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Lenguaje juvenil en la mira MERCURIO DE VALPO. 1 OCT.

2006

Ya no se trata sólo de compartir un léxico que hermana a chicas y chicos. Ahora escasean las
palabras y las normas para organizarlas "no están ni ahí". Rosa Zamora

PROBLEMA "HEAVY".- Las causas de las deficiencias en el manejo del lenguaje, sobre todo en su forma
escrita, son profundas y diversas. Y las soluciones, de largo plazo.

"Nadien" y "hubieron"
En Chile no se valora socialmente el hablar y escribir correctamente, dice el doctor Leopoldo Saez. "Hay
claramente un descenso del nivel cultural (Longueira habla de un país rasca).

Han perdido los modelos lingüísticos. Un presidente del Senado decía 'nadien' y otro 'hubieron
muchas dificultades'; los animadores y conductores de televisión tienen una incultura idiomática abismante.
Hevia habla de los 'previlegios', otros, de los 'otómanos', de 'los deportistas nóveles'. Son los modelos
actuales (sin mencionar al Che Copete, al badulaque', cuya gracia, en gran parte, se basa en las
transgresiones lingüísticas y en una ordinariez antológica).
La nueva situación requeriría una nueva metodología de enseñanza, trabajar con grupos más
pequeños. Los profesores deberían aprovechar las nuevas tecnologías computacionales para motivar a los
alumnos y mejorar los niveles de aprendizaje. Mucho me temo que muchos profesores no estén en
condiciones de corregir los errores más comunes. Todas estas carencias no pueden solucionarse en cursos
con cuarenta alumnos".

LENGUAJE Y PENSAMIENTO

"Es sabido que existe una relación entre lenguaje y pensamiento", expresa Leopoldo Saéz. "Si usted
considera que 'culminar' y 'terminar'; 'oír' y 'escuchar'; 'entrar' e 'ingresar' son lo mismo está perdiendo
distinciones conceptuales importantes. No es lo mismo entrar a la Academia que ingresar a la Academia.
Riveros ¿ingresa o entra? al campo de juegos.
Para una empresa y para el país pueden traducirse en pérdida enormes los ingenieros que no son capaces de
escribir informes inteligibles, el guardavías o el operario que no entiende las instrucciones escritas, las leyes
o acuerdos equívocamente redactados"

"NO HAY QUE ASUSTARSE"

¿El léxico chat va a dejar huella en las formas de comunicación extra chat? "Yo creo que no. Lo que
puede ocurrir es que haya algunas influencias, pero no más que eso", opina la doctora Nina Crespo. "El
grado de comunicabilidad que debe tener un artículo periodístico, por ejemplo, le exige al autor que no
utilice formas abreviadas. Hay ciertos contextos en que ese discurso no se usa y los jóvenes lo van a
reconocer como válido. No hay que asustarse porque ellos también están conscientes de los límites. Como
ocurre cuando hablan entre ellos con fórmulas que no utilizan cuando se comunican con un adulto. Es
posible que queden algunos rastros de ese lenguaje en la oralidad y la escritura, pero no van a ser ni tantos
ni tan masivos, ni podemos prever que la escritura se va a convertir en este código abreviado en el futuro.
No. La lengua es mucho más compleja que eso. Ni los medios masivos llegan a influenciarla tanto como para
cambiarla. Producen a lo más algún cambio de léxico, que son los más superficiales".
De muchas salas de clase emerge un solo "¡Ay!". El de los profesores que intentan mejorar los
niveles de comprensión de lectura, manejo de léxico y calidad redaccional de los estudiantes, y el de los
alumnos que, sobre todo en asignaturas y carreras humanistas, ven cómo sus notas descienden en caída
libre a causa de las deficiencias en esta área.
En jerga juvenil, el problema es "heavy", y sus causas tienen raíces profundas y diversas, según
coinciden en sostener especialistas de los ámbitos de la lingüística y la educación. Cómo no inquietarse
cuando se sabe que una reciente investigación ha detectado que un porcentaje no despreciable de
compatriotas no entiende las instrucciones para preparar una mamadera impresas al reverso de los envases
de leche. O cuando un educador muy poco moderno recibe en su correo electrónico un mensaje que le envía
un alumno...escrito en el lenguaje abreviado del chat.
Muchos profesores de Enseñanza Media y universitaria se quejan de que un creciente número de
estudiantes tiene un verdadero prontuario ortográfico y que tampoco maneja adecuadamente la sintaxis, lo
que redunda en una redacción caótica, exenta de claridad conceptual.
El doctor Leopoldo Sáez, director del Bachillerato de la Universidad de Santiago y vicepresidente de
la Sociedad Chilena de Lingüística, opina que esta situación tiene diversas causas. "La composición del
alumnado ha cambiado sustancialmente en los últimos 50 años. Cuando yo estudiaba en el "Eduardo de la
Barra", mi curso estaba compuesto fundamentalmente por jóvenes que provenían de la clase media. Eran
contadísimos los casos de hijos de obreros, no llegaba ningún hijo de campesinos. Muy pocos eran también
los representantes de las clases más pudientes. En el último tiempo la cobertura ha aumentado
enormemente y ha llegado a los establecimientos secundarios un enorme número de estudiantes que trae al
colegio un déficit cultural muy grande. Provienen de hogares sin libros, sin hábitos de lectura. En muchos de
ellos, la preocupación fundamental es la subsistencia. No hay temas de conversación variados y
estimulantes. Han sido reemplazados por los programas de televisión. Se maneja lo que llaman los
especialistas el "código restringido": reducido vocabulario, sintaxis elemental". Si bien considera que el
mayor acceso a la educación superior es un gran avance, porque posibilita la movilidad social, también
observa que "estas nuevas capas universitarias tienen, por cierto, más dificultades para adquirir un dominio
pleno de la norma escrita culta".
A lo anterior agrega la "eclosión audiovisual: televisión, cine, DVD, CD, que ha dejado en un
segundo plano la cultura escrita", de modo que hoy son muchos más los que ven televisión que los que leen
diarios, y menos aún son los lectores de libros. Por otra parte, hay una menor práctica en escribir. "Ya no se
envían cartas de amor. Los e-mails son un medio coloquial. Son mensajes en la moda "casual".

