de la sociedad, es
decir, por las relaciones sociales de producción que están establecidas en un determinado
momento histórico.
Los distintos tipos de relaciones sociales de producción ofrecen distintas capacidades
productivas, y permiten aumentarlas hasta cierto punto. Sin embargo, en determinado punto las
fuerzas productivas ya no podrán seguir desarrollándose, puesto que las relaciones sociales
vigentes que les permitieron llegar a ese punto de desarrollo ahora resultan un impedimento para
continuar con el progreso.
De esta forma, Marx explica el cambio social a través de la necesidad de un cambio
económico. La evolución de un modelo social a otro se genera por un cambio en las relaciones y
modos de producción económica. Al cambiar la base económica de la sociedad, también es
necesario elaborar una nueva superestructura institucional, jurídica e ideológica que se adapte
correctamente a la nueva situación económica. La necesidad de un cambio llega cuando se
alcanza una contradicción interna dentro del sistema económico

En un primer momento, en los orígenes de la sociedad, la producción social se daba dentro


de lo que Marx llamaba el “proto-comunismo”, un modo de producción en el que no existía la
propiedad privada. Luego de este momento inicial en la historia de las relaciones económicas,
aparece el factor que habría de marcar los modos de producción siguientes: la propiedad privada.
La misma determina que la sociedad debe dividirse en 2 clases: la clase propietaria y la clase
trabajadora, de modo que todos los miembros de una sociedad se distribuirán en estas clases. La
lucha entre estas 2 clases a lo largo de la historia será la que permita la evolución de las fuerzas
productivas, y determinará los cambios sociales necesarios. A partir de la propiedad privada,
surgirá en primer lugar el modo de producción esclavista, en el que tanto los hombres
pertenecientes a la clase trabajadora como su fuerza de trabajo son propiedad privada de la clase
dominante. De este modelo se pasa al de producción feudal, de allí se llega al modo de producción
capitalista, y finalmente se llega al punto que Marx considera como el modo de producción
definitivo: el Comunismo.

En líneas muy generales, esta es la filosofía de la historia que propone el análisis


económico de las sociedades realizado por Marx. Otros economistas clásicos anteriores no tenían
opiniones muy distintas sobre la evolución social previa que había llevado a las sociedades
humanas a constituirse como sociedades capitalistas. La gran diferencia entre Marx y otros
pensadores es que él aplica esta filosofía de la historia también al capitalismo, considerándolo
como una etapa de desarrollo más en la escalera del progreso, y no como el orden social
inmutable que sostenían los economistas clásicos.

Marx define al trabajo humano como “actividad deliberada dirigida a apropiarse objetos naturales
de una u otra forma”. A través del trabajo, el hombre produce objetos que tienen la capacidad
de satisfacer necesidades humanas; es decir, que esos objetos producidos tienen un determinado
“valor de uso”. Tienen valor ya que al usarlos se logra satisfacer una necesidad. El trabajo no es
la única fuente generadora de valor de uso, ya que se necesitan elementos naturales para poder
trabajar. Todo valor de uso tiene un componente de trabajo y otro de naturaleza.
El trabajo puede caracterizarse en trabajo particular, realizado por un individuo específico,
Y la suma total de los trabajos individuales de los distintos individuos que componen una
sociedad.
En este segundo aspecto, el trabajo adquiera una significación social, y el valor de uso
producido se convierte en parte del trabajo total de la sociedad. Se ha encontrado un
“arreglo social” que permitirá “distribuir” el trabajo de toda la sociedad.

El valor de uso no está determinado por el tipo de relación social a partir del cual está
elaborado. “Por el sabor del trigo no podemos decir si lo cultivó un siervo ruso, un pequeño
propietario francés o un capitalista inglés”.

El modo en que se genera la transformación del trabajo individual en una fracción de trabajo
social, está dado por las relaciones sociales de producción que imperan en cada sociedad, según el
modo de producción que utilicen. Al analizar el caso de una familia campesina patriarcal,
O el de una sociedad de hombres libres sin propiedad privada, Marx sostiene que allí el
trabajo individual de cada uno de los integrantes es considerado como un “órgano” de la
fuerza de trabajo a la que pertenecen, la familia o la sociedad en cada caso.

Sin embargo, en una sociedad capitalista con propiedad privada de los medios de
producción y empresas privadas, la generación de trabajo individual en parte del trabajo social no
puede darse de esta manera, puesto que no hay una identificación del individuo con el todo social;
por lo tanto, hay que conseguir dicha identificación de alguna otra manera.
El método utilizado por estas sociedades es asignarle a los productos, además de su valor de uso
que les es intrínseco por sus propiedades, un “valor de cambio” que permitirá intercambiar esos
objetos por otros, en una sociedad en la que rige el cambio privado. Los objetos tienen valor
de cambio porque se ha invertido en ellos una parte del trabajo social. Este valor de cambio
está medido por el tiempo de trabajo que se ha empleado para producirlo. No el tiempo
empleado para
un bien en particular, sino el “tiempo socialmente necesario” para producir ese tipo de bien.
También el trabajo, tiene un doble carácter en la sociedad capitalista, pues produce tanto valor
de uso como valor de cambio.
El valor de cambio es un requisito necesario para que pueda existir el cambio privado y la
sociedad capitalista. Si bien existen diferencias en los valores de uso de los productos, el sistema
ignora esas “diferencias materiales individuales” y crea una equivalencia general entre ellos; sólo a
través de este proceso puede existir una sociedad capitalista con cambio privado.
Con esta teoría del valor-trabajo, Marx se aleja de los economistas clásicos, ya que si el valor
de cambio de un bien está determinado por la cantidad de trabajo necesario para producirlo,
entonces el trabajo no puede tener valor, ya que él mismo es el patrón que determina el valor de un
producto, y no puede determinarse a sí mismo.
Cuando un capitalista compra fuerza de trabajo en el mercado, la paga por su valor de
cambio, determinado por el tiempo de trabajo socialmente necesario que incorpora el trabajador en
sus medios de subsistencia. Sin embargo, al utilizarla se apropia de su valor de uso, que genera un
nuevo valor de cambio, y que además puede utilizarse por más tiempo que el necesario para
producir los medios de subsistencia del trabajador. De esta diferencia entre el valor de cambio de
la fuerza de trabajo y el valor de uso, el capitalista obtiene la “plusvalía” que le permite
realizar acumulación de ganancias.
Sin este mecanismo, la apropiación de ganancias no sería posible, ya que el cambio de
mercancías no podría generar excedentes por si mismo. Si una persona con una determinada
cantidad de dinero cambia ese dinero por una mercancía, lo está cambiando por el valor de cambio
de esa mercancía. Si luego vuelve a cambiar esa mercancía por dinero con otra persona, el
valor
de cambio debe seguir siendo el mismo que cuando él adquirió la mercancía, por lo que
allí no puede generarse un excedente que permita la acumulación de capital. Pero el
capitalista, al cambiar su dinero por un valor de cambio cuyo valor de uso tiene la
propiedad de generar un nuevo valor de cambio (es decir, al comprar fuerza de trabajo
contratando obreros) ha encontrado
la forma de obtener ganancias.

A lo largo de este trabajo se ha podido observar en ciertos puntos las similitudes y


diferencias que el pensamiento de Marx presenta respecto a los economistas clásicos como
Smith
y Ricardo.
Si bien tienen algunos puntos en común a la hora de analizar la evolución social y
económica que llevó al surgimiento del Capitalismo, Marx se diferencia rotundamente de los
clásicos al sostener que el capitalismo no es un modo de producción absoluto e irremplazable, sino
que constituye sólo un eslabón más en la cadena del progreso, que habría de desembocar en el
Comunismo, con una sociedad sin clases y sin propiedad privada.
Como podemos ver, para realizar sus análisis económicos Marx toma numerosos
elementos del pensamiento económico clásico, aunque los reformula para expresar su distinta
concepción de la sociedad capitalista. Vemos que al igual que Adam Smith utiliza los conceptos de
“valor de uso” y “valor de cambio”, pero que del análisis de esos conceptos llega a una conclusión
muy distinta: el trabajo humano (generador de valor de uso) no puede tener valor de cambio, dado
que el propio trabajo es el elemento utilizado para medir el valor de cambio de cualquier producto.
A partir de esta conclusión rotundamente alejada del pensamiento clásico (pero que partió
de un análisis distinto de los mismos conceptos) Marx estudia la forma en que el capitalista compra
fuerza de trabajo, pagando su valor de cambio y usando su valor de uso, que le permite obtener
una ganancia al apropiarse de la plusvalía generada por el obrero; ganancia que sería imposible de
obtener intercambiando dinero por mercancías y luego volviendo a intercambiarlas por dinero.
2.2 El pensamiento Neoclásico.

El caso de la ciencia económica será el tema de la presente investigación, revisaremos las bases
epistemológicas de la teoría económica neoclásica y trataremos de proponer el esbozo de una teoría
diferente.

La motivación central de esta investigación es nuestra propia pobreza, sin embargo, no nos
avocaremos a una investigación empírica de este fenómeno, nos concentraremos en el análisis de las
teorías que pretenden explicar esa realidad económica. Las teorías, como cuerpos lógico deductivos,
no pueden ser tomadas aisladamente del contexto del pensamiento en que se desarrollan;
necesariamente, las bases éticas y filosóficas que las sustentan forman parte indisoluble de su
estructura lógica aunque no lo manifiesten explícitamente.
Así, la concatenación entre los principios éticos, las teorías económicas, la explicación de los
fenómenos y las consecuencias de la aplicación de las políticas económicas nos permite comprender
la realidad y la acción del hombre sobre ella, con una transparencia que cuando se toma la teoría
aisladamente es difícil de alcanzar.
De esta manera, se abren perspectivas de búsqueda teórica alternativa a los paradigmas
hegemónicos si comenzamos desde nuevas bases filosóficas y éticas la construcción de estructuras
lógico deductivas diferentes, quedando la dirimencia de su validez en la contrastación con la realidad.
En el primer capítulo exponemos como las políticas económicas neoclásicas en América Latina en los
últimos 50 años solamente han agravado nuestra pobreza. El paradigma económico que sustenta
estas políticas se muestra incapaz de explicar el fenómeno. Y como explicamos en ese capítulo,
según Thomas Kuhn, cuando una ciencia normal se contrapone a fenómenos inexplicables de
manera reiterada nos encontramos frente al caso de una anomalía que exige explicaciones desde
nuevas bases, sin embargo, la comunidad científica adherente del paradigma hegemónico tratará de
levantar hipótesis explicativas ad hoc para salvar la teoría, resistiéndose, así, al abandono de sus
convicciones.
En el segundo capítulo presentamos de manera sucinta las proposiciones fundamentales del
paradigma económico neoclásico. Comenzamos con las proposiciones de carácter filosófico, que
tienen en la función de utilidad uno de los supuestos axiomáticos fundamentales y veremos cómo
todo el cuerpo teórico de esta ciencia normal se sustenta en esta función. Luego, continuamos
resumiendo esquemáticamente los aspectos fundamentales de la teoría económica αneoclásica en
sus proposiciones económicas genéricas (0) y), como parte de lo que llamamosγnormativas ( ciencia
normal. El análisis lógico deductivo de esta teoría económica nos permite encontrar en la crítica del
tema del ocio el puente para un enfoque diferente del trabajo y el comienzo del esbozo de una teoría
alternativa.
Precisamente, la idea original para esta investigación surgió al estudiar el tema del trabajo en un
Seminario sobre Hegel . Fue, al reflexionar sobre la dialéctica del amo y el esclavo en La
Fenomenología del Espíritu, el momento en que surgieron las primeras ideas de esta tesis.
En el capítulo tercero emprendemos la búsqueda de una teoría económica alternativa a la ofrecida
por el pensamiento neoclásico. Iniciamos nuestro desarrollo con la presentación de un conjunto de
proposiciones filosóficas que nos ofrecen una concepción del Ser en su realidad, su proceso, su
finalidad y su sentido ético. Seguimos esta secuencia lógico deductiva y (9) que a nuestro juicio
esφllegamos a la proposición filosófica fundamental:
En el trabajo, el hombre no solo recrea lo que es, reproduciendo su existencia, sino que también
recrea qué es, modificando su propio Ser.
El trabajo es presentado, entonces, como el aspecto central que configura el Ser del hombre, en su
aspecto existencial y en el proceso del desarrollo de su propia naturaleza. Apoyándonos en esta
proposición filosófica fundamental, abordamos, en este capítulo, el cuestionamiento de la actividad
económica del ser humano, buscando críticamente su sentido teleológico. Así, presentamos un
conjunto de αproposiciones económicas generales 0 y entre ellas destaca la αproposición 0 (19) que
dice:
El σολετ de la economía es la reproducción ampliada de la vida humana como parte de la vida en
general.
El sentido, la finalidad, el σολετ de la actividad económica del ser humano dependerá necesariamente
de los supuestos éticos que hayamos asumido, por consiguiente, su encadenamiento lógico
deductivo nos llevará por diferentes caminos en función de esas primeras proposiciones éticas. Y así,
continuamos con αlas proposiciones económicas específicas 1 que desarrollan sintéticamente
algunos aspectos de la teoría de la exclusión.
En el capítulo cuarto nos avocamos a la construcción de nuestro modelo, y, como veremos, no parte
de una tabula rasa, sino que se apoya en los desarrollos teóricos previos para introducir nuevas
perspectivas. Por eso, recogemos y asumimos los planteamientos desarrollados por el Dr. Adolfo
Figueroa en Teorías Económicas del Capitalismo, en especial, el tema de la internalización de la
mano de obra en el modelo. Ello nos permite establecer que los bienes se convierten en insumos del
proceso productivo de seres humanos.
A diferencia de la teoría económica neoclásica y sus axiomas hedonistas, nuestra investigación parte
de otros supuestos filosóficos. Para nosotros la cuestión fundamental es la afirmación de la
recreación del hombre como proceso económico histórico de aquellas sociedades que despliegan sus
capacidades y amplían sus potencias. Así, tomamos como punto de partida, la tabla II.6 de la página
77 del libro del Dr. Figueroa, e introducimos una pequeña modificación para obtener el modelo de una
sociedad que sólo produce hombres y bienes de capital. Entendiendo la producción de seres
humanos en un sentido cualitativo, humanos con capacidades superiores. El desarrollo de nuestro
modelo nos permite llegar al siguiente gráfico que resume lo fundamental de nuestra propuesta:

FRONTERA DE EXCEDENTE ECONÓMICO


¿Qué nos dice este gráfico? La “teoría T”, que proponemos, nos dice que solamente en el segmento
MN podemos alcanzar el pleno empleo y, por consiguiente, la ausencia de exclusión. La “Economía
T”, según los α,φsupuestos axiomáticos presentados [0] alcanzaría cualquier punto del segmento MN,
porque es una economía dinámica que después de cada ciclo económico amplía su frontera de
excedente económico, pues, acumula capital físico y capital humano.
Ahora sí podemos explicar la pobreza de una manera diferente. No la definimos solamente como
carencia ingresos, sino como aquella exclusión del mercado laboral que impide la reproducción de la
existencia humana. Los excluidos son pobres porque no logran reproducir su existencia, la pobreza
es un ciclo de degradación humana. La causa de la pobreza absoluta es esa exclusión del trabajo y
acceso a los medios de trabajo, no es un problema de explotación o apropiación de los excedentes,
es un problema mucho más grave, es la negación del derecho a la existencia de los excluidos.
Finalmente, como conclusión, podremos ver el problema de la pobreza desde una perspectiva
diferente, podremos explicarlo de una nueva manera y podremos formular políticas económicas
diferentes. Buscando, desde la ética y la epistemología, que la economía se desarrolle como una
ciencia que no se deja sujetar por ideologías doctrinales.

Cuestiones epistemológicas y metodología


Uno de los aspectos diferentes de esta investigación es aquel referido a la forma de conocer y a la
manera de hacer investigación científica, es decir, a los supuestos epistemológicos. La relación entre
la teoría económica, la observación empírica de la realidad y las políticas para cambiarla es
presentada por el Dr. Figueroa en sus obras como una estructura lógico deductiva.
En ellas nos expone la concatenación entre las proposiciones axiomáticas αuniversales en economía
0, las proposiciones económicas específicas αj y las proposicionesβ, las proposiciones empíricas
observables .γnormativas
Por nuestra parte, hemos agregado una idea previa:
Las proposiciones , de modo que las fronteras entre filosofía yε y epistemológicas φfilosóficas teoría
económica se diluyen, permitiendo la conexión entre ambas como un todo lógico coherente.
Este enfoque holístico (σολοη significa todo) nos permite concebir la teoría como una unidad
totalizante y no como partes individuales especializadas científicamente, este enfoque nos lleva a
concatenar lógicamente aspectos ontológicos, éticos y epistemológicos con aquellos aspectos
específicamente económicos. Así, podemos abordar el estudio de la teoría económica desde sus
supuestos primeros, los de carácter filosófico, permitiendo la conexión entre ética y economía.
Proposiciones:
o )φ(Filosóficas
o )ε(Epistemológicas
o α(Económicas genéricas 0)
o α(Económicas específicas 1)
o )’α(Modelos
o )β(Económicas empíricas
o )γ(Económicas normativas

Las proposiciones primeras tienen carácter axiomático, a ellas les exigimos una verdad por
coherencia. De esta manera, toda teoría, desde sus proposiciones filosóficas, debe necesariamente
respetar el principio de no contradicción, estableciendo una concatenación racional lógico deductiva.
La racionalidad de la teoría permite derivar proposiciones observables de carácter empírico y
establecer relaciones de causalidad respecto a la realidad. No obstante, la validación de la teoría,
según Popper, sólo puede verificarse por falsación, si la realidad observada no se adecua a las
proposiciones empíricas, entonces, la teoría es falsa, sin embargo, si la observación no contradice la
teoría, solamente podemos señalar que hay consistencia entre la realidad y la teoría, no se puede
afirmar que sea verdadera.
La política económica se derivará, entonces, de aquella teoría validada en la realidad y consiste en
aquellas acciones para modificarla.
Para ver el gráfico seleccione la opción “Descargar” del menú superior
El profesor Figueroa nos dice, citando a A. Einstein lo siguiente:
o “detrás de las cosas tiene que haber algo profundamente oculto”
o “...una colección de hechos empíricos por muy abundante que sea, no puede conducir [a una
teoría].
o Una teoría puede contrastarse con la experiencia, pero no hay ningún camino de la experiencia a
la construcción de una teoría”

La pobreza
En primer lugar la pobreza en el Perú, luego la pobreza en América Latina y también la pobreza en el
llamado mundo subdesarrollado, es la motivación central que suscita esta investigación, el reclamo
por el derecho a existir como sociedad y como cultura (1)φes lo que nos mueve. Así, presentamos
como primera proposición filosófica de nuestro desarrollo, aquella que propone la preeminencia del
Ser, el derecho a existir, como cuestión fundamental a considerar:
Lo que es, es y no es posible no ser (Parménides)
Desde el fin de la II Guerra Mundial las potencias vencedoras organizaron su hegemonía y crearon
las instituciones necesarias para ejercerla, surgieron, así, entre otros organismos mundiales el Banco
Mundial, el FMI y la OMC como parte de una nueva institucionalidad global política y económica.
Las políticas económicas desarrolladas por estas instituciones han tenido como objetivo, según sus
propias declaraciones, el combate a la pobreza en países como el nuestro; y sabemos, además, que
la base teórica que sustenta estas políticas ha sido en términos generales el pensamiento económico
neoclásico.
Más de medio siglo después, los resultados de estas políticas se pueden apreciar en los informes del
Banco Mundial, más aún, en la última década en América Latina se ha aplicado de manera ortodoxa
este modelo neoclásico, tanto el Perú de Fujimori como la Argentina de Menen siguieron al pie de la
letra las recomendaciones de política económica del Fondo, y los resultados son los que estamos
viviendo en este momento.
Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior
La población en situación de extrema pobreza en América Latina y el Caribe, según el Banco
Mundial, ha aumentado de 63 millones en 1987 hasta 78.2 millones en 1998, aunque según sus
optimistas proyecciones ésta descendería a 60 millones en el 2015. La situación es más grave aun en
el África al Sur del Sahara que aumenta desde 217 millones en 1987 hasta 291 millones en 1988. Lo
mismo podríamos decir del Asia del Sur que aumenta desde 474 millones en 1987 hasta 522 millones
en 1998. Creemos que las hipótesis ad hoc de la teoría neoclásica carecen de capacidad explicativa
en estos casos, más bien, pueden servir para explicar casos como el de China.

El porcentaje de la población en situación de extrema pobreza tiende a no reducirse en el caso de


América Latina sino que se mantiene constante.
Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior
La última información del Banco Mundial que hemos podido obtener vía Internet nos señala que ha
habido avances en la lucha contra la extrema pobreza. Lamentamos observar que en los casos de
América Latina, África del Sur y Asia del Sur esos avances no se aprecian, por el contrario, se agrava
la situación. América Latina aumenta hasta 77 millones en 1999 y África del Sur hasta 490 millones.
Es difícil de compartir el optimismo del Banco Mundial en sus proyecciones para el 2015, por el
contrario, si seguimos por el mismo camino que nos proponen las políticas derivadas de la teoría
económica neoclásica creemos que la tendencia al agravamiento del problema se mantendrá.
Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior
Los cuadros que nos presenta el Banco Mundial señalan que hay millones “Personas que viven con
menos de US $ 1.00 diarios”, ello supone la comparación con aquellos que viven con más de US $
1.00 diarios. Quedarnos en esa lógica comparativa supondría aceptar que es un problema entre los
que tienen menos de un dólar y los que tienen más de un dólar, aparentemente un problema de
redistribución del ingreso y de pobreza relativa, que podría enfrentarse con “ayuda internacional”.
Nosotros creemos que esos cuadros expresan un problema de pobreza absoluta, no se trata de
compararnos con aquellos que tienen más, la comparación no es con otro, sino con nosotros mismos,
la comparación es con lo necesario para reproducir nuestra existencia. Precisamente, en América
Latina, en África y en Asia la existencia de esos millones de personas se encuentra amenazada por
esa exclusión que impide la recreación del propio Ser. Además, habría que preguntarse si esa cifra
arbitraria de US $ 1.00 tiene alguna relación con lo necesario para la reproducción de la vida humana.
Podríamos, a partir de esta evidencia, comenzar a investigar las razones que explican cada fracaso
concreto y nos embarcaríamos, entonces, en una polémica interminable con los economistas
neoclásicos del Fondo y el Banco Mundial. Quienes, necesariamente, tienen una hipótesis ad-hoc
para explicar el fracaso de cada caso. Este camino no conduciría a esclarecer el problema.
Veamos, entonces, el problema desde otra perspectiva, según Tomás Kuhn, cuando un fenómeno no
es explicado satisfactoriamente en el contexto de la ciencia normal, en el marco del paradigma
vigente, nos encontramos frente a una anomalía. Estas pueden interpretarse como contraejemplos de
las teorías científicas, sin embargo, las comunidades científicas adherentes del paradigma vigente
tratan de incorporar la explicación de estas anomalías a su teoría, para ello levantan hipótesis ad-hoc.
Pero, cuando las anomalías se multiplican se hace evidente la incapacidad explicativa de esa ciencia
“normal”, es, entonces, cuando se produce la crisis del paradigma.
“[Los paradigmas] son realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto
tiempo, proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica.”
”[Ciencia normal] significa investigación basada firmemente en una o más realizaciones científicas
pasadas, realizaciones que alguna comunidad científica particular reconoce, durante cierto tiempo,
como fundamento para su práctica posterior”. (Kuhn, 1998)
El fracaso en América Latina de las políticas económicas del Fondo nos lleva al señalamiento, en el
mismo sentido del lenguaje de Kuhn, de una anomalía que involucra principalmente a la teoría
económica neoclásica que sustenta estas políticas, esta anomalía cuestiona el paradigma neoclásico.
La incapacidad explicativa de esta teoría para aclararnos el problema de la pobreza nos lleva a la
búsqueda de nuevas explicaciones. Aunque es necesario precisar que no pretendemos hacerlo
desde el análisis particular de los casos para luego generalizar, sino que trataremos de encontrar,
siguiendo un camino lógico deductivo, los fundamentos que están a la base de la teoría económica.
La confrontación entre paradigmas económicos tiene una larga historia que comienza con el
nacimiento mismo de la Economía como ciencia. En ciencias sociales la contienda entre paradigmas
tiene un significado distinto al de la ciencia Física:
“Por un lado, la contienda de paradigmas tiene en las ciencias sociales un significado distinto que en
la Física moderna. La originalidad de los grandes teóricos de la sociedad, como Marx, Weber,
Durkheim y Mead, consiste, lo mismo que en los casos de Freud y Piaget, en que han introducido
paradigmas que en cierto modo siguen compitiendo hoy en pie de igualdad. Estos teóricos siguen
siendo contemporáneos nuestros, o en todo caso no se han vuelto históricos en el mismo sentido en
que lo son Newton, Maxwell, Einstein o Planck, los cuales consiguieron progresos en el desarrollo
teórico de un mismo paradigma básico. Por otro lado, los paradigmas guardan en las ciencias
sociales una conexión interna con el contexto social del que surgen y en el que operan. En ellos se
refleja la comprensión que del mundo y de sí tienen los colectivos: sirven de manera mediata a la
interpretación de intereses sociales, a la interpretación de horizontes de aspiración y de expectativa.”
(Habermas, 1987)
La teoría económica neoclásica observa generalmente la pobreza como un problema de distribución
del ingreso, desarrolla investigaciones empíricas que miden los niveles de consumo de unos sectores
en comparación de otros. Entonces, estamos hablando solamente de pobreza relativa. Por el
contrario, el enfoque de esta investigación pretende abordar el problema de la pobreza más allá de
cuestiones redistributivas del ingreso o cuestiones de explotación.
Cuando la carencia de bienes y la exclusión del trabajo pone en peligro la existencia misma de los
hombres estamos hablando de pobreza absoluta. Ya no se trata de que unos tengan más que otros, o
de que esos unos se apropien del excedente social, el problema es que tenemos tan poco que ya no
podemos reproducir nuestra existencia y, además, estamos excluidos por el sistema social de la
posibilidad de salir de esa situación.
Significado ético de la pobreza
Podría, ahora, desarrollar una amplia argumentación ético moral sobre el significado de la pobreza
para el hombre, sin embargo, prefiero citar brevemente a un peruano ilustre que ya es parte del
acervo intelectual de la humanidad. La universalidad de los siguientes juicios morales se encuentra
más allá de la adhesión a cualquier fe e involucra a creyentes y no creyentes, aunque haya, entre las
mismas autoridades religiosas de hoy, quienes pretenden silenciar a este peruano ilustre.
“La pobreza es para la Biblia un estado escandaloso atentatorio de la dignidad humana y, por
consiguiente, contrario a la voluntad de Dios.”
“... oprimir al pobre es atentar contra Dios mismo, ...”
“En una palabra, la existencia de la pobreza refleja una ruptura de la solidaridad entre los hombres y
de comunión con Dios.”
“La pobreza es expresión de un pecado, es decir, de una negación del amor.”
“La pobreza es un mal, un estado escandaloso, escándalo que en nuestros días adquiere enormes
proporciones.” (Gutiérrez, 1984)
Ciencia normal: la teoría económica neoclásica
Proposiciones Filosóficas )φ(
La función de utilidad
La teoría económica comienza, según Samuelson por ejemplo, con el problema de la escasez, es
decir, una cantidad limitada de factores (trabajo, capital y tierra) frente a las necesidades
insatisfechas, la economía pretende resolver la asignación de recursos escasos en la sociedad.
Sin embargo, la pregunta sobre qué es lo que mueve al hombre en su actividad económica es
anterior al problema de la escasez; mucho antes de la existencia de la misma economía como
ciencia, el hombre se ha hecho esa pregunta.
Según Hal Varian, en la época victoriana, los filósofos y los economistas hablaban de la “utilidad”
como indicador del bienestar, una medida de la felicidad.
La búsqueda de la felicidad sería lo que mueve al hombre, al respecto, se remontan a la antigüedad
clásica los pensadores que lo sustentan así, podemos citar a Platón y Aristóteles, en primer lugar,
pero también a Antístenes, Demócrito, Epicuro y otros. Luego, con el nacimiento de la modernidad, la
idea de la búsqueda de la felicidad adquiere nuevas perspectivas con el pensamiento de René
Descartes, Baruch Spinoza, David Hume, Thomas Hobbes, John Locke, Jeremy Bentham, John
Stuart Mill y otros.
“De acuerdo con la definición de Mill, que es prácticamente la de Bentham, el utilitarismo o principio
de la mayor felicidad sostiene que las acciones humanas son buenas en la medida en que tienden a
promover la felicidad. Por felicidad se entiende el placer o la ausencia de dolor.”
“Esta segunda parte de la definición ...es la de mayor importancia para Bentham, ya que implica tres
supuestos sicológicos sobre los que descansa toda su concepción del utilitarismo.”
“Según el primero, el único objeto posible de voluntad o deseo es el placer o la ausencia de dolor.
Con esto se afirma el egoísmo como único impulso sobre el cual hay que fundamentar la ética.”
“Según el segundo supuesto, el placer es susceptible de medida o, lo que es lo mismo, todos los
placeres son cualitativamente iguales. De aquí la posibilidad de una suma de placeres, que se
calcularían según criterios de intensidad, duración, proximidad y seguridad.”
“Según el tercer supuesto, los placeres de distintas personas pueden compararse entre sí, ya que la
sociedad es un agregado de individuos a los que deben darse las mismas oportunidades de placer.”
(Mill, 1974) se derivan del hedonismoφEstas proposiciones tienen carácter filosófico ( contemporáneo
y también podrían tener su antecedente en el hedonismo racional de Epicuro, aunque algunos
señalarán su vinculación con el hedonismo cirenaico; de ella pueden derivarse lógicamente
proposiciones económicas referidas a la maximización de la función de utilidad sujeta a la restricción
de la disponibilidad de recursos en la sociedad, para luego deducir el equilibrio general y proponer el
óptimo de Pareto como criterio de eficiencia económica.
No obstante, como señala Hal Varian, la medida de la utilidad no es cuantificable, por eso los
economistas han abandonado hoy la anticuada idea de la utilidad como medida de la felicidad y la
han reemplazado por las preferencias que el consumidor revela en su comportamiento. La influencia
del empirismo positivista es evidente en esta nueva forma de explicar el comportamiento. A pesar de
ello, la búsqueda de la felicidad sigue siendo el impulso que mueve las preferencias del consumidor y
ésta se alcanzaría consumiendo una canasta de bienes.
“Una función de utilidad es un instrumento para asignar un número a todas las cestas de consumo
posibles de tal forma que las que se prefieren tengan un número más alto que las que no se

prefieren.” (Varian, 1994)


La función de utilidad tiene implícito el supuesto de la búsqueda de la felicidad y que ésta se halla
consumiendo bienes, puede que nadie lo diga de esta manera tan simple, pero nos parece que la
lógica de la ecuación lo dice así:
La utilidad está en función de los bienes el grado de utilidad expresa el grado de felicidad.
Después puede aderezarse la idea con discursos de libertad individual, pero la cuestión es simple,
esta teoría supone que una felicidad mayor se alcanza con más bienes:

Para el utilitarismo los bienes son el insumo del bienestar y la felicidad. Aunque es necesario recordar
como Aristóteles no estaría de acuerdo con esta forma de buscar la felicidad, para él, por el contrario,
se debería buscar en la realización plena de la naturaleza humana.
Proposiciones Económicas Generales α(0)
Maximización de la Utilidad
La teoría económica, entonces, ha establecido de manera axiomática el supuesto de que la felicidad
es alcanzable con bienes, sea que lo señale de manera explícita o que lo sostenga implícitamente y
de manera subyacente.
El Utilitarismo desarrolla como doctrina que todo aquello que es útil es bueno, el objetivo supremo de
la acción moral es el logro de la mayor felicidad para el más amplio número de personas, maximizar
la función de utilidad será, entonces, ese objetivo supremo.

Y podríamos llegar hasta el límite de la saturación si no fuese porque estamos restringidos por la
escasez de recursos. Los mitos del Edén suponen la abundancia de bienes sin ninguna restricción, el
paraíso de la felicidad sería la maximización de la utilidad sin límites.
Restricción presupuestaria
La teoría económica neoclásica nos plantea que el individuo está sometido a una restricción para
alcanzar niveles mayores de utilidad, está sujeto a una cantidad limitada de ingresos y solo podrá
alcanzar la cantidad de bienes que ese ingreso le permita. Para ello, tiene que suponer que el dinero
y el precio son cuestiones de carácter universal, y que son formas de relación social que
corresponden a todas las formaciones sociales independientemente del lugar y de la época.
Y así obtenemos el conocido gráfico que todos hemos estudiado el cursos básicos de
microeconomía:
Para ver el gráfico seleccione la opción “Descargar” del menú superior

Luego la teoría permite el análisis de variaciones de acuerdo con el aumento o disminución del
ingreso disponible, del cambio en los precios y otras variaciones según los impuestos, los subsidios y
el racionamiento. Permite analizar el efecto sustitución, el efecto renta y otros.
Pero lo fundamental de la teoría ya está planteado en la maximización de la función de utilidad sujeto
a la disponibilidad de ingreso.
La función de la demanda

La función de la demanda es lógicamente deducible de lo anterior y puede sintetizarse en:


Establecida esta proposición podemos continuar derivando lógicamente los conceptos de bienes
normales e inferiores, las curvas de Engel, los bienes complementarios, los bienes Giffen, el
excedente del consumidor, la elasticidad de la demanda y otros temas.
La tecnología

Los factores de producción (tierra, capital y trabajo) permiten producir los bienes necesarios para
alcanzar la maximización de la función de utilidad y minimizar las restricciones del ingreso disponible
para alcanzar, así, el bienestar y la felicidad. Así obtenemos la función de producción:
Las relaciones tecnológicas establecen las proporciones necesarias de cada factor de producción
para obtener una unidad del producto y. La teoría continua definiendo los conceptos de producto
marginal, relación técnica de sustitución, rendimientos decrecientes y otros.
La maximización del beneficio
Consistentemente con la proposición filosófica de la función de utilidad del individuo consumidor,
ahora se propone la maximización del beneficio de la empresa, que en última instancia es el beneficio
de los accionistas que persiguen el incremento de sus ingresos para maximizar su función de utilidad,
es decir, el principio axiomático fundamental sigue presente.
Para ver el gráfico seleccione la opción “Descargar” del menú superior
Los beneficios que obtiene la empresa se pueden resumir en el resultado de los ingresos totales por
ventas menos los costos totales. Después podemos continuar con las definiciones de costos fijos y
variables, corto y largo plazo, hacer análisis de estática comparativa, minimización de costos, costos
medios, costos marginales y otros.
La curva de oferta
Para obtener la curva de oferta hay que considerar la igualdad del precio y el costo marginal, en el
corto plazo se supone que el nivel de capital está dado y en el largo plazo se puede ajustar el tamaño
de planta.

La oferta de la industria será:

Luego la teoría explicará el equilibrio de la industria a corto y largo plazo, el efecto de los impuestos,
la renta económica, los controles de precios, el monopolio, la discriminación de precios, el oligopolio y
otros.
)γ(Proposiciones Económicas Normativas
El óptimo de Pareto
La eficiencia económica para asignar bienes permitiría que la sociedad en su conjunto alcanzase
niveles mayores de utilidad y por consiguiente una mayor felicidad total.
“Una situación económica es eficiente en el sentido de Pareto si no existe ninguna forma de mejorar
el bienestar de un grupo de personas sin empeorar el de algún otro.”
“El concepto de eficiencia en el sentido de Pareto puede utilizarse para evaluar las diferentes formas
de asignar recursos.” (Varian, 1994)
Según el principio de la optimización, los individuos tratan de elegir libremente las mejores pautas de
consumo de bienes. Y según el principio del equilibrio, los precios se ajustan hasta que la cantidad
demandada de bienes corresponde a la cantidad ofrecida. En La Riqueza de las Naciones, Adam
Smith desarrolló como tesis central que la mejor forma de distribución de la riqueza es aquella en la
que no interviene el gobierno, es decir, en condiciones de laissez-faire; se trata del principio de la
mano invisible del mercado que buscando los propios intereses de cada uno, todos los individuos
alcanzan el óptimo de la asignación de bienes.
Vilfredo Pareto (1848 – 1923) intento establecer una teoría de los sistemas sociales que permitiera
explicar su estabilidad, sus estudios lo envolvieron en las polémicas sobre la economía de libre
comercio y el proteccionismo, argumentando que el óptimo se logra sin intervención estatal en una
situación en la que no es posible mejorar el bienestar de alguien sin perjudicar el de otro.
El Bienestar
“La eficiencia en el sentido de Pareto es en sí misma un objetivo deseable, pues, si es posible mejorar
el bienestar de un grupo de personas sin empeorar el de otras, ¿por qué no hacerlo?”
“Pero normalmente hay muchas asignaciones eficientes en el sentido de Pareto; ¿cómo puede la
sociedad elegir una?”
“...el concepto de función de bienestar, que sirve para “sumar” las utilidades de los diferentes
consumidores.” (Varian, 1994)
Las funciones sociales de bienestar consiste en sumar las utilidades de los individuos, es decir, que la
asignación x se prefiere socialmente a la y:

O también la función utilitarista clásica o benthamita ponderada:

Pero en síntesis es solamente un desarrollo más de la proposición axiomática fundamental que


señalamos al principio.
El Ocio
Suponiendo que el consumidor:
M = percibe inicialmente una renta monetaria independientemente de que trabaje o no
C = la cantidad de consumo del individuo }
p = el precio del consumo
w = el salario
L = la cantidad ofrecida de trabajo
L°= la cantidad máxima de trabajo posible
R = (L°-L)= el ocio
R°=L = la cantidad total de tiempo disponible para el ocio
Tendremos la restricción presupuestaria:
Si el individuo no trabaja, su dotación de consumo será:
Podemos rescribir la restricción presupuestaria de la siguiente manera:

“[La última ecuación] nos dice que el valor del consumo de un individuo más su ocio tiene que ser
igual a su dotación de consumo y su dotación de tiempo, valorado en función de su salario.”
“El salario no es sólo el precio del trabajo sino también el precio del ocio.”
“... el salario es el costo de oportunidad del ocio.” (Varian, 1994)
Más adelante este autor se pregunta ¿qué pasaría si alguien se saca la lotería? M aumentaría tanto
que surge la pregunta ¿Trabajaría o sólo se dedicaría al ocio? Él observa empíricamente que cuando
aumenta la renta monetaria disminuye la oferta de trabajo.
Luego, maximizar la función de utilidad sin trabajar sería preferible a hacerlo con trabajo, salvo el
caso de aquellos “locos” que les gusta trabajar.
Comentario crítico
Precisamente el tema del ocio nos tiende el puente teórico para establecer una primera gran
diferencia con el paradigma hegemónico en economía y a partir de ella comenzar a construir un
modelo alternativo, tomando al trabajo de una manera totalmente diferente a como lo hace la teoría
económica neoclásica.
Consistente y coherente con el supuesto axiomático fundamental sobre la función de utilidad, lo
deseable será, entonces, disponer sin limites, gratuitamente y sin trabajar de una renta tan grande
que la maximización de la utilidad alcance el infinito de sus posibilidades y que todo el tiempo
disponible pueda ser destinado al ocio. Será una situación de riqueza tan grande que el costo de
oportunidad del ocio no podrá ser alcanzado por ninguna oferta de empleo.
Así, la teoría y sus axiomas coinciden en este caso con la mitología de esta sociedad:
El Mito del Edén: el paraíso de la abundancia llegó a su fin por el castigo de Dios y el hombre fue
condenado a trabajar.
Según esta teoría una limosna suficiente permitiría que los miserables de nuestra sociedad alcancen
el Edén. O que todos los problemas de pobreza de África del Sur, Asia y América Latina se
solucionen con la donación de un pequeño porcentaje de la renta de los países desarrollados del
Norte. O que Foncodes y su asistencialismo sea el principal organismo estatal para enfrentar los
problemas nacionales.
Supóngase que el sistema globalizado no nos necesitara, que el tercer mundo estuviera lleno de
excluidos, entonces, solamente es necesaria una pequeña donación para que no ocasionemos
conflictos y “mal aspecto” con nuestra pobreza, así, el costo de la paz mundial sólo será una pequeña
suma de la inmensa riqueza del Norte.
Consumir sin trabajar sería el ideal de este Edén.
Recordando a Hegel
queφPor el contrario, nosotros, en base a los supuestos filosóficos planteamos, podemos decir que el
trabajo es lo que precisamente humaniza al hombre.
Más adelante, en el siguiente acápite, presentaremos de manera estructurada y en secuencia lógico
deductiva estos supuestos filosóficos.
El hombre tiene certeza subjetiva de ser, precisamente, hombre; pero su certeza no es aún un saber,
la idea que se hace de sí mismo puede ser todavía falsa. Para que esa idea de sí mismo sea una
verdad es necesario que revele una realidad objetiva, la idea de sí mismo debe ser reconocida por los
otros. Una verdad meramente subjetiva no es verdad, se necesita la adecuación de la subjetividad y
la objetividad. Por eso solamente otro sujeto podrá objetivar la subjetividad ajena, reconociéndolo.
Elevando, así, al rango de verdad la certeza subjetiva que el Yo tiene de sí mismo. La propia
Autoconciencia no puede realizarse de manera unilateral o solitaria.
Mientras el señor se ve atrapado por el apetito y el goce insatisfecho, nunca saciado y siempre
ocioso, servido por su esclavo, éste trabaja. Antes el siervo era una cosa, el señor lo cosificaba, ahora
el siervo vence al mundo con su trabajo y se humaniza en este acto.
El señor en el consumo aniquila o desaparece al objeto, el siervo en el trabajo refrena su apetito y
con su acción transforma el objeto, lo humaniza.
“Este término medio negativo o la acción formativa es, al mismo tiempo, la singularidad o el puro ser
para sí de la conciencia, que ahora se manifiesta en el trabajo fuera de sí y pasa al elemento
permanencia; la conciencia que trabaja llega, pues, de este modo a la intuición del ser independiente
como de sí misma.” (Hegel, 1998)
En el objeto trabajado el siervo puede contemplarse a sí mismo, en el fruto de su trabajo puede ver su
propia singularidad.
Pero le falta todavía el reconocimiento de la otra conciencia.
“... la sociedad igualitaria, la comunidad espiritual no se ha conseguido todavía y en cualquier caso
esta experiencia de intersubjetividad no ha conseguido realizar plenamente el Yo que es un Nosotros
o el Nosotros que es un Yo.” (Hegel, 1998)
El siervo logra la objetivación de su propia subjetividad trabajando o transformando el objeto, es decir,
suprimiendo su forma natural e imprimiéndole su humanidad. Trabajando destruye la naturalidad del
objeto, aquella vida de la que no quiso desprenderse, esa vida que no quiso arriesgar para afirmarse
como autoconciencia superior a la naturaleza.
En el trabajo el siervo objetiva su superioridad humana de una manera más perfecta que el señor,
que solamente desprecio la naturaleza arriesgando su vida.
“En el señor, el ser para sí es para ella otro o solamente para ella; en el temor, el ser para sí es en
ella misma; en la formación, el ser para sí deviene como su propio ser para ella y se revela a la
conciencia como es ella misma en y para sí.” (Hegel, 1998)
El señor ponía su esencia en el esclavo, otro; el siervo, por el contrario, tiene su esencia humana en
sí mismo gracias al temor; y por el trabajo su certeza subjetiva es la verdad objetiva de su producto.
“En el fondo queda algo que no ha sido todavía satisfecho, el deseo de reconocimiento y de sociedad
perfecta.” (Hegel, 1998)
,β, α, ε, φLa Economía Neoclásica como una formulación integral ( )γ
Hemos visto en este breve resumen lo fundamental de la estructura lógico deductiva en la teoría
económica neoclásica.
Las proposiciones primeras de carácter filosófico proporcionan los fundamentos de esta construcción
teórica, así de esta manera, el utilitarismo provee los primeros axiomas afirmando la felicidad como
búsqueda del placer o de la ausencia de dolor, el egoísmo como naturaleza esencial del hombre, la
cuantificación del placer por su intensidad, duración y proximidad, y la sumatoria de placeres
personales en una sociedad concebida como agregación de individuos.
Y se articulan coherentemente con proposiciones de carácter epistemológico que tienen a la base lo
fundamental del pensamiento empirista inglés y del neopositivismo, pretendiendo equiparar la ciencia
económica con el paradigma de la Física.
Surge así, por derivación lógica, la primera proposición económica general en la maximización de la
función de utilidad y coherentemente nos permite construir la curva de la demanda, para luego,
derivar desde la maximización de beneficios de la empresa la correspondiente curva de oferta. Sea
que lo expresemos como algoritmo matemático o como curva geométrica, esta construcción teórica
concatena sus proposiciones económicas con los fundamentos señalados.
La capacidad de predicción de esta teoría esta comprobada por infinitas observaciones del
movimiento de los precios y de las cantidades en los múltiples mercados de las actividades de la
sociedad moderna.
Y, finalmente, tenemos en el óptimo de Pareto la proposición normativa que nos orienta en la mejor
asignación de los recursos para alcanzar la felicidad.

