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La experiencia interior Luher

LUIS HERNANDO MUTIS IBARRA

República de Colombia
Departamento de Nariño
Municipio de pasto
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La experiencia interior Luher

LA EXPERIENCIA INTERIOR

CONTENIDO

1. Conocimiento por experiencia


2. Orden, rigor y disciplina
2.1. Sobre el leer
2.2. Del temor y el miedo
2.3. ¿Tenemos tiempo?
2.4. Triunfar en la vida
2.5. Los problemas
3. Utilizar la propia experiencia.
4. La voluntad
5. Práctica y acción
5.1. La acción
6. El trabajo cotidiano
6.1. ¿Cómo es el día? (el nuestro)
Referencias bibliográficas
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La experiencia interior Luher

1. CONOCIMIENTO POR EXPERIENCIA

―No es posible ayudar a quienes aceptan consejo‖


Benjamín Franklin

―El alma –vuestra alma- ya sabe todo lo que se puede saber en todo
momento. Nada se le oculta, nada desconoce. Pero saberlo no es suficiente. El
alma aspira a experimentarlo. Podéis saber que sois generosos, pero a menos
que hagáis algo que demuestre generosidad, no tenéis sino un concepto.
Podéis saber que sois amables, pero a menos que hagáis algo que demuestre
amabilidad con alguien, no tenéis sino una idea sobre nosotros mismos. El
único deseo de vuestra alma es convertir ese magnífico concepto se sí misma
en su mayor experiencia. En tanto el concepto no se convierta en experiencia,
todo lo que hay es especulación‖1.

El conocimiento obtenido a través de una asimilación consciente de las


reglas, lecturas, estudios y hechos, nos da un cierto grado de poder que es, no
obstante, incomparable con el conocimiento alcanzado a través de la
experiencia. Ningún grado de cuidadosa presentación de hechos, ni perfección
en el progreso o forma de elucidar hechos y principios, puede igualar la
impresión sobre nuestra comprensión que la consciente realización que causa
una experiencia. Si en el trabajo personal, o en el estudio y experimentación,
buscamos avanzar esa más sutil naturaleza dentro de nosotros llamada lo
Interior, entonces la sola experiencia puede efectuar el resultado deseado.
Cuando nuestra consciencia y sentidos de realización pasan a través de una
experiencia, ciertas células nerviosas del cerebro, ciertos centros del sistema
nervioso y ciertos centros de la consciencia, se estimulan por la experiencia.
Una repetición de tales experiencias, estimulando periódicamente las células y
los centros así afectados, hace que se desarrollen en un sentido físico, y que
evolucionen en un sentido psíquico.
Si la contemplación periódica sobre una luz brillante estimulara periódica
o repetidamente ciertos centros de la retina del ojo y cerebro, y por medio de la
repetición causara gradualmente desarrollar en fuerza y rapidez de
ajustamiento, encontraremos que esta evolución y desarrollo de estos centros
hará que se sobresalten menos y se acostumbren más al resplandor de la luz.
Se sintonizarán con la luz fuerte mientras que antes de tales experiencias
periódicas, estaban desacostumbrados, sobresaltados y parcialmente
paralizados en su funcionamiento cuando súbitamente se encontraban frente a
alguna luz de gran intensidad.
Los ejercicios repetidos para la destreza de los dedos, como la práctica
de escalas musicales en el piano o en el violín, o al escribir o pulsar sobre un
teclado, mantienen la estimulación de ciertas células y centros del sistema
nervioso de modo que se hagan más fuertes o se desarrollen y evolucionen
física y psíquicamente para sentir más rápidamente las impresiones enviadas
por la mente, y realizar los esfuerzos para controlar los músculos de los dedos
en acción. La concentración del oído en ciertos finísimos matices o tonos de
sonidos, como en el consistente desarrollo de la habilidad para detectar tonos
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inarmónicos cuando se afina un piano, desarrolla ciertas funciones del oído.


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WALSH, Donald. “Conversaciones con Dios”, Tomo 1, página 33
La experiencia interior Luher

Ello evoluciona un entonamiento psíquico de este órgano con las variaciones


más finas y armónicas de las vibraciones sonoras.
De la misma manera, repetidos experimentos en el mundo puramente
interior desarrollarán ciertas células y centros de consciencia, evolucionando
ciertos entonamientos psíquicos de aquellas células y centros con las
condiciones y manifestaciones siempre existentes. Pero aquello no es
apreciado por la consciencia no desarrollada o no evolucionada. Así, los
beneficios de los experimentos, son dobles: Primero, nos enseñan a
comprender y a entender ciertos principios y leyes por medio de la experiencia
que, de otro modo, comprenderíamos y recordaríamos sólo parcialmente; y
segundo, nos enseñan a desarrollar y evolucionar gradualmente aquellas
funciones que deben estar agudamente vivas para tales manifestaciones a fin
de efectuar una completa realización de ellas.
Todos y cada uno de los experimentos en la enseñanza y el aprendizaje,
estarán ubicados en sus relaciones con otros experimentos, a fin de que se
mantenga el apropiado progreso en el desarrollo del pensamiento y el
sentimiento; además, cada experimento, cada prueba y ensayo, estará
colocado en la categoría que, si es dominado, agregará nuestra confianza por
su exitosa manifestación. Así, pues, paso a paso, se va fortaleciendo nuestra
confianza en los conocimientos que usamos o aplicamos. Por lo tanto, cuando
se nos otorga un conocimiento nuevo, nuestro éxito con las precedentes y
nuestro desarrollo con ellos, más nuestra completa confianza en nuestra
habilidad para actuar con los saberes o los constructos elaborados, nos
estimulará y animará a intentar la nueva experiencia y probar lo siguiente con
mayor energía y poder; y por qué no, con mayor concentración, menos
interferencia o debilidad debido a la duda., que si se diera dicho conocimiento
para probar y trabajar sin ninguna experiencia previa o conocimiento de nuestra
habilidad para usar tales conocimientos.
Muchos tienen la tendencia a juzgar su progreso o desarrollo debido
solamente al estándar puramente intelectual o académico de cantidad o
cualidad de conocimiento alcanzado a través de innumerables lecturas y/o
estudios, que por lo regular son en el orden mecánico, y en pocas ocasiones
realizadas de manera consciente y comprensiva. Tal base de comprensión
puede ser equivocada y falsa.
El verdadero estudiante, es el que juzga su progreso apreciando
correctamente su evolución interna que de manera silenciosa, certera, precisa
clara y consciente va sucediéndose en su pensamiento (mente, reflexión,
racionalidad) y en su sentir (sentimientos y emociones, su mundo afectivo e
intuitivo). Para tales estudiantes, el escuchar, entender y comprender un
conocimiento inspira un razonamiento cada vez con mayor madurez y claridad
Es lamentable que muchos sean de la opinión que el desarrollo del
pensamiento e interno del Ser humano únicamente debe corresponder a la
comprensión que se tiene de los conocimientos (e inclusive de sólo
información) con los cuales puede efectuarse cualquier actividad en el
desarrollo humano y social. Una lección (lectura, tarea, ejercicio, clase, dictado)
trabajada y estudiada con plena concentración, leída varias veces, inclusive
memorizada, no basta para que siga el éxito; hace falta emprender su
aplicación, su utilización, su internalización.
El desarrollo personal no corresponde exactamente con los estudios
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académicos y de convivencia, falta algo en la instrucción o la enseñanza que se


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recibe o se ha recibido, o que posiblemente existe una deficiencia en sus


propias naturalezas que les dificulta ―aprender‖ y vivir el conocimiento.
Todos podemos poner diez años de viaje sobre la faz de la Tierra en un
solo libro. Se pueden poner cuarenta años de laboriosa investigación en algún
reino de la ciencia o la literatura dentro de las páginas de un libro de texto. Se
puede poner una gran obra maestra de composición —quizás el trabajo de toda
una vida— en los quince minutos de un disco fonográfico o un audiovisual
(película, documental). Podemos apreciar en una hora de tiempo los puntos
sobresalientes de una pintura de Rembrandt o Miguel Ángel. En un lustro
podemos aprender todos los hechos conocidos por la química, una ciencia que
tomó centurias para desarrollarse. ¿Qué prueba todo esto? Solamente que no
existe relación entre la comprensión intelectual en tiempo y la verdadera
maestría de una disciplina, ciencia o arte. Ningún cirujano ni ningún músico se
hacen famosos meramente por observar a otros o al leer cómo algo debería
hacerse; solamente la práctica y la experiencia hacen lo perfecto.
Únicamente los textos, los documentos, los libros o todo lo impreso que
se quiera, no pueden dar la sabiduría, la iluminación, la habilidad o como quiera
llamársele a las formas de apropiación y uso de los saberes. Estos materiales
son apenas parte de un gigantesco rompecabezas, de modo que al tenerlos en
nuestras manos y abordarlos conscientemente es tener sólo una pieza que
puede completar el rompecabezas. Para lograr niveles de competencia superior
implica disciplina, voluntad, determinación y acción.
El colegio, la institución educativa, el aprendizaje tutorial, el auto-
aprendizaje, o cualquier forma de acercarse al conocimiento y al aprendizaje
son lugares a donde uno va si hay algo que uno no sabe y quiere saber. No es
un lugar a donde uno va si ya sabe algo y simplemente quiere experimentar su
sabiduría. La vida es una oportunidad para nosotros de saber
experimentalmente lo que ya sabemos conceptualmente. El mundo físico,
material y objetivo son la única manera de conocer experimentalmente lo que
se conoce conceptualmente.
Podemos ensayar por ejemplo, aprender a pasar por conocer lo
contrario. Para explicarlo de una manera sencilla, no podemos conocernos a
nosotros mismos en nuestra grandeza a menos que –y hasta que- seamos
conscientes de nuestra pequeñez. No podemos experimentar lo que nosotros
llamamos importante a menos que también pasemos por conocer lo
insignificante. Llevado a sus últimas consecuencias lógicas, no podemos
experimentarnos a nosotros mismos como lo que somos hasta que nos
hayamos enfrentado a lo que no somos.
Muy pocos de los juicios de valor que hemos incorporado a nuestra
verdad son juicios que hemos formulado basándoos en nuestra propia
experiencia. Pero la experiencia es lo que tenemos que buscar
constantemente, y por nuestra experiencia vamos a crearnos a nosotros
mismos. Nosotros no nos creamos a nosotros mismos por la experiencia de los
demás. No permitamos llegar a ser lo que somos por la experiencia de los
demás. Esto es un gran error, que no esperamos a tener nuestra propia
experiencia, sino que aceptamos la experiencia de los demás como la última
palabra, y luego, cuando nos encontramos con la experiencia real por primera
vez, permitimos que lo que ya sabíamos acerca del encuentro oculte lo que
realmente pensamos y sentimos. Si no obramos así, podríamos tener una
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experiencia completamente diferente; una experiencia que haría aparecer a


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nuestro maestro o fuente original como equivocado. En la mayoría de los casos,


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no queremos que nuestros padres, escuelas, religiones, tradiciones o creencias


aparecieran como equivocados, de modo que negamos nuestra propia
experiencia a favor de lo que han dicho que pensemos.
Todos los acontecimientos, todas las experiencias tienen como propósito
la creación de la oportunidad. Sería un error juzgarlas como ―obras del
demonio‖, ―castigos de Dios‖, ―recompensas del cielo‖, o cualquier otra cosa
intermedia. Simplemente son acontecimientos y experiencias, cosas que
suceden. Lo que les da significado es lo que pensamos de ellas, lo que
hacemos al respecto, y lo que somos en respuesta a ellas. Los acontecimientos
y las experiencias son oportunidades que atraemos, creadas por nosotros
mismos a través de la conciencia. La conciencia crea experiencia. Estamos
intentando elevar nuestra conciencia; hemos atraído estas oportunidades a fin
de usarlas como instrumentos en la creación y experimentación de lo que
realmente queremos ser.
Nadie llega a nosotros por accidente; las coincidencias no existen; nada
ocurre al azar; la vida no es producto de la suerte; los acontecimientos, al igual
que las personas, las atraemos nosotros, para nuestros propios propósitos.
Si derivamos nuestra felicidad en la vida de experiencias que sólo se
obtienen en el Mundo Exterior –el mundo físico fuera de nosotros mismos-
nunca vamos a renunciar a una onza de lo que acumulamos para hacernos
felices. Y mientras aquellos que ―no tenemos‖ veamos la infelicidad vinculada
con la carencia de cosas materiales, también quedaremos atrapados en el
engaño. Constantemente, los que no tienen querrán lo que nosotros
conseguimos, y nos negaremos permanentemente a compartirlo. Las guerras
se desatan porque alguien tiene algo que otro quiere. Esto es lo que ocasiona
que alguien actúe en una determinada manera que no aprueba algún otro.
Todo conflicto surge de un deseo fuera de lugar.
La única paz se sostiene en que todo el mundo viva su propia paz. Es
necesario permitir que cada persona encuentre la paz en su interior. Cuando
encontramos la paz en nuestro ser interior, descubrimos también de que
podemos prescindir de lo exterior. Significa que ya no necesitamos las cosas
materiales o de los estímulos externos para estar bien. La ―ausencia de
necesidad‖ es una gran libertad. Nos libera, primero del temor: temor de que
haya algo que no tengamos; temor de que haya algo que tengamos y que
podamos perder, y temor de que sin una cierta posesión no seamos felices. La
ausencia de necesidad nos libera del enojo. El enojo es temor expresado.
Cuando no tenemos nada que temer, no tenemos por qué enojarnos.
El propósito es crear nuestra propia experiencia en el glorioso momento
del Ahora. En consecuencia, no elegimos la vida que experimentaremos por
adelantado. Podemos seleccionar las personas, condiciones, circunstancias,
lugares y acontecimientos, desafíos y obstáculos, oportunidades y opciones
con las que crear nuestra experiencia. Nuestro potencial es ilimitado en todo lo
que hemos elegido hacer. Bendigamos a toda persona y condición, y demos
gracias. Se insiste en que en el mundo nada ocurre por accidente y no existe
nada parecido a la casualidad. Ni tampoco el mundo está a merced de los
avatares del azar, o de eso que se le llama destino.
La perfección está en el proceso y toda vida surge de una decisión.
Todos los días están llenos de momentos cruciales. Desde el instante en que
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nos despertamos nos definimos personalmente al decidir levantarnos y hacer