IMPACTO DE LA TECNOLOGIA

Generaciones de chilenos nacieron en la era de la TV por cable y el computador. Están inmersos en


una cultura audiovisual, no proceden del mundo de la lectura. ¿Es justo que se les exija buen manejo de la
ortografía y de las normas redaccionales?
"Es cierto que hay un aumento considerable de lo audiovisual, pero no es incompatible con la cultura escrita,
que sigue siendo imprescindible. En Chile seguramente leemos muy poco, pero esto no es lo generalizado.
Para citar un caso, en España el año pasado se publicaron 72.048 impresos, esto es, unos doscientos al día,
los que, por supuesto tienen sus lectores (en Chile sólo se registraron 3.420 títulos). El "Diccionario del
Español Actual", de Seco y "El Dardo en la Palabra" de Lázaro Carreter fueron best sellers durante meses.
Por favor, piense un poco en este hecho tan sintomático: los dos gruesos tomos del diccionario y la obra de
reflexión sobre usos lingüísticos fueron los libros más comprados en la Península Ibérica. Esto sería
impensable en Chile".

¿Y QUÉ DICE DE LA ORTOGRAFÍA?

"No es un lujo tener buena ortografía, construir bien las frases y los textos. No es lo mismo 'saga'
que 'zaga': 'la saga de los Nibelungos' y 'la zaga del glorioso Wanderers'; ni 'encauzar' y 'encausar': se
encauza a un niño y se encausa a un sospechoso; 'aprensiones' y 'aprehensiones': el cabo González es
famoso por sus aprehensiones (¿o 'aprensiones'?).

El lenguaje del "chat", incluso, desvirtúa la forma de escribir las palabras. Y se ha generalizado
tanto que hasta hay publicidad que reproduce mensajes escritos de esta manera. ¿Cree que este fenómeno
es sólo moda y tendrá vida efímera o es una tendencia con arraigo?
"NLS, pero sospecho que no tiene la menor importancia. QT1BD".

FENOMENO PREOCUPANTE

CANTIDAD Y CALIDAD.- La cobertura educacional ha aumentado en forma notable, pero también crece el
número de niños que llega al colegio con un déficit cultural muy grande.

- ¿Estamos en una "crisis de la expresión escrita? ¿Cómo lo ve usted?


"Veámoslo de otro modo. En Chile ha aumentado constantemente el número de los que saben leer y
escribir. Hay una mayor escolaridad, las clases desposeídas están entrando heroicamente a la educación
superior, a los CFT, a los IP, a las universidades. Todo esto es muy positivo para nuestra sociedad tan
desigual. Pero, por otra parte, se aprecia un evidente debilitamiento en el manejo de la lengua escrita. Es un
fenómeno preocupante. Escribir (pensar) y leer (entender) siguen siendo las bases del desarrollo del
conocimiento y estamos en la sociedad del conocimiento. Más vocabulario equivale a más conceptos y
matices. Textos y oraciones bien construidos, a un mejor desarrollo del pensamiento".