Como vemos es un cuerpo teórico con una estructura lógico deductiva que no presenta fisuras de
coherencia y que además posee probada capacidad de predicción y explicación del fenómeno de los
precios y las cantidades de bienes.
No obstante, como señala Thomas Kuhn, los paradigmas de la ciencia normal sufren la subversión de
las revoluciones científicas, así por ejemplo, la astronomía Ptolemáica que también poseía similar
capacidad de predicción de los fenómenos fue subvertida por Galileo. En nuestro caso, el fenómeno
de la pobreza como anomalía inexplicada subvierte la coherencia de este sólido edificio.
Evidentemente, no pretendemos equipararnos con Galileo, solamente tratamos, con nuestro pequeño
cincel, de minar las bases de esta sólida construcción teórica neoclásica.
En la búsqueda de una teoría alternativa en la economía
La teoría económica neoclásica también puede eludir la contrastación con la realidad. Así, según Hal
Varian, la Economía no es comparable con la Física o la Biología como ciencias, piensa que una
mejor comparación sería con la ingeniería o con la medicina.
“Y como no puede existir una epistemología para la ingeniería, la economía no necesita de la filosofía
de la ciencia.
Economía es aplicación de la teoría económica a problemas de política económica.
Si definimos las políticas económicas como Doctrina, tomando la filosofía sólo como ética, entonces
tendremos una derivación lógica de las y éstas ,α a partir de las proposiciones económicas
γproposiciones normativas .φa su vez, se derivarán de las proposiciones filosóficas
Así, no habrá espacio para la contrastación con la realidad, de esta forma eludirían la crítica kuhniana
que les señala la anomalía de la pobreza. Ni siquiera hacen el esfuerzo de construir hipótesis ad hoc
para explicar los fenómenos que escapan a su cuerpo teórico, les basta su doctrina.
Sin embargo, tomando la filosofía como ética y epistemología, cuando la naturaleza del problema
exige que nos preguntemos sobre los fundamentos y las razones subyacentes al hecho observado,
las fronteras entre la filosofía y la ciencia se diluyen llevándonos a un enfoque holístico. La pobreza,
como hecho y como problema, exige que vayamos a los fundamentos mismos de la teoría
económica, sobretodo, cuando la ingeniería económica del Fondo solo nos muestra la evidencia de
sus fracasos, tenemos que ir a la búsqueda de sus razones subyacentes. Tenemos, entonces, que
hacer epistemología de la economía y estudiar la validez del conocimiento científico económico, de la
estructura de las teorías económicas, de la naturaleza de su método.
El método lógico deductivo que asumimos, nos lleva por un camino que comienza , para)φ(con las
proposiciones primeras, es decir, las de carácter filosófico continuar, luego, con las derivaciones que
se desprenden de estas.
Proposiciones:
)φ(Filosóficas
)ε(Epistemológicas
α(Económicas genéricas 0)
α(Económicas específicas 1)
)’α(Modelos
)β(Económicas empíricas
)γ(Económicas normativas

El Dr. Figueroa nos plantea la discusión sobre el carácter de la ciencia económica: ¿teórica o fáctica?
Y nos dice que las proposiciones α , de carácter axiomático y no observables por consiguiente,
permiten la derivación de las proposiciones β , que sí son observables empíricamente. Entonces, la
ciencia económica sería una ciencia fáctica, no obstante, las proposiciones observables β son
derivadas de proposiciones axiomáticas α. Luego se pregunta sobre la universalidad o singularidad
de estas proposiciones, adoptando una posición intermedia con las proposiciones α0 , de carácter
universal, y las αj , de carácter singular referido a una sociedad j dada en el tiempo y en el espacio.
Hemos definido, así, que las proposiciones β se obtienen por derivación lógica desde las α , sin
embargo, hay dificultades operativas para relacionarlas, por ello, con ayuda de las matemáticas
necesitamos construir modelos ’α de estas teorías generales, que sí permiten la relación.
Las relaciones de causalidad son establecidas en las proposiciones β , permitiendo, así, las
predicciones. Las variables exógenas de la teoría constituyen la causa, que se expresa en las
variables endógenas como efecto. Estas proposiciones β son empíricamente contrastables con la
realidad observada.
A continuación, sobre el criterio de verdad, el Dr. Figueroa nos dice:
es, en cierto grado,α”Como se ha señalado arriba, toda proposición arbitraria. Por ello, se dijo, es
axiomática.”
“¿Cuáles son los límites de la arbitrariedad?”
, que sí son empíricamente observables.”β”Esto lo dan las proposiciones
puede ser arbitraria pero lasα”La elección de una proposición ya no lo serán, pues éstas predecirán
relaciones de causalidadβproposiciones (relaciones de causa efecto) observables empíricamente.”
se genera así una hipótesis de causalidad sobre la realidad.”α”De
Con la realidad y por esta vía evaluar la β”Se puede entonces confrontar validez de la proposición.”
Entonces laβ”Si la realidad observada no conforma a la proposición , es falsa.” αteoría, es decir, el
conjunto de proposiciones
“Evidentemente, una teoría, que como sistema lógico es correcto, puede ser empíricamente falsa.”
, Sólo se puede decir que hayβ”Pero si la realidad observada conforma sea verdadera.”α . No se
puede aceptar que α‘consistencia’ con
Puede también ser derivada lógicamente de otra β”La razón es simple: “ (Figueroa, 1996)αteoría,
de otro conjunto
αNosotros proponemos una nueva 0 , desde la pregunta sobre el de la actividad económica. Para ello
hemos necesitado eliminar la fronteraσολετ de carácterφentre la ciencia y la filosofía. Entonces,
desde las proposiciones epistemológicas, derivamosεontológico y deontológico y desde las
proposiciones de teoría económica.αlógicamente las proposiciones
La contrastación con la , que establecenβrealidad observada se hará, entonces, con las
proposiciones las relaciones de causalidad.
, llevarán a la acción las políticas que seγFinalmente, las proposiciones desprenden de la teoría
desarrollada y su contrastación con la realidad.
Toda esta secuencia lógico deductiva puede desarrollarse de manera explícita por el investigador, o
de manera implícita. Vemos en la crítica del pensamiento económico neoclásico que los supuestos
filosóficos, deontológicos y epistemológicos que la sustentan no están presentes explícitamente, lo
cual no significa que no existan de manera subyacente. Es, precisamente, la falta de explicitación lo
que conduce a encubrir los fines de esa teoría económica.
Proposiciones Filosóficas )φ(
Introducción
La primera idea que deseamos presentar es la idea de Realidad, la cita de Parménides recoge de una
excelente y bella forma lo que queremos expresar. Tomar esta idea como punto de partida es crucial
para establecer el criterio de verdad, precisamos por ello, que siempre y en última instancia
estaremos referidos a lo Real como criterio de verdad, como criterio de adecuación entre el concepto
de lo real y lo real.
Lo que es, es y no es posible no ser
Pero, haciendo un paréntesis en el desarrollo de la exposición lógico deductiva, también hemos
escogido esta cita de Parménides como proposición primera por un motivo:
sentimos que nuestra existencia se encuentra amenazada, la pobreza absoluta que nos envuelve
amenaza nuestro futuro como Ser.
Sin embargo, estas palabras de Parménides nos llenan de esperanza porque nos dice que:
... no es posible no ser
Queremos leer esa imposibilidad del no ser en un sentido deontológico: no es posible que nos
nieguen la existencia, debemos negar esa posibilidad.
Cerrando el paréntesis y continuando, decimos:
La segunda idea fundamental que planteamos es la concepción del movimiento, al respecto existen
múltiples teorías, nosotros asumimos la idea de que el movimiento es inherente a la naturaleza del
Ser. El movimiento es proceso, entonces, el Ser es proceso.
Con esta segunda idea nos distanciamos de Parménides que concibe al Ser como inmutable y sin
movimiento y nos acercamos a Heráclito.
Luego, el proceso de la naturaleza nos lleva necesariamente al proceso de la vida, y este, al de la
vida humana. El proceso del Ser nos ha llevado hasta el Ser consciente de sí mismo: el hombre. Esta
idea del movimiento natural supone una idea más profunda:
la idea de recreación.
Pero ¿Cuál es la finalidad de la existencia? ¿Para qué existe el Ser? Las respuestas a estas
interrogantes son diversas, habrá algunos que le otorgarán una finalidad trascendente, otros, como
Parménides, le negarán toda finalidad. Nosotros asumimos que la finalidad del Ser es el ser mismo,
es el existir, como delσολετproceso de recreación perpetua, como proceso de reproducción. El
hombre es existir, es recrear su existencia.
Ahora bien, ¿En qué consiste la recreación de la existencia humana? Nosotros, tomándolo de Smith,
Ricardo y Marx, asumimos al trabajo, como el acto humano que recrea o reproduce la existencia del
hombre. Sin embargo, establecemos una precisión, no señalada explícitamente por los clásicos: el
hombre no solo recrea lo que es, reproduciendo su existencia, sino que también recrea qué es,
modificando su propio Ser.
En contraste con este desarrollo proposicional, la filosofía utilitarista y la teoría económica neoclásica
nos proponen otra cuestión, entonces debemos φcomparar la propuesta a αy su derivación a con
nuestra φpropuesta de una filosofía del trabajo b y su derivación αb.
Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior
La filosofía utilitarista nos propone la maximización de la felicidad para el mayor número de personas,
entendiendo por felicidad el placer o la ausencia de dolor como único objeto posible de la voluntad o
el deseo. De ello deducen la esencia egoísta de la naturaleza humana como fundamento de su ética
y una concepción de sociedad como agregado de individuos cuyo placer es susceptible de medida
sumatoria.
φPor el contrario, nuestra filosofía del trabajo b y la αalternativa teórica b que proponemos, nos
presenta caminos diferentes, cuya consecuencia será una explicación y un combate a la pobreza
desde nuevas perspectivas muy distantes de la exclusión actual.
Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior diferente, la racionalidad
económica que αLa Teoría Económica “T” propone un se deriva de estas proposiciones axiomáticas
es distinta a la racionalidad del homo economicus de la teoría neoclásica.
A partir de este supuesto, se podría desarrollar una nueva teoría positiva, como un criterio de
bienestarαsin embargo, en nuestro estudio tomaremos esta social, es decir, como una teoría
normativa, así como el óptimo de Pareto es tomado como la teoría normativa derivada de la función
de utilidad.
Desarrollo proposicional
Desarrollaremos, a continuación, un conjunto de proposiciones de carácter filosófico que comenzando
con cuestiones ontológicas, para establecer la naturaleza de las cosas y de la realidad, concluye en
una proposición deontológica, para establecer la ligazón entre el derecho a la existencia, al Ser, con
el derecho a la vida y al trabajo.
La existencia es el punto de partida de todos los razonamientos y la existencia es proceso perpetuo,
sin embargo, cuando la existencia se haya amenazada es necesario el juicio moral que reclama el
derecho a la existencia.
Desarrollo proposicional:
Lo que es, es y no es posible no ser. (Parménides)
Aunque tomo distancia de otros extremos del pensamiento de Parménides, como:
El Ser sin finalidad ni propósito. .)νοτσελετα(El Ser es sin fin
El Ser es completo, no cambia.
El Ser es perpetuo presente.
El mundo sensible es ilusión
El Ser es y existe (significado predicativo y existencial)
El movimiento es inherente a la naturaleza del Ser.
El Ser es movimiento, es cambio, es transformación perpetua.
El Ser es proceso.
El Ser en su proceso natural crea la vida y la continua recreando:
el proceso vital.
El Ser en su proceso vital crea al ser consciente de sí mismo: el hombre.
La finalidad del Ser es el ser mismo, es el existir, como proceso de recreación perpetua, como
proceso de reproducción.
El Ser Humano recrea su existencia, reproduce su existencia trabajando.
Las potencias o capacidades del hombre se ponen en acto en esta recreación: el trabajo.
El σολετ del hombre es la recreación de su existencia, la reproducción de su vida es la finalidad del
hombre. La reproducción de la vida del hombre tiene un significado esencialmente colectivo, el
hombre es un ser social, se reproduce como sociedad en todas las múltiples dimensiones de su
humanidad.
En el trabajo, el hombre no solo recrea lo que es, reproduciendo su existencia, sino que también
recrea qué es, modificando su propio Ser.
Deber ser:
El derecho a la vida se traduce en el derecho a reproducir la existencia y, por tanto, en el derecho al
trabajo.
Cualquier orden o sistema que excluya a los hombres del trabajo niega el derecho a la vida, niega el
mismo Ser.
Proposiciones Epistemológicas
La epistemología, entendida como la disciplina filosófica que estudia los criterios de validez del
conocimiento científico, la estructura de las teorías científicas, la naturaleza del método científico y el
lenguaje de la ciencia, tiene que estar sustentada en una concepción gnoseológica, en una teoría del
conocimiento.
Consideramos un error reducir la epistemología a la rigidez positivista de reglas metódicas, la filosofía
de la ciencia tiene que ir, necesariamente, más allá. El punto de partida es el contenido del saber
mismo, por eso comenzamos citando las primeras palabras de Aristóteles en la Metafísica referidas al
saber. El siguiente paso es definir cómo se resuelve el acceso a este saber, al respecto se ha
desarrollado una antigua polémica entre racionalistas y empiristas, sin embargo, Kant nos ayuda a
comprender la relación entre la cosa en sí y la conciencia que aprehende la idea de la cosa. No
obstante, es necesario definir que la relación entre sujeto y objeto no es estática, en ese sentido
Hegel nos introduce a la idea de proceso como el camino hacia el saber.
Si bien, estamos siguiendo un camino lógico deductivo en la presente exposición, estamos lejos de
plantear, simplemente, como criterio de verdad la coherencia de las proposiciones expuestas; nuestro
criterio de verdad está referido fundamentalmente hacia lo Real.
Aunque, es necesario que precisemos:
Para nosotros esta realidad no tiene el mismo significado que para los empiristas, según ellos, la
verdad reside en la cosa y ésta puede ser aprehendida directamente por los sentidos.
Nosotros, por el contrario, proponemos que el saber subjetivo y la verdad objetiva deben adecuarse,
la certeza de sí mismo y la verdad objetiva deben identificarse, nosotros suponemos que el hombre
se hace hombre por el trabajo, y la certeza subjetiva de su humanidad se ve reflejada y confirmada en
el fruto de su trabajo como verdad objetivada, su Yo se ha plasmado en ese objeto y el Yo se
reconoce en él.
La objetivación de la verdad es un punto medular de nuestra propuesta, todo aquello que el hombre
posee como autoconciencia solo quedará como certeza subjetiva al interior de sí mismo si no es
exteriorizada, si no es objetivada, si no es reconocida por el Otro. El hombre al ponerse en acto, al ir a
la práctica, extrae de su interior esa subjetividad y la transforma en verdad objetivada, entonces, su
Yo se ha plasmado en el fruto de su acto, y, así, puede ser reconocido por el Otro. Solamente cuando
nos encontramos frente a esa verdad objetivada podemos desplegar las múltiples facetas de la
intersubjetividad y avanzar, de esta manera, en ese camino infinito de la búsqueda del Saber
Absoluto.
Desarrollo proposicional
(Aristóteles, Met..)εµετσιπε(Todos los hombres por naturaleza desean saber 1 980b)
El saber en general, el saber filosófico y el saber científico con fronteras que se diluyen cuando se
aborda las cuestiones fundamentales, es esencial a la naturaleza humana.
Sin sensibilidad ningún objeto nos sería dado y, sin entendimiento, ninguno sería pensado. Los
pensamientos sin contenido son vacíos; las intuiciones sin conceptos son ciegas. (Kant, B75)
La relación entre el sujeto y el objeto es replanteada por Kant y resuelve, así, la polémica de esa
época entre empiristas y racionalistas.
La razón se despliega históricamente. La verdad se despliega en el tiempo y adquiere nuevos
contenidos. La razón se sustenta en el movimiento de la realidad. La realidad es portadora de la
verdad que se va desplegando históricamente. La relación entre el sujeto y el objeto no es un proceso
atemporal, es un proceso histórico. (Hegel, 1998)
El saber subjetivo y la verdad objetiva deben adecuarse, la certeza de sí mismo y la verdad objetiva
deben identificarse.
El hombre se hace hombre por el trabajo, la certeza subjetiva de su humanidad se ve reflejada y
confirmada en el fruto de su trabajo como verdad objetivada, su Yo se ha plasmado en ese objeto y el
Yo se reconoce en él.
El saber científico no es acumulativo en la historia, avanza de crisis en crisis derribando viejos
paradigmas y levantando nuevos. (Kuhn, 1998)

Proposiciones Económicas Genéricas α(0)


Como derivación lógica de las proposiciones filosóficas (φ) y ) expuestas surge una nueva definición
de la economía comoεepistemológicas ( de la actividad económica, el “output”σολετciencia, si
planteamos ese nuevo final del proceso económico tiene que ser necesariamente nuevo.
Entonces, el estudio del proceso de producción y distribución de bienes para comprender la
economía será insuficiente, desde esta nueva perspectiva.
La economía debe estudiar la actividad del hombre para recrear su existencia. Esta definición de
economía tiene carácter universal, es independiente de cualquier forma de organización social
singular, esta proposición es aplicable a todas las sociedades, desde la actividad económica de una
primitiva tribu recolectora hasta la actividad más compleja de las actuales sociedades modernas.
Sin embargo, esta propuesta de definición de carácter universal podría ser adulterada si concebimos
al hombre solamente en su dimensión individual. Por ello debemos tener absolutamente claro que
cuando decimos: la economía debe estudiar la actividad del hombre para recrear su existencia, nos
estamos refiriendo tanto al ser personal como al ser social.
Esta nueva definición de economía lleva implícito consideraciones éticas que la tradicional definición
no posee, el derecho a la existencia, el derecho a la vida, el derecho al trabajo.
Enfocar la pobreza desde esta perspectiva abre posibilidades explicativas que el paradigma
neoclásico carece, una sociedad que no puede recrear su existencia será una sociedad pobre en
camino a la extinción. La pobreza tiene, entonces, un carácter absoluto. Ya no se trata de un
problema redistributivo como lo conciben las políticas del Fondo, que solo ve la pobreza relativa.
Una sociedad que excluye a una parte de sí misma y le niega el derecho a la propuesto a para la
economía.σολετexistencia no cumpliría el
El significado del concepto reproducción adquiere nuevas dimensiones cuando lo asociamos al
concepto recreación, la actividad económica del hombre no solamente restablece las energías
gastadas en el proceso productivo, sino que recrea al hombre mismo, desarrollándole nuevas
capacidades. El hombre no solo recrea lo que es, reproduciendo su existencia, sino que también
recrea qué es, modificando su propio Ser.
Reproducir la vida humana se entiende como la recreación del Ser del hombre en todas las
dimensiones de su naturaleza, en especial, de aquellas que son exclusivas de él: las formas de
conciencia.
Desarrollo proposicional
La Economía estudia el proceso económico, entendido como el proceso productivo y distributivo de
bienes para reproducir la vida humana como parte de la vida en general.
El proceso productivo no solo genera los bienes necesarios para reproducir la existencia del hombre,
sino que también reproduce al hombre mismo.
De la economía es la reproducción ampliada de la vida humana comoσολετEl parte de la vida en
general.
La pobreza es la incapacidad de generar los bienes necesarios para la existencia y para recrear al
hombre mismo.
La privación de capacidades es la negación del Ser del hombre, la pobreza niega el Ser del hombre.
Proposiciones Económicas Específicas α(1)
Introducción
La explicación de la sociedad capitalista actual ha merecido la atención de múltiples escuelas
económicas, cada una levantando su propio modelo explicativo. Las escuelas neoclásica, keynesiana
y clásica, en términos generales, son las más relevantes.
Los siglos XIX y XX fueron testigos de la contradicción que generó las teorías de Karl Marx en su
interpretación de la sociedad capitalista, contradicción que se extendió también a lo político, lo
económico y lo militar, y todavía continua.
Sin embargo, esta teoría marxista pretende, fundamentalmente, explicar la explotación, desarrolla
teóricamente las formas particulares que la sociedad moderna tiene para la apropiación privada del
excedente económico.
Entonces, al proponer la apropiación social de los excedentes, su finalidad última es la redistribución
de la riqueza, su preocupación se reduce al ámbito de la pobreza relativa y a la justicia o injusticia de
las formas de apropiación del excedente, llamada por él: plusvalía.
Para los neoclásicos, la apropiación privada del excedente económico no solamente está justificada
teóricamente, sino también éticamente. Así, la gran dispersión de los niveles de ingreso de los
diferentes estratos sociales, es coherente con el sistema.
La discusión entre neoclásicos y marxistas podría ser simplificada a un problema de redistribución, o
de justicia o injusticia de la pobreza relativa.
Sin embargo, nuestro problema no es redistributivo, nuestro primer problema no es la pobreza
relativa, nuestro problema es mucho más grave que la diferencia entre ricos y pobres. Nuestro real
problema es que la existencia como sociedad y como cultura de países como el Perú está
amenazada, nuestra existencia está en peligro.
Tomamos la teoría de la exclusión desarrollada por el Dr. Figueroa como explicación de esta pobreza
absoluta, aunque el planteamiento original este referido a la pobreza relativa. Consideramos que la
economía de subsistencia de los excluidos no permite su reproducción, por ejemplo, para tomar solo
un aspecto, podemos decir que los niveles de alimentación a los que están sometidos los excluidos,
en el largo plazo, podrían tener consecuencias genéticas y generar una raza subnormal.
Desarrollo proposicional
Consideraré tres tipos de sociedades capitalistas... [Abstractas]: épsilon, omega y sigma.
La sociedad Épsilon:
Trabajadores homogéneos.
El capital está concentrado en la clase capitalista.
Los capitalistas buscan maximizar ganancias.
Se produce un solo bien.
El sistema requiere desempleo para funcionar.
El mercado laboral es un mercado no walrasiano.
El dueño del capital se apropia del excedente.
El sistema está en equilibrio, se reproduce período tras período con desempleo y desigualdad.
Los trabajadores son excluidos de tres mercados: del mercado de trabajo (los desempleados), del
mercado de crédito y del mercado de seguros.
La sociedad Omega:
Igual a la sociedad épsilon, salvo por una diferencia: superpoblación en relación con el stock de
capital.
El único bien se puede producir también solo con trabajo y sin capital, pero su productividad será muy
baja.
El sector de subsistencia obtiene un sustento mínimo para sobrevivir autoempleándose.
El salario es superior al ingreso de autoempleo.
El sistema está en equilibrio, se reproduce período tras período con desempleo y desigualdad.
La sociedad Sigma:
Igual a la sociedad omega, salvo por una diferencia: los trabajadores no son socialmente
homogéneos.
En la población aborigen (Z) [ex colonia] las dotaciones de capital físico y capital humano (activos
políticos y culturales) serán inferiores a las del resto de la población (X)
El sistema está en equilibrio, se reproduce período tras período con desempleo y desigualdad.
La teoría de la exclusión plantea una explicación de la desigualdad y de la pobreza relativa.

Un Modelo de la Teoría “T”: El sistema de Leontief ’ )α(Proposiciones


Continuando con las derivaciones lógicas de las proposiciones anteriores, (9φvemos que la
proposición α) sobre el trabajo, la proposición 0 α(19) y las proposiciones 1 que resumen la teoría de
la exclusión, nos permitirán construir un modelo que puede explicar la pobreza. Apoyándonos en los
desarrollos teóricos de Dr. Adolfo Figueroa que resumimos en el apéndice 2, ahora, podemos
comenzar el desarrollo de nuestra propuesta.
Revisando las bases axiomáticas
Veamos, que nos dicen:
“Independientemente de cómo se organice una sociedad para la actividad de producción y
distribución de bienes, hay ciertas relaciones que se establecen entre los elementos materiales y no
materiales que intervienen en la producción. Estas son las relaciones tecnológicas.” (Figueroa, 1996)
Por nuestra parte introduciríamos solo una sutil modificación, aquella referida a los bienes, y diríamos
lo siguiente:
Independientemente de cómo se organice una sociedad para la reproducción de su existencia, hay
ciertas relaciones que se establecen entre la naturaleza y los hombres que intervienen en la
producción. Estas son las relaciones tecnológicas.
El profesor Figueroa define Economía así:
“La economía es una ciencia, una ciencia social. Estudia un proceso particular: el proceso
económico.”
“Éste es definido como el proceso de producción de bienes y su distribución entre los distintos grupos
sociales que forman las sociedades humanas.”
Nosotros introducimos nuevamente una leve modificación desde la proposición α0 (19) de la
economía. La implicancia de éstaσολετsobre el la entendemos en el siguiente alcance:
El proceso que nos interesa es el proceso de reproducción de la vida humana, en ese sentido el
proceso de producción de bienes es solamente una parte del proceso principal.
Entonces diríamos lo siguiente para definir la Economía:
El proceso económico es definido como el proceso de reproducción de la vida humana entre los
distintos grupos sociales que forman las sociedades.
Insistimos en esta diferencia sutil, porque es posible que se establezcan relaciones tecnológicas muy
eficientes (en el sentido del óptimo de Pareto) en la producción de bienes y que, sin embargo, no
logran reproducir la vida humana en su conjunto. Vimos anteriormente como la teoría de la exclusión
nos muestra la situación de segmentos poblacionales por debajo de los niveles mínimos de
subsistencia.
Concebir el objetivo del proceso económico como la maximización de la producción de bienes puede
llevarnos a políticas económicas que generan la exclusión de una parte de la sociedad. Nosotros
negamos el supuesto axiomático fundamental de la economía neoclásica que nos dice que:

La recreación del hombre


Por el contrario, nosotros afirmamos al hombre como aspecto central de la actividad económica. La
cuestión fundamental de esta investigación es recogida en la proposición φ (9) referida al papel del
trabajo en la reproducción de la existencia y el Ser de los hombres dice:
En el trabajo, el hombre no solo recrea lo que es, reproduciendo su existencia, sino que también
recrea qué es, modificando su propio Ser.
En el modelo que presentaremos, la reproducción de la existencia del hombre se expresa en Hn,
como el flujo que se desarrolla al interior del proceso económico para restablecer las energías (en
términos generales) consumidas en el proceso mismo.
Se satisface, de esta manera, la exigencia deontológica que implícitamente contiene la proposición α0
(19) sobre el σολετ de la economía.
Pero, esta reproducción de la existencia sólo satisface un aspecto de proposición φ (9) Queda
pendiente el otro aspecto, la modificación de su propio Ser.
El “output” final del proceso económico es He, el excedente económico es lo que permite, o mejor
dicho, es la recreación misma del Ser del hombre.

La cuestión fundamental de esta investigación es la afirmación de la recreación del hombre como


proceso económico histórico de aquellas sociedades que tienen la capacidad de generar excedentes.
El mito del Edén y el paraíso de la abundancia, implícitos en el paradigma neoclásico, desaparecen
de esta manera y el trabajo deja de ser el castigo de Dios, para convertirse en el aspecto fundamental
de la humanización del hombre.
La acumulación de capital
La acumulación de capital en la teoría económica neoclásica está referida a la acumulación de bienes
(capital fijo y capital variable). Esta forma de entender la acumulación es consistente con todo su
desarrollo teórico y sus supuestos axiomáticos.
Concebir la economía como proceso de recreación del hombre nos abre la posibilidad de un nuevo
enfoque en el concepto de acumulación de capital, nos referimos a:
La acumulación de capital humano.
Como desarrollaremos más adelante, la dimensión H (la potencia humana) es acumulable
históricamente.
Por ahora, tomemos en cuenta que cuando decimos que He se refiere a la modificación del propio Ser
del hombre, el qué es, estamos diciendo que esas modificaciones de la naturaleza humana son
acumulables.
Construcción del modelo
La internalización de la mano de obra en el modelo del Dr. Figueroa nos permite establecer los
coeficientes tecnológicos para la reproducción de esta misma, así los bienes se convierten en
insumos del proceso productivo de hombres.
Nueva tabla de insumo – producto
Vamos a seguir una secuencia lógica que comienza con la tabla II.6 de la obra citada del profesor
Figueroa, que supone un sistema estático, con pleno empleo, sin exclusiones y que reproduce la
población al mismo nivel de vida y de capital humano.
Pero, con una modificación solamente, no hay consumo innecesario y no hay inversión en activos
acumulables.

El sistema de ecuaciones es el mismo que en los acápites del anexo 2 (Aproximación al nuevo
modelo: Bases teóricas previas) salvo lo siguiente:

Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior


Esta tabla expresa el proceso económico de una sociedad que reproduce su existencia periodo tras
periodo, el consumo necesario está totalmente cubierto al interior del mismo proceso. Pero no
produce más, no aumenta su stock de capital, ni aumenta el stock de tierras útiles, ni aumenta su
población y la población económicamente activa se mantiene constante.
Entonces el gráfico de Frontera de Excedente Económico se modificaría de la siguiente manera:
Para ver el gráfico seleccione la opción “Descargar” del menú superior
El gráfico es exactamente igual al del anexo 2 salvo el Proceso Ph que ha sido modificado
aumentando la cantidad de bienes necesarios para reproducir un trabajador, de modo que la frontera
de excedente económico se reduce a cero.
Nueva tabla de insumo – producto (2)
El siguiente paso es avanzar de una sociedad que no produce excedentes a otra sociedad superior
que si los produce, sin embargo, surge la pregunta:
¿Qué excedentes producirá esta sociedad superior?
¿Acaso buscará aumentar la cantidad de bienes producidos de manera similar a la tabla II.6?
Sí el de esa sociedad es la reproducción de la vida humanaσολετ
¿Qué producirá?
La respuesta será:
Debe producir hombres
Pero no se trata de aumentar la cantidad de hombres,
hemos supuesto que ésta se mantenga constante
Debe producir hombres en un sentido cualitativo.
¿Qué significa hombre en sentido cualitativo?
Un hombre con capacidades superiores.
(9) referida al papel del trabajo en la reproducción de laφLa proposición existencia y el Ser de los
hombres recoge esta idea, es, a nuestro juicio, fundamental. No se trata solamente de reproducir la
existencia cuantitativa de los hombres, el proceso económico tiene como finalidad la reproducción de
la vida en un sentido cualitativo, es decir, mejorando la calidad de vida de esos hombres.
En el trabajo, el hombre no solo recrea lo que es, reproduciendo su existencia, sino que también
recrea qué es, modificando su propio Ser.
Recrear qué es el hombre significa modificar su propio Ser. No obstante, el ser humano
biológicamente hablando es inmutable, al menos en el horizonte de tiempo de la actual existencia
humana.
Entonces:
¿Dónde esta el cambio?
¿En que consiste la modificación?
Podemos responder la pregunta así:
El recipiente no cambia, lo biológico
La materialidad no cambia
Lo que cambia es la conciencia
El incremento de capacidades humanas se manifiesta como formas de conciencia
Capacidades entendidas como potencias humanas
Forma de conciencia como capacidad de regularidad y seguridad
Forma de conciencia como capacidad estructural y relacional
Forma de conciencia como capacidad de autovaloración y reconocimiento
Forma de conciencia como capacidad cognitiva
Forma de conciencia como capacidad estética
Forma de conciencia como capacidad de realización plena
Debemos producir hombres en un sentido cualitativo.
H = Hn + He
La variable H tiene que ser observable necesariamente, y así lo es, aunque no a la manera de la
observación del empirismo.
Cuando recordamos a Hegel señalamos que la subjetividad se revela como realidad objetiva en el
fruto del trabajo y nos reconocemos intersubjetivamente en ello.
La teoría económica neoclásica solamente verá objetos tangibles en el fruto del trabajo, es decir,
bienes.
Por el contrario, cuando nosotros observamos los frutos del trabajo del hombre, vemos algo más que
la tangibilidad del objeto producido, nosotros reconocemos al hombre.
Históricamente, podemos observar la acumulación de capital humano que hace posible el actual nivel
de desarrollo de nuestras sociedades. Por ejemplo, tomemos la energía y comparemos la primitiva
fogata de los primeros hombres con las actuales formas de energía, o también, tomemos sus
instrumentos y comparemos la primitiva piedra punta de flecha y las sofisticadas herramientas que
hoy usamos. Todos estos objetos nos hablan más de los hombres que los produjeron que las
fotografías de un australopiteco o de un moderno newyorkino.
Evidentemente, la observación de esta variable H no es sencilla, será necesario establecer
convenciones y acuerdos generalizados para definir las unidades de medida correspondientes, por
nuestra parte, haremos un esfuerzo de aproximación a los criterios generales para llegar a esas
unidades.
Definamos, entonces, la variable H:
Hn se define como la cantidad de energía transferida al interior del proceso económico para recrear la
existencia del hombre
Hn medido en términos de potencia recuperada, de cantidad restablecida al nivel inicial del proceso
He se define como la cantidad de energía transferida en el proceso económico que modifica qué es el
hombre
He medido en términos de potencia ampliada, que implica cambios de calidad
El proceso productivo de la industria de hogares (Ph) podría circunscribirse a la reproducción de la
existencia humana al mismo nivel que se encontraba al inicio del proceso económico. Es decir, el
proceso Ph produce hombres en el sentido Hn. Tenemos que crear otro proceso productivo que
incremente las capacidades humanas Pe que produciría hombres en un sentido He
La nueva tabla insumo producto que obtendríamos sería la siguiente:
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El sistema Leontief que se deriva de esta tabla

El proceso de producción de la industria “hogares” (P4) tiene los coeficientes que indican la mezcla de
bienes necesaria para reproducir a un trabajador y su familia, esto es el consumo necesario. Y el
consumo recreativo estaría dado por el proceso productivo de ampliación de capacidades humanas
(P5)
El proceso P4 consiste en la producción de bienes para el consumo necesario e indica la mezcla de
bienes necesarios para la manutención del trabajador y su familia. El proceso P5 consiste en la
producción de bienes para el consumo recreativo e indica la mezcla de bienes utilizados para la
ampliación de capacidades humanas.

Los procesos productivos serían cinco y generarían los siguientes “bienes”:


o B1 (bienes agrícolas)
o B2 (bienes industriales)
o B3 (bienes de capital importados)
o B4 (trabajadores) reproducción necesaria de la existencia
o B5 (trabajadores) recreación de la existencia y ampliación de capacidades
1. Simplificando la nueva tabla de insumo – producto
Para poder graficar vamos a reducir el número de procesos productivos.
Los siguientes procesos pueden ser resumidos en uno solo llamado Bk
o B1 (bienes agrícolas)
o B2 (bienes industriales)

o B3 (bienes de capital importados)


Los bienes agrícolas B1 pueden ser comprendidos como insumos de los procesos productivos de la
industria de hogares y de la industria de ampliación de capacidades, es decir, como capital de trabajo.
Por ejemplo, la producción de alimentos en x14 y x15 permitiría la alimentación de los trabajadores.
El excedente de producción de bienes agrícolas I1 sería acumulación de capital de trabajo.
Igualmente, los bienes industriales B2 también pueden ser comprendidos como insumos de los
procesos productivos de la industria de hogares y de la industria de ampliación de capacidades, es
decir, como capital de trabajo. Por ejemplo, la producción de textiles en x24 y x25 permitiría el vestido
de los trabajadores.
El excedente de producción de bienes industriales I2 sería acumulación de capital de trabajo.
Finalmente, los bienes importados B3 asimismo pueden ser comprendidos como insumos de los
procesos productivos de la industria de hogares y de la industria de ampliación de capacidades, es
decir, como capital de trabajo. Por ejemplo, la importación de software informático en x34 y x35
permitiría satisfacer las necesidades de comunicación de los trabajadores.
El excedente de bienes importados I3 sería acumulación de capital de trabajo.
De esta manera, los tres procesos productivos pueden ser simplificados en un solo proceso de bienes
de capital Bk que proporcionaría insumos xk4 y xk5 como capital de trabajo de los procesos productivos
de la industria de hogares y de la industria de ampliación de capacidades.
El stock de factores también puede ser simplificado en Bk
o X1 B1 (bienes agrícolas)
o X2 B2 (bienes industriales)

o X3 B3 (bienes de capital importados)


El stock de bienes agrícolas B1 puede ser comprendido como capital fijo de los procesos productivos
de la industria de hogares y de la industria de ampliación de capacidades. Por ejemplo, el fondo o
stock de árboles frutales en X14 y X15 permitiría la producción de frutas para la alimentación de los
trabajadores.
El excedente de producción de bienes agrícolas I1 aumentaría el capital fijo al sumarse al stock inicial.
Igualmente, el stock de bienes industriales B2 también puede ser comprendido como capital fijo de los
procesos productivos de la industria de hogares y de la industria de ampliación de capacidades. Por
ejemplo, el fondo o stock de maquinarias electro domésticas en X24 y X25 permitiría el funcionamiento
de múltiples servicios en los hogares de los trabajadores.
El excedente de producción de bienes industriales I2 aumentaría el capital fijo al sumarse al stock
inicial.
Finalmente, el stock de bienes importados B3 asimismo puede ser comprendido como capital fijo de
los procesos productivos de la industria de hogares y de la industria de ampliación de capacidades.
Por ejemplo, la importación de automóviles en X34 y X35 permitiría proporcionar el servicio de
transporte de los trabajadores.
El excedente de bienes importados I3 aumentaría el capital fijo al sumarse al stock inicial.
De esta manera, los tres fondos pueden ser simplificados en un solo stock de bienes de capital Bk que
proporcionaría servicios Xk4 y Xk5 en los procesos productivos de la industria de hogares y de la
industria de ampliación de capacidades.
Por último, en lo referente al fondo de naturaleza o tierra T asumiremos el supuesto de que ésta es un
factor redundante absoluto.
Aunque, como veremos más adelante, es necesario considerar de manera especial el proceso
económico como parte del proceso de la vida en general, como lo contempla la Economía Ecológica.
Y no como un simple recurso o factor de producción subordinado a los fines del proceso económico.
Ahora si estamos en condiciones de presentar una nueva tabla de insumo producto simplificada que
expresa el proceso de producción de bienes de capital Bk y la recreación de hombres He.
Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior
Los procesos productivos serían los siguientes:

Este es el sistema Leontief que se deriva de la tabla.


Para ver el cuadro seleccione la opción “Descargar” del menú superior
Definamos, entonces, el conjunto de variables involucradas en este modelo. Sea:
Sh = Población de trabajadores
Sk = Stock de capital
δ = Jornada laboral
Xk = Total de del Stock de capital = Sk δ
xk = Producción total de capital
xkk = Cantidad de Bk para producir Bk
akk = Cantidad de Bk para producir una unidad de Bk
xk4 = Cantidad de Bk para reproducir Hn (Proceso 4)
ak4 = Cantidad de Bk para reproducir la existencia de 1 trabajador
y su familia
xk5 = Cantidad de Bk para recrear He
ak5 = Cantidad de Bk para ampliar la capacidad de 1 trabajador y su familia
x4 = Total de trabajo necesario
x4k = Cantidad de trabajo necesario para Bk
a4k = Cantidad de trabajo necesario para producir una unidad de Bk
x5 = Total de trabajo excedente
x5k = Cantidad de trabajo excedente para producir Bk
a5k = Cantidad de trabajo excedente para producir una unidad de Bk
x54 = Cantidad de trabajo excedente para reproducir Hn
a54 = Cantidad de trabajo excedente para reproducir la capacidad de
1 trabajador y su familia (Ejemplo: trabajo en educar)
x55 = Cantidad de trabajo excedente para recrear He
a55 P) la∆= Cantidad de trabajo excedente para ampliar ( capacidad de 1 trabajador y su familia
(Ejemplo: trabajo en investigar)
H = Potencia o capacidad de trabajar de una sociedad = Sh P
Ht = Potencia al inicio del proceso
P = Coeficiente de potencia o capacidad
Pt = Coeficiente de potencia al inicio del proceso
P[t + 1] = Coeficiente de potencia al final del proceso
P∆ = Incremento del coeficiente de potencia = [P[t + 1] - Pt]
Hn = Potencia inicial para trabajar de una sociedad = Sh Pt
x4 = Trabajo necesario = Xh = [ Sh Pt ] δ
x4 = Potencia en acto para reproducir Hn (Proceso 4)
x5 = Trabajo excedente = [ Sh P∆ ] δ
x5 = Potencia en acto para recrear He (Proceso 5)
Para ver el gráfico seleccione la opción “Descargar” del menú superior
La línea de restricción está determinada por el stock de Xk y está representada en el presente gráfico
por la línea S1 S2
Luego, como hemos supuesto que el número de trabajadores sea constante la representaremos por
H1 H2

Finalmente, el consumo necesario estará representado por el segmento OR’ del proceso productivo
P4 y haciendo la sustracción gráfica correspondiente obtenemos la Frontera de Excedente Económico
PMN.
Para ver el gráfico seleccione la opción “Descargar” del menú superior
FRONTERA DE EXCEDENTE ECONÓMICO
Este gráfico de la frontera de excedente económico nos permite analizar que solamente en el
segmento MN se logra la ausencia de exclusión porque se opera con pleno empleo, en cambio, en el
segmento PM se opera con una parte de los trabajadores excluida del trabajo.
La “Economía T”, según los supuestos que hemos desarrollado, llegaría a un punto cualquiera en el
segmento MN, debido a que es una economía dinámica, y, así, en el siguiente periodo la Frontera de
Excedente Económico crecerá porque se ha acumulado capital físico y capital humano.
Se satisface, de esta manera, la exigencia deontológica de la cual se derivó αla proposición 0 (19) de
la economía y que nosσολετsobre el dice:
de la economía es la reproducción ampliada de la vida humana comoσολετEl parte de la vida en
general.

Recapitulando, podemos señalar que:


Por el contrario, la lógica del óptimo de Pareto nos lleva a una situación lejana del pleno empleo y que
genera la exclusión de una parte de la sociedad.
El laissez-faire que defiende la teoría económica neoclásica, nos puede llevar a cualquier punto a lo
largo del segmento PM, pero ese óptimo no logrará de laσολετsatisfacer el supuesto axiomático que
proponemos como nuevo economía.
¿Conduce la economía capitalista, en la versión de la teoría neoclásica, al segmento MN?
La respuesta es negativa, pues implicaría tener máquinas sin usar, lo cual implica no maximizar
ganancias
¿Podría alcanzarse el equilibrio en el segmento PM?
La respuesta es afirmativa, sin embargo, ese equilibrio implica exclusión en el mercado laboral y, por
consiguiente, no hay reproducción de toda la mano de obra, ni acumulación de capital humano para
todos los trabajadores.
Entonces, según el criterio de la teoría T, la solución neoclásica es ineficiente.
Y, sin embargo, una solución en el segmento PM puede ser “eficiente” desde α,φlos supuestos
axiomáticos [0] neoclásicos: ¡¡Un óptimo paretiano!!

2.2.1 La función de producción.

EL PROCESO PRODUCTIVO.-

CONCEPTO: El Proceso de Producción consiste en transformar unos factores o recursos en bienes o


productos.

TIPOS FACTORES PRODUCCION:


ELEMENTALES: Recursos necesarios. (Materiales, energía, equipo y trabajo)
CREATIVOS: Diseño, análisis y definición de las características.

ADMINISTRATIVOS: Dirección del proceso productivo.

APROVISIONAMIENTO DISTRIBUCION
DE FACTORES (INPUTS) DE BIENES Y SERV. (OUTPUTS)

PROCESO DE TRANSFORMACION
(TECNOLOGIA)

CLASES DE PROCESOS PRODUCTIVOS:

1.S/ VARIEDAD DE PRODUCTOS:


Producción simple
Producción múltiple
2.S/ SECUENCIA DE ACTIVIDADES:
Producción monoetapa
Producción multietapa
3.S/ NIVEL DE INTEGRACION:
Producción centralizada
Producción descentralizada
4.S/ ORIGEN DE LAS ORDENES DE FABRIC.
Producción para el mercado o para almacén
Producción por pedido o encargo
5.S/ LA EXTENSION TEMPORAL DEL PROCESO:
Producción continua
Producción intermitente

LA ORGANIZACIÓN DE LA PRODUCCION.

Es uno de los campos en los que más se ha avanzado


Ha producido disminución de los costes de los productos.
Aumento de la productividad, en el último cuarto del s. Xx por:
• Utilización de nuevas tecnologías
Aumento de la automatización:
• Mejorar la comunicación, el cálculo, el control y la utilización de grandes cantidades de datos.
Nuevas formas de organización:
• Justo a tiempo (JIT)
• Planificación de las necesidades de materiales (MRP)

LOS COSTES DE PRODUCCION.


COSTES = Consumo de recursos en una actividad productiva valoradomonetariamente.
GASTO = Salida de fondos por la adquisición de factores de producción.

CLASES:

S/ LA NATURALEZA DEL GASTO:


• Materiales
• Mano de obra
• Energía
• Amortizaciones

S/ EL VOLUMEN DE PRODUCCIÓN:
• Fijos
• Variables

S/ EL HORIZONTE TEMPORAL:
• A corto plazo
• A largo plazo

S/ LA REFERENCIA DEL CÁLCULO:

• Reales
• Previstos
S/ SU RELACION CON EL PRODUCTO:

• Directos
• Indirectos

EL UMBRAL DE RENTABILIDAD:

CONCEPTO: El Punto Muerto o Umbral de Rentabilidad es la cantidad de producto que debe


producir la empresa para que sus ingresos sean igual a sus costes, es decir, es la cantidad a partir
de la cual se obtienen beneficios.

C I
I
Ct

Cf

Q0 Q

Cf
PM = -------------------------------- P – Cvu

LA PRODUCTIVIDAD.

La productividad nos da la eficiencia del sistema productivo.


EFICIENCIA = Máximo de producto con los mínimos recursos.
EFICIENCIA = EFICACIA

PRODUCTIVIDAD EN LA EMPRESA:

PROD. de un factor= Vol. Prod./ Cantidad de factor consumido.


Pgi = P1 Q1+………+Pn Qn / f1 F1 +…….+fn Fn
TPG 0-1 = (PG1-PG0/PG0) * 100
La productividad nos sirve para tomar decisiones futuras en la producción.

ESTUDIO DE METODOS YTIEMPOS.


OBJETIVO= Aumentar la productividad
ESTUDIO DE TRABAJO: Análisis sistemático de los procedimientos, operaciones y métodos de
trabajo que se emplean con el objetivo de incrementar su eficiencia.

TECNICAS:

ESTUDIO DE METODOS: Observación y análisis de todos los métodos y formas de realizar una
tarea, tanto actual como prevista, para idear métodos más sencillos y simplificados, reduciendo así
los costes.
LA MEDICION DEL TRABAJO: Sirve para determinar el tiempo necesario para desarrollar una
tarea eficientemente y establecer una norma para que dicha tarea se realice en el tiempo previsto

LOS INVENTARIOS Y LA GESTION DE ALMACENES.

PROBLEMA IMPORTANTE: GESTION STOCKS O INVENTARIOS DE LOS

PRODUCTOS TERMINADOS Y DE LAS MATERIAS PRIMAS


COSTES QUE SE GENERAN:
I) COSTES DE ADQUISICION O FABRICACION: D* P
II) COSTES DE RENOVACION O EMISION (COSTES FIJOS DE ENTRADA EN ALMACEN):
E*(D/Q)
III) COSTES DE ALMACENAMIENTO (COSTES DE POSESION): (A+P*i)*Q/2
IV) COSTES DE RUPTURA DE STOCKS (COSTES TECNICOS O DE OPORTUNIDAD)

COSTE TOTAL: (D*P)+(E*(D/Q))+((A+P*i)Q/2)


MODELO DE WILSON

Q= 2ED /(A  Pi)

LA GESTION DE LA CALIDAD.-
La calidad suele referirse al grado en que las características obtenidas se acercan a lo previsto. La
calidad se mide por:
• Standares o normalización
• Por muestreo
La calidad es objetivo fundamental.
La calidad va a depender de muchos factores.
El control de calidad supone la inspección de la producción final.
Los costes de controlar la calidad son menores que los costes que provoca la falta de calidad.

COMPETITIVIDAD Y CALIDAD:
Una empresa es competitiva cuando sus costes permiten establecer unos precios en posición de
ventaja relativa respecto a la competencia. Esto es así, en parte, por dos motivos:
En competencia perfecta, los precios quedan condicionados por la oferta y por la demanda.

No basta con abaratar los costes cuando se hace rebajando la calidad del artículo o servicio
ofrecido por la empresa.

REDIMENSIONAMIENTO DE LA ACTIVIDAD.-

Los cambios en las tecnologías y la accesibilidad de estas a las empresas ha modificados


los sistemas de producción y los sistemas de administración, registro e inventarios.

EFECTOS:

1.- A las operaciones (downsizing)


2.- A los mandos intermedios:

• Por la aparición de los ordenadores


• Por la Delegación
• Por la Externalización (outsourcing)

La función de producción es la relación que existe entre el producto obtenido y la combinación de


factores que se utilizan en su obtención.
Dado el estado de la tecnología en un momento dado del tiempo, la función de producción nos indica
que la cantidad de producto Q que una empresa puede obtener es función de las cantidades de
capital (K), trabajo (L), tierra (T) e iniciativa empresarial (H), de modo que:

Cada tipo de actividad empresarial, industrial, o simplemente cualquier actividad productiva


(entiéndase, por actividad productiva aquella que combina los factores de la producción con el
objetivo de obtener un resultado materializado en un bien, o en la prestación de un servicio) tendrá
una función de producción diferente.
De esta forma podemos pensar diferentes ejemplos de funciones de producción. Supongamos un
agricultor que se dedica al cultivo del trigo. Este empresario utilizará la tierra de que dispone, las
semillas, trabajo, maquinarias fertilizantes, tecnología de riego, etc. La función de producción le
indicará a nuestro agricultor cuáles son los niveles de producción, cantidad de trigo, que alcanzará
mediante la combinación de todos los factores de la producción que tiene a su disponibilidad en ese
momento. Esto último es importante, la dimensión temporal. Con esto queremos decir que la función
de producción hace referencia a un momento del tiempo en que la tecnología está dada, si ocurre una
innovación o retroceso tecnológico, es decir, si ocurre un cambio en la tecnología, la función de
producción cambiará.

La función de producción en el corto plazo

Entendemos por corto plazo, ese momento del tiempo en el cuál no es posible modificar la cantidad
disponible de algunos factores, a esos factores los denominamos factores fijos; mientras que sí es
posible modificar la disponibilidad de otros factores, a los que llamamos, factores variables.
Es importante entender que el corto y el largo plazo no hacen referencia lineal a una cantidad tiempo
cronológico, sino que el concepto de corto y largo plazo se encuentra relacionado a la capacidad de
la empresa (unidad de producción) para modificar la disponibilidad de factores.
Veamos esto con un ejemplo. Supongamos que nuestro empresario es un panadero de un barrio y
atiende sólo a ese barrio, es decir es un productor de pequeña escala (tanto en tamaño de mercado
como de acceso a capitales). Supongamos también, que de un momento a otro, aumentada la
demanda por pan. El panadero de nuestro ejemplo, puede dedicar más horas de su propio trabajo a
fabricar pan, por lo que comprará más insumos y eventualmente puede contratar un ayudante. En el
corto plazo los factores variables de la función de producción de nuestro panadero, son las horas de
trabajo, y los insumos variables que utiliza en la producción del pan (harina, sal, levadura, agua, etc.).
Se nos hace difícil pensar que este empresario pueda duplicar la planta, su panadería, en el corto
plazo. Vemos así, que los factores de capital se mantienen fijos en este momento del tiempo.
Por otra parte, podemos pensar que en la ciudad que contiene al barrio de nuestro panadero, existe
una planta industrial dedicada a la elaboración de todo tipo de productos de panadería. El tiempo que
necesita esta planta para responder al incremento de la demanda por pan, es muy diferente al de
nuestro panadero artesanal. Es decir, esta planta rápidamente puede extender los turnos del personal
empleado actualmente; puede incorporar con facilidad más personal; adquirir con rapidez la mayor
cantidad de insumos necesarios para la producción. Además, si todo eso no fuera suficiente, tiene la
posibilidad de ampliar la planta, porque suponemos que su disponibilidad de capital es mayor que la
del panadero artesanal.
Este ejemplo muestra como los conceptos de corto y largo plazo, dependen de la capacidad de cada
productor para modificar todos sus factores. En general, para simplificar el análisis, se suele suponer,
que en el corto plazo, todos los factores de la función de producción son fijos, menos el trabajo, que
es el único factor variable. De esta manera, aumentar la producción, solamente es posible mediante
la adición de unidades de trabajo.

2.2.2. El modelo lineal de cambio tecnológico.

El Cambio Tecnológico: el modelo conceptual y la aplicación de la política

Sumario: El presente artículo propone un nuevo enfoque teórico del cambio tecnológico y sus
consecuentes implicaciones de política. El concepto de competitividad empresaria aquí asumido se
vincula estrechamente con la capacidad de generar innovaciones o cambio técnico. Una breve
discusión sobre el concepto de tecnología y el conocimiento tecnológico da lugar a la presentación de
una visión alternativa del “modelo lineal tradicional”. Además, el análisis del cambio técnico es
abordado desde el punto de vista de los factores generadores, por lo que se establece una clara
diferencia entre la “capacidad productiva” y la “capacidad tecnológica” de las empresas. Por último, se
hace referencia al rol de la política tecnológica y sus áreas de actuación.
I. La Competitividad y el Cambio Tecnológico

La competitividad se ha convertido en un tema de creciente interés teórico-práctico, tanto desde el


punto de vista académico como, del empresarial y de los “policy makers”. Existen diversas
definiciones de competitividad que se aplican a nivel de empresa y otras, que se consideran a nivel
agregado de un país.
En relación con el primer tipo de definiciones, se asocia a la competitividad tanto con la simple
capacidad de las empresas de vender sus productos como, con su capacidad de diseñar y producir
eficientemente de acuerdo con patrones específicos de calidad, especialmente internacionales. En
cuanto al segundo tipo de definiciones, se asocia a la competitividad con el buen desempeño de una
economía nacional dentro del comercio internacional. En algunos de estos casos se agrega además
que, para que un país sea competitivo, debe ser capaz de lograr un mayor nivel de vida para sus
habitantes y elevar el producto per cápita.Sin embargo, tal como señala Porter (1991), el principal
determinante de la prosperidad económica de las naciones es la productividad y pretender estudiar la
“competitividad nacional” es algo improcedente. En este sentido, la búsqueda de competitividad en
forma de superávit comercial, devaluaciones del tipo de cambio o bajos costos salariales está
“plagada de trampas y peligros”. O bien como señala Krugman (1994), si una firma deja de ser
competitiva tiende a desaparecer del mercado; hecho éste que no ocurre con las naciones. Es un
error considerar que los países compiten entre sí en el mismo nivel en que lo hacen las empresas.
Por ende, el concepto de “competitividad nacional” es confuso, peligroso y puede además, implicar
políticas públicas distorsionadoras.
Asumimos aquí que el concepto de competitividad se refiere principalmente a las empresas y que
éste tiene que ver, esencialmente, con la capacidad de supervivencia de las mismas en el mercado
(nacional pero, especialmente internacional). A partir de este concepto, nos preguntamos: ¿qué
determina la competitividad de una firma? Indudablemente las características del entorno
macroeconómico y sectorial en el que se desenvuelve una empresa, afectan a su competitividad.
Pero, el determinante fundamental de la competitividad es la capacidad para innovar; o, dicho en
otros términos, la capacidad para generar cambios tecnológicos. Schumpeter (1952) fue el pionero en
señalar que la base de la competencia reside, principalmente, en la innovación tecnológica.
Justificando esta línea de pensamiento se encuentran numerosos autores; entre ellos: Freeman y
Soete (1997), quienes destacan la importancia de la innovación tecnológica como motor de
generación del éxito competitivo y también, Nelson (1991), quien explica que las firmas tienden a
diferenciarse y obtener ventajas competitivas, mediante la innovación.

