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• EXPEDIENTE

Los Sin Techo de Buenos Aires


CIUDADES 78, abril-junio de 2008, RNIU, Puebla, México

Martín Boy*
Mariano Perelman**

La plena ocupación, el acceso cada vez más amplio a los


construcción de un país moderno y la instauración del bienes y servicios que brindó la ciudad y las políticas de inte-
Durante modelo el agroexportador,l
último cuarto dellasiglo en el
XIX, de
ciudad marco Aires
Buenos de la gración social, se vieron jaqueadas a partir de mediados de la
recibió miles de inmigrantes europeos que huían de la crisis década de los años 1970 con la implementación de un nuevo
económica vivida en sus países de origen. En un segundo modelo económico productivo de corte neoliberal, acompaña-
momento, ya a partir de la década de 1930, las características do de fuertes transformaciones en el mercado de empleo y la
de los migrantes cambiaron y comenzó a generalizarse la lle- aparición, hasta ese momento inédita en la Argentina, de tasas
gada, a la ciudad, de trabajadores rurales de diferentes provin- de desempleo y subempleo de dos dígitos. Durante la década
cias del país que se encontraban en la búsqueda de mejores de 1990, la pauperización alcanzó a los sectores medios, y el
oportunidades, ser empleados en las fábricas que iban surgien- incremento de la pobreza y de la indigencia se generalizó. En
do con la implementación del modelo de sustitución de impor- este nuevo contexto, la ciudad de Buenos Aires se convirtió en
taciones.2 De esta forma, Buenos Aires se consolidó como un un espacio de contrastes y en un recurso para los sectores más
polo de atracción que prometió mayores oportunidades labora- desfavorecidos, quienes diseñaron sus propias estrategias de
les y mejores condiciones de vida. Torre y Pastoriza (2002: supervivencia a partir de la venta ambulante, la recolección de
283) sostienen que el modelo de sustitución de importaciones residuos reciclables, la mendicidad y vivir en las calles. De esta
significó, para los trabajadores de más reciente radicación, la forma, la ciudad ya no se presenta como un espacio de prospe-
vivencia directa y palpable, en los más diversos aspectos de la ridad para todos, sino que se caracteriza por las contradiccio-
existencia cotidiana, de la ampliación de sus horizontes más nes, es decir, por la profundización de las desigualdades socia-
allá de las necesidades de subsistencia. Para los obreros más les, de las cuales, la creciente segmentación social aleja cada
establecidos, los empleados y las clases medias, la ciudad vez más a los pobres de las clases medias y de los sectores más
representó el acceso a una mayor variedad de bienes y un beneficiados.
mejor aprovechamiento de los beneficios de las políticas socia- A partir de lo desarrollado, este trabajo tiene como propó-
les y del gobierno. De esta forma, migrar hacia Buenos Aires sito analizar la aparición de un nuevo perfil de pobre que
se ligó a la expectativa de vastos sectores de la población que encuentra, en las calles de la ciudad de Buenos Aires, un recur-
buscaron mejores oportunidades. Eran los tiempos de ascenso so a partir del cual alcanza la supervivencia e, inclusive, un
social y en donde la obtención de un trabajo en el mercado lugar en donde vivir. Para ello, recuperamos las características
formal y/o informaP se daba por descontada. Paralelamente, que asume la ciudad a través de la radicalidad de las transfor-
seguía permeando el imaginario de una ciudad que, si bien maciones que se produjeron en Buenos Aires a partir de la
construida a partir de múltiples migraciones, era socialmente década de los años 1990 hasta la actualidad, poniendo atención
homogénea, segura y /ocus del progreso (Gorelik, 1998; Laca- en la nueva cuestión social, es decir, en los rasgos que presen-
rrieu, 2007). ta la denominada "nueva pobreza urbana".