- ¿Qué hacer entonces?


"Esto es prioritario, anterior, o por lo menos simultáneo, a la adquisición de segundas lenguas.
Habrá que repensar la formación de profesores de lengua materna, renovar las metodologías, mejorar las
condiciones de enseñanza (nunca más cuarenta alumnos por curso, más tiempo para ejercicios, mejores
remuneraciones, diccionarios, bibliotecas,...), abaratar los libros, mejorar los modelos (periódicos,
programas de televisión, preparar lingüísticamente a animadores y conductores de programas), sensibilizar a
la opinión pública respecto al valor, incluso económico, de una adecuada redacción".
¿A LEER SE APRENDE LEYENDO?

"Nosotros trabajamos en didáctica y, efectivamente, hemos detectado muchísimos problemas de


escritura", observa la doctora en lingüística y profesora de metodología de enseñanza de la lengua de la
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Nina Crespo. "Creo que el problema mayor está en no poder
producir un discurso descontextualizado, que es lo que exige la escritura: 'convertir la prosa del escritor en
la prosa del lector'. ¿A que lo atribuyo? Puede haber varios factores. No digo que hace 40 años la gente
escribía más o mejor, pero no se reflexionaba tanto sobre cuál era la calidad de la lectura o escritura. Se
daba por hecho. Y la educación no estaba tan extendida como ahora".

- ¿Cómo resolver esta situación?


"Se están tomando las medidas desde la didáctica. La propuesta es que la escritura debe enseñarse,
a diferencia de la concepción de hace 20 años, según la cual a escribir se aprendía escribiendo. Y a leer,
leyendo".

- ¿Cuál es el cambio que se propone ahora?


"Un cambio mucho más complejo y que todavía no terminamos de implementar: que tanto la
lectura como la escritura, que no son habilidades de todo o nada, sino que se van desarrollando, sean
entrenadas no sólo en el niño de primero básico que aprende a leer y a escribir, sino también en el niño más
grande. Es decir, hay que llevar este desarrollo a un nivel más profundo. Hay propuestas metodológicas muy
claras. El problema es que esto no se desarrolla de un día para otro".

ESCRITURA Y PENSAMIENTO

- Son habilidades de desarrollo lento, dice usted.


"La escritura, a mi parecer, es cognitivamente más compleja. Incluso hay investigaciones que llegan
a decir que ayuda a desarrollar el pensamiento. Cuando uno tiene que escribir y debe organizar información
que le llega en forma desordenada, tiene que hacer un ejercicio de pensamiento, tiene que generar ideas
nuevas a partir de información. Se trata de procesos muy elaborados".

- Por otra parte, la ortografía sólo suele exigirse en Castellano.


"Una de las grandes limitaciones de las asignaturas, y especialmente la de lengua, es que queda
aislada en sí misma, en circunstancias que es la herramienta que usan todas las demás para adquirir
conocimiento. Pero si les exijo a mis alumnos que redacten textos coherentes, comunicativamente accesibles
y que utilicen bien los párrafos, y a la profesora de geografía le da lo mismo...Entonces el chico no tiene la
percepción de que es una habilidad transversal a las distintas áreas. Ese es un problema grave. Tal vez
habría que poner la ortografía en un ítem separado y que todos los profesores tuviéramos que fijarnos en
ella".

VARIABLE DE LA EDAD

¿Y qué pasa con el chat? A juicio de la doctora Crespo, utilizar ese lenguaje abreviado en la
cibercomunicación es funcional al objetivo de rapidez en el contacto, y en ese contexto está bien, "pero no
se puede extender a otros discursos".

- Pero es un lenguaje que comparte un grupo importante.


"La gente joven se caracteriza por manejar algún tipo de lenguaje común".

- Entonces el léxico chat puede ser una manifestación más de esa particularidad lingüística.
"Fíjese que en sociolingüística la edad se considera una de las variables que incide sobre el
lenguaje. El adolescente necesita tener un grupo que lo identifica, un código propio. Estamos hablando de un
fenómeno que ocurre. ¿Se mantiene a lo largo de la vida como para que nosotros podamos decir que va a
alcanzar a todo el lenguaje?
LOLOLALIA: ¿CÓMO HABLAI?

