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República de Colombia
Departamento de Nariño
Municipio de pasto
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Relajación Luher
RELAJACIÓN
CONTENIDO
La relajación corporal
central cerebr al, una corr iente más int ensa viaja a lo l ar go del hilo
conductor y acciona el electroimán, que realiza su trabajo normal: el
Relajación Luher
La pr imera consiste en
elim inar, en la mayor medida
posible, las excitaciones
sensor iales. Refúgiese en
una pieza en la que no sea
interrumpido. Obtenga que lo
dejen en paz en los pocos
minutos que dura el ejercicio.
Corra las cort inas para crear
una sem i-oscur idad. Si la
habitación ha sido bien
aireada pr eviamen te, no hay inconveniente en cerrar la ventana a f in de
apagar al máximo los ruidos de la calle. La temperatura ha de ser
agradable, por lo que es pr efer ible envolverse en una manta liviana y
tibia, porque dur ant e la relajación baja la temperatura del cuerp o y la
sensación de fr ío per judicar ía el éxit o del ejercicio. Nada debe
molestar lo. Si pract ica vest ido, por lo menos af lójese el cinturón y el
cuello y quítese el calzado.
Ahora hay que cr ear el ambient e propicio a la relajación. Todos
tenemos nuestros pr oblemas y preocupaciones; apártelas durante toda
la ejecución del ejercicio –para ello ubíquese aquí y ahora, en un
presente consciente total -. Dígase: « La ansiedad crea tensiones que
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entonces cuan pesado es. Muchos días transcurr irán, sin duda, antes de
exper imentar esta impresión de pesadez. No importa, ya lo logrará; lo
esencial es enfocar la atención en el braz o y abandonar lo a la
gravitación. Ud. puede también relajar primero la mano, dedo por dedo,
en seguida la palm a, la muñeca, el antebrazo, el brazo hast a el hombro.
Recorra así todo el brazo desde la punta de los dedos hast a el hombro.
Aunque no logre af lo jar lo a fondo, sepa que realiza, a pesar de todo, un
trabajo
importante: la
localización de
las zonas de
tensión y de
contractura, de
las que hay que
tomar conciencia
primer o para poder las elim inar después. No perderá, pues, su tiempo,
aún si el ejercicio tiene éxito sólo parcialmente; lo esencial es
persever ar. Los resultados llegarán y, en la mayor ía de los casos,
después de algunos días de paciencia, se manifest arán sensibles
progresos. Cada ensayo lo gr at if ica con una agradable sensación de
reposo y de solt ura. El ejercicio de la relajación del br azo puede
pract icarse en todas partes. Si le sucede tener que esper ar en algún
sit io, aproveche est a esper a para ejercitarse en la relajación. Así est os
tiempos vacíos, en lugar de enervar lo, contr ibuir án a rela jar lo.
3. PROFUNDIZACIÓN
Si sobrecar gamos nuestras células, si las fat igamos
excesivamente, las conducimos a su destrucción; como son
irremplazables, creamos lesiones irremediables y abreviamos nuestros
días. La relajación nos abre el acceso al mundo int er ior, porque es
imposible concentrarse si el cuerpo está hecho un nudo por las
contracturas. Nuestra meta es, pues, relajar completamente todos los
músculos.
Acostados de espaldas sobre el suelo, en la posición de
acostados o tumbados boca arr iba . Observemos pr imero nuestra
respiración, de la que somos test igos pasivos. Dir ijamos la atención
hacia el acto respir ator io, sin inf luenciarla. Es más dif ícil de lo que
parece a pr imera vista, porque el hecho mismo de tomar conciencia de
los movim ientos respirat or ios nos incita a modif icar los sin querer
(involuntar iamente).
Respir emos con solt ura. Observe mos dónde y cómo respira mos y
con qué r itmo. ¿Respira mos con lo alt o de los pulm ones, donde se
encuentra el aliento?, ¿en medio del abdomen, entre el ombligo y e l
esternón, en el lugar en que deber ía sit uarse el centro de gravedad
respirator io? Al estar tendido s, inmóviles, las necesidades de oxígeno
del organismo son mínim as, por consiguiente los movim ientos
respirator ios serán de muy débil amplitud.
No importa, dejémonos estar.
Lo esencial es per cibir dónde y cómo respira mos, después, dejar
que se instale un r itmo, lento y regular, calmado y tranquilo. Si la
respiración está opr im ida, o si su r itmo es irregular, para r egular izar la
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Cont inuemos hasta que perciba mos esta calma inter ior, esta
respiración tranquila. Desde este mom ento se siente ya más ―relax".