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ejercicio o dormir media hora más. Nos definimos al reportarnos enfermos aun
cuando podríamos asistir al trabajo. Nos definimos al ver televisión en vez de
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leer un libro sobre negocios o inversiones. Y nos definimos al dar nuestro


dinero a un vendedor para que lo invierta en vez de aprender a invertir nosotros
mismos. No resulta apropiado interferir en tal decisión, ni cuestionarla, menos
condenarla. Lo que sí resulta apropiado es observarla, y hacer todo lo posible
para ayudar a buscar y realizar la más alta decisión de nuestra conciencia.
Estemos atentos, pues a las decisiones de los demás, pero no seamos críticos
con ellas. Estar dispuesto a ayudarles si llegara el momento en el que buscaran
una decisión nueva y diferente.
Si algo es a todas luces correcto, hagámoslo. La cualidad de correcto o
equivocado no es una condición intrínseca, como un juicio subjetivo es un
sistema personal de valores. El mundo existe exactamente tal como es a fin de
que podamos formular dichos juicios. Si el mundo existiera en condiciones
perfectas, nuestro proceso de auto-creación terminaría.
El mundo se compone esencialmente de dos tipos de personas: quienes
te dan lo que quieres y quienes reparan las cosas. En cierto sentido, incluso
aquellos que simplemente te dan lo que quieres – los carniceros, los panaderos,
los cerreros- son también reparadores, puesto que desear algo a menudo
equivale a necesitarlo. Y satisfacer esa necesidad constituye una reparación. El
mundo existe tal como es porque nosotros lo hemos decidido. Estamos
destruyendo sistemáticamente nuestro propio medio ambiente, y luego
consideramos los llamados desastres naturales como una broma cruel de Dios.
Nada en absoluto es más amable que la naturaleza. Y nada en absoluto, ha
sido más cruel con la naturaleza que el hombre. No es cuestión de culpa, sino
de decisión.
Dios no hace nada por nosotros que nosotros no hagamos por nosotros
mismos. El mundo es como es por causa nuestra y de las decisiones que
tomemos o dejado de tomar. (No decidir también es decidir). Nuestra propia
vida es como es por causa nuestra y de las decisiones que hayamos tomado o
dejado de tomar. Todos provocamos, originalmente, las condiciones que
creamos en el ladrón, el deseo, o la necesidad percibida, de robar. Todos
creamos la conciencia que hace posible la violación. Cuando veamos en
nosotros mismos la causa del crimen, empezamos por fin, a poner remedio a
las condiciones de las que ha surgido.
Restituyamos la dignidad a los pobres. Demos una oportunidad a los
menos afortunados. Pongamos fin a los prejuicios que mantienen a las masas
amontonadas, enfurecidas y con pocas esperanzas de un mañana mejor.
Desterremos los absurdos tabúes, creencias, y culturas restrictivas que afectan
y dañan su propio desarrollo y crecimiento; ayudemos a los demás a entender
realmente su propio potencial.
No hay ninguna coincidencia, y nada sucede ―por accidente‖. Cada
acontecimiento y aventura es convocado a nosotros por nosotros mismos, con
el fin de que podamos crear y experimentar lo que somos realmente. Lo único
que hace falta es que lo sepamos, ya que somos los creadores de nuestra
realidad y la vida no nos puede descubrir otro camino que el que nosotros
pensemos y sintamos.
―Hasta ahora así es como hemos decidido vivir la vida. Continuamente
cambiamos de parecer. Recordemos que la vida es un proceso constante de
creación. Cada minuto estamos creando nuestra realidad. La decisión que
tomamos hoy, con frecuencia no es la elección que hacemos mañana. Sin
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embargo, he aquí un secreto de todos los maestros: cada vez que elijamos,
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elijamos lo mismo. Una y otra vez hasta que nuestra voluntad se manifieste en
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nuestra realidad. Para algunos podría llevar años. Para otros, meses. Para
otros más, semanas. Para aquellos que se acercan a la maestría, días, horas, o
minutos incluso, para los Maestros, la creación es instantánea.
―Cambiemos nuestro parecer todo lo que queramos. Sin embargo,
recordemos que con cada cambio de idea se produce un cambio en la dirección
de todo el universo. Cuando tomamos una decisión acerca de algo, ponemos
en movimiento el universo. Ciertas fuerzas más allá de nuestra capacidad de
comprensión –mucho más sutiles y complejas de lo que podríamos imaginar-
participan en un proceso cuyas intrincadas dinámicas estás ahora a punto de
empezar a entender.
―Nada es difícil para el Ser Superior, pero podríamos volver las cosas
muy difíciles para nosotros mismos. Por lo tanto, establezcamos un juicio y un
solo propósito acerca de una situación. Y no distraigamos nuestra mente hasta
que lo hayamos convertido en una realidad. Mantengámonos ubicados,
concentrados y enfocados. Esto es lo que significa ser firme. Si elegimos algo,
elijámoslo con todo nuestro poder, con todo nuestro corazón. No seamos
desanimados, ¡Sigamos adelante! Sigamos acercándonos. Apeguémonos a
nuestra determinación. No aceptemos un no como respuesta‖2.
Por ejemplo, si el objetivo es vivir una vida de buena salud y gran
longevidad, consumir una alimentación desordenada, fumar, consumir
psicoactivos y beber gran cantidad de líquidos que deterioran los nervios y
dañan el cerebro, no da resultado. Si el objetivo es criar hijos libres de violencia
e ira, colocándolos directamente frente a imágenes de violencia e ira durante
años, no da resultado. Si el objetivo es cuidar la tierra y aprovechar sus
recursos, actuando como si esos recursos fueran ilimitados, no da resultado. Si
el objetivo es descubrir y cultivar una relación con un Dios amoroso, para que la
religión pueda hacer una diferencia en los asuntos de los seres humanos,
entonces, enseñar sobre un Dios verdugo, de castigo y retribución terrible,
tampoco da resultado.
El motivo lo es todo. Los objetivos determinan los resultados. La vida
procede de acuerdo con nuestra intención, la verdadera intención se revela en
nuestras acciones y esas acciones las determina nuestra verdadera intención.
Al igual que todo en la vida (y la vida en sí), la vida es un círculo.
La vida es el Proceso mediante el cual todo se está creando. El proceso
de la creación nunca termina. Nunca está completo, nunca está terminado.
Todo es energía en movimiento. Nada, nada está sin movimiento. Mientras más
observemos, más sabremos y más podremos predecir. Lo que nunca cambia
es que todo está siempre cambiando. La vida es cambio. Sin eso que llamamos
―mal‖, la experiencia que llamamos ―bien‖ no puede existir.
Apreciemos las cosas que la vida nos da. Nadie, nadie puede decirnos
―cómo ser‖. Todo es energía y la energía se convierte en materia (esto es,
material físico y suceso), de acuerdo con lo que se piensa. Entonces, ―nada
importa‖ significa que nada se convierte en materia, excepto si elegimos que así
sea. Hay que ver cada problema como una bendición y cada perpetrador como
un ángel. El universo nos proporciona simplemente un campo de experiencia,
que podríamos llamar un campo de fenómenos objetivos. Nosotros decidimos
cómo etiquetarlos. Todo lo que necesitamos hacer para convertirnos en seres
muy evolucionados es incrementar la habilidad de observación. Ver ―porqué es
8

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Notas adaptadas de: WALSCH, Neale Donald. “Conversaciones con Dios”, siga disfrutando de una
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experiencia extraordinaria. Tomo II. Traducción de María Elisa Moreno y Agustín Bárcena. Mitos
Bolsillo, Grijalbo Mondadori, Barcelona. 1ª edición en Mitos Bolsillo: marzo de 2000. Página 23-26
La experiencia interior Luher

así‖ y luego, hacer lo ―que da resultado‖. En todo, seamos la causa. Es el caso


de que si comprendiéramos que ―todos somos uno‖, dejaríamos de tratarnos
mal mutuamente. Si comprendiéramos que ―hay suficiente‖, compartiríamos
todo con todos.

2. ORDEN, RIGOR Y DISCIPLINA

Jesús dijo: ―No deis lo santo a los perros, ni echéis


vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que
los pisoteen, y se vuelvan y os despedacen‖.

Saber sin practicar es como tener un tesoro enterrado, que no sirve para
nada, ni para nadie. Se pretende que en lo físico se tenga un cuerpo sano, en lo
anímico tener una aspiración pura y en lo mental una concentración perfecta
para, observar el equilibrio físico, mental y espiritual.
Hemos de vivir con arreglo a un plan, haciéndonos cargo de nosotros
mismos en relación a dicho plan. Si no hay propósito, ni plan, ni dirección
individual, nada hay en qué reparar, nada sobre lo cual reparar.
Permaneceremos donde estábamos, porque entonces no actuamos
conscientemente en nuestra relación con el mundo interior y lo que sucede en
él y en relación con el mundo de los otros que nos refleja. Tener más
conciencia requiere no dormirse interiormente. Dejarse vencer por el sueño
psicológico significa no hacer nada en la línea del Trabajo interior personal.

―El Trabajo significa trabajar interiormente, con muchos reajustes


interiores y exteriores, mucha comprensión de sí y prolongados y difíciles
períodos durante los cuales se quiere el Trabajo como una plantita que se
protege con ambas manos y se cuida esmeradamente. Esto significa la
atención y las dos manos significan la conciencia interior y exterior- la
conciencia de sí mismo y la conciencia de los otros. Esta planta no se
marchitará si se la vigila esmeradamente. Gurdjieff lo comparaba a un huevo
que se incuba y que no debe dejarse enfriar demasiado tiempo. Un antiguo
proverbio dice: "no más de ocho horas". Pues bien, es algo parecido a esto.
Porque las gentes que sólo piensan en Trabajar una vez por semana, en las
reuniones tienen que recibir nueva enseñanza. No hacen nada por sí mismas.
No tienen calor interno, ni fe. Esperan que los otros las calienten. Este es un
desdichado estado de ser y comprensión. "¿Qué ha hecho usted desde la
última reunión? ¿Qué ha comprendido? ¿En que ha reparado?". Ahora bien,
sabemos que mientras una persona es sí misma y se deleita consigo misma,
mientras se siga tomando a sí misma como a ella misma y esté satisfecha,
mientras no pueda separarse por medio de la observación de sí de lo que hasta
ahora ha tomado como sí mismo, no podrá modificar su ser. Será tal como fue -
esto es su ser seguirá siendo el mismo‖3. El trabajo requiere acción con mucha
fuerza positiva; pues cuanto más sintamos el Trabajo personal, mayores
posibilidades tendremos de lograr fuerza de conciencia. Es preciso trabajar por
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3
DUFRAN, Orión-om. “Sendero del cuarto camino o Retorno al círculo de la humanidad consciente.
Editorial Solar. Santafé de Bogotá. Primera edición, 1997; página 254.
La experiencia interior Luher

ello –pagar por ello-. Obviamente que preferimos seguir en el sueño psicológico,
¡sigamos dormidos y durmamos! Pero si deseamos el Despertar de nuestra
conciencia interna, ¡Trabajemos por ello!
Nosotros mismos somos los sujetos del trabajo, no es algo exterior,
hemos de penetrar en nosotros, es preciso instalarlo dentro de nosotros, para
comenzar a vivir según él y contemplar todo cuanto hagamos, pensemos y
sintamos, desde el poder del Trabajo personal. Definitivamente, el Trabajo es
algo nuevo, y no importa como haya sido nuestro pasado (sufrimientos,
reconocimientos, recompensas, esfuerzos, distinciones, pesares), es un punto
de partida, con el que nos ocuparemos de algo muy diferente, para ver y vivir la
vida de manera más completa, para tomarla como un medio y no como un fin.
Cada acontecimiento desagradable deja de hacernos negativos y cesamos de
identificarnos con cada crisis, dejamos de culpar a los otros por cada molestia,
de dejarnos arrastrar por cada evento o accidente de la vida; lograremos que
las dificultades disminuyan nuestra fuerza. Creamos un orden de ideas y de
trabajo diferentes que pueden hacer frente a las situaciones que la vida
mecánica provoca a cada momento.
Cuando uno cambia interiormente y tal cambio es radical, lo exterior, las
circunstancias, la vida, cambian también. Cada uno de nosotros debe descubrir
por sí mismo el sentido de la propia vida; aquello que nos mantiene prisioneros
en la cárcel del malestar. Resulta evidente que quien no siente interés alguno
por observarse a sí mismo, tampoco desea trabajar para lograr una verdadera
transformación y mejoramiento personal. Uno cambia íntimamente, cuando de
verdad consigue modificar sus reacciones ante los diversos hechos que nos
sobrevienen diariamente.
Observar nuestras reacciones mecánicas ante todos esos pequeños
detalles de alcoba, hogar, comedor, casa, calle, trabajo etc., lo que uno dice,
siente y piensa, es ciertamente lo más indicado. Empecemos por comportarnos
conscientemente durante una pequeña parte del día; necesitamos dejar de
actuar mecánicamente aunque sea durante unos breves segundos diarios, esto
influirá decididamente sobre nuestra existencia. Los hábitos nos tienen
amarrados; jamás un día carece de importancia; si en verdad queremos
transformarnos radicalmente, debemos vernos, observarnos y comprendernos
diariamente.
Por ejemplo: Respirar es vivir, meditar es crear. Cuando el hombre
medita y aspira, todo el cuerpo se convierte en filtro: absorbe mucha fuerza
hacia adentro y esta fuerza forma alrededor del cuerpo, una armadura
protectora que impide la penetración de las fuerzas negativas y destructivas.
Nos ayudará a vivir centrado y no en la superficie. Hay que meditar hasta
obtener un pensamiento propio y una fuerza propia y no acudir a otros seres
pidiéndoles protección. El pensamiento propio viene de lo interior y es el que
nos guía en el camino del crecimiento personal y la liberación.
Podemos mejorar y definir nuestra apariencia y nuestro actuar, y dicha
comprensión viene con la observación y la auto-observación, con el trabajo
intenso sobre sí mismo. En esta labor no existe nada despreciable. Cualquier
pensamiento por insignificante que sea, merece ser observado. Cualquier
emoción o reacción negativa debe ser observada. En tanto uno no cambie
interiormente, gústenos o no, nos inclinará a considerarnos víctimas de las
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circunstancias, manipulados por cualquier estímulo externo.


