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EL GRAN ESTALLIDO DEL SIGLO XX

Durante el siglo XX el mundo asistió a los más formidables avances científicos y tecnológicos
de todos los tiempos. Lo que para generaciones de hombres y mujeres parecían sueños
inalcanzables se tornó realidad. Los adelantos médicos y la industria, el desarrollo de la
informática y las comunicaciones, la exploración del espacio, en fin, todo estaba encaminado
hacia un mayor bienestar de la humanidad.

Pero, paradójicamente, muchos de estos avances serían utilizados en contra de individuos y


pueblos, particularmente durante la primera mitad del siglo XX. Guerras, odiosas
discriminaciones y desigualdades sociales transformaron a menudo a nuestro planeta
multicolor en un oasis blanco y negro, donde los derechos humanos fueron atropellados como
nunca en la historia.

Las catástrofes a que el mundo se vio expuesto a lo largo del siglo cambiaron por completo
nuestra conciencia histórica. Fue un verdadero estallido, a partir del cual la humanidad ha
debido replantearse muchas cosas. Se hace necesario, entonces, conocer los obstáculos que se
interpusieron a la consecución de los sueños que se forjaban al iniciarse “el siglo XX corto”,
en 1914.

Para comenzar
• ¿Qué imagen del siglo XX tienes? ¿Por qué?
• ¿Qué grandes catástrofes mundiales se registraron en el siglo XX?
• ¿Qué diferencias crees que posee el siglo XX en relación a los siglos anteriores?
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1. Un mundo trastornado

Nuestra conciencia histórica está completamente determinada por el siglo XX que acaba de
terminar. “El siglo más sangriento de la historia humana”, como lo definió el escritor Albert
Camus, o “el siglo más terrible de la historia occidental”, según el filósofo Isaiah Berlin. Fue
un siglo en el curso del cual dio muerte o se dejó morir a un número más elevado de personas
que en ningún otro período de la historia”. Cálculos recientes indican que unas 187 millones
de personas habrían perdido la vida durante las múltiples catástrofes de este “siglo XX corto”.

Los mayores desastres ocurrieron durante la primera parte del siglo XX, concretamente entre
1914 y 1945. Una inédita conflagración bélica –la Primera Guerra Mundial o Gran Guerra-
azotó a Europa y parte de sus colonias entre 1914 y 1919 y presagió los profundos cambios
que vendrían. Después se produjo la mayor crisis económica que el mundo haya conocido –la
depresión de 1929- con su secuela de problemas sociales. Finalmente, sobrevino la peor de las
catástrofes, -la Segunda Guerra Mundial- que trastornó a la humanidad entre 1939 y 1945 y
proyectó su sombra a todo el siglo.

A continuación queremos explicar cómo se llegó a tal estado de cosas e invitarte a reflexionar
sobre esta compleja etapa del devenir histórico de nuestro planeta.

1.1. El embrujo de las ideologías

El mundo moderno, y particularmente la civilización occidental, se caracterizaba a comienzos


del siglo XX por la presencia de una serie de elementos que habían remodelado por completo
la política. Básicamente, fueron cuatro los factores cuya interacción había impreso un nuevo
sello a los sistemas políticos contemporáneos:

- la existencia de una clase intelectual como grupo social autónomo, que elaboraba y
procesaba el conocimiento de una sociedad
- la maduración de una opinión pública que debatía ideas y representaba los intereses
presentes en la sociedad civil
- la proliferación de partidos políticos organizados que luchaban por un determinado proyecto
histórico
- la consolidación de ideologías que inspiraban, condicionaban y proyectaban la acción
política de los partidos

De estos factores, vamos a centrar nuestra atención en las ideologías, pues ellas fueron
determinantes en los procesos históricos que vivió el mundo durante todo el siglo. Existen
numerosas definiciones del concepto ‘ideología’. Se ha señalado, por ejemplo, que una
ideología alude a todas las ideas presentes en una sociedad, o que se trata de un conjunto de
conceptos políticos, sociales y morales desarrollados y protegidos por las clases dirigentes en
su propio beneficio. La noción más aceptada es la que contempla a las ideologías como un
amplio sistema de conceptos y creencias, que representan una determinada manera de
concebir a la sociedad.

Si bien la ideología es una construcción racional, tiene la capacidad de conmover


emocionalmente a sus seguidores. Por eso, a menudo adquiere la dimensión de una fe. La
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ideología es también un fenómeno social, colectivo, pues permite articular a un grupo de


personas en torno a un proyecto. Los partidos políticos, por ejemplo, abrazan alguna ideología
y dan así un sentido a sus prédicas. Asimismo, las ideologías plantean soluciones prácticas a
los distintos problemas que ofrece la realidad en todos los ámbitos. Finalmente, una ideología
se forja con el objetivo de acceder al poder y aspira llevar a la sociedad a un estado final
perfecto. Tiene, por lo tanto, un importante fin político y una utopía que alcanzar.

Las principales ideologías en boga a comienzos del siglo XX, surgieron y se desarrollaron a lo
largo de la centuria anterior. Entre ellas se cuentan el liberalismo, el socialismo, el
conservadurismo y el anarquismo, que se disputaban palmo a palmo el apoyo de las masas.
Adscribirse a una ideología significaba creer en algo, tener una idea de sociedad para el futuro,
por lo que resultaban muy atrayentes. Su enorme éxito también se explica en el contexto de un
mundo en el cual se había debilitado el poder de la religión. Los seguidores de las distintas
ideologías profesaban una devoción cuasi religiosa y a menudo llegaron a considerar
incompatibles sus ideas con las de otros sistemas.

En agenda
Conformen grupos e investiguen los fundamentos de las siguientes ideologías del mundo
contemporáneo:
liberalismo
socialismo
conservadurismo
anarquismo
nacionalismo

Cada grupo debe presentar un bosquejo con los resultados de su investigación. Pueden buscar
información en enciclopedias (recomendamos la Enciclopedia Encarta) o en Internet.
Organicen un debate con las siguientes preguntas de fondo: ¿En qué medida las ideologías
examinadas están presentes en el mundo actual? ¿Cómo se expresan sus principios originales?

Sugerimos la siguiente modalidad para el debate:


1) Cada grupo escoge a uno o dos expositores.
2) Sorteo del orden de las exposiciones.
3) Cada grupo tiene 10 minutos para explicar al público las influencias de la ideología que
investigaron. Luego de cada presentación hay 5 minutos para responder preguntas del público.
4) Reglas básicas para el debate: escuchar con atención a los demás, respetar las ideas de los
otros, no descalificar preguntas y reconocer honestamente si hay dudas o errores.

En el siglo XX, el influjo de las ideologías llegaría a su máxima expresión, al punto que se
polarizó gran parte del mundo. Tras la Primera Guerra Mundial, el liberalismo constituía la
ideología predominante en los países vencedores, como Inglaterra, Francia o los Estados
Unidos, y las democracias occidentales se alzaban como el gran modelo a imitar. Sin embargo,
las condiciones de paz impuestas a los perdedores como Alemania y un proceso revolucionario
acaecido en la Rusia zarista engendraron nuevas ideologías que propiciarían grandes
transformaciones en el corto plazo.

1.2. Nuevas ideologías irrumpen en escena


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• La Revolución Rusa.
Cuando todavía no concluía la Primera Guerra Mundial, en Rusia estalló una revolución
democrático-burguesa que derrocó el régimen monárquico del Zar. El descontento se debió a
una desmedrada situación económica que se agravó con la guerra y a las prácticas autoritarias
y represivas que empleaba el gobierno. En febrero de 1917, la monarquía zarista se derrumbó,
el zar fue obligado a abdicar y el poder pasó a manos de la Duma (o Parlamento), que formó
un gobierno provisional encabezado por Alejandro Kerenski. En estos sucesos fue vital la
participación de soldados, obreros y campesinos que formaron agrupaciones de base conocidas
como soviets. Kerenski no fue capaz de contener el creciente poderío de los soviets el cual
sería aprovechado por el Partido Obrero Social Demócrata (POSD), inspirado en las ideas
socialistas.

