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EL HUÁSCAR

EL INICIO DE LA GUERRA

Al inicio de la guerra, la Escuadra peruana estaba prácticamente


desmantelada en El Callao. Las calderas de la "Independencia" estaban
en tierra y el "Huáscar" se encontraba desartillado. Si Chile se venía o no
alistando para la guerra, puede resultar discutible. Hay indicios a
favor y algunos argumentos en contra. En todo caso, aquel país tenía
un ejército muy bien organizado y disciplinado, basado en la
estructura militar prusiana y en una fuerza naval respetable, aún
para estándares europeos, organizada en base a los parámetros de la
marina británica. Su escuadra -quizás la mejor de América Latina-
estaba compuesta por dos enormes acorazados gemelos: El Almirante
Cochrane y el Almirante Blanco Encalada. La marinería estaba bien entrenada
y la flota estaba comandada por el contraalmirante Juan Williams, quién se
distinguió durante la guerra contra España de 1865-66. Bolivia no contaba
con escuadra y aquel era un factor que quizás el Perú debió
considerar al mantener la alianza militar con el país del altiplano,
cuyos gobernantes de esa época cometieron el error de no desarrollar
una marina mercante y una fuerza naval disuasiva. La escuadra del
Perú en tal sentido, salvo una excepción, no se había renovado en los
últimos once años. Estaba integrada por dos blindados, dos monitores
de hierro, dos corbetas de madera, dos cañoneras y algunas lanchas
torpederas. Casi todas las naves se encontraban inmovilizadas y en
pleno proceso de reparación. La escuadra chilena pues aventajaba a
la peruana en cantidad, desplazamiento, blindaje, poder de artillería,
modernidad y número de transportes.

EL HUÁSCAR

Sin duda la principal


nave del Perú era el
Huáscar, blindado de mar
con espolón modelo
Ericsson. Su construcción
se inició a fines de 1864
en Liverpool. El blindado
era tan maniobrable que
podía dar un giro de 180 grados en apenas dos minutos. Para los estándares
de esos tiempos, el Huáscar era una nave de guerra formidable, adquirida a un
precio bastante razonable.

Pero sobre la capacidad bélica del blindado, su comandante formuló


al gabinete del presidente Prado la siguiente advertencia: "Señores, es
preciso que no nos formemos ilusiones; el Huáscar es sin duda un buque
muy fuerte, pero nunca podrá contrarrestar el poder de uno sólo de los
blindados chilenos, pues estos tienen una coraza uniforme de nueve
pulgadas y seis cañones de igual calibre que los del Huáscar (...) A pesar
de todo el Huáscar cumplirá con su deber, aún cuando tenga la seguridad
de su sacrificio".

IQUIQUE

El 25 de abril de 1879, veinte dias después de declarada la guerra, el


Huáscar se hizo a la mar con una tripulación de 200 hombres. El blindado tuvo
su primer enfrentamiento y durante los primeros treinta minutos se enfrentó
solo contra los dos buques de guerra enemigos. La Esmeralda estaba dirigida
por el valiente capitán de fragata Arturo Prat y disponía de una tripulación de
200 hombres, número similar a la dotación del Huáscar. El combate entre
ambas naves se prolongaría por más de tres horas. El Huáscar limitaba el uso
de su artillería por temor a que los proyectiles alcanzaran a la población de
Iquique. Grau decidió terminar el encuentro recurriendo al espolón, pero los dos
primeros intentos fueron vanos. El primero de ellos impactó a babor y el
segundo en el estribor de la nave adversaria, la que pese al castigo recibido no
se rindió. En esos momentos, el aguerrido capitán Prat intentó abordar el
Huáscar y acompañado sólo de un sargento, se arrojó sobre el blindado, ultimó
a un oficial de señales y fue muerto sobre la cubierta cuando intentaba avanzar
hacia el torreón de mando. Un segundo intento de abordaje por doce
tripulantes resultó también infructuoso. Sólo recién al tercer impacto
con espolón la Esmeralda se partió y se hundió con el mástil al tope. El
dramático combate concluyó a las 12:10 de la tarde. En total el Huáscar
disparó cuarenta cañonazos. Los chilenos acusaron 135 muertos. Los
peruanos perdieron un oficial y siete marineros resultaron heridos. De
inmediato Grau, antes de avanzar hacia la otra nave chilena, la Covadonga,
dispuso el salvataje de los 62 valientes sobrevivientes chilenos, cuyo último
comandante, el teniente Uríbe, agradeció el humanitario gesto del Almirante.
La posterior correspondencia entre Grau y la viuda de Prat fue un ejemplo de
profundad hermandad latinoamericana, a pesar de la crueldad de esa guerra.

CORRERIAS DEL MONITOR


"HUASCAR"

Gracias a su considerable andar,


blindaje, poderosa artillería y muy en
especial a la audacia y habilidad de su
Comandante, el monitor "Huáscar" se
constituyó en una seria amenaza a las
líneas de comunicaciones marítimas que
sustentaban el esfuerzo bélico chileno.