Todo el que quiere avanzar en su propia escultura personal deberá ser
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ordenado, verdaderamente disciplinado, ser templado; organizar el diario vivir


La experiencia interior Luher

(darle al cuerpo sus necesidades lógicas adecuadas (sueño, descanso,


alimento, abrigo), así mismo ejercitar mente, cuerpo y espíritu (pensar, ejercicio,
emociones, trascendencia) sin dejar que ninguna embote a las demás, que es
lo que ocurre cuando existen exclusividades en su dedicación. Hacer de los
entornos (casa, habitación…) lugares agradables y placenteros; cuidando en lo
posible que personalmente se proyecte un comportamiento y aire de pulcritud,
decencia, cortesía, honradez, cumplimiento, alegría, serenidad, sabiduría y
voluntad sin llegar a fanatismos ni dogmatismos. Cultivar siempre la dulzura, la
paciencia y el amor. Enseñemos con el ejemplo, recordando que los gritos, los
castigos y el maltrato, alejan la alegría y el bienestar, creando su efecto
contrario. Hoy más que nunca, se sabe que el castigo no sirve absolutamente
para nada.
La experiencia y la formación interior difunden y expanden la cultura
espiritual, intelectual, la cultura, la ética, el análisis lógico, la sabiduría, en un
sentido equilibrado de la conceptualización y la operatividad, la cultura
académica, la convivencia pacífica, el arte y la filosofía.
Cuando uno entra en el mundo de la senda del conocimiento y la
experiencia interna, tiene que morir –a viejos hábitos, acostumbrados modos de
ser- para vivir.

―Los líderes son modelos de conducta. Los líderes auténticos te inspiran


a ir más allá de lo que crees posibles para ti. Su presencia son lecciones sobre
cómo se quiere vivir la vida apegada a estándares personales más elevadas.
Un líder te inspira a ser más grande que tus dudas y temores. Los líderes
auténticos nos inspiran a ser más grandes y a hacer lo que nos da miedo hacer.
Si estás dispuesto a dar la vida, encontrarás la vida.
―Muchas personas dejan de crecer porque temen morir, porque la vieja
identidad se rehúsa a suicidarse, por lo que la vida sigue igual mientras el
mundo sigue, mientras el mundo sigue avanzando. Para que naciera el nuevo
yo tuvo que morir el viejo yo: Nace el rico y muere el pobre; nace el empresario
y muere el empleado; nace la persona esbelta y saludable y muere la persona
gorda y perezosa. Es decir que, ―todos quieren ir al cielo pero nadie quiere
morir.
―Los líderes tienen visión y enseñan a otros a ver. Ver con la mente lo
que los ojos no pueden ver. Algo transparente permite ver en su interior.
Cuando un banco te pide tu estado financiero quiere ver tú interior o del de tu
compañía. Tu estado financiero es la boleta de calificaciones de tu vida real.
―Tú serás responsable de ti mismo; los orientadores, maestros o tutores
te ofrecen sólo ideas y directrices. Realmente, sin pasión no tienes energía; sin
energía no tienes nada.
―Nos ganamos la vida con lo que obtenemos, pero hacemos nuestra vida
con lo que damos. El poder es resultado del conocimiento‖4.

La mejor sabiduría es la reeducación de sí mismo y no la enseñanza de


una escuela, doctrina o corriente de pensamiento. Lo mejor es buscar al
Maestro Interno. Lo mejor es seguir a nuestro sentir y pensar. Cuando
aprendemos a guiarnos por la experiencia y el conocimiento interno, el Maestro
sólo es uno, ya no hay que seguir a nadie, hay que seguirse a sí mismos;
11

4
TRUMP, Donald J. y KIYOSAKI, Robert T. con McIVER, Meredith y LECHTER, Sharon L.
Página

“Queremos que seas rico”, Dos hombres-un mensaje. Editorial Aguilar. Bogotá. Primera edición en
Colombia, junio de 2007. Páginas 401-407
La experiencia interior Luher

seguirá a su resplandeciente y luminoso Ser Interno. Cada cual es libre de


pensar como quiera y nosotros no podemos ejercer coacción sobre la mente
ajena; hay que respetar la libertad ajena. Nosotros debemos siempre dar
respetuosamente nuestro concepto y dejar a nuestro interlocutor la libertad
para aceptar o rechazar nuestro concepto
El problema individual es el problema universal. Para salvar al mundo
hay que salvar primero al individuo. Si el individuo es desgraciado, todo el
mundo que le rodea es desgraciado; es imposible separar el individuo del
mundo, porque ambos son uno. El Universo es el conjunto manifestado de
todas las emociones, pensamientos y deseos del individuo y de los individuos
que constituyen al mundo con sus naciones, razas y países. Un sólo hombre
puede dirigir los pensamientos de una nación, sus emociones y sus deseos.
Durante los ejercicios y la experimentación, hay que desalojar toda
preocupación mental; la melancolía, la tristeza, y demás emociones negativas
pues, son imanes que atraen durante el ejercicio aspectos nocivos. El
estudiante tiene que limpiar su cuerpo exterior e interiormente. El hombre
equilibrado respira con más fuerza y vigor, y una respiración sana y alegre
contribuye a eliminar los pensamientos y sentimientos destructivos y enfermos.
Cuando el hombre respira según el ritmo de la Naturaleza vive siempre sano,
sintiendo la palpitación saludable de la vida.
La limpieza interna consiste en respirar aire puro de los bosques y
campos. El hombre no puede vivir dos minutos sin respiración. También la
limpieza interna consiste en tomar mucha agua al día, porque la falta de este
elemento produce estreñimiento, causa de todas las enfermedades. El nombre
que se depura diariamente, regula diariamente su mente. Sin agua, el cuerpo
vive solamente pocos días.
Hay que tomar alimentos sanos y masticarlos debidamente; nunca debe
llevar al fanatismo de las dietas. Cuando nuestro ser va cambiando, también la
forma de alimentarnos va transformándose, va ocurriendo de manera natural.
Se van produciendo deseos internos de tomar tal o cual alimento para reparar
ciertas deficiencias de ciertos elementos. Iremos transformando las
impresiones durante todo el día, para que por la noche tengamos una energía
de alta calidad y no un miserable excedente. Quien aprende a transformar las
impresiones se alimenta mejor que quien come mejor.
―La indiscreción, es necesidad imperiosa de inspirar el asombro, la
admiración. Ese es el precipicio que más temen los Maestros para con los
neófitos. Que un vano deseo de brillar a los ojos del mundo no cause su
perdición‖5. La indiscreción, al igual que el abuso de poder, es hija del orgullo y
es observable en todo estudiante en sus comienzos, antes de haber
transformado su ansiedad en aspiración pura, y antes de haber logrado plena
madurez y seguridad de sí.

2.1. SOBRE EL LEER


Cuando nos damos al empeño en leer todo cuanto cae en las manos sin
comprenderlo y el atesorar miles de libros sin practicar nada, nunca podrá ser
tan útil como la experiencia del conocimiento. Por lo general emerge la creencia
de saberlo todo y creer tener un dominio extraordinario, pero, sólo es una
12
Página

5
GERMAIN, Saint Conde de. “La Santísima Trinosofía”. Traducción e interpretación del texto y las
figuras por Edmundo Waisman y Zulema Gómez. Colección Solar Editores. Bogotá D. E. Página 16.
La experiencia interior Luher

necedad que decepciona. La lectura insensata, desordenada y arbitraria es


siempre peligrosa. Muchos leen sin conseguir comprender mucho.
Siempre que se estudia, podría concluirse escribiendo sobre lo que se
lee, sólo así se termina de leer. Hay que leer, leamos cuanto queramos, pero no
permitamos que «ningún» libro embote nuestra sensibilidad ni la razón. Los
libros tienen por objeto enseñar, instruir e incluso entretener, pero «no» son un
maestro al que se pueda seguir ciegamente y sin ninguna reserva. Ninguna
persona inteligente se dejará esclavizar por un libro o por unas palabras. Por
ejemplo, no importa que una persona estudie mucho y lea muchos libros
espirituales; eso no lo hace espiritual.
Los libros, ¡naturalmente tienen que existir! Las bibliotecas del mundo –
reales y virtuales- constituyen un reservorio de todos los conocimientos de la
humanidad, pero solamente a un estúpido se le ocurriría, pensar que la
humanidad es la esclava de los libros. Estos sirven únicamente de orientación
para los hombres y pueden ser utilizados como materia de estudio. Es evidente
que si no se usan adecuadamente, pueden convertirse en una maldición, por
que pueden inducir a las personas a creerse más importantes de lo que son
realmente, desviándolos de los auténticos caminos de la vida, sí éstos carecen
de la preparación y de la inteligencia necesarias para recorrerlos hasta el final.
Los libros no dan experiencia, pues, se puede leer un libro sin adquirir
conocimiento alguno. La verdadera prueba consiste en la experiencia personal,
en vivir la información y los datos para que se vuelva conocimiento.
¿Cuál es la utilidad de los libros? Podemos estudiar en todos los países
del mundo bajo la dirección de los maestros más insignes, las palabras escritas
—los libros— pueden proporcionar sus enseñanzas, pero no debemos creer todo
cuanto leamos y hasta los grandes maestros del pensamiento nos dirán que es
necesario que utilicemos nuestro propio criterio y que consideremos sus obras
como un punto de partida capaz de orientarnos por el camino de nuestra propia
verdad. Muchos leen tanto y comprenden tan poco que casi siempre están
enajenados; es como una esponja humana que absorbe todos los
conocimientos, pero es incapaz de asimilarlos.
Las personas que carecen de la preparación suficiente para estudiar una
materia pueden perjudicarse considerablemente con la lectura indiscriminada
de las obras que tratan de dicha materia, aunque lo hagan con el propósito de
acelerar su desarrollo mediante el estudio de las teorías ajenas. Puede darse el
caso de que el lector sea un hombre poco evolucionado y, entonces, al intentar
comprender esas cosas sin la preparación suficiente para ello, en lugar de
acelerar su desarrollo, lo que hace es imposibilitar su evolución y crecimiento.
Podemos escuchar a otros, pero debemos hacer una elección y seguir
nuestro propio camino con toda responsabilidad. Recordemos que todos los
que enseñan y todo lo que enseñan (como los libros o escrituras) son sólo
indicadores, como un dedo estirado, y señalan el camino que uno debe tomar.
Todas las palabras impresas y escritas, sólo deben servir como aliciente para el
trabajo de la mente de uno. No se puede ir muy lejos siendo un mero teórico,
hay que ser una persona práctica, así como muy estudioso de la palabra
escrita.
Si dividimos nuestros pensamientos, dividimos nuestras fuerzas. Cada
uno debe decidir lo que desea hacer, lo que desea ser; y una vez que lo
13

hayamos decidido debemos concentrarnos de todo corazón y con el


pensamiento no dividido en la consecución de lo que deseamos ser.
Página
La experiencia interior Luher

La práctica trae perfección; la teoría por sí sola no puede traer nada


(excepto un disfrute intelectual de parte de los que la entienden). Todo aquel
que corrige sus errores triunfará inevitablemente. Tenemos un cargamento
voluminoso de ideas ajenas que afectan todos los departamentos de nuestra
vida, el cuerpo, el espíritu, el sentimiento y la mente.

2.2. DEL TEMOR Y EL MIEDO


En cuestiones de nuestro mundo interior, lo único que hay que temer es
el sentir temor. El miedo genera pensamientos indeseables y nos impide poder
dominarnos y controlarnos a nosotros mismos. Debemos repetirnos hasta la
saciedad que no hay nada tan terrible como el propio temor. Si el temor puede
ser vencido, la humanidad incrementará su firmeza y su pureza. El miedo es el
verdadero causante de las guerras y de las disensiones del mundo, lanzando a
los hombres unos contra otros. El es nuestro gran enemigo, hasta tal punto que
si los seres humanos fuéramos capaces de librarnos del temor, en realidad, ya
no tendríamos nada que temer. El miedo es algo auténticamente real y tangible.
Las cosas que tememos solamente pueden dañarnos si no somos
capaces de dejar de temerlas. El miedo corroe el espíritu. Las imaginaciones
vanas e inútiles nos empujan a lo largo de caminos torcidos y, con el tiempo,
los sueños se convierten en realidades y las realidades desaparecen y ya no
vuelven a surgir.
Es muy difícil tratar de razonar con la gente, es muy difícil tratar de
explicar una cosa a una persona, pues existe una ley precisa según la cual en
toda batalla entre la emoción y la razón, la emoción vence siempre, por grande
que sea la inteligencia que se posea, por grande que sea su facultad de
razonamiento. Si uno se excita y se enfurece la emoción domina a la razón.
Sabemos que las emociones –y el miedo es una de ellas- duran
segundos, que los estados de ánimo se mantienen durante todo un día y que el
temperamento llega a perdurar años. Por ello, cualquier intento de cambio debe
comenzar centrándose sobre las emociones para modificar los estados de
ánimo y, finalmente, acabar provocando un cambio de temperamento. Dicho en
otras palabras, nuestro trabajo debe empezar actuando sobre los eventos
instantáneos constitutivos de nuestra vida mental, ya que como suele decirse,
si queremos ocuparnos de nuestro futuro debemos de empezar en el instante
presente.

2.3. ¿TENEMOS TIEMPO?