El vocabulario evoluciona cada generación. Conoce cómo ha cambiado el nuestro...

- ¿Quibo?, ¿qué Talca?, ¿cómo andamio?...


- Viento, acá piola con cero rollo. Y ¿su mina?, compadre.
- Ahí, siempre cuática la pierna, anda en un carrete puro pasándola bakán... y ¿la suya?
- ¿Cuál?, ¡oh!, ando sin lola. Toy botado como quiltro, incluso ando zapatero desde hace meses
¿cachaí?. Puro drama.
- Qué lata, ojalá que las malas vibras se te quiten...

Este pequeño diálogo es ficticio, pero si no entendiste nada, seguramente es porque vienes llegando
después de pasar unos buenos años en el extranjero, hace tiempo que no escuchas a los colegiales
"conversando un cigarrito" o no has puesto "oreja" cuando hablan "ene" los quinceañeros al teléfono o
afuera de una discoteque.
Es que el vocabulario chileno va cambiando y aunque uno sea de "veinti" o "treintitantos", el
lenguaje en su uso se transforma también a velocidades de "fibra óptica". Un pequeño repaso de términos,
nos deja "out" de las nuevas generaciones. Cuando los jóvenes rebeldes "X", o los siguientes "Y" se retiran
del "carrete", para ser los profesionales del país, se añora la terminología "lola", que llegó a ser tan
publicitada por productos como el antiguo koyak "¡PLOP!" de "Dos en uno" -para los de mala memoria, es de
la misma época de los chicles "Miti Miti"-, que traían calcomanías con caricaturas explicativas de términos
tan básicos del léxico joven como "Mortal".
Si haces memoria también recordarás otros productos ilustrativos de cómo debiéramos expresarnos
para ser "Cool". El Diccionario "Freak" que aparecía en la extinguida revista "Rock and Pop" de los años 90,
marcó la nota alta, ya que con toda la maquinaria mediática, fruto primero de la radio y luego la televisión,
nos "despabilaban" cada día con términos e ídolos que hablaban "nuestro propio lenguaje".
Pero así como los modismos nacen, se masifican y se “recontra” utilizan, también mueren
desapareciendo de nuestros diálogos. Como pasó con el sobreexplotado "Grosso"-que casualidad aparte
también terminó siendo una marca de chicle- para designar cualquier cosa o situación positiva.
Según el profesor de Castellano Jaime Campusano, la jerga juvenil es muy generativa, por lo que
muchos términos se van quedando en el tiempo y comienza el uso de palabras nuevas. Esto lo aduce a la
naturaleza joven, ya que se aburren de usar las mismas palabras y siempre están en búsqueda de nuevos.
"El lolo necesita renovar la terminología, porque si no se queda pegado. Y eso no lo acepta su estátus",
afirma.

¿CÓMO NACIÓ LA LOLOLALIA?

Las causas de que esta "Lololalia" -como denomina Campusano al lenguaje de los lolos- haya
extendido su efecto multiplicador traspasando generaciones, se debe a la gran influencia de programas que
ocupan el lenguaje juvenil en medios de comunicación, reconocido también como un sector aparte en la
economía. "Un 33% de todas las revistas que circulan son exclusivamente para un público joven. Esta razón
ha hecho que se masifique y se amplíe el uso de los modismos chilenos, en conjunto con programas de
televisión, el cine y literatura -de autores como Fuguet y Contreras- o el rap en la música, recogen este
lenguaje ", analiza.
También un aporte lo realiza el humor ácido nacional -que desde la escuela se representa con los
"Tonys" o molestosos del curso-, que fomenta la repetición y el uso de términos nuevos. No por nada, frases
como ¿qué talca? adoptado por "Charlie Badulaque", en un par de semanas era repetido hasta el infinito en
todos lados. Lo mismo ocurrió con el emblemático "farso, farso, farso" del profesor Salomón.
Pero al revés de antaño cuando el uso de este lenguaje se terminaba al entrar a trabajar, la
permanencia y su aumento también estaría influenciada por el fin del gobierno militar. "Al acabarse el
período de Pinochet hubo un gran crecimiento del lenguaje juvenil, porque al lolo ya no le bastaba el
lenguaje obligatorio de los 17 años. Entonces también existió una renovación mental, una libertad que no
habían tenido sus papás ni abuelos, eso llevó a que se les soltara el hocico. Que pasó también en España
luego del término del régimen franquista...", comenta el profesor.
El idioma "chilensis", se constituiría de la mezcla de nuevos términos nacidos en submundos
urbanos, con el estudiado y bien reconocido "COA" -lenguaje de las cárceles-, agregando salpicadamente
algo de español, "de manera de usar palabras que el adulto no diga (...) por eso el lenguaje de delito ha
surtido mucho al lenguaje juvenil ", señala Campusano.
La crítica de los académicos de la lengua castellana, que señalan a nuestro país como uno de los
más pobres en el buen uso del español, es válida. Sin embargo, como dicen por ahí "la lengua está en la
calle" y antes de señalar con el dedo acusador a nuestros queridos modismos, es necesario también tomar
en cuenta el amor que despierta el lenguaje nacional. Gente como el poeta Mauricio Redolés, en varias
entrevistas ha declarado que la fonética chilena es "simplemente irremplazable".