El 26 de mayo de 1879 ataca Antofagasta y al día siguiente apresa


dos naves mercantes en Cobija. El 3 de junio es avistado por el
blindado "Blanco" y la cañonera "Magallanes", pero logra escapar después de
un corto duelo de artillería. Durante la noche del 10 de julio penetra en Iquique
y ataca a las unidades navales que bloquean el puerto. La cañonera
"Magallanes" elude con mucha pericia marinera varias embestidas del espolón
del "Huáscar". Pero, ante la probabilidad de tener que enfrentar al blindado
"Cochrane", el Comandante Grau decide regresar a su refugio en Arica. El 17
de julio zarpa a interceptar un convoy chileno y una semana después
captura al transporte "Rímac" , con 300 carabineros de Yungay, caballares y
abastecimiento de guerra. Pese a que era el objetivo prioritario de la
Escuadra Chilena, logró siempre escabullirse aprovechando que las
naves nacionales estaban drásticamente reducidas en su andar,
después de la larga campaña lejos de su base. Estas limitaciones
hicieron insostenible el persistir en el bloqueo de Iquique. Los éxitos
del "Huáscar", en particular la captura del "Rímac", llevaron a la renuncia del
Almirante chileno Juan Williams Rebolledo, asume como Comandante en Jefe
el Capitán de Navío Galvarino Riveros Cárdenas y se somete a los buques
chilenos a una recuperación de sus capacidades operativas, lo que toma la
mayor parte del mes de septiembre. Mientras tanto, el monitor "Huáscar" y
su brillante Comandante continuaba atacando los puertos chilenos,
destruyendo instalaciones portuarias y embarcaciones, para afectar el esfuerzo
económico necesario para sostener la guerra.

Efigie de Grau
"Como del carbón sale el diamante, así de la negrura de esta guerra
sale Grau. (...) Al estudiar lo que hizo, preciso es recordar con qué
elementos trabajó y cabe preguntar qué hubiera sido del Perú con
Grau en un barco como el Cochrane o el Blanco Encalada..." (Jorge
Basadre).

LA BATALLA DE ANGAMOS

08 de octubre de 1879

Chile, ya capturado el Rímac y renovado sus mandos, se concentró en la


toma del Huáscar. Las naves chilenas recibieron los mejores cuidados. Los
transportes fueron armados con la artillería recién llegada de Europa. Puestas
las naves en las mejores condiciones, el nuevo comandante de la escuadra
chilena, Galvarino Riveros, se dispuso a acabar con la presencia del Huáscar
en el Pacífico. El 8 de octubre de 1879 a las tres y media de la
madrugada el Huáscar y la Unión, que llegaban de Antofagasta, divisaron
tres humos, constancia indudable de la presencia de naves enemigas. Grau
actuó como otras veces, ya que no había otra posibilidad, y enrumbó hacia el
este para continuar luego al norte. A las 7:15 am. se pudieron distinguir hacia el
norte, cerrándoles el paso, otros tres humos: eran el Cochrane, el O'Higgins y
el Loa. En la convicción de que eludir el combate ante fuerzas tan
superiores era imposible, el comandante Grau se dispuso a cumplir con
su deber. Ordenó al comandante de la Unión huir, lo que permitió la savación
de aquella nave. A los veinte minutos de iniciada la acción, una granada
lanzada desde el Cochrane "chocó en la torre del comandante, la perforó y
estallando dentro hizo volar al contralmirante Miguel Grau Seminario, que tenía
el mando del buque y dejó moribundo al teniente primero don Diego Ferré, que
le servía de ayudante", según consta en el parte de combate firmado en San
Bernardo, el 16 de octubre, por Manuel Melitón Carbajal. Se continuó el
combate con sigular coraje de parte de los defensores del Huáscar,
cuyo blindaje no tenía resistencia ante las poderosas baterías de las naves
chilenas. El combate fue tenaz y sostenido, y se sucedieron en el
comando de la nave peruana los oficiales Aguirre y Rodríguez, hasta que,
no quedando nada por hacer, el último comandante del Huáscar, el teniente
primero Pedro Gárezon, ordenó abrir las válvulas para hundir el buque. La
nave, ya incapacitada para la defensa, sufrió el abordaje del enemigo.

Monitor "Huáscar"
AÑO 1865 - DESPL. 1.130 tons.
ARMAMENTO 2 cañones de 300 libras. 2 cañones de 40 libras. 1
cañón de 12 libras 1 ametralladora Gatling .44.
POTENCIA DE MAQUINAS 1.100 IHP.
VELOCIDAD MAXIMA 11 nudos

Fue el más brillante buque de la Armada peruana en 1879, durante la


Guerra del Pacífico, comandado por el Almirante Miguel Grau
Seminario, distinguido y valiente marino peruano.
El 21 de mayo de 1879 hundió la corbeta chilena "Esmeralda", en el
Combate Naval de Iquique. Capturado por Chile en el Batalla Naval
de Angamos, el 8 de octubre de 1879, en la cual murió su
Comandante, Almirante Miguel Grau.
Operó el resto de la Guerra del Pacífico bajo bandera chilena,
destacando en el cañoneo de Arica y muerte de Manuel Thomson
Porto Mariño y en el bloqueo de El Callao.
Formó parte de la Escuadra Chilena hasta 1897, fecha en que quedó
de baja en Talcahuano por la explosión de una caldera. Se le restauró
como reliquia histórica en 1934. En 1951 y 1970 fue sometido a
extensas reparaciones y se le restauró a su condición original. Se le
conserva actualmente como reliquia histórica en el puerto de
Talcahuano, rindiéndose homenaje permanente a los héroes chilenos
y peruanos que murieron en su cubierta en cumplimiento de su
deber.

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