II. El Análisis del Cambio Tecnológico


Dentro del pensamiento económico neoclásico, se ha asignado una notable importancia al cambio
tecnológico como fuente del crecimiento económico pero, sin embargo, esta corriente de pensamiento
no incorpora con claridad una teoría de la tecnología y la competitividad. Dentro de este enfoque
teórico, el avance tecnológico es considerado exógeno a la firma y ésta sólo se limita a aplicar las
tecnologías que se encuentran disponibles dentro del sistema científico-tecnológico. Sin embargo, la
idea de que la tecnología es un bien del cual las firmas disponen libre y gratuitamente ha recibido
fuertes cuestionamientos.
A fines de la década del ’80 las denominadas nuevas teorías del crecimiento se propusieron
“endogeneizar” el cambio tecnológico en los modelos de crecimiento económico. Sin embargo estos
modelos, tal como lo destaca von Tunzelmann (1995), se concentran, casi exclusivamente, en la
formación de capital humano a nivel agregado antes que en la tecnología. La escuela que se
enmarca dentro del evolucionismo económico y del pensamiento de los reformistas Neo-
Schumpeterianos ha adelantado también fuertes críticas a la idea de tecnología como “maná que cae
del cielo”. Según este nuevo enfoque teórico, es necesario replantear qué se entiende por tecnología
para luego evaluar cómo se relaciona con las funciones de una firma y su competitividad. Estudios
realizados en la “Science and Technology Policy Research” (SPRU) de la Universidad de Sussex
intentan sobreponerse, en cierta medida, a las deficiencias teóricas del enfoque neoclásico sobre el
tema de la tecnología, desde esta perspectiva “evolucionista”. En suma, este enfoque enfatiza un
nuevo punto de vista: a pesar de que comúnmente se entiende como tecnología a los artefactos o
bienes tangibles, es decir a los propios productos o bienes de capital físico, la tecnología constituye
más precisamente, un bien intangible.
En primer lugar, la tecnología se conforma a partir de un conjunto de conocimientos, capacidades y
habilidades (o “know-how”) relacionados con la producción. En segundo lugar, estos conocimientos
no pueden ser codificados totalmente ni transmitidos fácilmente. Finalmente, la tecnología necesita
ser aprehendida y, en gran parte, consiste en un conocimiento tácito, específico en su naturaleza y
acumulativo en su desarrollo (Pavitt, 1998). Así, la tecnología influye sobre el desempeño de una
empresa en sus diversas funciones; es decir, en relación con qué productos produce una firma, cómo
los produce y cómo ésta se organiza y se administra para producir y vender. Consideramos,
entonces, al cambio tecnológico como aquellas innovaciones que realiza la firma a partir de un
conjunto de conocimientos, habilidades y capacidades. Al respecto, ya Schumpeter (1952) sugirió
diferenciar cinco tipos básicos de innovaciones. Ellos son: nuevos procesos, o nuevas formas de
producir los productos existentes con los recursos existentes; nuevos productos o nuevas versiones
de ellos; nuevas fuentes o tipos de insumos (materias primas o productos intermedios); nuevos
mercados (en sentido geográfico o en sentido de sectores de destino de los productos) y nuevos
métodos organizacionales (para organizar y controlar las actividades productivas en general).
Pero a partir de nuestra definición ¿cómo analizamos el cambio tecnológico? Existen, básicamente,
dos formas de abordar el tema. Una de ellas es analizar el cambio tecnológico desde el punto de vista
de los resultados; es decir considerando los efectos que el mismo tiene en el proceso de competencia
de una firma. Este enfoque, evidentemente, se ocupa de clasificar a las innovaciones en función de
sus resultados en el mercado una vez realizadas pero, no considera las condiciones que hacen
posible tal generación de cambio técnico. Por esta razón es de poca utilidad para comprender las
reacciones y las decisiones de la firma que contribuyen a su supervivencia.
La otra alternativa para analizar el cambio tecnológico es hacerlo desde el punto de vista de los
insumos o “inputs” del mismo. Es decir, mediante el estudio sobre cómo se desarrollan las
capacidades tecnológicas generadoras del cambio técnico. Este enfoque, a diferencia del anterior, no
tiene en cuenta solamente a las empresas que efectivamente realizan innovaciones sino que, parte
del supuesto de que no todas las empresas poseen capacidad para generar cambio tecnológico. En
base a ello, pretende analizar las causas y los determinantes de que las empresas tengan o no tal
capacidad. Nuestro estudio, el cual se sitúa dentro de este segundo enfoque, centra su interés en las
causas generadoras del cambio tecnológico más que en los efectos que éste provoca en el mercado
una vez realizado.

III. El Modelo Lineal Tradicional del Cambio Tecnológico

Tradicionalmente, los estudios relacionados con el cambio técnico así como también, muchas de las
recomendaciones generales de política para el progreso tecnológico estaban basados en el
denominado “modelo lineal”. Este modelo señala que el cambio técnico es el resultado de la
existencia de investigación científica básica, de la cual se deriva la posibilidad de realizar
investigación aplicada. Esta investigación aplicada, a su vez, posibilita la realización de desarrollos
experimentales que dan lugar, finalmente, a la innovación tecnológica y su difusión. En términos
gráficos:

Investig Investig Desarrol Innovac.


ac. ac. lo Tecnoló Difusión
Básica Aplicada Experim. g.
De este modelo lineal se deriva la conclusión de que mientras más se invierta en investigación básica
y aplicada, mejores serán los resultados alcanzados en relación con el cambio técnico y su difusión.
Este modelo, sin embargo, ha sido muy criticado dado que empíricamente no se ha podido encontrar
una fuerte asociación entre tales fenómenos. Estas críticas dieron lugar al famoso debate “tirón de
demanda versus empuje de oferta” de las innovaciones. Frente a ello, coincidimos con Freeman
(1975), quien planteó un enfoque superado de este debate en el cual se destaca la importancia tanto
del avance científico-técnico como, del reconocimiento de las necesidades del mercado y sus
posibilidades. En síntesis, para que una innovación sea exitosa debe ser resultado de: a) las bases
científico-tecnológicas generadas por el lado de la oferta, b) la identificación de las necesidades del
mercado por el lado de la demanda y c) la capacidad del empresario para combinar estas posibilidades
(técnicas y del mercado).

IV. El Conocimiento Científico y el Conocimiento Tecnológico

Como alternativa a la anterior idea de que el conocimiento científico es determinante unidireccional


del conocimiento tecnológico existe, en la actualidad, la idea de que tanto la investigación básica
como la aplicada junto con los desarrollos experimentales, están en constante interacción y
retroalimentación. Así, de la interacción entre el conocimiento científico y tecnológico se desprende el
conocimiento que puede ser codificado y fácilmente transmisible como así también, aquel
conocimiento que es tácito y basado en la experiencia (generalmente incorporado en las personas y
no fácilmente transmisible). En este sentido, cabe destacar la contribución de Dosi (1988), quien
afirma que la tecnología comprende conocimiento que proviene directamente del saber científico
(universal) pero, al mismo tiempo, comprende conocimiento que se corresponde con “el modo de
hacer las cosas” (específico). En parte, el conocimiento tecnológico proviene del “aprendizaje formal”
(articulado) y en parte, del “training” o puesta en práctica de tal aprendizaje (tácito). Por último, la
tecnología también se conforma del conocimiento que se ofrece en las publicaciones científicas y
técnicas (público) y paralelamente, del conocimiento que es secreto o está patentado (explícitamente
privado) o es tácito (implícitamente privado).
En definitiva, la anterior visión lineal y abstracta que se ha venido proponiendo para el análisis del
cambio técnico ha sufrido una profunda revisión en los últimos años. Hoy el cambio técnico es
conceptualizado como el resultado de un proceso interactivo entre diversos tipos de conocimientos:
científico, tecnológico, experimental.
Ahora bien, para comprender cómo las firmas desarrollan sus capacidades competitivas, se propone
diferenciar la capacidad tecnológica de la capacidad productiva.

V. La Capacidad Tecnológica y la Capacidad Productiva

Al respecto de las capacidades tecnológicas a nivel de firma cabe destacar la característica


“innovativa” de las mismas. Este elemento marca una clara diferencia entre lo que constituye
“capacidad productiva” y “capacidad tecnológica”.
La capacidad productiva (o de producción) incorpora aquellos recursos usados para la producción,
con una tecnología dada; mientras que los recursos “necesarios para generar y gestionar el cambio
técnico” constituyen las capacidades tecnológicas. De esta manera, incrementos en la capacidad
productiva no están ligados a la acumulación de capacidades tecnológicas. Como consecuencia, el
sólo hecho de llevar a cabo actividades productivas no necesariamente tiene efectos de aprendizaje
en relación con el cambio tecnológico. Por el contrario, las inversiones explícitas en aprendizaje son
de creciente importancia como base para la acumulación de capacidades tecnológicas (Bell y Pavitt,
1993).
El siguiente diagrama ayuda a precisar la diferencia de efectos entre cambios en la capacidad
productiva y en la capacidad tecnológica:
Capacidad
Productiva 2 4

1 3

Capacidad
Tecnológica
El eje vertical representa las capacidades productivas e indica que, en la medida en que más
avanzadas sean las tecnologías aplicadas mayores serán las capacidades productivas alcanzadas y
ello estará también asociado a mayores niveles de productividad (producto por trabajador en relación
al capital por trabajador). La aplicación de tecnologías atrasadas y más simples indica menores
niveles de capacidad productiva y menor productividad. Ello, sin embargo, poco refleja respecto del
grado de capacidad tecnológica. La capacidad tecnológica, que se representa en el eje horizontal del
diagrama, está ligada a la capacidad de generar el cambio técnico o innovar. Mientras mayores sean
las capacidades tecnológicas mayor será el grado de creación tecnológica, o la posibilidad de generar
cambio técnico (o innovaciones). En este caso la implementación de nuevas tecnologías será
“creativa”. Si las tecnologías son, por el contrario, adoptadas “pasivamente” ello indica que los niveles
de capacidad tecnológica son bajos. Así, en la zona 1 de la figura se combinan bajos niveles de
capacidad productiva y bajos niveles de capacidad tecnológica, lo que indica la aplicación de
tecnologías atrasadas y la imposibilidad de mejorarlas “creativamente”. Si las tecnologías aplicadas
son de avanzada pero no se aprende “creativamente” de ellas y por ende, no hay lugar para el
cambio técnico, se estará en la zona 2 de la figura. La zona 3 indica un alto grado de capacidad
tecnológica combinado con baja capacidad productiva; es decir que aunque las tecnologías sean
relativamente atrasadas, éstas son implementadas de manera creativa y por ende, son susceptibles
de ser mejoradas. Por último, en la zona 4 se combina la situación ideal de elevada capacidad
productiva y elevada capacidad tecnológica en donde no sólo se aplican tecnologías de avanzada
sino, que se aprende creativamente de ellas, por lo que existe la posibilidad del cambio técnico.
Habiendo señalado esta diferencia entre capacidad productiva y capacidad tecnológica, observamos
que aparece una clara implicación: una alta capacidad productiva en las empresas no
necesariamente implica acumulación de capacidades tecnológicas que den lugar al cambio técnico ni
al desarrollo tecnológico. Por el contrario, es sólo la acumulación de las capacidades tecnológicas la
que da lugar al cambio técnico y el desarrollo tecnológico.
Así las empresas, en sus intentos por alcanzar competitividad, pueden decidir acumular sólo
capacidades productivas o también capacidades tecnológicas o una combinación de ambos tipos de
capacidades. Lo importante es que sólo la acumulación de capacidades tecnológicas es la que
asegurará la posibilidad de generar cambio técnico y por ende, competitividad.

VI. Las Fuentes del Cambio Tecnológico

Ahora bien, ¿en qué aspectos del accionar de la firma pueden ocurrir la generación y la acumulación
de estas capacidades tecnológicas impulsoras del cambio técnico? En otros términos, ¿cuáles son las
posibles fuentes de cambio tecnológico y de competitividad en una firma?
El cambio tecnológico en una firma, puede provenir de las distintas funciones que ejerce la misma. La
figura siguiente muestra las principales funciones de una firma y sus relaciones con los elementos
propios del contexto:

Ciencia y
Tecnología

I&D

Técnicas

Institucione Camb. Gestión Benef. Financ.


s Org. Proceso General Finanza Externo
s s

Funciones de la firma Producto


Fuentes cambio técnico
Elementos del contexto s
Cam.
Dem.

Gustos

En la figura se señalan por un lado, aquellos factores que constituyen fuentes de cambio tecnológico
dentro de la empresa misma tales como, por ejemplo, “Investigación y Desarrollo” y “cambios
organizacionales”. Y, por otro lado, se señala cómo el contexto en el que la firma opera (conformado
por las diversas instituciones, la ciencia y tecnología, las características particulares del mercado,
etc.) influye sobre las distintas funciones de la firma. El sentido de las flechas indica el sentido en que
se producen los cambios: por un lado, existen interrelaciones entre las diversas funciones de la firma
y por otro, entre ellas y aquellos factores que, dentro de la empresa, afectan tales funciones. En el
caso de las características del entorno las flechas indican que el origen del cambio es unidireccional
dado que, en principio, el entorno macro-sectorial constituye un “dato” para la firma, que no puede ser
1
modificado por ella . El “management” o “gestión general” figura como el núcleo central de la
estructura dado que supone que es el elemento que coordina e interrelaciona todos los aspectos que
entran en juego para el funcionamiento de la empresa.
Dentro de nuestro modelo, el diagrama anterior permite identificar las posibles fuentes del cambio
técnico empresarial y por ende, los potenciales factores de competitividad en una firma. Estos
factores de competitividad, entonces, se encuentran en aquellas partes o aspectos del operar de la
firma en que puedan existir y desarrollarse capacidades tecnológicas. Como consecuencia, el logro
del cambio técnico y una mayor competitividad puede resultar de la capacidad para realizar cambios
en los productos producidos, en los procesos productivos, en la organización de los mismos y en la
gestión o “management”, en general.
VII. La Política hacia el Cambio Tecnológico y su Aplicación
Dado nuestro modelo conceptual del cambio tecnológico cabe destacar una clara implicación de
política. Dado que la firma es el ente fundamental en donde el proceso de cambio tecnológico tiene
lugar, su rol en materia de decisión de política es de importancia crucial. Es decir, dentro de un
esquema de política que tienda a favorecer la creación de capacidades tecnológicas, las firmas no
deben ser consideradas como meras receptoras de tal política. Por el contrario, junto con los
organismos de aplicación de la política (tales como los ministerios de economía y los consejos o
ministerios de ciencia y tecnología), la empresa debe ser el tercer actor central en la decisión de
política.
Por un lado, una política tecnológica puede fijar ciertos lineamientos estratégicos sobre la
forma en que se facilitará la generación y acumulación de capacidades tecnológicas. Por
ejemplo, decidir si se basará en esfuerzos locales de aprendizaje tecnológico o si se basará en
la transferencia de tecnologías desde el extranjero, con un complemento de capacidades
locales que permita la absorción de ese conocimiento tecnológico transferido. En función de
esta elección estratégica, podrá decidir sobre la aplicación de instrumentos de política
específicos.
Por otro lado, y más allá de la estrategia elegida, la política deberá actuar en aquellas áreas en donde
las firmas encuentren obstáculos para hacer posible la acumulación de capacidades tecnológicas. En
efecto, las firmas, especialmente si son pymes, pueden encontrar ciertas limitaciones para ello. Por
ejemplo, la inversión en investigación y desarrollo por teoría, posee resultados inciertos en cuanto a la
generación de innovaciones y por ello, es un gasto que no siempre las pymes están en condiciones
de llevar a cabo. En segundo lugar, éstas pueden no encontrar en el mercado recursos humanos
suficientemente calificados como para absorber y acumular el conocimiento tecnológico necesario
para hacer posible la generación de cambio técnico. En tercer lugar, pueden no encontrar en el
mercado de servicios tecnológicos la infraestructura adecuada que apoye y estimule la generación de
capacidades tecnológicas al interior de la firma.
De ello se deriva que son tres las grandes áreas de actuación de una política tecnológica: 1) el
financiamiento de actividades tecnológicas en las empresas; 2) la formación y la capacitación
de los recursos humanos y 3) el desarrollo de la infraestructura tecnológica. La infraestructura
tecnológica se compone, a su vez, de tres elementos básicos: i) las instituciones que ofrecen
servicios de metrología, calidad, normas, etc.; ii) las instituciones de investigación, tanto
públicas como privadas (universidades, centros de investigación y desarrollo, etc.) y iii) la
asistencia técnica y las actividades de extensión.
Así el financiamiento de las actividades tecnológicas, que debe responder estrechamente a las
necesidades de la demanda de las empresas, puede por ejemplo ser asistida mediante mecanismos
de “bonos” a la demanda o mecanismos de fondos compartidos (“matching grants”), entre otros. La
política hacia los recursos humanos debe apuntar a la formación y capacitación que permita la
generación de conocimiento tecnológico local y el aprendizaje del nuevo conocimiento tecnológico
implícito en la transferencia de tecnologías desde el extranjero. Por su parte, la política hacia el
fortalecimiento de la infraestructura tecnológica, debe considerar instrumentos adecuados para
promover la oferta de servicios tecnológicos en función de la demanda empresarial y también, puede
facilitar la asistencia técnica para acompañar a las empresas en el proceso hacia la innovación.

2.2.3. La innovación como variable inducida.

En 1971, Hayami y Ruttan, propusieron en el marco de la teoría neoclásica de la producción y de la


firma, una teoría de innovación tecnológica e institucional en la agricultura, la cual facilita el
entendimiento del proceso de desarrollo en el sector agrícola.
El modelo de la innovación inducida considera la tecnología como un elemento fundamental del
desarrollo agrícola y del uso eficiente de los factores de producción. Intenta explicar por qué y cómo
los productores agrícolas pueden impulsar y estimular el desarrollo y la adopción de nuevas técnicas
de producción socialmente más eficientes y por qué para ello es necesaria la participación del sector
público (Machado y Torres, 1987).
El punto central del modelo de la innovación inducida, es la existencia de numerosos patrones de
desarrollo tecnológico y de crecimientos de la productividad en el sector agrícola. Los cambios en los
precios de los insumos, reflejan su escasez relativa, lo cual representa una señal en la guía de la
investigación para la adopción de nuevas tecnologías e instituciones.
La teoría explica el cambio tecnológico a través del comportamiento de los precios relativos de los
insumos. Por ejemplo en las sociedades en que el trabajo es un factor de producción escaso y por
ende costoso, debe existir la posibilidad de sustituirlo por otros factores como la tierra y el capital,
mejorando los implementos y la maquinaria agrícola con los cuales se puede cultivar mayores
extensiones de tierra. En consecuencia, la escasez relativa del factor trabajo debe orientar la
investigación agrícola hacia la generación y adopción de paquetes tecnológicos poco intensivos en el
uso del trabajo. El que se induzca o no una innovación en el sector agrícola para adoptar una nueva
tecnología depende, fundamentalmente de los precios relativos de los factores productivos, los cuales
expresan la situación de escasez relativa de los factores de producción e insumos en la sociedad.
En cuanto a la innovación institucional, Hayami y Ruttan reconocen que no solo los investigadores
responden a las condiciones que crea el mercado, pues las instituciones que orientan el uso de la
tecnología también lo hacen con las nuevas oportunidades, por lo que la innovación institucional es
una respuesta a la búsqueda de un empleo más eficiente de los recursos disponibles y de mayor
abundancia.
El modelo de la innovación inducida también se basa en la hipótesis de que cambios en las
oportunidades económicas generan cambios institucionales por la misma vía que inducen cambios
tecnológicos. Este cambio institucional facilita la incorporación de variables endógenas de la
economía al modelo de crecimiento.
Tal es el caso de los cambios tecnológicos, que inducen a cambios en las expectativas de las
instituciones en cuanto a la asignación de recursos, por lo que el desarrollo de la agricultura ocurre
con cambios en la función de producción, lo que influye directamente en el nivel de producción
obtenido (Stevens y Jabara, 1988).
En síntesis, el modelo de la innovación inducida se basa en: 1) la existencia de mercados en los que
los precios de los bienes reflejan su escasez o abundancia y 2) mecanismos institucionales que
recojan, canalicen y procesen las necesidades e iniciativas de los productores agrícolas en materia de
innovación técnica. Al darse ambas condiciones se genera en consecuencia, un progreso tecnológico
sostenido y difundido en el sector agrícola, el cual conlleva a un uso eficiente de los factores de
producción disponibles.
La teoría de la innovación inducida complementa el marco teórico sugerido por la teoría neoclásica de
la producción, al plantear cómo los productores y las instituciones de investigación y desarrollo
tecnológico para la agricultura se ven inducidos a generar y adoptar innovaciones y cambios en la
forma cómo producen (en el caso de los productores), cuando se dan modificaciones en los precios
de los insumos y de los factores de producción. Así, el cambio en los precios relativos de los insumos,
esto es, el proceso en que unos insumos aumentan más de precio que otros, debe inducir al uso de
tecnologías y propiciar innovaciones y desarrollo tecnológico que estimule el uso de los insumos y de
los factores de producción más abundantes (más baratos en términos relativos).
Este es un comportamiento, que de acuerdo con la hipótesis de trabajo de esta investigación, se
supone que asumieron los productores de papa del estado Mérida ante el encarecimiento relativo de
algunos insumos utilizados para producir (semilla certificada importada, fertilizantes y otros
agroquímicos).

2.2.4. La demanda como causal de innovaciones.

Planteamiento general
Los cambios en el nuevo orden internacional han propiciado el replanteamiento de las condiciones
organizacionales entre el capital y el trabajo. La competencia comercial a nivel internacional,
encabezada por tres potencias industriales (Estados Unidos, Alemania y Japón), subyace de una
nueva estructura fundamentada en la regionalización de las economías que exige buscar alternativas,
tanto de innovaciones organizacionales como de innovaciones tecnológicas que garanticen el
incremento de la productividad del proceso de trabajo. De esto depende que un bloque comercial
determinado supere en la competencia comercial al otro.
A grosso modo, cada bloque comercial representa un modelo de proceso productivo que, a la luz de
la competencia en la década de los años ochenta, ya mostraba sus aciertos y limitaciones ante la
nueva condición de la economía internacional. La apertura de las economías, la saturación de
equipos básicos de producción en el mercado y el descenso de la demanda, fragmenta mucho más al
mercado imponiendo fuertes retos a la productividad de las empresas. De tal forma que en lo
sucesivo se requerirá garantizar la disminución de los costos, alimentar al mercado y conquistar
nuevos círculos de consumidores cuya demanda está especificada. Es decir, que la competencia
económica entre las empresas y las naciones se vuelve mucho más compleja.
Un aspecto que, en la perspectiva de este trabajo, es importante considerar, es que en la década de
los años ochentas el neoliberalismo parecía constituirse en el paradigma dominante que no sólo
definiera las formas que rigen las relaciones políticas, sino también las económicas y las sociales.
En ese sentido, es entendible cómo se cifró la atención en el éxito de la economía norteamericana,
puesto que su proyecto político, económico y social exaltó las virtudes de individualismo que
impregnó y definió las formas de relación entre el capital y el trabajo, es decir, las relaciones internas
del proceso productivo. De tal forma que, la incapacidad de ese sistema para superar la crisis
económica, que presiona sobre Estados Unidos desde principios de los años ochenta, sugiere de
antemano que su modelo productivo no dio los resultados esperados.
Sus formas de contratación individual, la intensificación del trabajo, la falta de calificación de sus
trabajadores, y por ende, la incapacidad para incorporar innovaciones organizacionales no elevaron la
productividad al nivel requerido para que Estados Unidos mantuviera la primacía económica que
todavía poseían a principios de los años setentas.
Por otra parte, se advierte a dos sociedades que emergieron como potencias económicas después de
la Segunda Guerra Mundial, las grandes perdedoras militares, Alemania y Japón, que en alianza con
Italia conformaron el bloque fascista que aspiró a conquistar el mundo. Aquí vale la pena recordar que
estas dos sociedades, crecieron con el respaldo financiero de los Estados Unidos, pero, sobre todo,
con base en una alta tecnificación de los procesos de trabajo (innovación organizacional y
tecnológica), que con el apoyo de un Estado benefactor lograron reconstruir sus economías hasta
ocupar los lugares más importantes a nivel internacional. Así, podemos pensar que de estos dos
proyectos de reconstrucción, principalmente del japonés, emergió el modelo de producción que hoy
constituye el paradigma productivo que, hoy por hoy, inspira a los países competidores, desarrollados
y subdesarrollados, para implementar, fundamentalmente, las innovaciones organizacionales que
resuelvan la cambiante y adversa situación económica.
En ese contexto, es necesario identificar las características generales de cada uno de los modelos de
relaciones laborales, para así extraer algunas conclusiones preliminares en cuanto a los diferentes
elementos que intervienen en el proceso de trabajo, y principalmente, lo concerniente al papel que
juegan los recursos humanos en la promoción de nuevas formas organizacionales que eleven la
productividad.
Tres aspectos que se requieren considerar como premisas en el tratamiento de las nuevas relaciones
laborales, son:
1. Que el movimiento obrero a nivel internacional se encuentra prácticamente derrotado, por lo que el
trabajador ya no cuenta con las instancias que le permitían, colectivamente, resistirse a la
explotación. Por lo que aparentemente, no debiera existir elemento alguno que impida que el capital
redefina las relaciones capital-trabajo, es decir, que restructure el proceso productivo a partir de las
nuevas necesidades del capital.
2. Que el aspecto tecnológico es preponderante para marcar nuevos ritmos de productividad, de tal
forma que si uno de estos dos modelos no cuenta con la capacidad suficiente para introducir
innovaciones organizacionales en el proceso de trabajo, quedará rezagado en la competencia
comercial.
3. Que el aspecto de la cultura, en general, y el de la cultura laboral, en lo particular, le asigna una
nueva dimensión al papel que jugará el factor humano. De tal forma que el reto fundamental para el
capital será el cómo comprometer al factor humano con los requerimientos de productividad y calidad
que exige el nuevo contexto económico internacional.
Los modelos organizacionales “clásicos”
A principio de este siglo predominaron dos teorías, que de hecho, guiaron la lógica organizacional del
proceso de trabajo: se trata del fordismo y el taylorismo. Las dos vertientes tuvieron como objetivo
primordial el elevar la productividad, y por lo tanto, en lo esencial, elevar la tasa de ganancia. El
aporte fundamental que hacían estas teorías de la productividad era el control que se imponía a la
mano de obra bajo los principios de tiempos y movimientos. Con esto se logró de manera más clara el
paso de una explotación absoluta a una relativa.
Es decir, que en lo sucesivo, el capital mantendría un mejor control sobre el proceso de trabajo, a
partir de la mano visible7 de la dirección que intentará introducir elementos innovadores a nivel
organizacional, y también tecnológico, para elevar la productividad. Evidentemente, la progresiva
introducción de la tecnología en el modelo organizacional del trabajo que se impulsó, a partir de estas
teorías, marcó otro ritmo que hizo más sencilla la instauración de un control de tiempos y
movimientos. En ese sentido habrá que distinguir entre la elevación de la productividad por causa de
la innovación tecnológica y el aumento de la productividad, promovido por el mayor control del
proceso de trabajo, que es en el que cifraremos la atención de este trabajo. Se trata, entonces, de
diferenciar entre los efectos que tiene la introducción de tecnologías duras y las tecnologías blandas
que llaman la atención sobre el papel que juega la participación de la mano de obra en la planificación
de las nuevas estrategias organizacionales.
Por un lado, el taylorismo8 se caracterizó fundamentalmente por la especialización de los
trabajadores en una actividad concreta del proceso de trabajo, obvio, esta especialización
corresponde a la misma naturaleza de la división social de trabajo sobre la que emergió la estructura
productiva capitalista. En ese sentido, la emergencia de la teoría de la producción taylorista
representa la solución que el capitalismo da en una etapa determinada en la que se requiere elevar la
productividad; más concretamente, el controlar el proceso de trabajo a partir de los principios de
tiempos y movimientos, definiendo su ritmo conforme a objetivos predeterminados.
Esto reflejó, a nuestro parecer, dos cuestiones fundamentales: una, que se hacía evidente la
separación entre el trabajo directivo y el trabajo concreto, entre cuadros gerenciales y trabajadores;
dos, que en un contexto de resistencia de los trabajadores a la explotación, el capital intenta controlar
la acción del trabajo. Así, el taylorismo viene a resolver la posible independencia del productor directo
en el proceso de trabajo. De ahí que en lo sucesivo, la productividad irá en aumento en la medida que
se eliminen los tiempos muertos, por lo tanto, el control de los tiempos y movimientos impone una
progresiva especialización de cada posición en la línea de montaje. La permanencia del trabajador en
una posición específica es lo que propicia una mayor especialización del trabajo, y por tanto, desde
esa óptica, su posibilidad para incrementar la productividad.
En ese sentido, por lo que toca a las innovaciones organizacionales que en lo sucesivo se incorporan
en el proceso productivo, tendrán como referente básico los principios tayloristas que permiten
establecer medición entre tiempo de trabajo y volumen de producción. Pero, sobre todo, el controlar el
comportamiento productivo, a nivel individual y colectivo, en un lapso determinado de tiempo. Es
decir, que se trata de una relación muy estrecha entre la especialización del trabajador y el tiempo en
que logra cierto volumen de producción.
Por su parte, el fordismo se caracteriza en que, basado en los principios tayloristas,9 promueve la
especialización del trabajo, y por tanto, la elevación de la productividad a través de la incorporación
de tecnología al proceso de trabajo. De hecho, esta estrategia del capital es lo que hace al trabajador
un apéndice de la máquina. La línea de montaje, y por tanto, la organización del trabajo, queda
estructurado a partir del ritmo y los requerimientos de la maquinaria utilizada en el taller, fábrica o
industria. La acumulación del taylorismo y el fordismo determina la nueva disciplina industrial que en
lo sucesivo sustentará la esencia de la organización del trabajo. Por ello, las proposiciones que Taylor
y Ford hacen a las teorías de la productividad revisten vital importancia al hacer posible la idea de
tiempo asignado. A través de la línea productiva, Ford aporta el concepto de tiempo impuesto que se
refiere a la especialización de las funciones, la fragmentación de las tareas y la medición de tiempos y
movimientos.
Este modelo original (basado en una producción en masa sobre líneas de montaje rígidas, con
necesidades de poca calificación para dotar de mercancías rígidas) entra en auge conforme se van
multiplicando los mercados, tanto a nivel internacional como nacional. El desarrollo industrial y la
expansión del mercado de trabajo propicia y respalda una producción en serie que pretende atender
la demanda de las masas. Esta situación de auge llega a su crisis al momento en que emergen
nuevas potencias económicas (Alemania y Japón) que le disputan la supremacía a la economía
norteamericana, y cuando el modelo individualista sustentado en los principios taylor-fordistas entra
en crisis en los años setenta.
El llamado neofordismo llega a su término por provocar la erosión de las relaciones entre el capital y
el trabajo que, en retrospectiva, afectaron los niveles de productividad.
El individualismo norteamericano había concedido demasiadas atribuciones al capital: una
contractualización a largo plazo de la relación salarial, sin restricción al derecho empresarial al
despido, programación de los aumentos salariales indexados a los precios y a la productividad en
general.
Es decir, que en el periodo que corrió del fin de la 2da. Guerra Mundial a los años setenta, se eliminó
toda iniciativa entre los trabajadores para proponer alternativas en el proceso de tra- bajo que
garantizaran la elevación de la productividad.
La crisis del fordismo en los años setenta, del neofordismo, es la causa de un marco de
competitividad donde se hace evidente que su lógica no alcanzó a elevar la productividad al grado
requerido por el nuevo orden internacional, en el ámbito económico. Las empresas norteamericanas
que adoptaron ese modelo productivo entraron en un proceso de endurecimiento tecnológico que no
modificó en lo sustancial el proceso de trabajo, se privilegió a la innovación tecnológi-ca sobre la
organizacional.
Así, entendemos la lógica de los cambios que en la etapa del posfordismo se intentan implementar. El
posfordismo es un intento de restructuración del modelo de producción que las empresas
norteamericanas, fundamentalmente, intentan introducir para recuperar el terreno perdido en la
competencia económica contra capitales extranjeros, principalmente japoneses y alemanes. Tres
principios sobre los que se basa esta propuesta son: 1) distribuir el trabajo en “islotes” y pequeños
grupos de trabajo, rompiendo con la lógica de los puestos individuales y las actividades parcializadas;
2) romper la lógica unidimesional de la línea de montaje e instaurar una nueva organización del
trabajo a través de minilíneas; y 3) remplazar la banda de ritmo fijo. Se trata, ahora, de incorporar
cambios a nivel de la organización del trabajo, de innovaciones organizacionales, y no tanto de
incorporación de tecnología, aunque evidentemente también son muy importantes.
Los nuevos propósitos de la economía norteamericana y británica, que anteriormente se sustentaron
en el modelo neofordista, intentan ahora responder a una demanda profundamente imprevisible, que
en un contexto de crisis económica a nivel internacional, exige atender nuevas condiciones tanto de
calidad como en cantidad; por lo que resulta imprescindible implementar suficientes innovaciones en
el proceso de trabajo, tales que permita atender la diversificación del mercado. Es por esto que la
administración norteamericana es influenciada por la experiencia del modelo japonés, de su éxito,
que se basa, grosso modo, en el principio de “justo a tiempo”.
El dilema para el posfordismo está cifrado en el rompimiento que supone el modelo, en cuanto a la
marginación participativa de los trabajadores en el proceso de trabajo. Por ello, el reto para el capital
es la creación de una nueva cultura laboral que comprometa a los trabajadores con los objetivos de
productividad que hoy imperan en el mercado.
Se reconoce, entonces, la necesidad de “humanizar” las relaciones con el factor humano productivo.
Este cambio significa la transición de la producción en masa a la especialización flexible que prioriza
la creciente y permanente segmentación del mercado. Este intento es producto del fracaso de tres de
las empresas más poderosas de Estados Unidos y del mundo entero, como es el caso de Steel
(productora de acero), General Motors (industria automotriz) e IBM (industria de la electrónica); estas
super-empresas tuvieron su crisis en situaciones que fueron aprovechadas por empresas mucho más
chicas, con alta tecnología y con gran capacidad de establecer una producción flexible.
Así, en lo sucesivo, la productividad se impulsará a través de:
1.- Empresas medianas y pequeñas más o menos especializadas.
2.- El sustento de la oferta territorial del trabajo calificado para una rama específica.
3.- Una producción orientada con flexibilidad a la demanda.
Esto marca una clara tendencia de la grandes empresas hacia su restructuración en unidades
semindepen- dientes dentro de una estructura flexible, en todos los terrenos. En cuanto a sus
recursos humanos, financieros, activos y de producción. Por eso es factible afirmar que el
posfordismo no significa otra cosa que el intento de apropiación de la experiencia del modelo
japonés.
El modelo japonés: el nuevo paradigma
Es evidente que tanto el modelo de producción de Alemania como de Japón toman como base los
fundamentos de la productividad propuestos por Taylor y Ford, sólo que intentan eliminar los factores
político-culturales que resultan nocivos para garantizar la participación y por tanto el compromiso de
los trabajadores. En ese sentido se entiende la sugerencia de Bell, respecto al rompimiento existente
entre la política y la economía, entre la cultura y la economía, donde según su interpretación la crisis
cultural, en la que nosotros incorporamos la crisis económica, se debe a la exacerbación del
individualismo.
En ese sentido, se hace entendible el éxito del modelo japonés.
Este modelo de producción se conoce bajo el nombre de modelo “toyota” o modelo “ohnista”, y se
fundamenta en dos principios básicos:
1)la producción de “justo a tiempo”
2) la “autoactivación”.
Evidentemente, este modelo de producción promueve la incorporación de altos niveles de tecnología
en el proceso de trabajo, pero también queda respaldado por la cultura japonesa proveniente del
periodo de posguerra.
Las condiciones económicas fijaron los retos que tanto gobierno como empresarios vencían ya a
principios de los años setenta. Esto impuso una lógica que guiaría a la producción a ofertar las
pequeñas cantidades que demandó el precario mercado japonés de los años cincuenta. De ahí que el
principio del “justo a tiempo” implique otra serie de elementos que redondean el alto grado de
adaptación del modelo japonés, así como su gran capacidad para bajar los costos. El “justo a tiempo”
impone una disciplina de “inventarios cero”, tanto de materia prima como de productos terminados,
este es el primer elemento que determina la reducción de los costos.
A la vez, el principio de los “inventarios cero” es lo que otorga la lógica a la idea de “empresa mínima”,
que hoy emerge como el principal objetivo de la modernización productiva. Se trata de una estructura
con una alta propensión a flexibilizar los volúmenes de producción, así como a variar el tipo de
producto. Para ello, desde el momento en que se concibe el esquema de una empresa se definen
estrategias para evitar los excesos tanto de personal como de equipo.
Estos son los principales puntos que Occidente ha intentado copiar del modelo japonés, y que hasta
cierto punto incorporan, a través de una política administrativa predeterminada, controlable podríamos
decir. Esto es lo que Ohno concibe como un modelo adaptado a la producción de volúmenes
limitados de productos diferenciados y variados.
Pero existe otro factor que posiblemente represente la esencia del éxito japonés, se trata del factor
humano, y por lo tanto, de la cultura laboral que impera en el Japón. Si a algún factor de la
producción se le debe el mayor mérito en el mantenimiento de un alto grado de productividad, con el
respectivo grado de calidad requerida actualmente, es al papel que juegan dentro del proceso de
producción los trabajadores japoneses. Se trata de un relación de trabajo en la que existe un
compromiso negociado que reditúa en una alta participación por parte de los trabajadores; ya sea
para controlar la calidad, ya sea como fuerza innovadora para mejorar los procedimientos en la
organización del trabajo. Aquí radica realmente la fuerza del modelo japonés. Evidentemente, el
compromiso asumido por parte de los trabajadores está respaldado por el compromiso empresarial en
cuanto a la remuneración.
Un sistema de remuneración basado en la productividad colectiva, rompiendo el individualismo,
propicia el compromiso del grupo para garantizar el volumen y la calidad. Una remuneración de retiro
que garantiza la reproducción material del trabajador después de su “vida productiva”, promueve
mayormente su compromiso con los objetivos de la empresa, esto es, con el tiempo efectivo de
trabajo. Esto hace que, el trabajador japonés tenga un alto grado de participación en las innovaciones
organizacionales que repercuten favorablemente en los objetivos de productividad que hoy imperan
en las nuevas condiciones de la competencia internacional.
El mismo aspecto de la innovación tecnológica recae en la mano de obra, que en el caso japonés, al
contar con un alto grado de capacitación, fortalece la potencialidad de los trabajadores para proponer
mejoras en los sistemas de calidad. Entonces, los requerimientos de diversificación en la producción,
que sólo se sustenta en una estructura flexible, depende en mucho del compromiso de los
trabajadores con la empresa. Ese constituye el desafío de los empresarios y naciones que piensan al
revés.
De tal forma que, si la tendencia de hoy apunta hacia incorporar al trabajador activamente, con una
disposición de polivalencia en un marco de automatización y alta calificación de la mano de obra,
habrá que pensarse en la oportunidad de un trabajador altamente participativo. Esto provocará, para
beneficio de las empresas, la reconformación de las estructuras de poder y autoridad al interior de las
unidades productivas, donde se tendrán que construir nuevos estilos de liderazgo, que permita y
motive el incremento de productividad.
Gran ejemplo ofrece la experiencia del modelo de producción japonés, aunque hoy, también ellos
resien- tan la presión de una economía internacional conflictiva.

Moraleja para el empresariado mexicano


A partir de las nuevas tendencias del orden internacional, se hace evidente que la competencia
comercial recaerá en la capacidad innovadora de cada economía. La peculariedad de este fin de siglo
es que, el potencial tecnológico que determinará la jerarquía de las naciones gira entorno a la
capacidad de cada economía para impulsar las tecnologías blandas. Esto es, el conjunto de
conocimientos organizacionales que desarrollen todas las habilidades de los recursos humanos, y
sobre todo, de aquellos encargados de la producción directa. Esta es la enseñanza que nos deja el
modelo de relaciones laborales japonés, y en menor medida también, el alemán.
De hecho, los intentos que se han realizado en Estados Unidos para implementar un modelo a
semejanza del japonés, confirma la validez del paradigma laboral oriental aunque, también, refleja la
erosión de un modelo de relaciones laborales donde el intercambio entre empleadores y trabajadores
favorece progresivamente a los primeros. En ese sentido, es fundamental advertir que los
empresarios norteamericanos comienzan a reconocer que no se puede promover una actitud obrera
más cooperativa sin ofrecer “algo” a cambio. La crisis del paradigma “norteamericano” obliga a tener
muy presente que la esencia de todo tipo de relación social se fundamenta en un intercambio entre
las partes. Así, un empleador y un trabajador no solamente intercambian valores a partir de la compra
de la fuerza de trabajo; el intercambio se torna mucho más complejo cuando reparamos en
cuestiones culturales, y ahí, el intercambio simbólico adquiere mayor relevancia. El status de una
empresa se transfiere al ámbito privado como status individual, etcétera. Sin embargo, la crisis
económica en ese país, previo desmantelamiento del Estado benefactor, así como una capacitación
cada vez menos apegada a las exigencias del nuevo orden internacional, han provocado la falta de
compromiso del trabajador norteamericano, en un momento en que su participación es fundamental
para redefinir las estrategias organizacionales.
Si esta es la situación que prevalece en economías como la norteamericana, ¿cuáles son las
condiciones laborales en economías como la nuestra? ¿Cuáles son los principales retos de la cultura
laboral en México? ¿Cómo se definirán las posibilidades inmediatas para cumplir con los
requerimientos del nuevo orden internacional?.
En primer lugar, es necesario reconocer que la economía mexicana se mantiene marginada en
relación a los avances de la tecnología, esto es, que no desarrolla tecnología de punta ni accede a
ella, puesto que a diferencia de los que el empresariado mexicano cree, la tecnología no circula como
una mercancía común en el mercado internacional. Por lo cual, es absurdo pensar que las naciones
poseedoras de la tecnología de punta la transferirán a sus competidores comerciales, sin importar su
jerarquía en el orden internacional.
En segundo lugar, nuestra economía carece de un circuito que vincule, dinámicamente, la relación
producción-educación, y como consecuencia la investigación que requiere el impulso de nuevas
condiciones del proceso de trabajo adolece, también, de un agresivo programa de capacitación que
rescate la situación en el mediano plazo.
Tercero, lo que urge es el impulso de una nueva cultura laboral que tenga presente, como una
cuestión fundamental, la necesidad de garantizar el intercambio de valores entre las partes. Pues la
crisis económica por la que atraviesa nuestra sociedad, ha servido para confirmar las actitudes
despóticas del empresariado mexicano, quienes pretenden resolver el problema con recortes de
personal. Es decir, que en los hechos, independientemente que el discurso empresarial se vaya
modernizando, se ha optado por una burda concepción de la flexibilidad laboral.
En síntesis, lo que requiere la economía mexicana es la constitución de un modelo de relaciones
laborales que contemple la especificidad de nuestra cultura, así como las variantes que impone la
crisis económica y política que hoy nos azota. Se requiere fundar un nuevo pacto laboral cifrado en
nuevos valores que garanticen el reconocimiento de ambas partes, de manera que el compromiso
adquirido tanto por empleadores como trabajadores permita avanzar en la construcción de
organizaciones que resuelvan los laberintos del nuevo orden internacional.

2.2.5. La empresa, la estructura del mercado y la innovación.

RESUMEN EJECUTIVO
Este resumen ejecutivo considera los principales aspectos contenidos en el Estudio sobre
innovación y estructura de propiedad de las empresas españolas elaborado para la Dirección
General de Política de la Pequeña y Mediana Empresa del Ministerio de Industria, Turismo y
Comercio. De acuerdo a ello, se presenta una síntesis de la motivación, objetivo y situación de cada
una de las categorías del análisis evaluadas, es decir: el problema interno de asimetría informativa
que se puede generar en la empresa debido a su estructura interna y el efecto que el mismo puede
tener sobre las inversiones y resultados de la innovación empresarial. Finalmente se
presentan las principales conclusiones obtenidas del estudio teniendo en cuenta la situación de las
empresas españolas tanto en la composición de su estructura de propiedad y capital interna como
en sus resultados e inversiones innovadoras.
La evolución de la economía ha hecho que en las empresas la búsqueda por extraer el máximo
provecho de sus potencialidades pasara de absorber únicamente las ventajas de su entorno,
siendo en muchas ocasiones el mercado el que actuaba como mecanismo de control de la
competencia empresarial, a que en la actualidad, las empresas decidan distinguirse de sus
competidoras explotando al máximo tanto las oportunidades que les brinda el entorno como las
potencialidades internas de su misma organización. Existe un reconocimiento del insuficiente papel
del mercado y los precios para guiar las decisiones de inversión y financiación y del importante
papel de la estructura empresarial interna y de la regulación de la misma en la toma de decisiones
más transparentes dentro de los agentes que la componen (Salas, 2002). La “empresa clásica”
ha evolucionado convirtiéndose en la “moderna corporación” donde la especialización de las
funciones cobra mucha más importancia que en el pasado y donde aparecen mayores
problemas relacionados con las asimetrías informativas y los conflictos de intereses por parte de los
individuos que forman la organización.
La incorporación de personal externo a la propiedad en las tareas de toma de decisiones
empresariales puede hacer surgir problemas debido a la divergencia en los objetivos buscados por el
propietario no gerente y por el gerente no propietario (Berle y Means, 1932; Jensen y Meckling,
1976; Hermalin and Weisback, 1991; Rodríguez-Sanz, 1996, entre otros). La separación
efectiva que se produce entre propiedad de la empresa y control de las decisiones gerenciales,
como consecuencia de la dispersión del accionariado entre muchos accionistas y la delegación de
la capacidad de decisión en el gerente profesional, lleva a que se den problemas de
apropiación de rentas de control por parte de los gerentes los cuales actúan en ventaja respecto a
los propietarios (Jensen y Meckling, 1979; Galve y Salas, 1992; Milgrom y Roberts, 1992; entre
otros). Es por ello que los propietarios pueden llegar a incrementar el control sobre las acciones
tomadas por los gerentes o a mejorar el sistema de incentivos sobre los mismos con el único objetivo
de hacer que la divergencia de intereses tienda a disminuir, de forma que acaben convergiendo en un
objetivo común beneficiando tanto a propietarios como a administradores.
Por otra parte, la apertura a un mercado cada vez mayor con la incorporación de España en la Unión
Europea y la necesidad de ampliar el ámbito geográfico de la demanda están haciendo que las
empresas hayan comprendido la necesidad de llevar a cabo la adopción de estrategias que hagan
favorecer el resultado y la expansión de la empresa. Todas estas estrategias pasan por la necesitar
de fomentar su capacidad de innovación, hasta el punto de llegar a la “innovación continua”
que implica que, en las organizaciones la innovación no tenga un punto final, es decir, que no se
formule para alcanzar una meta determinada, sino que se incorpore a la propia estrategia de la
empresa, institucionalizándose.
Considerando la importancia que la gestión y la organización de la empresa pueden tener en la
inversión empresarial y más concretamente en la actividad innovadora de la misma, vemos la
necesidad de analizar las características de su estructura de propiedad: quién posee y cómo está
distribuido el control de la toma de decisiones, la naturaleza de este control, el porcentaje de capital
que poseen los gerentes, los grados de concentración de la propiedad, entre otras cuestiones. Son
innumerables las características que pueden motivar a que se adopte una buena gestión de los
recursos tanto financieros como físicos de la empresa y ello será determinante para conseguir
unos buenos resultados en el proceso innovador de la misma, lo cual determinará su crecimiento y
su futuro.
Objetivo del estudio
Así, en el presente trabajo se analiza el efecto que diferentes cuestiones relacionadas con la
estructura de propiedad y control de las empresas poseen en las decisiones de incurrir en
inversiones de I+D, así como el efecto que esas mismas cuestiones tienen en la obtención de un
resultado formalizado de dicha innovación. Como se analiza en los apartados referidos al marco
teórico de nuestro tema, existe una relación directa entre la estructura de propiedad y los
mecanismos utilizados para paliar los posibles problemas de agencia surgidos por la
separación de funciones entre propiedad y control en puestos de toma de decisiones
empresariales. Es por ello, que mediante el análisis de los mecanismos de control de los
problemas de agencia sobre las decisiones de inversión en innovación y los resultados de dicha
innovación, se observará si existe algún efecto de la estructura de propiedad en el proceso
innovador de la empresa manufacturera española para el período 1990-2001.
Contexto
Es necesario tener en cuenta a la hora de estudiar este tipo de cuestiones las características del
tejido empresarial español, un tejido diverso con empresas de muy diferente tamaño (Paricio,
1993; Melle y Raymond, 2001; entre otros). En España juegan en el mercado empresas
tradicionales marcadas por una dimensión reducida que cuentan con pocas oportunidades
de crecimiento e inversión en proyectos con valores netos positivos y empresas que han
experimentado un gran crecimiento que poseen una mayor dimensión que poseen oportunidades
de inversión mayores respecto a las anteriores. Estas empresas compiten con empresas de
naturaleza multinacional y de naturaleza pública, empresas que se caracterizan por poseer
dimensiones mayores y en ocasiones por poseer una marcada concentración en su estructura de
propiedad y en la mayoría de casos con una composición de la participación en el capital muy
diferente a las de propiedad nacional no pública. Según Galve y Salas (1993), las empresas de
tipo familiar poseen una menor dimensión que las empresas no familiares a fin de mantener el
control, pero la menor dimensión no tiene porque repercutir negativamente en la rentabilidad
porque, para un tamaño dado, la empresa familiar parece ser más eficiente que la no familiar,
compensándose así el impacto negativo de un menor tamaño cuando existe una relación positiva
subyacente para todas las empresas entre tamaño y resultados.

