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(a propósito del juramento constitucional)

Jesús de Nazareth:
NO JURARÁS EN NOMBRE DE DIOS
Existen razones teológicas y políticas para no utilizar el nombre de Dios en los
juramentos constitucionales:
Si bien en el Viejo Testamento hay incitaciones a respetar el nombre de Dios en
los juramentos (Levit.19-12, Num.30-2, Deut.23-21), Jesús de Nazareth, en el
Sermón de la Montaña, contraindica el juramento por Dios de cualquier modo.
En Mateo 5:33-5:37 se señala:
“Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás
falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor. PERO YO LES
DIGO QUE NO JUREN DE NINGUN MODO: ni por el cielo, porque es el
trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por
Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu
cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus
cabellos. Cuando ustedes digan "sí", que sea sí, y cuando digan "no", que
sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno”.
Y en Santiago 5:12: “Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo,
ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro
no sea no, para que no caigáis en condenación”.
El cielo, la tierra, Jerusalén, son eufemismos para el nombre de Dios, tal como
se puede leer en Mateo 23-20 a 22: “Pues el que jura por el altar, jura por él, y
por todo lo que está sobre él; y el que jura por el templo, jura por él, y por Aquél
que lo habita; y el que jura por el cielo, jura por el trono de Dios, y por Aquél que
está sentado en él”.
Posiblemente Jesús crea esta ordenanza dada la cantidad de juramentos en
vano que ofenden el nombre de Dios.

Es quizá por esta razón teológica, y también por la evolución política de los
Estados republicanos, que la mayoría de los países cristianos occidentales han
eliminado la referencia a Dios en sus juramentos:

Cuando la República de SAN MARINO (centro de Italia) obligó a sus


parlamentarios a jurar el cargo sobre la Biblia, intervino el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos que condenó a San Marino. Dictaminó que "la presencia
de símbolos religiosos en los actos de toma de posesión de cargos o
funcionarios públicos representa una vulneración del derecho a la libertad
de conciencia y supone la ruptura de las reglas del Estado democrático y,
por lo tanto, del principio de laicidad".
El artículo 194 es el juramento constitucional, y lo deben hacer todos los
funcionarios públicos: "¿Juráis a Dios y prometéis a la Patria, observar y
defender la Constitución y las leyes de la República, y cumplir fielmente los
deberes de vuestro destino? -Sí, juro. -Si así lo hiciéreis, Dios os ayude, y si no,
El y la Patria os lo demanden".

Además, este juramento no permite a una minoría importante del país acceder a
cargos públicos. Nos referimos a las personas que, por su visión filosófica,
científica o religiosa del mundo (budista, animista), no creen en Dios oen sujeto
metafísico alguno, lo cual no es motivo de escándalo. Hablamos del 10% de la
población, donde podemos encontrar personas sumamente capaces y de gran
ética humanista.

Resulta que el ciudadano no creyente se enfrenta a un dilema ético, pues solo


tiene dos opciones: Jurar por algo en lo que no cree, siendo su juramento
inválido, degradante y un peso moral en su conciencia. O no jurar, en rigor a su
dignidad moral e intelectual, quedando excluido de asumir el cargo. Se
convierte así, este juramento, en el filtro más extremo del Estado
confesional: ¡solo los creyentes en Dios pueden trabajar dentro de la cosa
pública! Nada más antidemocrático y fundamentalista. Y en flagrante
contradicción con el art.33: "Toda persona es igual ante la ley y no podrá
practicarse discriminación alguna contraria a la dignidad humana".

M.O.

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Juramentos constitucionales de otros países occidentales:

EEUU: 'Juro solemnemente que desempeñaré legalmente el cargo de


Presidente de los Estados Unidos y que sostendré, protegeré y defenderé la
Constitución de los Estados Unidos, empleando en ello el máximo de mis
facultades'. A pesar de ser un país bastante cristiano, el art.6º de su Constitución
indica: “Nunca se exigirá una declaración religiosa como condición para ocupar
ningún empleo o mandato público de los Estados Unidos”. Lo de colocar la
mano sobre la Biblia u otro libro ha sido un costumbre opcional de algunos
funcionarios, pero jamás acto obligatorio.