En octubre de 1917, el proceso se radicalizó cuando los Bolcheviques –una fracción del POSD
liderada por el carismático Lenin-, se hicieron del poder y establecieron un sistema socialista
con capital en Moscú. Un año después, los bolcheviques adoptaron el nombre de partido
Comunista e implementaron un vasto programa de transformaciones sociales que implicó:

- la anulación de las deudas de los campesinos


- la abolición de la gran propiedad de la tierra y Reforma Agraria
- la supresión de los títulos de nobleza
- la nacionalización de los bancos y de empresas estratégicas
- la separación de la Iglesia y el Estado
- la proclamación de igualdad de derechos para la mujer

Desde 1918, los sectores antibolcheviques promovieron una guerra civil que obstaculizó un
par de años la consolidación del proceso revolucionario. Las circunstancias motivaron la
implementación del llamado comunismo de guerra, caracterizado por una completa
centralización de la economía, fuertes restricciones a las libertades individuales, la eliminación
de los partidos políticos que disputasen el poder a los bolcheviques y la creación del Ejército
Rojo. En 1920, se produjo la victoria final de las fuerzas revolucionarias; dos años después se
conformó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que agrupaba territorios y
etnias dominadas antiguamente por el Imperio Ruso.

La ideología comunista tenía como aspiración central una sociedad sin clases, donde los
recursos y medios de producción pertenecieran a la comunidad y no a los individuos. En este
esquema, el Estado asumía un rol primordial en la planificación económica y mantenía el
control de las grandes industrias, el comercio exterior, los bancos, el transporte y las tierras
que habían sido expropiadas a los latifundistas. Paralelamente, Lenin permitió a los pequeños
y medianos productores comercializar libremente sus mercaderías y autorizó el
establecimiento de pequeños establecimientos industriales privados.

Una enfermedad impidió a Lenin seguir al frente de los destinos de la URSS, de manera que
poco a poco el poder fue recayendo en otros personeros. La muerte del líder en 1924, dejó el
camino abierto a Iósiv Stalin (1879-1953), quien, como veremos, modificaría el rumbo que
hasta entonces había tenido la revolución.
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Trabajemos ahora
Comunicado del gobierno revolucionario
“A los ciudadanos de Rusia. El gobierno provisional ha sido depuesto. El poder del Estado
pasa a manos del soviet de diputados, obreros y soldados de Petrogrado y su órgano, el Comité
Militar Revolucionario, que se puso a la cabeza de la guarnición y del proletariado de la
ciudad. Se ha alcanzado el objetivo central por el cual el pueblo ha luchado: propuesta
inmediata de una paz democrática, abolición de la propiedad terrateniente, control obrero de la
producción, creación de un gobierno de los soviets. ¡Viva la revolución de los obreros, los
soldados y los campesinos!”

1) ¿Por qué se habla de “revolución” en el caso de los acontecimientos ocurridos en Rusia?


2) ¿Cómo se expresan los ideales revolucionarios en el comunicado?
3) ¿Qué papel desempeñó el pueblo ruso durante la revolución?
4) ¿Qué otras revoluciones se han producido en la historia de la humanidad y por qué lo son?

• Italia y la propagación del fascismo.


Italia figuró entre los países vencedores de la Primera Guerra Mundial, pero no obstante, sus
reivindicaciones territoriales sobre Dalmacia y Fiume no fueron satisfechas. Entre 1919 y
1922, el país se vio enfrentado a serios problemas económicos y sociales, problemas que se
agravaron por la creencia de que Italia había ganado la guerra pero había perdido la paz. En ese
contexto se comenzó a hacer fuerte la ideología fascista, sustentada en un nacionalismo
extremo y opuesta visceralmente al liberalismo y al comunismo.

El término actual de ‘fascismo’ fue utilizado por primera vez en 1919 por el italiano Benito
Mussolini. La palabra se inspiró en un antiguo símbolo de poder del Imperio Romano,
denominado ‘fasces’. Estaba formado por una serie de palos atados a un eje, que
representaban la unidad cívica y la autoridad de los oficiales romanos. Mussolini creó el
Partido Nacional Fascista, que en las elecciones de 1921 obtuvo algunos parlamentarios. Al
año siguiente, los fascistas italianos decidieron hacerse del poder por la fuerza y
emprendieron la denominada ‘Marcha sobre Roma’ que culminó cuando el rey Víctor
Manuel III nombró a Mussolini primer ministro.

Entre 1922 y 1926, Mussolini, con el beneplácito de terratenientes, banqueros e industriales


temerosos de una revolución social al estilo bolchevique, instauró un régimen dictatorial en
Italia. Secundado por los militantes de su movimiento -los camisas negras-, se autoproclamó
Duce (jefe, guía), clausuró el Parlamento, suprimió a los partidos políticos (a excepción del
partido fascista) y reprimió duramente a los simpatizantes socialistas y comunistas. Los
sindicatos y las huelgas también fueron prohibidos. Gracias a una mayor intervención del
Estado en la economía y al apoyo de los grandes capitales locales, el régimen de Mussolini
se fue consolidando y las ideas fascistas se difundieron por Europa.

Principios básicos del fascismo

- nacionalismo extremo
- antiliberalismo y oposición a los valores de la Ilustración como el individualismo y la
democracia
- anticomunismo, sobre todo por su carácter internacionalista
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- racismo y antisemitismo (sobre todo en el caso alemán)


- uso de la violencia para afianzar el poder político
- militarización de la sociedad y mantención de fuerzas paramilitares
- culto místico a la tradición y al Estado
- lealtad incondicional a su líder
- control de los medios de comunicación y gran despliegue propagandístico
- dominación masculina que considera a la mujer como un pilar pasivo del hogar y como
madre de futuros combatientes
- apoyo en todos los sectores de la sociedad, especialmente entre la clase media y el gran
capital, temerosos de una revolución comunista

El modelo italiano no tardó en encontrar imitadores. La Gran Depresión de 1929 y la lentitud


de los gobiernos democráticos a la hora de abordar problemas como la cesantía, alimentaron la
aparición y el fortalecimiento de movimientos fascistas en todo el mundo. Su principal
bandera de lucha fue el desarrollo industrial interno y la promesa de acabar con los
desequilibrios de la economía, valiéndose de gobiernos fuertes y patriotas.

[Colocar mapa que represente los gobiernos fascistas europeos en las décadas del 20 y del
30 (Italia, Hungría, Rumania, Polonia, Austria, Alemania, España y Portugal).

Así, poco a poco, la ideología liberal dominante se fue derrumbando ante el avance
incontenible de las ideas comunistas por un lado, y de las fascistas por el otro. El contexto
económico a partir de 1929 precipitó aún más la caída.

En terreno
Durante las últimas décadas del siglo XX se produjo el renacimiento del fascismo en algunos
países europeos. Este neofascismo se ha expresado de distintas maneras en los diferentes
países, pero se ha caracterizado por una actitud racista hacia los inmigrantes del Tercer Mundo
y una desilusión generalizada respecto a los partidos políticos tradicionales.

Investiga
1) ¿En qué países ha habido corrientes neofascistas en los últimos años?
2) ¿En qué se asemejan o diferencian del fascismo clásico?
3) ¿Existen movimientos neofascistas en Chile? ¿Qué objetivos se proponen?

1.3. El contexto económico: prosperidad y crisis en las décadas de 1920 y 1930

• “Los locos años ‘20”.


La Primera Guerra Mundial legó a la mayoría de los países europeos una secuela de deudas,
que los obligó a pedir préstamos y créditos para poder reconstruir sus economías. De 1914 a
1920, el endeudamiento total de los beligerantes (con exclusión de Rusia) pasó de 26.000
millones a 225.000 millones de dólares.

En la otra cara de la moneda estaban los países prestamistas, que no sólo proporcionaron ayuda
financiera a las alicaídas potencias de Europa, sino también armamento, alimentos, materias
primas y maquinaria. Países como Suiza (que se había mantenido al margen de la Primera
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Guerra Mundial), Japón y, sobre todo, Estados Unidos se enriquecieron durante estos años
como nunca en su historia.