Además, tal como muestran los datos y como se ha apuntado por diferentes autores (Galve y
Salas, 1993; Rodríguez-Sanz et al. 1994; Crespí y García-Cestona, 2002) la estructura de
propiedad de la empresa española no se ajusta a los estándares de la separación entre
propiedad y control y de existencia de un elevado número de pequeños inversores, como sería el
caso americano. El caso español se incluye dentro del modelo europeo o continental, en el que
predominan la concentración de la propiedad y la presencia de propietarios en puestos de toma de
decisiones. En cuanto a la actividad innovadora de las empresas españolas, se observa un
reducido número de empresas que lleven a cabo inversiones en I+D y un menor número de
empresas que obtengan resultados de dichas inversiones.

Análisis
Entre los mecanismos de control más analizados en la literatura, en nuestro trabajo se han
analizado los mecanismos relacionados con la concentración de la propiedad, la presencia de
propietarios en puestos de toma de decisiones, la financiación con deuda, la presencia de
propiedad de naturaleza extranjera o pública, así como la posible influencia de que la empresa
decida entrar en el mercado bursátil. Si bien este tipo de mecanismos llevan a la reducción de los
problemas de agencia propios del riesgo moral dado en las asimetrías informativas entre gerentes
y propietarios, podrían tener una serie de desventajas sobre las inversiones en innovación
asociadas tanto a la reducción de la acción por parte de los administradores o gerentes como a
la propia naturaleza de este tipo de inversiones (riesgo excesivo, inversiones a largo plazo, alta
probabilidad de fracaso, intensivas en mano de obra, impredecibles).

En primer lugar, podríamos concluir que la significatividad de las variables de estructura de


propiedad nos indica que la utilización de los mecanismos podría actuar como freno a los
posibles problemas de agencia en las decisiones de inversión, entre ellos la incorporación de
propietarios en puestos de toma de decisiones empresariales o la concentración del capital.
La concentración del capital en un número reducido de propietarios, se observa que posee una
influencia significativa y negativa tanto sobre la inversión realizada en innovación como sobre el
resultado innovador. Debido por un lado a la reducción de la acción de los directivos
responsables de la toma de decisiones en innovación, lo cual podría traducirse en menores
oportunidades de crecimiento empresarial. Como por el hecho que a mayor concentración de la
propiedad, menor es el riesgo que los propietarios están dispuestos a asumir, dado que ello
implica un mayor riesgo en menos manos. En otras palabras, la empresa no estará en
condiciones de asumir proyectos arriesgados como los concernientes a las actividades
innovadoras.

La incorporación de propietarios en tareas de gestión y administración es un mecanismo que si bien


supone un control explícito sobre la acción de los gerentes aleja a la empresa de los beneficios
de la especialización de funciones empresariales, lo cual se traduce en reducción de los posibles
problemas de las asimetrías informativas que se dan en empresas con estructuras de tipo
jerárquico pero menor adopción de proyectos arriesgados. Como se observa en nuestros
resultados, un incremento en la participación de los propietarios en los puestos de gestión,
reducirá la probabilidad tanto de adoptar proyectos de I+D como de obtener un resultado
satisfactorio de dicha innovación.
El mecanismo de la financiación con deuda, presenta un efecto ambiguo como otros muchos
autores ya apuntaban. Por un lado, este mecanismo pretende sustituir un control de tipo directo o
interno por un control externo que vendría dado por los tenedores de la deuda, los cuales con su
principio de aversión al riesgo optarían por la realización de proyectos sin elevados riesgos. Con ello
se pretende sustituir la posible “sobreinversión” llevada a cabo en ocasiones por los gerentes por
una inversión menos arriesgada y más eficiente. Este hecho se observa claramente en el
efecto negativo ejercido por este mecanismo sobre la inversión en innovación en España. Por otro
lado, este mayor control de las inversiones realizadas en materia de innovación lleva asociada
una mayor probabilidad de éxito de los proyectos adoptados, así se observa en nuestro estudio
como la utilización de deuda ejerce un efecto positivo sobre el resultado innovador (obtención de
patentes y modelos de utilidad) de la empresa.
Tal y como otros muchos autores han apuntado se observa como una mayor dimensión,
madurez y mayores oportunidades tecnológicas del sector de actividad al que pertenece la
empresa poseen un efecto positivo y significativo sobre la actividad innovadora de la empresa
española. Finalmente, las variables de estructura de mercado presentan importancia en el
análisis, pudiéndose concluir a favor de una influencia positiva de una mayor competencia en las
decisiones empresariales relacionadas con el proceso innovador.
Como conclusión general, podríamos añadir que la reducida actividad innovadora en la
industria manufacturera española podría explicarse en parte por la estructura interna que
presentan sus empresas y por el exceso de control y reducido margen de maniobra que
poseen los directivos encargados de la toma de decisiones en materia de inversión.

Cada vez más, las empresas están incorporando en sus estructuras empresariales diferentes
formas de organizar su actividad interna. En ellas juega especial relevancia la toma de
decisiones empresariales y quién es el sujeto que lleva a cabo dicha labor dentro de la
empresa. La apertura a un mercado cada vez mayor con la incorporación de España en la Unión
Europea y la necesidad de ampliar el ámbito geográfico de la demanda están haciendo que se
adopten estrategias que hagan favorecer el resultado y la expansión de la empresa. En
consecuencia, las empresas españolas están empezando a tener unas mayores dimensiones y una
competencia mayor en los mercados en los que opera, hecho que les obliga a incorporar a nuevos
miembros dentro de los equipos directivos con el fin de dotar de mayor especialización a las
diferentes tareas que se desarrollan en ellas.
La incorporación de personal externo a la propiedad en las tareas de toma de decisiones
empresariales puede hacer surgir problemas debido a la divergencia en los objetivos buscados por el
propietario no gerente y por el gerente no propietario (Berle y Means, 1932; Jensen y Meckling,
1976; Rodríguez, 1996, entre otros). La separación efectiva que se produce entre propiedad de la
empresa y control de las decisiones gerenciales, como consecuencia de la dispersión del
accionariado entre muchos accionistas y la delegación de la capacidad de decisión en el
gerente profesional, lleva a que se den problemas de apropiación de rentas de control por parte de
los gerentes los cuales actúan en desventaja respecto a los propietarios (Jensen y Meckling, 1979;
Galve y Salas, 1992; Milgrom y Roberts, 1992; entre otros). Es por ello que los propietarios pueden
llegar a incrementar el control sobre las acciones tomadas por los gerentes con el único objetivo de
hacer que la divergencia de intereses tienda a disminuir, de forma que acaben convergiendo en
un objetivo común beneficiando tanto a propietarios como a administradores.
Por otra parte, en los últimos años, las empresas han comprendido la necesidad de fomentar su
capacidad de innovación, hasta el punto de llegar a la “innovación continua” que implica que, en
las organizaciones la innovación no tenga un punto final, es decir, que no se formule para alcanzar
una meta determinada, sino que se incorpore a la propia estrategia de la empresa,
institucionalizándose.

Existe una amplia literatura reciente que trata de estudiar los determinantes de la innovación. Esta
clase de estudios se podrían clasificar en estudios de naturaleza macroeconómica, que intentan
explicar las potencialidades que tienen diferentes unidades geográficas en materia de innovación, y
estudios de naturaleza microeconómica, que tratan de analizan los determinantes internos de la
empresa para explicar el esfuerzo y resultado innovador. En los estudios de corte microeconómico,
algunas cuestiones como el efecto del tamaño o dimensión empresarial, la madurez de la
empresa, el grado de cooperación con otras empresas o la financiación, tanto interna como
externa, han sido analizadas en detalle. Sin embargo ha habido pocos estudios que traten de
explicar el efecto de variables como la estructura de la toma de decisiones o de la propiedad,
consideradas dadas o inobservables, y que podían influir en las decisiones de invertir en la
empresa.
La capacidad de una empresa para innovar depende de una serie de factores, de tal forma que la
existencia o no de los mismos influye favorable o desfavorablemente en el proceso de
innovación. Dichos factores se podrían agrupar en los siguientes grupos:
1.- Existencia de condiciones favorables en la estructura de la demanda o en la dimensión del
mercado, en el ciclo de vida de los productos que fabrica o en la evolución de los medios
científicos y técnicos que pueda utilizar.
2.- Los recursos de la empresa destinados a ingeniería, diseño, investigación y
comercialización.
Además, las condiciones favorables anteriores y la capacidad técnica de la empresa deben estar
integradas en el marco de una estrategia innovadora, y entonces intervienen:
3.- La gestión y organización de la empresa.
4.- Su voluntad en diferenciar sus productos o procesos de los de sus competidores.

Considerando la importancia que la gestión y la organización de la empresa pueden tener en la


actividad innovadora de la misma, vemos la necesidad de analizar las características de su
estructura de propiedad: quién posee y cómo está distribuido el control de la toma de
decisiones, la naturaleza de este control, el porcentaje de capital que poseen los gerentes, los
grados de concentración de la propiedad, entre otras cuestiones. Son innumerables las
características que pueden motivar a que se adopte una buena gestión de los recursos tanto
financieros como físicos de la empresa y ello será determinante para conseguir unos buenos
resultados en el proceso innovador de la misma, lo cual determinará su crecimiento y su futuro.

Teniendo en cuenta que la estructura de propiedad afecta a la toma de decisiones


empresariales, la cual a su vez afecta tanto a las decisiones de inversión empresariales como a la
creación de valor empresarial, nuestro estudio se centraría únicamente en las decisiones de inversión
en I+D y los resultados de dicha inversión. Así, diremos que nuestro trabajo pretende estudiar la
relación entre la estructura de propiedad y control de la empresa y las decisiones de inversión en
innovación y su impacto sobre la creación de valor mediante el resultado innovador de la
empresa. Se pretende, en base a la literatura tanto en materia de estructura de propiedad como en
torno a la innovación, analizar el papel que pueden desempeñar ciertos determinantes internos a la
empresa relacionados con la estructura de propiedad a la hora de adoptar la decisión de incurrir en
gastos de I+D o la de obtener un resultado formalizado (registro de patentes y modelos de utilidad)
de dicha innovación.

Adicionalmente, cuando se estudian los mecanismos de control para paliar los posibles
problemas de agencia surgidos por la separación entre propiedad y control en los puestos de
toma de decisiones, se observa que éstos tienen relación directa con la estructura de
propiedad de las empresas. De esta manera, del análisis que aquí se realice, se podrán extraer
conclusiones sobre si este tipo de mecanismos juegan un papel determinante en las decisiones de
invertir en innovación y de obtener un resultado innovador por parte de las empresas
analizadas.

Es necesario tener en cuenta a la hora de estudiar este tipo de cuestiones las características del
tejido empresarial español, un tejido diverso con empresas de muy diferente tamaño (Paricio,
1993; Melle y Raymond, 2001; entre otros). En España juegan en el mercado empresas
tradicionales marcadas por una dimensión reducida y empresas que han experimentado
un gran crecimiento que poseen una mayor dimensión. Estas empresas compiten con
empresas de naturaleza multinacional y de naturaleza pública, empresas que se caracterizan por
poseer dimensiones mayores y en ocasiones por poseer una marcada concentración en su
estructura de propiedad. Según Galve y Salas (1993), las empresas de tipo familiar poseen una
menor dimensión que las empresas no familiares a fin de mantener el control, pero la menor
dimensión no tiene porque repercutir negativamente en la rentabilidad porque, para un tamaño
dado, la empresa familiar parece ser más eficiente que la no familiar, compensándose así el
impacto negativo de un menor tamaño cuando existe una relación positiva subyacente para
todas las empresas entre tamaño y resultados.

En el presente proyecto se pretende avanzar en el estudio de los mecanismos que se aplican en la


empresa para solventar los problemas de agencia que pueden aparecer en las decisiones
empresariales como consecuencia de la separación entre propiedad y control. En un primer lugar,
se analizan a nivel teórico los principales problemas que pueden surgir así como las soluciones
que pueden proponerse para solventar dichos problemas. Posteriormente se identifican
empíricamente para una muestra de empresas manufactureras españolas entre 1990 y 2000,
analizando la evolución de los distintos mecanismos en el tiempo, a la vez que se tiene en cuenta si
aspectos tales como el tamaño empresarial, el sector de actividad o la comunidad autónoma a la
que pertenece la empresa influyen en la utilización que las empresas realizan de tales mecanismos
de control. Posteriormente, se analiza la influencia que dichos mecanismos relacionados con la
estructura de propiedad y control de las empresas tienen sobre la innovación realizada por las
mismas, tanto desde el punto de vista del input como del output innovador.

MARCO TEÓRICO: PRINCIPALES TEORÍAS Y CONCEPTOS

La economía clásica tenía como objetivo el estudio de los mecanismos mediante los cuales los
agentes económicos podían hacer máximas las potencialidades del entorno. En las últimas
décadas ha resurgido una literatura que pretende estudiar dichas potencialidades a nivel de la
empresa. Esta literatura de carácter microeconómico pretende analizar no tanto las ventajas
adquiridas del entorno geográfico o competitivo de las empresas, sino las que nacen en la
organización interna de la misma, descubriéndose la importancia de aspectos relacionados con la
estructura de la organización, como la propiedad o el modo de estructurar la toma de
decisiones empresariales. Rompiendo algunos esquemas de la economía clásica, se han
propuesto metodologías analíticas y desarrollado teorías para facilitar la comprensión del modo de
organizar la toma de decisiones, tomándose el estudio de una economía basada en las
organizaciones (Organizational Economics) como mecanismo alternativo al puro “mercado”.
En los siguientes apartados se realiza un breve apunte de las principales teorías y algunos
conceptos que enmarcarían la literatura basada en la propiedad, el control y la potencialidad de los
recursos internos de la empresa.
Principales teorías de la literatura de propiedad y control de la empresa

Teoría de la empresa gerencial


Partiendo del famoso trabajo de Berle y Means (1932) donde se destacaban los problemas de la
separación entre propiedad y control, la teoría de la Empresa Gerencial2 (managerial firm) enfatiza
que los gerentes tienen considerable autonomía para perseguir sus propios intereses, aun cuando
estos intereses entren en conflicto con los intereses de los accionistas. La empresa gerencial se
enfrenta a las mismas posibilidades de producción que la capitalista, pero reduce su rentabilidad
debido a que la función objetivo de los gerentes lleva a un tamaño mayor que el que maximiza el
beneficio por la diferencia entre las funciones objetivos de los propietarios y de los gerentes (Baumol,
1959; Marris, 1964).
Las teorías de la empresa gerencial fueron fundamentadas más rigurosamente por la teoría
moderna de la información, que explicó las razones por las cuales los propietarios tenían que
delegar responsabilidades en los gerentes, y por qué sólo imperfectamente podían controlar las
acciones de estos últimos (Stiglitz, 2002).

Teoría Económica de las Organizaciones

La Teoría Económica de las Organizaciones acoge a una serie de teorías que se centran en el
estudio de las diferentes características de la organización y la toma de decisiones
empresariales, de forma que la estructura de la propiedad y control y el diseño organizativo
influyen sobre la eficiencia productiva. Es decir, dos empresas de igual tamaño pero diferente
estructura de propiedad pueden tener diferentes resultados si los costes organizativos de una son
mayores que los de la otra.

Entre las teorías que componen la teoría económica de las organizaciones destacan
principalmente la teoría de las burocracias jerarquizadas, la teoría de los costes de transacción y la
teoría de la agencia.

Teoría de las burocracias jerarquizadas: Esta teoría parte del hecho que la gran empresa
se estructura generalmente por niveles jerárquicos que constituyen a la vez instrumentos de
coordinación y transmisión de información e instrumentos de control y supervisión jerárquica. La
jerarquía realiza imperfectamente estas funciones de manera que, con frecuencia, el grado de
imperfección y con él la eficacia global de la empresa, varían en función del tamaño y la situación
de control de la empresa.

Teoría de los costes de transacción: El proyecto de la Economía de los costes de


transacción (referido tanto a leyes, economía y organización) demuestra una vez más que “el total
puede ser mejor que la suma de las partes” (Coase, 1964). Como indica Salas (1996), de
acuerdo con los postulados de la economía de los costes de transacción las características del
comportamiento humano, los límites en la capacidad de cálculo y previsión y las
inclinaciones oportunistas, juntamente con las dimensiones de las transacciones,
incertidumbre, especificidad de los activos y frecuencia, condicionarán la estructura contractual
elegida para gobernar o conducir las transacciones. El criterio que guiará la asignación de formas
contractuales a un tipo de transacciones u otro será el criterio del coste mínimo de transacción.

Teoría de la agencia: Se trata de una de las ramas más influyentes dentro de la teoría
económica de las organizaciones. Su aplicación a la empresa donde existen diferentes tipos de
propietarios, accionistas y acreedores que se relacionan a su vez con un administrador no
propietario, reconoce expresamente el conflicto de intereses que existe entre todos ellos y recurre
a los contratos para tratar de superarlo, respetando los límites impuestos por la información
disponible. La estructura contractual elegida incide directamente sobre la eficiencia
afectando a la función de producción, debiéndose contemplar como un elemento más de la
misma. Aproximarse más a la gran empresa real requiere no sólo reconocer los objetivos en
conflicto de propietarios y gestores cambiando la función objetivo de la empresa, sino que
además es necesario incorporar una nueva formalización de la función de producción (Jensen y
Meckling, 1979).

Podríamos definir una “relación de agencia”, según Salas (1996), como la relación que surge
cuando una persona, denominada principal, encarga a otra, denominada agente, la realización de
una tarea o la toma de decisiones en beneficio de la primera, a cambio de una remuneración y
otorgándole amplia capacidad de decisión. La parte fundamental que explica la relación de agencia
es la asimetría informativa, dado que el agente dispone de información especializada sobre su
trabajo a la que el principal no tiene acceso.
Contrariamente a lo que sucede en los contratos explícitos, en los contratos implícitos el principal
no puede conocer con precisión la cantidad y calidad de trabajo de un agente y, por tanto, no
puede establecer los incentivos en función de ello. Ello le obliga a aumentar los recursos invertidos
en el control de los agentes. La tasa de rentabilidad de los recursos invertidos en el control de
agentes disminuye después de cierto nivel y, en la mayoría de los casos, no es rentable tratar
de controlar todos los comportamientos oportunistas implícitos. Por ello, se define el “coste de
agencia” como la pérdida de eficacia en la toma de decisiones debida al hecho que el principal no
sabe si el agente ha tomado su decisión final por ser la más eficiente o si, por el contrario, pudiera
haber tomado otra más eficiente pero no lo ha acabado haciendo.

Algunos conceptos: asimetrías informativas en la empresa

Los problemas de la asimetría informativa en la empresa

Uno de los problemas relacionados con la asimetría informativa y motivacional es el riesgo moral
(Holstrom, 1979). El riesgo moral es un problema de incentivos. Ocurre cuando una persona no
es recompensada por lo que hace o cuando no tiene que pagar todos los costes de sus actos.
Podemos identificar una situación de riesgo moral como una situación en la que concurren las
siguientes circunstancias:

En primer lugar, debe haber una potencial divergencia de intereses entre las partes. Los
conflictos de intereses no siempre aparecerán, ni lo harán con todas sus dimensiones. Incluso
los diferentes intereses individuales pueden, desde luego, estar bastante bien armonizados en
determinadas circunstancias. No obstante, los conflictos ocurrirán con frecuencia, aunque sólo
fuera porque la escasez de los recursos significa que lo que tiene una persona no puede tenerlo
otra, lo cual ocurre siempre que existe separación entre propiedad y gestión de la empresa.

En segundo término, debe haber bases para intercambios provechosos u otra forma de
cooperación entre los individuos que activen los intereses divergentes. Hasta este punto, los
simples arreglos de mercado funcionarían: la divergencia de intereses es un factor presente en
casi todos los intercambios y, sin embargo, los intercambios suelen realizarse bastante bien, sin
que se vean interferidos por el riesgo moral.

En tercer lugar, debe haber dificultades para determinar si, en la práctica, los términos del contrato
han sido respetados y para exigir su cumplimiento. Estas dificultades aparecen con frecuencia,
porque el seguimiento de las acciones o la verificación de la información transmitida es costoso o
imposible, existiendo asimetrías informativas.

Jensen y Meckling (1976), apuntaban ya los problemas que podrían surgir por la no identidad
entre directivos o administradores, debido a las discrepancias en sus funciones objetivos, las
posibles asimetrías informativas y los problemas de riesgo moral. Entre otras podríamos decir que
las causas de dichas discrepancias se dan básicamente porque:

Los administradores:

Persiguen maximizar su función de utilidad que consistiría en mantener o aumentar la


retribución fija que consiguen de su salario. En ocasiones llevan a cabo consumos
desorbitados que repercuten de forma negativa en los fondos propios o en el flujo de
tesorería que se podría reinvertir en proyectos de mayor valor añadido.

Los gerentes poseen un conocimiento mayor que los propietarios. Los inversores tienen
información de carácter limitada o imprecisa, hecho que hará posible que los gerentes intenten
orientar sus decisiones con el objetivo de favorecer sus propios intereses, aún a costa de reducir
el valor de mercado de las acciones de la empresa y, por lo tanto, la riqueza de los accionistas.
Tienen un conocimiento mayor en muchos campos, lo que podría hacer que se
involucrarán en proyectos de inversión más punteros, que un propietario con un menor
conocimiento no vería viable.

Debido a que no son propietarios, no están identificados con el gasto, por lo que puede que lleven a
cabo proyectos arriesgados dándose problemas de sobreinversión.

Los propietarios:

Persiguen el objetivo de la maximización de beneficios mediante el menor coste.


No poseen, en la mayoría de casos, un conocimiento muy fuerte de los adelantos
tecnológicos.

Las dos razones anteriores pueden llevar a problemas de subinversión en muchos casos, y de
pérdidas de eficiencia por no llevarse a cabo proyectos de alto riesgo y resultado no claro.

La separación de funciones en las modernas corporaciones presenta indudables ventajas


asociadas a la especialización de funciones. Pero también trae asociada una serie de
inconvenientes debido al conflicto de intereses. En sociedades caracterizadas por un control
difuso de su propiedad se llevan a cabo comportamientos oportunistas por parte de los
gerentes, por la carencia de control de sus acciones debidas a la propiedad difusa.

Una solución al problema: Los mecanismos de control

Con el objetivo de hacer posible que la finalidad objetiva de la organización y la finalidad


subjetiva de los miembros de la misma lleguen a converger en un objetivo común, se puede optar
por establecer un “sistema de control”. Este sistema aportará los mecanismos necesarios y
específicos para motivar a los diferentes agentes que forman parte de la organización a
perseguir objetivos comunes. La separación de las funciones entre administradores y
propietarios lleva a lo que hemos definido con anterioridad como un problema de agencia. Con el fin
de paliar estos problemas surgidos de la no-supervisión directa por parte del propietario de la
acción ejercida por el agente (administrador o gerente), se establecen unos mecanismos para paliar
dichos problemas, entre los que destacan los siguientes:

Participación de la propiedad en las tareas de toma de decisiones: Este mecanismo actúa


como control explícito o directo sobre las acciones realizadas por el gerente. La incorporación
de propietarios en puestos de toma de decisiones reduce las políticas “subóptimas” de
inversión modificando el mal uso que el gerente pueda hacer de los fondos propios de la empresa.
Sin embargo, este mecanismo en ocasiones puede llegar a ser un inconveniente debido a que los
propietarios, en general, no tienen una elevada experiencia en este tipo de funciones, haciendo
que no se lleven a cabo proyectos que pudieran favorecer el crecimiento futuro de la empresa
debido a la falta de conocimiento por parte de los mismos.

Concentración de la propiedad: El mecanismo de concentración de la propiedad en pocas


manos actúa sobre el mal uso que la dirección puede realizar de los recursos destinados a la
inversión. Contribuye a alinear los intereses del equipo directivo con los del grupo de accionistas lo
cual debería traducirse en un menor recurso al endeudamiento y una mayor contribución a reducir
las políticas “subóptimas” de inversión reduciendo las inversiones de elevado riesgo. La mayoría
de autores concluyen en sus estudios que si bien la concentración es un mecanismo que hace
reducir el problema de la agencia, puede que aleje a la empresa de los beneficios que le reporta una
mayor especialización (Burkart et al., 1997; Hill y Snell, 1988).

Dotación al gerente de parte del capital de la empresa: Este mecanismo actúa como incentivo
para que el gerente opte por una actitud más involucrada en la empresa, con el fin de que las
funciones objetivos de la dirección y la propiedad sean más similares. Según Azofra et al. (1995), el
análisis de la relación entre la participación directiva en el capital y los resultados de la empresa
constituye un test de gran importancia a la hora de contrastar las denominadas hipótesis de
convergencia y atrincheramiento. Mientras la primera de ellas preconiza un incremento en el
rendimiento empresarial conforme aumenta la participación directiva en el capital
produciéndose la convergencia de intereses entre dirección y propiedad, la segunda mantiene
que a partir de cierto umbral dicha tendencia se invertirá ya que los gerentes utilizarán su mayor
participación en la empresa como mecanismo de “atrincheramiento” y protección frente a las
amenazas e intereses del resto
de accionistas.

Financiación en forma de deuda: El mecanismo de financiación en forma de deuda obliga al


administrador a liberar los recursos libres que la empresa ha generado con el fin
de devolver la deuda. Además, al control que se puede ejercer por parte de los propietarios
se le añade un control externo por parte de los tenedores de la deuda, los cuales no
permitirán que ésta se destine a un uso con un fin indeterminado o excesivamente
arriesgado. Sin embargo algunos autores como Azofra et al. (1995), argumentan que este
mecanismo puede tener un efecto ambiguo, pues si bien un incremento en el nivel de
endeudamiento pudiera acentuar el conflicto entre accionistas y obligacionistas, al mismo tiempo
permite mitigar las divergencias de interés entre accionistas internos y externos a la dirección y
transmitir una información valiosa sobre las expectativas de la empresa.
Cotización en bolsa: La cotización por parte de la empresa en bolsa ejerce una labor de control
sobre las acciones llevadas a cabo en la empresa por parte de los accionistas. Mediante este
tipo de acciones se pretende que sea el mercado quien actúe de controlador externo a las posibles
acciones que se desvíen de la maximización de los beneficios. De esta manera, se reducen las
asimetrías en la información.

BREVE REVISIÓN DE LA LITERATURA

Características diferenciales entre la empresa anglosajona y la europea


Conviene precisar de partida que los artículos más destacados de la literatura basada en las
organizaciones tienen como base el análisis de la empresa estadounidense cuyo contexto y
organización difiere en muchos casos al europeo y en mayor medida al español. De ahí que se
deba de contemplar de partida las diferencias que poseen las empresas españolas en
comparación con las estadounidenses.

Las empresas estadounidenses vienen caracterizadas por las siguientes cuestiones:

Presentar una marcada orientación al mercado como forma de organización de la actividad


financiera y mecanismo de control del gobierno de la empresa, así como por la
especialización existente entre propiedad y gestión de la misma.

Las empresas norteamericanas del modelo anglosajón ejemplifican la delegación de los


derechos de decisión en los directivos y el control de sus decisiones a través, aunque no
únicamente, de los sistemas externos de control (mercados).

“Control minoritario”: existe una notable dispersión del accionariado en las grandes
sociedades, de manera que éste es efectivamente “anónimo” y marginalmente irrelevante para el
funcionamiento y decisiones de la sociedad. Se trata del accionista inversor que se preocupa por el
rendimiento y el riesgo de su cartera de inversiones, pero mucho menos de influir en cómo se debe
gestionar cada empresa. Hay una separación entre accionistas, propietarios y gestores que
deciden sobre cómo se emplean los recursos de la sociedad. Sólo recientemente la aparición de
inversores institucionales, con paquetes significativos de acciones e incentivos para supervisar,
ha propiciado la formación de estructuras accionariales algo más concentradas.

Las principales características asociadas a las empresas europeas son las siguientes:

Presentan estructuras accionariales concentradas, grupos de accionistas con paquetes


significativos de control y una actuación más activa de los intermediarios financieros tanto en la
provisión de recursos ajenos como en el gobierno de la empresa. No se observa empíricamente
en Europa la dispersión accionarial de la empresa americana. En Europa, incluso en las grandes
empresas el poder político está muy concentrado, lo cual debe llevar a que el grupo de control ejerza
una estrecha vigilancia sobre las acciones y conducta del gerente, si éste no forma parte del mismo
grupo.

El inversor institucional, fondo de pensiones por ejemplo, que es un protagonista


importante en las operaciones de control de EE.UU., no tiene el mismo protagonismo en Europa,
donde en cambio los bancos son accionistas activos mucho más importantes y el holding o grupo
de empresas con participaciones cruzadas está mucho más extendido.

El papel del mercado para promover la eficiencia en la asignación de recursos en estos


sistemas corporativos es aún muy débil, si bien han experimentado un gran desarrollo en los
últimos años.

En las empresas del modelo continental (entre ellas, la española) la separación entre la
propiedad y la gestión es menos apreciable, siendo frecuente que los propietarios
participen activamente en la toma de decisiones. Al atenuarse la divergencia de intereses, los
costes de agencia debidos a la separación de la propiedad y el control en las empresas europeas
podrían alcanzar cotas inferiores a los de las empresas estadounidenses, pero surgen otros
problemas como son la elevada concentración de riesgos, la posibilidad de no aprovechar las
ventajas de la especialización (iniciativa directiva, inversiones específicas, etc.) cuando a la
empresa se le presentan oportunidades rentables de crecimiento (Burkart et al., 1997) o la
expropiación de las rentas de los accionistas minoritarios por parte de los mayoritarios (La Porta et
al., 1999).
Relación entre estructura de propiedad e innovación: Literatura empírica previa

Muchos estudios, a nivel empírico, han tratado de estudiar la importancia de la estructura de


propiedad en las posibilidades de crecimiento o de éxito de la empresa y, por tanto, hasta qué
punto las cuestiones analizadas por las distintas teorías de la economía de las organizaciones se
cumplen en el ámbito aplicado. Dado que en el presente trabajo partimos de la idea de que esta
misma cuestión se halla profundamente relacionada con las posibilidades por parte de la empresa
de obtener unos resultados innovadores que le proporcionen un crecimiento futuro, las
conclusiones en ellos obtenidos pueden resultar de interés para el objetivo que aquí se
persigue.

De este modo, entre los trabajos que analizan la relación entre estructura de capital y
oportunidades de crecimiento destacan los de Smith y Watts (1992) y el de Lasfer (1995). En el
primero de ellos se analiza como la decisión de financiación, por una parte, y la política de
remuneración a los directivos, por otra, pueden influir sobre las inversiones y oportunidades de
crecimiento a disposición de la empresa, obteniéndose una relación negativa entre las
oportunidades de crecimiento y endeudamiento, hecho que ofrece la posibilidad de regular los
conflictos de agencia que les afectan. El trabajo de Lasfer, por su parte, confirma la influencia
positiva del apalancamiento en aquellos casos donde la empresa no dispone de oportunidades
valiosas de crecimiento, en línea con lo propuesto por Jensen (1986) y Stulz (1990). Asimismo,
Himmelberg et al. (1999), analizan mediante la aplicación de datos de panel, los determinantes del
valor de la empresa, argumentando que la heterogeneidad inobservada genera una
correlación espúrea entre propiedad y oportunidades de crecimiento.
Por otra parte, realizando un pequeño repaso por la literatura que relaciona el ratio Q de Tobin con la
variable “propiedad gerencial”, se observa que la creación de valor no mantiene una relación de
tipo lineal con la propiedad, ya que el valor de la empresa experimenta aumentos y descensos para
diferentes proporciones de propiedad en manos de los directivos. Entre los estudios que analizan
este aspecto, encontramos varios de ellos que obtienen una relación en forma de U invertida (Mørck
et al., 1988; McConnell y Servaes, 1990; Holderness et al., 1999).
El estudio de Kole (1995) examina las diferencias en los trabajos comentados anteriormente y
concluye que las diferencias en el tamaño empresarial pueden conducir a diferencias en las
conclusiones de este tipo de trabajos. Adicionalmente en ellos no se está teniendo en cuenta el
problema de la endogeneidad que posee el uso de la variable “propiedad gerencial” como
variable explicativa, que apunta Jenser y Warner (1988).
Leech y Leahy (1991) llevan a cabo un estudio con datos de empresas británicas que tiene por
objetivo describir la estructura de propiedad de una muestra de empresas grandes y llevar a cabo
un análisis econométrico de sus causas y consecuencias en términos de control e incentivos.
Consideran que la estructura de propiedad y el grado de concentración de la misma tienen un
importante papel en el crecimiento de la empresa, de forma que a través de un modelo de
regresión en el que se incluyen variables relacionadas con las funciones de utilidad de la dirección y
de los accionistas o propietarios, se concluye que la posibilidad de crecimiento de la empresa
depende de la concentración de la propiedad y el control que posee el directivo. Los resultados del
tipo de control indican que, ceteris paribus, aumentos en el control por parte de la propiedad llevan a
incrementos en el grado de valoración de la empresa, en los beneficios y en los dividendos a los
accionistas, así como, tasas mayores del crecimiento de las ventas y de los activos netos. En
cuanto a la concentración de la propiedad, una menor concentración llevará a mayores ratios de
valoración, beneficios marginales y a un mayor crecimiento de los activos.
Así también, para el caso de la concentración de la propiedad y su relación con proyectos
empresariales encontramos el trabajo de Zhang (1998), el cual analiza el efecto de la
estructura de capital sobre las decisiones de inversión cuando la empresa posee una gran
concentración de la propiedad en un accionista adverso al riesgo. Según él, se produce un
problema de subinversión debido al problema de aversión al riesgo por parte de una propiedad muy
concentrada caso que no parece observarse en presencia de una propiedad diversificada en
estructuras atomizadas de accionistas.
Para el caso español Galve y Salas (1993) realizan un estudio empírico con el objetivo de
analizar la composición accionarial de la empresa española y comprobar si existen o no
diferencias en los resultados financieros, atribuibles a la naturaleza del colectivo de propietarios que
controlan la sociedad, detallando el mecanismo a través del cual se traslada la influencia de la
propiedad-control sobre los resultados. Se evidencia una relación positiva entre
concentración de la propiedad y los resultados obtenidos por la entidad. Por otra parte, en el
trabajo de De Andrés-Alonso et al. (2000), con el objetivo de estudiar la incidencia de la
decisión de endeudamiento y de la estructura contractual sobre el valor de mercado de las
empresas, se concluye que existe una influencia nociva en la concentración de la propiedad en
presencia de oportunidades de crecimiento y no se prueba una relación positiva entre la
participación accionarial de los consejeros y la creación de valor en ausencia de oportunidades.
Hasta este punto se ha analizado la literatura de estructura de propiedad y su efecto sobre el
crecimiento de las empresas. Sin embargo no existen a penas trabajos, por lo que conocemos, que
se interesen por el papel que puede jugar la estructura de propiedad de una empresa y la forma en
que se encuentra constituida y gestionada, sobre decisiones tan importantes como la estrategia
innovadora a seguir. Tan sólo en los trabajos de Kraft (1989), Love et al. (1996), Dixon y
Seddighi (1996), Acs y Isberg (1991), Hall (1992) y Chiao (2002), y Francis y Smith (1995) se
analiza algún aspecto relacionado con la estructura de propiedad entre otras cuestiones a la
hora de estudiar la actividad innovadora. Así en el primero de ellos, se analiza una muestra de
empresas escocesas, llegando a la conclusión de que la propiedad de naturaleza extranjera
tiene un efecto positivo en la probabilidad de que una empresa situada en Escocia obtenga
innovaciones de producto. El trabajo de Kraft, introduce la idea formulada por la teoría de gerencial
(managerial capitalism), parte de la idea de que los directivos sin participación del capital
están más orientados hacia la obtención de un mayor crecimiento empresarial que los directivos
con participación en el capital. Según él, el crecimiento además de otras cuestiones está
constituido por la innovación empresarial. Partiendo de este argumento se esperaría un efecto
positivo de la acción de los directivos. Sin embargo, según él, se tendría que tener en cuenta el
efecto que provocaría una mala gestión o una gestión demasiado arriesgada sobre el empleo del
directivo que podría llevar a que él prefiriera no asumir grandes inversiones inciertas con el fin de
mantener su puesto de trabajo. Por ello se analiza el incentivo de dotar al directivo de parte del
capital y se observa como éste tiene un efecto positivo sobre la obtención de innovaciones de
producto. En el trabajo de Dixon y Seddighi, realizado para una muestra de empresas
inglesas, se analiza el efecto de la naturaleza de la propiedad (nacional o extranjera) resultando
tanto en este trabajo como en el de Acs y Isberg independiente de la innovación llevada a cabo por
la empresa. Hall analiza el papel de la deuda en la inversiones de I+D, concluyendo que las
empresas prefieren financiar con deuda los activos físicos y utilizar los fondos propios para financiar
activos más arriesgados como serían aquellos relacionados con las actividades innovadoras
empresariales. Siguiendo las hipótesis de Hall, Chiao realiza un estudio de la influencia de la deuda
sobre las inversiones en capital físico y las inversiones en I+D, obteniendo que en las empresas
pertenecientes a sectores de oportunidad tecnológica baja se observa como la financiación con
deuda es un recurso tanto para financiar activos físicos como proyectos arriesgados; en cambio, en
el caso de las empresas de alto contenido tecnológico se observa como la deuda sólo se utiliza
para financiar capital físico. Finalmente, el trabajo de Francis y Smith analiza la relación empírica
entre la estructura de la propiedad empresarial y la innovación. Ellos contrastan la hipótesis que
las empresas con un control difuso en su propiedad son menos innovadoras que las empresas
con una concentración de la propiedad mayor por parte de los directivos o por parte de inversores
externos. Sus resultados son consistentes con el hecho que la propiedad concentrada y el
control por parte de los accionistas son efectivos para mitigar los costes de agencia y de
contratación asociados con las inversiones relacionadas con el proceso innovador de la empresa.

En cuanto al caso español, Galende y De la Fuente (2003) han desarrollado un análisis


econométrico de una muestra de empresas innovadoras españolas. Su investigación se centra en el
análisis de los factores que son determinantes en la organización de las actividades innovadoras
de las empresas. Sus resultados empíricos confirman la existencia de interesantes relaciones entre los
factores empresariales de tipo interno y el proceso innovador, obteniendo un efecto significativo del
mecanismo de financiación (el uso de deuda) de forma que una alta utilización de este mecanismo
por parte de la empresa tiene un impacto mayor sobre la obtención de innovaciones
incrementales que sobre las innovaciones radicales. Y siguiendo con los resultados innovadores y
centrándonos en uno de los aspectos más contrastados en cuanto a variables relacionadas con
estructura de propiedad se refiere, encontraríamos para el caso español los trabajos de Busom (1993)
y de Buesa y Molero (1996ª y 1996b), que analizan el papel de la naturaleza de la propiedad. En el
trabajo de Busom (1993) se argumenta la mayor capacidad de la empresa que posee capital
extranjero, en el acceso a la financiación o en la obtención de información tecnológica,
favoreciendo la obtención de innovaciones empresariales. En el trabajo de Buesa y Molero, para
una muestra de empresas innovadoras madrileñas, se observa como aquellas que poseen
participación de capital extranjero tienen mayores innovaciones de producto.
Entre los diferentes mecanismos de control que puede utilizar la empresa para paliar los
roblemas de agencia surgidos por la no identidad entre propiedad y control en puestos de toma de
decisiones, tal como se ha comentado en el apartado anterior la literatura económica ha destacado
la concentración de la propiedad en manos de un número reducido de propietarios, el
incentivo de dotar a los gerentes de partes significativas del capital de la empresa y la utilización
de la deuda. Así, por ejemplo, en Rodríguez (1996) se observa como el mecanismo de control de la
concentración de la propiedad da testimonio de su participación en los conflictos de interés
planteados en la empresa incluso con mayor relevancia que la participación directiva en el
capital, a la vez que viene a confirmar el hecho de que cuando la propiedad se centraliza en pocas
manos puede llevar a unos resultados más favorables en la realización de proyectos con un elevado
riesgo.
Teniendo en cuenta la literatura revisada, podríamos delimitar unas ideas a priori que guardan
relación con el vínculo entre la estructura de propiedad y el proceso innovador empresarial.
Respecto a la concentración de la propiedad, nosotros esperamos que las empresas que tienen
una estructura de propiedad más difusa tengan mayor probabilidad de llevar a cabo inversiones
en investigación y desarrollo que las empresas que poseen una propiedad más concentrada debido
en parte al mayor margen de maniobra en las decisiones tomadas por los directivos. Por otro lado, la
incorporación de propietarios en puestos de toma de decisiones actúa como un control directo sobre
las decisiones de los directivos de ahí que esperemos que debido a la pérdida de la especialización, el
efecto de dicha incorporación sobre las actividades relacionadas con el proceso innovador sea
negativo. Finalmente, aunque en la literatura se observa una ambigüedad en cuanto al efecto de
la utilización de deuda como financiación empresarial sobre las inversiones empresariales,
nosotros consideramos que la evidencia empírica muestra una influencia negativa de la
financiación con deuda sobre las inversiones relacionadas con el proceso innovador empresarial que
se deberá tener en cuenta.

BASE DE DATOS
La base de datos empleada para analizar el efecto de la estructura de propiedad y control
sobre el proceso innovador empresarial es la Encuesta sobre estrategias empresariales
(ESEE) que elabora la Fundación Empresa Pública por encargo del Ministerio de Industria,
Turismo y Comercio. En la actualidad, la ESEE es cofinanciada por dicho Ministerio y diversas
instituciones (Fundación Empresa Pública y BBVA), además de recibir ayudas concretas de
otras como la Consejería de Economía y Empleo de la Comunidad de Madrid y Endesa. El
Programa de Investigaciones Económicas de la Fundación Empresa Pública diseñó la
encuesta, supervisa su realización anual y mantiene la base de datos.

La ESEE es una investigación estadística que encuesta anualmente a un panel de empresas


representativo de las industrias manufactureras españolas. Su diseño es bastante flexible y está
adaptado a dos tipos de usos potenciales. Por una parte, permite conocer y analizar con
profundidad la evolución temporal del sector industrial a través de múltiples datos sobre la
actividad y las decisiones de las empresas del sector. Por otra parte, el diseño de la ESEE está
pensado para generar información microeconómica que permita la especificación y contraste
de modelos econométricos.

Respecto a sus contenidos informativos, la encuesta está orientada a captar sobre todo
información sobre las estrategias de las empresas, es decir, sobre aquellas decisiones que
adoptan sobre los instrumentos de competencia a su alcance, como es su comportamiento
competitivo internacional. Estos instrumentos se consideran en un sentido amplio y abarcan
desde los más flexibles, de frecuente variación en el corto plazo (precios), hasta los que
requieren plazos de tiempo más dilatados (gastos de I+D).

Una de las características que diferencia a la ESEE de otras estadísticas sobre empresas es su
objetivo explícito de generar información con una estructura de panel, si bien, como más
adelante se detalla, al respecto se plantean ciertos problemas, dado que las empresas de la
encuesta no son siempre las mismas, debido a su inevitable proceso de nacimiento y
desaparición. Al ser las empresas entidades complejas que experimentan cambios que
modifican su naturaleza jurídica, ha sido necesario llevar a cabo un registro lo más sistemático
posible de estas incidencias. La ESEE recoge un abanico bastante amplio de decisiones que
implican alteraciones extraordinarias en la vida de las empresas, y que es necesario controlar para
asegurar la comparabilidad interanual de sus datos: fusiones, absorciones, escisiones,
expedientes de regulación de empleo, segregaciones de plantilla o de activos materiales, etc. Por
otra parte, esto ha obligado a un esfuerzo específico de depuración y validación de la
información suministrada por las empresas para asegurar su calidad y consistencia temporal.
Toda la información contenida en la ESEE está sometida a controles de validación y de
consistencia lógica, sin que en ningún caso se proceda a la imputación de valores cuando hay falta
de respuesta de la empresa.

Respecto a su cobertura, la población de referencia de la ESEE son las empresas con 10 y más
trabajadores de lo que se conoce habitualmente como industria manufacturera. El ámbito geográfico
de referencia es el conjunto del territorio nacional, y las variables tienen dimensión temporal anual.
Una de las características más destacadas de la ESEE es su representatividad. La
selección inicial de empresas se realizó combinando criterios de exhaustividad y de muestreo
aleatorio. En el primer grupo se incluyeron las empresas de más de 200 trabajadores, a las que se
requirió exhaustivamente su participación. El segundo grupo quedó formado por las empresas con
empleo comprendido entre 10 y 200 trabajadores, que fueron seleccionadas por muestreo
estratificado, proporcional con restricciones y sistemático con arranque aleatorio. Se trata de un
muestreo aleatorio de los cruces de las 21 actividades manufactureras de la Clasificación Nacional de
Actividades Económicas (CNAE) a dos dígitos y cuatro intervalos de empleo: 2-10, 21-50, 51-100 y
100-200 trabajadores. En el primer año, 1990, se encuestaron 2.188 empresas seleccionadas con los
criterios indicados.
Posteriormente, se ha puesto especial atención en mantener su representatividad respecto a la
población de referencia. Los esfuerzos se han orientado, por una parte, a reducir en lo posible el
deterioro de la muestra inicial, evitando el decaimiento de la colaboración de las empresas y, por
otra parte, a incorporar cada año a la encuesta todas las empresas de nueva creación mayores
de 200 trabajadores y una muestra seleccionada aleatoriamente que representa
aproximadamente el 5 % de las empresas nuevas entre 10 y 200 trabajadores.

La ESEE cuenta con alguna que otra debilidad. En cuanto a su contenido está orientada a
captar fundamentalmente información sobre las estrategias de las empresas, lo que nos ha
hecho posible relacionar características de la empresa, como son su tamaño, edad, sector de
actividad, el ámbito geográfico del mercado y aspectos relacionados con su esfuerzo o
resultado innovador determinantes para nuestro estudio. Sin embargo, como indica Melle
(2000), la explotación de la ESEE para analizar aspectos financieros presenta, al propio
tiempo, dos puntos débiles: en primer lugar, la información económico-financiera obtenida
mediante una encuesta ofrece una fiabilidad menor que la de otras bases como la de los
registros mercantiles, la Central de Balances o la Comisión Nacional del Mercado de Valores, y en
segundo lugar, al ser una encuesta diseñada para medir fundamentalmente aspectos
estratégicos de las empresas, contiene pocos indicadores que permitan evaluar sus decisiones
financieras. Precisamente por ese motivo no se han podido contrastar determinadas hipótesis
sobre la estructura de capital de las empresas que exigían la cuantificación de algunas
variables para las que no existía información en la ESEE.

ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LA INNOVACIÓN Y DE LA ESTRUCTURA DE PROPIEDAD Y


CONTROL EN LA EMPRESA MANUFACTURERA ESPAÑOLA

Aplicación de los diferentes mecanismos de control por parte de la empresa manufacturera


española

Teniendo en cuenta los objetivos planteados en el apartado anterior, a fin de analizar la


utilización por parte de las empresas de distintos mecanismos de control, se han construido las
variables de estructura de propiedad y control que se presentan a continuación.

El mecanismo de control directo que pasa por la incorporación de propietarios en puestos de


toma de decisiones se analiza mediante la construcción de una variable dicotómica que toma
valor 1 en el caso en que existan propietarios o personal no asalariado en puestos de dirección y
valor nulo en caso contrario. Esta variable recogería la información sobre hasta que punto se
incorporan supervisores de las acciones realizadas por el gerente.

Con el fin de observar la aplicación del mecanismo de concentración de la propiedad se ha


considerado una variable categórica que clasifica a las empresas como de control difuso
cuando todas las empresas que se reparten el capital de la misma poseen participaciones
inferiores al 50% y de control efectivo cuando sólo una empresa o grupo posee más del 50% del
capital de la misma.

Para observar el efecto del control externo ejercido por el mercado bursátil se analizará una
variable dicotómica que toma valor la unidad cuando la empresa cotiza en bolsa y valor nulo en caso
contrario.
Otro tipo de control externo o indirecto que influye sobre las decisiones tomadas por el gerente es la
utilización de financiación externa o en forma de deuda. Para observar el efecto de dicho
mecanismo se analizará la ratio del porcentaje de financiación con deuda respecto a la financiación
total de la empresa.