La aparición de los nuevos pobres y la pobreza como


* destino
Universidad de Buenos Aires, Facultad de Arquitectura, Diseño y
Urbanismo, Centro de Investigaciones Habitat y Municipio (CIHAM).
Pringles 722 6° A, 1183 Buenos Aires, Argentina. Correl: mgboy_99@ Las transformaciones sociales, económicas y políticas, desde
yahoo.com.
mediados de la década de 1970 a esta parte, generaron fuertes
** Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Sociales, Instituto
reacomodamientos en la estructura social argentina, a partir del
de Investigaciones Gino Germani, Área de Estudios Urbanos. Miguele-
proceso de des industrialización y la progresiva pérdida de
-
~III> tes 1850 PB 2, 1428 Buenos Aires, Argentina. Te!: (54 11) 48961795,
Correl: mdpI980@yahoo.com.ar. fuentes de trabajo. La década de 1990 significó una reafirma-

2
~
.~ ••
ción y profundización de este proceso a través de la desregula- tes del día a día para los habitantes que viven en los márgenes
ción del mercado de trabajo, el incremento del desempleo, del de la ciudad, en los asentamientos. Este autor sostiene que,
subemple04 y de la informalidad laboral. ante las nuevas características del rol del Estado, en un modelo
Esta desarticulación de la sociedad salarial argentina signi- económico neoliberal, y su creciente retirada de funciones que
ficó la pérdida de intereses comunes entre los diferentes secto- tradicionalmente le competían, los habitantes de los márgenes
res sociales, la desarticulación de los antiguos marcos colecti- comienzan a actuar en los intersticios, es decir, en los espacios
vos de socialización (Svampa, 2000), la continuidad en los dejados vacantes por las instituciones que en el pasado otorga-
procesos de caída de las clases medias y una mayor pobreza y ban un sentido a los individuos, tales como la asistencia a la
aislamiento de los sectores pobres. escuela y la pertenencia a un ámbito colectivo de trabajo, la
Los procesos transformadores, que vivió la sociedad en su fábrica. Ante fenómenos como el desempleo, subempleo y el
conjunto, tuvieron claras repercusiones en la vida cotidiana de incremento de la informalidad laboral, presentes en la vida
quienes habitan la ciudad de Buenos Aires. Cerruti y Grimson cotidiana de amplios sectores de la sociedad y la desvincula-
(2005) señalan al menos cuatro:5 a) los cambios en el rol del ción de la educación al ascenso social, los habitantes de los
Estado; b) las transformaciones en la estructura de oportunida- márgenes de la ciudad comienzan a construir sus propias estra-
des laborales, la creciente exclusión social, la aparición de los tegias ancladas en lo territorial, y sostenidas a partir de otras
nuevos pobres urbanos; c) la acentuación de los procesos de instituciones tales como la familia y el barrio, las cuales otor-
segregación espacial; y d) los modos de protesta popular. gan un sentido de pertenencia y les permiten el acceso a traba-
En la década de 1990 y el periodo de crisis 2001-2002 se hizo jos temporarios o servicios comunitarios, tales como comedo-
presente un proceso acelerado de empobrecimiento generalizado res y guarderías para los niños.
de la sociedad, llevando a vivir, en esta condición, a sectores que, Este proceso ha contribuido según Wacquant (2007: 301) a
hasta ese momento, nunca habían sido pobres. En este contexto un nuevo tipo de marginalidad, la avanzada, que tiene como
de descenso social, nuevos sectores aparecen ahora como los signos exteriores a los hombres y las familias viviendo en la
"nuevos pobres". Según Minujin (1991), los nuevos pobres son calle, a los mendigos pidiendo dinero en las calles o en el trans-
aquéllos que viven bajo la línea de pobreza (LP), pero que no porte público, a los desocupados o subocupados crónicos, a la
sufren ninguna de las carencias tomadas en consideración por el criminalidad como componente del día a día, a los trabajadores
indicador de necesidades básicas insatisfechas (NBI), marcando veteranos con conocimientos obsoletos en un contexto de
una diferencia con respecto a los denominados "pobres estructu- des industrialización y evolución tecnológica, a la mayor hosti-