Ahora vamos a inf luir en nuestra respir ación, vo lver la más lenta, pero
no más profunda. Deje mos que la espiración se haga espont áneamente,
sin empujar la más allá de lo que desea ir por sí m isma; cont entémonos
con frenar la, con prolongar la hasta que se ext ienda aproxim adamente al
doble t iempo de la inspi ración. ¿Por qué el doble? Por que es natural.
Observemos la respiración de un gato dormido; podr emos constatar que
la espiración siempre tranquila, toma dos veces más t iempo que la
inspiración. Un bebé nos lo enseñar á también. Después de semejante
espiración retardada, detenga mos un instante el aliento: basta con
marcar un t iempo de detención de algunos segundos con los pulmones
vacíos. Durant e est e tiempo dir ija la atención hacia el plexo solar.
Objetará que es im posible concentrarse sobre el plexo solar, puesto que
no se lo percibe. Cont entémonos con f ijar la atención sobre la zona
donde debe colocarse el centro de gr avedad del acto respir atorio, en la
boca del estómago, un poco más arr iba del ombligo, e im agíne los que
el vaivén del aliento lo calienta. S i es pr eciso, imagine mos que est amos
tendidos al sol, que calienta esa parte del cuerpo. Cont in uemos hasta
percibir esa sensación part icular que se siente durant e un baño de sol
en un día tórr ido .
4. EL RELAX INTEGRAL
La práct ica de los ejercicios anter ior mente descr it os pone a
nuestro alcance la relajación to tal y profunda: para conseguir la, basta
con recorrer el cuer po de abajo hacia arriba, paso a paso, relajando
progresivamente todos los músculos.
¿Por qué de abajo hacia arr iba? Porque la exper iencia enseña que
los músculos volum inosos se relajan más fácilm ente. Es lógico, pues,
comenzar por abajo, siendo los músculos de las piernas los más
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5. EL ESTADO DE RELAJACIÓN.
Hasta el momento n o se ha manif estado ninguna sensación
part icular; hemos permanecido r igurosamente inmóvil es, por lo que
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normal. Para esto, apretar progr esivamente los puños, est irarse,
frotarse los ojos y bostezar como al salir de un sueño profundo y
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reparador.
Relajación Luher
6. RELAX RELÁMPAGO
No siempre se dispone del t iempo necesar io para un relax
completo, que requiere de quince a veinte minutos. Hay que ejercitarse
también en el relax relámpago, acostándose de espaldas, dejando que
todos los músculos del cuer po se transformen lo más r ápida mente
posible en una pasta inconsistente y llegando a ser semejante a un
títere a quien se le hubiesen cortado los hilos. Este relax relámpago
sólo requiere de algunos segundos: el tiem po de hacer una o dos
respiraciones completas. El grado de perfección se adquiere poco a
poco.
En el curso del día aproveche mos cada ocasión que se presente
para intercalar algunos relax relámpagos, aun sentado; esto no
const ituye una pérdida de t iempo, porque ret irar emos inmensos
dividendos en equilibrio nervioso.
7. EL SECRETO DE LA FLEXIBILIDAD
Es «el secreto de la juventud», porque una de las diferencias
fundament ales entre un cuerpo joven y un organismo senil r eside en la
flexibilidad del pr im ero y en la r igidez del otro; en otras palabr as,
flexibilidad = juventud .
El secreto de la f lexibilidad estr iba en la elongación de los
músculos contractados por efecto de las tracciones lentas y progresivas.
Este est iram ient o de los músculos previamente relajados constituye una
caracter íst ica esencial de algunos deportist as o de personas que hacen
yoga, que explica también por qué relajan mejor y más pr onto que la
gimnasia, la que procura el desarrollo de la musculatur a somát ica
mediante la contracción repet ida de los músculos voluntarios. Un
deporte es reputado tanto más completo cuanto mayor es el número de
músculos que fort if ica. Aunque la tendencia actual en Occidente sea la
de introducir fases de relax rápido en el cur so de los m ovim ientos.
Recor demos algunas nociones de la f isiología del músculo Voluntar io
(estriado).
act ivo, pero listo para contraerse en cuanto le llegue una orden bajo la
forma de inf lujo ner vioso. La relajación : En est e caso, el m úsculo está
Relajación Luher
La práctica
Puesto que en cada ejercicio –post ura, posición o act ividad de
flexibilidad-, ciertos músculos o grupos de músculos sufren una
tracción, hay que localizar la atención en el los y descontractarlos con
cuidado antes y durante la tracción, la que debe ser lenta y progresiva .