UN BREVE REPASO

Para darle una revisión a la terminología coloquial de principios del siglo XXI es bueno hacer un
paralelo con sus sinónimos de años anteriores. Si nos remontamos al inconsciente colectivo escolar, a
muchos les debe haber sonado como primer término el "Super Choriflai", que nos entregó Papelucho para
destacar algo entretenido u óptimo, que sin quererlo se conviertió en una invitación para inventar términos.
El "Choriflai", pasó luego a la historia a metamorfosearse como "Mortal", lo "picho caluga", lo
"regio", y actualmente "Bakán". El andar "soplado" dio paso a andar "a chorro" y luego simplemente a estar
"embalado", o sea moverse "acelerado".
El estar bebido, borracho, ebrio, o con "unas copas de más", tiene para un capítulo aparte. "Cufifo",
"cucarro", "cochecho", "chambreado" "o "contentillo", pasó a ser "copeteado", "doblado", "pasado" y "arriba
del balón o pelota". Si la situación es con botellas completas encima aumentan las calificaciones. Estar
borracho hasta la inconsciencia es andar "apagado de tele", "andar raja", o "como rana". Pero ¡ah!, si
producto de los grados alcohólicos te pones un poco "pesado", es porque te gusta "dar jugo", eres "jote" y
"agujón". Pero "andar raja" no es lo mismo que ser "la raja" o "buena tela" que en los ochentas era el
"buena onda".
"Desteñir", "arrugar", "tirar pa' la cola", es paralelo al "ser pata de vaca" y ser "chueco", o sea, no
ser leal con los amigos y seguirlos en sus aventuras. Decir la verdad, es decir "la dura", "la pulenta",
también entendida como la antigua "neta". Y "la neta" casi nunca se dice cuando quieres terminar el pololeo.
Cuando antes se terminaba se daba el "Filo", hoy te la "hacen corta", pero no tu "mina", ahora es "tu
pierna" porque eres un "pendejo" y seguramente existe otro que "la llea".
Las fiestas también tienen sus parangones, el "malón" o el "brillo" de los hippies, es el "carrete" o el
actual “manso mambo", que no tiene "nada que ver", con ser un "fiestero" y "colérico", "quinceañero" o
"calcetinera", por que ahora son "top" y "reventados".
Además, no se deben olvidar las categorías negativas para adjetivar a personas. Ser "flaite",
"punga" o "cuma", son los mismos que antaño eran "huachacas", "torrejas" o "charchas". Las "vietnamitas",
ahora son las "guerreras", "camboyanas", "warriors", "chanas", "chaneca" o "chananas".
La adopción de términos extranjeros también se ha ido ampliando. Antes términos argentinos
adoptados como "la mina", se suman a los mexicanos como "chela", para la cerveza, "buey" o "pinche
cabrón" sinónimo del "huevón" chileno.
Para el doctor en Educación Campusano, lo que estamos viviendo en transformación de lenguaje
forma parte de una gran revolución juvenil que está frente a nuestra nariz. "Esta se está viviendo Chile y la
tenemos ahí cerca en sus frutos. En el ombligo al aire, en los tatoos, en el carrete de la noche, en los
embarazos juveniles, en la droga, la desconfianza de los políticos, en no querer votar...etc., etc., etc....".
Antes de terminar y decirles, "tschaichowsky", "chauchera", "chaolín" y "chabela", los invito a que
realicen sus aportes de términos nuevos o antiguos que ustedes conozcan, utilicen o hayan utilizado.

Por Pablo Andrés Navarrohttp://www.chile.com/

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