Como hemos comentado con anterioridad, las dos situaciones más propicias para encontrarnos con
problemas de agencia en la toma de decisiones empresariales son la incorporación de personal
externo a la propiedad en puestos de dirección (situación que designaremos como manager
control) y la situación en la que la propiedad se encuentra repartida entre muchos propietarios de
manera no significativa (situación de control difuso), en contraposición al caso de una
concentración elevada de la propiedad (situación de control efectivo) y propietarios en puestos de
toma de decisiones (Situación de ownership control), en la que la posibilidad de encontrarnos con
problemas de agencia quedan minimizados. Según el gráfico 1, en que se realiza un análisis de
la evolución del porcentaje de empresas que poseen una situación de concentración elevada de
la propiedad y propietarios en puestos de toma de decisiones, se puede observar como un gran
porcentaje de empresas, entre el 50% y el 60% presentan una estructura de propiedad y control
que permite paliar sus problemas de agencia. Además, se puede observar como este porcentaje
ha experimentado un aumento, si bien muy ligero, a lo
largo de los años analizados. Para analizar más detenidamente la aplicación de
estos mecanismos, en los siguientes subapartados se realiza un estudio de los mismos
teniendo en cuenta aspectos tan importantes como el tamaño o la madurez empresarial de
las empresas analizadas.

Gráfico 1. Evolución del % de empresas con control efectivo y propietarios en puestos de


toma de decisiones

80
70
60
50
40
30
20
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

Participación de la propiedad en puestos de toma de decisiones


Como hemos visto hasta el momento, la separación de funciones entre propiedad y control es
una de las principales causas que pueden provocar problemas de agencia en las decisiones
empresariales. Vamos a analizar cómo ha evolucionado a lo largo de los años de la muestra
este mecanismo y qué diferencias ha experimentado teniendo en cuenta características
empresariales como el tamaño empresarial o la etapa de madurez. Además se tendrán en
cuenta las diferencias existentes entre sectores de actividad y comunidades autónomas.
En primer lugar, analizamos la distribución de empresas de la muestra entre tipos de toma
de decisiones (ownership control vs. manager control) en función del tamaño empresarial.
En el gráfico 2 se analiza la evolución a lo largo del tiempo del porcentaje de empresas en
que se lleva a cabo cierto control empresarial por parte de los propietarios
diferenciando entre empresas de gran y pequeño tamaño (empresas de tamaño menor o igual
7
a 200 trabajadores y empresas de más de 200 trabajadores) . En concreto nos centramos
en la evolución de la categoría “ownership control”, la cual recoge la información sobre
las empresas que han incorporado propietarios como supervisores directos de la acción
realizada por los directores externos, es decir, se analizan a las empresas en las que se
produce una identidad entre propiedad y control empresarial.

7 Fariñas y Jaumandreu (1994, 1999) explican que en la selección muestral de la


ESEE se distinguieron dos subpoblaciones: la formada por empresas de más de 200
trabajadores, entre las que la selección fue exhaustiva, requiriendo la colaboración de
todas, y la formada por las empresas entre 10 y 200 trabajadores, donde la selección se
realizó mediante un muestreo aleatorio de los cruces de estrato de 21 actividades y
cuatro intervalos de empleo.
Debido a esta razón, hemos creído conveniente como primer esbozo, realizar una
clasificación de las empresas en función del tamaño, sólo en dos tramos manteniendo los
criterios seguidos por otros autores. Esto nos permitirá ver las diferencias en la utilización del
mecanismo de participación de la propiedad en las tareas de toma de decisiones por
parte de las empresas de gran tamaño y las PYME, separadamente. Tendremos que tener
en cuenta que a lo largo de los años el número de empresas de gran tamaño se va haciendo
más importante que las de menor tamaño. En 1990 sólo eran un 32,4% las empresas de la
muestra que poseían más de 200 trabajadores, mientras que en el año 2000 ascienden a un
63.5%. Habrá que tener en cuenta este dato ya que puede influir en las conclusiones dado
que las condiciones organizativas pueden variar según el tamaño.
Gráfico 2. Evolución del % de empresas con propietarios en puestos de dirección según
tamaño empresarial

100
90
80
70
60
50
40
30
20
10

1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

<=200 trab. >200 trab. total

Sin distinguir entre tamaños, se observa que este mecanismo de control es utilizado por
parte
de aproximadamente el 40% de las empresas manufactureras españolas, con una
tendencia ligeramente decreciente a lo largo de la década de los años noventa.

Si nos centramos en el tramo de empresas de tamaño menor o igual a 200 trabajadores


se observa cómo a lo largo de los años se produce un incremento de empresas que
tienen identidad entre propiedad y control en la toma de decisiones, incremento que
parece estancarse en el año 1999. Sería conveniente hacer el mismo análisis para años
posteriores a 2000, con el fin de ver si el descenso que parece producirse en este año se
mantiene en los años posteriores, o si por el contrario éste es un año atípico. En cuanto a las
empresas con un tamaño superior a 200 trabajadores, parece que la tendencia a lo largo
de los años es a decrecer. Este hecho, como antes ya se había comentado, podría tener su
causa en la mayor especialización de la toma de decisiones de las empresas de mayor
tamaño. Por tanto, sobre todo en los últimos años se observa que este mecanismo parece
ser utilizado de forma algo menor por las empresas de gran tamaño, las cuales quizás
optarían por incrementar en los puestos de control a personal externo debido a la mayor
especialización en sus tareas.

Uno de los motivos que puede condicionar la incorporación de personal externo en la


empresa puede ser la madurez que la empresa posea. En el gráfico 3 se clasifican a las
empresas en función de su edad. Las empresas que presentan un mayor número de
propietarios en puestos de toma de decisiones son las empresas que tienen una madurez
mayor (con más de 27 años de existencia), es decir, que han sido constituidas más
tempranamente. Es significativo que aquellas categorías que parecen presentar
porcentajes más elevados de empresas con propietarios en puestos de dirección son
aquellas que poseen una madurez más alta o más baja (las más maduras y las de reciente
creación). Aquéllas empresas que se encuentran en una etapa intermedia del ciclo de vida
empresarial presentan una menor utilización de este mecanismo. Se podría obtener una
explicación a este hecho en el menor tamaño empresarial que presentan las empresas de
menor madurez hecho que hace que la jerarquización sea menor en ellas. De hecho, en la
mayoría de casos las empresas de nueva creación, debido a su temprana edad, deciden
incorporar trabajadores más especializados para realizar tareas que resultan novedosas
para el propietario de la empresa. El paso de los años puede hacer
que el propietario tenga un conocimiento mayor de las tareas de gestión y opte por realizar
él mismo dichas tareas. Sin embargo la expansión que pueda llevar a cabo la empresa
puede traer aparejada una necesidad de incrementar las plantillas siendo necesario la
incorporación de personal externo más cualificado teniendo en cuenta las características
de una mayor empresa así como de los nuevos mercados en los que opere.
Gráfico 3. Porcentaje de empresas con propietarios en puestos de dirección en función de
la etapa de madurez, año 2000

>39 años
entre 33 y 39
entre 27 y 33
entre 17 y 27
entre 11 y 17
entre 7 y 11
entre 5 y 7
<5 años

0 20 40 60 80 100

En el gráfico 4 se analiza la evolución del porcentaje de empresas que utilizan el


mecanismo de la incorporación de propietarios en puestos de toma de decisiones teniendo
en cuenta la comunidad autónoma en la que se ubican las mismas. Se puede observar
como la práctica totalidad de comunidades autónomas experimentan un incremento en
el porcentaje de empresas que utilizan el mecanismo de introducción de propietarios
en los puestos de dirección como control directo sobre la actuación de los directivos. En
cuanto a las diferencias entre niveles se observa que Cantabria, Navarra y País Vasco
presentan, especialmente en el año 2000, los mayores porcentajes, mientras que Baleares y
Canarias serían las que presentan unos menores porcentajes de empresas con propietarios en
puestos de toma de decisiones.

Gráfico 4. Evolución del % de empresas con propietarios en puestos de dirección en función


de la CC.AA.

100
90
80
70
60
50
40
30
20
Galicia

Murcia
Cataluña
Cantabria

10
0
Canarias
Andalucía

Asturias

La Rioja
Com.Valenciana
Castilla Mancha

Madrid
Castilla León

Extremadura

País Vasco
Navarra
Aragón

Baleares

1991 1994 2000

Cabría esperar que aquellos sectores con un alto contenido tecnológico incorporaran personal
especializado en los puestos de toma de decisiones. Para observar más detenidamente este
8
hecho se analizan los diferentes sectores en función de su oportunidad tecnológica .
Como se observa en el gráfico 5, aquellos sectores que poseen una oportunidad tecnológica
mayor poseen porcentajes más elevados de este mecanismo. Si bien podría pensarse que
en estos sectores pudiera existir una mayor necesidad de personal especializado en la
toma de decisiones, la evidencia empírica demuestra que los propietarios participan en la
toma de decisiones proporcionalmente al comportamiento tecnológico de la actividad de la
empresa. Por último, analizando la evolución a lo largo del tiempo todos los sectores
parecen haber experimentado un incremento en la incorporación de propietarios en
puestos de toma de decisiones.

Gráfico 5. Porcentaje de empresas con


propietarios en puestos de dirección según oportunidad tecnológica

1998

1994 oport.alta
oport.media
oport.baja

1991

0 20 40 60 80 100
Concentración de la propiedad
Con el fin de realizar un análisis de la evolución a lo largo de los años de la muestra
del mecanismo de control basado en la concentración del capital, centramos ahora nuestro
análisis
en el porcentaje de empresas de la categoría “control efectivo”, es decir, aquellas
empresas que poseen una concentración del capital mayor al 50% en manos de una sola
persona o grupo de empresas.

En el gráfico 6 se analiza el mecanismo de la concentración de la propiedad


diferenciando entre empresas de tamaño empresarial grande (mayores de 200 trabajadores)
y empresas de tamaño pequeño (menores de 200 trabajadores). La primera conclusión a
extraer es la amplia aplicación del mecanismo de concentración en la propiedad y su
estabilidad a lo largo de los años analizados. Centrándonos en los dos tramos de tamaño, las
empresas de menor tamaño poseen porcentajes de concentración mayores, los cuales
parecen mantenerse en torno al 95% a lo largo de los años analizados. Analizando las
empresas de mayor tamaño, la primera conclusión a extraer es que aunque el porcentaje
de concentración de la propiedad en esas empresas se encuentra por debajo del porcentaje
observado en las de menor tamaño se trata
8 Se han clasificado como sectores de oportunidad tecnológica alta los siguientes:
máquinas de oficina, equipos informáticos, de proceso, óptica y similares; Productos
químicos; Maquinaria y equipo mecánico; Maquinaria y material
eléctrico y electrónico; Vehículos de motor; Otro material de transporte, Edición y artes
gráficas. Como sectores de oportunidad tecnológica media: Industria cárnica; Productos
alimenticios y tabaco; Bebidas; Productos de caucho y plástico; Productos de minerales no
metálicos; Metalurgia; Productos metálicos. Y como sectores de oportunidad tecnológica
baja: Textiles; Cuero y calzado; Industria de la madera; Papel; Muebles y Otras industrias
manufactureras. de un porcentaje muy elevado, que parece ir incrementando, si bien de
forma muy ligera, con los años.

Gráfico 6. Evolución del % de empresas con “control efectivo” según tamaño

100
90
80
70
60
50
1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

<=200 trab. >200 trab. total

El gráfico 7 muestra como se distribuye el porcentaje de empresas con control


efectivo teniendo en cuenta el año de constitución o madurez empresarial de las empresas
analizadas. Destaca el hecho que aquellas empresas que poseen una madurez mayor (más
de 27 años de existencia) son las que presentan porcentajes más elevados de
empresas con alta concentración de la propiedad en pocas manos.
Gráfico 7. Evolución de las empresas con control efectivo según la etapa de
madurez empresarial, año 2000.

>39 años

entre 33 y 39

entre 27 y 33

entre 17 y 27

entre 11 y 17

entre 7 y 11

entre 5 y 7

<5 años

0 10 20 30 40 50 60

Del mismo modo que se hizo con la incorporación de propietarios en puestos de dirección, para
el mecanismo de concentración de la propiedad se presenta el gráfico 8, con el fin de ver la
utilización de dicho mecanismo en las distintas CC.AA. La primera conclusión a extraer es la
gran concentración que experimentan las empresas españolas en todas las CC.AA. Como se
puede observar en el gráfico no parece encontrarse un comportamiento homogéneo en la
evolución de la concentración de la propiedad teniendo en cuenta la comunidad autónoma.
Existen comunidades como es el caso de Baleares, Aragón o Navarra que experimentan un
descenso en la concentración; sin embargo otras comunidades como Canarias o el País Vasco
han llevado a cabo medidas de incrementos de concentración de la propiedad en sus
empresas.

Gráfico 8. Empresas con control efectivo según CC. AA.

100
90
80
70
60
50
40
30
20
Navarra

La Rioja
Canarias
Andalucía

Galicia

Madrid

Murcia
Asturias

Cataluña

10
0
Aragón

Baleares

Cantabria

Com.Valenciana
Castilla Mancha

Extremadura
Castilla León

País Vasco

1991 1994 2000

En cuanto a la utilización del mecanismo de concentración de la propiedad teniendo en cuenta


la oportunidad tecnológica del sector de actividad de las empresas analizadas, en el gráfico
9 se observa que, aquellas empresas que poseen una oportunidad tecnológica menor tienen
una concentración mayor de su capital, si bien las empresas de oportunidad tecnológica media
alta también poseen porcentajes elevados. A medida que transcurre el tiempo la
concentración parece reducirse levemente en aquellas empresas con oportunidad
tecnológica menor, hecho que no parece ocurrir en las empresas con oportunidad
tecnológica alta.

Gráfico 9. Empresas con control efectivo según oportunidad tecnológica del sector de
actividad

1998

1994 oport.alta
oport.media
oport.baja

1991

80 85 90 95 100

Otros factores que podrían llegar a ser mecanismos de control

Otro de los mecanismos más utilizados como control a la gestión de los directivos es
la utilización de financiación externa. Este mecanismo es un mecanismo de control indirecto
ya que no es la propiedad la que controla las acciones de los directivos, si no que se trata del
que
Cuadro 1. Porcentaje de financiación en forma deuda sobre la financiación total, año 1994
Tamaño empresarial Media N Desv. Típ.
<= 200 trabajadores 59,53% 1.173 0,244
>200 trabajadores 55,79% 594 0,212
To 58,27% 1.767 1
0,234
tal 8

En el gráfico 10 se realiza el estudio de la evolución del mecanismo de financiación en


9
forma de deuda teniendo en cuenta la forma jurídica . La totalidad de formas jurídicas
utilizan fuertemente este mecanismo, siendo la empresa individual la que parece contar
con un porcentaje menor de empresas con financiación en forma de deuda. Observamos
como aun siendo muy elevado el porcentaje de empresas que utilizan la financiación
externa éste ha experimentado un aumento considerable en la categoría cooperativa de
trabajadores.

Gráfico 10. Evolución del % de empresas con financiación en forma de deuda en función de
la forma jurídica

Otras
Coop.Trabajo
SAL
SL
SA
E.Individual

90 92 94 96 98 100
1994 1998
2000

Se observa, por tanto que prácticamente todas las empresas requieren financiación externa
para realizar sus inversiones. La menor utilización de financiación externa por parte de la
empresa individual en comparación con las otras formas jurídicas podría deberse a la debilidad
de la estructura financiera de la empresa de reducida dimensión. De Obesso y Saiz (1999)
destacan tres de los principales motivos de dicha debilidad: la rigidez del mercado español para
incorporar recursos a largo plazo a la PYME, mientras que la gran empresa cuenta con
mayores posibilidades de acceder a la Bolsa de valores o de captar capitales; el difícil acceso
de las PYME a instrumentos de financiación alternativos a la bancaria, como la emisión de

9 La variable forma jurídica clasifica a las empresas teniendo en cuenta su forma legal. Las
diferentes categorías que la
componen son: empresa individual, sociedad limitada, sociedad anónima, sociedad anónima
laboral, cooperativa de trabajo y otras.
empréstitos o pagarés, de coste inferior a los créditos y, por último, los mayores costes y
menores períodos de amortización para las operaciones financieras tradicionales de las PYME.
La dificultad de evaluar la viabilidad de los planes de inversión de la PYME se sustituye por la
exigencia de garantía real o personal y primas de riesgo adicionales.

Otro de los mecanismos que podría ser utilizado por las empresas para mitigar posibles
problemas de asimetrías de la información sería la utilización del mercado bursátil o el
mecanismo de cotización en bolsa. Como podemos ver en el gráfico 11, existe una diferencia
notable en el porcentaje de empresas que deciden incorporarse al mercado bursátil teniendo
en cuenta el tamaño empresarial. Se observa, como era de esperar, que las empresas de
mayor tamaño poseen un porcentaje mayor de empresas que cotizan en el mercado bursátil
aunque este porcentaje parece haber descendido a lo largo del tiempo. En cuanto a las
empresas de tamaño menor se observa que aumenta el porcentaje de empresas que cotizan
en el mercado bursátil pero hay que tener en cuenta que el porcentaje es muy reducido.

Gráfico 11. Porcentaje de empresas que cotizan en bolsa en función del tamaño empresarial

40
35
30
25
20
15
10
5
0
1990 1994 1999 2000

<=200 trabajadores >200 trabajadores

No obstante, tal como se ha comentado anteriormente, tanto la financiación en forma de


deuda
como la cotización en bolsa pueden no ser utilizados como mecanismos de control
sino deberse a cuestiones puramente relacionadas con las fuentes de financiación de la
empresa.

5.2 Estructura de propiedad e innovación en la empresa manufacturera española


Teniendo en cuenta los objetivos del trabajo, a fin de analizar la actividad
innovadora empresarial tanto por el lado del esfuerzo como del resultado, se ha
procedido a la construcción de cuatro variables relacionadas con el proceso innovador en la
empresa.

La variable INNOV es una variable dicotómica que toma valor uno cuando la empresa
lleva a cabo gastos de investigación y desarrollo en cada uno de los años y valor nulo
en caso contrario. Mediante el uso de esta variable podremos analizar cuales son los
determinantes de
la decisión de llevar a cabo inversiones en innovación. Con el fin de analizar la intensidad
en el
esfuerzo innovador llevado a cabo por la empresa se construye la variable EFFORT,
variable que presenta la proporción de gastos de I+D por empleado realizados cada año en la
empresa.

En cuanto a las variables que describen el resultado innovador de la empresa, se


construyen, siguiendo un procedimiento similar al del esfuerzo innovador, las variables
RESULT y PAT. La variable RESULT sería una variable dicotómica que toma valor uno
cuando la empresa decide proteger su resultado innovador mediante una patente o un
modelo de utilidad, variable que además de mostrar el potencial innovador de la empresa
nos da muestras de la preocupación por parte de la misma de protegerlo. Y por último, la
variable PAT recoge el número de patentes y modelos de utilidad conseguidos por la
empresa en cada uno de los años analizados. Dado que el objetivo principal de nuestro
estudio es analizar la relación existente entre la estructura interna empresarial y las
actividades innovadoras realizadas por la empresa, se ha procedido a la construcción de las
variables presentadas a continuación para analizar la estructura de propiedad y de control de
la empresa.

La variable OWN se incorpora en el estudio para analizar cómo influye en la


actividad innovadora empresarial la separación entre propiedad y control. Dicha variable
recoge el porcentaje de propietarios o familiares en puestos de toma de decisiones sobre
el total de empleados a final de año en la empresa. Esta variable explica la aplicación de la
incorporación de propietarios en puestos de decisión en la empresa con el fin de paliar los
problemas que surgen de la separación entre propiedad y control dentro de la misma.
La separación de funciones implica una serie de ventajas, principalmente de
especialización, que las empresas no pueden ignorar. Jensen y Meckling (1976)
comentan que existen problemas de oportunismo, debido a que la información que
poseen los inversores acerca de las actividades de la empresa normalmente es limitada o
imprecisa, ellos tienen un incentivo en involucrar a las empresas en ratios de crecimientos
cercanos al óptimo con el fin de maximizar el valor de la empresa. Cuando los directivos son
los que controlan este tipo de recursos, aparece un riesgo de que se de un uso inadecuado
o improductivo de los mismos. La solución a este conflicto pasa por incentivar a los
directivos a que adopten decisiones similares a las que llevarían a cabo los propietarios y
que no adopten proyectos con valores netos negativos.

Tal y como comentábamos en apartados anteriores, una de las características que más
importancia tienen en la estructura de propiedad de la empresa es el grado de concentración
de la propiedad. La variable SHARE muestra el efecto del porcentaje de participación del
accionista mayoritario. Altas tasas de concentración de la propiedad en pocas manos actuará
como mecanismo de control de los problemas de agencia nacidos por la no identidad de control
y propiedad. Este mecanismo tiene asociada una serie de desventajas, debido al incremento
del riesgo por parte de los propietarios, menor liquidez en mercado y menores oportunidades
para negociar los valores empresariales.

Con el fin de analizar la influencia del control indirecto ejercido sobre las decisiones
empresariales de la financiación externa o en forma de deuda, se incluye la variable DEBT la
cual muestra la ratio de financiación en forma de deuda sobre la financiación total de la
empresa. Algunos autores encuentran un efecto ambiguo en la utilización de financiación
externa como mecanismo para solucionar los problemas de agencia (Hall, 1992; Chiao, 2002).

Desde un punto de vista teórico, la teoría de los costes de transacción y la teoría de la agencia
argumentan que la financiación con deuda puede desanimar a que se lleven a cabo actividades
innovadoras. La teoría de los costes de transacción analiza el hecho que la intangibilidad y la
especificidad de las inversiones tecnológicas aumenta los costes de transacción y disuade el
llevarse a cabo la financiación con deuda. La teoría de la agencia muestra que el alto riesgo de
ese tipo de actividades y la aparición de asimetrías informativas causan problemas con la
financiación en forma de deuda (en Galende y De la Fuente, 2003). Un aumento en el nivel del
endeudamiento puede llevar a que se incrementen los conflictos entre los tenedores de la
deuda y los accionistas. Sin embargo, este aumento puede llevar a que se mitiguen las
diferencias entre los accionistas internos y externos y la dirección de la empresa, además de
incrementar la información disponible para llevar a cabo previsiones de la actividad económica.
Jensen y Meckling (1976) argumentan que la financiación en forma de deuda podría llevar a
que se adoptaran inversiones con un riesgo excesivo. Según ellos, los accionistas preferirán
cubrir los gastos de inversiones arriesgadas con financiación externa debido a que el resultado
final recaerá sobre los tenedores de la deuda. En cambio, los tenedores de la deuda no
ofrecerán financiación para proyectos arriesgados con el fin de recuperar al final el valor de su
contribución.

Para observar el efecto del control externo ejercido por el mercado bursátil se analizará la
variable dicotómica STOCK, variable que toma valor la unidad cuando la empresa cotiza en
bolsa y valor nulo en caso contrario.

Por último, se incluyen dos variables para analizar el efecto que tiene poseer una composición
de la propiedad de naturaleza extranjera o pública. Así se incluyen dos variables dicotómicas
EXT y PUB, que toman el valor uno cuando la empresa posee participación de capital
extranjero o público y valor nulo en caso contrario.

De forma adicional y siguiendo los estudios relacionados con la temática de la innovación


empresarial se incorporan las variables más analizadas en estudios de esta literatura. El
análisis del tamaño empresarial, aproximado por la variable SIZE construida con la información
del número de empleados de la empresa a 31 de diciembre del año analizado. El análisis de la
influencia de la edad o madurez empresarial, mediante la variable AGE que se construye con
los años de la empresa desde su constitución. El efecto de la oportunidad tecnológica del
sector de actividad al que pertenece la empresa, que se analiza con la inclusión de dos
variables dicotómicas que toman valor la unidad si la empresa pertenece a un sector que
cuenta con una alta oportunidad tecnológica (HIGH) o una baja oportunidad tecnológica (LOW)
y valor nulo en caso contrario. Como se puede observar se ha excluido del análisis la variable
dicotómica que clasifica a las empresas de oportunidad tecnológica media con el fin de que no
existan problemas de multicolinealidad. Y por último, dada la importancia de la estructura del
mercado en el que opera la empresa, se ha incluido la variable dicotómica MARKET, que
tomará el valor la unidad cuando la empresa posea un ámbito geográfico del mercado principal
nacional o extranjero y nulo cuando el ámbito geográfico sea menor al ámbito nacional.

En el cuadro 2 se ofrecen algunos estadísticos descriptivos de las variables cuantitativas del


estudio. Se observa como la media de la concentración del capital en manos de un propietario
(SHARE) se va haciendo mayor con el paso del tiempo, si bien la dispersión de la misma
también aumenta, con lo que se puede pensar que algunas empresas decidieron pasar de
controles más difusos a controles algo más efectivos como posible mecanismo de control ante
problemas de agencia entre la propiedad y el control, pero de forma muy ligera.
Se observa también que con el paso del tiempo se produce un incremento, aunque muy
leve, del porcentaje de capital extranjero, es decir, cada vez tiene mayor peso en los capitales
de las empresas españolas las participaciones de propiedad extranjera, lo cual también
podría tener efecto en los resultados empresariales de las mismas. En cambio, se observa que
el porcentaje de capital público decrece con el paso del tiempo, debido a los procesos de
privatizaciones sufridos en los últimos años en la economía española. En cuanto a la
variable OWN, variable que recoge la identidad entre propiedad y control, se observa que
parece haber experimentado
un descenso el porcentaje de propietarios en puestos de control. Hay que tener en cuenta
que esta variable puede no explicar del todo lo que pretendemos medir, dado que puede ser
que se estén considerando propietarios a todas las personas que poseen capital en la
empresa. De hecho, uno de los mecanismos de control para evitar problemas de agencia es
la dotación al manager de parte de las acciones de la firma, para establecer un vínculo entre
la dirección y la propiedad. Este vínculo podría actuar sobre la dirección como una posible
motivación, de forma que ésta pueda llegar a actuar con criterios semejantes a los que
actuaría el propietario, es decir, intentando llevar a cabo la maximización del beneficio, sin
incurrir en sobre-inversiones o inversiones demasiado arriesgadas que pudiesen poner en
peligro la vida de la empresa. Con respecto a la variable DEBT, que recoge el porcentaje de
financiación externa con respecto a la financiación total, se observa que sufre un aumento leve
con el paso del tiempo.

Destaca el bajo valor de la media en la variable ESF, que recoge los gastos de I+D
por trabajador en el año analizado. Ello nos da muestras del bajo esfuerzo que realizan
las empresas españolas en inversión en I+D, si bien se observa un incremento considerable
en el tiempo. En cuanto a la media del tamaño y la edad de las empresas consideradas,
cabe destacar el hecho de que estamos hablando de empresas de gran tamaño (278
trabajadores de media), que se ha mantenido prácticamente estable con el paso del
tiempo, y con una media de edad de 23 años.
Por último, con respecto a este cuadro destacar el valor nulo de la mediana en muchas de
las variables de nuestro estudio, lo que nos da muestras de la gran homogeneidad de
las empresas españolas, principalmente en el caso de las variables de estructura de
propiedad (SHARE, EXT, PUB y OWN). En cuanto a las medianas de las otras variables es
destacable el bajo valor de la mediana en las variables tamaño y esfuerzo innovador muy por
debajo de los valores medios de dichas variables.

En lo que se refiere a las variables de tipo cualitativo, los cuadros 3 y 4 presentan


los porcentajes de empresas que afirman llevar a cabo inversión en I+D (cuadro 3) y
registrar resultados de la I+D (cuadro 4) para cada categoría y en los años analizados.
Los resultados del cuadro 3 ponen de manifiesto, a nivel general, que las empresas que
sí realizan inversiones en I+D son un porcentaje reducido del total de empresas, aunque
este porcentaje aumenta con el paso del tiempo. Respecto a la variable forma jurídica
(FORM) los resultados más destacables son las diferencias entre las categorías,
destacando como categorías con mayor porcentaje en gastos de I+D las sociedades
anónimas y las cooperativas de trabajo, observándose un gran aumento del porcentaje de
esta última categoría entre los dos años analizados. Este tipo de formas jurídicas tienen
presumiblemente una separación entre la propiedad y el control debido a la gran
dispersión de la propiedad, y como argumentaba Jensen (1986), las actuaciones de los
administradores tienden a la reinversión de los recursos generados antes que al retorno a
los accionistas. Comparando los dos años analizados, destaca la reducción del porcentaje
en la categoría “empresa individual” hecho que no ocurre con las demás categorías que
aumentan su porcentaje en el año 2000.

En cuanto a la variable que nos indica si la empresa cotiza o no en bolsa (COTIZ), destaca
el hecho de que prácticamente el total de las empresas que cotizan en bolsa realizan
inversiones en innovación. Por otra parte, como era de esperar la categoría de la variable
oportunidad tecnológica (OPORT) que presenta un mayor porcentaje de inversión en I+D es
la categoría “oportunidad tecnológica alta”, obteniéndose que la mitad de las empresas de
dicha categoría tienen gastos de I+D. Por último, el cuadro muestra el análisis para el
ámbito geográfico del mercado principal (MARKET). Se observa cómo a medida que aumenta
el ámbito geográfico el porcentaje de empresas que realizan inversión en innovación
aumenta. Comparando los dos años analizados, vemos que no se produce un incremento
en todas las categorías de esta variable como ocurría en la mayoría de las otras variables
analizadas en el cuadro. Así en los ámbitos geográficos más amplios “conjunto nacional”,
“extranjero” y “España y extranjero” en lugar de experimentar un aumento del porcentaje,
como en principio cabría esperar, se produce un descenso del mismo.
Si analizamos el cuadro 4 en el que se presenta el porcentaje de empresas que afirman
haber obtenido un resultado formalizado de la innovación realizada, destaca el reducido
porcentaje de empresas que registran patentes, patentes en el extranjero o modelos de
utilidad en los años analizados, si bien el mismo experimenta un leve aumento con el paso del
tiempo.
En cuanto a las distintas categorías de empresas analizadas, en relación a la variable
forma jurídica (FORM) destaca el hecho de que la categoría “empresa individual”
presente un porcentaje nulo para los dos años analizados. Los mayores porcentajes los
encontramos en las categorías “sociedad anónima” y “cooperativa de trabajo” para los dos
años analizados. Como comentario adicional en cuanto a la variable FORM destaca que
todas las categorías, excepto la “sociedad limitada”, experimentan un aumento de empresas
con resultado innovador con el paso del tiempo.

Con respecto a la variable que nos indica si la empresa cotiza o no en bolsa (COTIZ),
destaca la diferencia de los porcentajes en los dos años analizados, si bien en los dos
años las empresas que no cotizan en bolsa tienen un porcentaje reducido, es interesante
observar el gran aumento que experimenta el porcentaje de aquellas empresas que
cotizan en bolsa y obtienen un resultado formalizado de la innovación realizada con el
paso del tiempo. Prácticamente la totalidad de empresas que pertenecen a esta categoría
obtienen un resultado de la innovación realizada en el año 2000.

Como era de esperar e igual que ocurría en el cuadro 3 (gastos de I+D) los porcentajes
en relación a la variable oportunidad tecnológica del sector (OPORT) aumentan a medida
que aumenta dicha oportunidad tecnológica, es decir, la categoría que presenta un
mayor porcentaje de empresas con resultados de la innovación es “sector oportunidad
tecnológica alta”. Con respecto a la comparación entre los años analizados, aunque aumenta
el porcentaje para la categoría inferior a lo largo del tiempo, no es así para las categorías
superiores.

Por último, en relación al ámbito geográfico del mercado principal (MARKET), destaca que
la categoría menor “ámbito geográfico local” presentaría un porcentaje mayor que la
siguiente a ella “provincial” y lo mismo ocurre con la categoría “extranjero” y la
inmediatamente superior “España y extranjero”. Destaca, como era de esperar, que a
lo largo del tiempo estos porcentajes aumentan para cada una de las categorías analizadas,
excepto para las categorías “ámbito geográfico regional” y “ámbito geográfico nacional”.
6. METODOLOGÍA ECONOMÉTRICA

Dado que nuestro objetivo se centra en el análisis del impacto que diferentes variables
que describen la estructura de propiedad y de control pueden tener sobre la inversión de
I+D y sobre el resultado conseguido de la misma, deberemos tener en cuenta diferentes
modelos a la hora de analizar cada uno de estos dos aspectos de las actividades
innovadoras empresariales.
6.1. Modelos para analizar la probabilidad de llevar a cabo inversiones en

I+D
Aunque existen muchos estudios que contienen modelos que analizan los determinantes
de la decisión de invertir en I+D a nivel empresarial (Beneito, 2003; Crépon et al., 1996;
Dixon y Seddighi, 1996; Galende y Suárez, 1999; Geroski y Pomroy, 1990; Love et al.,
1996; entre otros), hay muy pocos que incluyan variables relacionadas con la estructura de
propiedad y control de la empresa.

Nuestro primer modelo se centra en el análisis de la decisión de llevar a cabo inversiones


de I+D. Dada la naturaleza dicotómica de la variable dependiente se estima un modelo de
elección discreta que relaciona la estructura interna de la empresa y la innovación llevada a
cabo por la misma. Los principales modelos utilizados para este tipo de estudios son
los modelos probabilísticos y logísticos. Dado que las conclusiones de nuestro estudio
serían las mismas para los dos modelos se comentará únicamente el procedimiento del
cálculo del modelo probabilístico dirigiendo al lector a un manual econométrico para la
metodología del modelo logístico (Wooldridge, 2001; Greene, 2003). Asimismo, dada la
utilización de un panel de datos, será necesario estimar dichos modelos en un entorno de
datos de panel.
El modelo probit para datos de panel puede ser formulado como (Greene, 2003):

La aplicación de modelos no lineales mediante el tratamiento de efectos fijos se ha


intentado evitar a menudo por dos razones, una de tipo metodológica y una práctica (Greene,
2001). La razón metodológica se centra en el conocido problema de los parámetros
incidentales, problema que puede llevar a que el estimador sea inconsistente (Arellano, 2003),
dado que los estimadores de efectos fijos reducen gravemente el número de grados de
libertad y pueden introducir un importante sesgo por los errores de medida (Hausman y
Griliches, 1986). Por otro lado existe una razón de tipo práctico, que se debe a que la
incorporación de un elevado número de parámetros fruto del tratamiento de efectos fijos
puede llevar a que el cálculo de los parámetros del modelo sea prácticamente imposible en
muchos casos. Además, Wooldridge (2001) explica que en casos donde las variables
explicativas no varían mucho a lo largo del tiempo, la estimación mediante efectos fijos
o primeras diferencias podrían llevarnos a estimaciones imprecisas.
De forma adicional, la utilización de efectos aleatorios cuando se está muestreando una
población elevada de empresas parece ser razonable por el hecho que la especificación de
efectos aleatorios asume que los términos constantes individuales están distribuidos
aleatoriamente entre las diferentes observaciones transversales (Greene, 2000). Por esta
razón, algunos trabajos previos relacionados con la I+D adoptan la estimación mediante
efectos aleatorios (Muriani y Oriani, 2002; Barrios et al., 2003; Mañez et al., 2004).
Por las razones antes presentadas hemos implementado un modelo probit de efectos
aleatorios. Por construcción, la especificación de efectos aleatorios asume que los efectos
individuales están incorrelacionados con los demás regresores, por lo que la especificación que
se asume para el término de error es la siguiente:

El modelo probit se estima utilizando el método de máxima verosimilitud10. En


este tipo de
modelos, mientras que los parámetros no son fáciles de interpretar sus signos muestran
la dirección del efecto causado por las variables explicativas sobre la variable
dependiente, mientras que los cocientes entre los valores estimados de dos parámetros miden
la importancia relativa de los efectos que las variables explicativas asociadas a dichos
parámetros tienen sobre la probabilidad de escoger la alternativa Yi=1. Debido a esta
propiedad, si bien los coeficientes de un modelo de elección discreta no son directamente
interpretables, sus valores relativos sí lo son.
En cuanto a la interpretación del signo de los parámetros, si j es positivo,
entonces entenderemos que la variable que acompaña tiene un efecto que hace que sus
aumentos impliquen aumentos en la probabilidad de escoger la opción 1. Mientras que, si el
parámetro estimado es negativo, entonces querrá decir que aumentos de la variable
explicativa que acompaña implican disminuciones de la probabilidad que la variable
dependiente valga 1. No se puede hablar de la magnitud de los parámetros, ya que el
impacto o el efecto de incrementos de las variables explicativas implican incrementos en la
probabilidad estimada de escoger la alternativa 1, pero estos aumentos son más o menos
intensos dependiendo del valor inicial de la variable explicativa.
La interpretación más generalizada que se hace de los resultados obtenidos de
estas estimaciones consiste en el cálculo de los llamados “Odds-ratio” los cuales se obtienen
a partir del cálculo: exp( i), expresión que permite interpretar cada parámetro como el
incremento en la probabilidad de que la variable explicada tome el valor de 1 frente a un
incremento marginal de la variable explicativa. Si se desea analizar el incremento en
esta probabilidad ante un incremento de más de una unidad de la variable explicativa será
necesario elevar la expresión anterior a una potencia igual al número de unidades de
incremento que se desea estudiar. Por
10 La estimación que se ha adoptado es la estimación de máxima verosimilitud explicada en
Butler y Moffitt (1982).

lo tanto, si se eleva a la unidad indica el cambio relativo que experimenta el cociente


de probabilidades cuando la variable explicativa asociada aumenta una unidad.
Por último, análogamente al resto de modelos econométricos, se pueden hacer
contrastes sobre la significación individual de los parámetros. En los modelos logísticos, el
estadístico de Wald, análogo al t-test utilizado en los modelos de regresión lineal, es
comúnmente utilizado para contrastar la hipótesis nula de que uno o varios coeficientes del
modelo son iguales a cero. La expresión que permite calcular el estadístico de Wald es:

Obtenido a partir de la comparación de la estimación máximo verosímil de la pendiente


i

del parámetro con la estimación de su error estándar El comportamiento


del test de Wald bajo la hipótesis nula sigue una distribución -cuadrado con un grado de
libertad.

Teniendo en cuenta las hipótesis que nosotros queremos contrastar, el modelo que se
acabará estimando seguirá la expresión siguiente:

Como variable dependiente se incorpora la variable de input innovador INNOV, que


como
hemos visto anteriormente se trata de una variable dicotómica que toma valor uno cuando
la empresa lleva a cabo gastos de investigación y desarrollo en cada uno de los años y valor
nulo
en caso contrario. Mediante el uso de esta variable podremos analizar cuales son
los determinantes de la decisión de llevar a cabo inversiones en innovación.

Entre los determinantes analizados se introducen, además de las variables antes


comentadas que explican la estructura de propiedad y control de la empresa, variables
relacionadas con la estructura interna empresarial. Con respecto al efecto del tamaño, el
estudio de Schumpeter (1942) ya sugería que existe un efecto positivo del tamaño en este
tipo de análisis. Existen trabajos de tipo teórico que argumentan el hecho que las empresas
de mayor tamaño poseen ventajas sobre las de menor, como es el hecho de la obtención
de economías de escala, la disminución del riesgo debido a la posibilidad de diversificar, un
mayor mercado y aumentos en las oportunidades de apropiabilidad (Fernández, 1996). A
pesar de la unanimidad de los trabajos teóricos, se observa una gran disparidad en los
resultados desde un punto de vista empírico. Existen trabajos que encuentran una relación
positiva del tamaño empresarial y la innovación (Cohen y Kleeper, 1996; Love et al., 1990;
Scherer, 1992; Scherer y Ross, 1990; entre otros muchos), pero también se encuentran
otros trabajos que no han podido encontrar una influencia significativa (Acs et al., 1991;
Mansfield, 1964; entre otros). La variable edad también ha sido uno de los determinantes
más analizados en la literatura. La edad de la empresa es una posible medida de la
capacidad organizativa. Dicha variable representa la experiencia y el conocimiento
acumulado a lo largo de la historia y esta relacionada con una

mayor capacidad de absorción y una mejor comunicación en la dirección (Galende y De


la Fuente, 2003). Esta variable se utiliza en muchos casos como medida de la
experiencia adquirida en la empresa debido al aprendizaje que se adquiere a lo largo de la
vida.

Y por último, dada la importancia de la estructura del mercado en el que opera la empresa,
se
ha incluido la variable dicotómica MARKET. Esta variable muestra el efecto que tiene
la decisión por parte de la empresa de expandir su mercado a un ámbito geográfico mayor
sobre
la actividad innovadora realizada. Esta variable también explica el efecto que tiene la
demanda
de mercado en las decisiones relacionadas con el proceso innovador y las diferentes tipos
de competencia a la que se enfrenta dependiendo si el mercado posee un ámbito
geográfico superior al mercado nacional. La literatura empírica en muchas ocasiones
aproxima está idea analizando el efecto de la actividad exportadora sobre las actividades de
innovación realizadas.

6.2. Modelos para analizar la intensidad de esfuerzo en I+D

El segundo modelo analiza el esfuerzo de la inversión en I+D por empleado, el cual se


mide mediante la ratio gastos de I+D totales entre número de empleados a 31 de
diciembre (EFFORT). Debido al hecho que la variable dependiente es de tipo continuo y
truncada se acaba optando por implementar un modelo de tipo Tobit, que como en otros
muchos artículos suele utilizarse para analizar los determinantes de los gastos en I+D
(Beneito, 2003; Cohen y Klepper, 1996; Cohen et al., 1987; Crépon et al., 1998). El caso más
estándar de este modelo, típico para gastos ya que éstos no pueden tomar valor negativo
y debido a que los datos observados presentan gran cantidad de ceros, se llevó a cabo
mediante la adaptación del
mismo bajo la estructura de datos panel con efectos aleatorios:

Teniendo en cuenta las hipótesis que se pretenden analizar, se acaba desarrollando el


modelo siguiente:

el cual contiene las mismas variables explicativas que las incorporadas en el modelo
anterior.

6.3. Modelos para analizar la probabilidad de obtener un resultado formalizado de I+D


Con el fin de analizar la decisión por parte de la dirección de la empresa de proteger
los resultados conseguidos de las actividades de innovación realizadas en la empresa, se
estima un modelo de elección discreta para datos de panel que tiene por variable
dependiente la variable dicotómica RESULT. Dicha variable tomará el valor la unidad cuando
la empresa haya obtenido a lo largo del año analizado al menos una patente o un modelo de
utilidad y valor nulo en el caso contrario. Sabemos que existen muchas empresas en las
que, aun habiendo conseguido innovaciones a lo largo de su vida, éstas no acaban
materializándose en patentes; de ahí que se utilice la información acerca de la protección con
modelos de utilidad que ofrece la ESEE. El hecho de introducir esta información hace
posible que se incorporen al análisis aquellas empresas que debido a su dimensión o a sus
capacidades no pueden optar a asumir el coste de proteger sus innovaciones con patentes y
deben hacerlo mediante la protección no tan fuerte de los modelos de utilidad. A pesar de
todo ello somos conscientes de que la mayoría de empresas a lo largo de los ejercicios
llevan a cabo innovaciones de tipo incremental las cuales en muchos casos son muy difíciles
de captar con la información que ofrecen las encuestas, por lo que la variable utilizada
probablemente esté subvalorando los resultados innovadores de muchas empresas.
Teniendo en cuenta la naturaleza binaria de la variable endógena y las hipótesis que
queremos estimar, el modelo a estimar será el siguiente modelo probit:

Las variables explicativas del modelo son las mismas que las que se han incorporado en
los modelos presentados previamente, si bien añadiendo la variable EFFORT que
recoge el esfuerzo innovador de la empresa.

6.4. Modelos para analizar la intensidad de los resultados formalizados de

la I+D
Finalmente, el cuarto modelo implementado en nuestro estudio está centrado en el análisis del
output de I+D y está basado en los trabajos desarrollados por Griliches. La Función de
Producción de Conocimientos fue originalmente desarrollada por Griliches (1979,1986) y es
visualizada como un función de tipo Cobb-Douglas que incluye diferentes factores de
producción de conocimientos como son los gastos de I+D llevados a cabo por la empresa
(Pakes y Griliches, 1984; Hausman et al., 1984; Acs y Audretsch, 1988; Crépon y Duguet,
1997; Blundell et al., 1995).

Específicamente, el modelo básico que consideramos relaciona el output de innovación de la


empresa, medido como el número de patentes y modelos de utilidad, con los inputs de
innovación y desarrollo en la misma empresa mediante una función de producción de
conocimientos. Nosotros modificamos ligeramente esta función de producción por lo que el
incremento del resultado innovador depende de un número de factores relacionados con las
características internas de la empresa además de algunas cuestiones relacionadas con las
variables de estructura de propiedad.

Para calcular el impacto de dichos determinantes en el número de patentes y modelos de


utilidad conseguidos por la empresa debe tener en cuenta la naturaleza discreta de la variable
dependiente. Adicionalmente debe tenerse en cuenta que, dada la incertidumbre de las
actividades de investigación y desarrollo, asumir el coste de la protección de los resultados
obtenidos por la misma en ocasiones es un gasto que muchas empresas no llevan a cabo, de
ahí que nos encontremos con una presencia importante de ceros en la variable dependiente
(patentes y modelos de utilidad). Debido a estos problemas, el uso de modelos lineales
convencionales puede ser inapropiado, dado que las fuertes imposiciones del modelo lineal en
cuanto a la normalidad de los residuos no se darían en este caso. La forma más usual de
realizar las estimaciones de este tipo de modelos que poseen una variable dependiente
discreta y no negativa es estimar un modelo para datos de recuento.

Uno de los modelos para datos de recuento más comúnmente aplicados es el modelo de
regresión Poisson, en donde el número de eventos, teniendo en cuenta una serie de
regresores X, se aproxima mediante el uso de una función de densidad con una distribución de
tipo Poisson. Siguiendo el trabajo realizado por Hausman, Hall y Griliches (1984) o el manual
de Cameron y Trivedi (1998) podríamos formular el modelo poisson con datos de panel como
el siguiente:
donde wi es el peso que se le da a i en el panel, si no especificamos ningún peso wi es
igual a la unidad.
Además para tener en cuenta el problema de la sobredispersión en los datos observados,
se ha pasado ha estimar un modelo negativo binomial.

Teniendo en cuenta las características de la variable dependiente y las variables


explicativas a incluir que lleva a cabo la estimación bajo las técnicas antes explicadas del
siguiente modelo:
7. RESULTADOS

En el presente apartado se procede a comentar los resultados obtenidos de las


regresiones implementadas siguiendo los modelos teóricos expuestos con anterioridad. Dichas
regresiones evaluarán el efecto que diferentes variables que caracterizan la estructura
interna de la empresa (tamaño, edad, concentración del capital, nivel de oportunidad
tecnológica, entre otras) tienen sobre la decisión de llevar a cabo inversiones en I+D y
sobre el resultado innovador obtenido.

7.1. Modelos de decisión de llevar a cabo inversiones en I+D

El modelo de decisión de invertir en I+D analiza el comportamiento que ciertas


variables internas y de estructura de propiedad - control tienen sobre las decisiones de
llevar a cabo inversiones en I+D (INNOV).

El cuadro 5 muestra los resultados obtenidos de la estimación del modelo logístico


y probabilístico que explica la decisión de incurrir en gastos de I+D para una muestra
de empresas manufactureras españolas en los años comprendidos entre 1994 y 2001. Como
se puede observar los resultados de las dos estimaciones implementadas son muy similares
es por ello que comentaremos los resultados de los mismos de forma global.

El principal comentario a resaltar es el importante papel explicativo de las variables


internas empresariales relativas a la estructura de propiedad y al tipo de control en la
11
actividad innovadora de las empresas . Respecto a la variable que recoge la identidad entre
propiedad y control (OWN), los resultados apuntan a que cuanto mayor es el porcentaje de
propietarios o
de familiares en puestos de dirección con respecto al total de empleados, menor es
la probabilidad de que se lleven a cabo gastos en I+D. Esto nos está indicando que el hecho
que
se dé una identidad entre propiedad y control hace que descienda la probabilidad de incurrir en
gastos de I+D. Esta unión de funciones trae consigo una serie de desventajas,
fundamentalmente de falta de especialización, a las que el contexto empresarial no puede ser
ajeno. Cuando los directivos son los que controlan este tipo de recursos, existe el riesgo de que
se produzca un uso improductivo o inadecuado de los mismos. La solución a este tipo de
conflicto ha de pasar necesariamente por incentivar al gerente a la distribución de estos
recursos frente a su inversión en proyectos de valor actual neto negativo. Para garantizar este
tipo de conducta, el equipo directivo tiene a su disposición dos instrumentos fundamentales:
por un lado, un incremento de la financiación en forma de deuda que obliga al gerente a liberar
los recursos libres que la empresa ha generado; y por otro, un mayor control por parte de los
inversores ejercido a través de una concentración de la propiedad (instrumento utilizado como
hemos visto en la industria española que actúa como mecanismo de vigilancia sobre el mal uso
que la dirección puede realizar de dichos recursos). En este último caso, la participación de la
dirección en el capital de la sociedad puede también contribuir a poner coto a las políticas
subóptimas de inversión.
11 La significatividad de las variables se ha llevado a cabo mediante el estadístico Wald, el
cual nos permite examinar y comparar con la hipótesis nula de que el coeficiente sea
nulo.
La variable que muestra la concentración en la propiedad (SHARE) es significativa y
de parámetro negativo, por lo que a mayor concentración del capital en manos de pocas
personas, menor probabilidad de incurrir en gastos de I+D. La relación entre la
concentración de la propiedad y la innovación ha sido comentada a nivel teórico por
diferentes autores (Galve y Salas, 1993; Leech y Leahy, 1991), encontrándose sólo el
artículo de Andrés et al. (2000) que analiza esta relación a nivel empírico y para el
caso español llegando a las mismas conclusiones que nosotros. Nuestro resultado estaría
en línea con dos ideas diferentes. Por un lado, la concentración de la propiedad en manos de
pocos accionistas puede hacer que dado el poder de los mismos la acción de los directivos
responsables en tomar decisiones de inversión se vea en cierta manera limitada. Esto
podría llevar a un impacto negativo en la toma de decisiones que implicasen un cierto
riesgo para la empresa, como las decisiones de inversión relativas al proceso innovador,
aunque este tipo de decisiones sean de gran importancia para las oportunidades de
crecimiento empresarial. Por lo tanto, se podría entender que la concentración de la
propiedad en pocas manos podría suponer un tope al crecimiento empresarial, y según
nuestros resultados también puede suponer un freno a la adopción de inversiones en
investigación y desarrollo. Por otro lado, a mayor concentración de la propiedad, menor es el
riesgo que los propietarios están dispuestos a asumir, dado que ello implica un mayor
riesgo en menos manos. En otras palabras, la empresa no estará en condiciones de
asumir proyectos arriesgados como los concernientes a las actividades innovadoras.