El caso de este último país es particularmente ilustrativo. Al término de la guerra, EE.UU


poseía la mitad del oro del mundo y entre 1913 y 1929 su renta nacional pasó de 33.000 a
72.000 millones de dólares. Al alzarse como el gran banquero del mundo, contó con los
recursos necesarios para protagonizar una espectacular expansión económica sustentada en el
desarrollo industrial. De 1923 a 1929, su producción industrial creció en un 64%. El símbolo
de la prosperidad fue la proliferación de automóviles: en 1929, por ejemplo, se fabricaron en
Estados Unidos más de cinco millones de vehículos.

Para incrementar las ventas, los industriales y banqueros estadounidenses extendieron el


sistema de ventas a crédito. Se calcula en 7.000 millones de dólares el valor de los créditos
concedidos en el año 1929. Más aún, el 60 % de las ventas de automóviles y el 40 % de las
transacciones inmobiliarias se efectuaban a plazos. De esa forma, se constituyeron inmensos
imperios industriales, como las dos m·s poderosas compaÒÌas automotrices, la Ford y la
General Motors, que pasaron a controlar dos terceras partes de la industria del automÛvil.

En los años 20, los inversionistas de Estados Unidos colocaron sus capitales en gran número
de empresas europeas. Poco a poco en el Viejo Mundo renació la vida y las economías
comenzaron a presentar evidentes signos de recuperación. La paz y prosperidad perdidas
durante la Primera Guerra Mundial parecían nuevamente restablecidas. Se generalizó la
tendencia a disfrutar de la vida, se masificó el consumo a crédito, la moda y los espectáculos
florecieron. El jazz, el charleston y el tango comenzaron a animar las reuniones sociales y la
radio se alzó como principal medio de comunicación. El cine tuvo una primera edad de oro
con Hollywood como centro irradiador. Este período, marcado por el deseo de pasar al olvido
los horrores de la guerra, pasó a denominarse entonces como “los locos años veinte”.

Recuadro
El optimismo de los años 20

Palabras del presidente de la Bolsa de Nueva York en septiembre de 1928:


"Muchas personas a˙n no han comprendido que, al parecer, esto es el fin de los ciclos
econÛmicos tal como los hemos conocido. Estoy convencido de la esencial y fundamental
solidez de la economÌa americana...".

Mensaje al Congreso del presidente de EE.UU., Calvin Coolidge, 4 de diciembre de 1928:


“Nunca el Congreso de los Estados Unidos, al analizar el estado de la Unión, se ha encontrado
con una perspectiva más placentera que la que existe en este momento. ... La gran riqueza que
han creado nuestras empresas y nuestras industrias, y que ha ahorrado nuestra economía, ha
sido distribuida ampliamente entre nuestra población y ha salido del país en una corriente
constante para servir a la actividad benéfica y económica en todo el mundo. Las exigencias no
se cifran ya en satisfacer la necesidad sino en conseguir el lujo. El aumento de la producción
ha permitido atender una demanda creciente en el interior y un comercio más activo en el
exterior. El país puede contemplar el presente con satisfacción y mirar hacia el futuro con
optimismo”. (Fuente: Erik Hobsbawn, Historia del siglo XX, p.92.)
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• La Gran Depresión.
El optimismo desaforado de los años ‘20 impidió ver con claridad la fragilidad de las bases de
la recuperación económica. Por una parte, la desmesurada especulación bursátil había
desencadenado un crecimiento ficticio de la economía y muchas acciones se transaban por
sobre su valor real. Por otra, la prosperidad se había sustentado en un fuerte endeudamiento a
raíz del abuso del crédito para acceder a bienes de consumo. Llegó un momento en que el
notable incremento de la capacidad productiva superó las posibilidades de consumo de la
población.

Los primeros síntomas del desplome se hicieron sentir hacia mediados del año 1929. El
descenso de las actividades industriales, producto del exceso en la oferta, motivó la caída del
precio de las acciones en la Bolsa de Nueva York. La inesperada baja impulsó a muchos
accionistas a vender afiebradamente sus acciones para recuperar el dinero invertido. Así
llegamos al fatídico 24 de octubre de 1929, el “jueves negro”, día en que Wall Street sucumbió
a la presión de una masa de desesperados inversionistas que querían deshacerse de sus
acciones. Se había producido el “crack”, es decir, se vino abajo el índice general de la Bolsa de
Nueva York.

En vista que la mayoría de los accionistas no lograron recobrar su dinero, perdieron la


capacidad para pagar los créditos contraídos o ya no pudieron consumir como en años
anteriores. Al mismo tiempo, los bancos estadounidenses empezaron a exigir el pago de los
préstamos que habían concedido a otros países y a los particulares. Al no haber solvencia, se
produjo una reacción en cadena que precipitó la quiebra de bancos, industrias y comerciantes.
En 1932 la mayor parte de los bancos de Estados Unidos habían tenido que cerrar. Cual
epidemia, este fenómeno se propagó hacia aquellas regiones más dependientes del sistema
financiero estadounidense: principalmente Europa y América Latina. Sólo la Unión Soviética,
con una economía cerrada al comercio internacional, logró salir airosa de esta coyuntura.

El “crack” de 1929 barrió con el optimismo de los años 20 y dio paso a la Gran Depresión de
los 30. Como nadie podía comprar, se produjo una baja general de los precios. Los productos
empezaron a acumularse en las fábricas, bajaron los salarios y se disparó la cesantía. Si en
1929 se contaban diez millones de desempleados, para 1932 la cifra llegaba a ¡cuarenta
millones! Sólo en los Estados Unidos, el 25% de la población activa quedó sin trabajo. La
producción industrial del mundo se redujo en un 38 % entre 1929 y 1932, y el volumen del
comercio internacional descendió en un tercio.

• Las respuestas a la crisis.


Entre las consecuencias más significativas de la crisis, estuvo el fin del liberalismo económico
vigente hasta entonces. En su lugar, se fue configurando un sistema caracterizado por el
proteccionismo y la constitución de zonas comerciales y monetarias cerradas. Cada gobierno
trató de defender su propia producción industrial, gravando con impuestos los productos
importados. En este escenario, el Estado pasó a ocupar un rol central en la economía, sumando
nuevas responsabilidades.

En Estados Unidos, por ejemplo, el demócrata Franklin Roosevelt se impuso en las elecciones
de 1932 y llevó adelante su política del New Deal (Nuevo Pacto). Su propuesta se fundaba
básicamente en el mayor protagonismo del Estado para salir de la crisis. Entre el 9 de marzo y
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el 16 de junio, el Congreso estadounidense aprobó varios proyectos de ley que contemplaban


un conjunto de medidas intervencionistas. Entre otras cosas, se decidió subsidiar a los
agricultores y comprarles sus excedentes para que los precios no continuaran bajando. La
cesantía fue reducida mediante la puesta en marcha de importantes programas de obras
públicas y la acción social. En 1935 se dictó la Ley de Seguridad Social que creaba un sistema
de pensiones para la vejez y seguros de desempleo.

En Europa, resultaron particularmente influyentes las ideas del economista inglés John
Maynard Keynes (1883-1946). Keynes pensaba que la economía no tendía de manera
automática hacia el pleno empleo y que no se podía esperar que las fuerzas del mercado fueran
suficientes para salir de la recesión, como sostenía la teoría económica liberal. En vista de
aquello, el Estado debía desempeñar un papel más importante en la gestión económica,
asegurando empleo y cuidando de esa forma que el poder adquisitivo de la población no
disminuyera.

Mientras países como EE.UU. e Inglaterra comenzaban lentamente a recuperarse, en otras


partes se le había dado la espalda al liberalismo. Las dificultades económicas y el desempleo
favorecieron la aparición de alternativas autoritarias apoyadas en un Estado fuertemente
interventor, debilitando la credibilidad en la democracia.

1.4. Los totalitarismos entran en escena

La dramática realidad que se vivía al iniciarse la década del ‘30, fue el caldo de cultivo
propicio para las ideologías que planteaban un modelo alternativo a la democracia liberal. A
fines de la década, muy pocos Estados tenían gobiernos democráticos como los que existían en
Francia, Gran Bretaña o los Estados Unidos, y se abrieron paso regímenes conocidos como
totalitarismos.