Generalmente estamos atados por nuestros apetitos, sentimientos y
pensamientos negativos. Hay tantos ansiosos de ir con la corriente que no
tienen tiempo de mirar a su alrededor. Estamos atrapados en el torbellino de la
existencia laboral; tenemos que ganarnos la vida; luego están las obligaciones
sociales. Después tenemos que dormir un poco, por lo cual toda nuestra vida
está planeada en un torbellino de locura, donde no hay nunca tiempo para
nada. Pero detengámonos un minuto y preguntémonos: ¿qué necesidad hay
para esa prisa? ¿No podemos lograr de algún modo dedicar aunque sea unos
14

minutos diarios a la meditación y/o al relax? Si meditamos y/o nos relajamos,


podemos salir de este mundo. Podemos, con un poco de práctica, pasar a un
Página

estado aislado del mundo. La experiencia es fascinadora, elevadora. Cuando


elevamos nuestro estado interno, aumentamos nuestro promedio de
La experiencia interior Luher

vibraciones, y cuánto más alto percibamos más hermosas serán nuestras


experiencias.
Para muchas personas el día se divide en tantas horas y, sin embargo,
no son suficientes para hacer todas las cosas que uno quisiera hacer. Aunque
se piensa que no se rehúye el trabajo personal pero, lo que resulta una
frustración es que no sólo siempre se carece de tiempo para las cosas más o
menos mundanas que uno quisiera hacer sino que jamás se dispone del
necesario para lo espiritual, para nuestro estudio interno a que uno quisiera
dedicarse. Si es la meditación, no pareciera que se tenga mucha energía para
levantarse más temprano que lo que es habitual ni aun en sábado o domingo
en lugar de dormir una hora más.
Las firmas comerciales, las fábricas y un gran número de oficinas
importantes tienen el mismo problema. Todos disponemos de tiempo en una
proporción de tres a cuatro veces más de lo que pensamos tener, pero
generalmente lo desperdiciamos de la misma manera que se malgasta el agua,
no obstante la escasez mundial que hay hasta de agua para beber.
Los expertos en motivación y liderazgo, estudian el modo en que la
gente hace cosas. Por ejemplo, si se va a la cocina cuántas cosas se lleva de
una vez. Usted lleva una o dos cuando sabe perfectamente bien que enseguida
tendrá que volver por dos o tres más. Si la gente analizara solamente, con
inteligencia, las cosas que tiene que hacer, dispondría del tiempo adecuado
para llevarlas a cabo.
El modo de proceder es escribir una lista en un papel de todas las cosas
que se quiere hacer en un día dado. Deseche las que no son realmente
necesarias y proyecte las restantes de la manera más práctica en cuanto a
tiempo, sin necesidad de realizar dos o tres viajes cuando uno es suficiente.
Algunas personas tienen alguna compra que hacer, corren hasta el almacén de
la esquina y vuelven con ella, para cuando están en la cocina encontrar que no
tienen sal o azúcar o cualquier otra cosa lo cual las obliga a hacer la misma
operación de nuevo. Así corren el día entero. Otras, quizá tienen encomiendas
para enviar y se movilizan sólo para eso cuando si esperaran un poco más
podrían hacerlo al salir de compras.
Debemos dividir el día exactamente como se dividen las clases en el
colegio: tanto para geografía, tanto para historia, tanto para aritmética, tanto
para recreo y tanto para el restaurante. Si distribuyéramos nuestras tareas de
una manera razonable tendríamos tiempo de sobra para hacer cosas.
Si la gente distribuyera convenientemente las tareas que debe realizar
en el día y no se desviara del plan que se ha trazado tendría tiempo suficiente
para todo. Es importante planear y no tanto programarse, porque se caería en
la mecanicidad de las acciones, se robotizaría la vida.

2.4. TRIUNFAR EN LA VIDA


Si Dios supiese lo que iba a ocurrir en el momento siguiente, la vida sólo
sería un proceso mecánico, inerte. No habría libertad, ¿y cómo puede existir la
vida sin libertad? No habría ninguna posibilidad de crecer. Si todo está
predestinado de antemano, no habrá gloria ni grandeza. Entonces sólo
seríamos robots.
15

La vida no escucha razonamientos; va por su propio camino sin


Página

detenerse. Nosotros tenemos que escuchar a la vida, la vida no va a escuchar


nuestros juicios, no le interesan nuestras disquisiciones y reflexiones. La vida
La experiencia interior Luher

es así. No podemos prepararnos ni estar listos. Ésa es su belleza, ése es el


misterio, que siempre nos coge de sorpresa, siempre llega de sorpresa. Cada
momento es una sorpresa y no se puede aplicar una respuesta premeditada.
No intentemos comprender la vida. ¡Vivámosla! No intentemos
comprender el amor. Instalémonos en él. La vida no es un problema. Si la
consideramos un problema estamos dando un paso equivocado. La vida es un
misterio que tenemos que vivir, amar y experimentar. No puede haber un mapa
porque la vida va cambiando permanentemente. Todos los momentos son
ahora. No hay nada viejo bajo el sol, todo es nuevo. Hay un tremendo
dinamismo, un movimiento absoluto. Sólo el cambio es permanente, lo único
que no cambia es el cambio.
No hay mayor fracaso que el éxito. El éxito sólo tiene importancia si
nuestra vida es un fracaso. Cuando lo alcanzamos nos damos cuenta de que
todo el mundo nos ha engañado, toda la gente, la sociedad. El éxito nos quita
toda esa paz mental. El éxito extrae todo lo significativo de la vida: la paz, el
silencio, la alegría, el amor. Nos va quitando todo. Al final, nuestras manos
están llenas de cosas inútiles, y se pierde todo lo que tenía valor. Y de repente,
nos damos cuenta de que necesitamos paz mental. De hecho, si una persona
sabe qué es la paz y qué es la mente, no podría escribir un libro que se llamara
Paz mental, porque la mente es el origen de la falta de paz, de la inquietud.
Cuando no hay mente hay paz.
Por doquier, todo el mundo busca la paz mental, y cuando estamos
buscando, podemos encontrar a gente que está lista para dárnosla y
vendérnosla. Es una ley básica de la economía: donde hay demanda hay
oferta. No importa si necesitamos o no lo que estamos pidiendo. Y a nadie le
importa lo que nos van a proporcionar: si se trata de una publicidad falsa, una
propaganda, o si realmente hay algo sustancial.
Las personas astutas y avispadas, conociendo este principio básico —
donde hay demanda hay oferta— han dado un nuevo paso. Ahora dicen: «No
hace falta esperar a que haya demanda, la puedes crear.» Y éste es el arte de
la publicidad: crear la demanda. Incluso, antes de leer un anuncio no teníamos
esa necesidad, nunca habíamos sentido esa necesidad. Pero, al leerlo, de
repente muchas veces sentimos: «Dios mío, me lo he estado perdiendo. Soy
tan tonto que ni siquiera sabía que existía algo parecido.»
Realmente, si hay mente, entonces no hay paz. Si hay paz, entonces no
hay mente. Pero si escribimos un libro que se llame Paz de la no—mente... no lo
va a comprar nadie, no tendrá sentido para ellos, aunque es la auténtica
realidad.
La vida entonces, sólo puede vivirse peligrosamente, no hay otra forma
de vivirla. La vida sólo alcanza la madurez y el crecimiento a través del peligro.
Tenemos que ser aventureros, siempre dispuestos a arriesgar lo conocido por
lo desconocido. Y en cuanto hayamos probado la experiencia y la alegría que
produce la libertad, la osadía y la ausencia de miedo, nunca nos vamos a
arrepentir, porque sabremos qué significa vivir la vida al máximo. Sabremos
qué significa quemar la antorcha de nuestra vida por los dos extremos. Un solo
instante de esa intensidad es más gratificante que toda una eternidad de vida
mediocre.
Nos perdemos muchas cosas en la vida porque no somos valientes.
16

Pero, en realidad, no necesitamos hacer ningún esfuerzo para alcanzarla —sólo


ser valientes— y las cosas empiezan a llegar en lugar de tener que ir a
Página

buscarlas... por lo menos, en el mundo interior es así.


La experiencia interior Luher

Lo más valiente es ser dichoso. Ser infeliz es muy cobarde. De hecho, no


necesitamos nada para ser infeliz. Hasta un cobarde puede hacerlo, hasta un
idiota puede hacerlo. Todo el mundo es capaz de ser infeliz, pero para ser
dichoso se necesita tener mucho coraje, es una ardua tarea.
―Se le teme a la muerte porque no sabemos lo que es la vida. Puesto que
no sabemos lo que es la vida, tememos que llegue a su fin algún día. Todo el
tiempo estamos postergando. No sabemos vivir el momento. No se puede vivir
si se deja de morir. Estar dispuestos a morir, es realmente vivir.
―Cuando se vive la vida al mínimo, se percibe una separación entre la
vida y la muerte. Mientras más nos acercamos al clímax, más se acercan los
dos. En la cumbre, se juntan y se vuelven una. En el amor, en la meditación, en
la oración, en la confianza, donde quiera que la vida es total, está también la
muerte.
―La vida es un proceso sin principio ni fin. No comienza jamás. No
comienza ni termina en ninguna parte. Somos parte de la eternidad. La vida es
un proceso atemporal y eterno. La muerte es parte del proceso.
―Lo que sucede es que estamos demasiado identificados con la forma y
eso da lugar al ego. Por consiguiente, vive atemorizado, temblando, trepidando,
siempre asustado, siempre protegiéndose, asegurándose. Pero quien
comprende la vida, comprende también la muerte. La vida es el olvido de la
fuente original y la muerte es el recuerdo. La vida es apartarse de la fuente
original y la muerte es el regreso al hogar. La muerte es bella solamente para
quienes han vivido la vida sin limitaciones, sin inhibiciones, sin restricciones. Si
la vida es una celebración, la muerte es la celebración máxima. La muerte
revela cómo ha sido la vida. Si hemos sido desgraciados en la vida, la muerte
revelará esa desgracia. Si hemos vivido solamente una vida de comodidades y
placeres físicos, la muerte será muy incómoda y muy desagradable porque
implicará dejar atrás el cuerpo.
―Quien le teme a la muerte le teme también a la vida, porque la vida trae
consigo la muerte. Si trancamos la puerta por temor a un enemigo, el amigo
tampoco podrá entrar‖ 6.
La vida está presente en los desafíos y las crisis. La vida necesita
inseguridad. Siempre que hay inseguridad nos sentimos más vivos, más
alertas. En las seguridad no hay desafíos, no se necesita inteligencia; impulsa a
buscar dinero en el banco, los seguros, el matrimonio, la estabilidad, el empleo,
el hogar, estar vinculados a una iglesia, un partido político, una organización,
un sitio al cual pertenecer. Y es a causa de ese miedo que los políticos y
sacerdotes continúan explotando. La promesa mantiene a la gente en la
esclavitud.

CON RESPECTO A LO SOCIAL

El hombre que diariamente culpa a otros de sus propios fracasos y jamás


reconoce sus propios errores no podrá apoderarse de su vida. No caigamos en
el mismo error; tengamos el valor de reconocer nuestros propios errores. Así
también se evitará males peores. Quien reconoce sus propios errores puede
formar un hogar agradable. El político, el científico, el filósofo, el religioso, el
17
Página

66
OSHO. “El Miedo”. Cómo comprender y aceptar las incertidumbres de la vida. Traducción de Adriana
de Hassan. Grupo Editorial Norma. Bogotá, D. C. Abril de 2008. 143 páginas.
La experiencia interior Luher

educador, etc. que llega a reconocer sus propios errores, manejarlos y usarlos
en beneficio de su crecimiento, puede manejar su vida.
Parte del silencio interno, de estar despierto y consciente, es no criticar
ni juzgar a nadie. Quien lo hace es débil, mientras el que se auto-critica es un
coloso. La criticadera es inútil porque lastima al orgullo ajeno y provoca la
resistencia de la víctima que entonces busca justificarse a sí misma. La crítica
provoca una reacción inevitable contra su propio autor. Cuando se sabe vivir sin
criticar a nadie, no provoca resistencia ni reacciones de parte del otro y
consecuentemente se forma un ambiente de éxito y progreso. Por otro lado, el
que critica a otros se llena de enemigos. Tenemos que recordar que los seres
humanos están llenos de orgullo y vanidad y estas producen una reacción
(resentimiento, odio, etc.) que va dirigida contra el que los critica. Aquel que
quiere corregir a otros, es mejor que comience por corregirse a sí mismo. Esto
resulta mejor y menos peligroso.
Entre el Espíritu y el cuerpo existe un mediador, el sistema nervioso,
cuidémoslo. Cuando el sistema nervioso se halle irritado por algo que le canse,
es mejor huir de eso. Trabajemos intensamente pero con moderación, el trabajo
excesivo fatiga. Si no hacemos caso a la fatiga, si continuamos con el trabajo
excesivo, entonces la fatiga es sustituida por la excitación. Cuando la excitación
se hace morbosa se convierte en neurastenia. Es necesario alternar el trabajo
con el descanso agradable; así evitamos el peligro de caer en la neurastenia, la
cual tiene muchas causas como: impaciencia, cólera, egoísmo, soberbia,
orgullo. El tipo neurasténico se vuelve criticón, irritable e intolerable.
Si queremos rodearnos de buenas circunstancias para cristalizar
cualquier negocio o círculo social, entonces debemos reconocer las buenas
cualidades de los demás. Estimulemos las buenas cualidades de las personas
de nuestro entorno, no humillemos a nadie, ni despreciemos a nadie. Es
necesario dar alimento psicológico a cada cual en su trabajo, oficio o profesión.
Por medio del aprecio y de ese alimento podemos suscitar entusiasmo en todas
aquellas personas que se relacionan con nosotros. Aprendamos a elogiar
sabiamente a nuestros semejantes sin caer en la adulación. Las personas se
sienten reconfortadas con el alimento de la estimación. Seamos caballerosos.
Así formaremos el ambiente favorable. La apreciación sincera de los méritos
de otros es uno de los grandes secretos del éxito.
Por otra parte, es necesario dejar la molesta costumbre de estar
hablando de nosotros mismos a cada instante. Es urgente emplear la palabra
para fortalecer y alentar todas las buenas cualidades de las otras personas.
Dejar la pésima costumbre de estarse nombrando a sí mismos y de contar a
cada instante nuestra propia vida. El hombre o la mujer que sólo hablan de sí
mismos, se vuelven insoportables. Estas formas y procedimientos vuelve a la
persona insoportable, porque la gente se cansa de eso. Jamás digamos "Yo".
Digamos siempre, Nosotros. El término "nosotros" tiene más fuerza y energía.
El término "Yo" es egoísta y fastidia a todos aquellos que se ponen en contacto
con nosotros. Ese yo es egoísta. El yo (como individualismo egoísta) es creador
de conflictos y problemas.
No platiquemos con los demás sobre las cosas que a nosotros nos
interesan. Lo nuestro es únicamente nuestro. El ser humano es egoísta,
desgraciadamente, sólo quiere saber de lo que a si mismo le interesa. Si le
18

hablamos de las cosas que él desea y quiere. Nosotros influiremos


positivamente sobre él y conseguiremos con él todo lo que nosotros
Página

necesitemos. Hay que aprender a ver el punto de vista del otro y ayudarle a
La experiencia interior Luher

éste á resolver sus conflictos. Así también resolvemos nuestros problemas.


