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MODERNISMO (LITERATURA)

El modernismo literario tuvo su origen en Hispanoamérica, entre los años 1880 y


1914, impulsado en especial por el poeta nicaragüense Rubén Darío.
Aquí en Hispanoamérica se registro una lenta pero creciente reacción contra las
corrientes académicas y románticas, protagonizadas por varios y renombrados
escritores como por ejemplo González Prada, Salvador Díaz Mirón, entre otros.
En el desarrollo del modernismo, es posible identificar los siguientes momentos:
Iniciación: La primera generación modernista (1882-1896). José Martí y Manuel
Gutiérrez Nájera inician un trabajo de actualización de la lengua, principalmente
en la prosa, aunque también en el verso, muy fijos al modelo español.
Culminación: En 1888, Rubén Darío publica su libro Azul. En esta época ya se
habían realizado grandes innovaciones en la palabra poética. Por medio de su
obra en Chile, Argentina y España, Darío realiza una tarea excepcional, que
consolida el Modernismo como movimiento continental y se convierte en su
síntesis más brillante, tanto en América como en España. En 1896 se edita Prosas
Profanas, el libro de Darío que oficializa el Modernismo en Hispanoamérica.
Continuación: La segunda generación modernista. Consagrado Rubén Darío como
jefe de la escuela del Modernismo, cuando ya los iniciadores habían muerto
prematuramente, los escritores de esta segunda generación continuarían la obra
con sus aportes personales. Ellos son, entre otros, Leopoldo Lugones, Ricardo
Jaimes Freyre, Amado Nervo, y Julio Herrera y Reissig.
En sus comienzos, el estilo modernista fue muy recargado y estuvo dominado por
los temas exóticos e indigenistas, pero con el tiempo se fue haciendo cada vez
mas depurado y alcanzo expresiones de gran purismo lírico, como las rimas de
Juan Ramón Jiménez.
Los temas preferidos por los poetas modernistas reflejaban el mundo subjetivo
del autor, así como una atracción por lo original e insólito y cierta carga de
melancolía.
El poeta sentía una absoluta necesidad de evadirse hacia paraísos idílicos y una
gran añoranza del pasado mítico y legendario, sentimientos que solían
acompañarse del culto por la belleza y lo erótico y del rechazo del mundo real.
Es muy frecuente la alusión de culturas lejanas, también los escritores de este
movimiento se caracterizaban por su deseo de ser cosmopolitas y trascender la
realidad en la cual vivían, esto los llevo a tomar imágenes tomadas de culturas
exóticas, europeas, de Oriente o pertenecientes a otras épocas.
Para expresar sus preocupaciones y sentimientos, los modernistas recurrieron a
una renovación formal y estilística, en la que eran frecuentes los símbolos, los
giros complejos con palabras de gran sonoridad o la laberíntica combinación de
las rimas de un amplio vocabulario metafórico, integrado por un amplio
vocabulario metafórico, integrado por flores (loto, crisantemo, nenúfar),
animales (cisne, ibis, cóndor), piedras preciosas, colores, ciudades exóticas y
abundantes referencias a otras artes.
• Modernismo y otras corrientes literarias

Entrándonos un poco más al tema de la evolución, nos encontramos con otra


corriente literaria conocida como Romanticismo.
Este movimiento romántico, que domino el horizonte de las letras hispánicas
durante todo el siglo XIX, se convirtió para los poetas modernistas en el fantasma
que se deseaba superar.
Entre los autores de este movimiento el único cuya importancia se reconoció y se
mantuvo fue Gustavo Adolfo Bécquer. Los demás eran vistos como representantes
de una poesía demasiado cargada de razón y logicismo, que era necesario dejar
atrás.
En su faceta americana, el romanticismo significo también una exaltación del
sentimiento patrio, lo cual llevo a que gran parte de los autores hicieran una
poesía dedicada al elogio de los héroes de la independencia y los momentos de
gloria nacional. Los cánones del momento dictaban que la poesía debía estar
dedicada a la exaltación de sentimientos nobles y a la difusión de ideas
filosóficas, políticas, sociales.
Los modernistas quisieron liberar a la creación poética autónoma y que su único
propósito era buscar belleza. Del Romanticismo, sin embargo, tomo el
modernismo algunos de sus temas, entre ellos la evasión a mundos irreales o
exóticos, la melancolía, el desencanto y la duda existencial. También el gusto por
la vida bohemia y la actitud desdeñosa frente la sociedad burguesa fueron
motivos románticos que los modernistas acogieron en sus creaciones.
Finalmente en las primeras décadas del siglo XX el Modernismo en América Latina
dio paso a las escuelas de vanguardia, que se impondrían con fuerza en todo el
continente. Sin embargo, la influencia de la escuela de Rubén Darío siguió siendo
importante en muchos países durante varios años y muchos poetas que no se
acogieron a los movimientos de vanguardia y continuaron por la senda que había
abierto el nicaragüense. Pero igualmente poco a poco comenzaban a llegar
jóvenes autores cargados con la influencia de los surrealistas, dadaístas, etc.
(algunas características del vanguardismo), que nuevamente habían tomado de la
gran inspiración de Europa, sin embargo los autores latinoamericanos ya habían
aprendido a elaborar las influencias llegadas de fuera para convertirlas en
materia propia.
Simultáneamente con la llegada del Vanguardismo y la continuación del
Modernismo, existía en América Latina una tendencia al Realismo, que domino
sobre todo en el campo de la prosa.
Y así con todo lo que significo el Modernismo en su momento, paso a ser el
modelo para atacar y superar.
A continuación haré una breve cronología de la vida Rubén Darío y acotare una de
sus obras.
Rubén Darío
Nació en Metapa, Nicaragua, en el año 1867. Su verdadero nombre era Félix
Rubén García Sarmiento. Fue periodista y diplomático. Hasta 1898 vivió, publicó
y actuó en Chile, Centroamérica y la Argentina. En 1898 viajó a España, y vivió
en Francia y otros países de Europa. Murió en León, Nicaragua, en 1916.
Escribió prosa y poesía. Entre toda su producción se destacan tres obras que
ayudan a comprender la evolución del Modernismo: Azul, Prosas profanas y
Cantos de vida y esperanza. Los raros, en prosa, y El Canto Errante son otras de
sus obras.
Tres Obras:
Azul (1888): fue su primera obra importante. Publicada en Valparaíso, está
constituida por relatos breves y algunos poemas. Significó para su autor el
reconocimiento en América y en España. Sus rasgos son: sensualidad,
erotismo y musicalidad. En los sonetos que cierran la obra, Darío revela sus
preferencias y su cosmopolitismo.
Prosas profanas: fue publicado en Buenos Aires, en 1896. Las variaciones
temáticas y las audacias métricas, son tantas que provocaron en América y en
España grandes polémicas. Predomina el tema erótico, envuelto en un arte
cromático y perfecto.
Cantos de vida y esperanza (1903): Los temas del libro son, entre otros: el paso
del tiempo, la misión del poeta, la búsqueda de la fe, la preocupación por el
futuro de América, etc. El libro termina con una expresión de temor y duda sobre
el misterio de la vida. De contenido diferente, este volumenpresenta el mismo
cuidado formal y la notable variedad de metros y riqueza de lenguaje que
caracterizan al gran poeta.

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