La Pinza, por ejemplo, ejerce una tracción sobre los músculos de la
espalda y pr onto se llega al lím ite.
Sin embar go, si espera mos algunos
instantes relaján donos en esta
posición, constatar emos que
podemos ganar algunos cent ímetros
mediante una tracción pr ogresiva de
los brazos. Por esto los movim ientos
repet idos y a tirones deben
desecharse, ya que impiden la
relajación muscular, condición
indispensable y pr evia a todo
est iram iento.
Esta relajación del músculo,
fuera del sueño, es un acto
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voluntar io, por tant o consciente, y por esto se requiere una atención
concentrada, cuanto más viva mos la exper iencia de la f lexibilidad y la
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relajaremos y podremos est irar mejor los músculos. Nos r elajar emos
pronto y sin dolor.
Esta atención concentrada const it uye un excelente ejercicio de
control mental, para favorecer la, muchos pract ican con los ojos cerrados
para lograr mayor concentración . Adem ás, hay que descontractarse lo
más rápida y com pletament e que se pueda antes y durante las
act ividades de f lexibilidad y relajación .
Antes de efectuar un ejercicio, una posición o postura ,
ver if iquemos la descontracción, de spués ejecutémos la con el menor
número de músculos y lim it e mos la contracción al estr icto mínimo.
Cont inuemos respir ando normalmente (salvo indicación contrar ia)
mientras ejecut a mos el ejercicio. Sobr e todo, r elajemos completa y
especialment e los músculos sobre los que obr a direct amente el
ejercicio.
osif iquemos la tracción, que deberá ser lenta y cont inua, y
volvamos después la posición nor mal. Respiremos profunda y
completamente, relajándose de nuevo . Durante est e t iempo de reposo ,
la sangr e afluye en gran abundancia a los músculos que han sufrido el
est iram iento. Este relax const ituye una fase esencial y no hay que
precipit arse de un o a otro ejer cicio o postura: Lo mejor –en todo- ser ía
exclu ir todo apresur amiento . No comencemos un nuevo ejercicio sino
cuando la respiración y los lat idos del corazón han vuelto a la
normalidad. Esta relajación puede ser abreviada entre dos actividades o
posturas de un m ism o t ipo, que ejerzan una f lexión en el m ismo sent ido;
por ejemplo, entre la Cobra, el Saltamontes y el Arco hay que r eposar
menos t iempo que entre el Arco y la Pinza.
9. RELAJACIÓN EN LA ACCIÓN1
Para entender la relajación, hay que ent ender la naturaleza de la
act ividad y las corr ientes que se ocu lt an en ella. Entender todo el
fenómeno implica responderse ¿por qué somos tan activos? ¿Por qué
estamos tan ocupados con la act ividad? ¿Por qué el ha cer nos t iene tan
obsesionados? ¿Acaso, el hacer es otra f orma de adicción?
Existen dos palabras y dos co ncept os que a menudo confundimos
y los tomamos como sinónimos: La Actividad y la Acción ; sin embargo,
la act ividad no es acción y la acción no es actividad. Sus naturalezas
son diametralm ente opuestas . Según Osho, las difer encias son
signif icat ivas y muy interesantes par a tener en cuent a, veamos en el
siguiente cuadro las dicotom ías conceptuales:
ACTIVIDAD ACCIÓN
Es cuando la sit uación no t iene Es cuando la situación lo
importancia, no es una respuesta, exige y se actúa para
estamos tan inquietos en nuestro responder. Tiene importancia.
inter ior que la situación es sólo una Llega a través del m omento
excusa, un pretexto para ser act ivo. presente. Part iendo de una
Es sólo una reacción mecánica y sit uación tot al se actúa . Es
automát ica. consciente.
Surge de una m ente intranquila, Nace de una mente
es la más fea. silenciosa. Es la cosa más bella
Está cargada de pasado. No es del mundo.
una respuesta al momento presente. Es momento a momento, es
Explota en el presente. espont ánea y total.