Convirtámonos en personas altruistas y bondadosas. Ayudemos a otros con
nuestros consejos, esforcémonos en comprender el punto de vista de los otros,
y lograremos pescar en abundancia. Cuando comenzamos a comprender al
otro, empezamos también a dar los primeros pasos en el camino del propio
bienestar y el éxito.
La fuerza mental realiza prodigios y maravillas cuando se basa en la
sinceridad y en la verdad. No engañemos ni nos engañemos. La fuerza mental
realiza prodigios cuando se utiliza para ayudar a otros. Ayudando a otros nos
beneficiamos nosotros mismos.
Todo comerciante tiene derecho a conseguir dinero, pero lo que nosotros
vendamos debe ser bueno, útil y necesario para los demás. No tratemos de
engañar a otros porque nos engañamos a sí mismos. Multitudes de vendedores
ambulantes recorren las calles ofreciendo sus mercancías inútilmente. A nadie
le interesan esas mercancías. Las personas hasta se fastidian cuando se
encuentran con estos vendedores. El error de estos vendedores es que sólo
piensan en lo suyo y hablan de lo suyo, por eso venden para sacar provecho,
pues lo que venden no es ético (sin calidad, defectuoso; inclusive hasta falso y
engañoso). Si ellos aprendieran a ver el punto de vista ajeno les iría mejor.
Es necesario comprender que todo ser humano tiene un ego
(importancia) personal que quiere resaltar, hacerse sentir, subir al tope de la
escalera, precisamente éste es el lado débil del ser humano. Nosotros también
tenemos ese lado débil. No caigamos en los mismos errores ajenos. Quien se
domina cuenta con un gran poder sobre sí y los demás.
Insinuemos inteligentemente lo que queremos, pero no digamos: "Yo
quiero‖. A los demás no les interesa lo que nosotros queremos. Dejemos que
los demás preparen su idea como si fuese de ellos. Pongamos nosotros los
elementos para esa preparación, póngalos muy inteligentemente. Dejemos que
los demás elaboren su idea. Podemos estar seguros que los demás se sienten
felices elaborando su idea. A las personas les gusta sentirse importantes; esa
es la debilidad del propio ego. Explotemos esta debilidad. Nunca sintámonos
importantes, y seremos importantes. Procuremos disolver la importancia
personal, y viviremos un mejor bienestar. Es urgente trabajar por el bien común.
Es indispensable pensar siempre como un nosotros.
Cuando la importancia personal quiere hacerse sentir, resaltar, subir al la
cúspide, vienen entonces las reacciones de las demás personas, que
contribuyen y confluyen a un posible fracaso. Esa importancia es deseo, es
recuerdo, es miedo, violencia, odio, apetencias, fanatismos, celos,
desconfianza.

2.5. LOS PROBLEMAS


En la vida, el hombre se enfrenta con innumerables problemas. Cada
persona necesita saber cómo resolver cada uno de estos problemas
inteligentemente. Necesitamos comprender cada problema. La solución de todo
problema está en el problema mismo. Existen muchos problemas: económicos,
sociales, morales, políticos, religiosos, familiares. Lo más importante para la
solución de todo problema es primero no identificarse con él mismo para
19

volvernos otro problema. Uno tiene cierta tendencia a identificarse con el


Página

problema y es tanta la identificación que de hecho nos convertimos en el


problema mismo. El resultado de semejante identificación es que fracasamos
La experiencia interior Luher

en la solución porque un problema no puede resolver jamás otro problema. La


primera reacción ante un problema es pensar en él, resistirlo, negarlo,
rechazarlo, explicarlo, etc.
Para resolver un problema se necesita muchísima paz y quietud mental.
Una mente inquieta, batalladora, confundida, no puede resolver ningún
problema. Si tenemos un problema muy grave no nos identifiquemos con el
problema, no nos convirtamos en otro problema, retirémonos a cualquier lugar
de esparcimiento sano: un bosque, un parque, o la casa de un amigo muy
íntimo, etc. Distraigámonos con algo distinto, escuchemos buena música, y
luego con la mente tranquila y quieta, estando en perfecta paz, tratemos de
comprender profundamente el problema recordando que la solución de todo
problema está en el problema mismo.
El estado de contradicción engendra conflicto, dolor, miseria, moral,
actos absurdos, violencias, murmuraciones, calumnias. Las causas de estas
contradicciones están dentro de nosotros: existe conflicto mental entre lo que
somos y lo que queremos ser, entre lo que es un problema y lo que nosotros
queremos que sea. La contradicción surge de la terquedad: cuando la mente se
aferra a un solo deseo.
La mejor forma de reaccionar con un problema es el silencio de la mente;
no pensar en él. Del silencio mental nace la acción inteligente, la acción
intuitiva y sabia que resolverá el problema por difícil que sea, esta acción
inteligente no es el resultado de ninguna reacción. Sólo en la quietud y en el
silencio mental hay libertad y sabiduría. Concentremos nuestro pensamiento en
nuestra interioridad.
Por otro lado, veámoslo como una oportunidad, para extraer de él lo que
nos quiere, señalar, mostrar y/o enseñar. Un conflicto, un problema, una crisis o
una dificultad será siempre una oportunidad para aprender, por eso se dice que
aquel que comete errores, una equivocación o un problema es una evidencia
clara de que algo está haciendo, por lo tanto, se constituyen en aspectos
verdaderamente potenciales para el propio crecimiento de sí mismo y del
entorno. Sólo aquel que no se atreve a hacer algo, aquel que nada hace, nunca
cometerá errores ni se equivocará. Alentemos y estimulemos a cometer todos
los nuevos errores que podamos, eso nos brindará nuevas oportunidades y
condiciones de aprendizaje. La estupidez humana está en cometer siempre el
mismo error.
Lo que tenemos que buscar en ellas o en ellos (dificultades, problemas)
es la comprensión de los mismos para captar y saber qué es lo que nos quieren
decir, para observarnos y auto-observarnos. Es importante saber que nos
quieren enseñar, pero también tener la capacidad para aprender de aquellos, y
llegar a estados comprensivos, que incluso nos liberamos de ellos.

3. UTILIZAR LA PROPIA EXPERIENCIA.

Es necesario comprender la necesidad de aprender a vivir. Las


experiencias de la vida diaria son muy útiles. Muchos se quejan de sí mismos y
de los demás; se subestiman las experiencias. Debemos actuar a la inversa,
20

tomar las experiencias para nuestra propia auto-realización; ellas en sí mismas


pueden ofrecernos material didáctico suficiente para el trabajo y desarrollo
Página

personal, grupal y/o social. No es posible sacar material didáctico del desarrollo
La experiencia interior Luher

personal de cualquier otro lugar que no sea de las propias experiencias: por
eso quienes las repudian, protestan contra las dolorosas experiencias de la
vida, obviamente se privan de lo mejor, se privan precisamente de la fuente
viva que puede conducirnos al robustecimiento de la vida.
Cuando se toman las experiencias como material didáctico para la auto-
realización, descubrimos las propias dificultades, defectos, fortalezas y
potencialidades para el propio crecimiento psicológico y emocional, porque es
en relación con la humanidad, con nuestros familiares, con nuestros
compañeros de trabajo, en la fábrica, en el campo, en el aula, y mediante el
manejo y uso adecuado de los problemas y conflictos que podremos lograr el
auto-descubrimiento. Por ejemplo en presencia de una puya o vituperio, aflora
la ira; en presencia del alcohol aflora la Borrachera; en presencia de los
psicoactivos surge la drogadicción, en presencia del otro sexo, si no estamos
alertas y vigilantes como el vigía en época de guerra, aflora la Lujuria; cuando
alguien no hace lo que decimos, se pone en juego el enojo (importancia
personal); cuando alguien tiene mejores bienes materiales que nosotros, surge
la envidia prejuiciosa.
Resulta útil la experiencia para conocernos a sí mismos. Necesitamos
aprender a ver los distintos eventos y circunstancias sin identificarnos con ellos.
Necesitamos aprovechar cada experiencia, por horrorosa y loable que sea,
para el auto-descubrimiento; cuando uno se está auto-observando a sí mismo,
ve cuan útiles son las experiencias.
Es necesario entender la necesidad de manejar y controlar los impulsos
emocionales y racionales; no sería posible esto si no aprovecháramos las duras
experiencias de la vida. Hay personas también, que después de un trabajo de
observación constante con los distintos eventos de la existencia, se olvidan del
trabajo personal, entonces las experiencias vuelven a ser tomadas como antes,
donde ellas toman el mando y nos volvemos sus marionetas.
Cuando uno toma las experiencias de la vida como un medio para el
auto-descubrimiento, para la auto-observación, puede saborearlas. El sabor del
trabajo y la experiencia personal es algo maravilloso, le da a uno una exquisitez
inefable. Cuando uno descubre que tiene tal o cual defecto psicológico o
emocional, puede vigilarlo7, comprenderlo y manejarlo hasta controlarlo,
entonces viene a saborear la experiencia con un sabor inconfundible. Si
después de haberle dedicado tiempo, disciplina y esfuerzo al trabajo personal,
para luego abandonarlo; el estado de vida vuelve a ser manipulado por los
estímulos externos, volviendo a reinvertir el sentido de las experiencias, para
sentir otra vez el mismo sabor de la rutina diaria, el mismo sabor a vida
monótona.
Tenemos que distinguir y vivir claramente entre el sabor del trabajo
personal y el sabor de la vida rutinaria. No huyamos de las experiencias de la
vida, aprovechemos la más simple experiencia –positivo y negativo- para el
auto-descubrimiento; cualquier evento por insignificante que sea, permite
conocernos con mayor claridad y mejor comprensión. Precisamente en relación
con las distintas gentes es como viene uno a auto-descubrirse, a descubrir los
propios errores que afloran tan espontáneamente que basta estar en estado de
alerta para verlos.
21

7
Es necesario recordar que los estados de Consciencia tienen varias formas de enunciarlas o nombrarlas;
incluso se toman como parte de las estrategias del silencio interno así: Recuerdo de sí, observación, auto-
Página

observación, vigilarse, ser testigo, despertar, ser consciente, presente conscientes, estar aquí y ahora,
Atención plena, vigía, estar alerta.
La experiencia interior Luher

Error, dificultad, problema o defecto descubierto debe ser trabajado


inmediatamente, debe ser vigilado, seguido, analizado, comprendido y
manejado correctamente hasta lograr su manejo y transformación desde
modelos más propositivos y proactivos.
Poder crear en nuestro interior un nuevo mapa, esquema o modelo
mental que nos permita ver y asumir la vida con más alegría, donde nos
apoderemos de la vida, donde podamos manipular y manejar los estímulos
externos sujetos a nuestra nueva forma de verlos y utilizarlos, estaremos de
verdad en el camino del empoderamiento humano y de crecimiento consciente
del Ser, que le permitimos crecer en ambientes nutritivos más poderosos para
que la esencia de nuestra conciencia tenga su espacio para desarrollarse.
Es necesario saber vivir. La vida no es solamente una cadena de
eventos. Además de las circunstancias de la existencia existen también los
estados de conciencia. La capacidad para vivir se basa, precisamente, en la
forma en que uno acierta a combinar los estados conscientes de la vida interna
humana con las circunstancias de la existencia.
Puede darse el caso de que una circunstancia que pudiera ser feliz no lo
sea, debido a que no sabemos combinar nuestro estado consciente con el
evento en sí. Cuando examinamos el mundo en el que vivimos, podemos
verificar el hecho contundente, claro y definitivo, de que hay personas que
tienen las condiciones para ser felices y no lo son.
Se dan muchos casos concretos de sujetos que tienen una buena casa,
un hermoso coche, una magnífica esposa, preciosos hijos y dinero suficiente;
sin embargo, no disfrutan de todo lo que tienen. Por otro lado, hay casos de
individuos pobres, que están necesitados, posiblemente gente trabajadora de
pico y pala, que ni gozan de una hermosa mansión, ni tienen más dinero del
que se necesita para un día de subsistencia, ni usan un precioso automóvil
último modelo; y que, sin embargo, son felices en sus hogares; sus hijos,
pobres pero limpios, aseados, y sus esposas hacendosas y sinceras. Viven en
un bienestar envidiable con tan pocos recursos8.
Así que, no es el dinero en sí mismo ni la acumulación de bienes
materiales, ni la última tecnología los que pueden darnos la felicidad; todo
depende de la forma en que uno sepa combinar nuestros modelos o estados
internos racionales y emocionales con los sucesos.
Si alguien, colocado en magníficas condiciones, no está a la altura de las
circunstancias, no sabe combinar inteligentemente sus estados conscientes
con el medio en que se desenvuelve y vive, incuestionablemente vivirá en
estados continuos de malestar. Otro que, aunque esté en circunstancias
difíciles, sabe combinar los hechos de su vida práctica con sus estados de
conciencia, logra bienestar, prosperidad, felicidad. Así pues, se necesita
comprender la necesidad de aprender a vivir sabiamente despierto.
Si queremos un cambio definitivo de las circunstancias de la vida, se
requiere que tal cambio se verifique primero dentro de nosotros mismos, si
internamente no modificamos nada, externamente la vida continuara con sus
sinsabores y malestares. Ante todo es necesario hacernos dueños de sí
mismos. Mientras uno no sepa gobernarse a sí mismo, tampoco podrá gobernar
las circunstancias difíciles de la existencia.
22