La variable que intenta medir el efecto del mecanismo de la financiación en forma de


deuda utilizado para controlar las actividades de inversión llevadas a cabo por el gerente
(DEBT) es significativa en la decisión de llevar a cabo inversiones en gastos de I+D y
con parámetro negativo, mostrando que la probabilidad de incurrir en gastos de I+D es
menor cuando la empresa posee altas ratios de deuda. Nuestro resultado estaría en línea
con la teoría que predice que las empresas con altas ratios de deuda tienden a reducir sus
gastos relacionados con las actividades innovadoras, porque los gastos en I+D pueden
evaporarse en épocas de problemas financieros. Existe evidencia empírica que muestra
esta influencia negativa (Hall, 1990, 1992; Giudici and Paleari, 2000; Chiao, 2002). Entre
los trabajos realizados para el conjunto español, el de Azofra et al. (1995) también
obtiene una relación negativa entre endeudamiento y ratio de valoración. Se observa en
este estudio como aquellas empresas con activos intangibles o con buenas
oportunidades de crecimiento y, consiguientemente, superiores ratios de valoración,
tienden a recurrir en menor medida al endeudamiento; de igual forma, una valoración positiva
por parte del mercado es sinónimo de una elevada capacidad de recursos internos y, por lo
tanto, permite prescindir de la financiación ajena.

En cuanto a la variable que recoge si la empresa cotiza o no cotiza en Bolsa (COTIZ), se


observa que resulta significativa y con parámetro positivo, lo que nos mostraría que aquellas
empresas que cotizan en el mercado de valores tienen mayor probabilidad de llevar a cabo
inversiones relacionadas con el proceso innovador en la empresa.

Para analizar con más detalle como influye la naturaleza de la propiedad sobre la probabilidad
de llevar a cabo inversiones relacionadas con la I+D en la empresa, se ha llevado a cabo el
análisis del modelo 1 bis, el cual incluye dos variables explicativas adicionales, que la empresa
posea propiedad extranjera (EXT) y que la propiedad sea pública (PUB). Podemos observar
como el efecto de este tipo de variables es significativo y positivo. La explicación se podría
encontrar que en los dos casos nos encontraríamos con un tipo de propiedad que no posee un
control directo sobre la actuación del directivo, ya que en los dos casos se tratan en la mayoría
de casos de propietarios que dejarán en manos de la dirección cualquier tipo de decisiones, no
teniendo ésta sobre sus espaldas la asunción del riesgo y sabiendo (dada su mayor
experiencia) que para las oportunidades de crecimiento empresarial resulta sumamente
importante el llevar a cabo inversiones en innovación, por lo que decidirá llevarlas a cabo. Este
resultado es similar al obtenido por los autores Buesa y Molero (1996), que realizan un estudio
para una muestra de empresas madrileñas, donde la probabilidad de llevar a cabo innovación
era mayor en el colectivo de empresas que poseían un control extranjero o público.

Con respecto a las variables que la literatura define como de estructura interna, se observa a
grandes rasgos como son significativas y con los signos que cabría esperar dada la literatura
existente para este tipo de análisis. Como era de esperar, tanto el tamaño (SIZE) como la edad
(AGE) de la empresa presentan un parámetro significativo y positivo, por lo que se concluye
que a mayor tamaño y mayor edad de la empresa, mayor probabilidad de incurrir en gastos de
I+D. Este resultado es acorde a los obtenidos por muchos autores. Respecto al tamaño
empresarial, nuestro resultado muestra la influencia apuntada por Schumpeter (1942), y otros
estudios con un resultado positivo en la relación entre tamaño e innovación (Scherer, 1992;
Scherer y Ross, 1990; Love et al., 1990; Cohen y Kleeper, 1996; Crépon et al., 1998; entre
otros). Para el caso español, existen muchos estudios que confirman el efecto positivo del
tamaño sobre la innovación empresarial (Beneito, 2002, 2003; Busom, 1993; Fariñas y Huergo,
1999; Gumbau, 1994, 1997; Labeaga y Martinez-Ros, 1994; Molero y Buesa, 1996; entre otros)
los cuales han llegado a la misma conclusión que Schumpeter, especialmente en el caso de los
sectores manufactureros. Existen trabajos teóricos que argumentan que las empresas de
mayor tamaño cuentan con potencialidades como son la obtención de economías de escala, la
disminución del riesgo, mayor mercado o mayores posibilidades de apropiación (Fernández,
1996) que avalarían el resultado obtenido.

La variable edad (AGE) también ha sido uno de los determinantes más contrastados por la
literatura llegando en la mayoría de las ocasiones a la conclusión extraída por nosotros, de que
a mayor edad empresarial mayor probabilidad de incurrir en gastos de I+D. Se trata de una
variable que se usa comúnmente para medir la experiencia y el aprendizaje de las empresas,
factores relacionados con los recursos organizativos y la experiencia y el conocimiento
acumulado. Existen algunos autores que verifican el impacto positivo de la edad sobre la
actividad innovadora para el caso español (Busom, 1993; Gumbau, 1997; y otros). Sin
embargo, existe un trabajo de Molero y Buesa (1996) el que nos muestra como las empresas
de menor edad dedican más recursos a la innovación, por lo que algunos resultados contrarios
podrían ser encontrados en la literatura.

En cuanto a la variable oportunidad tecnológica del sector se observa como aquellas empresas
que presentan una oportunidad tecnológica baja (LOW) tienen menor probabilidad de llevar a
cabo I+D que las de la variable dicotómica omitida (oportunidad tecnológica media) y por el
contrario, resultado que era en principio esperable, las de mayor oportunidad tecnológica
(HIGH) poseen una probabilidad mayor de incurrir en gastos de I+D. Muchos autores han
obtenido también estas mismas conclusiones: la pertenencia a un sector de actividad de
complejidad tecnológica alta es determinante a la hora de innovar (por ejemplo, Scherer, 1965;

Kraft, 1989; Cohen y Levin, 1989; Paricio, 1993; Gumbau, 1994, 1997; Coronado y Acosta,
1999).
Por último, la variable que refleja el ámbito geográfico del mercado principal en el que opera la
empresa (MARKET) recoge el efecto que sobre la decisión de invertir puede tener el hecho de
que una empresa haya decidido ampliar su mercado a un ámbito mayor. Esta variable recoge
diferentes cuestiones. En primer lugar, nos encontramos con el hecho de que las empresas
que se clasifican en las categorías de mayor ámbito geográfico (nacional y extranjero), en
principio, se tratarían de empresas de mayor tamaño e incluso que pertenecen a una etapa de
madurez mayor. Adicionalmente, esta variable recoge el efecto de la demanda sobre las
decisiones de invertir en mejorar el producto, de forma que en ámbitos geográficos superiores
12
iguales al ámbito nacional, son determinantes las innovaciones de producto . Juegan un
importante papel aquí las condiciones de enfrentarse a un ámbito geográfico mayor: la
competencia internacional es más diversa y difícil que la de ámbitos geográficos más
reducidos, debiendo mejorar sus capacidades internas a través de gastos de publicidad o
innovación más arriesgados con el fin de conseguir una cuota de mercado segura.
Observamos que se trata de una variable significativa y con parámetro positivo. Este resultado
corrobora el obtenido en otros estudios como el de Dixon y Seddighi (1996), Mansfield
(1981,1986), Geroski (1990), Love et al. (1996) y Gumbau (1997), Crépon et al. (1998).

Finalmente, comentar que los estadísticos obtenidos nos muestran la necesidad de la


utilización de un panel de datos en la que se tiene en cuenta la heterogeneidad existente tanto
entre las empresas como entre los años analizados en contra de la estimación de todas las
observaciones como un pool de datos. Este parámetro que recoge el porcentaje de la varianza
total explicado por la componente de varianza a nivel de estructura de panel. De forma
complementaria, se ha incluido el test basado en el logaritmo de la razón de verosimilitud para
el parámetro =0, el cual nos compara el modelo estimado tomando o no las observaciones sin
tener en cuenta su estructura de panel como se puede observar es claramente significativo lo
que nos ratifica la adecuación de la estimación empleada.
7.2. Modelos de intensidad de esfuerzo en I+D

El modelo de intensidad de esfuerzo en innovación, analiza el efecto que ciertas


variables internas a la empresa tiene sobre la intensidad de la inversión en investigación y
desarrollo por trabajador de la empresa (modelo 2). Este modelo se ha estimado como un
modelo de variable dependiente censurada, debido a la especial característica de la variable
inversión la cual no puede tomar valores negativos. Es destacable la gran significatividad
2
del estadístico de la para el conjunto de las variables incluidas en la ecuación, la cual
nos da muestras de su gran potencial predictivo13. Los resultados se muestran en el cuadro 6.
En cuanto a las variables relacionadas con la estructura de propiedad de la
empresa observamos como en la mayoría de casos se confirman los resultados
obtenidos en los
12 Este aspecto se incorpora en el estudio de González y Jaumandreu (1998) que
estudian las decisiones de llevar a cabo innovaciones de producto para una muestra de
empresas españolas.
13 El estadístico 2 contrasta la hipótesis nula consistente en que los coeficientes de las
variables incluidas en el modelo sean nulos. Nos muestra la diferencia entre el logaritmo
de las funciones de verosimilitud de todo el modelo y el modelo que solo incluye el
término constante.
modelos de decisión (Modelos 1 y 1bis). Así, se puede observar como la concentración de
la propiedad en pocas manos (SHARE) parece hacer que la inversión en investigación
y desarrollo se vea reducida. Este resultado se mantiene acorde al obtenido en el modelo
de decisión y al obtenido por algunos autores con anterioridad (Galve y Salas, 1993;
Leech y Leahy, 1991; Andrés et al., 2000).

El uso de la financiación empresarial en forma de deuda (DEBT) parece también mantener


el efecto negativo que se observaba en la etapa anterior. Así se observa como cuanto mayor
sea
la ratio de endeudamiento en forma de deuda sobre el endeudamiento total de la
empresa, menor será la inversión en I+D por trabajador. En un trabajo de Myers (1977) se
observa como
la ratio de endeudamiento empresarial parece poseer una correlación significativa y
negativa con los gastos en I+D. Debido en parte a los costes que supone la financiación en
forma de deuda, las empresas que poseen oportunidades de crecimiento (y, de forma
análoga, las empresas que poseen oportunidades de I+D significativas) son menos propicias
a poseer altas ratios de deuda. De igual forma los trabajos de Hall (1992) y Chiao (2002)
parecen también corroborar la idea de que debido a la naturaleza arriesgada de los
proyectos de I+D, las empresas deciden no utilizar la financiación con deuda para llevarlos
a cabo. En el trabajo de Chiao parece observarse esa relación negativa entre deuda e
inversiones de I+D tanto para el caso de las empresas de oportunidad tecnológica elevada
como para las de menor oportunidad tecnológica.

En cuanto a las variables que nos muestran la separación entre propiedad y control (OWN)
y la cotización en bolsa (STOCK), parecen no poseer ningún efecto significativo sobre la
intensidad de la inversión en I+D empresarial por trabajador en el caso de la industria
manufacturera española.
La naturaleza de la propiedad (modelo 2 bis) parece ser significativa en el caso de la
propiedad extranjera. Los resultados muestran que a mayor porcentaje de propiedad
extranjera en las empresas (EXT), mayor es la proporción de inversión en investigación
y desarrollo por trabajador en la empresa. Según Busom (1993), la participación de capital
público o de capital extranjero en la empresa puede afectar a las inversiones
relacionadas con la I+D de la empresa, debido a dos aspectos principalmente. El primero
de ellos, sería el facilitar el acceso a la información tecnológica y/o a los mercados de
capitales o a la financiación. Los inversores extranjeros pueden llevar a cabo
diversificación de riesgos y, por tanto, estar más predispuestos a invertir en proyectos
de investigación. En cuanto a la propiedad de naturaleza pública (PUB), parece no tener
ningún efecto significativo sobre la intensidad de inversión en innovación realizada por la
empresa.

Las variables que nos dan a conocer las características internas de la empresa muestran los
resultados en principio esperables. Así, el tamaño empresarial (SIZE) parece tener un efecto
significativo y positivo sobre la intensidad de la inversión en I+D de la empresa (González y
Jaumandreu, 1998; Gumbau, 1997; Paricio, 1993). De igual forma la edad empresarial (AGE)
afecta de forma significativa y positiva, a medida que la empresa se va haciendo más madura
el esfuerzo que dedica por empleado a la inversión en investigación y desarrollo aumenta.
Las empresas pertenecientes a sectores de oportunidad tecnológica elevada (HIGH) parece
tener una mayor intensidad en inversión en innovación como cabria suponer. Este resultado
está en línea con los resultados obtenidos por otros autores para el caso español (Busom,
1993; Gumbau, 1997; Paricio, 1993). Resultado que no parece observarse para el caso de las
empresas pertenecientes a sectores con menores oportunidades tecnológicas (LOW).

Por último, el poseer un ámbito geográfico del mercado elevado (MARKET) tiene un efecto
significativo y positivo sobre la intensidad del esfuerzo innovador empresarial. Nuestro artículo
obtiene el mismo resultado que el trabajo realizado por González y Jaumandreu (1998) también
para el caso de las manufacturas españolas. Las empresas que tienen un mercado mayor o
igual al ámbito nacional tienen mayor gasto en I+D por empleado que las empresas que operan
en mercados menores al ámbito geográfico estatal. En el trabajo de Crépon et al. (1998) se
incorporan algunas variables relacionadas también con la estructura de mercado en la que
opera la empresa, encontrando también un efecto positivo de la cuota de mercado alcanzada
por la empresa y de la diversificación competitiva sobre la intensidad de la innovación
realizada.

El estadístico que analiza la contribución a la varianza total de la componente de varianza


debida al tratamiento de los datos muestra la adecuación de la estimación de un modelo de
datos de panel.

7.3. Modelos de decisión de obtener un resultado formalizado de I+D

Tras haber visto la influencia de las diferentes variables de estructura interna y de propiedad y
control sobre las decisiones de innovar, pasamos ahora a analizar los resultados obtenidos de
la estimación del modelo que analiza la influencia de dichas variables sobre el resultado
formalizado de I+D. Como una primera aproximación y con la misma metodología utilizada por
otros autores llevamos a cabo la estimación de dos modelos de elección discreta para explicar
el efecto de las variables internas y de estructura de propiedad sobre la decisión de formalizar
el resultado de innovación obtenido por la empresa, el logístico y el probabilístico (cuadro 7).

Como se observa en la estimación obtenida del modelo, la variable esfuerzo en I+D (EFFORT)
es significativa y con parámetro positivo, resultado que era de esperar, por lo que a un mayor
esfuerzo en I+D se obtendrán mayores resultados en I+D, en el sentido de que aumentará la
probabilidad de que la empresa haya patentado alguna innovación o haya registrado algún
modelo de utilidad, resultado similar al obtenido por otros autores (Love et al., 1996; Beneito,
2003; entre otros).

Como nosotros esperábamos, la variable interna que explica el tamaño empresarial (SIZE)
presenta en la mayoría de modelos un parámetro significativo y positivo, mostrando que a
medida que la empresa crece en tamaño mayor es la probabilidad de que obtenga un resultado
formalizado de la innovación llevada a cabo. Este resultado sería acorde al encontrado por
muchos autores que analizan la relación entre el tamaño empresarial y la capacidad de obtener
resultados de la innovación realizada en las empresas españolas (Coronado y Acosta, 1999;
Gumbau, 1997; Paricio, 1993; entre otros muchos). Los resultados obtenidos por nosotros
difieren de los obtenidos por Martinez-Ros y Labeaga (2002) los cuales obtienen que el tamaño
no tiene el efecto schumpeteriano esperado sobre la probabilidad de obtener innovaciones de
producto.

La variable que recoge el efecto de la etapa o madurez empresarial (AGE) no resulta


significativa para ninguno de los modelos presentados. Esto indicaría que no parece
determinante la edad empresarial en la probabilidad de registrar resultados de la innovación
realizada, cosa que no ocurría en el modelo que medía la probabilidad de llevar a cabo
inversiones en I+D. Este resultado no sería acorde con el resultado de algunos estudios, como
el de Buesa y Molero (1996), los cuales argumentan que este tipo de actividades se tratan de
procesos tecnológicos acumulativos, donde la disponibilidad de experiencia constituye un factor
favorable para la obtención de resultados innovadores. Según estos autores, la edad de las
empresas puede explicar el ciclo vital en el que se inscriben y, generalmente, su trayectoria
empresarial. Pero hay que tener en cuenta que las empresas de menor edad, en muchas
ocasiones pertenecen a sectores con elevados niveles de tecnología que han nacido para
explotar un resultado innovador como puede ser una patente.

En cuanto a las variables propias de la estructura de propiedad y control, destaca la variable


que recoge la identidad entre propiedad y control (OWN), que resulta ser significativa y con
parámetro negativo, de forma que cuanto mayor sea el porcentaje de propietarios en puestos
de toma de decisiones menor será el margen de maniobra de los gerentes y por tanto menor
será la probabilidad de llegar a un resultado formalizado de I+D. El hecho que se posean más
propietarios en puestos de toma de decisiones hace que se reduzcan las inversiones y como
consecuencia hace que el resultado de las mismas disminuya. Normalmente los propietarios
suelen ser más adversos al riesgo que los directivos, debido a que se sienten más involucrados
a la hora de llevar a cabo inversiones con su capital. De ahí que en algunos estudios se
encontrara una relación en forma de U invertida entre la dotación al gerente de parte del capital
y la ratio de creación de valor Q de Tobin, estudios que explicaban el hecho de que a medida
que se incrementa la participación del gerente en la propiedad más aversión al riesgo muestra
(Morck et al., 1988; Mc Connell y Servaes, 1990).

La concentración de la propiedad (SHARE), de igual manera que en los modelos de esfuerzo


innovador antes analizados, presenta un parámetro significativo y negativo, lo que nos
corrobora el hecho de que aquellas empresas que poseen una estructura de propiedad más
concentrada tienen menor probabilidad en llevar a cabo inversiones relacionadas con la
innovación y en obtener resultados de la misma. En cambio, la financiación en forma de deuda
(DEBT), parece no afectar de forma significativa en la probabilidad de obtener un resultado
formalizado de la innovación realizada.

La variable que recoge si la empresa cotiza o no en Bolsa (STOCK), presenta un parámetro


significativo y positivo, resultado acorde al obtenido en los modelos de esfuerzo en innovación.
Este resultado puede deberse al hecho que la obtención de patentes se utiliza como señal por
parte de los accionistas para incrementar sus participaciones en la compañía o para que
accionistas potenciales participen de la misma.

La oportunidad tecnológica del sector de actividad (HIGH, LOW) no parece ser significativa en
este modelo. El hecho de pertenecer a diferentes sectores de oportunidad tecnológica tiene
una influencia significativa en la decisión de llevar a cabo innovaciones (dada la significatividad
de esta variable en el modelo de decisión de innovación), pero no parece influir en un mejor
resultado de dicho proceso innovador. Este resultado sería contrario al obtenido por Coronado
y Acosta (1999) los cuales obtienen que la probabilidad de obtener un resultado innovador es
mayor en las empresas que pertenecen a sectores con una complejidad tecnológica elevada.
Con respecto al ámbito geográfico del mercado principal (MARKET) se observa como éste
afecta de forma significativa y positiva a la probabilidad de obtener patentes. Aquellas
empresas que poseen un ámbito geográfico del mercado nacional o superior poseen mayores
probabilidades de obtener patentes o modelos de utilidad. Para el caso español, el trabajo de
Martínez-Ros y Labeaga (2002) parece no encontrar ninguna relación entre la concentración
del mercado en el que opera la empresa, el poder de mercado relativo y la probabilidad de
obtener innovaciones de producto.

De la misma forma que en los modelos anteriores, se ha procedido a estimar un modelo que
contara con las variables que recogen la información de la naturaleza del control de la empresa
(EXT, PUB), observándose como ninguna de dichas variables resulta significativa para tener
mayor probabilidad en registrar resultados de innovación.

Para evaluar la bondad del modelo se lleva a cabo el análisis del estadístico que contrasta la
hipótesis nula consistente en que los parámetros sean nulos. Este estadístico muestra la
diferencia entre el logaritmo de verosimilitud para el modelo completo y el modelo que solo
incluye el término constante. Se puede observar que el estadístico chi-cuadrado presenta una
significatividad elevada, lo cual nos da muestras de la adecuación de este tipo de modelos en
nuestro análisis.
7.4. Modelos de intensidad de los resultados formalizados de la I+D

En la última etapa, se analizan los modelos de la intensidad de obtener un resultado de


la innovación realizada. Para ello se procede a estimar dos modelos adecuados para datos
de recuento, característica básica de nuestra variable dependiente, la Poisson y el
Negativo Binomial. El cuadro 8 muestra los resultados obtenidos de los modelos de datos de
recuento estimados (modelo 4).

Dado que los resultados obtenidos son muy similares para los dos modelos de
recuento, vamos a comentarlos de forma general. En primer lugar, se observa como la
inversión en I+D por trabajador realizada (EFFORT) presenta un parámetro significativo y
positivo en la mayoría
de modelos presentados. Este resultado corrobora al obtenido por otros muchos autores
los cuales observan que el esfuerzo realizado en materia de innovación tiene un efecto
directo sobre el número de patentes, patentes en el extranjero y/o modelos de utilidad
obtenidos por la empresa (Cincera, 1997; Crépon et al., 1998; Hausman et al, 1984;
Licht y Zoz, 1998; Martínez-Ros y Labeaga, 2002; entre otros muchos).

También se observa como se obtiene un efecto positivo también para el tamaño


empresarial (SIZE) por lo que a mayor tamaño mayor obtención de resultados formalizados
de innovación. Hay que tener en cuenta que nosotros incluimos como resultado formalizado
de la innovación también los modelos de utilidad con el fin de recoger el resultado de
aquellas empresas que debido a su menor tamaño no pueden asumir el coste de patentar
pero sí pueden asumir el de proteger sus invenciones con las leyes de los modelos de
utilidad, argumento similar al formulado por Galbraith (1952) el cual lo basaba en las
economías de escala y las bajas probabilidades de éxito de este tipo de inversiones.
Muchos son los trabajos que también acaban obteniendo el efecto significativo y en la
mayoría de casos positivo del tamaño empresarial sobre la obtención de patentes o
resultados innovadores (Acs y Audretsch, 1988; Blundell et al., 1999; Cohen y Klepper, 1996;
Licht y Zoz, 1998; Martínez-Ros y Labeaga, 2002; Scherer, 1980). Algunos autores
encuentran un efecto positivo aunque según palabras de Scherer (1965) el output
innovador aumenta con el tamaño empresarial, pero generalmente a una tasa menos que
proporcional. Algunos trabajos como es el caso de Crépon et al. (1998) no parecen encontrar
ningún efecto significativo entre tamaño empresarial y resultados de innovación.

Observamos que la edad empresarial (AGE) no presenta un parámetro significativo en


algunos modelos, y cuando sí lo presenta resulta que el efecto sobre la obtención de
resultados innovadores es negativo. La causa de este efecto negativo se podría encontrar en
el hecho de
la existencia de empresas que nacen a raíz de la aparición de una patente o de un modelo
de utilidad, lo cual posibilita que la protección de su producto pueda ofrecerles un nicho
de mercado en los primeros años de su vida. También podríamos encontrar argumentos en
los trabajos relacionados con el ciclo de vida del producto, en los que se denota una
mayor necesidad de obtención de resultados innovadores en la primera parte del proceso,
cuando la invención juega un papel fundamental y necesita ser explotada. En las etapas más
tardías se deben de llevar a cabo inversiones relacionadas con la importación o adquisición de
innovación
en maquinaria para poder conseguir mayor unidad de producto y así obtener economías
de escala en su comercialización.
En cuanto a las variables relacionadas con la estructura de propiedad y de capital, se
puede observar como la mayoría de variables son significativas aunque el efecto de las
mismas en algunos casos es bastante ambiguo debido en parte al problema del exceso de
ceros en los datos de patentes.

La participación de propietarios y familiares en puestos de gestión empresarial (OWN)


presenta
un parámetro significativo y negativo en todas las estimaciones realizadas. Este
resultado corrobora los obtenidos en los modelos anteriores dando muestras de la
importancia de la especialización de los directivos en todos los temas relacionados con el
proceso innovador empresarial. Existe un trabajo de Kraft (1989) en el que se analiza el
papel que juega el incentivo de dotar al manager de cierta participación en el capital de la
empresa. Según él, si el directivo es propietario existe un efecto positivo en la obtención de
innovación de producto.

La concentración de la propiedad en pocas manos (SHARE) presenta también el mismo efecto


que presentaba en los modelos de input innovador. Se puede observar como altas
concentraciones de propiedad harán que no se obtengan resultados formalizados de la
inversión en innovación realizada. Un resultado similar podría encontrarse en el trabajo de
Leech y Leavy (1991) los cuales encuentran que una menor concentración llevará a mejores
resultados empresariales, como son mayores ratios de valoración, beneficios marginales y un
mayor crecimiento de los activos.

La financiación en forma de deuda (DEBT) presenta, en la mayoría de modelos, parámetros


significativos y negativos, de forma que aquellas empresas que recurren a la deuda obtienen
menores resultados de la innovación realizada. La respuesta a este hecho puede encontrarse
en el trabajo de Link (1982) el cual comenta que las empresas tienden a financiar sus
actividades de I+D con fondos propios y no con financiación de tipo externo, y este hecho se
debería en parte a la naturaleza arriesgada de este tipo de actividades donde los deudores se
mostrarían recelosos de participar en proyectos sin un resultado seguro.

La cotización en bolsa (STOCK) parece presentar un efecto ambiguo. Así, se observa como en
las estimaciones realizadas con el modelo de poisson el efecto es claramente positivo siendo el
mismo signo que se obtenía en los modelos de inversión, de forma que las empresas que
cotizan en bolsa obtienen mayores resultados de las inversiones realizadas. Efecto que no
parece observarse para las estimaciones realizadas con la negativa binomial.

En cuanto a las variables que nos dan muestran de la diferente naturaleza en la composición
de la propiedad, extranjera (EXT) y pública (PUB), se observa como para el caso de la
propiedad extranjera parece obtenerse un efecto negativo. Este resultado no estaría de
acuerdo con el trabajo de Molero y Buesa (1994) los cuales mediante una muestra de
empresas innovadoras madrileñas encontraban que la propiedad extranjera favorecía a que se
obtuvieran innovaciones de producto.

La oportunidad tecnológica del sector de actividad empresarial presenta, en la mayoría de


modelos estimados, un efecto significativo y positivo para el caso de las empresas
pertenecientes a sectores de oportunidad tecnológica elevada (HIGH), mientras que en cuanto
a los sectores de oportunidad tecnológica baja (LOW) el efecto parece ser negativo en aquellos
modelos que presentan parámetros significativos. Según Scherer (1965) las diferencias entre el
resultado innovador obtenido por las empresas que pertenecen a sectores con diferentes
oportunidades tecnológicas se deben básicamente a las posibilidades de llevar a cabo
inversiones en tecnología las cuales suponen una gran fuente de conocimiento. Existen varios
trabajos que, de la misma forma que nosotros, obtienen un efecto positivo de la oportunidad
tecnológica del sector en el que opera la empresa sobre la intensidad del resultado innovador
obtenido (Cincera, 1997). Para el caso español también encontramos trabajos en los que se
obtienen incentivos para obtener innovaciones de producto en aquellos sectores con mayores
oportunidades tecnológicas (Martínez-Ros y Labeaga, 2002).

Por último, en cuanto al ámbito geográfico nacional o internacional del mercado (MARKET) se
observa como claramente éste tiene un efecto significativo y positivo en todos los modelos
analizados. Este tipo de ámbitos geográficos de mercado más competitivos obligan en muchos
casos a invertir en protección de las innovaciones como freno a competidores directos o
indirectos, cosa que en principio parecería más sencilla en un ámbito geográfico más reducido.

Este resultado es similar al encontrado por Blundell et al. (1999), según los cuales aquellas
empresas que operan en mercado de ámbitos geográficos mayores tienen ventajas
relacionadas con la mayor facilidad de difundir las innovaciones realizadas, lo cual hace que
este tipo de ámbitos geográficos del mercado incentive a que se lleven a cabo mayores
resultados de la innovación realizada en la empresa. Licht y Zoz (1998) también encuentran
que las actividades exportadoras parecen ser uno de los determinantes más importantes de la
propensión a patentar. Resultado no acorde al obtenido por Kraft (1989) quien para una
muestra de empresas del sector metalúrgico no encontraba ningún efecto de la actividad
exportadora sobre las innovaciones de producto obtenidas por la empresa, aunque se debería
de tener presente que la naturaleza de las innovaciones de producto en muchas ocasiones se
trata de innovaciones de tipo incremental las cuales en su mayoría no son patentadas. Aunque
no se trata de la misma definición de las variables, existen autores que introducen en sus
modelos variables relacionadas con la estructura del mercado en el que opera la empresa
encontrando efectos significativos y positivos para la cuota de mercado empresarial (Blundell et
al., 1999; Martínez-Ros y Labeaga, 2002; entre otros).

Adicionalmente y siguiendo el análisis realizado para los otros modelos, se ha incluido en las
tablas los estadísticos de significatividad global del modelo. Como se puede observar el
estadístico Wald es significativo en todos los casos, lo cual nos indica que la buena elección de
las variables incluidas en el modelo. Además, en cuanto a la utilización de datos de panel se ha
incorporado el estadístico que compara el modelo con el tratamiento de datos de panel y sin él
y se observa que es correcta la utilización de este tipo de modelización.

La diferencia observada, tanto en los signos como en la significatividad de las variables, entre
los resultados obtenidos en las estimaciones de la Poisson y del Negativo Binomial, tiene su
explicación econométrica. Debido a que nuestros datos muestran un claro exceso de ceros en
el caso de la variable dependiente (los coeficientes de sobredispersión de los modelos
Negativos Binomiales son estadísticamente significativos), la estimación más adecuada y
precisa sería la del modelo Binomial Negativo.

Si lleváramos a cabo una comparación entre los resultados obtenidos en los modelos de
intensidad del esfuerzo (tipo Tobit) y los modelos de obtención de resultados, observaríamos
que prácticamente las variables poseen el mismo efecto en los dos casos a excepción de la
edad y la cotización en bolsa. Y se podría acabar concluyendo que las variables relacionadas
con la estructura de propiedad de la empresa parecen tener un efecto claro sobre las
actividades empresariales relacionadas con los diferentes aspectos del proceso innovador.
Cuadro 5. Resultados del modelo de decisión de llevar a cabo inversiones en I+D

LOGIT MODEL (Modelo 1) LOGIT MODEL (Modelo 1 bis) PROBIT MODEL (Modelo PROBIT MODEL (Modelo 1
1) bis)
VARIABLE ODDS ODDS ODDS ODDS
COEFFIC. Z=b/s.e. COEFFIC. Z=b/s.e. COEFFIC. Z=b/s.e. COEFFIC. Z=b/s.e.
RATIO RATIO RATIO RATIO
SIZ 1.00214 0.00214 14.71*** 1.00186 0.00186 9.22*** 1.00113 0.00113 11.42*** 1.00092 0.00092 8.00***
E (0.00 (0.00 (0.00 (0.00
AG 015) 020) 010) 012)
E 1.02872 0.02832 7.70*** 1.29475 0.25832 6.93*** 1.01619 0.01606 7.51*** 1.01546 0.01534 7.30***
OW (0.00 (0.00 (0.00 (0.00
N 368) 373) 214) 210)
SH 0.00046 -7.68582 -5.67*** 0.00020 -8.5396 -5.09*** 0.02165 -3.8328 -5.80*** 0.00941 -4.66573 -5.07***
AR (1.35 (1.67 (0.66 (0.92
E 638) 725) 128) 109)
DE 0.99126 -0.00878 -2.46** 0.98921 -0.01085 -3.48*** 0.99482 -0.00519 -2.83*** 0.99367 -0.00635 -3.53***
BT (0.00 (0.00 (0.00 (0.00
ST 357) 312) 183) 180)
OC 0.47138 -0.75210 -2.90*** 0.51184 -0.66974 -2.23** 0.64837 -0.43330 -3.02*** 0.68560 -0.37747 -2.20***
K (0.25 (0.30 (0.14 (0.17
EX 949) 014) 359) 126)
T 3.06400 1.11972 2.54** 2.42047 0.88396 2.04** 1.86696 0.62431 2.85*** 1.77142 0.57178 2.35***
PU (0.44 (0.43 (0.21 (0.24
B 157) 284) 907) 280)
HI 2.61392 0.96085 5.38*** 1.77025 0.57112 5.60***
GH (0.17 (0.10
LO 852) 197)
Dependent INNOV INNOV INNOV INNOV
Variable: 13153 5805 13153 5805
Observations 2643 2609 2643 2609
N:
Individuals -4704.85 -2623.59 -4709.455 -2628.28
N: 706.99 (0.0000) 466.74 (0.0000) 702.93 (0.0000) 507.86 (0.0000)
Log likelihood
Function: 4018.12 729.47 4160.99 775.02
Cuadro 6. Resultados de los modelos de intensidad de esfuerzo en I+D
TOBIT MODEL (Modelo 2) TOBIT MODEL (Modelo 2 bis)

VARIABLE COEFFIC. COEFFIC. STANDARD Z=b/s.e.


STANDARD Z=b/s.e. ER
SIZE 0.00643 0.00384 1.67* 0.09471 0.01097 8.63***
A 0.65337 0.13037 5.01*** 1.00773 0.36126 2.79***
G -55.03089 46.7262 -1.18 -155.4654 118.9333 1.31
E -0.251992 0.12784 -1.97** -1.03519 0.32701 3.17***
O -25.65769 11.63287 -2.21*** -42.35625 29.76408 1.42
W 27.36577 18.45294 1.48 51.67771 40.96872 1.26
N 36.38533 18.48632 1.97**
SH 46.04217 43.70333 1.05
AR 33.57914 6.98936 4.80*** 214.5591 17.74231 12.09***
E -2.25851 6.25163 -0.36 10.50439 18.76815 0.56
Sigma(u) 561.4383 4.68159 119.92*** 332.758 7.80358 42.68***
Sigma(e) 260.1316 1.66850 155.91*** 323.1641 3.94203 81.98***
0.82326 0.00316 260.35*** 0.51462 0.01513 33.98***
Dependent EFFORT(R&D EFFORT(R&D Expenses/Employment)
Variable: Expenses/Employment) 5775
Observs. N: 13123 2598
Individuals 2639
N: -42876.192
Log likelihood -95240.547 459.36
Cuadro 7. Resultados del modelo de decisión de obtener un resultado formalizado de I+D

LOGIT MODEL (Modelo 3) LOGIT MODEL (Modelo PROBIT MODEL (Modelo PROBIT MODEL (Modelo 3
3bis) 3) bis)
VARIABLE ODDS ODDS ODDS ODDS
COEFFIC. Z=b/s.e. COEFFIC. Z=b/s.e. COEFFIC. Z=b/s.e. COEFFIC. Z=b/s.e.
RATIO RATIO RATIO RATIO
EFF 1.00054 0.00054 5.14*** 1.00073 0.00073 5.73*** 1.00030 0.00030 5.71*** 1.00041 0.00041 5.93***
ORT (0.00 (0.00 (0.00 (0.00
SIZ 010) 013) 005) 007)
E 1.00041 0.00041 4.73*** 1.00348 0.00347 3.43*** 1.00023 0.00023 4.61*** 1.00019 0.00019 3.68***
AGE (0.00 (0.00 (0.00 (0.00
OW 009) 010) 005) 005)
N 1.00273 0.00273 0.75 1.00244 0.00244 0.64 1.00189 0.00189 1.01 1.00130 0.00130 0.62
SHA (0.00 (0.00 (0.00 (0.00
RE 363) 383) 195) 210)
DEB 0.00671 -5.00334 -2.72*** 0.00141 -6.56164 -2.82*** 0.08334 -2.48487 -2.52** 0.03421 -3.37513 -2.79***
T (1.84 (2.33 (0.98 (1.20
STO 200) 037) 798) 822)
CK 0.99309 -0.00693 -2.40** 0.99253 -0.00750 -2.19** 0.99640 -0.00361 -2.27** 0.99584 -0.00417 -2.25**
EXT (0.00 (0.00 (0.00 (0.00
PUB 289) 343) 159) 185)
HIG 0.64803 -0.43381 1.44 0.84171 -0.17232 -0.49 0.80250 -0.22002 1.35 0.91662 -0.08706 -0.46
H (0.30 (0.34 (0.16 (0.18
LO 073) 977) 253) 901)
W 2.11810 0.75052 1.88** 1.40190 0.33783 0.84 1.45010 0.37163 1.92* 1.40190 0.18691 0.86
MAR (0.39 (0.40 (0.19 (0.21
KET 965) 442) 334) 617)
Interc 0.10770 -2.22844 -1.18 0.88619 -0.12082 -1.15
ept (0.19 (0.10
Dependent RESULT RESULT RESULT RESULT
Variable: 13123 5775 13123 5775
Observations 2639 2598 2639 2598
N:
Individuals -2789.8299 -1484.9632 -2790.4585 -1485.7804
N: 169.79 (0.0000) 130.85 (0.0000) 181.72 (0.0000) 137.42 (0.0000)
Log likelihood
Function: 1447.58 232.96 1346.19 226.00
Cuadro 8. Resultados de los modelos de capacidad o intensidad de obtención de un resultado formalizado de la I+D

POISSON MODEL (Modelo 4) POISSON MODEL (Modelo NEGBIN MODEL (Modelo 4) NEGBIN MODEL (Modelo 4bis)
4bis)
VARIABLE COEFFIC. STANDARD COEFFIC. STANDARD COEFFIC. STANDARD COEFFIC. STANDARD
Z=b/s.e. Z=b/s.e. Z=b/s.e. Z=b/s.e.
EFF -0.00001 0.00002 -0.58 0.00010 0.00004 2.47** 0.00015 0.00004 3.98*** 0.00043 0.00007 6.03***
ORT 0.00083 0.00004 18.50*** 0.00074 0.00005 13.83*** 3.08e-06 0.00003 0.09 0.00018 0.00007 2.62**
SIZ -0.00256 0.00156 -1.64 -0.00128 0.00219 -0.59 0.00485 0.00219 2.21** 0.00213 0.00276 0.77
E -4.60526 1.09411 -4.21*** -4.95200 1.92872 -2.57** -3.9154 1.28949 -3.04*** -6.50941 1.88533 -3.45***
AGE -0.01213 0.00069 -17.67*** -0.01223 0.00096 -12.73*** 0.00122 0.00170 0.71 -0.00240 0.00229 -1.05
OW 0.37880 0.13046 2.90*** -0.22166 0.200614 -1.10 -0.08339 0.19310 -0.43 -0.28272 0.25358 -1.11
N 0.78500 0.13655 5.75*** 0.87049 0.28338 3.07*** -0.07367 0.19365 -0.38 -0.21509 0.28260 -0.76
SHA -0.77365 0.09881 -7.83*** -0.23119 0.14009 -1.65*
RE 0.80829 0.42720 1.89** -0.15514 0.33180 -0.47
DEB -0.19943 0.11112 -1.79* 0.38140 0.14066 2.71*** 0.18677 0.11348 1.65 0.16224 0.14327 1.13
T -0.42865 0.04906 -8.74*** 0.07803 0.06681 1.17 -0.25055 0.12320 -2.03** -0.18066 0.15704 -1.15

Dependent PAT PAT PAT PAT


Variable: 13096 5765 13096 5805
Observations 2638 2596 2638 2609
N:
Individuals -8149.0013 -3608.3849 -5518.2414 -2628.28
N: 836.35 (0.0000) 536.38 (0.0000) 132.79 (0.0000) 507.86 (0.0000)
Log likelihood
Function: 3.8e+04 1.6e+04 1673.84 775.02
8. CONCLUSIONES
La evolución de la economía ha hecho que en las empresas la búsqueda por extraer el
máximo provecho de sus potencialidades pasara de absorber únicamente las ventajas de su
entorno, siendo en muchas ocasiones el mercado el que actuaba como mecanismo de
control de la competencia empresarial, a que en la actualidad, las empresas decidan
distinguirse de sus competidoras explotando al máximo tanto las oportunidades que les brinda
el entorno como las potencialidades internas de su misma organización. La “empresa
clásica” ha evolucionado convirtiéndose en la “moderna corporación” donde la
especialización de las funciones cobra mucha más importancia que en el pasado y donde
aparecen mayores problemas relacionados con las asimetrías informativas y los conflictos de
intereses por parte de los individuos que forman la organización.

El presente trabajo ha intentado analizar el efecto que diferentes cuestiones relacionadas


con la estructura de propiedad y control de las empresas poseen en las decisiones de
incurrir en inversiones de I+D, así como el efecto que esas mismas cuestiones tienen en la
obtención de un resultado formalizado de dicha innovación. Como se ha analizado en los
apartados referidos al marco teórico de nuestro tema, existe una relación directa entre la
estructura de propiedad y los mecanismos utilizados para paliar los posibles problemas de
agencia surgidos por la separación de funciones entre propiedad y control en puestos
de toma de decisiones empresariales. Es por ello, que mediante el análisis de los
mecanismos de control de los problemas de agencia sobre las decisiones de inversión en
innovación y los resultados de dicha innovación, se observará si existe algún efecto de la
estructura de propiedad en el proceso innovador de la empresa.

Tal como muestran los datos y como se ha apuntado por diferentes autores (Rodríguez et
al.
1994; Alonso y De Andrés-Alonso, 2002) la estructura de propiedad de la empresa española
no se ajusta a los estándares de la separación entre propiedad y control y de existencia de
un elevado número de pequeños inversores, como sería el caso americano. El caso español
se incluye dentro del modelo europeo o continental, en el que predominan la concentración de
la propiedad y la presencia de propietarios en puestos de toma de decisiones. En cuanto a
la actividad innovadora de las empresas españolas, se observa un reducido número de
empresas que lleven a cabo inversiones en I+D y un menor número de empresas que
obtengan resultados de dichas inversiones.

A la vista de los resultados obtenidos podemos sacar algunas conclusiones acerca de


la utilización de los mecanismos de control para resolver los problemas de agencia en la
gestión de las decisiones empresariales en materia de innovación. Entre los múltiples
mecanismos de control existentes, en nuestro trabajo se han analizado los mecanismos
relacionados con la concentración de la propiedad, la presencia de propietarios en puestos de
toma de decisiones, la financiación con deuda, la presencia de propiedad de naturaleza
extranjera o pública, así como la posible influencia de que la empresa decida entrar en el
mercado bursátil. Si bien este tipo de mecanismos llevan a la reducción de los problemas de
agencia propios del riesgo moral dado en las asimetrías informativas entre gerentes y
propietarios, podrían tener una serie de desventajas asociadas a la reducción de la acción por
parte de los administradores o gerentes.
Con respecto a los modelos de decisión de investir en innovación y de obtención de
resultados formalizados de dicha innovación, destaca la significatividad de las variables de
estructura de propiedad, lo cual nos indica que la utilización de mecanismos de control
como freno a los posibles problemas de agencia, entre ellos la incorporación de propietarios
en puestos de toma de decisiones o la concentración del capital, influyen
significativamente en la actividad innovadora de la empresa.

En relación al primero de ellos, el basado en la concentración del capital en un


número reducido de propietarios, se observa que posee una influencia significativa y
negativa tanto sobre la decisión de innovación como sobre el resultado innovador. Este
resultado estaría en línea con dos ideas diferentes. Por un lado, la concentración de la
propiedad en manos de pocos accionistas puede hacer que, dado el poder de los mismos, la
acción de los directivos responsables en tomar decisiones de inversión se vea en cierta
manera limitada. Esto podría llevar a un impacto negativo en la toma de decisiones que
implicasen un cierto riesgo para la empresa, como las decisiones de inversión relativas al
proceso innovador, aunque este tipo de decisiones sean de gran importancia para las
oportunidades de crecimiento empresarial. Por lo tanto, se podría entender que la
concentración de la propiedad en pocas manos podría suponer un tope al crecimiento
empresarial, y según nuestros resultados también puede suponer un freno a la adopción
de inversiones en investigación y desarrollo. Por otro lado, a mayor concentración de la
propiedad, menor es el riesgo que los propietarios están dispuestos a asumir, dado que ello
implica un mayor riesgo en menos manos. En otras palabras, la empresa no estará en
condiciones de asumir proyectos arriesgados como los concernientes a las actividades
innovadoras.

El segundo mecanismo de control que se tiene en cuenta en el estudio, es el efecto que


produce la incorporación de propietarios en tareas de gestión y administración. Este
mecanismo aleja a la empresa de los beneficios de la especialización de funciones
empresariales, pero reduce los posibles problemas de las asimetrías informativas que se dan
en empresas con estructuras de tipo jerárquico. Así, si tenemos en cuenta la importancia de la
especialización en el contexto del riesgo específico propio de las inversiones en innovación, se
observa que este mecanismo no será el mecanismo más oportuno en este tipo de actividades
empresariales. La especialización es, en muchas ocasiones, necesaria para disponer de
directivos con capacidad de gestionar estructuras organizativas complejas, diversificar el riesgo
entre los accionistas y obtener grandes volúmenes de fondos para adquirir activos específicos,
como apuntaban Berle y Means (1932). El hecho de disminuir la divergencia de intereses, por
un aumento de los propietarios en puestos de dirección hará que los costes de agencia sean
menores pero no se adoptarán proyectos arriesgados por no aprovechar la especialización o
por poseer una alta concentración de riesgos en manos de pocos propietarios. Como se
observa en nuestros resultados, un incremento en la participación de los propietarios en los
puestos de gestión, reducirá la probabilidad tanto de adoptar proyectos de I+D como de
obtener un resultado satisfactorio de dicha innovación.

En cuanto al mecanismo de la financiación con deuda, se observa que aunque alrededor de la


mitad de la financiación de las empresas está constituida por financiación externa presenta un
efecto positivo tanto en la decisión de llevar a cabo inversiones en I+D ni en la obtención de
resultados. Este mecanismo lo que pretende es sustituir un control de tipo directo o interno por
un control externo que vendría dado por los tenedores de la deuda, los cuales con su principio
de aversión al riesgo optarían por la realización de proyectos sin elevados riesgos. Con ello se
pretende sustituir la posible “sobreinversión” llevada a cabo en ocasiones por los gerentes por
una inversión menos arriesgada y más eficiente.

Por último, las variables que explican la estructura interna de la empresa o la estructura del
mercado al cual pertenecía la empresa ofrecen los resultados que en principio cabria esperar.
Una mayor dimensión, madurez y mayores oportunidades tecnológicas del sector de actividad
al que pertenece la empresa posee un efecto positivo y significativo sobre la actividad
innovadora de la empresa española. Finalmente, las variables de estructura de mercado
presentan importancia en el análisis, pudiéndose concluir a favor de una influencia positiva de
una mayor competencia en las decisiones empresariales relacionadas con el proceso
innovador.
2.2.6. Fordistas-Tayloristas.