Es muy destruct iva para uno y Es creat iva.
para los demás. Por ejemplo, cuando se tiene
Por ejemplo, s e come aunque no hambre, se come. Al levantarse
se tenga hambre. Y cuando se come de la mesa, uno no está ni con
por hambre y pasa, aún se sigue hambre ni lleno; ya el hambre
comiendo; es un t ipo de violencia, ha desaparecido. Se come
se destruye el alimento, se ataca el despacio, con plena conciencia.
alimento par a liber ar la inquietud Se tiene sueño y se va a
interna; se come por una necesidad dormir.
interna y no por ham bre. Una mente vacía es el taller
A través de la act ividad se saca la de Dios. Una mente vacía es la
locura, la demencia. cosa más bella del mundo, la
La mente siempre encontrará más pura porque ¿cómo puede
motivos para la act ividad. ser una mente vacía el taller
Si hay act ividad no se puede del diablo? El diablo no puede
relajar; es una necesidad obsesiva, entrar en una mente vacía,
se quiere hacer algo, lo que sea; ¡imposible! El diablo sólo puede
muchas veces se dice ―hacer algo es entrar en una ment e que est á
mejor que no hacer nada‖, además obsesionada con la actividad;
se agrega que ―una mente vacía es entonces el diablo se puede
el taller del diablo‖. El Diablo nunca hacer cargo de no sotros. Una
dice ¡Relájate! Dice: ¿Por qué estás mente vacía nos da el espacio
perdiendo el t iem po? ¡Haz algo, para que lo divino entre en
muévete! ¡La vida pasa, haz algo! La nosotros. El vacío mata al
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Tomado y adaptado de: OSHO. ¨Creatividad¨, liberando las fuerzas internas. Versión castellana de Luis
Martín-Santos Laffón. Editorial Debate. Madrid-España. Primera edición, febrero de 2001. Páginas 15 a
39.
Relajación Luher
―La act ividad es inút il. Las act ividades se hacen por determ inadas
razones febr iles internas que ni siquiera están claras para nosotros, son
muy vagas. Pode mos cambiar de act ividad per o a menos que las
act ividades sean transformadas en acciones, no servirá de nada. La
enfermedad no cambia cambiando los síntomas.
―Si nos involucramos cada vez más en la acción y cada vez menos
en la act ividad, nuestra vida camb iará y se convert irá en una profunda
relajación. Entonces ―hacemos‖ pero seguimos r elajados.
La gente no para de hablar, no le dan una oportunidad a nadie
más. Hablar es igual que fumar. Se h abla cont inuamente, despierto y
dormido, se habla para vaciarse, no para comunicarse; cuando
dormimos la char la cont inúa. Es como fumar, porque el fenómeno es el
mismo: la boca necesita movim iento. Y la boca es la act ividad básica
porque esa es la pr imera act ividad que empezó en la vida. Cuando se
habla con otro, no se oye al otro, se oye uno m ismo; por eso es un
―diálogo de sor dos‖.
―Por ejemplo, un lunát ico es una per sona que encierra en sí
mismo t odo su mundo, El habla y él escucha, es el actor y el
espectador: él lo es todo. Todo el mundo se reduce a sí mismo. Se ha
dividido en muchas partes y se ha vuelt o fragmentado. Por eso la gente
le tiene m iedo al silencio: saben que podr ían explotar. Y si se t iene
miedo al silencio eso signif ica que dentr o se t iene una ment e obsesiva,
febr il, enferma, que cont inuamente está pid iendo estar en actividad. La
act ividad es la forma de escaparnos de sí m ismos. En la acción somos ;
en la act ividad nos hemos escapado de sí m ismos; es una droga.
―Renunciemos cada vez más a la act ividad; per o renunciar a la
act ividad también se puede conve rt ir en obsesión; se puede estar
haciendo algo para evitar la: oración, m editación, yoga, relajación, etc.
Pero eso también es act ividad. No puedes r enunciar de esa forma,
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regresará por la puerta de atrás. La act ividad t iene sent ido sólo cuando
te lleva a a lgún lugar; pero no hay ningún lugar a donde ir, aquí está
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todo.
Relajación Luher
Tensión y relajación
Los hipnot izador es han descu bierto una ley fundamental, a la que
llaman Ley del Efecto In verso . Si se trata de hacer algo sin comprender
los fundamentos, el result ado será justo lo contrar io. Es una ley muy
fundament al de la vida. Mucha gent e se esfuer za por evitar muchas
cosas, y cae en esas mismas cosas. I ntentemos evi tar algo con m ucho
esfuerzo, y acabar emos cayendo en la m isma tram pa. No podemos
evitar lo; esa no es la maner a de evitar lo.
Relajémonos. No nos esforcemos tant o, porque solo podemos
hacernos conscient es mediante la r elajación, no con el esfuerzo.
Mantengámonos tranquilos, callados, en calma.
hay ningún libro que pueda ayudarnos a relajarnos; a menos que leamos
nuestro propio ser interno, y entonces la relajación deja de ser una
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