• Del fascismo al totalitarismo nazi.


Entre los países donde a lo largo de los años 20 se había hecho fuerte el fascismo sobresalía
Alemania. El nacionalismo alemán se nutrió del resentimiento por las múltiples sanciones que
se le habían impuesto al país después de la Primera Guerra Mundial. El más importante de los
movimientos fascistas era el Partido Nacional Socialista Obrero o Partido Nazi, encabezado
desde 1921 por Adolf Hitler. Aunque tenía muchos puntos en común con el fascismo italiano,
el nacionalsocialismo alemán se distinguió por imprimir a sus doctrinas un fuerte componente
racista. Hitler proclamó la superioridad de la raza aria, instando a los pueblos germanos
dispersos en otros territorios a unirse en torno al Pangermanismo.

La crisis económica mundial desde 1929, la enorme cesantía y el desprestigio de los viejos
partidos, permitieron el incremento de la votación popular de los nazis. En 1932 ya constituía
el segundo partido más importante de Alemania. En 1933, Hitler accedió al poder en
Alemania, explotando hábilmente el sentimiento nacionalista con encendidos discursos que
prometían devolver al país el sitial que había perdido. De inmediato impulsó una estricta la
militarización de la sociedad y fomentó el resurgimiento de la industria bélica, para lo cual
contó con el respaldo de colosos como las empresas Krupp (fábricas de armamento y de acero)
o la I.G. Farben (industria química). De esa forma logró dar trabajo a muchas personas que se
adhirieron al régimen nazi. Paralelamente hizo aprobar una ley que transfería al partido nazi el
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control de la burocracia y del sistema judicial y proscribió a todos los partidos políticos
excepto el Nacionalsocialista.

El partido de los nazis pasó a identificarse desde entonces con la nación y sus miembros se
convirtieron en la elite del pueblo. Las agrupaciones sociales que no fueron destruidas
quedaron sometidas a la voluntad del gobierno y fueron puestas al servicio del partido.
Quienes se negaban, sufrían duros castigos. Esta supeditación total de la sociedad al partido y
al Estado se conoce con el nombre de totalitarismo.

El totalitarismo nazi se fundaba en el monopolio de los medios de comunicación y en una


eficiente maquinaria propagandística. Los medios escritos, la radio, la televisión, el teatro y el
cine eran controlados y dirigidos desde el poder. Intelectuales y artistas eran compelidos a
integrarse al partido para poder ejercer su profesión. La censura aseguraba que no circularan
informaciones contrarias al régimen. Para disuadir, o simplemente eliminar, a la disidencia se
crearon policías secretas -la Gestapo- y fuerzas de choque -las tristemente célebres SS- que
operaron con sofisticados métodos para detectar a los opositores. El destino de la mayoría de
estos últimos eran los campos de concentración, donde debían desempeñarse en trabajos
forzados y encontraban a menudo la muerte. Finalmente, el régimen totalitario ostentaba
también el monopolio de las armas, lo que le permitía infundir el terror sin enfrentar
contrapeso alguno.

• De la revolución bolchevique al totalitarismo estalinista.


El largo gobierno de Stalin (entre 1924 y 1953), en su afán por robustecer el socialismo en su
país, derivó en un modelo que adoptó rasgos totalitarios. En 1936, Stalin inició una serie de
persecuciones -o ‘purgas’- al interior del Partido Comunista, que culminaron con la
eliminación de muchos dirigentes que habían participado en la Revolución Bolchevique. Las
ejecuciones fueron justificadas sobre la base de la defensa del socialismo, que con Stalin
evolucionó hacia una dictadura unipersonal.

Al igual que en el caso de la Alemania nazi, el partido se alzó como el referente obligado en
todos los asuntos internos. La burocracia comunista, el desproporcionado culto a la
personalidad del líder y la ejecución de los enemigos políticos se convirtieron en las bases
esenciales del estalinismo. Se erigió una verdadera religión de Estado, en la cual no tenían
cabida los disidentes. Muchos fueron deportados a la lejana y gélida Siberia, padeciendo un
largo exilio interno en los denominados gulags.

El férreo dominio interno, fue aprovechado por Stalin para implementar la colectivización del
sector agrícola. Cuando los propietarios se oponían a esta medida, los servicios de seguridad
recurrían a la fuerza. El propósito del gobierno era optimizar el rendimiento de la agricultura
para poder dedicar los mayores esfuerzos a la industrialización del país. Los resultados de esta
política avalaron el sistema económico, pues en pocos años la URSS se convirtió en potencia
industrial.

Trabajemos ahora

Totalitarismo
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Los elementos constitutivos del totalitarismo son la ideología, el partido único, el dictador, el
terror. La ideología totalitaria proporciona una explicación indiscutible del curso histórico, una
crítica radical de la situación existente y una guía para su transformación igualmente radical, y,
al orientar la acción hacia un objetivo sustancial (la supremacía de la raza elegida o la sociedad
comunista), más que hacia instituciones o formas jurídicas, justifica un movimiento continuo
hacia el fin y la destrucción o instrumentalización de cualquier institución y del mismo
ordenamiento jurídico.
El partido único, animado por la ideología, se opone y se sobrepone a la organización del
estado, trastornando la autoridad y el comportamiento regular y previsible, y politiza los más
diversos grupos y las más diversas actividades sociales, minando sus lealtades y los criterios
de comportamiento para subordinarlos a los principios y a los imperativos ideológicos.
El dictador totalitario ejerce un poder absoluto sobre la organización del régimen, haciendo
fluctuar a su gusto las jerarquías, y sobre la ideología, de cuya interpretación y aplicación el
dictador es el depositario exclusivo, y con su voluntad arbitraria, sus tácticas acomodaticias
para conservar el poder personal y el impacto de los rasgos característicos de su personalidad,
garantiza e intensifica al máximo la imprevisibilidad y el movimiento incesante de la acción
totalitaria.
El terror totalitario que se ve liberado conjuntamente por el movimiento de transformación
radical impuesto por la ideología y por la lógica de la personalización del poder, inhibe toda
oposición y aun las críticas más débiles, y genera coercitivamente la adhesión y el apoyo
activo de las masas al régimen y al jefe personal.

Fuente: Norberto Bobbio, Nicola Matteucci y Gianfranco Pasquino, Diccionario de Política

1) De acuerdo con la definición precedente, ¿se puede aplicar el término “totalitarismo” a los
regímenes nazi y estalinista? Fundamenta la respuesta.
2) ¿Qué diferencias presentan ambos casos? Considera en tu respuesta las diferencias entre las
ideologías que generaron estos dos sistemas.

Llegamos así al final del período conocido como de entreguerras. Múltiples problemas
incubados por años estaban comenzando a salir a la superficie. La militarización de los
regímenes fascistas, en especial de la Alemania nazi; la debilidad de las economías de otras
potencias, fuertemente golpeadas por la crisis del 29; el impacto que estaban causando los
acontecimientos de la URSS en los movimientos obreros de todo el orbe; la intransigencia
ideológica; en fin un clima de intranquilidad se apoderó de gran parte del mundo.

2. Los rostros del estallido

Hacia finales de la década de 1930 una nueva catástrofe sumió al planeta en llamas. Las
ambiciones y el fanatismo de algunos envolvieron a prácticamente todo el mundo en un gran
conflicto bélico: la Segunda Guerra Mundial. 61 países con una población de 1.700 millones
de personas, equivalentes a tres cuartas partes de la población mundial, tomaron parte en esta
contienda que se extendió entre 1939 y 1945. Fue la conflagración más mortífera de todos
los tiempos.

Asimismo, se verificaron desde entonces los mayores atropellos a los derechos humanos de
individuos y pueblos. Asociado a la guerra se practicó el genocidio, se exacerbó la
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discriminación racial y de las ideas, y se recurrió masivamente a la tortura. La sumatoria de


las catástrofes del período 1914-1945, condujo a un verdadero estallido de la humanidad.
Revisaremos a continuación sus más crudas expresiones.