8
Es interesante recomendar que se miren películas como: “el crepúsculo de un samurái”, donde se
muestra que la grandeza de un ser humano también está en la humildad y el silencio. Y/o la película
Página

“Felicidad”, que muestra la historia de una persona común –profesora-, que vive en comunión con la
existencia por eso la vida es una celebración permanente.
La experiencia interior Luher

Por lo general, mostramos un comportamiento reactivo y negativo, pues


si alguien nos ofende, reaccionamos furiosos; si alguien nos saluda, sonreímos
dichosos. Resulta muy fácil para cualquier manipulador jugar con los humanos
que son manejados por los estímulos externos. Puede hacerles pasar de la
tristeza a la alegría y viceversa con sólo decirles unas cuantas palabras. Qué
fácil les resulta, basta con que nos insulten para estar reaccionando. Basta con
que alguien nos alabe para sonreír contentos. No sabemos gobernarnos a sí
mismos, otros nos gobiernan.
No le hemos dado oportunidad a nuestro Ser interno, para que se
exprese a través de nosotros. De manera permanente acallamos su voz, no le
prestamos atención, y terminamos siguiendo nuestros pensamientos de nuestro
propio modelo negativo. Reaccionamos ante cualquier palabrita dura, ante
cualquier problema, ante cualquier dificultad. Nos sentimos heridos cuando
alguien intenta ofendernos o contentos cuando cualquiera nos lisonjea. Somos
títeres de todo el mundo. Todo el mundo ha jugado con nosotros. No hemos
sido dueños de sí mismos.
¿Por qué nos preocupamos? La Preocupación, es un hábito que nos
taladra continuamente y que de nada sirve, nada resuelve. Prácticamente es
quedarse en el pre pero no nos ocupamos. Nos quedamos en monólogos
internos y caóticos que terminan por paralizarnos. Uno tiene que aprender a
vivir de instante en instante, de momento en momento. ¿Por qué ha de
preocuparse uno? No permitamos que la mente y los sentimientos reactivos se
entrometan en las diversas circunstancias de la vida.
Nadie nos impide ver y oír lo que acaece a nuestro alrededor. Si tales
fenómenos no son perceptibles en este momento para nuestros sentidos
exteriores, se debe a un solo motivo, estamos en estado de somnolencia,
embelesados, inconscientes, enajenados, ya que no tenemos consciencia del
aquí y el ahora; en pensamiento y sentimiento nos separamos del presente,
para vivir constantemente en el pasado (recordando, lamentándonos,
quejándonos, resentidos o en remordimiento, con nostalgia, melancolía o
tristeza) o en el futuro (deseando, con expectativas, con ilusiones, anhelos,
angustia, envidias, maquinaciones), por eso se dice que vivimos en un sueño
permanente; se vive en un presente mecánico, sonámbulo, por inercia pero no
consciente. Por eso se necesita despertar y mantenerse así, con conciencia,
recordándose constantemente así mismos dónde estamos y qué hacemos.
Se hace necesario despertar, si es que se quiere percibir las grandes
realidades de la vida. Mas sólo es posible despertar sabiendo vivir. ¿Cómo
podría despertar alguien que es un juguete de los demás?
El que quiera ser amo de sí mismo debe empezar por no permitir que la
mente (modelo reactivo y negativo, caótico, paralizante) con sus sentimientos
intervenga en los asuntos de la vida práctica. Esto requiere una tremenda
actividad de la Conciencia. Cuando la conciencia se vuelve activa sale de su
letargo, y entonces es obvio que viene el despertar. Ante todo, debemos
comenzar por no hacer lo que los demás hacen.
Cuando comenzamos con este trabajo personal, todo cambia. Las
circunstancias de la vida dependen de nuestros estados de conciencia.
Cambiando uno su estado de conciencia cambian las circunstancias. No
podrían cambiar las circunstancias de la vida si no cambiamos antes nuestros
23

estados de conciencia. No solamente cambian todas las circunstancias que nos


rodean, sino que además comenzamos a notar que en las horas en que cuerpo
Página

físico duerme, también trabajamos y vivimos, es más consciente.


La experiencia interior Luher

A medida que la mente y el sentimiento van siendo conocidos,


controlados, sintonizados, unificados, el despertar será cada vez mayor y así
terminaremos convirtiéndonos en grandes investigadores de la vida en los
estados internos humanos. Quien quiera despertar ha de hacerlo aquí y ahora.
Quien despierta aquí y ahora despierta en todo lugar y en todas partes.

4. LA VOLUNTAD

―Se inicia en el afecto, es amor; su centro de gravedad reside en el


centro emocional y una emoción puede vencer a otra si es lo bastante fuerte.
Cuando se obra por temor (leyes, reputación, opinión), entonces se obra desde
el exterior. Obrar por el bien, esto desarrolla al hombre interno.
―Si se hace una cosa de buen agrado, la hace de por sí, lo hace
conscientemente, redunda en su beneficio. Todo cuanto se hace de mal agrado
es mejor no hacerlo.
―El tratar de obedecer puede torcerse la voluntad. La voluntad es como
una fuerza que es la verdadera liga entre los hombres y el mundo. La voluntad
es carácter y disposición fuerte; es una fuerza que viene de dentro y se prende
al mundo de fuera, y la usa para percibir el mundo. La voluntad es un poder.
Ver no es una fuerza, sino más bien un modo de atravesar cosas‖.9

―La voluntad en el sentido del trabajo, proviene de un nivel superior al


nivel en que se está, y por eso está por encima de toda obstinación y
autoimportancia. La voluntad es una influencia superior que obra en un hombre
y a la cual responde si es capaz de sentirla.
―La voluntad real está llena de nuevos significados. No es la ausencia de
cosas, no la negación y el rechazo de hacer cosas. Su verdadera naturaleza no
consiste en las palabras: no quiero, quiero comprender mejor; es una mejor
manera de formularlo.
―Muchas veces la gente gusta de ―hacer cosas‖, como tiene la costumbre
de decir. A esto lo llaman voluntad. Por cierto tienen razón en esta escala. Pero
muchas veces ocurre que no reparan las cosas que podrían hacer para sí y de
este modo no ven las cosas que están al alcance de su mano, ante sus propios
ojos. Siguen una línea recta y creen que de este modo dan pruebas de voluntad
(es empecinamiento, terquedad, salirse con la suya, ser eficiente, ser el
primero). La voluntad Real es diferente. Es, por su sabor, muy suave. La
Voluntad Real y la consideración externa están estrechamente relacionadas.
Ver a otra persona prescindiendo de lo que se desea ver y hacer, es recibir
nuevas impresiones. Percibir nuevas impresiones es un incremento de
significación –en realidad, una nueva octava de fuerza, ver una nueva solución
debido a un nuevo insumo de significación y no del empecinamiento-. En los
centros superiores, no hay opuestos, no hay contradicciones. Todo el Trabajo,
toda reflexión y sentimiento de la enseñanza y práctica esotérica conducen a la
Voluntad Real‖10
24

9
CARLOS CASTANEDA. “Una realidad aparte”, nuevas conversaciones con Don Juan. Fondo de
Cultura Económica. Bogotá, 1a edición en español, 1974; primera reimpresión, 1977. Pág. 169-171
Página

10
DUFRAN, Orión-om. “Sendero del cuarto camino o Retorno al círculo de la humanidad consciente.
Editorial Solar. Santafé de Bogotá. Primera edición, 1997; páginas 146-151
La experiencia interior Luher

Entregarse a la negación es el peor de todos los modos de entrega.


Negarse es una entrega. La voluntad se desarrolla en un guerrero pese a toda
la oposición de la razón, donde el cuerpo tiene que estar perfecto antes que la
voluntad funcione como una unidad. Un niño quiere actuar y, como no puede,
se queja. No hay nada malo en eso, pero darse por entero a lamentos y
protestas es otro asunto. Es actuar sin esperar nada a cambio. Parar el diálogo
interno es la llave del mundo de los buscadores de la ciencia interna, el resto de
las actividades son sólo apoyos; lo único que hacen es acelerar el efecto de
parar el diálogo interno.
La disciplina no son las arduas rutinas. No es levantarse cada mañana a
las cinco y media y darte baños de agua helada hasta ponerte azul. Se
entiende por disciplina la capacidad de enfrentar con serenidad circunstancias
que no están incluidas en nuestras expectativas. La disciplina es un arte; el arte
de enfrentarse al mundo interno sin vacilar, no porque sean fuertes y duros,
sino porque están llenos de asombro.
En el caso de las emociones por ejemplo, nuestro trabajo debe empezar
actuando sobre los eventos instantáneos constitutivos de nuestra vida mental
ya que, como suele decirse, si queremos ocuparnos de nuestro futuro debemos
empezar en el instante presente.
Quien quiera ocuparse ahora mismo de las emociones debe prestar
atención al encadenamiento de los pensamientos, es decir, al modo en que un
pensamiento conduce al siguiente. Un pensamiento fugaz acaba
desencadenando una obsesión, como la diminuta nubecilla que acaba
convirtiéndose en un cielo plomizo y lleno de relámpagos. ¿Cómo podemos
hacer frente a esta situación?
Cuando aparece un pensamiento de ira, deseo o celos, no estamos
preparados para afrontarlo, acaba desencadenando la aparición de un segundo
y de un tercer pensamiento que oscurecen todo nuestro paisaje mental, pero,
tal vez, como ocurre con la chispa que acaba provocando el incendio de todo
un bosque, entonces ya es demasiado tarde.
Educar el corazón requiere, como cualquier otra actividad humana –
profesión, oficio, arte, disciplina- decisión, voluntad y acción, dedicación,
atención y sobre todo conciencia plena.
En el caso que traemos, el proceso de familiarización con la emergencia
de los pensamientos en el mismo momento en que aparecen es comparable al
hecho de identificar rápidamente a un conocido en medio de la multitud.
Apenas se advierte la aparición de un fuerte pensamiento de atracción o el
surgimiento del enojo, por ejemplo, uno se da rápidamente cuenta de que, si lo
alimenta, no tardará en desencadenar una nueva secuencia de pensamientos y
se dice algo así como: "Vaya, aquí llega un nuevo pensamiento". El primer
paso, para impedir la proliferación de los pensamientos consiste en advertir su
emergencia –estar alerta, consciente- en el mismo momento en que aparecen.
De esta manera, se consigue que se desvanezcan por sí solos sin dejar
rastro alguno. En tal caso, los pensamientos ya no se encadenan en
secuencias interminables, algo que suele ilustrarse con el ejemplo de la
serpiente capaz de hacer un nudo con su cuerpo y de deshacerlo al mismo
tiempo. Así es como llega, finalmente, al punto en que los pensamientos
aparecen y se desvanecen como el pájaro que surca el cielo sin dejar huella
25

alguna de su paso.
Esta libertad no tiene nada que ver con la apatía ni con el hecho de
Página

convertirse en una especie de vegetal, sino, muy al contrario, con controlar la


La experiencia interior Luher

aparición de los pensamientos y, de ese modo, sustraerse a su influjo, algo que


sólo puede lograrse mediante la práctica sostenida.
Si queremos contribuir positivamente al desarrollo de la sociedad
debemos empezar transformándonos a nosotros mismos. Y para ello no basta
con una idea fugaz, sino que es necesario emprender un largo proceso de
entrenamiento.

5. PRÁCTICA Y ACCIÓN

Emprender este arduo y titánico trabajo, implica desprendernos de toda


carga que resulte inútil y superflua, de algo tan pesado como nuestro propio
subjetivismo (defectos, egos, modelos negativos, pensamientos, emociones y
sentimientos inferiores). Para ello, se dispondrá de un plan adecuado para
poder emplearnos a fondo en el Despertar Consciente.
El Trabajo irá despejando y mostrando la manera de llevar a término el
desarrollo personal; nos permitirá llegar algún día a conocer y manejar nuestro
mundo interior y sus infinitas posibilidades, siempre y cuando nos demos a la
práctica desde ahora mismo.
Pensar es el acto de imaginar, considerar, discutir, reflexionar, examinar
exhaustivamente una cosa y representársela idealmente en el pensamiento por
lo que se ha podido penetrar en ese acto. Hay que hacer un examen consciente
y minucioso de los defectos y de las virtudes, sin engañarnos; conocer los
defectos que impiden nuestro avance espiritual y material, hacer una
evaluación de lo que poseemos positivamente y cultivar lo positivo y
transformar lo negativo.
Hay un adagio popular que dice: Que el guapo de una ciudad, de un
pueblo o de un mundo, vive hasta que el cobarde quiere, ya que este tiene un
defecto muy grande que es el miedo. El miedo engendra violencia y siempre el
más fuerte se ha destruido por el más débil. Si os deseamos triunfar, primero
debemos tener conocimiento de la cosa que se desea; el efecto que ese
conocimiento ha de despertar en nosotros y la tendencia con que el afecto nos
urge a revivir en lo actual la cosa que se desea adquirir. El pensamiento y el
sentimiento deben estar sintonizados, en armonía. Esta es una llave que nos va
a llevar al triunfo; si deseamos manejar una emoción destructiva, debemos
primero conocer sus diferentes manifestaciones.
El triunfo se da si hay constancia en el sentimiento y el pensamiento
unidos a la acción. Hay que tener el pensamiento, el sentimiento y la acción en
una unidad. Recordemos que el peligro no está fuera de nosotros, está dentro.
Tenemos que enfrentarnos con mente nueva a la realidad de los hechos,
libres de las trabas del escepticismo. Los eventos pueden estarse repitiendo
una y otra vez, pero lo que nosotros tenemos que modificar es nuestra actitud
frente a tales circunstancias. Necesitamos cambiar nuestra actitud hacia la
existencia, hacia el entorno, hacia las personas, hacia la naturaleza. No puede
cambiarse la actitud hacia la vida si no nos conocemos profundamente.
Quien no corrige sus estados psicológicos negativos, se convierte en
víctima de las circunstancias. Uno puede cambiar íntimamente cuando de
26