rales". Los nuevos sectores empobrecidos, como dijimos, cuen- lidad hacia y entre los pobres, a la mayor acción policial para
tan con trayectorias socio-ocupacionales y redes de sociabilidad "limpiar la calle reprimiendo el vagabundeo, la mendicidad y
diferentes a la de los pobres estructurales. Estas diferencias son otras conductas protocriminales".6
las que se enfatizan cuando se habla de una nueva pobreza. Así, durante los años 1990, la población en las villas de la
Las transformaciones también se vieron reflejadas en lo ciudad se triplicó dando un lugar relevante a la dimensión
territorial. Si bien diversos trabajos han remarcado la impor- espacial de la marginalidad avanzada, la cual se aglomera en
tancia de pensar a la ciudad en relación a la existencia de redes barrios prohibidos e identificados en donde sólo los parias
entre las ciudades en un contexto de globalización (Sassen, toleran vivir.7 Los habitantes de ciertos territorios son estigma-
1998, 1999; Torres, 2001; Prevot Schapira, 2002), y si bien es tizados y estas áreas se convierten en zonas de exilio económi-
cierto que las transformaciones a nivel global han afectado a co y simbólico (Wacquant, 2007: 310).
las ciudades y que posiblemente se haya configurado una suer- Al mismo tiempo, las personas viviendo en situación de
te de "competencia global" y una nueva división internacional pobreza ya no se concentrarán sólo en los enclaves territoriales
de las ciudades, esta posición no explica acabadamente las tradicionales que ocupaban los sectores más desfavorecidos,
transformaciones que ha sufrido Buenos Aires. El proceso de como por ejemplo las "villas miseria", sino que avanzarán a
cambio de la ciudad puede entenderse en función de los proce- otras áreas de la ciudad. Herzer y Di Virgilio (1996) sostienen
sos (y discursos) históricos que la han construido. Así, durante que, en el ultimo decenio, se observó que los pobres en Buenos
los primeros años de la primera década del siglo XXI, aquella Aires se han apropiado de pequeños espacios vacantes en las
visión de ciudad homogénea, de una sociedad de iguales, es zonas centrales de la ciudad: propiedades fiscales, edificios
interpelada por los discursos de la crisis (Lacarrieu, 2005), por abandonados por sus propietarios, fábricas y galpones (los
una serie de acciones que intentan reacomodar, en el imagina- intersticios de la ciudad). Todos estos espacios vacantes se
rio de la población, la idea de una ciudad en la cual se debe utilizan como viviendas que, a menudo, carecen de instalacio-
merecer vivir (Oszlak, 1991). nes sanitarias y eléctricas adecuadas y en las que, además, el
Los sectores medios empobrecidos intentan recuadrar su abastecimiento de agua y el servicio eléctrico son interrumpi-
cotidianeidad en el medio de profundos cambios. Intentan dos por falta de pago. A pesar de gozar de los beneficios de
recortar gastos sin perder su identidad de clase media en fun- vivir en la ciudad, las condiciones de vida se ven seriamente
ción de las expectativas históricamente internalizadas. A la vez, deterioradas por la incertidumbre e inseguridad en relación a
la pauperización se experimenta simultáneamente como una los medios de subsistencia y a la calidad de la vivienda.
dislocación personal y como una desorganización del mundo Se ha producido, también, un aislamiento creciente de la
social que los rodea (Kessler y Di Virgilio, 2003). pobreza urbana en algunos bolsones de pobreza, especialmente
En este marco, paralelamente, surgen nuevas preocupacio- en el conurbano bonaerense.8 De esta forma, en Buenos Aires
nes en tomo al desarrollo de estrategias por parte de los secto- se pueden observar múltiples manifestaciones de la pobreza
res que quedan al margen del modelo productivo, los pobres urbana, que no ha tenido un único efecto sobre la ciudad. Cre-
estructurales. Denis Merklen (1991 y 2000) demuestra cómo la cimiento de los "históricos locus de la pobreza", como las
inestabilidad y la precariedad se constituyen como componen- villas miserias por un lado; una creciente segregación espacial,