2.1. Las guerras

“1914 inaugura la era de las matanzas”, afirma con razón el historiador inglés Erik Hobsbawn.
En efecto, el sesgo catastrófico del siglo XX está íntimamente vinculado a las traumáticas
guerras que se produjeron en todo el mundo, especialmente las dos guerras mundiales (1914-
1918 y 1939-1945). Su estela de destrucción, hambre y de poblaciones desarraigadas es más
grave aún, si consideramos que fue la población civil la que debió pagar los más altos costos.

Cuadro de síntesis
La Segunda Guerra Mundial

Antecedentes
- el gran arraigo de la ideología fascista en Europa
- la aspiración nazi de reunir a toda la población de origen germano bajo las banderas del
nazismo y devolver a Alemania el poderío que había perdido tras la Primera Guerra Mundial
- la agresiva política exterior de las potencias del Eje: la Alemania nazi se anexó Austria y
gran parte de Checoslovaquia; Italia se encontraba incursionando en África; y Japón
intensificaba sus acciones bélicas contra China
- los intereses económicos ligados a la industria de armamento
- la incapacidad de otras potencias para conjurar la amenaza: Estados Unidos todavía se
recuperaba de la crisis de 1929; la Unión Soviética firmaba en agosto de 1939 un pacto de no
agresión con Alemania para poder solucionar sus problemas internos; Francia e Inglaterra no
tuvieron la fuerza para enfrentar a Alemania en Europa y contrarrestar su poderío militar

[Hay un mapa de la expansión alemana antes de la guerra en Historia y Geografía 8


(1998), p.67. Ahí también hay muchas fotos que pueden ilustrar la unidad.]

Participantes
Eje: Alemania
Italia (hasta 1944)
Japón
Rumania y Hungría (desde 1940)
Bulgaria (desde 1941)

Aliados Inglaterra
Francia
Estados Unidos
Unión Soviética

Hitos principales

1939 Estallido de la Segunda Guerra Mundial con la invasión de Polonia por parte de la
Alemania nazi.
13

1940 Alemania ocupa Dinamarca, Noruega, Bélgica, Holanda y Francia. Italia entra en la
guerra. Bombardeos alemanes sobre Inglaterra.
1941 Alemania ocupa Grecia e invade la Unión Soviética. Ataque aéreo japonés a la base
estadounidense de Pearl Harbor. EE.UU. y la URSS entran en la guerra.
1942 Combates en el norte de África entre fuerzas de Italia e Inglaterra. Japón ocupa la
colonia británica de Singapur.
1943 Batalla de Stalingrado. Vuelco de la guerra y ofensiva soviética.
1944 Desembarco de los aliados en Normandía (Francia) y ofensiva sobre Europa.
1945 Rendición de Alemania. Conferencias de Yalta y Potsdam. EE.UU. lanza dos bombas
atómicas sobre Japón. Juicio de Nuremberg a los criminales nazis.

Películas (escojan alguna para verla en clase)

〈 El puente sobre el río Kwai (Gran Bretaña, 1957, director David Lean)
〈 Furyo (Japón, 1983, director Nagisha Oshima)
〈 El submarino U-96, (Alemania, 1981, director Wolfgang Petersen)
〈 La lista de Schindler (EE.UU., 1993, director Steven Spielberg)
〈 La vida es bella (Italia, 1997, director Roberto Benigni)
〈 Rescatando al soldado Ryan (EE.UU., 1998, director Steven Spielberg)
〈 Té con Mussolini (Italia, 1998, director Franco Zefirelli)
〈 Pearl Harbor, (EE.UU., 2001, director Michael Bay)

A diferencia de todas las conflagraciones armadas anteriores, en el siglo XX las guerras se


libraron cada vez más contra la economía y la infraestructura de los estados. Ello justificó el
uso de todo tipo de recursos bélicos. Los bombardeos aéreos o el empleo de armas químicas
fueron la causa del alto número de víctimas civiles, que superan largamente las bajas militares.
La guerra moderna ya no persiguió el objetivo de aniquilar las fuerzas armadas del enemigo; al
contrario, se trató de librar una guerra total. Incluso principios básicos respetados antes de
1914, como la declaración formal de la guerra, fueron reiteradamente violados. La cantidad de
muertos es verdaderamente impresionante: 10 millones en la primera guerra mundial y 54
millones durante la segunda.

Recuadro:
Víctimas civiles de la Segunda Guerra Mundial
provocadas por los nazis

Unión Soviética 7.500.000


Polonia 5.000.000
Yugoslavia 1.500.000
Francia 300.000
Hungría 250.000
Países Bajos 150.000
Checoslovaquia 110.000
Grecia 100.000
Italia 70.000
Reino Unido 60.000
14

Alemania 2.000.000
TOTAL 17.040.000

Nota: Estas cifras incluyen a los judíos de cada país y a las


víctimas de la represión en la propia Alemania (que comprende
también Austria, los Sudetes y el Protectorado de Bohemia-
Moravia) y que se componen de judíos, de opositores al nazismo
(especialmente comunistas y socialistas) y de conspiradores
antinazis, tanto civiles como militares, entre 1933 y 1945.

Particularmente horroroso fue el uso de la bomba atómica, en circunstancias que Alemania ya


se había rendido. Estados Unidos utilizó esta arma para forzar a Japón a la capitulación. El
presidente estadounidense Harry S. Truman autorizó el uso de estos artefactos porque, según
explicó, creía que podrían salvar miles de vidas al poner término a la guerra. La primera
bomba fue lanzada sobre la ciudad de Hiroshima el 6 de agosto de 1945, y la segunda afectó a
Nagasaki tres días después. Nuevamente civiles inocentes pagaron el costo de esta agresión.
Según los cálculos de Estados Unidos se registraron alrededor de 130.000 víctimas fatales; los
japoneses, en cambio, estiman que las bajas ascendieron a un total de 240.000 personas.

Trabajemos ahora
Lee los documentos que presentamos a continuación.

Documento 1
Relato del Capitán Parsons.

“Eran las 9 horas y 15 minutos cuando lanzamos la bomba y volvimos el avión de costado para
verlo mejor. Luego interpusimos la mayor distancia entre la bola de fuego y nosotros.
Nos debíamos de encontrar a 15 kilómetros de distancia, pero aún notábamos el impacto
visual, a pesar de que todos llevábamos gafas de color para protegernos. Cuando cayó la
bomba, nos dispusimos a aguantar el choque y Tibbets dijo: "Fuego antiaéreo cerca"; así fue,
en efecto ... como si el fuego antiaéreo estallase cerca de nosotros.
Los tripulantes exclamaron: "¡Dios Mío!", sin creer lo que había sucedido. Les parecía
imposible.
Se elevaba una montaña de humo en forma de seta, con el tallo hacia abajo. En lo alto había
humo blanco, pero hasta unos 300 metros de altura sobre el suelo se alzaban remolinos de
polvo hirviente. Poco después surgieron pequeños incendios en los extremos de la población,
pero la ciudad estaba totalmente oculta a nuestra vista. La contemplamos aún durante dos o
tres minutos y entretanto el humo había alcanzado una altura de 12.000 metros. Mientras
virábamos, la parte superior de la nube blanca se disgregó y pronto se formó otra".

Documento 2
Presidente Truman, declaración a la prensa.

"Por favor, permanezcan sentados, caballeros. Tengo que anunciarles algo. Acabamos de
lanzar una bomba sobre el Japón, que es más potente que 20.000 toneladas de TNT. Ha sido
un éxito extraordinario.
15

Lo que resulta más maravilloso no son las dimensiones de la empresa, ni su secreto, ni su


costo, sino la hazaña realizada por los cerebros de los científicos al coordinar conocimientos
complicadísimos distribuidos entre muchos hombres que practican disciplinas distintas, y con
ellos trazar un plan factible ... Dudo de que en el mundo hubiese podido crearse otra
combinación semejante. Podemos considerar lo que se ha hecho como el mayor logro
conseguido por la ciencia organizada en la historia. Se hizo con una gran urgencia y sin la
menor falla.
Nos hallamos dispuestos ahora a destruir con mayor rapidez y de manera aún más completa
todos los centros de producción que los japoneses posean sobre el terreno de cualquiera de sus
ciudades. Destruiremos sus muelles, sus fábricas y sus comunicaciones. Que nadie se llame a
engaño: destruiremos completamente el poderío bélico japonés".