verdad consigue modificar sus reacciones ante los diversos hechos que le
Página

sobrevienen diariamente. Resulta evidente que quien no siente interés alguno


por observarse a sí mismo, tampoco desea trabajar para lograr una verdadera
La experiencia interior Luher

transformación personal. El verdadero conocimiento que realmente puede


originar en nosotros un cambio interior fundamental, tiene como base nuestra
propia observación.
El proceso del cambio, debe ser metódico, didáctico y hasta dialéctico,
de lo contrario nos hallaríamos desorientados. Necesitamos hacernos Auto-
Conscientes de nuestros propios pensamientos, de nuestros propios
sentimientos y de los efectos que otros producen en nosotros. Obviamente, el
trabajo es muy difícil, por lo que se recomienda mucha paciencia, serenidad y
voluntad.
Para llegar a la Auto–Transformación, se hace indispensable tener
permanencia y continuidad en dichos propósitos. Una vez emprendido el
sendero del trabajo personal, es mejor no abandonarlo jamás, de cualquier y
muchas maneras debemos alentarnos y estimularnos para mantener y avanzar
en la ruta trazada y emprendida.
Si no hay equilibrio entre el Ser y el Saber no puede haber comprensión.
Cuando el Ser es más grande que el Saber, allí nos encontramos con un ―Santo
Estúpido‖ o con una sensiblería ridícula. Cuando el Saber es más grande que
el Ser, allí está presente un ―Bribón del intelecto‖ o con un academicismo frío y
patán. Uno establece el equilibrio entre el Ser y el Saber a base de Meditación,
mediante la Dialéctica Intima del Ser y la Conciencia.
Es necesario que inmediatamente nos demos a la tarea de vivir el
momento, el instante, como estrategia fundamental del silencio interno, y darle
la oportunidad a la luz del Ser para que vaya impregnando la conciencia,
volviéndonos estudiantes serios, responsables, y capaces de comportarnos
dignamente frente a los aplausos, las lisonjas o frente a los insultos o
vituperios; comprendiendo que cualquiera de estas cosas corresponden al
mundo de las formas y que más allá del mundo de las formas, está nuestro
propio Ser.
El trabajo que una persona se propone realizar, tiene muchísimas áreas
dentro de su mente, de su psiquis, en sus emociones y en sus sentimientos;
pero también tiene muchas áreas en la parte externa como son la ayuda que
debemos prestar a quienes la necesitan y el ejemplo que debemos dar a
quienes nos rodean, así como también el amor que debemos expresar a las
personas cuando les prestamos un servicio; dándoles a entender que para
nosotros, ellas son muy importantes y que nosotros anhelamos mucho que
también triunfen espiritual y físicamente.
La educación que podemos dar a una persona, como profesores de una
escuela de transformación humana para su convivencia pacífica, es
esforzándonos en enseñar lo justo, lo que les va a servir, con lenguaje sencillo,
comprensible y descomplicado. La complejidad y la familiaridad del código
disciplinar se va adquiriendo en la medida que se adentre en dichos campos del
conocimiento.
Cuando uno está en el proceso del despertar, se obtendrá una
comprensión de lo que se es, para hacer entonces un inventario de lo que
tiene, de lo que nos sobra y de lo que nos falta. Si reflexionamos en el hecho de
que nadie puede dar lo que no tiene, también podremos decir que nadie tiene
derecho a quitar o exigir lo que no ha dado.
La Sabiduría interna, más que normas necesita dedicación y acción, más
27

que disciplina necesita voluntad, más que voluntad necesita amor al trabajo.
―Hay que aprender a leer donde el maestro no escribe‖.
Página
La experiencia interior Luher

Organicemos el trabajo: Cuando se toma la decisión de trabajar sobre


determinado defecto o problema, muchas situaciones reaccionan en contra del
éxito propuesto. Cuando comprendemos que la iniciación es la misma vida, nos
damos cuenta que los hechos y acontecimientos más mínimos que se nos
presentan en cada momento tienen una íntima relación con ella. Trabajemos
intensamente y con todas las fuerzas contra la impaciencia y contra la mala
voluntad. Hay que ordenar el trabajo para que las 24 horas del día las podamos
dedicar al mismo trabajo. Recordemos que: ―El que planifica lo que va a hacer
mañana, mañana no puede corregir lo que debería hacer hoy‖.
Un cambio radical en nuestras vidas nos lleva a un autoconocimiento.
Pensemos primero en realizar un elemento de cambio que nos permita ser
serios en el trabajo, en los pensamientos y emociones. Se aspira a estar más
allá de los eventos mecánicos de la vida. Cada quien logra lo que se propone
en proporción de sus esfuerzos y de su continuidad de propósitos.
Es necesario romper con el pasado, a desintegrar hasta la sombra del
recuerdo de una vida incierta y accidentada, el cual hoy reclama ese ayer, ese
pasado, con todas sus nefastas experiencias. Esto no sirve, eso es negativo,
allí está la raíz de lo que se está viviendo en el presente, y si no tomamos la
decisión seria en la vida, ese ayer se convertirá en un mañana lleno de tristeza,
de dolor, con las consecuencias que hoy no se dominan. El que vive del pasado
está involucionando; pues, si nos regresamos en el camino, de hecho y por
derecho, le estamos restando importancia al presente.
La vida nos enseña todos los días, sólo necesitamos ser buenos
discípulos y aprender de ella, no podemos pensar que los eventos de la vida y
del destino se modifican si no modificamos nuestro comportamiento, para poder
aprender de ella. Hay que aprender a pensar con el corazón y a sentir con el
pensamiento.

5.1. LA ACCIÓN
Para este punto se toman las ideas de Eliphas Levi11, al manifestar que
la acción es la resultante equilibrada del movimiento dirigido por la inteligencia.
Ese movimiento es la manifestación de la vida. La vida es la revelación
fenomenal del espíritu. El espíritu es la dirección de la fuerza; la fuerza sin
dirección no llegaría jamás a la armonía creadora. La armonía a su vez, es la
balanza ingeniosa de los números. Es la música de la naturaleza, percibida o
no percibida Las sensaciones son el resultado de las vibraciones y las
vibraciones componen la armonía de los sonidos, de las impresiones de los
matices.
Toda acción es una fuerza. La acción armoniosa se repite
multiplicándose: la acción desigual produce una reacción equilibrante. Dice que
si se quiere que una acción violenta se produzca a la derecha, hay que obrar
violentamente a la izquierda, dicho así figuradamente.
Obrar contra la acción universal es querer quebrarse. Obrar con la
acción universal es ejercer el poder divino: en esto se halla indicado
suficientemente el gran arcano de la alta magia. Las acciones del hombre
modifican el hombre. Somos todos hijos de nuestras obras.
28
Página

11
LEVI, Eliphas. “El libro de los sabios”. Capítulo IX, la ciencia. Edic. comunicación, S.A. Barcelona,
1987. Pág. 121-126
La experiencia interior Luher

El vino derramado por los sabios alegra y fortifica; el vino de los


insensatos embriaga y da vértigo. La materia es lo que los sabios quieren que
sea. Así se explica el misterio de la transustanciación. La fe que transporta las
montañas no es otra que la coalición de las voluntades activas para la
realización de un sueño o de una utopía.
La voluntad colectiva puesta en acción da siempre un resultado
proporcional a la potencia de las fuerzas reunidas. Pero cuando obra en favor
de un sueño, lo que produce es siempre una realidad contraria a la fórmula del
sueño. El ideal de la emancipación de los hombres, no ha producido, en el
tiempo de la más grande exaltación de sus creyentes, sino el régimen del terror;
porque los cristianos y los revolucionarios idólatras -del sacrificio, unos, de la
libertad otros- creían falsamente que puede imponérseles a aquellos que no
son capaces, y, sobre todo no comprendían que no hay verdadero sacrificio sin
libertad ni libertad verdadera sin sacrificios.
Dice que las grandes religiones producen grandes pueblos porque
forman grandes fuerzas colectivas e inspiran grandes acciones. Que no hay
héroes en la soledad; los actos sublimes están determinados siempre por el
entusiasmo de muchos. Los grandes crímenes son igualmente el resultado de
una perversidad colectiva. El diablo en la Escritura se llama legión y el bien
triunfante se llama el dios de los ejércitos. Los débiles hablan y no accionan: los
fuertes accionan y se callan.
La magia y la religión son una sola y misma cosa. Se llama religión a la
magia autorizada y magia a una religión prohibida. Si un cristiano cesa de
practicar no creerá por mucho tiempo; pero si un incrédulo empieza por
practicar, luego creerá, porque la voluntad no puede estar por mucho tiempo
separada de los actos. La religión y la magia hacen igualmente milagros; pero
el Dios de la primera es el diablo de la otra y recíprocamente.
Poned blanco sobre negro y el blanco se volverá esplendor; poned negro
sobre blanco y el negro se volverá profundidad. Mezclad blanco y negro y
obtendréis un matiz hosco y desagradable que se llama gris. En el mundo
divino hay ángeles blancos y ángeles negros, pero no hay ángeles grises. En el
mundo intelectual hay el absoluto afirmativo y el absoluto negativo, pero la
duda no existe. En el mundo moral hay el bien y el mal, pero no hay medio. En
el mundo de la acción toda actividad es vida, pero la inacción es muerte. Jesús
acepta lo caliente y lo frió, pero rechaza lo que es tibio

Ahora, desde el Bhagavad-Gita12, y en torno al concepto del trabajo


personal y de la acción dice que: ―En tus actos por tu intención, nunca jamás en
sus resultados; nunca te mueva el interés por el resultado de tus actos, ni
caigas jamás en la inacción. Perseverando en la devoción realiza actos sin
tener codicia, ¡oh despreciador de la riqueza!, manteniéndote lo mismo en la
prosperidad que en la desgracia. La igualdad de ánimo se llama devoción. Pues
el acto es muy inferior a la devoción mental, ¡oh despreciador de la riqueza!;
busca en tu pensamiento. Miserables son aquellos a quienes mueve a obrar el
resultado de sus actos‖.
―Ni puede el hombre disfrutar quietud sin haber comenzado a obrar, ni
alcanzar su perfección sólo con abstenerse de obrar. Pues nadie hay que, un
momento siquiera pueda permanecer inactivo, porque necesariamente todo
29

hombre se ve obligado a obrar por las virtudes propias de su naturaleza. Quien


Página

12
ANONIMO. “Bhagavad-Gita”, poema sagrado o canto del bienaventurado (episodio del Mahabharata).
Biblioteca Edaf de bolsillo. Madrid. 1983. Páginas: 56-57; 63; 67; 157
La experiencia interior Luher

habiendo reprimido los órganos de la acción, permanece quieto, contemplando


en su corazón los objetos de los sentidos, tiene la razón ofuscada y es tenido
por hipócrita. Pero quien, reprimiendo los sentidos desde lo íntimo de su
corazón, libre de todo interés, emprende actos de devoción con los órganos de
la acción, es ensalzado. Necesaria es la acción, practícala; la acción es mejor
que la inacción, pues sin la acción ni siquiera podrás lograr el sostenimiento de
tu cuerpo‖.
―El amor y el odio residen en el objeto de cada uno de los sentidos: no
dejes que te dominen estas dos pasiones, porque son tus enemigos. Hacer lo
que a uno impone el deber, aunque sea cosa de ninguna excelencia, es mejor
que hacer lo que, siendo excelente, pertenece al deber de otro. Buena es la
muerte por el cumplimiento del deber. El querer hacer lo que es del deber de
otro, es fuente de peligros‖.
―Cuando mediante el ejercicio uno experimente placer, por el que llega al
fin de la pena –como todo lo que en su principio es veneno, pero en su fin
semejante a la ambrosía-, este placer se llama bueno, pues nace de la gracia
de la propia alma. Todo aquel que, por la conexión de los sentidos con sus
respectivos objetos, es el principio como ambrosía y al fin como veneno, es un
mal placer‖.

6. EL TRABAJO COTIDIANO

Como con cualquier otra cosa nueva que aprendamos, necesitamos la


práctica para incorporar todo esto a la vida. Primero hace falta mucha
concentración, hay algo nuevo que hay que aprender. El proceso de
aprendizaje es siempre el mismo, no importa lo que se aprenda; tanto da que
sea conducir un coche, escribir a máquina, jugar al tenis, pensar de manera
positiva o de observar y auto-observarse. Primero andamos a tientas y a
tropezones mientras nuestro subconsciente aprende, ensayando y fallando, y
sin embargo cada vez que volvemos a practicar se nos hace más fácil y nos
sale un poco mejor. Claro que nadie lo hará «perfectamente» al primer intento,
el primer día; haremos lo que podamos, y eso, para empezar, ya está bien.
Brindémonos todo el apoyo13 posible: Neguémonos rotundamente a
criticarnos. Observemos cómo funciona «La Ley» en nuestro entorno. Cuando
asimilemos esas las leyes veremos que ciertamente es «mágico» lo que
pueden hacer por nosotros. Pero si no seguimos al pie de la letra esas leyes, o
bien la cosa no funciona como se quería, o simplemente no pasaba nada. El
«Mago» nuestro no nos hace la menor concesión. Podemos entonces,
frustrarnos a nuestro gusto; él esperaba pacientemente a que aprendamos sus
leyes, y entonces nos brinda su magia. Y para eso se necesita práctica. Lo
mismo pasa con el trabajo que estamos encarando ahora. Debemos aprender
las Leyes del Trabajo personal y seguirlas al pie de la letra. No se podrán
adaptar a nuestra antigua manera de pensar y sentir. Debemos aprender a

13
Algunas de las siguientes ideas son adaptaciones del trabajo de Louise L, Hay: “Usted puede sanar su
30

vida”. Ediciones Urano, S.A. Barcelona. 2002. Gratitud”, dar gracias por lo que tienes transformará tu
vida. Recopilado por Hill Kramer. Ediciones Urano, S.A. Barcelona. 1997. “El poder está dentro de ti”.
Página

Ediciones Urano, S.A. Barcelona. 1991.


