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Iniciación a la dieta ovolactovegetariana | CONSUMER EROSKI Página 1 de 3

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Iniciación a la dieta
ovolactovegetariana
Una guía para todas aquellas personas que tienen la intención
de empezar una alimentación vegetariana y equilibrada a la
vez
23 de junio de 2008

Tal vez usted sea una de tantas personas que tiene la


intención de hacerse vegetariana pero no sabe bien por
dónde empezar. Son muchos los alimentos que asocia a una
alimentación vegetariana -como el tofu, tempeh o hesitan-
pero no los ha probado nunca y, si lo ha hecho, no le agradan
demasiado. O tal vez ha probado recetas que le resultan muy
laboriosas de elaborar o no encuentra todos los alimentos
que muchos libros de cocina o amistades le sugieren que ha
de incluir en la dieta vegetariana.

Esta breve descripción refleja la situación de muchas


personas acostumbradas a llevar una alimentación
- Imagen: Scott Liddell -
"tradicional" pero que, por distintos motivos, quieren dejar
de comer carne y, quizá, también pescado, siempre y cuando
su alimentación siga siendo equilibrada. Para iniciarse en una dieta de este tipo puede ser útil seguir
algunas recomendaciones.

Decálogo para iniciarse en el vegetarianismo


Todo cambio supone un esfuerzo y cambiar la forma de alimentarse que se ha seguido durante
muchos años también lo va a requerir.

El plan de iniciación al vegetarianismo que aquí se contempla es un tipo de alimentación que,


además de toda clase de vegetales -crudos o cocinados-, incluye, huevos y leche y derivados -de
vaca o equivalentes-, como puede ser la bebida de soja.

 1. Dieta equilibrada vegetariana

Dieta equilibrada significa obtener a través de la alimentación la cantidad suficiente de


nutrientes que precisa el organismo cada día para su óptimo funcionamiento. Con una dieta
vegetariana es posible obtener las proteínas, los hidratos de carbono, las grasas, y todas las
vitaminas y minerales, si se eligen y se combinan acertadamente los alimentos.

 2. Recetas sencillas

Hay muchas recetas vegetarianas sencillas de hacer, que requieren poco tiempo y dedicación,
y por las que se puede comenzar para disfrutar de nuevos platos pero sin agobiarse en la
cocina. Los flanes de verduras, además de sencillos de elaborar, son una manera diferente y
original de comer huevo. Las hamburguesas vegetales son muy fáciles de cocinar, y para que

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sean nutritivas conviene que lleven entre los vegetales algún tipo de legumbre, frutos secos,
huevo, cereales como el arroz o algo de harina. Al mismo tiempo, estos alimentos sirven para
conseguir una masa más sólida.

Más sencillo es preparar brochetas vegetales o asar las verduras a la brasa a modo de
menestra. Todas estas sugerencias pueden ser un paso progresivo hacia este tipo de
alimentación.

 3. El valor de los alimentos de temporada

Las frutas y las hortalizas de temporada son los alimentos más convenientes para el
consumidor. Consiguen su desarrollo óptimo y son, no sólo más nutritivos sino más sabrosos si
crecen en la época que marca su calendario natural. Por otro lado, resultan más económicos,
y su calidad organoléptica -sabor, aroma y textura -, según aseguran los especialistas en
gastronomía, es también mejor. Al mismo tiempo, consumiendo productos de temporada
contribuimos a respetar el ciclo natural de producción, lo que conlleva una positiva
repercusión en el medio ambiente.

 4. Mejor, los alimentos integrales

Un alimento integral, como producto menos procesado, conserva mayor cantidad de vitaminas,
sales minerales y fibra, mientras que su valor energético es similar respecto a su equivalente
normal. Sustituir la pasta, el arroz, las galletas y la harina por sus versiones integrales es una
elección sana y más nutritiva. Como en todo, los cambios se han de hacer poco a poco, para
acostumbrarse a los nuevos sabores y texturas.

 5. Bebidas vegetales

El mercado ofrece variedad de bebidas elaboradas


a partir de alimentos vegetales. Pueden ser de Al combinar
soja, arroz, avena e, incluso, de frutos secos, como
almendras y avellanas. El sabor es muy diferente al
legumbres, cereales
de la leche de vaca, aunque muchas de ellas y frutos secos se
añaden distintos aromas para hacerlas más gustosas
como la vainilla o el cacao. Las bebidas vegetales obtienen todos los
contienen calcio menos disponible para el
organismo que el que tiene la leche de vaca -salvo aminoácidos
que estén enriquecidas en este mineral-, aunque
este inconveniente se puede compensar si la dieta
esenciales
incluye otros alimentos ricos en calcio.