3
I

por el otro. Y, al mismo tiempo, e impugnando estos procesos, Sin Techo, vigente hasta la actualidad, acompañado luego por
la aparición de asentamientos en los barrios más pudientes, el programa Buenos Aires Presente, creado en 1999, y por dos
ocupando espacios como playones, las adyacencias a las esta- programas más surgidos en 2006: la Línea Social de Atención
ciones de ferrocarril, plazas, terrenos baldíos. Inmediata y la Coordinación de Paradores. La creación de más
políticas sociales destinadas a la atención de la población Sin
Personas en situación de calle en Buenos Aires Techo da cuenta de la creciente importancia política de la pro-
blemática. Desde el año 1997, si bien la cantidad de personas
Como se mencionó anteriormente, el empobrecimiento Sin Techo fluctuó en forma considerable (ver Cuadro 1), se
generalizado de la población y el incremento de personas mar- puede sostener que la situación se agravó, ya que, en la actua-
ginadas de la estructura de oportunidades, trajo consigo la lidad, la ciudad cuenta con ochocientas camas vacantes para
necesidad teórica de crear conceptos que permitan explicar lo esta población y las personas que la noche del censo no estaban
que, aunque estaba a la vista de todos, resultaba novedoso y durmiendo en las calles, pero sí en los hogares y paradores, no
alarmante. En este sentido, Robert Castel (1997: 414) denomi- fueron contadas. Por consiguiente, las cifras obtenidas en los
nó, a esta nueva situación, como la "nueva cuestión social", conteos anuales contienen, de por sí, un subregistro importante
caracterizada por tres elementos: 1) la desestabilización de los de personas en situación de calle.
estables, es decir, los sectores medios que ven amenazada su Por otro lado, lo que se puede observar en las estadísticas
inserción en el mercado de empleo; 2) la precariedad como un (ver Cuadro 2) es que la fuerte crisis económica del periodo
destino, es decir, la alternancia entre el tener un empleo y no 2001-2002, que repercutió fuertemente en las tasas de desem-
tenerlo, como una situación posible y cotidiana; y 3) el déficit pleo, tuvo como consecuencia un importante aumento de per-
de lugares ocupables en la estructura social, es decir, de posi- sonas viviendo en las calles.
ciones que cuenten con una utilidad social y un reconocimien- Para ese entonces, ya se estaba incrementando la cantidad
to público. El déficit de lugares, según Castel (1997: 421), de camas disponibles para esta población. Sin embargo, en la
puede entenderse a partir de la desafiliación, definida como un evolución de la cantidad de Sin Techo, en relación al compor-
proceso que no necesariamente equivale a una ausencia com- tamiento del mercado de trabajo, puede observarse que la
pleta de vínculos, sino, más bien, a una ausencia de inscripción recuperación económica y la reducción del desempleo, a partir
del sujeto en estructuras formales dadoras de sentido, como por de 2004, no necesariamente implicaron una baja en la cantidad
ejemplo, la institución trabajo. La desafiliación se cristaliza y de personas viviendo en la calle. En este sentido, en 2007, con
manifiesta con la aparición de fenómenos masivos, tales como una economía en plena expansión, la cantidad de personas en
la precarización del trabajo y el incremento del desempleo y situación de calle comenzó nuevamente a incrementarse alcan-
del subempleo. Las personas que conviven con esta situación zando los picos más altos registrados en 1997 y 2002. De esta
son los denominados "supernumerarios" y se caracterizan por forma, se puede inferir que las crisis económicas asociadas a la
no estar integrados y por ser inintegrables. Para este autor, pérdida de empleo empujan a vivir en la calle a las personas.
estos individuos constituyen el cuarto mundo y no son parte del Sin embargo, la recuperación económica y la reducción de las
proceso de modernización del aparato productivo, carecen de tasas de desempleo no implican una escapatoria a la situación
recursos y no están conectados a los circuitos de intercambios de calle. Es decir que, tal como sostiene Wacquant (2007),
productivos.9 puede pensarse a la población Sin Techo a partir de su desco-
En este contexto, surgen nuevos actores que, ante la vista nexión de las tendencias macroeconómicas, sobre todo, en los
de todos, resaltan los contrastes, las desigualdades sociales, ciclos de recuperación.
entre quienes gozan totalmente o parcialmente de los benefi- Tal como se mencionó, la supervivencia de las personas Sin
cios del pertenecer, y quienes son marginados y deben armar Techo comienza a depender de ellos mismos y de las habilida·
estrategias de supervivencia para pasar el día a día. Uno de los .des que adquieran para poder entablar redes informales de
actores paradigmático s de estas transformaciones es la presen- subsistencia y ya no tanto de la estructura de oportunidades
cia, cada vez mayor, de personas viviendo en las calles. macro-estructurales.