L a reciente reestructuración del ámbito de trabajo en los Estados Unidos desafía a los
investigadores de la sociología del trabajo a describir la forma en que se ha difundido y
analizar sus consecuencias para la viabilidad de la organización obrera y la subsistencia y
oportunidades de los trabajadores. Instancia de un cambio social estructural fundamental, la
reestructuración del ámbito de trabajo compele a los sociólogos a reconceptualizar el
ámbito del trabajo, las relaciones de empleo, y la organización del trabajo, conceptos
originados en los años ’50 con la cristalización del modelo burocrático de trabajo y
relaciones de empleo.
En el presente trabajo, comienzo por describir la evolución del modelo burocrático de lugar de
trabajo, relaciones de empleo y organización del trabajo que ha prevalecido en la investigación
estadounidense en la sociología del trabajo desde los años ’50 (sección 2). A continuación, defino
“Reestructuración del lugar de trabajo” y discuto sus implicancias conceptuales y empíricas para el
desarrollo de la anomia y la desigualdad económica en los lugares de trabajo en Estados Unidos
(sección 3). Pasando a la organización del trabajo (sección 4), evalúo el impacto de la anomia
(sección 4ª) y la desigualdad económica (sección 4b) sobre las posibilidades de revitalización del
movimiento de los trabajadores en EE.UU., que se ha deteriorado desde los años ’50, y propongo
una agenda de investigación sociológica sobre la revitalización del movimiento trabajador.
Concluyo (sección 5) con sugerencias para futuras investigaciones en sociología del trabajo en los
EE.UU., orientadas a estudiar el impacto de la reestructuración del ámbito del trabajo sobre el
destino de la autodeterminación de los trabajadores en el siglo XXI.
Burocracia, organización del trabajo y la sociología del trabajo
En los años ’50, la imagen burocrática del ámbito de trabajo dominaba la sociología del trabajo
en los EE.UU. (Simpson 1999; Miller and Form 1951). Siguiendo a Max Weber, sociólogos como C.
Wright Mills (1951) concebían al ámbito de trabajo como una enorme institución formal consistente
en una estructura de autoridad piramidal y una compleja división ocupacional del trabajo, con
tareas sumamente especializadas. Según Bendix (1956), Gouldner (1954) y Seashore (1954), este
ámbito de trabajo burocrático era también reforzado por una ideología administrativa que
legitimaba la estructura de autoridad, y consistía en potentes grupos de trabajo informales en la
fábrica y las oficinas que servían para integrar (o des-integrar) trabajadores al ámbito de trabajo, e
influenciaban la productividad de éstos.
En términos sociológicos, el ámbito de trabajo burocrático se había tornado la arena central en la
cual tenían lugar los procesos de movilidad social (Mills 1951). El status ocupacional jerárquico de
la burocracia constituía la estructura por medio de la cual los trabajadores aspiraban a ascender en
la escala laboral, y como consecuencia obtener niveles más altos de status a través de sus vidas
como trabajadores adultos en una carrera a largo plazo con un único empleador.
Este sistema burocrático de movilidad social, a su vez, daba por sentada una relación de empleo
burocrática, que consistía en un mutuo compromiso a largo plazo entre empleador y empleado: el
empleador esperaba proveer al empleado capacitación y oportunidades de carrera dentro de la
compañía así como beneficios complementarios cuya generosidad aumentaba de manera
directamente proporcional a la antigüedad del empleado en la compañía, a cambio de la lealtad de
éste y de contar con una fuerza de trabajo estable y productiva.
Para los trabajadores no administrativos, los términos de la relación burocrática de empleo a
menudo se formalizaban y reforzaban por medio de un contrato entre el empleador y una
organización obrera industrial local. La organización local representaba a todos los trabajadores no
administrativos, sin importar sus ocupaciones, en ese ámbito de trabajo en particular. En general
estaba afiliada a una organización nacional, que intentaba estandarizar las condiciones de trabajo
y empleo para ese tipo de industria en particular. La organización nacional generalmente estaba
afiliada a la federación obrera nacional, AFL-CIO (Miller and Form 1951; Stern and Cornfield 1996).
El ámbito burocrático de trabajo, incluyendo las relaciones burocráticas de empleo, descansaba
sobre el dominio de las corporaciones estadounidenses en la economía mundial y la existencia de
un movimiento de trabajadores poderoso. Aún más, las expectativas de movilidad social
ascendente por parte de los empleadores dependían de la persistencia económica y social de la
gran corporación burocrática, de su equilibrio estructural, y del mutuo compromiso a largo plazo
entre empleador y empleado.
La imagen burocrática del lugar de trabajo, que algunos han dado en llamar “Fordista/Taylorista”,
ha guiado la mayor parte de la investigación sociológica sobre el trabajo, los trabajadores y los
ámbitos de trabajo desde los años ’50 (Miller and Form 1951; Cornfield and Kane 1998; Kallenberg
and Berg 1987). Al mismo tiempo, los investigadores han depurado y adaptado la imagen
burocrática del ámbito de trabajo de cinco maneras diferentes. Primero, junto con la publicación en
1971 del libro International Labor Markets and Manpower de Doeringer y Piore, los sociólogos
tomaron prestado de los economistas el concepto de “mercado internacional del trabajo” a fin de
especificar más profundamente los mecanismos formales por medio de los cuales la estructura y el
funcionamiento de las grandes corporaciones burocráticas moldeaba las carreras individuales e
influenciaba los resultados finales del mercado de trabajo (ver por ejemplo Edwards [1979] y el
número especial de agosto de 1983 de Work and Occupations sobre “Capital, empleo y trabajo:
determinantes estructurales de desigualdades ligadas con el trabajo”). En segundo lugar, la
publicación de Labor and Monopoly Capital de Braverman en 1974 estimuló un enorme debate y
un gran volumen de investigaciones acerca del impacto de la burocratización sobre el proceso de
trabajo, la distribución de habilidades y poder, y las tendencias en el nivel de habilidades y poder
del trabajador en el ámbito de trabajo burocrático (ver, por ejemplo, Smith [1994] y el número
especial de noviembre de 1990 de Work and Occupations sobre “El significado y la medición de la
habilidad”). En tercer lugar, la publicación en 1977 de Men and Women of the Corporation de
Kanter, en conjunción con la elevada percepción pública de la desigualdad social que derivaba de
los movimientos por los derechos civiles y de mujeres de los’60 y ’70, abrió un torrente de
investigaciones sobre desigualdades de género y étnico-raciales en la integración social en el
trabajo, “techo de cristal” en el ámbito laboral, y desigualdad en las oportunidades de carrera en las
organizaciones (ver por ejemplo Federal Glass Ceiling Commission [1995], Reskin and Roos
[1990], Wilson et al [1999], y los números especiales de noviembre de 1992, mayo de 1997 y mayo
de 1998 de Work and Occupations sobre desigualdad de género, segregación ocupacional por
sexo, y trabajo). En cuarto lugar, la publicación de Work and Family in the United States de Kantor
en 1977, junto con el aumento de la participación en la fuerza de trabajo de mujeres casadas y
madres en los EE.UU., contribuyó al surgimiento de una línea de investigación creciente sobre la
relación mutuamente causal entre ámbito de trabajo y familia. Esta línea de investigación ha
demostrado el mutuo impacto de cada institución sobre las diferencias de género y las similitudes
en el bienestar emocional y las oportunidades de carrera de los trabajadores, en especial aquellos
que están casados, son padres, o ambas cosas (ver Holtzman and Glass [1999 ] y el número
especial de noviembre de 1996 de Work and Occupations sobre “Trabajo y familia”). En quinto
lugar, con la globalización económica y la publicación en 1979 de Work, Mobility and Participation
de Robert Cole, una comparación de actitudes frente al trabajo y carreras organizacionales entre
EE.UU. y Japón, la investigación sociológica ha estudiado de manera creciente las diferencias
cruzadas entre naciones en el impacto de los valores sociales y la economía política nacional –por
ejemplo, capitalista, corporativa, socialista, etc.- sobre las actitudes frente al trabajo, las relaciones
de empleo, y los procesos de movilidad social (ver por ejemplo Abramo et al [1997], Abramo
[1998], Brayfield and Adler [1997], Cornfield [1994-1995], kenney et al [1998], Van der Berg et al
[1998], el número especial de febrero de 1997 de Work and Occupations sobre “Dinámica de los
ámbitos de trabajo en Asia” y el número especial de agosto de 1997 de Work and Occupations
sobre “trabajo en América”).
En suma, la imagen burocrática del ámbito de trabajo ha sido modificada por los sociólogos en
respuesta a importantes tendencias económicas, sociales y demográficas. No obstante, los
investigadores que utilizan la imagen burocrática del ámbito de trabajo han tendido a conservar su
“balance estructural”: una estructura burocrática estática que es relativamente insensible a las
presiones externas en pos del cambio. Más aún, los investigadores que han utilizado esta imagen
han tendido a adoptar su “determinismo” implícito: los trabajadores tienen escaso o ningún control
sobre el inexorable impacto de la burocratización sobre su bienestar y su subsistencia. Algunos
investigadores, sin embargo, han empezado a cuestionar los supuestos de balance y determinismo
en la imagen burocrática del ámbito de trabajo introduciendo el concepto de “entidad” humana,
esto es, acción individual o colectiva intencional, especialmente a la luz de la reestructuración del
ámbito de trabajo, que desafía la viabilidad del ámbito burocrático como modelo para la
investigación social (Cornfield 1997b; Hodson 1995; Simpson 1989; Smith 1997).
Reestructuración del lugar de trabajo, anomia y desigualdad económica
En términos históricos, la reestructuración del ámbito de trabajo desafía la viabilidad de éste
como modelo para la investigación social. El desafío deriva de las modificaciones “post-
Fordistas/Tayloristas” de la estructura de autoridad, división ocupacional del trabajo y relaciones de
empleo del modelo burocrático que acompañan la reestructuración del ámbito de trabajo (Simpson
1999; Vallas 1999; Vallas and Beck 1996). Más aún, los gerentes corporativos reestructuran el
ámbito de trabajo a fin de obtener mayor flexibilidad para la toma de decisiones y costos de
producción más bajos como respuesta a la creciente competitividad económica global de la
industria. En resumen, la reestructuración del ámbito de trabajo es un desafío para el modelo
burocrático que resulta en parte de la decadencia del dominio corporativo estadounidense en la
economía mundial.
En términos sociológicos, la “reestructuración del ámbito de trabajo” es una transformación
tridimensional de la estructura del ámbito de trabajo: 1) devolución de la toma de decisiones;
casualization de las relaciones de empleo; y 3) cambio de la negociación colectiva por medio del
gremio o sindicato obrero de los términos del contrato de empleo, a la negociación individual sin
sindicato. “Devolución de la toma de decisiones” es la descentralización de la estructura de
autoridad de la firma, en la que la toma de decisiones gerenciales y administrativas se disemina
entre una gama más amplia de trabajadores no administrativos organizados a tal efecto en equipos
de producción, círculos de calidad, programas de involucramiento del personal, etc. Como tal, el
traspaso de la toma de decisiones no sólo descentraliza la autoridad, sino que también simplifica la
división ocupacional de la labor al interior de la firma. “Casualization de las relaciones de empleo”
es el desarrollo de un horizonte a corto plazo y un compromiso acotado en el tiempo entre
empleador y empleado, en vez de la relación de empleo burocrática a largo plazo, recíproca y “full
time”. La casualization cobra diferentes formas, incluyendo trabajo part-time y temporario, trabajo
eventual, manejo de múltiples trabajos y outsourcing de tareas. El “cambio de la negociación
colectiva por medio del gremio o sindicato obrero de los términos del contrato de empleo, a la
negociación individual sin sindicato” se manifiesta en la decadencia de la participación gremial en
los EE.UU.: de su punto máximo de 35,5% en 1945, el porcentaje agremiado bajó a 13,9 % en
1998 (U.S. Bureau of Labor Statistics 1979: 507 and 1999b). La decadencia de los sindicatos
obreros en los EE.UU. es consecuencia de varias causas económicas, tecnológicas, sociales y
políticas que discutiré en la siguiente sección de este paper (para reseñas ver Cornfield [1991] y
Stern and Cornfield [1996]).
Uno de los grandes desafíos para los investigadores de la sociología del trabajo consiste en
documentar empíricamente el alcance de la reestructuración del ámbito de trabajo en la economía
nacional. Ello es desafiante porque no hay suficientes datos longitudinales como para dar
seguimiento a la forma en que se ha difundido a lo largo del tiempo la reestructuración del ámbito
de trabajo en los sectores económicos e industriales y en las firmas.
De las tres dimensiones de la reestructuración del ámbito de trabajo, el cambio de la negociación
colectiva por medio del gremio o sindicato obrero de los términos del contrato de empleo a la
negociación individual sin sindicato es el más fácil de documentar a partir de la caída de la
actividad gremial, ocurrida en todos los principales sectores industriales y ocupacionales a
excepción del empleo gubernamental (Bureau of National Affairs 1999; Cornfield [1991]; Stern and
Cornfield [1996]). En contraste, la devolución de la toma de decisiones es prácticamente imposible
de documentar a lo largo del tiempo debido a la ausencia de datos longitudinales a largo plazo.
La tendencia a una mayor casualization de las relaciones de empleo sólo puede documentarse
parcialmente con datos longitudinales sobre mantenimiento de múltiples empleos y empleo part-
time. El porcentaje de empleados que trabajan en múltiples trabajos descendió de 5,5 % en 1956 a
4,5 % en 1974, y luego ascendió a 6,0 % en 1998 (Jacobs 1997: 68-69; U.S. Bureau of Labor
Statistics 1983: 114, 1999: 221). El empleo part-time como un porcentaje del empleo aumentó de
14,0 % a 17,7 % entre 1968 y 1998 (Jacobs 1997: 45; U.S. Bureau of Labor Statistics 1999ª: 184).
Independientemente del alcance de su difusión, la reestructuración del ámbito de trabajo
consiste en tendencias contradictorias respecto de su impacto sobre la integración social en el
ámbito de trabajo (Smith 1998). Por un lado, la devolución de la toma de decisiones tiene como
finalidad aumentar la integración de los trabajadores al ámbito de trabajo involucrándolos en un
rango más amplio de decisiones productivas satisfactorias y aumentando su compromiso,
satisfacción laboral y productividad. Con la devolución, la investigación sobre la formación de las
actitudes frente al trabajo ha virado de su tradicional énfasis sobre la relación entre el empleado y
su rol laboral inmediato, hacia un nuevo énfasis en la dinámica del trabajo grupal. La investigación
sobre la dinámica del trabajo grupal ha empezado a evaluar el impacto del tamaño del grupo y su
composición social sobre la satisfacción obtenida en el trabajo, el compromiso, “el comportamiento
ciudadano organizacional”, y el desarrollo de la confianza en el ámbito del trabajo (ver, por
ejemplo, Bolino 1999; Hodson 1997; Jones and George 1998; Kirkman and Rosen 1999; Lau and
Murnighan 1998; Tsui and Farh 1997). Es poca la investigación que ha evaluado el impacto de la
devolución sobre los niveles de productividad.
Por otra parte, la casualization y la decadencia de los sindicatos implican un deterioro de la
comunidad en el ámbito del trabajo y una atenuación del control social en el mismo –lo que Emile
Durkheim denominó en términos generales como anomia. ¿Cuán anómico es el ámbito de trabajo
reestructurado? Sólo últimamente los investigadores han comenzado a tomar en cuenta esta
importante pregunta. La anomia creciente implica una disminución del control social y un potencial
creciente para el crimen y otros tipos de “comportamiento desviado” entre los trabajadores afligidos
en el ámbito de trabajo (ver por ejemplo Baxter y Margavio [1996], Hodson [1999], Leather et al
[1999], Robinson and O’Leary Kelly [1999], Smith [1998] y el número especial de febrero de Work
and Occupations sobre “crimen y el lugar de trabajo”). En su informe especial sobre el
achicamiento de América, el New York Times reporta a partir de su encuesta de opinión de 1995
que aproximadamente dos tercios de los que respondieron a la encuesta sentían que los
empleadores y los empleados se habían vuelto menos leales los unos con los otros en los últimos
diez años, y que los colaboradores eran más competitivos que cooperativos el uno con el otro. Más
de la mitad de los encuestados sentían que un estado de ánimo de disgusto se había desarrollado
en muchos ámbitos de trabajo (New York Times 1996: 55).
La reestructuración del ámbito de trabajo, en especial la casualization y la decadencia de los
sindicatos, podría también estar asociada a la creciente desigualdad económica en los EE.UU. Es
escasa la investigación que se ha orientado a responder esta importante pregunta (ver por ejemplo
Barker and Christensen [1998] y Stern and Cornfield [1996]). Un aguzamiento de la falta de
equidad en el ingreso ha coincidido con la reestructuración del ámbito de trabajo. De acuerdo al
U.S. Bureau of the Census (1999), el coeficiente Gini –un indicador estadístico de primer orden- se
incrementó en un 15 % entre 1967 y 1997.
Datos recientes sugieren que los trabajadores que poseen arreglos no standard o alternativos en
sus empleos tienden a tener condiciones de empleo inferiores en comparación con las de los
trabajadores full-time. En 1997, de acuerdo al U.S. Bureau of Labor Statistics, 53,9 % de
“trabajadores no eventuales”, en comparación con sólo 20,7 % de trabajadores eventuales y 7,0 %
de empleados temporarios de agencia estaban cubiertos por seguros de salud provistos por el
empleador; 44,2 % de trabajadores no eventuales en comparación con sólo 14,8 % de trabajadores
eventuales, 10,4 % de empleados temporarios de agencia y 3,6 % de contratistas independientes,
estaban incluidos en un plan de jubilación provisto por el empleador. Más aún, para 1997 los
ingresos semanales promedio de los trabajadores eventuales full-time eran entre un 12 y un 23 %
más bajos que aquellos de los trabajadores full-time no eventuales para ambos géneros y
principales grupos étnico-raciales (U.S. Bureau of Labor Statistics 1998ª y 1998b).
Por otra parte, si bien los sindicatos están en decadencia en los EE.UU., la paga por hora de los
trabajadores agremiados ha superado a la de los trabajadores no inscriptos en los sindicatos entre
un 22 y un 32 % entre 1973 y 1998 (Bureau of National Affairs 1999: 19). Los beneficios del
sindicato en términos de salario fueron aún mayores para las mujeres y los trabajadores negros:
entre 1973 y 1998, la paga por hora de las mujeres y los trabajadores negros agremiados superaba
a la de los no agremiados entre un 15 y un 51 %; para los varones blancos, el salario medio por
hora superaba al de los no agremiados por sólo un 8 a 19 % (Bureau of National Affairs 1999: 21-
21).
Para sintetizar, es necesaria más investigación orientada a difundir la reestructuración del ámbito
de trabajo y su potencial para aumentar la anomia en el lugar de trabajo y la desigualdad
económica. Estas, a su vez, tienen una importante incidencia en la investigación sobre la
revitalización del movimiento de los trabajadores.

Anomia y desigualdad económica: sus implicancias para la revitalización del movimiento de


trabajadores y la sociología del trabajo
La anomia y la falta de equidad económica que acompañan la reestructuración del ámbito laboral
moldean las posibilidades de revitalización del movimiento de los trabajadores en los EE.UU. El
movimiento obrero norteamericano se puso de pie para enfrentar a la anomia y la desigualdad
económica que habían acompañado a la industrialización, la ampliación geográfica de los
mercados, la concentración económica, la burocratización y la urbanización durante fines del siglo
diecinueve y principios del siglo veinte en los EE.UU. (Cornfield 1991; Stern and Cornfield 1996).
Durante este período, el movimiento de los trabajadores se adaptó a la emergencia de la “nueva”
fuerza de trabajo no preparada, inmigrante, en las fábricas de manufactura corporativa en masa a
gran escala como la industria automovilística, vestimenta, acero y electrónica. La adaptación
constituyó una profunda transformación organizacional de los sindicatos: del gremialismo antiguo,
excluyente, del trabajo manual, entre comerciantes experimentados (por ejemplo carpinteros,
electricistas, trabajadores tipográficos, etc.), cuyo poder estaba en sus escasas habilidades y
capacidad para restringir la provisión de trabajo, al nuevo gremialismo industrial, que incluía a
todos los trabajadores en un mismo ámbito de trabajo independientemente de su tarea, ocupación
o nivel de habilidad, y cuyo poder derivaba de su inclusividad. Tal como lo discutiéramos
anteriormente, hacia 1950 el sindicalismo industrial, y no el sindicalismo del trabajo manual, se
había tornado un componente del modelo burocrático del ámbito de trabajo y la relación de empleo
burocrático en los EE.UU.
Según lo mencionara anteriormente, sin embargo, el clímax del movimiento sindicalista
norteamericano ocurrió a fines de los años ’40. Desde 1940, múltiples fuerzas sociales, políticas y
económicas han conspirado para debilitar al movimiento de los trabajadores. La decadencia del
sindicalismo norteamericano ha sido atribuida a la globalización del capital y la incapacidad de los
estados nacionales para controlar el flujo de capitales y estandarizar las condiciones de trabajo a
nivel internacional (Boswell and Stevis 1997); el paso de una economía obrera productiva a una
economía de cuello blanco proveedora de servicios (Griffin et al 1990); derecho preferencial a
compra debido al crecimiento del estado benefactor, la existencia de un sistema descentralizado
de relaciones industriales y la ausencia de un partido político de izquierda (Western 1997); derecho
preferencial a compra por parte de las grandes corporaciones no sindicalizadas por medio de la
provisión de salarios en escala sindical y beneficios adicionales para disuadir a los trabajadores de
la necesidad de agremiarse (Cornfield 1986, 1990); intimidación activa y violenta de los
trabajadores durante las campañas electorales de los representantes sindicales (Friedman et al
1994); y valores socioculturales individualistas que disminuyen la demanda de sindicalización
(Lipset 1998) (Para reseñas sobre la decadencia de los sindicatos, ver el “simposio sobre los
trabajadores” en los números de marzo de 1994 y marzo de 1998 de Contemporary Sociology; el
número especial de agosto de 1997 de Work and Occupation sobre “trabajo en las Américas”;
Stern y Cornfield 1996: ch 4; y U.S. Commission on the Future of Worker Manager Relations 1994).
La decadencia de los sindicatos en EE.UU. es también en parte atribuible al achicamiento de su
rol social (Cornfield 1986, 1987, 1990, 1997ª). Junto con la transformación del sindicalismo del
trabajo manual en sindicalismo industrial, el rol de los sindicatos estadounidenses cambió de
“proveedor” a “defensor” durante el siglo veinte.
Como proveedor, en los inicios del siglo veinte el sindicato no sólo servía como defensor de sus
miembros negociando con los empleadores, sino que también proveía a los miembros una amplia
serie de beneficios de asistencia social (por ejemplo seguro de desempleo, pensiones de
jubilación, etc.) que eran financiados con derechos de membresía. Los primeros sindicatos
controlaban además la provisión de trabajo por medio de pasantías administradas por ellos y hiring
halls with closed-shop contracts con los empleadores. Como “defensor”, el sindicato
contemporáneo se involucra en negociaciones colectivas y procesa querellas individuales de sus
miembros, pero ya no desempeña funciones de bienestar social y provisión de trabajo. El cambio a
lo largo del siglo de proveedor a defensor fue resultado de varias fuerzas, incluyendo la prohibición
legal de closed-shop acuerdos laborales y la transferencia de la mayoría de las funciones de
bienestar social y provisión de trabajo al estado y las grandes corporaciones privadas. Como
consecuencia, el rol de los sindicatos se ha opacado a los ojos de los trabajadores y sus vidas
cotidianas, contribuyendo a disminuir la demanda de sindicalización entre los trabajadores no
agremiados.
La anomia y desigualdad social que derivan de la reestructuración del ámbito de trabajo tienen
importantes implicancias para la revitalización del movimiento obrero. La organización obrera
contemporánea en los EE.UU. que había cristalizado en los años ’50 con el modelo burocrático del
ámbito de trabajo -por ejemplo, el sindicato industrial que funciona como un defensor- actualmente
está siendo socavada por la reestructuración del ámbito de trabajo. Al mismo tiempo, sin embargo,
la “nueva” anomia y falta de equidad económica moldean las posibilidades organizacionales de
revitalización del movimiento de los trabajadores y una nueva agenda de investigación para la
sociología del trabajo en los EE.UU. (Nissen 1997).
Anomia, revitalización del movimiento de trabajadores y la sociología del trabajo
Las tendencias contradictorias de reestructuración del ámbito de trabajo podrían tener
influencias contradictorias a nivel de la demanda de sindicalización en ámbitos laborales
reestructurados (Nissen 1997). Si los efectos integradores de la restitución de la toma de
decisiones prevalecen en los lugares de trabajo, los sindicatos de trabajadores necesitarán
continuar su confrontación con comunidades de trabajo controladas por las corporaciones que a
menudo generan identificación del trabajador con su empleador más que con los sindicatos. De
manera similar, la investigación sociológica continuaría examinando el impacto de programas
controlados por los empleadores, post-Fordistas/Tayloristas, de involucramiento de los empleados,
a nivel de la demanda de sindicalización por parte de los trabajadores.
El impacto sobre la sindicalización de la anomia y la casualization de las relaciones de empleo,
sin embargo, probablemente sea complejo. Por un lado, anomia y casualization podrían aislar
físicamente a un trabajador de otro y erosionar cualquier sentido de comunidad ocupacional o del
ámbito laboral entre los trabajadores. La atomización de los trabajadores resultante, y la dificultad
para organizar a trabajadores que se hallan físicamente dispersos, disminuiría la posibilidad de
sindicalización entre trabajadores en un ámbito de trabajo anómico y casualized.
Por otro lado, el desarrollo de la anomia y la casualization en el trabajo podrían constituir para
los sindicatos una oportunidad de ampliar sus roles a fin de organizar a aquellos trabajadores que
buscan reconstruir un sentido de comunidad en sus vidas laborales. En otras palabras, los
sindicatos podrían verse compelidos a retornar a sus más amplios roles como proveedores a fin de
reconstruir comunidades en el ámbito laboral que, irónicamente, fueron destruídas por gerentes
corporativos en su esfuerzo por reestructurar y racionalizar los ámbitos de trabajo corporativos.
Mi reciente investigación del rol de los sindicatos como facilitadores del desarrollo de una
comunidad sugiere que la demanda de sindicalización es en parte función de la demanda de
comunidad por parte de trabajadores no agremiados en los EE.UU. (Cornfield et al 1998).
Mis colegas y yo examinamos los determinantes de la demanda de sindicalización entre
trabajadores no agremiados en la Encuesta Social General de 1991, una muestra al azar a nivel
nacional de más de 500 trabajadores no agremiados en los EE.UU. Nuestros principales resultados
sugerían que, independientemente de las actitudes individuales en el trabajo, el status
socioeconómico y las características demográficas, los individuos que estaban menos integrados a
sus comunidades tendían a ser quienes tenían los más poderosos deseos de sindicalizarse.
Específicamente, encontramos que los individuos que se hallaban menos involucrados como
miembros en asociaciones voluntarias, y los individuos que asistían a la iglesia con menos
frecuencia, eran también los que tenían los más fuertes deseos de sindicalizarse. Nuestra
conclusión Durkheimiana fue que los sindicatos contemporáneos podrían fortalecerse entre los
trabajadores anómicos si ampliaran su rol cumpliendo un mayor espectro de funciones sociales y
culturales en la vida cotidiana de los trabajadores.
Este estudio sugiere además que la investigación en sociología del trabajo debería examinar las
posibilidades Durkheimianas de revitalización de los movimientos de los trabajadores en los
EE.UU. Hacerlo requiere una presunción de “agencia” –en este caso, que las acciones estratégicas
e intencionales de los sindicatos como actores institucionales calculadores, en el contexto de un
ámbito de trabajo anómico y relaciones de empleo casuales, podría transformar al ámbito de
trabajo reestructurado en una oportunidad para el crecimiento de la afiliación a los sindicatos.
Como consecuencia, futuras investigaciones en los EE.UU. debieran dedicarse a las condiciones
sociales y organizacionales bajo las cuales los sindicatos contemporáneos pueden redefinir sus
roles de defensores a proveedores y el impacto de esta redefinición de rol en los resultados de los
impulsos organizativos de los sindicatos (Cornfield 1997b).

Desigualdad económica, revitalización del movimiento de trabajadores y sociología del trabajo


La demanda de sindicalización entre trabajadores no agremiados es influenciada en parte por la
falta de equidad económica asociada con la segmentación del mercado de trabajo en los EE.UU.
La segmentación del mercado de trabajo es la diferenciación institucional y de status tanto de los
trabajadores como de las tareas en función de las características ocupacionales, industriales,
organizacionales, geográficas y político-legales de los empleadores, y por características de los
trabajadores tales como género, raza, origen étnico, edad y educación. Resulta de desigualdades
de acumulación de capital en firmas e industrias y de desigualdades en la asignación de los
trabajadores de diversos ambientes sociales a trabajos de diferentes status sociales, estratificando
efectivamente las oportunidades de los trabajadores en múltiples dimensiones del status social
(Form 1995).
Investigaciones previas muestran que la demanda de sindicalización entre trabajadores no
agremiados en los EE.UU. es mayor entre los segmentos socioeconómicos más desfavorecidos en
el mercado de trabajo: trabajadores de bajos salarios, minorías raciales y étnicas, y mujeres
(Cornfield and Kim 1994; Cornfield et al 1998; Freeman and Rogers 1999). Estos grupos de
trabajadores sufren condiciones de empleo inferiores y, tal como se muestra más abajo,
experimentaron las mayores ventajas salariales al sindicalizarse, comparados con los hombres
blancos. Más aún, los sindicatos de EE.UU. han buscado de manera agresiva captar a estos
grupos de trabajadores en recientes movidas en pro de la organización de los sindicatos y en sus
esfuerzos de lobby político y legislativo, derivados en parte de la alianza informal a largo plazo
entre los sindicatos y el Partido Demócrata (Cornfield 1999).
Poca o ninguna investigación se ha dedicado en los EE.UU. a la relación entre la creciente
desigualdad en el ingreso y la segmentación del mercado de trabajo por un lado, y la creciente
aprobación del público para con los sindicatos por otro. Los resultados obtenidos de la opinión
pública en la Tabla 1 sugieren que los trabajadores que más se benefician con la sindicalización y
que poseen orientaciones políticas pro-laborales expresan las mayores demandas de
sindicalización. Los resultados del sondeo Gallup de opinión pública en la Tabla 1 indican que el
nivel de “aprobación de los sindicatos” por parte del público aumentó entre 1981 y 1999, y que
creció en proporción más alta entre los grupos más desfavorecidos socioeconómicamente –por
ejemplo mujeres, no blancos, e individuos de las regiones pobres o des - industrializadas del sur y
medio oeste de EE.UU. La Tabla 1 muestra asimismo que los individuos alineados con el Partido
Demócrata han aumentado en gran medida su nivel de aprobación de los sindicatos por
comparación con los individuos con otras orientaciones políticas. Para 1999 el nivel de aprobación
de los sindicatos en los EE.UU. era mayor entre las mujeres, no-blancos, habitantes del medio
oeste y demócratas.
Se necesita mucha más investigación sobre cómo el nivel de demanda de sindicalización y los
tipos de temáticas relacionadas con el empleo varían a lo largo del espectro completo de
segmentos del mercado laboral (Freeman and Rogers 1999). Específicamente, es escasa la
investigación que ha determinado cuáles tipos de temáticas relacionadas con el empleo –por
ejemplo económicas, específicas del género, específicas de lo étnico-racial, y relativas al trabajo y
la familia- están más y menos asociadas con la demanda de sindicalización.
Asimismo, casi ninguna investigación ha comparado la demanda de sindicalización con la
demanda de otros tipos de organización laboral, como asociaciones profesionales y equipos de
trabajo controlados por los empleadores, y con la “demanda” de no organización. Con la
reestructuración del ámbito de trabajo, el trabajador contemporáneo podría identificar con trabajo al
empleador, o dadas la suficiente anomia y atomización, con sí mismo. La reestructuración del
ámbito laboral, por lo tanto, compele a los investigadores a examinar la nueva complejidad de la
relación entre el trabajador individual y la variedad de tipos de organización del trabajo, incluyendo
los sindicatos.

Tabla 1. Porcentaje de norteamericanos adultos que “aprueban a los sindicatos” por género, raza,
región y partido político, 1981-1999
1981 1999

Todos adultos 55% 66%

Género
Mujeres 59% 71%
Varones 58% 61%

Raza
No-blancos 63% 78%
Blancos 53% 64%

Región
Sur 49% 65%
Medio oeste 54% 72%
Oeste 54% 64%
Este 60% 62%

Partido Político
Demócrata 59% 83%
Independiente 55% 64%
Republicano 47% 50%

Fuente: datos del sondeo de opinión Gallup citado en Cornfield (1999)

La reestructuración del mercado de trabajo desafía a la sociología del trabajo a continuar


ocupándose de los problemas y perspectivas de la organización del trabajo en los EE.UU. El
desafío surge de la coincidencia de varias tendencias importantes: la decadencia de los
sindicatos luego de la 2da Guerra Mundial, la creciente desigualdad en el ingreso, y la
reestructuración de muchos ámbitos de trabajo.
El desafío también surge por motivos intelectuales. El modelo dominante del ámbito de trabajo y
de la relación de empleo en la sociología del trabajo –esto es, el modelo burocrático del ámbito de
trabajo- es inconsistente con el cada vez más heterogéneo conjunto de modelos de trabajo y
organización laboral que han acompañado la reestructuración del trabajo en los EE.UU. En su
condición de cambio estructural social fundamental, la reestructuración del ámbito de trabajo
efectivamente diversifica la división ocupacional del trabajo, la estructura de autoridad y las
relaciones de empleo al interior de muchos espacios de trabajo. Simplemente monitorear y
describir la forma en que se ha difundido la reestructuración del espacio de trabajo en firmas e
industrias es un objetivo importante para la investigación futura.
Las consecuencias de la reestructuración del trabajo –especialmente la anomia y la desigualdad
económica- ameritan futuras investigaciones. Existen unos pocos signos preliminares de anomia y
desigualdad económica que se han desarrollado asociados con la reestructuración del ámbito de
trabajo. Es también importante examinar el desarrollo de la anomia y el aguzamiento de la
desigualdad económica en relación con la segmentación del mercado laboral, en especial las
variaciones relativas a ocupaciones, género, raza y etnia, región y orientación política.
Finalmente, los problemas y perspectivas de la organización de los trabajadores debe
examinarse a la luz de la reestructuración del ámbito de trabajo y la segmentación del mercado
laboral. Investigaciones preliminares sugieren que la anomia y la desigualdad económica
asociadas con la reestructuración del ámbito de trabajo moldearán las posibilidades de
revitalización del movimiento de los trabajadores norteamericano. Más aún, la segmentación del
mercado laboral interviene en los efectos de la reestructuración del ámbito de trabajo sobre el nivel
de demanda de sindicalización y la variación de esta demanda en diversos grupos de trabajadores.
La investigación en sociología del trabajo debiera dedicarse al impacto de la reestructuración del
ámbito de trabajo sobre el potencial para la revitalización del movimiento de los trabajadores, por lo
menos para evaluar el destino de la autodeterminación de los trabajadores en el siglo XXI en los
EE.UU.
2.3. Teoría Evolucionista – Schumpeteriana.

Aprendizaje y rutina.
Ambiente y selección.
Competencia central entre: micro, pequeña y gran empresa.

Lo que en este artículo se propone es que los planteamientos más sólidos de la teoría de la
evolución biológica pueden ser de suma utilidad para el análisis de problemas y, en general, de
objetos de estudio de la administración de empresas. La teoría evolutiva es uno de los enfoques
conceptuales de las ciencias sociales menos difundido; por ello, el objetivo de este artículo es
identificar el estado de la cuestión del pensamiento evolucionista, desde sus orígenes más remotos
hasta los autores más contemporáneos e influyentes, en ese contexto, se destaca el papel
protagónico de Schumpeter y su legado. A partir de estos planteamientos conceptuales se
mostrará el herramental adecuado para estudiar determinados problemas de la administración de
empresas.
Los autores evolucionistas suponen que el único método de evolución económica es el de la
regeneración de los espacios vacíos dejados por las viejas industrias, eliminando, por descontado,
la regeneración de la tecnología obsoleta, la cual se va acumulando y transformándose en
desperdicios. Por ende, el flujo de la productividad del capital formado por el progreso cada vez se
reduce más debido a la decreciente disponibilidad de capital natural, como consecuencia del uso
desmedido de los recursos naturales. Asimismo, los procesos de crecimiento económico se
caracterizan por los constantes efectos de retroalimentación entre las distintas variables
consideradas, estableciendo un proceso causal continuo que genera tendencias de crecimiento o
de decadencia donde una vez que se establece un ciclo, éste se vuelve muy difícil de romper y
frecuentemente se requiere de una intervención externa mayor para modificarlo.
Los precursores de la teoría de la evolución biológica en el estudio de las ciencias sociales
La teoría de la evolución fundamentalmente se enfoca en el uso de las analogías o conceptos de
la biología para analizar el comportamiento de las instituciones y sistemas sociales. La relación
entre las ciencias sociales y la biología, de la cual las ciencias sociales toman conceptos y
esquemas de análisis desarrollados para el estudio de la evolución de organismos y sistemas
biológicos, tiene sus orígenes en el periodo de los fisiócratas en el siglo XVIII. Posteriormente,
durante el siglo XIX algunos auto- res de la Escuela Histórica Alemana, como Wilhelm Roscher y
Gustav von Schmo- ller, particularmente en su Methodenstreit (Discusiones en torno al Método)
hicieron constantes referencias a los aspectos biológicos al analizar las relaciones entre las
empresas, los sistemas económicos y el entorno en el que éstos subyacen.
A inicios del siglo XX Thorstein Bunde Veblen, en su libro The Place of Science in Modern
Civilisation (El lugar de la ciencia en la Civilización Moderna, de 1919), in- tentó desarrollar una
teoría socioeconómica de la evolución basada en los principios darwinianos de herencia, variación
y selección. Veblen consideró a los instintos, con- venciones, hábitos e instituciones como las
unidades de herencia, mutación y selec- ción en las sociedades humanas. Para Veblen la
evolución de las sociedades y de las organizaciones implicaba la modificación de las preferencias
individuales conforme la sociedad adquiría nuevos conocimientos o desarrollaba nuevas ideas y
conceptos. Para este autor los individuos, las organizaciones y el entorno social estaban en un
continuo cambio motivado por su interacción. A diferencia de Marx, para Veblen la evolución
estaba indeterminada, pues sufría múltiples forcejeos, movimientos late- rales y retrocesos, por lo
que estaba, finalmente, sujeta a decisiones azarosas y de la cambiante voluntad humana.
Alfred Marshall, uno de los más destacados miembros fundacionales de la corriente neoclásica de
economía en los inicios del siglo XX, reconoció la necesidad de que la economía explorara el uso
de los principios de la teoría de la evolución biológica (v.g. admitió el carácter estático de los
conceptos extraídos de la mecánica clásica), aunque opinaba que era demasiado complejo el
aparato analítico necesario para tal objetivo. Su análisis enfatiza los cambios irreversibles de la
actividad económica, sugiriendo la presencia de un tiempo real distinto del tiempo mecanicista,
propio de la economía neoclásica. Para él, las mismas condiciones en momentos distintos no
producen los mismos resultados y, además, muy probablemente, nunca se vuelven a dar esas
mismas condiciones. Un aspecto a destacar en su obra es el proceso de ajuste de la empresa a
largo plazo puesto que, si bien no hay una referencia explícita a la metáfora biológica, sí ha sido
utilizado posteriormente por los evolucionistas para explicar el proceso de selección en la
sociedad.
En este proceso las empresas y las comunidades de individuos cambian de dimensión y su
número varía. Por ejemplo, si el precio de los productos de una industria aumenta, la producción
y tamaño de las empresas en expansión también lo hacen,se retarda el declive de las empresas
en recesión y crece el número de empresas. Si el precio de los productos disminuye, lo hará la
producción, se acelerará la caída de las empresas en recesión, se postergará el crecimiento de las
que estén en expansión y, muy probablemente, disminuirá el número total de empresas. Las
causas por las que unas comunidades crecen y otras no, así como por qué unas sobreviven y
otras desaparecen, se debe, para este enfoque, a la existencia de un ciclo de vida de las
organizaciones que está asociado al de la tecnología. En la primera fase del ciclo, en donde hay un
fuerte crecimiento de la demanda, generalmente las empresas son de ta- maño reducido y generan
recursos limitados. La segunda fase es de declive, donde se disponen de más recursos, pero faltan
los incentivos. La tercera fase es de madurez; en ella se dispone del marco y de los recursos
adecuados y proliferan las pequeñas innovaciones de proceso o de producto.
Para los autores evolucionistas las ciencias sociales se estructuran en función de sis- temas
dinámicos, complejos e interdependientes que se despliegan en un tiempo his- tórico e irreversible.
Para estos científicos, los agentes deben tomar decisiones cuyo impacto sólo se evidencia luego
de un tiempo considerable: en contextos de incerti- dumbre e interacciones holísticas entre los
agentes y las variables agregadas. Como lo señala Jiménez Herrero (1996), la visión global,
holística y macroscópica intenta ver por qué el conjunto es más que la suma de las partes y de
explicar las relaciones dinámicas de las partes en el todo, del todo en las partes y del todo en las
totalidades. Este enfoque se interesa particularmente en la relación entre el Hombre y la Natura-
leza en su complejidad, en su totalidad y en su dinámica propia.
Los trabajos de Alfred Marshall y Thorstein Veblen se complementaron con las in- vestigaciones
de Joseph A. Schumpeter (a partir de 1912). Este economista de origen austriaco definió la
evolución en términos de los cambios que tienen lugar en el seno de las organizaciones; colocó al
cambio tecnológico en el centro de la evolución y al empresario como el ente innovador de las
empresas. Intentó hacer compatible el concepto del equilibrio general walrasiano con la evolución.
Para el enfoque schumpeteriano son los empresarios y/o los consejos de administra- ción los
encargados de modificar el estado de las cosas: en su afán por incrementar ganancias, modifican
rutinas y, al hacerlo, crean nuevas trayectorias de evolución para las cuales hay que crear
nuevos hábitos y nuevas instituciones. En el caso de las grandes empresas las decisiones se
asumen por los consejos de administración u otros cuerpos colegiados, quienes son los
responsables de generar nuevas trayectorias de evolución. La noción del empresario, como
tomador único e infalible de decisiones, es un enfoque obsoleto que no tiene aplicación en el seno
de las grandes empresas; cosa que en su día Schumpeter no fue capaz de prever.

A partir de los trabajos de Milton Friedman (1953) el enfoque neoclásico y sus versiones
derivadas, inverosímilmente consideraron que la evolución ocurre en un am- biente estático (y con
una función y objetivo atemporal o inmutable en el tiempo), donde no existe interdependencia
alguna entre el entorno y los agentes que radican en él, y que todo tiende a un equilibrio estable e
inmutable debido al surgimiento de un orden natural espontáneo. Autores de esta interpretación
están identificados con la Escuela de economía de Chicago, y entre sus más destacados
exponentes figuran Milton Friedman, Gary S. Becker, Jack Hirsleifer y Gordon Tullock y A.
Friedrich von Hayek de la Escuela Austriaca. La limitante básica del análisis de la Escuela de
economía de Chicago y de la Escuela Austriaca de economía es que no consideran la interacción
entre los distintos tipos de organismos ni la interacción entre éstos y su medio ambiente.
El legado de Schumpeter al estudio de la administración de empresas
Contrario a lo que han escrito autores de la Escuela de economía de Chicago, Schumpeter (1912)
consideró que una organización que se rija por parámetros capitalistas nunca deja de moverse,
por tanto, es imposible estudiarla a partir del postulado de estacionalidad. La persecución de las
utilidades y la acumulación de capital con- ducen a un aumento en el crecimiento. El impulso
fundamental que alimenta dicho crecimiento proviene de los nuevos bienes consumibles, los
nuevos métodos de pro- ducción, nuevos mercados y nuevas formas de organización de los
individuos. El proceso de cambio es cualitativo, pero también cuantitativo. Prueba de ello es que las
viejas industrias constantemente son reducidas en su alcance, e incluso algunas han
desaparecido y han dado paso a otras nuevas. El resultado no ha sido únicamente una expansión
cuantitativa de las organizaciones, sino también un cambio cualitativo en las estructuras. La
creación de nuevas empresas y la desaparición de las viejas es lo que para Schumpeter es la
destrucción creativa.
La destrucción creativa schumpeteriana se refiere a que para, crear algo nuevo, es necesario
destruir gran parte o la totalidad de lo viejo. Bajo este enfoque, la historia de la humanidad puede
clasificarse en dos tipos de etapas: a) las de cambio incre- mental; y b), las de cambio de
paradigma tecnoeconómico. En las primeras se ha mejorado lo existente hasta llevarlo casi al
límite de sus capacidades; una vez que ha estado muy cerca del límite, las deficiencias de la
tecnología, de la organización y del sistema socioeconómico se han vuelto patentes y con ello ha
iniciado una frenética búsqueda para identificar y evaluar caminos alternativos de evolución. Las
segundas se refieren a una nueva concepción para enfrentar los problemas y los métodos para
solucionarlos.

Cuando estas condiciones tienen lugar en una sola industria o región se habla de un cambio de
trayectoria tecnológica; cuando se da en toda la sociedad, se trata de un cambio de paradigma
tecnoeconómico (Freeman y Pérez, 1988). En ambos casos se trata de una modificación de los
problemas que se consideran relevantes y de lo que se cree que son las formas correctas de
solucionarlos. Al darse un cambio de para- digma o de trayectoria, algunos o varios de los
conocimientos, rutinas e instituciones desarrollados bajo el paradigma anterior se vuelven
obsoletos por ser contrarios a las prácticas que ha impuesto la nueva trayectoria o paradigma para
poder ser instru- mentado.
Por ende, la destrucción creativa se refiere a una forma de competencia sustancialmente distinta
a la que se pudiera encontrar en la teoría neoclásica. Lo que Schum- peter (1912) propone es un
proceso que relega al equilibrio puramente competitivo. En virtud de lo anterior, la amenaza real
para una organización está constituida por la introducción de una nueva tecnología por un
competidor. Las innovaciones en los productos y la tecnología en la producción de los mismos, los
mercados y los méto- dos de organización se suceden en forma de olas. Los empresarios son
atraídos hacia el uso de tecnología de punta y los productos más innovadores; a la postre, estos
as- pectos se convierten en el motor del crecimiento económico que conllevan a generar una
expansión de los mercados. Durante esta fase de acelerado crecimiento econó- mico, el capital
(v.g. los empresarios y/o los consejos de administración) es atraído hacia los motores de
crecimiento e ignora otras variantes o posibilidades. A menudo, los nuevos empresarios inician
nuevas tecnologías y crean empresas que sirven para colocar productos en nuevos nichos del
mercado o emular a los mismos pioneros.
La formulación de varias alternativas de evolución, que superen las deficiencias de la línea de
evolución seguida hasta el momento, es un proceso que requiere de un periodo de entre cinco a
quince años. El proceso de selección de la nueva alternativa dominante (nueva trayectoria
tecnológica o nuevo paradigma tecnoeconómico) es un proceso que toma otra década. Por tanto,
el tiempo que transcurre entre la detección de los límites del crecimiento de un paradigma o
trayectoria, y su sustitución por otra mejor adaptada a las nuevas condiciones, es un proceso que
toma de diez a veinti- cinco años.
Ha sido una constante que, cuanto mayor haya sido el éxito del paradigma o trayec- toria anterior
y cuanto más radical sea el cambio propuesto, mayor tiempo tardará en darse la transición. La
destrucción creativa de Schumpeter sugiere que la industria tiene patrones de ciclos de vida de
desarrollo caracterizados por un rápido creci- miento inicial y una reducción subsiguiente del
crecimiento, y en algunos casos, un declarado declive. Una industria crece rápido, hasta que llega
a saturar el mercado, na vez que este periodo llega a su fin; por lo que el crecimiento de la
demanda del producto se relaciona con el ingreso y el crecimiento de la población en la medida en
que crezca la competencia con nuevos productos y nuevas tecnologías que entren al mercado y
sean capaces de atraer a los consumidores.1
La propuesta general de Schumpeter enfatiza que el sistema económico se mueve empujado
por los nuevos bienes de consumo, los nuevos métodos de producción y de transporte de las
mercancías, los nuevos mercados y de las nuevas formas de or- ganización industrial que
generan las empresas. Señaló la diferencia entre el simple mejoramiento de tecnología y el
movimiento lateral de procesos nuevos; para él, un sistema que utilice sus recursos óptimamente,
con el paso del tiempo podría resultar inferior a otro sistema que no se desempeñe tan
óptimamente, pero que sea más in- novador. Sin embargo, Schumpeter no fue capaz de identificar
que se puede innovar sin necesariamente destruir. La supervivencia es posible (incluso si se
continúan si- guiendo los viejos cánones con los que se ha procedido) si se muestra adaptabilidad
al cambio.
La teoría de la evolución biológica contemporánea
En la década de los setenta algunos economistas revivieron el interés por incorporar al conjunto de
herramientas del análisis económico el uso del análisis de la evolución biológica. El autor pionero
de este enfoque fue Nicholas Georgescu–Roegen (1967 en adelante).2 Sus principales
aportaciones se centraron en las implicaciones de la Ley de la Entropía en el análisis de las
organizaciones, las nociones sobre la escasez absoluta y sus contribuciones sobre la integración
de conceptos de la termodinámica en la economía. En 1971 este autor publicó su The Entropy
Law and the Economic Process (La ley de la entropía y el proceso económico). Para
Georgescu–Roegen (1978) el crecimiento de las organizaciones está caracterizado por
redistribuciones cuantitativas dentro de un espectro de bienes cualitativamente constantes. Esta
apre- ciación se fundamenta en los principios termodinámicos, en virtud de que bajo la óptica de
las ciencias físicas no es posible la creación de materia y, por lo tanto, el proceso de producción
en realidad es un proceso de transformación de la materia a 1 Una excepción importante a lo
dicho por Schumpeter fue planteada por Burns (citado en Booth, 1998: 13) cuando indica que “la
economía, comprendida como un sistema, no experimenta un retroceso en el crecimiento, pero ello
no implica que las industrias lo hagan inevitablemente”. Esta consideración im- plica que las
nuevas industrias van regenerando el crecimiento que han dejado las antiguas industrias: en
adición a lo anterior, la incorporación de nuevos sectores que aportan tecnología y producción a la
economía hacen que ésta se expanda, y con ello se evite el declive de la misma.
2 Para un profundo conocimiento de la obra de Georgescu–Roegen se recomienda
especialmente ver Carpintero (2006) y Naredo (2003 y 2006). través de la manipulación de la
mano del hombre (si bien sí hay una degradación energética, sustentada en el principio de la
entropía). Por tanto, el crecimiento de las empresas es un proceso que conduce a la
producción de bienes nuevos, en los que implícitamente hay una homogeneidad cualitativa; de
ahí que el proceso económico se caracterice por generar redistribuciones cualitativas dentro de
un ámbito de bienes cualitativa y cuantitativamente cambiantes.

