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UNA PILA DE PROBLEMAS

Las pilas son generadores portátiles que convierten la energía química en eléctrica. Nos vienen
muy bién porque es un avance técnico que nos resuelve problemas cotidianos. Hasta ahí todo
perfecto, pero lo que quizá no paramos a pensar es en las consecuencias que acarrean y lo
perjudiciales que pueden llegar a ser, y de hecho lo son para el medio ambiente, produciendo
contaminación química.

Están por todas partes. Como no sabemos que son peligrosas las dejamos cerca de los bebés,
en los juguetes de los niños; dormimos junto a ellas (despertador), las colocamos sobre la mesa de la
cocina, en la despensa, en el baño, en el salón (mando a distancia); nos las llevamos a la calle en el
bolsillo (mp3), en la muñeca (reloj); nos acompañan en el coche, en la oficina. Han sido encontradas
en el desierto, en la selva y yo, personalmente, me he encontrado con ellas en la “Hoya el Belezal”,
en la Cueva de San Rogelio, en la Cueva del Agua de Alomartes, en los Tomillares, ¡dentro del agua
en la Fuente de Alomartes!, en el Parque García Lorca de Illora, etc. y es que por desgracia hay
mucho meapilas suelto.

Una vez que la envoltura metálica que recubre las pilas se daña, las sustancias químicas que
contienen se ven liberadas al medio ambiente, causando contaminación. Con mayor o menor grado,
las sustancias son absorbidas por la tierra pudiéndose filtrar hacia los acuíferos y de éstos pasar
directamente a los seres vivos, entrando con esto en la cadena alimenticia. Existen de varios tipos y
unas contaminan más que otras, pero todas son nocivas e incluso algunas presentan metales
cancerigenos. Harían falta varias páginas para explicar las consecuencias nocivas que para la salud
tienen y las enfermedades que pueden acarrear componentes como el mercurio, el cadmio, etc.

Estudios especializados indican que un micro pila, o pila de botón, puede llegar a contaminar
600.000 litros de agua. Las pilas son, pues, residuos bastante más peligrosos de lo que imaginamos.

España por ser estado miembro de la Unión Europea está obligado a recoger el 80% de las
pilas que venda en su territorio y a partir del año 2005 se debería haber reciclado el 90%, pero solo
se recicla el 20%.

¿Qué podemos hacer?

Evitar tirarlas a la basura, al campo o a la calle.

Evitar la incineración de pilas y baterías.


No enterrarlas ya que contaminan la tierra, el subsuelo y el agua, una vez que se oxida la
cubierta de metal.

No comprar pilas piratas ( “de los chinos”), ni en mercadillos, duran menos y son más toxicas.

Difundir a nivel local, a través de los medios de comunicación ( Radio y periódico


Parapanda), y concienciar a la población de la amenaza potencial de las pilas, incrementando al
máximo la recolección de las mismas.

Recomendar, si es imprescindible, el uso de las llamadas alcalinas que tienen un mínimo de


mercurio (que es uno de los metales más contaminantes) o bien de las recargables que disminuye el
volúmen de residuos a reciclar.

Colocar contenedores en sitios estratégicos para su recolección y dar a conocer su ubicación,


porque en el municipio de Illora que yo sepa no hay ninguno.

Usar aparatos que funcionen con energía solar, como calculadoras.

Dar una respuesta al problema que representan las pilas usadas, que son residuos de alta
toxicidad, y por lo tanto peligrosos, por parte de la concejalía de Medio Ambiente. Creo que sería
una buena idea hacer una campaña de recogida de pilas usadas en los colegios del municipio.

A ver si de una vez nuestros representantes políticos se ponen “las pilas” y hacen algo para
evitar las consecuencias nefastas de las mismas.

Francisco J. Muñoz Moreno


“El Córdoba” de Alomartes

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