En el año 1997, después de la crisis del "efecto tequi- 1124

1-
la" y la crisis asiática, el incremento abrupto del desem-
Años
Cantidad de personas
pleo en Argentina dejaba huellas importantes y empujó
1000
Sin
1500 Techo
2005
2002
2004
2000
2007
1998
1103
1997
2006
1085
según
en la año
ciudad
de
1029
conteo.
de Buenos
Cuadro 1
1997-2007
Aires, (números absolutos)
a vastos sectores a la inestabilidad, a la imposibilidad de 500 O
proyectar a largo o mediano plazo. En este contexto, el
gobierno de la ciudad elaboró las primeras estadísticas
que dieron cuenta de la dimensión de la problemática de
las personas en situación de calle y, a partir de ellas,
plantear intervenciones políticas. La primera acción
consistió en la realización del primer relevamiento para
cuantificar el fenómeno. Las cifras, en aquel momento,
resultaron alarmantes: 1,085 personas se encontraban
viviendo en las calles de la ciudad de Buenos Aires (ver
Cuadro 1).
Esta nueva manifestación de la pobreza se convertía
en un problema político, incorporándose en la agenda de Fuente: Instituto Nacional de Capacitación (INCA). Gobierno de la ciudad de Buenos
la ciudad. De esta forma, en 1997 se crea el programa Aires.

4
Cuadro 2 su vez, las zonas céntricas
Evolución de la tasa de desocupación y de la cantidad de personas Sin Techo en la con grandes edificios de ofi-
ciudad de Buenos Aires. 1997-2007 cinas y las avenidas con gran

• Tasa
14.3%de
•. .. .-----
20 927
705

14 desocupación
1997~ ~.
•• 1085
2002
2000
1998
J.J.J IV

-+-
1200
1000
concentración de comercios
se transforman en importan-
1103
1029
••400
I 700
600
800 900
500
1100
tes centros de acopio de resi-
618
108 duos reciclables, es decir, se
convierten en una gran fuente
de ingresos para cartoneros y
• 858
e .... para Sin Techo que encuen-
..... -
793
tran, en el cirujeo, una posibi-
lidad concreta para obtener
dinero.