Fuente: Olga Poblete, Historia Contemporánea, los últimos cincuenta años 1914-1964.

1) ¿Qué impresión te deja el relato del Capitán Parsons? Confróntalo con la declaración del
presidente Truman.
2) ¿Cuál es el sentido de la ciencia según las palabras de Truman? ¿Estas de acuerdo con su
opinión? Discutan sus puntos de vista en el curso.

2.2. El genocidio

Tal vez la expresión más aberrante de las catástrofes del siglo XX fue el genocidio. La
conciencia de la humanidad quedaría marcada a fuego entre 1915 y 1923, cuando se produjo el
primero de estos flagelos. Alrededor de 1 millón y medio de armenios fueron expulsados de
sus hogares y masacrados por el gobierno del Imperio Turco Otomano que se desintegraba.
øPor quÈ? Simplemente por pertenecer a un pueblo, considerado por las autoridades turcas
como una plaga que habÌa que exterminar.

Pero sin duda, el caso más trágico de genocidio contemporáneo fue obra de la Alemania nazi
durante la Segunda Guerra Mundial: unos seis millones de judíos fueron asesinados en los
campos de concentración y exterminio, sólo por tener un origen étnico diferente. Idéntica
masacre sufrieron los gitanos.

La decisión de liquidar a los judíos de Europa se tomó durante la guerra, hacia fines de 1941,
pero el holocausto ya se había puesto en marcha algunos años antes. Desde la misma invasión
alemana a Polonia, se obligó a los judíos a concentrarse en guetos. A partir de septiembre de
1941 debieron identificarse externamente con una estrella amarilla. En octubre se les prohibió
abandonar los contornos de Alemania y comenzó su deportación masiva a los campos de
concentración. A finales de noviembre se les retiró la nacionalidad.

Luego comenzaron las primeras experiencias con un gas mortífero, el Zyklon B, empleado
primero con los prisioneros soviéticos en campos de concentración como Treblinka y
Maidanek. El comandante nazi de otro de estos reductos de la muerte, Auschwitz-Birkenau,
señaló en el juicio de Nuremberg que se siguió a los criminales nazis después de la guerra,
“que dejábamos caer el gas en la cámara mortuoria a través de una pequeña abertura. Así, y
dependiendo de las condiciones atmosféricas, bastaban entre tres y quince minutos para que
el gas hiciera efecto”. Y continúa el macabro relato: “Sabíamos que estaban muertos cuando
16

dejaban de gritar. Esperábamos una media hora antes de abrir las puertas y sacar los
cuerpos. Tras ello, nuestros comandos especiales les quitaban las sortijas y los anillos, lo
mismo que los dientes de oro”.

Recuadro
El diario de Ana Frank

“Ana Frank, la autora adolescente de un Diario que dio la vuelta al mundo cuando su padre
Otto, tras escapar del campo de concentración y de la muerte, decidió publicarlos en 1947,
había desaparecido en uno de aquellos campos de horror, Bergen-Belsen, entre finales de
febrero y principios de marzo de 1945. ...

Ana era judía, vivía en Amsterdam, a donde se habían trasladado sus padres desde Alemania, y
tenía sólo trece años cuando, huyendo de las tropas de Hitler que habían invadido el país, se
refugió (junio de 1942) junto con su familia y otras personas en una buhardilla contigua al
lugar donde trabajaba su padre, comerciante. Allí descubrió y anotó muchas cosas, cosas que
antes quizá no había siquiera sospechado a propósito de si misma y de quienes la rodeaban, y
quiso convertirse en escritora -publicar su Diario- el día en que llegara la paz. Había oído al
ministro de Educación Holandés en el exilio, por la radio, decir que ello serviría a otros
muchos, para no repetir tanta desgracia, para no ceder a la barbarie. Algo después de que se
cumplieran dos años del encierro, sin embargo, a principios de agosto de 1944, todos los
ocupantes de la casa de atrás, Ana incluida, fueron detenidos por las SS hitlerianas [servicio
secreto nazi] y por la Policía Verde holandesa, conjuntamente, quizá después de que algún
vecino hubiera denunciado a los refugiados.

Tras pasar por varias estaciones para detenidos políticos en la misma Holanda, los Frank y sus
amigos fueron deportados hacia el Este, en los últimos trenes que salieron a principios de
septiembre en dirección a Auschwitz, en Polonia. De allí en adelante sufrirían destinos
distintos. Ana, deportada a finales de octubre a Bergen-Belsen, al norte de Alemania,
sucumbió en la epidemia de tifus declarada en el campo poco después de que muriera su
hermana Margot, y a lo sumo, sólo mes y medio antes de que las tropas inglesas entraran en el
campo liberando a los supervivientes. Los restos de las dos yacen, seguramente, en la fosa
común. Su padre, que por el contrario no había sido trasladado a Auschwitz, iba a ser, de todos
los personajes que Ana Frank recrea en su Diario, el único en vivir para dar testimonio”.

Fuente: Elena Hernández, El ejército del crimen, en


www.geocities.com/pentagon/3559/htmls/crimen.htm

Al terminar la guerra, y cuando el horror del exterminio y los campos de concentraciÛn se


hicieron p˙blicos, el lÌder de Gran BretaÒa, Winston Churchill, sostuvo que el mundo habÌa
enfrentado a una clase de crimen que carecÌa de nombre. No existÌa siquiera una palabra que
describiera la naturaleza del crimen que la Alemania nazi habÌa cometido. NaciÛ asÌ el
tÈrmino ‘genocidio’, para designar este crimen de proporciÛn diferente a la que podÌa tener
cualquier otro. Implica la intenciÛn de eliminar por completo al grupo elegido,
constituyÈndose en el peor de los crÌmenes de lesa humanidad.

2.3. Las discriminaciones


17

El genocidio se vincula directamente con otra de las lacras más persistentes del mundo
moderno: la discriminación racial y de las ideas. El siglo XX vio las formas más obstinadas de
racismo y también las luchas más ardientes en su contra. Sobre todo tras la conformación de
los imperios coloniales por parte de las mayores potencias de Europa en el siglo XIX,
Occidente se arrogó la misión cultural de “civilizar” a los pueblos dominados, considerados
como ‘salvajes’ e ‘inferiores’. Los progresos científicos que tuvieron lugar en Europa
reforzaron el sentimiento de superioridad de los occidentales. De ahí al racismo, sólo había un
paso.

La esclavitud, sustentada en la concepción de la existencia de razas superiores, se practicó a


destajo en los imperios coloniales. Después de la Primera Guerra Mundial, en 1926, la
Sociedad de las Naciones aprobó la supresión y prohibición del comercio de esclavos y acordó
la abolición de cualquier forma de esclavitud. Pasarían todavía muchos años para que ese
anhelo se hiciera realidad.

Los regímenes fascistas descollaron por su racismo, sustentado en la teoría del darwinismo
social. La exaltación de este sentimiento los llevó a menospreciar a las minorías étnicas y a los
extranjeros. En la ideología nazi, las mujeres latinoamericanas fueron calificadas en gran
medida como “degeneradas mentales”. Los trabajos forzados a que fueron sometidos cientos
de miles de prisioneros en los campos de concentración alemanes, retomaron prácticas propias
de los peores tiempos de la esclavitud.

Recuadro
El darwinismo social

Los estudios de Charles Darwin y su teoría de la evolución por selección natural, formulada en
1859, sirvieron de base para elaborar el darwinismo social. Sus seguidores sostienen que las
personas y los grupos sociales, al igual que los animales y las plantas, compiten por la
supervivencia. En esta lucha, sólo triunfan los pueblos o las sociedades más aptas, que serían
aquellas capaces de dominar la naturaleza e imponerse a otros grupos. El progreso humano
dependería exclusivamente de la competitividad. Esta teoría sería utilizada desde fines del
siglo XIX como base filosófica para el imperialismo y se empleó para justificar el racismo en
la primera mitad del siglo XX.