 6. Combinar con acierto los vegetales

Es una buena manera de conseguir proteínas tan completas como las presentes en huevos,
carnes, pescados y lácteos, que contienen todos los aminoácidos esenciales que el organismo
requiere para formar sus propias proteínas. Las legumbres -salvo la soja- y los frutos secos son
deficitarios en el aminoácido esencial metionina, así como los cereales lo son en lisina. Al
combinar en un mismo plato o a lo largo del día legumbres con cereales -por ejemplo, lentejas
y arroz- o frutos secos con cereales -por ejemplo, ensalada de pasta y nueces-, se obtienen
todos los aminoácidos esenciales.

 7. Huevos, de 4 a 5 a la semana

Las conclusiones de diversas investigaciones científicas desarrolladas en la última década no


dejan lugar a dudas: el huevo es un alimento muy completo y saludable, de buena relación
calidad-precio y de excelentes cualidades nutricionales. Se aconsejan entre 4 y 5 unidades a la
semana. En ellos se encuentran las proteínas de mayor valor biológico, más completas incluso

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que las de la carne, el pescado o los lácteos. Además, tiene la ventaja de ofrecer muchas
posibilidades culinarias: en tortilla, revuelto, escalfado, frito, a la plancha, cocido o como
ingrediente de preparaciones como flanes, natillas, crepes o salsas, entre otros.

 8. Aprovechar el valor de los frutos secos

Su elevada y saludable concentración de nutrientes -grasas saludables, ácidos grasos


esenciales, proteínas, fibra, minerales como magnesio, fósforo, potasio, cinc, selenio, calcio y
hierro (aunque de peor absorción) y vitaminas (B1, B3, folatos y vitamina E)-, convierte a los
frutos secos en un complemento esencial en la dieta. Se pueden tomar al natural, mejor que
fritos o salados, y sirven también como ingrediente de numerosas preparaciones como
ensaladas, cremas, salsas, hamburguesas, mezclados con cereales o frutas en desayunos o
meriendas.

 9. Aderezos y otros condimentos nutritivos

Para hacer más sabrosos y nutritivos muchos platos, se pueden emplear distintos aderezos y
condimentos fáciles de encontrar en las tiendas de alimentación especializada, y alguno
incluso en los supermercados. La levadura de cerveza y el germen de trigo son complementos
nutritivos que combinan bien con zumos y ensaladas.

Las semillas de sésamo resultan un acierto si se añaden a ensaladas, verduras y platos de arroz
y pasta. También hay panes, galletas y cereales que las incluyen así como el tahini, una pasta
de sésamo de consistencia cremosa que puede ser perfecta sustituta de la mantequilla. Las
algas son un mundo aparte, y conviene asesorarse bien para cocinarlas y emplearlas con
acierto y sin excesos.

Los alimentos germinados -los más conocidos para muchas personas son los brotes de soja-,
sirven para enriquecer en sabores, texturas y nutrientes los platos a los que se añaden, desde
una ensalada hasta un salteado de verduras con germinados o un revuelto de germinados.

Como sustitutos naturales del azúcar están la melaza y el amasake. Ambos tienen una
consistencia más o menos cremosa y se emplean para endulzar y dar sabor a multitud de
postres, batidos, galletas y hasta para dar un toque distinto a las sopas y a los aliños.

 10. Descubrir la soja y sus derivados

Son incontables los estudios que destacan las virtudes nutritivas de esta completa legumbre y
de los productos que se pueden elaborar a partir de ella. La soja se puede emplear en la
cocina como una legumbre más. También se pueden ir probando los distintos derivados de la
soja como son la harina, aceite de soja, lecitina, salsa de soja (tamari), bebida de soja, tofu o
cuajado de soja, tempeh (una especie de torta que resulta de la fermentación de los granos de
soja) y brotes de soja germinados. Dado que son muchos los productos derivados de la soja y
sus sabores, aromas y texturas son muy distintos a los que se puede estar acostumbrado, el
mejor consejo es ir probándolos poco a poco.

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