La calle como lugar de


encuentro de las
diferencias

300 Mucho se ha escrito acerca


del aislamiento de los pobres
200 urbanos a partir de fenóme-
2004 2005 2006 2007 nos como la segregación resi-
• Individuos sin trcho dencial manifiesta en la con-
formación de countries o
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo
(INDEC) y de la información suministrada por el Instituto Nacional de Capacitación (INCA) del Gobierno de la ciudad barrios privados para los sec-
de Buenos Aires. tores más favorecidos, por un
lado, y en los asentarnientos y
Las estrategias individuales de las personas en situación de villas para los pobres, por el otro. Sin embargo, el aislamiento
calle se arman a partir de, por un lado, las instituciones guber- nunca es total. Una diversidad de situaciones se hace presente en
namentales o religiosas que proporcivnan alimento, hospedaje, las calles del centro de la ciudad.
entrega de vestimenta y servicios de duchas y, por el otro, de Siguiendo con esta idea, Carreteiro y Santos (2003) ponen
los contactos informales que posibilitan la elaboración de énfasis en concebir a la calle como un espacio de encuentro de
estrategias económicas de subsistencia de los Sin Techo. Según universos complementarios y opuestos y, como tal, la vía
el único estudio cuantitativo realizado hasta el momento, 45% pública es vivida como el territorio de la multiplicidad por
de las personas Sin Techo encuestadas dijo hacer labores even- excelencia. Esta situación de contraste se hace más evidente ya
tuales, 33.8% se dedica a la mendicidad y 21.3% no realiza que, según Ciccolella (1999), a partir de mediados de la década
actividades a cambio de dinero (Calcagno, 1999: 22). Entre las de los años 1990, se produjo una modernización del espacio
tareas habitualmente desarrolladas por las personas en situa- empresarial, con la construcción de oficinas de última genera-
ción de calle se encuentran: el cuidado de coches estacionados ción, edificios inteligentes, centros empresariales o de nego-
a cambio de dinero, la venta ambulante en el transporte o en la cios y hoteles internacionales, especialmente en el micro y
vía pública, el limpiado ,de vidrios de los coches cuando se macro centro de la ciudad. u De esta forma, la centralidad de
detienen en los semáforos, la mendicidad y la recolección Buenos Aires se fortalece y se prepara para recibir a empresa-
informal de residuos. rios, ejecutivos, inversores y un turismo cada vez más masivo,
Es claro que todas estas actividades mencionadas transcurren sobre todo, a partir de la devaluación del peso argentino en
en las calles y justamente por este motivo se ha concebido, más 2002. Así es como los rasgos de la economía global se hacen
arriba, a la calle como un recurso. La elección del lugar en donde presentes en el centro de la ciudad de Buenos Aires y la ubican
pernoctar, por parte de los Sin Techo, está en estrecha vincula- en los ya no tan nuevos mapas internacionales.
ción con la posibilidad de ejercer alguna de las actividades Por lo dicho anteriormente, Buenos Aires podría parecer
mencionadas. De esta forma, las personas que viven en la calle una ciudad rozagante en momentos de esplendor. Sin embargo,
no se distribuyen en la ciudad al azar, sino que, su distribución, a los pies de los edificios opulentos e inteligentes, cuando éstos
está determinada por los recursos que usan para su subsistencia, quedan vacíos de oficinistas por la noche, aparecen los nuevos
por los circuitos de rebusque 10 que van confeccionando. Según actores sociales: quienes buscan entre las grandes cantidades
los funcionarios entrevistados a cargo del conteo de personas Sin de residuos teciclables, desechados por estos edificios globa-
Techo, en 2007 se encontró poca densidad de personas en situa- les, y las personas en situación de calle que encuentran, en las
ción de calle en los sectores residenciales apartados del centro y galerías comerciales y en los accesos del metro, espacios en
mucha concentración, de personas Sin Techo, en el centro de la donde pernoctar refugiados del frío y de las luces. De esta
ciudad y en zonas con una intensa actividad comercial o movi- forma, la inclusión y la exclusión conviven en un mismo espa-
miento turístico. Los circuitos de rebusque pueden estar determi- cio, alternándose en los usos. En un momento del día, predo-
nados por la presencia de comedores comunitarios o la existen- minan en el paisaje las multitudes de trabajadores empleados
cia de establecimientos gastronó micos y de lugares en donde de los edificios tecnológicos, y por las noches, la calle se trans-
ganarse algunas monedas estacionando autos o mendigando. A forma en el recurso necesario para sobrevivir de quienes se ven