Ejercicio interdisciplinario: Infórmate sobre la vida y obra de Charles Darwin y redacta un


informe sobre su teoría del origen de las especies.

La ciencia ha rechazado el concepto de raza dejando en evidencia su carácter subjetivo, basado


en prejuicios. Las investigaciones de biólogos y genetistas han demostrado que la noción de
raza carece de sentido, pues el género humano es uno e indivisible. Ya nadie puede rebatir que
la estructura del ADN es idéntica en todos los seres humanos.

Otra forma de discriminación que estalló en el siglo XX con una intensidad inusual fue la que
afectó a las ideas y las creencias religiosas de hombres y mujeres. En la Unión Soviética fue
bajo el gobierno de Stalin, cuando se cometieron los mayores abusos contra los opositores al
régimen establecido. El hecho de pensar distinto, de disentir, era interpretado como un peligro
18

y acarreaba duros castigos como la deportación o la cárcel. Los seguidores de la Iglesia


Ortodoxa, en tanto, no tuvieron la posibilidad de vivir su fe en plenitud, por contravenir los
principios defendidos por los comunistas.

En los países dominados por los fascistas, los opositores sufrieron todo el rigor de la represión,
incluso antes de estallar la Segunda Guerra Mundial. La menor manifestación de
independencia, la menor diferencia, no tenía derecho a expresarse. Entre 1933 y 1939, el
régimen encabezado por Hitler se limitó a segregar sistemáticamente a sus oponentes, fueran
estos reales o imaginados. Comunistas, socialistas y demócratas en general fueron sometidos a
penas de prisión en virtud del sistema de detención preventiva. Los primeros campos de
concentración -Dachau, Buchenwald, Sachsenhausen- fueron poblándose con ese género de
ciudadanos, marginados únicamente por profesar otra ideología.

En terreno
¿Discriminación en Chile?
Chile no es un país que está libre de las discriminaciones. De hecho, los pueblos originarios
vienen denunciando hace ya mucho tiempo distintas formas de racismo que los afectan,
especialmente en las ciudades. A menudo escuchamos expresiones como “anda con el indio” o
“ya le dio el indio”, además de los múltiples estereotipos que siguen existiendo en torno a los
indígenas.

1) ¿Has observado situaciones de discriminación hacia la población indígena en tu entorno?


¿Cuáles?
2) ¿Qué estereotipos conoces sobre los indígenas? ¿En qué se basan?
3) Reflexiona acerca de la siguiente afirmación: La persona que discrimina, normalmente, es
abordada y sobrepasada por un conjunto de creencias y sensaciones que oscilan entre el
desprecio, el temor, la desconfianza, y un cúmulo de imágenes difusas que perpetúan un
estereotipo, que en el caso del universo indígena es abiertamente negativo.
19

3. Una nueva conciencia histórica

Al reflexionar en torno a lo que hemos denominado el estallido del siglo XX, llegamos a una
gran conclusión: no podemos ya escribir una historia indiferente a los derechos humanos de
todos los pueblos. Las guerras mundiales, el racismo, el genocidio de la Alemania nazi contra
judíos, gitanos y adversarios políticos, los atropellos masivos de los derechos humanos de los
campesinos en la Unión Soviética, despertaron necesariamente una nueva forma de
comprender, y todavía más, de transformar la historia universal.

El enorme estallido del siglo XX nos conduce a relatar la historia desde la perspectiva de los
derechos humanos de los individuos y de los pueblos. Las víctimas de los Estados y de los
poderosos llegaron a ser tantas, tan humilladas y tan extendidas por la superficie de la tierra,
que sus voces y sus derechos se confundieron con la propia voz y la conciencia colectiva de
toda la humanidad.

El derecho internacional construido en Europa y los Estados Unidos desde mediados del siglo
XVIII y hasta mediados del siglo XIX, sólo vio a los pueblos como objetos de dominio.
Muchos eran sólo pueblos ‘salvajes’, ‘bárbaros’, o ‘semibárbaros’ y, por lo mismo, no eran
sujetos de derechos humanos. Los cronistas e historiadores, siguiendo a dichos juristas, se
encargaron de mostrar entonces a esos pueblos sin dignidad humana, sin dignidad histórica,
como se puede apreciar en muchas descripciones de los pueblos africanos sometidos al
dominio imperialista durante el siglo XIX. De ahí al atropello real de sus derechos no mediaba
más que un paso.

En el siglo XX es exactamente esto lo que fue visto ya como insostenible. Cada vez más,
desde fines de la Primera Guerra Mundial, se ha venido desarrollando en todo el mundo el
derecho de los pueblos y los individuos a decidir su propio destino. Esta ha sido una lucha
denodada, tenaz y permanente, a la cual muchos entregaron su vida. De un modo
profundamente histórico, pues, en medio de continuas violaciones y heridas, y justamente por
ellas mismas, ha tenido lugar la transformación profunda de la conciencia humana en el siglo
XX.

En este camino se levanta un importante hito, clavado en el año de 1948. Por primera vez una
organización representativa de países de las más diversas tradiciones culturales presentó lo que
sería un gran consenso planetario: la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

3.1. La Declaración Universal de los Derechos Humanos

El origen inmediato de la Declaración Universal de los Derechos Humanos está en la


traumática experiencia de la Segunda Guerra Mundial y, particularmente, en los crímenes
cometidos por los regímenes fascistas en el transcurso de la misma. A pocos meses del término
de esta horrorosa conflagración, se llevó a cabo la Conferencia de San Francisco con el fin de
crear un organismo mundial para preservar la paz. Delegados procedentes de 50 naciones se
reunieron en esa ciudad estadounidense el 25 de abril de 1945 para la oficialmente
denominada Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional. Durante
dos meses se elaboró una carta de 111 artículos que fue aprobada el 25 de junio y entró en
vigor el 24 de octubre de 1945, tras ser ratificada por la mayoría de los signatarios.
20

El documento elaborado en San Francisco sentó las bases para el funcionamiento de la


Organización de las Naciones Unidas (ONU). Asimismo, desde sus inicios este organismo
se planteó el tema de la defensa de los derechos humanos. Si bien la denominada carta de San
Francisco, no tuvo el propósito de establecer un sistema internacional de protección de los
derechos humanos, incorporó algunas normas generales que con el tiempo se constituirían en
la base legal y conceptual para el desarrollo posterior de los derechos humanos
contemporáneos.

Su preámbulo lo señalaba explícitamente: “Nosotros los pueblos de las Naciones Unidas


estamos resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra, a
reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la
persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y de naciones grandes y
pequeñas, a crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto de
las obligaciones emanadas de los tratados y otras fuentes del derecho internacional, a
promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de
libertad”.

Estos acuerdos fueron doblemente importantes. Primero, porque la ONU otorgó carácter
internacional a los derechos humanos, de modo que al adherirse a la Carta, los Estados
miembros reconocían que los derechos humanos eran materia de interés internacional y, por lo
tanto, no constituían asuntos exclusivos de su jurisdicción doméstica. En segundo lugar,
porque la promoción de los derechos humanos permitió iniciar el trabajo de definición y
codificación de tales derechos, tarea que, como veremos, tendría un primer fruto con la
Declaración Universal de los Derechos Humanos.

En 1946 se creó al interior de la ONU una comisión de derechos humanos, presidida por
Eleonora Roosevelt, viuda del ex-presidente de EE.UU. Franklin Délano Roosevelt, e
integrada, entre otros países, por Chile. Se le encomendó la misión de elaborar una Carta
Internacional de Derechos Humanos. Particularmente importante resultó la participación en
esta comisión de René Cassin, un jurista judío francés que contribuyó poderosamente a la
redacción final de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que fue aprobada el 10
de diciembre de 1948.