ESPAÑA:

“Ninguna confesión tendrá carácter estatal”. Lo dice el artículo 16 de la


Constitución, que define a España como un Estado aconfesional, es decir, que
no se declara oficialmente seguidor de ningún credo religioso.
Primer Ministro: "Prometo, por medio de mi consciencia y honor, cumplir
fielmente las obligaciones del puesto de presidente, con lealtad al Rey, y hacer
respetar la constitución como la ley fundamental del estado, así como mantener
secretas las deliberaciones del consejo de ministros", dijo Rodríguez Zapatero.

La presencia de símbolos religiosos en esos actos oficiales responde a una


“tradición”, y que “la jura de un cargo siempre se hace ante Dios”. Según el
citado portavoz, para eliminar la presencia de crucifijos y biblias habría que
“modificar el decreto” que regula las fórmulas de juramento o promesa de
presidentes de Gobierno, ministros y altos cargos. Sin embargo, ese decreto,
que no ha sufrido alteración alguna desde 1979, no contiene ninguna
alusión a símbolos religiosos. Y, desde luego, según aclaran fuentes jurídicas,
es perfectamente compatible jurar un cargo en ausencia de imágenes o
símbolos de la confesión católica. “Se trata de una herencia del catolicismo
franquista que el Rey se ha empeñado en mantener y que el Gobierno aún no se
ha atrevido a enmendar. Bastaría con modificar ese real decreto de 1979 y
prohibir expresamente cualquier expresión religiosa en ese tipo de actos
oficiales”, opina otro diputado socialista.

Sin embargo, diputados y senadores acatan los preceptos constitucionales


a comienzo de cada legislatura con una fórmula muy similar, y en el
Parlamento no resultan visibles ni biblias ni crucifijos. A lo más que llegan
los políticos es a distinguir entre "jurar" o "prometer" la posesión del escaño. Los
ministros y parlamentarios del PP suelen jurar el cargo y los socialistas,
prometerlo. ¿Es conservador jurar y progresista prometer? Semánticamente, no.
Jurar es también "someterse fielmente a los preceptos constitucionales de un
país", en tanto "prometer" garantiza "la certeza de lo que se dice".

España-ejército: «¿Juráis por Dios o prometéis por vuestra conciencia y honor


cumplir fielmente vuestras obligaciones militares, guardar y hacer guardar la
Constitución como norma fundamental del Estado, obedecer y respetar al Rey y
a vuestros jefes, no abandonarlos nunca y, si preciso fuera, entregar vuestra
vida en defensa de España?».

ITALIA: El jefe de Gobierno y sus ministros juran en las manos del presidente de
la República y ni ése ni otros actos relevantes conceden protagonismo a los
símbolos religiosos. La polémica es la omnipresencia de crucifijos en tribunales y
escuelas, basada en normas aprobadas durante el ventenio fascista. En los
juicios se ha sustituido la formula del juro decir la verdad por el prometo. Pero
los crucifijos siguen colgando de las paredes, con el consentimiento de una
clase política repleta de católicos en prácticamente todos los partidos.

FRANCIA: No hay juramento ni ceremonia oficial de toma de posesión del


primer ministro ni de los miembros del Ejecutivo. La estricta aplicación del
principio del Estado laico impediría, en cualquier caso, la utilización de símbolos
religiosos. La toma de posesión del presidente de la República tampoco tiene
guión preestablecido.

MEXICO: Artículo 87. El presidente al tomar posesión de su cargo, prestará ante


el Congreso de la Unión o ante la Comisión Permanente en los recesos de
aquél, la siguiente protesta: "Protesto (prometo) guardar y hacer guardar la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella
emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente de la
República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y
prosperidad de la Unión, y si así no lo hiciere que la nación me lo demande".

ARGENTINA: Artículo 93. Al tomar posesión de su cargo el presidente y


vicepresidente prestarán juramento, en manos del presidente del Senado y ante
el Congreso reunido en Asamblea, respetando sus creencias religiosas, de:
"desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de presidente (o vicepresidente)
de la nación y observar y hacer observar fielmente la Constitución de la Nación
Argentina".

CHILE: En este mismo acto, el presidente electo prestará ante el presidente del
Senado, juramento o promesa de desempeñar fielmente el cargo de presidente
de la República, conservar la independencia de la nación, guardar y hacer
guardar la Constitución y las leyes, y de inmediato asumirá sus funciones.

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