La experiencia interior Luher

hablar y sentir un lenguaje nuevo, y cuando lo consigamos, entonces la


«magia» se manifestará en nuestra vida.
Reforcemos el aprendizaje: Cuantas más maneras encontremos de
reforzar el aprendizaje, mejor: Expresemos gratitud; escribamos afirmaciones;
hagamos registros, practiquemos la meditación; disfrutemos al ejercitarnos;
mejoremos nuestra alimentación; vocalicemos en voz alta; oremos
conscientemente; tomémonos el tiempo para ejercicios de flexibilidad y
relajación; usemos las visualizaciones e imágenes mentales; leamos y
estudiemos sobre nuestro Trabajo.
Por ejemplo, organicemos una posible agenda de trabajo para
desarrollarla diariamente e irla ajustando a medida que la adaptamos a
nuestras condiciones de: ánimo, capacidad física, tiempo, espacios físicos,
clima, trabajo laboral, familia u otras situaciones.
Puede ser que al despertarnos, lo primero sea no moverse y tratar de
recordar el sueño que se acaba de tener, luego al abrir los ojos demos las
gracias por todo lo que se nos ocurra (lo que tenemos, por lo que disponemos,
con lo que contamos); luego ejercicios físicos (atletismo, ejercicios gimnásticos,
pesas, artes marciales, caminatas, yoga, aeróbicos), posteriormente el baño
acostumbrado (si es con agua fría mejor); seguido luego de relajación, una
media hora a la meditación y/o la oración.
En algunos días, se puede asistir a rituales, ceremonias o actividades
propias de la doctrina, creencia o ideología que se siga –si es propia mejor-. Y
luego ya se está listo para el desayuno. No olvidar bendecir los alimentos y dar
las gracias a la divina existencia por brindar dichos productos, y agradecer a
esos productos por ofrecer su vida para que nos podamos alimentar.
El almuerzo como las comidas en general, tendrán que ser lo más
naturales posibles, y una vez más bendecir y agradecer la comida. Durante el
día recordarse así mismo permanentemente –estar alertas, vigilantes, ser
observadores- hacer conciencia en todo lo que realicemos, observarse y auto-
observarse, no identificarnos con lo negativo, interiorizar y fijar de manera
habitual algunas ideas y fórmulas de desarrollo y experiencia interna del trabajo
personal como estas, que son horizontes del crecimiento interno, y que su
alcance dependen del grado, conciencia e intensidad de lo que podamos hacer
por sí mismos:

 Ahorrar energía, transformarla y sublimarla; o sea, no


desgastarnos por cualquier insignificancia, o actitudes inútiles de
la vida diaria (ofendernos, chisme, expectativas, juzgar,
rememoraciones dañosas, falsas ilusiones…).
 Estar vigilantes, para trabajar lo que nos hace negativos y
reaccionarios.
 No juzgar, no hacerse expectativas, no lamentarse ni quejarse de
nada, no vivir al vaivén del qué dirán.
 Entender que todo pasa, todo es efímero, por lo que es mejor vivir
sin aplazamientos, sin guardar nada, y vivir lo mejor a cada
instante y momento. Desprendernos de las cosas, desapegarnos
de lo material.
 Intentar que cada acción que hagamos, cada actitud que
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tengamos, tengamos plena consciencia de ella, estar muy bien


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ubicados en uno mismo y en el entorno en que nos encontramos.


La experiencia interior Luher

Se pueden hacer planes, pero no vivir programándose. Estar aquí


y ahora, nada de pensamientos negativos ni divagaciones.
 Transformar las impresiones, recibirlo y verlo todo con agrado,
auto-motivarse; o ver en las cosas o situaciones su lado de
enseñanza, o su mejor cara.
 En los o en el momento en que nos encontremos solos y sin
apresuramientos, realizar ejercicios de retrospección o
recapitulación de nuestras reacciones vividas, para emprender un
examen de ellas (porqué reaccionamos así, que nos movió a
hacerlo, qué y cómo nos sentimos y pensamos, propósitos
siguientes; lo interesante es lograr procesos de comprensión de
nuestros comportamientos negativos o que nos producen
malestar para tener el poder de transformarlos.
 Ayuda mucho aceptar a los demás como son; nunca negarse a
colaborar o ser solidario si ellos lo solicitan; No ser piedra de
tropiezo de nadie. Hay que estar en todo, pero no ser víctima de
nada.
 Vincular, o luchar y trabajar por conquistar la paciencia, la
serenidad y la voluntad.
 Hay que adaptarse a lo que sea, e integrarse con el lugar donde
se está.
 Hay que recordar las palabras de Kart Jung de que ― lo que se
resiste persiste‖, por lo que es importante no oponerse al mal ni a
la violencia, trabajar por la no reacción, saber callar (es mejor no
mencionarla, ser indiferente, ni siquiera mencionarlas; es mejor
trabajar intensamente por sus contrarios, propiciando y
estimulando todo lo que pueda exaltarlas). Es mejor estimular y
alentar la bondad y la compasión.
 Producir nuestro propio silencio interior: no pensar; recordando
que la mejor forma de pensar es no hacerlo.

Al atardecer, al finalizar el día y en un momento que se deje para sí


mismos; dejar que el cuerpo se relaje profundamente, escuchar música durante
un rato. La cena consistirá por ejemplo en verduras cocidas al vapor y cereales.
Muchas veces el cuerpo funciona mejor con alimentos simples. Al compartir los
alimentos se pueden intercambiar palabras estimulantes, además de bendecir
la comida. Por la noche, dedicar un rato a leer y estudiar. Siempre hay algo
más que aprender, pero también aprovechar un tiempo para escribir sobre lo
que se está trabajando. Al irse a la cama, hacer unos instantes de recogimiento
y/o meditación. Repasar los acontecimientos del día y bendecir cada actividad.
Afirmarse que se dormirá profundamente y que habrá un despertar fresco y
renovado, jubilosos ante el nuevo día.
Al indicar la descripción de la anterior agenda (puede hacerse semanal),
parece abrumador y muy dispendioso, al comienzo todo eso impresiona
muchísimo, pero después de un corto tiempo la nueva manera de pensar, sentir
y actuar, se habrán convertido en parte de nuestra vida y lo haremos
fácilmente, porque será algo tan habitual como ducharse o cepillarse los
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dientes. Podría ser maravilloso para una familia que sus miembros se dediquen
a hacer juntos algunas de estas cosas; por ejemplo hacer deporte, meditar en
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grupo para empezar el día, o bien antes de cenar, es fuente de paz y armonía
La experiencia interior Luher

para todos. Si parece que no se tiene tiempo, entonces hay que levantarse
media hora antes: los beneficios bien valen el esfuerzo.

6.1. ¿CÓMO ES EL DÍA? (EL NUESTRO)


¿Qué es lo primero que se dice por la mañana, cuando se despierta?
Todos tenemos algo que nos decimos prácticamente cada día. ¿Es positivo o
negativo? ¿Planeo un poco el día, afirmando y sintiendo que todo irá bien y que
se disfrutará muchísimo? Todo esto, antes de levantarse.
Estimémonos tal como somos, y degustemos todo lo que hagamos.
Riámonos de nosotros y de la vida, la vida es un juego, dejemos de tomarla tan
en serio, y nada podrá afectarnos. Al fin y al cabo, todo es temporal, todo pasa.
Así que, ¿por qué no empezar de una vez?
Por la noche, al acostarse, cerrar los ojos y agradecer todo lo que hay de
bueno en nuestra vida. Esa gratitud traerá más bendiciones. No escuchar ni ver
las noticias antes de acostarse. Pues se trata de no contaminar los sueños con
una lista de desastres. Al soñar hacemos un importante trabajo de limpieza, y
podemos pedir a nuestro ser interno que nos ayude con cualquier cosa en la
que estemos trabajando. Con frecuencia, a la mañana siguiente recibiremos
una respuesta. Vamos a acostarnos en paz. Confiemos en que el proceso de la
vida está de nuestra parte y ocupémonos de todo para nuestro mayor bien y
máxima alegría.
No hay necesidad de convenir en algo monótono nada de lo que
estemos haciendo. Todo puede ser un juego, divertido y jubiloso. ¡Depende de
nosotros! Hasta la práctica del perdón y la renuncia al resentimiento pueden ser
divertidas, si nos empeñamos en que lo sean. Probemos a hacernos una
cancioncita o un poema con esa situación o esa persona de la que tanto nos
cuesta liberarnos. Si entonamos una copla, veremos como todo el
procedimiento se aligera. Cuanto más nos riamos de nuestros problemas, mas
fácil nos resultará liberamos de ellos. Si viéramos una comedia cuyo argumento
se basara en nuestros problemas, nos causarían risa. La tragedia y la comedia
son la misma cosa. ¡Ver una o la otra no depende más que del punto de vista.
Hagamos todo lo que podamos para que nuestro trabajo de transformación sea
un placer y un gozo.
La práctica es visión y sacramento, momento único y de repetición ritual
pero consciente, lo que hace que siempre sea nuevo. La relajación, orar, auto-
observarse, nutrirse, transformar impresiones, hacer ejercicios, y/o meditar no
son fines sino medios. Si el medio se vuelve fin, se convierte en agente de
destrucción. El resultado no es la liberación interior sino la esclavitud, la locura
y no la sabiduría, la degradación y no la visión. Esto es lo que ha ocurrido en
los últimos años. Por ejemplo ―las drogas alucinógenas (como el yagé) se han
vuelto potencias destructivas porque han sido arrancadas de su contexto
teológico y ritual. Lo primero les daba sentido, trascendencia; lo segundo, al
introducir períodos de abstinencia y de uso, minimizaba los trastornos psíquicos
y fisiológicos. El uso de los alucinógenos es la profanación de un antiguo
sacramento, como la promiscuidad contemporánea es la profanación del
cuerpo‖14. Las cosas sin sentido, son cosas que vemos cuando no tenemos
rumbo.
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Página

14
CARLOS CASTANEDA. “Las enseñanzas de don Juan”, una forma yaqui de conocimiento. Fondo de
Cultura Económica. Bogotá, 1° edición en español, 1974; primera reimpresión, 1977. Página 17.
La experiencia interior Luher

¿Cómo se sabe de seguro si un camino tiene corazón o no? Cuando uno


se da cuenta de que ha tomado un camino sin corazón, es cuando éste nos
está destruyendo. En esas circunstancias muy pocos pueden pararse a
considerar, y menos aún pueden dejar ese camino. Un camino sin el Ser
interior nunca es disfrutable, causa malestar permanente, cada vez se trata de
evitar. Hay que trabajar duro tan sólo para tomarlo. En cambio, un camino con
corazón, con conciencia es fácil: no nos hace trabajar para tomarle gusto, nos
volvemos ansiosos (queremos hacerlo lo más pronto posible) por transitarlo.
Para escoger un camino debemos estar libres de miedo y de ambiciones, eso
sí, sabiendo que el medio nunca se vuelva fin. El deseo de aprender no es
ambición. Nos mueve el querer saber, es nuestra ruta de crecimiento interno.
Una persona que se atreve a conquistarse a sí mismo, vive de actuar, no
de pensar en actuar, ni de pensar qué pensará cuando termine de actuar. Por
eso elige un camino plenamente consciente, repleto del corazón y lo sigue y
luego mira y se regocija y ríe; y luego ve y sabe. ―Sabe que su vida se acabará
en un abrir y cerrar de ojos; sabe que él, así como todos los demás, no va a
ninguna parte; sabe, porque ve, que nada es más importante que lo demás. En
otras palabras, no tiene honor, ni dignidad, ni familia, ni nombre, ni tierra, sólo
tiene vida que vivir. Como nada le importa más que nada, escoge cualquier
acto y lo actúa como si le importara y sin embargo él sabe que no importa; de
modo que, cuando completa sus actos se retira en paz, sin pena ni cuidado de
que sus actos fueran buenos o malos, o tuvieran efecto o no.
―Todos los entendimientos son de dos tipos. Uno es simplemente
exhortaciones que uno se da a si mismo, grandes arranques de emoción y
nada más. El otro es el producto de un movimiento del eje de referencia interno;
no va unido a arranques emocionales sino a la acción‖15.
Según W. E. Du Bois, ―al volver del trabajo debes sentir la satisfacción
que ese trabajo te da y sentir también que el mundo necesita ese trabajo. Con
esto, la vida es el cielo, o lo más cercano al cielo. Sin esto –con un trabajo que
desprecias, que te aburre y que el mundo no necesita- la vida es un infierno‖. Al
decir verdad que, el trabajo nos evita grandes males: el aburrimiento, el vicio y
la pobreza. Si somos jefes, es bueno reconocer los méritos de los subordinados
es un elemento auténticamente motivador. El deseo de ser elogiado es algo
natural, pero si el elogio no llega, no ganamos nada obsesionándonos con él,
salvo sentirnos desdichados. Y es importante recordar que al estar apegados
principalmente a los frutos, empobrecen el trabajo. Los estoicos decían que la
satisfacción es lo valioso del trabajo: el resultado nadie puede arrebatarlo,
nadie más que nosotros tenemos poder sobre él. Un trabajo lleno de sentido es
vital para una vida llena de sentido. Trabajar en algo que no nos gusta no tiene
por qué ser malo. A veces desempeñamos un trabajo para descubrir que no
está hecho para nosotros. No podemos saberlo todo a través de la razón
únicamente, como dirían los racionalistas. Algunas cosas necesitamos saberlas
a través de la experiencia. Aún así la experiencia no es la única maestra.
También necesitamos la razón en nuestras experiencias.
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15
CARLOS CASTANEDA. “El fuego interior”. Página 216.
La experiencia interior Luher

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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1974; primera reimpresión, 1977.
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1998.
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una experiencia extraordinaria. Tomo II. Traducción de María Elisa
Moreno y Agustín Bárcena. Mitos Bolsillo, Grijalbo Mondadori,
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