5
desplazados del modelo económico productivo que tiene como de personas que llegan a esta área diariamente. Sin em
emblema a esas torres de oficinas, muchas veces sucursales de cuando esta ciudad esplendorosa se apaga, se enciende I
grandes corporaciones internacionales. tracara con la aparición de los desafiliados, más precisa
Por lo dicho, anteriormente, las calles céntricas de Buenos de los cartoneros y de las personas Sin Techo, que bus(
Aires dan cuenta del mayor contraste social, son una manifes- espacio en donde refugiarse y pasar la noche. Del dí
tación de la creciente polarización social que convive y se noche, las calles céntricas dejan de ser un lugar de tráns
turna para llevar a cabo un uso diferencial del espacio urbano. acceso y de paseo para los turistas y se convierten en un
De esta forma, no resulta apropiado pensar sólo en el desen- so que proporciona la posibilidad de obtener dinero y n:
cuentro de los distintos sectores sociales, en los espacios insti- Los grupos, que así la experimentan, construyen sus estn
tucionales que ya no comparten, sino en los nuevos ámbitos de supervivencia en tomo a tres aspectos: 1) la recolecc
que sí se ponen en contacto y en las nuevas formas de articula- residuos reciclables desechados por la gran cantidad de
ción entre unos y otros. nas; 2) la mendicidad, sobre todo, en zonas de gran aft'
de turistas; y 3) la elección del lugar de pernocte.
A modo de conclusión: empobrecimiento y segregación Desde los estudios urbanos, usualmente, se piensa
urbana creciente aislamiento social entre los pobres y los sector.
beneficiados, que eligen vivir en barrios homogéneos en
El proceso de empobrecimiento de la sociedad argentina tuvo to al nivel socioeconómico. De esta forma, junto al deteri
fuertes efectos sobre la ciudad de Buenos Aires y sus poblado- las prestaciones estatales, el acceso a la calidad de los sel
res. Durante la década de 1990, en un contexto de precariza- básicos como la educación y la salud, comienza a ase
ción laboral, crecimiento exponencial del desempleo, la des- cada vez más con el nivel adquisitivo, con el poder de •
igualdad y la pobreza, las personas en situación de calle se mo. La pérdida de espacios comunes implica la imposil
conformaron como una de las manifestaciones más crudas. de tener un proyecto común entre diversas clases sociale~
Puso ante la vista de todos las diferencias sociales, los efectos disminución del portafolio de activos de los sectores mí
no deseados de un mercado laboral más selectivo y excluyente favorecidos, en cuanto a que su proximidad con la fom
y una mayor tolerancia a la desigualdad social. La mayor can- laboral, por ejemplo, en términos de goce de derechos I
tidad de personas Sin Techo en la ciudad implicó la necesidad les, estabilidad y beneficios previsionales, se ve cada Vé
de incorporar, en la agenda de la ciudad, a esta problemática y lejana e ilusoria. Pero una serie de estrategias de Sé
crear políticas sociales focalizadas en la atención de esta pobla- recientemente empobrecidos impugnan este proceso, I
ción en particular. La presencia de las personas Sin Techo se nuevos lugares de contacto. El espacio común se eu
fue naturalizando y, hoy, es vivida como una situación habitual ahora y como nunca, en la calle, aunque con usos diferen
en un paisaje urbano que mutó. la calle sigue siendo el lugar en el cual, las diferenc
El centro de Buenos Aires representa, quizás, el ejemplo encuentran, se miden, se solidarizan y se molestan.
más claro de la polarización social como fenómeno de los años
1990 a esta parte. Por un lado, se instalaron torres inteligentes Bibliografía
y empresas corporativas transnacionales que emplean a miles
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-- "La 'insoportable levedad' de lo urbano" en Eure, Vol. 33, N° 99, San- coyuntural, en una sociedad con mayores niveles de desigualdad; por estar
tiago de Chile, Pontificia Universidad Católica de Chile, diciembre desconectada de las tendencias macroeconómicas; por encontrarse aislada
2007, pp. 47-64. en barrios estigmatizados; y por estar acompañada del proceso de des in-
KESSLER,Gabriel y Mercedes DI VIRGILIO.La nueva pobreza urbana en Argen- dustrialización, la retirada del Estado de sus funciones tradicionales y la
tina y América Latina, Trabajo presentado en el Seminario "Perspec- implementación de políticas que responden a los intereses del mercado.
tives on Urban Poverty in Latin America", Washington, Woodrow 8 Varios trabajos han demostrado (especialmente para el caso mexicano),