Tal como lo sugiere el abogado chileno Andrés Domínguez, la Declaración no es un catálogo


de derechos abstractos o ideales, sino una síntesis de la experiencia histórica de la humanidad.
Detrás de cada párrafo y de cada artículo, se esconden los múltiples esfuerzos de personas y
pueblos enteros que han luchado por el reconocimiento de sus derechos a lo largo del tiempo.
Por lo tanto, la Declaración no es el fruto de un grupo de filósofos, pensadores, juristas o
políticos geniales; ella nace del corazón del sufrimiento, apoyada en la legitimidad que otorga
la entrega de tantos a los ideales de toda la humanidad. El estallido del siglo XX así lo había
demostrado y continuaría haciéndolo.

En definitiva, la Declaración fue proclamada como un ideal común aceptado por todos los
pueblos y naciones. El compromiso de los países miembros de la ONU fue el de promover el
respeto a estos derechos y libertades mediante la enseñanza y la educación, como asimismo
tomar las medidas necesarias para su reconocimiento y aplicación universales.
21

A pesar de la violación reiterada de muchos derechos consagrados en la Declaración


Universal de los Derechos Humanos, ésta ha ejercido desde su proclamación una gran
influencia. Sus principios constituyen ideales que todos los pueblos y naciones deben alcanzar.
Son la utopía que nos debe ayudar a seguir adelante como humanidad; no admiten retrocesos.
Prácticamente todos los tratados y convenciones que se han aprobado a nivel internacional
después de 1948, están de alguna manera inspirados en la Declaración, al igual que los
numerosos movimientos y organizaciones que luchan por reforzar y profundizar sus
contenidos. En el cuadro puedes apreciar algunos ejemplos.

Pactos, convenciones y organizaciones inspiradas en los principios de la


Declaración Universal de los Derechos Humanos

〈 la Convención Europea de los Derechos Humanos de 1950, que acordó formar el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos con sede en La Haya
〈 la Comisión Internacional de Juristas, formada en 1952, destinada a promover la primacía
del derecho y la protección jurídica de los derechos humanos
〈 la Declaración de los Derechos del Niño de 1959
〈 la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer de 1959
〈 la fundación de Amnistía Internacional en 1961, cuyos objetivos centrales son la defensa
de los derechos humanos, la abolición de la pena de muerte y la denuncia de los casos de
tortura y detenciones arbitrarias
〈 la Convención Internacional contra la Discriminación Racial de 1965 y su condena del
Apartheid sudafricano
〈 los Pactos Internacionales de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y de Derechos
Civiles y Políticos, adoptados por la las Naciones Unidas en 1966
〈 la Convención Internacional contra la Tortura y los Tratos Inhumanos de 1984
〈 la Carta Africana de los Derechos Humanos de 1986, firmada por los 42 países miembros
de la Organización de la Unidad Africana
〈 las Conferencias Mundiales de la Mujer que se han realizado desde 1995, cuyo propósito
central ha sido la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
22

Paginas de desarrollo
Contenido de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

La Declaración Universal se compone de 30 artículos, cuyo objetivo es promover y potenciar


el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales. Los derechos que se busca
proteger son de tres tipos:

- los derechos de las personas frente al Estado (artículos 1-15 y 30)


- los derechos civiles y políticos (artículos 16-21 y 28-29)
- los derechos económicos, sociales y culturales (artículos 22-27)

Derechos de las personas frente al Estado

Este primer grupo de derechos proclamados en la Declaración tiene una base común que es el
principio del respeto a la vida. El derecho a la vida no se reduce sólo a la conservación de la
existencia biológica. Por eso la Declaración condena la inseguridad, la esclavitud, la tortura y
la detención arbitraria, pues en todos estos casos se atenta contra los fundamentos de la
dignidad del ser humano.
No obstante lo anterior, Amnistía Internacional señala en el informe ¡Actúa ya! Tortura, nunca
más, publicado en octubre de 2000, que “tres cuartas partes de los gobiernos del mundo han
recurrido a la tortura en los últimos tres años. En comisarías y prisiones, en ciudades y pueblos
aislados, los torturadores continúan destrozando la vida de innumerables víctimas”. La
persistencia de estas prácticas constituye un reto no sólo para las Naciones Unidas, que deben
crear organismos internacionales con el poder necesario para juzgar a los culpables, sino
también para cada uno de los países que deben hacer cumplir acuerdos como la Convención
Internacional contra la Tortura y los Tratos Inhumanos, aprobada en 1984.
En este sentido, la Declaración también pone particular énfasis en promover recursos jurídicos
que permitan la defensa a las víctimas de los abusos. El derecho al recurso de amparo, la
presunción de inocencia antes de probarse lo contrario, un proceso justo y tribunales
independientes e imparciales constituyen las exigencias de la Declaración al respecto. Por
último, se indica que en caso de persecución, todas las personas tienen el derecho a buscar
asilo.

Derechos civiles y políticos

Este grupo de derechos constituye la principal bandera de lucha de los países occidentales. Su
reivindicación fue cobrando fuerza a lo largo del siglo XIX, con el auge de la ideología liberal.
En oposición al Absolutismo y a los gobiernos de signo conservador, los liberales europeos
proclamaron las libertades de pensamiento, de conciencia y religión y de expresión. Estos
derechos comprenden también la participación en el gobierno del país, el derecho de reunión y
asociación, la libertad de opinión y la realización de elecciones libres y periódicas. En América
Latina, se vivió este mismo proceso a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
Cuando en una sociedad no se dan las condiciones para que la voluntad del pueblo sea la base
de la autoridad del poder público y no se respetan las libertades fundamentales de los demás,
estamos en presencia de la tiranía y la opresión. Frente a esto, el ser humano puede verse
23

compelido al supremo recurso de la rebelión, tal como se expresa en el tercer Considerando de


la Declaración.
24

Derechos económicos, sociales y culturales

El bloque socialista hizo especial hincapié en la inclusión de este grupo de derechos en la


Declaración. Básicamente, éstos hacen referencia al mejoramiento de las condiciones de vida
y de trabajo de las personas.
La realización efectiva de estos derechos comienza por garantizar el trabajo a todos, lo cual
implica también el derecho a fundar sindicatos, un salario justo y el disfrute del tiempo libre
con vacaciones periódicas y pagadas. Al momento de acordarse la Declaración en muchos
países los trabajadores carecían de seguridad social e incluso hasta el día de hoy en gran parte
del mundo no existen mecanismos para ayudar a quienes quedan cesantes. En función de esto,
se impone al Estado la obligación de hacerse responsable por estas situaciones.
En seguida, la Declaración asume aspectos como la vivienda digna, la igualdad de
oportunidades y el acceso a la salud, la educación y la cultura sin exclusiones. “La educación –
señala el artículo 26- debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y
fundamental” y agrega que “el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en
función de los méritos respectivos”. En fin, se trata de avanzar hacia mayores niveles de
igualdad, para que los seres humanos de todo el mundo puedan disfrutar dignamente de su
condición.

[Tal vez se podría agregar un anexo al libro con el texto completo de la Declaración
Universal. Yo tengo una adaptación del texto oficial en versos, que puede resultar útil
para el aprendizaje. Si les interesa, lo envío.]

Taller:
1) Mediante una lluvia de ideas, expresen en el curso qué es lo que entienden por “Derechos
Humanos”. Escojan a un secretario o secretaria que tome nota de las opiniones. A
continuación, comparen sus apreciaciones con los textos de estas páginas.
2) Dividan al curso en tres grupos; uno se ocupará de los derechos de las personas frente al
Estado, otro de los derechos civiles y políticos y el último de los derechos económicos,
sociales y culturales.
3) Cada grupo debe discutir la información que aparece en los recuadros y complementarla con
los artículos respectivos del texto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
4) Reflexionen dentro de cada grupo sobre los derechos que les correspondió examinar y sobre
su cumplimiento en Chile. Pueden consultar también la red Enlaces para conocer lo que ha
realizado la Organización de Naciones Unidas en cada caso.
5) Elaboren un informe con sus conclusiones y propuestas para avanzar en la lucha por el
pleno respeto de los derechos humanos en Chile.

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