Nicholas Georgescu–Roegen fue objeto de múltiples reconocimientos en vida.3 Sus teorías se


popularizaron por su originalidad y por la manera tan arrolladora con la que las exponía, pero una
vez que murió (en 1994) ha sido evidente el paulatino proceso de olvido del que han sido
objeto. Estas ideas, sin embargo, por derecho propio me- recen estar consideras en los planes
de estudio de economía y administración debido a que de manera magistral exponen la
transdisciplinariedad de la economía y de las ciencias exactas (principalmente de la biología,
pero también de la física y de la quí- mica), y su perfecta sintonía en torno a objetos de estudio
de interés mutuo. Lo que no alberga lugar a dudas es que las propuestas planteadas por
Georgescu Roegen han sido capaces de generar nuevas discusiones en torno a ámbitos que,
hasta antes de él, nadie se atrevió a plantear.
Otro autor de notable importancia fue Herman Daly (1968 en adelante), quien se dio a la tarea
de fusionar conceptos de la biología y la ecología en el análisis económico, tales como el de
capacidad de carga.4 Para este profesor, en su The Economics of The Steady–State (La
economía del estado estacionario, de 1974), el crecimiento económico es el aumento natural
de tamaño por medio de la adición de material a través de la asimilación; mientras que el
desarrollo económico es la expansión de las posibilidades con las que cuenta y, de ese modo,
acceder a un estado superior y mejor. En el estricto sentido de las competencias de las
empresas, el proceso de evolución económica es una manera particular de evolución, en el
que concurren elementos como la organización económica, las mercancías (en tanto que son
el insumo que dinamiza el interés de los consumidores), las tecnologías, los productores y el
resto de los agentes económicos. En 1973 Richard Nelson y Sydney Winter publicaron
Analysis of the Corporation (Análisis de la Corporación); en 1975 se publicó Socio3 Blaug
(1985) indica que en 1971 Georgescu–Roegen fue distinguido como miembro de número de la
prestigiosa American Economic Association (Asociación Estadounidense de Economía) y
Szenberg (1992) señala que, incluso, la American Economic Review le dispensa un trato de
admiración, cosa muy poco frecuente para los casos de economistas considerados como
heterodoxos. 4 Daly (junto con Naredo, Grinevald, Gowdy, Mayumi y Valero, entre otros) ha
sido uno de los principa- les responsables de que la obra de Georgescu–Roegen
paulatinamente recupere el lugar que por dere- cho se ha ganado, y de que en la actualidad
otros economistas estén descubriendo el material analítico de su legado.
biology: The New Synthesis (Sociobiología: una nueva síntesis) de Edward Wilson; y por
último, en 1982, Richard Nelson y Sydney Winter publicaron su influyente libro Evolutionary
Theory of Economic Change (Teoría evolucionista del cambio económico), en el que
argumentaban que las interacciones entre los individuos, las empresas y su entorno regresan
al centro del cambio económico, tal y como en su día lo explicaron Veblen y Schumpeter.
A partir del trabajo de Nelson y Winter ha habido un resurgimiento del interés sobre este
enfoque y de los temas que considera relevantes. Algunos trabajos realizados en las
décadas de los ochenta y noventa fueron: Norman Clark y Calestous Juma, Long–Run
Economics (Economía del largo plazo); Brian Loasby, Equilibrium and Evolution (Equilibrio y
evolución); Bart Verspagen, Uneven Growth Between Inter- dependent Economies (Crecimiento
desigual entre economías interdependentientes); Gary S. Becker, Altruism, egoism, and genetic
fitness: economics and sociobiology (Altruismo, egoísmo y puesta en forma de la genética:
economía y sociobiología); Geoffrey Hodgson, Economics and Biology (Economía y biología) y
más reciente- mente The evolution of institucional economics: agency, structure and Darwinism
in American Institutionalism (La evolución de las instituciones económicas: agencia, estructura
y Darwinismo en las instituciones estadounidenses); Richard England, Evolutionary Concepts
in Contemporary Economics (Conceptos evolucionistas en la economía contemporánea);
Jack Vromen, Economic Evolution (Evolución eco- nómica); Christopher Freeman y Luc Soete,
The Economics of Industrial Innovation (La economía de la Innovación Industrial); Giovanni
Dosi (et al.) su multicitado Technical Change and Economic Theory (Cambio tecnológico y
teoría económica), Kenneth Boulding, Evolutionary Economics (Economía Evolucionista), y su
original propuesta teórica sobre la idea del balance de materiales (derivadas de los principios
físicos) como es el concepto space–ship–earth, en el cual se concibe a la Tierra como una nave
espacial, o proceso cerrado; y Daniel C. Dennett, Freedom Evolves (Evolución de las
libertades).
Particularmente se recomienda el trabajo de Nelson y Winter (1982) y las contribuciones de Loet
Leydesdorff (a partir de principios de los setenta). Para estos autores los elementos que
caracterizan a la teoría evolucionista se distinguen porque: a) El foco de atención se centra en
una variable (o un grupo de ellas) que cambia con el tiempo y es de sumo interés el
entendimiento del proceso dinámico que está detrás del cam- bio observado; y b), La variable o
sistema en cuestión sufre variaciones parcialmente azarosas y existen mecanismos de
selección sistemática entre esas variaciones.
El cúmulo de las teorías planteadas por los autores evolucionistas señalan que en todo proceso
de evolución se encuentran los siguientes aspectos: a) El replicador evolutivo o mecanismo de
transmisión; b) El principio de variación; y c), El mecanismo de selección. Afirman que, si bien
pueden existir algunos otros errores de frecuencia mí- nima que ocasionen una interacción
positiva, el resultado final es que el portador del gen estará dotado de una ventaja evolutiva y,
en función de ella, los organismos son capaces de sobrevivir y de transmitir las características
genéticas a sus descendientes. Éste es el principio de la selección natural que caracteriza a la
evolución darwiniana. En este tipo de evolución los genes son los mecanismos de transmisión.
El principio de variación es el error de copia (el mecanismo de selección es aleatorio)
proveniente de una mutación y que produce cambios graduales sucesivos.
La función ambiental es definida como la capacidad del proceso natural, y sus com- ponentes,
de proveer bienes y servicios que satisfagan las necesidades humanas, di- recta o
indirectamente. Para los pensadores de la teoría de la evolución biológica los grupos en los
cuales se clasifican las funciones ambientales son: a) Las funciones de regulación de los
procesos ecológicos; b) Las funciones de carga, principalmente la provisión de espacio físico;
y c), Las funciones de producción de recursos ma- teriales y energéticos. Estas funciones
son insustituibles y no es correcto que se dé una en perjuicio de otra: el criterio fundamental
es que todas las funciones son un bien económico escaso. Por tanto, el flujo entre energía y
materia dentro del sistema económico es concebido como un proceso relativamente lineal y
unidireccional, no circular; considera que la energía y la materia fluyen del medio ambiente al
sistema económico y generan un desperdicio de materia y calor que fluye del sistema eco-
nómico al medio ambiente. El flujo comienza con el agotamiento de la energía y los recursos
materiales y termina con la contaminación del medio ambiente con material de desperdicio y
calor.
Bajo estos principios, el flujo de materia en la producción y el consumo es un proceso entrópico.
Éste consiste en que altas concentraciones de energía son convertidas en artefactos útiles
para la producción y el consumo; durante esta etapa los artefactos son convertidos en
desperdicio. La energía de la naturaleza (v.g. el Sol, el viento, etc.) causa que la materia se
disperse; para volver a reconcentrar ese material disperso se requiere una cantidad muy
importante de energía orientada a la regeneración de toda la materia que se ha utilizado, lo que
hace que el reciclaje al 100% sea prácticamente imposible. En consecuencia, tanto la materia
como la energía son entrópicas.
Una de las consecuencias del desarrollo de la teoría de la evolución biológica ha sido la
reintroducción en el análisis económico de la dependencia secuencial y, con- secuentemente,
de la historia, de la irreversibilidad en el desarrollo de la actividad económica y del valor de la
diversidad como mecanismo de adaptación y supervi- vencia ante la importancia de la
interacción continua entre los agentes económicos.
Estos estudios han contribuido a recuperar la importancia del espacio geográfico y la
importancia de los valores sociales como medios que faciliten la acción individual y colectiva.
En el campo de la política económica, las meso–políticas y la acción de las autoridades locales
y sectoriales han instado a recobrar importancia en virtud de la recuperación del espacio
geográfico, del aprendizaje y de la historia en el análisis económico. Este enfoque goza de un
notable vigor intelectual, si bien es relativamente reciente; prueba de ello son las publicaciones
y encuentros generados por la Society for Ecolo- gical Economics (Sociedad para la Economía
Ecológica) y en el seno de la prestigio sa revista científica Evolutionary Economics (Economía
Evolucionista). Desde esta organización se han promovido interesantes trabajos, como son los
modelos de siste- mas ecológico–económicos o de la economía energética (a partir de los
trabajos se- minales de Costanza, 1997). Las instituciones que más generosamente han
abrazado el enfoque evolucionista (si bien no como único punto de vista) son las universidades
de Kent, Exeter, Columbia, Nueva York, Bocconni, Maastricht y, muy particularmente, la
Universidad de Duke, en donde se preservan los archivos de Georgescu–Roe- gen. Sus
trabajos han sido particularmente influyentes en los siguientes campos: a) El impacto generado
por el cambio tecnológico en las organizaciones; b) La capacidad de adaptación de las
organizaciones en un entorno de cambio constante; c) La racio- nalidad limitada de los
agentes; d) La forma en la que fluye la información; e) La generación del conocimiento y su
eficiente y eficaz difusión; f) La variedad, novedad e indeterminación; g) La teoría del caos y la
dinámica no–lineal; h) Las relaciones entre individuos, grupos e instituciones; y i), El papel del
empresario en el desarrollo económico, entre otros.5
Los principios de la teoría de la evolución biológica y su utilidad para el estudio de la
administración de empresas.
Las investigaciones de los economistas partidarios de la teoría de la evolución bioló- gica están
fundamentadas en: a) La inestabilidad del equilibrio y en la imposibilidad de alcanzarlo; b) El
estudio de los agentes como satisfactores de metas; c) Que los fenómenos económicos se
desarrollan en un entorno cambiante; d) La racionalidad limitada de los agentes; y e), En las
relaciones no–lineales entre variables económi- cas, entre otras. Algunos de los resultados
derivados de las investigaciones empíricas 5 Por otro lado, el interés en el estudio de los
problemas ecológicos y su vinculación con la economía también ha sido abordados por
investigadores de otras Escuelas, como es el caso de Faber, Niemes y Stephan (1987) desde
la perspectiva neoaustriaca, y muy en especial desde la Montpellerin Society (Sociedad
Montpellerin).se han orientado a: a) La modificación en la definición de los problemas
económicos;
b) Que uno de sus principales objetos de estudio ha transitado de la asignación óptima de
factores escasos con usos múltiples, dadas determinadas preferencias inmutables (de la
economía neoclásica), a la identificación de las características y patrones de ajuste continuo
exitoso, y a condiciones y preferencias permanentemente cambiantes (de la economía
evolucionista).
Con estos mimbres, para los autores del enfoque evolucionista el comportamiento de la
economía se caracteriza porque: a) Los precios siguen a los costos de pro- ducción; b) Las
empresas funcionan bajo condiciones de economías de escala no decrecientes; c) La creación
de productos o servicios está sujeta a un número limi- tado de tecnologías de producción; d) La
sustitución en el consumo por cambios en los precios relativos es restringida; e) Los fenómenos
económicos son secuenciales e irreversibles; f) Los mercados no siempre son capaces de
asimilar las decisiones que asumen los agentes económicos; g) Los mercados y los procesos
que ocurren en ellos son instituciones específicas que están sujetos a convenciones culturales y
de ámbito temporal; h) Los sistemas económicos se rigen por elementos meta–económicos; y
i), En ciertos casos, las combinaciones de elementos macro, meso, micro y meta
económicos son capaces de producir sistemas nacionales de producción e innovación exitosos.
Asimismo, para la teoría de la evolución biológica las señales que las empresas reci- ben del
sistema económico en el que operan son de tres tipos: a) Las oportunidades tecnológicas y los
beneficios esperados que están asociados a ellas (tanto en sus pro- pios productos como en
otros diversos); b) El comportamiento actual y esperado de la demanda por sus productos y
otros productos; y c), Los cambios en costos, precios, cantidades y rentabilidades en los
mercados en los que operan, y en algunos otros. El primer grupo de señales corresponden a
las oportunidades de innovación/imita- ción/mejora tecnológica o estrategia de ajuste
schumpeteriana. El segundo grupo de señales se relaciona con la búsqueda de oportunidades
de crecimiento o estrategia de ajuste keynesiana. El tercer grupo de señales se refiere a los
ajustes de precio y/o cantidad con tecnología constante o estrategia neoclásica de ajuste. En
todo momento debe recordarse que la dirección y grado de los procesos de ajuste
microeconómicos están determinados por las políticas, reglas sociales implícitas, formas
dominantes de organización y coordinación entre los agentes económicos, así como el grado y
forma en que se enfrentan los conflictos industriales y laborales y sus soluciones. Como lo
señala Dow (2001), las teorías de la evolución biológica argumentan su rechazo a tres
axiomas considerados como incuestionables por la teoría neoclá- sica: a) La neutralidad del
dinero; b) La fácil sustitución en el consumo y en laproducción; y c), La predecibilidad del
futuro. A partir de estos elementos la teoría evolucionista puede resultar de suma utilidad para
el estudio de la administración de empresas, bajo las siguientes consideraciones:
La tasa de inversión es la variable que determina el crecimiento de las empresas y la
distribución de los beneficios.
El efecto ingreso supera al efecto sustitución.
En el largo plazo las fuerzas del mercado no siempre son suficientes para condu- cir a un
crecimiento de las empresas.
Las instituciones monetarias y crediticias desempeñan un papel fundamental en el desarrollo
de las empresas; para el efecto, es primordial la flexibilidad del sistema bancario, porque de
ello dependerá su capacidad para responder a la demanda que las empresas ejercerán en
busca de crédito.
Se reconoce la existencia del poder y la influencia que ejercen las empresas
transnacionales y de que, en muchos casos, gobiernos y sindicatos están subyu- gados a
éstas.
Los precios y los salarios están administrados por el mercado, lo que significa que las
decisiones de los usuarios y consumidores no inciden sobre los precios.
No es factible controlar los procesos inflacionarios mediante instrumentos de política
monetaria porque ésta es resultado de un conflicto sobre la distribución del ingreso; razón por la
cual es indispensable una política de ingresos.
Los mercados en absoluto son competitivos, lo que significa que la distribución del ingreso no
se realiza a través de los diferentes mecanismos que impone el mercado.
Se da por sentada la aceptación de la existencia de la incertidumbre (en lugar del riesgo).
El Hombre es un ser social, que goza de racionalidad limitada y que busca al- canzar metas
(contrario a los planteamientos de los neoclásicos, que dan por hecho que el Hombre es un
ente solitario, racional y plenamente maximizador de recursos).
Las leyes de la oferta y la demanda son interdependientes.
El dinero es una medida de valor que permite reducir la incertidumbre (los auto- res neoclásicos
consideran que sólo es un medio de cambio).
A partir de los anteriores puntos, las teorías evolucionistas resultan particularmente sugerentes
para investigar sobre los fundamentos macroeconómicos del comporta- miento
microeconómico debido a que se da por descontado que existe una influencia interdependiente
entre ambos niveles de actividad. Esta cuestión permite argumentar la necesidad de defender la
pertinente participación del Estado a través de la creación de instituciones y organizaciones
potentes y de la selectiva y limitada regulación de las empresas privadas; todo lo cual
permitirá atemperar la incertidumbre. Empero, la presencia del ente gubernamental debe ser
inmanente en aquellos sectores consi- derados como neurálgicos, como lo es el de la
educación y la generación de conoci- miento, la sanidad, la creación de infraestructuras
productivas y de transporte, ello con la esperanza de que a la postre tenga lugar una
retroalimentación de la inversión privada.
Ha sido recurrente que, aquéllos que no comprenden o desconocen suficientemente la teoría de
la evolución biológica (y el magnífico acervo de conocimientos generados en su seno) y la
utilidad que puede representar para el estudio de las ciencias sociales en lo general, y de la
administración de empresas en lo particular, han optado por el fácil camino de descalificar a
los evolucionistas por considerarlos como marxistas camuflados. Pero nada más lejos de la
realidad. El cuerpo de la teoría evolucionista se resiste a aceptar el nocivo encasillamiento del
que han sido objeto otros enfoques teóricos. Las legítimas reivindicaciones de los científicos
sociales que son partida- rios del enfoque evolucionista se sustentan en sólidos
conocimientos teóricos y en investigaciones empíricas que nada tienen que envidiar al enfoque
dominante ni a los históricamente conocidos como heterodoxos porque, está claro, su valor va
más allá de las consideraciones y erradas interpretaciones de neoclásicos o neomarxistas.
Naredo (2003 y 2006) erróneamente señala que la teoría de la evolución biológica considera
que la actividad económica capitalista es la principal causa del deterioro ambiental, y que los
máximos responsables son las grandes empresas multinaciona- les, el sistema financiero
internacional, los países ricos, en especial Estados Unidos, en su calidad de primera potencia
hegemónica, y los países pobres, en tanto que dirigen sus esfuerzos para parecerse a los
ricos. Este enfoque, sin embargo, omite deliberadamente los trade offs. Como lo apunta
Winter (2005) es una exageración creer que la culpa de todos los males que aquejan a la
humanidad proviene de esos grandes agentes, y no que también acusa a una responsabilidad
en el fuero interno de cada individuo, de cada localidad, de cada región y, en última instancia,
de cada país. La creencia de que los mega–agentes y el mercado son culpables es un enfoque
radical que no ha hecho más que dañar al pensamiento evolucionista. En el análisis de los
trade–offs se deben tomar en cuenta los costes a que se refiere Naredo (2006), pero también a
los beneficios.
Los principios de la teoría de la evolución biológica se centran en el uso de los concep- tos de la
evolución biológica para analizar el comportamiento de las organizaciones y sistemas
económicos. El estudio del crecimiento y el desarrollo por los evolucionistas enfatiza que las
posibilidades de progreso del sistema económico dependen fundamentalmente de su
capacidad para innovar, y no tanto en la esperanza de alcanzar un estado estacionario. Para
este enfoque desarrollo y crecimiento en realidad son dos procesos diferentes: el crecimiento
se orienta a una trayectoria de insostenibilidad, mientras que el desarrollo se interesa en ser
sostenible. Sin embargo, el desarrollo no es posible si antes no se produce un proceso de
crecimiento; este supuesto determina que a partir de la dinámica que se genera en los procesos
de cambio acumulativo (que son típicos del crecimiento económico) son posibles las
transformaciones radicales (que son típicas del desarrollo económico). Asimismo, los hábitos y
las rutinas en el desarrollo económico juegan un papel pa- recido al de los genes en la
evolución biológica (y también en el desarrollo de las or- ganizaciones); es decir, que son, al
mismo tiempo, los depositarios del conocimiento acumulado en el tiempo (herencia) (y como tal,
son elementos de estabilidad), pero, simultáneamente para ellos los cambios permiten que las
organizaciones progresen y se desarrollen (mutación). Y son los empresarios y/o los consejos
de administración los encargados de su modificación: en su afán por incrementar ganancias
modifican rutinas, y al hacerlo crean nuevas trayectorias de evolución, para las cuales hay que
crear nuevos hábitos y nuevas instituciones. En el caso de las grandes empresas las
decisiones se asumen por los consejos de administración u otros cuerpos colegiados, quienes
son los responsables de generar nuevas trayectorias de evolución. La noción del empresario,
como tomador único e infalible de decisiones, es un enfoque obsoleto y que no tiene aplicación
en el seno de las grandes empresas. a teoría de la evolución biológica es útil para el estudio
de la administración de empresas en torno a aspectos relacionados con: a) La tasa de
inversión es la variable que determina el crecimiento de las empresas; b) El efecto ingreso
supera al efecto sustitución; c) En el largo plazo las fuerzas del mercado no siempre son
suficientes para conducir a un crecimiento de las empresas; d) Las instituciones monetarias y
crediticias desempeñan un papel fundamental en el desarrollo de las empresas; e) Se reconoce
la existencia del poder y la influencia que ejercen las empresas transnacio- nales, y de que, en
muchos casos, gobiernos y sindicatos están subyugados a éstas; f) Los precios y los salarios
están administrados por el mercado, lo que significa que las decisiones de los usuarios y
consumidores no inciden sobre los precios; g) No es factible controlar los procesos inflacionarios
mediante instrumentos de política mone- taria porque ésta es resultado de un conflicto sobre la
distribución del ingreso; h) Los mercados en absoluto son competitivos; i) El Hombre es un ser
social, que goza de ra- cionalidad limitada y que busca alcanzar metas; j) Las leyes de la oferta y
la demanda son interdependientes; y k), El dinero es una medida de valor, el cual permite
reducir a incertidumbre, entre otros.

Los procesos de cambio tecnológico se van a caracterizar por:


1. El carácter acumulativo y específico del progreso técnico.
2. Las oportunidades tecnológicas que ofrece cada paradigma tecnológico.
3. La apropiabilidad privada de los efectos del cambio técnico.
4. La incertidumbre de los resultados.
La distinción entre conocimiento e información es crucial para la formulación de los modernos
modelos evolutivos del cambio tecnológico que posibilitan el análisis de la configuración interna de
los procesos de innovación para descubrir su variedad tal como aparecen en la realidad social. Así,
el conocimiento comprende la información pero no es reducible a ella. Y, en consecuencia, la
tecnología presenta una serie de características que la diferencian de un mero objeto susceptible
de ser comercializado en el mercado. La tecnología posee un carácter tácito inherente a las
organizaciones. Permítaseme utilizar una analogía para clarificar la diferencia que existe entre la
concepción de tecnología como conjunto de información o de conocimientos: Probablemente, en
cualquier establecimiento donde se puedan adquirir partituras musicales de nuestra ciudad,
podamos encontrar alguno de los conciertos para piano de Liszt, que podemos interpretar en casa
si es que tenemos suficientes conocimientos de piano, pero ello no implica que podamos sustituir a
un reputado concertista en alguna de sus giras. Las partituras transfieren información pero no el
conocimiento del que este mismo es sólo una parte. De ahí que las publicaciones musicales no
menoscaben la ventaja de las salas de concierto para escuchar a un compositor o pianista de
reputación contrastada.
Por consiguiente, debido a sus elementos tácitos, la transferencia de tecnología de unas empresas
a otras constituye una operación costosa para su receptor, quien no sólo ha de pagar un precio por
su adquisición, sino que además ha de financiar el aprendizaje para su dominio. A estos costes
directos se añaden los costes de oportunidad derivados del retraso en la adopción de la innovación
con respecto al creador. Por esto, un país con una dependencia de tecnología extranjera
presentará una fuerte desventaja competitiva.
Así la innovación requiere la realización de un esfuerzo de aprendizaje por parte de las empresas.
Tal esfuerzo puede adoptar distintas formas siendo las más relevantes las actividades de I+D, de
diseño industrial, de ingeniería de producción y, además, la experiencia de “hacer”, “usar” o
“copiar”. Esto implica que la innovación tiene un carácter acumulativo, lo que supone que las
posibilidades de futuro dependen, en gran medida, de los logros del pasado. Así, podemos decir
que la tecnología y la innovación aparecen atendiendo a las características de los agentes que
participan en su creación y de las industrias que las solicitan. Esto supone un valor añadido para
quien la crea. Sin embargo, la tecnología está sometida a una fuerte incertidumbre por lo que
respecta a sus resultados.
De una forma concisa, cabe señalar que las vías fundamentales que utilizan los países para
acceder a las innovaciones técnicas son dos. Por una parte, la generación propia a partir de la
realización de actividades de I+D en las universidades, centros públicos de investigación,
fundaciones y empresas, lo que se entiende por sector tecnológico, y de otras actividades
complementarias que permiten plasmar los resultados de la I+D en innovaciones. Por otra parte, la
importación de las innovaciones extranjeras. Para ello, se pueden utilizar mecanismos muy
diversos, con un coste y una eficacia, en cuanto al aprovechamiento de las tecnologías foráneas,
también dispares. Estos mecanismos fundamentales son:
Las publicaciones científicas y técnicas.
Los contratos de transferencia de tecnología que comportan la licencia de una patente o la
adquisición de servicios de asistencia técnica.
La importación de bienes de equipo o intermedios que incorporan mejoras técnicas.
La inversión extranjera directa.
La movilidad internacional de la mano de obra cualificada.

La generalidad de los países hace un uso complementario de ambas vías, aunque en proporción
diferente. No existe ningún país que se autoabastezca absolutamente de tecnología a este
respecto. Se ha comprobado que cuanto mayor sea el nivel de desarrollo económico de un país
mayor es también la importancia de su sector tecnológico o conjunto de actividades de I+D. Parece
ser que España es la excepción (1).
Desde la perspectiva del análisis económico, la concepción de la tecnología como conocimiento,
de acuerdo con la definición que antes se ha dado, es bastante reciente.

Hasta mediada la década de 1970 el modelo explicativo de la innovación adopta un carácter lineal
y el análisis se centra en la búsqueda de los factores determinantes de los resultados tecnológicos
de las empresas.
El modelo lineal fue concebido como un proceso que evoluciona pasando por distintas etapas:
investigación, invención, innovación y difusión. A su vez, la investigación pasaba por diversas
fases: conocimientos científicos básicos, conocimientos tecnológicos e ingeniería práctica.

Debido a esta hipótesis de linealidad, la I+D se consideraba el principal indicador de las actividades
de innovación.
Así, los datos disponibles para el análisis de la innovación se podían resumir en tres grandes
categorías:
Inputs en I+D, recogidos en los países de la OCDE conforme a la metodología del Manual de
Frascati.
Datos relativos a patentes, cuyo conjunto más importante está formado por los registros de la
Oficina de Patentes de Estados Unidos, de la Organización Mundial de la Propiedad
Industrial (OMPI) y de la Oficina Europea de Patentes.
Datos bibliométricos, que reagrupan las publicaciones y citas científicas a partir,
fundamentalmente, de la base de datos elaborada por el Institute for Scientific Information
de Philadelphia (Estados Unidos).
Las limitaciones de estos datos son conocidas (2). Las cifras de I+D no reflejan los resultados de la
innovación y, por otro lado, tienden a subestimar la actividad innovadora de las pequeñas
empresas, ya que numerosas empresas innovan con éxito con relativos pocos recursos para la
I+D. Los datos sobre patentes son limitados porque no todas las empresas siguen la misma política
en materia de depósitos. Además, informan de la fase de invención pero casi nunca de su
comercialización y, por tanto, del impacto económico de la misma. Por último, los datos
bibliométricos sólo informan de la investigación básica, pero no del proceso de innovación.

Un segundo modelo, opuesto al modelo lineal, es el desarrollado en los años ochenta, denominado
modelo interactivo, que implica cambios radicales para la gestión tecnológica de las empresas o el
diseño de la política tecnológica por parte de las administraciones públicas. Este modelo se basa
en la idea de una interacción continua entre los distintos partícipes y elementos presentes durante
todo el proceso de innovación y la comercialización posterior de resultados. Incluso una vez que el
producto esté plenamente introducido en el mercado, este proceso sigue mediante el
perfeccionamiento y diversificación de los productos y procesos de producción de las tecnologías
utilizadas. Mientras que en el modelo lineal destacan solamente las actividades tecnológicas del
departamento de I+D, el modelo interactivo destaca la capacidad tecnológica de la empresa en
general, considerando la gestión empresarial como un proceso estratégico y corporativo en el que
tendrá que estar implicada toda la empresa, incluidos sus distribuidores y clientes. La capacidad
tecnológica de una empresa se basa en su “saber hacer” y tiene una dimensión tácita y
acumulativa. La transferencia tecnológica es considerada como costosa y difícil, y el entendimiento
de nuevas tecnologías cuesta mucho tiempo y recursos humanos. El modelo interactivo considera
la innovación como un proceso dinámico o interrelacionado con efectos de retroalimentación
continuos entre las distintas etapas y, además, todo este proceso se desarrolla en un ambiente
cambiante (Malerba/Orsenigo, 1995), donde los protagonistas y competidores reaccionan a cada
uno de los cambios.

Por otra parte, debido a la multiplicidad descrita de las fuentes del aprendizaje, las oportunidades
del desarrollo tecnológico difieren muy sensiblemente de unas industrias a otras. Esas
oportunidades, que pueden resultar cambiantes a lo largo del tiempo, dependen del estado o nivel
de la ciencia y la técnica relevantes para el caso, del ritmo en el que se desplace en cada campo la
frontera del saber, del grado de dificultad que, para el aprendizaje, poseen las tecnologías de cada
rama industrial o de servicios, de la amplitud de las empresas, de la presión de la competencia
entre ellas y, finalmente, de factores aleatorios que hacen que descubrimientos casuales abran
ventanas de oportunidades para nuevos desarrollos.

Entre las razones últimas que dirigen la gestión empresarial, unas de ellas, imprescindible para
llevar a cabo un esfuerzo innovador en su actividad es que los resultados del esfuerzo innovador
se traduzcan en algún tipo de beneficio para el que los realiza. Ese beneficio dependerá, entre
otros factores, del grado de apropiación privada de los resultados. Las tecnologías difieren en
cuanto al grado en que pueden ser apropiadas y en cuanto a la forma o medio para conseguirlo.
Todas poseen aspectos propios de los bienes públicos y características susceptibles de ser
apropiadas privadamente, pero en proporciones que varían en gran medida según las tecnologías.
También los medios para proteger un resultado frente a la imitación o para valorizarlo previamente
son diferentes según la tecnología que se trate —patentes, secretos, modelos, regularidad
innovadora, tiempo de adelanto, curva de aprendizaje, capacidad comercializadora, etc. o una
mezcla de todos ellos—. La apropiabilidad influye de forma directa en el nivel del esfuerzo
innovador de las empresas para un nivel dado de oportunidades tecnológicas.

Otra característica comúnmente admitida de la actividad innovadora, aunque no siempre


introducida en los modelos (3) en cuanto a los resultados de tipo tecnológico y económico que se
van a conseguir, justamente por tratar con problemas y no siempre bien acotados es la
incertidumbre. Es cierto que al recoger que la tecnología tiene una naturaleza acumulativa y
específica a cada empresa, el proceso de búsqueda se restringe a áreas ligadas tecnológicamente
y económicamente a las actividades existentes; sin embargo, esto no significa que se reduzca la
incertidumbre. La incertidumbre deriva no sólo de la carencia de conocimientos sobre los
resultados y los costes de las diferentes alternativas posibles sino también, más esencialmente, de
la falta de conocimientos sobre la lista de alternativas posibles. Esa incertidumbre es máxima en
las fases de cambio de paradigma y se va reduciendo a medida que el paradigma se consolida y
se van desarrollando direcciones de búsqueda bien delimitadas.

Diversas concepciones que recogen las formas organizativas de la innovación


Teniendo en cuenta el carácter acumulativo de los procesos de aprendizaje, la variedad de las
fuentes de las que este se nutre, la desigualdad de las oportunidades tecnológicas, la multiplicidad
de las formas de protección de las innovaciones y la incertidumbre en los resultados hacen que las
formas organizativas de la innovación difieran de unos sectores a otros o de unos tipos de
empresas a otras. Son varios los caminos emprendidos para establecer categorías susceptibles de
reflejar tal diversidad, vamos a esbozar los más significativos.

K. Pavitt, a partir de una voluminosa información de base descriptiva de la actividad innovadora de


las empresas, establece una taxonomía de sectores en función de las fuentes, naturaleza e
impacto del cambio técnico. Esta taxonomía se basaba en la identificación de la trayectoria
tecnológica dominante en las empresas de cada sector a partir de tres elementos: las fuentes de la
tecnología, las necesidades de los clientes o usuarios de los productos y las formas de apropiación
de los avances en el conocimiento (4). En una tipología básica aparecen cuatro grandes grupos:
1. Dominados por proveedores. Son aquellos en los que las empresas del sector no
desarrollan directamente una gran actividad innovadora. Esta les llega incorporada en las
materias primas, maquinaria y equipo que adquieren a sus proveedores. Se encuentran en
este grupo el textil, las prendas de vestir y peletería, la madera y corcho, el cartón y el
papel, muebles etc.
2. Productores a gran escala. En estos sectores la innovación viene inducida
fundamentalmente por las necesidades de reducir coste ya que elaboran productos
destinados a grandes mercados con un cierto grado de estandarización. Tenemos aquí por
ejemplo las industrias de automoción, ciertas manufacturas, etc.
3. Proveedores especializados. Aquí las empresas realizan desarrollos propios y se
mantienen estrechamente ligadas al proceso innovador de sus proveedores y de sus
clientes. Se sitúan en este grupo la maquinaria de oficina y los ordenadores.
4. De base científica. Son sectores en los que su innovación descansa fundamentalmente en
un intenso nivel de investigación propia, como es el sector farmacéutico, las
telecomunicaciones o las industrias aeroespacial.

Esta línea de trabajo propuesta por Pavitt y otros investigadores del SPRU-Sussex es de máximo
interés para avanzar en la comprensión de las relaciones entre la estructura industrial y las
características de la innovación —y es un punto de referencia fundamental en este trabajo—.

Las características de cada trayectoria tecnológica dependen de la fuente de la tecnología de


proceso (internas o externas), del peso relativo de las innovaciones de proceso y de las
innovaciones de producto, de la dimensión relativa de las empresas innovadoras y de la intensidad
y dirección de la diversificación tecnológica.

El mayor esfuerzo quizás para fundamentar teóricamente el enfoque evolucionista es el realizado


por Nelson y Winter (5). Con un gran desarrollo analítico intentan elaborar una versión rigurosa de
la teoría schumpeteriana, basándose en ideas de la teoría de la elección de Simon. Estos autores
rechazan la idea de racionalidad maximizadora y de equilibrio y para ello proponen dos conceptos
alternativos: búsqueda satisfaciente y selección.

La búsqueda satisfaciente se justifica porque el conjunto de posibilidades es limitado y quién toma


la decisión no tiene porque saber cuáles son óptimas. En su análisis del cambio tecnológico se
rechaza la función de producción como instrumento para conceptuar el estado del conocimiento
tecnológico, dado que las empresas no tienen a su disposición un abanico de técnicas sino que
deben de buscarlas. Por otra parte, dado que no existe una elección que sea claramente la mejor
ex ante, introducen un criterio de selección ex post: las empresas que encontraron las mejores
técnicas se expandirán más. Los modelos construidos con estos conceptos presentan tres
características:
1. Existe una población de empresas caracterizadas por un cierto número de variables de
estado —capital, técnicas, I+D—, ciertos postulados de conducta —rutinas— y un conjunto
de condiciones que relacionan los precios de los factores y los precios de los productos
con la demanda de los factores y la oferta de los productos.
2. Es un proceso de Markov en el sentido que, dados los valores de las variables estado en el
instante t, los postulados y condiciones permiten definir una distribución de probabilidades
sobre el conjunto o conjuntos de variables estado que pueden obtener en el instante t+1.
3. Los modelos son probabilísticos y no deterministas en la medida en que el resultado de los
procesos de búsqueda es estocástico y el cambio tecnológico considerado es incierto e
impredecible.
La teoría evolucionista de Nelson y Winter guarda un cierto parentesco con las teorías de la
evolución biológica en la medida en que en ambas la variación es estocástica y la selección no
determinista. Sin embargo, presentan algunas diferencias: a) en Nelson y Winter no hay concepto
de equilibrio; b) las variaciones son pequeñas pero no aleatorias, ya que son en parte resultado de
un proceso de búsqueda; c) las empresas no pueden reproducirse sino solamente aumentar o
disminuir de tamaño.

Estos modelos permiten fundamentar con un mayor rigor algunas de las ideas centrales de
Schumpeter, en particular la de la competencia como un proceso y no un estado y que, por lo
tanto, hay ganadores y perdedores y, además, aleatoriedad. También incorpora la idea de que
existe un trade-off entre eficiencia estática asociada a la competencia general y la eficiencia
dinámica asociada a la competencia restringida.

Empero, los modelos evolutivos no introducen la importancia de las grandes innovaciones


discontinuas tan presentes en la teoría de la “destrucción creadora” schumpeteriana.

G. Dosi (6) trata de construir un modelo capaz de explicar los determinantes del cambio
tecnológico que permitan comprender las maneras en que ciertas tecnologías se conforman como
dominantes y las vías en que evoluciona y en un contexto que también cambia y evoluciona.
Construye lo que él llama un “modelo de estructura débil” en el cual el comportamiento y estrategia
de las empresas aparecen determinados por las condiciones estructurales —las de la propia
empresa, las del sector y las del régimen tecnológico—, que definen los grados de libertad que
tienen las empresas para la acción. Es un modelo jerarquizado que permite unir el tratamiento
microeconómico del comportamiento innovador y la dinámica del sistema en su conjunto.

Dosi va a criticar las principales teorías que tratan de explicar los determinantes del cambio
técnico: la teoría de la demand-pull (7) y la teoría de la technology-push (8) . Ambas muestran una
incapacidad para dar cuenta de buena parte de los resultados obtenidos a partir de los análisis
empíricos realizados sobre tecnologías y sectores concretos.

La crítica a las teorías de demand-pull, más allá del cuestionamiento del marco teórico de
referencia, se centra en tres aspectos:
1. Éstas suponen un concepto de pasiva y mecánica reactividad del cambio técnico respecto
a las necesidades expresadas en el mercado. Sin embargo, las necesidades potenciales
son infinitas y es difícil explicar en qué momento se van a satisfacer. Por otra parte, no
explican qué es lo que pasa entre el reconocimiento de la necesidad por el productor y el
resultado final de un nuevo producto. La tecnología y la ciencia aparecen como una “caja
negra” con infinitas posibilidades.
2. Son incapaces de definir el porqué y el cuándo de ciertos desarrollos tecnológicos en lugar
de otros.
3. Ignoran los cambios que tienen lugar en la capacidad inventiva con el paso del tiempo, sin
guardar una relación con los cambios en el mercado.
Por lo que se refiere a las teorías de la technology-push su limitación es justamente la inversa.
Incorporan mal la importancia de los factores económicos en la dirección del proceso de
innovación. Su esquema básico parte de una visión unidireccional de las relaciones ciencia-
tecnología-producción, donde la primera componente es una fuerza exógena.

Para construir un modelo alternativo parte de la consideración, como firmes, de una serie de
resultados obtenidos a partir de los análisis empíricos de los procesos de innovación:
1. Los inputs científicos juegan un papel creciente en el proceso de innovación.
2. Las actividades de I+D presentan una creciente complejidad que hace que el proyecto de
innovación sea objeto de planificación a largo plazo por las empresas y otros agentes, lo
que hace pensar en la hipótesis de una innovación como respuesta de los productores
frente a los cambios en las condiciones de mercado.
3. Existe una significativa correlación entre esfuerzo de I+D y output innovador en muchos
sectores. También se observa una ausencia de correlación entre mercado y patrón de
demanda por un lado, y output innovador por otro.
4. Una parte importante de la innovación se origina en el learning-by-doing y está incorporada
en personas y organizaciones.
5. La creciente formalización institucional de la investigación, aun conservando una
naturaleza intrínseca incierta, indicaría la existencia de un conjunto de elecciones
tecnológicas que son conocidas ex-ante.
6. El cambio técnico no ocurre al azar sino que: a) su dirección es definida por el estado de
las tecnologías en uso; b) la posibilidad de que empresas y organizaciones consigan
avances tecnológicos es función, entre otras cosas, del nivel tecnológico conseguido por
ellas previamente.
7. La evolución de tecnologías a lo largo del tiempo presentan regularidades y una de ellas es
que normalmente pueden definirse sendas (pautas) de cambio en cuanto a algunas
características económicas y tecnológicas de los productos y procesos.

Dosi plantea como objeto central de análisis el “sistema tecnológico” (9) y sus relaciones con las
variables económicas.

Define la tecnología como


un conjunto de elementos de conocimiento, directamente práctico y teórico, know-how, métodos,
procedimientos, experiencia de aciertos y errores y, por supuesto, aparatos físicos y equipos (10)
. Rechaza la tecnología como si fuera información —Arrow—, aplicable y no apropiable. Incluye
elementos inmateriales difíciles de captar con precisión incluso conocimientos difícilmente
codificables adquiridos por las personas y las organizaciones: la tecnología desincorporada, y por
supuesto, la incorporada. Así no se explota un conjunto de conocimientos libre sino que su proceso
de búsqueda es un proceso de mejora y diversificación a partir de su propia base de
conocimientos, de tal forma que sus posibilidades dependen de lo que se ha hecho en el pasado.
La tecnología incluye, igualmente, los mecanismos de búsqueda y aprendizaje para mejorar la
eficiencia productiva y el desarrollo de nuevos productos y métodos de producción.

Dosi define el progreso técnico como el proceso secuencial de resolución de problemas en el


marco de un paradigma tecnológico, siguiendo una trayectoria tecnológica. Para este autor ese
progreso es irreversible.

Los conceptos centrales son el paradigma tecnológico y la trayectoria tecnológica. El paradigma


tecnológico va ser definido por analogía con el concepto de “paradigma científico” de Kuhn “como
un modelo y un patrón de solución de los problemas tecnológicos seleccionados, basado en
principios seleccionados derivados de las ciencias naturales y en tecnologías materiales
seleccionadas” o, de forma equivalente pero no idéntica, como “un conjunto específico de
conocimientos, relacionados con la explotación de principios físicos/químicos seleccionados y el
desarrollo de una serie de elementos dados (11) “.

Un paradigma tecnológico acota los problemas abordables en su marco y encauza las soluciones a
esos problemas. De esa forma impone fuertes restricciones en cuanto a las direcciones que el
cambio técnico tiene que seguir o abandonar. La dirección del progreso técnico aparece como
solución de los problemas y necesidades que se van planteando dentro de un paradigma,
enfocando los esfuerzos en la exploración de las oportunidades tecnológicas que éste ofrece y
ejerciendo un poderoso efecto de exclusión con respecto a otras posibilidades alternativas.

En consecuencia, con eso los teóricos de la Teoría Evolucionista, definen la trayectoria tecnológica
como “el patrón de solución normal de los problemas dentro de un paradigma tecnológico (12) “.
Cada paradigma tecnológico posee unos procedimientos y mecanismos de búsqueda propios y
una “lógica en el tipo de soluciones” encontradas, que caracteriza el desarrollo tecnológico de las
tecnologías a lo largo del tiempo. De ahí sale una idea de progreso, dentro de un paradigma, como
el resultado de las mejoras de los trade-offs entre todas las dimensiones que lo configuran: campo
de aplicación, tecnología material, propiedades físico químicas a explotar, dimensión tecnológica y
económica, etc.

La emergencia de un nuevo paradigma marca discontinuidades en la dinámica del progreso


técnico frente a la continuidad que caracteriza al progreso en el mismo paradigma. Así, cabe
distinguir entre el proceso a través del que se selecciona un nuevo paradigma y los mecanismos
que marcan la dirección del progreso técnico.

Un nuevo paradigma surge de la ciencia, pero no directa y exclusivamente, sino que en ella
intervienen elementos de selección y discriminación de carácter económico, institucional y social.
Estos elementos de selección actúan como un filtro que determinan las características del
paradigma. Según Dosi, los filtros más generales son las valoraciones de “factibilidad,
comerciabilidad y rentabilidad” y, sobre todo, las grandes opciones tomadas por el Estado.

La dirección del progreso técnico normal es analizada por Dosi como el desarrollo de trayectorias
tecnológicas cuya senda está determinada por la forma normal de resolución de los problemas que
le es propia a cada paradigma. O dicho de otra forma, cada paradigma determina unas trayectorias
tecnológicas que son la expresión de la matriz de trade-offs que se establecen entre las variables
relevantes de ese paradigma. Esas trayectorias configuran un conjunto de estándares tecnológicos
para un considerable período de tiempo.

Tanto para Nelson y Winter como para Dosi el entorno económico y social juega un papel de
selección de la trayectoria tecnológica seguida. El entorno no modifica las posibilidades contenidas
en una tecnología ni modifica una trayectoria tecnológica determinada, pero discrimina y
selecciona las trayectorias dominantes basándose en diversos criterios. De tal forma, sobre la base
de un flujo de innovaciones, el entorno determina la vía a través de la cual el uso relativo de las
diferentes tecnologías cambia con el tiempo.

En concreto Nelson y Winter toman en consideración elementos del mercado —el beneficio— y
extra-mercado en su modelo general del entorno de selección. Destacan la importancia creciente
de los segundos respecto de los primeros como son los elementos político-institucionales,
financieros, comportamiento de los consumidores, etc., particularmente en relación a algunos
sectores. Insisten en la necesidad de matizar las relaciones entre innovación-beneficios teniendo
en cuenta la especificidad de cada sector y la importancia de la relación imitación-beneficios. Los
trabajos sobre innovación desde la perspectiva sectorial incorporan una dificultad añadida,
precisamente por la especificidad de cada sector, dificultad subsanada, por trabajos que buscan
tipologías sin discriminaciones sectoriales, lo que concede un interés especial a este tipo de
trabajos. Esta es la orientación que se le ha dado al que aquí se presenta.
imagen1
Fuente: Elaboración propia a partir de estudios

NOTAS

[1] La distancia tecnológica que nos separa de la cuota europea es enorme. Concretamente el
ratio de esfuerzo tecnológico español tan solo supone un 46% del que tienen, en media, los países
de la UE, y un 33% del que registra EE.UU, España muestra un desnivel en términos de I+D, muy
superior al que corresponde a su posición económica. Así, adviértase que la renta per cápita de
España se encuentra bastante más próxima a la media de la UE: en torno al 85 por ciento, medida
en paridad de poder de compra.
[2] Schmookler descubrió que, en 1953, las patentes y los gastos en I+D estaban muy
relacionados en dieciocho importantes grupos industriales, con el 85 por 100 de la variación
interindustrial de patentes pendiente explicada por la variación en los gastos en I+D. Utilizando una
muestra de las mayores 500 empresas industriales norteamericanas en 1955, el análisis de
regresión de Scherer (1965) indicó una relación casi lineal entre el número de personas dedicadas
a la I+D en 1955 y el número de patentes concedidas a una empresa en 1959 (el intervalo de
cuatro años refleja el tiempo medio de registrar y procesar solicitudes).
En otro estudio, Comanor y Scherer (1969) compararon tres medidas de la actividad innovadora en
cincuenta y siete empresas farmacéuticas: el volumen de ventas de los nuevos productos en los
dos años posteriores a su introducción, el número de personal dedicado a la I+D y el número de
patentes obtenidas. Manteniendo fijo el tamaño de la empresa, la correlación entre las patentes y
las otras medidas relativas a los factores y a la producción de invenciones fue positiva y
significativa desde el punto de vista estadístico. McLean y Round (1978), siguiendo el esquema de
estudio de Comanor y Scherer, investigaron la correlación entre las tres medidas de factores que
intervienen en el proceso de investigación y desarrollo —la relación gastos en I+D-ventas,
empleados en I+D-mano de obra total y empleados profesionales-mano de obra total— y la
producción medida por los nuevos productos, o los nuevos productos ponderados —donde la
ponderación reflejaba sus ventas relativas— Su muestra contenía 980 empresas industriales
australianas durante el período 1971-1972. Para toda la muestra, los coeficientes de correlación
fueron positivos y altamente significativos. La correlación mayor entre los factores y la producción
se obtuvo cuando los primeros se midieron por la relación empleados en I+D-mano de obra total.
Mansfied (1968) descubrió, para un tamaño de empresas dado, una relación estrecha a largo plazo
entre los gastos en I+D y el número total de invenciones importantes resultantes. El estudio de
Comanor (1965) sobre la industria farmacéutica alcanzó, con su muestra, una conclusión similar.
Pavitt y Ward (1971) encontraron, con datos de trece industrias norteamericanas, una elevada
correlación entre la intensidad de la I+D (la relación fondos para la I+D-ventas) y las tasas de
innovación técnica, medidas por la tasa anual esperada de introducción de nuevos productos como
porcentaje de las ventas. Descubrieron asimismo, con datos de diez países de la OCDE, una alta
correlación entre los gastos en investigación y desarrollo industrial a nivel nacional y la innovación
tecnológica, después de corregir las diferencias en población.
[3] De hecho, G. Dosi no la introduce en la obra de 1984 que venimos citando (Technical Change
and Industrial Transformation) pero la incorpora en el artículo citado, ibid., p. 17.
[4] Vid. Pavitt (1984a) y (1984b)
[5] R.R. Nelson y S.G. Winter, “ Neoclassical vs Evolutionary theories of economic growth: critique
and prospectus”, The Economic Journal, diciembre, 1974, pp. 886-905; R.R. Nelson y S.G. Winter,
An evolutionary theory of economic change, Cambridge (Massachusetts), Harvard University Press,
1982.
[6] G. Dosi, Technical Change and Industial Transformation, Londres, MacMillan. Press, 1984
[7] La idea fundamental que subyace en esta teoría es que la invención es una respuesta a las
oportunidades de obtención de beneficios. Así, se piensa que las industrias en crecimiento
generarán más actividades inventivas que las que están en declive o estancadas. Una industria en
crecimiento necesita más bienes de equipo, lo que brinda a los proveedores con máquinas nuevas
o perfeccionadas la oportunidad de obtener beneficios. Este hecho crea, a su vez, un incentivo
para realizar invenciones de este tipo. En una industria estancada, la demanda de nuevo equipo se
limita a sustituir el equipo obsoleto o deteriorado y, por lo tanto, hay menos incentivos para
desarrollar nuevas máquinas.
En la demand-pull se supone que el comienzo de una innovación procede del personal de
comercialización o de producción de una empresa, y que la respuesta proviene del personal
investigador. Dicho de otra manera, los miembros de las empresas que tratan directamente con los
clientes o que están relacionados con la fabricación de sus productos plantean un problema, y el
personal investigador proporciona la solución.
[8] En ésta teoría se considera al personal investigador de una empresa como el indicador de las
innovaciones. El personal investigador comunica a la organización matriz los progresos
relacionados con el conocimiento científico básico para una posible comercialización. De aquí se
derivan dos importantes consecuencias: 1) Una empresas con un gran centro de investigación
dispondrá de una ventaja respecto a otra con instalaciones más reducidas, ya que su personal
podrá examinar un campo más amplio de la base científica para posibles aplicaciones comerciales.
2) La velocidad de las actividades innovadoras dependerá de los progresos realizados en la base
científica, lo que indica que en las áreas que la base científica subyacente es estacionaria, la
innovación tiende a ir más despacio que en aquellas áreas en las que ésta está creciendo. Este
panorama del proceso de innovación supone que una empresa que es capaz de financiar a un
gran número de investigadores se halla, de nuevo, en dicha posición más favorable que otra que
no lo puede hacer.

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