Wilson Center of Public Policy, 2003. cómo los sectores pobres acumulan desventajas (con este término se alude
MERKLEN, Denis. Asentamientos en La Matanza, Buenos Aires, Catálogos al perverso impacto que el deterioro del empleo tiene en otras dimensiones
Editora, 1991. de la vida de los individuos y sus grupos domésticos). Según estas visio-
-- "La lógica del cazador, notas sobre sociabilidad y cultura en los asenta- nes, existe una serie de elementos que generan espirales de desventajas
mientos del GBA hacia fines de los 90" en Desde abajo. La transfor- que se combinan aumentando la vulnerabilidad y la pobreza de los indi-
mación de las identidades sociales, Buenos Aires, Biblos, 2000. viduos y grupos domésticos de escasos recursos (Bayón y Saraví, 2007;
MII'IUJÍN,Alberto. "En la rodada" en Cuesta abajo. Los nuevos pobres: efectos González de la Rocha, 2001, 2007).
de la crisis en la sociedad argentina, Buenos Aires, UNICEF/LOSADA, 9 Si bien esta última idea es discutible ya que el cirujeo sí está vinculado
1991. con la industria del reciclaje de residuos, destacamos que sí se constata la
OSZLAK,óscar. Merecer la ciudad. Los pobres y el derecho al espacio urbano, dificultad de vastos sectores para alcanzar empleos formales que otorguen
Buenos Aires, CEDES-HUMANITAS, 1991. derechos laborales y beneficios previsionales, por ejemplo.
10
PREVOTSCHAPIRA,Marie-France. "Buenos Aires en los 90, metropolización y El término "rebusque" remite a la posibilidad, que tienen las personas, de
desigualdades" en Eure, Vol. 28, N" 85, Santiago de Chile, Pontificia encontrar estrategias de supervivencia a partir de los pocos recursos con
Universidad Católica de Chile, 2002. los que se cuentan.
11
SASSEN,saskia. "Ciudades en la economía global: enfoques teóricos y met- El microcentro de la ciudad de Buenos Aires es la zona equipada, casi
odológicos" en EURE,vol. 24, N" 71, 1998, pp. 5-25. exclusivamente, por una gran cantidad de empresas y edificios de ofici-
-- La ciudad global: Nueva York, Londres, Tokio. Buenos Aires, EUDEBA, nas, en la cual convergen todas las líneas de subterráneos y millones de
1999. personas llegan a diario para trabajar. El macrocentro está conformado
SVAMPA,Maristela. "Introducción" en Svampa (ed). Desde abajo. Las transfor- por el área aledaña al microcentro, en la cual comienzan a encontrarse una
maciones en las identidades, Buenos Aires, Biblos, 2000, pp. 9-24. mayor cantidad de viviendas residenciales.
IDRRADO, susana. Historia de la familia en la Argentina moderna, Buenos
Aires, Ediciones de la Flor, 2003.
IDRRE, Juan carlos y Elisa PASTORIZA."La democratización del bienestar" en
Juan Carlos Torre (dir). Nueva historia argentina. Los años peronistas
(1943-1955). Tomo 8, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2002.
IDRRES, Horacio. "Cambios socioterritoriales en Buenos Aires durante la
década de 1990" en Eure, Vol. 27, N" 80, Santiago de Chile, Pontificia
Universidad Católica de Chile, mayo 2001, pp. 33-56.
WACQUANT,LOic. Los condenados de la ciudad. Gueto, periferias y Estado,
Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, 2007.

Notas

El modelo agroexportador se basó en la producción agrícoL-ganadera


con miras al mercado externo. Su extensión encontró fundamento en la
división internacional del trabajo propia del arraigado liberalismo de la
preguerra. Este modelo económico se extendió desde 1880 hasta 1930
aproximadamente.
2 El modelo de sustitución de importaciones surge en la década de 1930, más
precisamente en el periodo comprendido entre las dos guerras mundiales, Frontera Norte N° 39
a partir de la necesidad de suplir las carencias generadas por el cierre de Venta y suscripciones: El Colegio de la Frontera Norte
los mercados internacionales a los cuales se dirigían las exportaciones Coordinación de Publicaciones, Carretera Escénica
agrícola-ganaderas argentinas y de la restricción de las importaciones de
Tijuana-Ensenada km 18.5, San Antonio del Mar, 22560
manufacturas elaboradas en los países industriales que se encontraban en
Tijuana, Baja Califomia, México
guerra. Este modelo se extendió hasta mediados de la década de 1970.
3 Se entiende por mercado de trabajo formal al que comprende a todos los
Correo electrónico: publica@colef.mx
empleos registrados y que proporcionan derechos laborales, tales como Página: http://www.colef.mx/fronteranorte

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