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Trabajo y energía
5. TRABAJO Y ENERGÍA
El concepto de energía es de enorme importancia en la Física y sus alcances exceden el contexto
de la Mecánica Newtoniana. En efecto la energía junto con la cantidad de movimiento juegan un
rol primario en las Teorías Fundamentales que mencionamos en el Capítulo 1, básicamente por-
que estas magnitudes se conservan (es decir se mantienen constantes) en todas las interacciones
básicas de la naturaleza. Pero aquí nosotros estamos desarrollando una teoría macroscópica en la
cual como ya vimos aparecen fuerzas no fundamentales como el rozamiento, el arrastre, etc.
Estas fuerzas se relacionan de una forma muy complicada con las interacciones fundamentales y
de resultas de ello en nuestra descripción de los fenómenos la energía nos aparece bajo diferen-
tes aspectos, aunque a nivel microscópico se trata siempre de la misma cosa. Uno de esos as-
pectos es la energía mecánica que trataremos aquí. El lector debe recordar lo que se acaba de
decir, y más adelante volveremos sobre esta cuestión.
En el contexto de la Mecánica Newtoniana el concepto de energía es muy útil ya que en deter-
minados casos ayuda a simplificar la solución de problemas. Se debe notar que la Segunda Ley
establece una ecuación diferencial del segundo orden en el tiempo, que se debe integrar para
conocer el movimiento de los cuerpos. Veremos que bajo ciertas condiciones la energía mecá-
nica de un sistema se conserva (es decir no se transforma en otra clase de energía). Cuando esto
ocurre podemos escribir de inmediato una integral primera de las ecuaciones de Newton, lo cual
es un paso adelante muy importante hacia la solución del problema.
Trabajo mecánico
Para presentar la noción de energía mecánica conviene introducir el trabajo mecánico y eso es lo
que haremos ahora. Este concepto deriva de la noción del esfuerzo que es necesario realizar para
desplazar objetos. Es intuitivo que el esfuerzo está relacionado con la fuerza que se ejerce, pero
es algo distinto. Cuando levanto un cajón y lo coloco en una estantería tengo que ejercer una
fuerza igual a su peso, pero el esfuerzo es mayor cuanto más alto es el estante donde lo ubico. Si
desplazo un mueble de un lugar a otro la fuerza a ejercer es siempre la misma (la necesaria para
vencer el rozamiento) pero el esfuerzo es tanto mayor cuanto más lejos lo llevo. Además el es-
fuerzo depende de la dirección del desplazamiento en relación a la fuerza: el esfuerzo necesario
para transportar una valija depende de si el desplazamiento es horizontal, en subida, o en bajada.
Estas observaciones cotidianas indican que el esfuerzo depende de la magnitud de la fuerza, de
la magnitud del desplazamiento y del ángulo entre el desplazamiento y la fuerza. Basados en
estos hechos definimos el trabajo mecánico de modo de respetar la noción intuitiva de esfuerzo,
aunque con la precisión y rigor que corresponde a una magnitud física.
Sea A un punto material sobre el que actúa la fuerza F y que sufre un desplazamiento infinite-
simal dr (Fig. 5.1a). Definiremos el trabajo mecánico de F en el desplazamiento dr como
dW = F ⋅ dr = F dr cos α (5.1)
De la definición resulta que W es un escalar y que su magnitud y signo dependen del ángulo
entre F y dr. Si α < π /2 (desplazamiento a favor de la fuerza) el trabajo es positivo. Si α > π /2
(desplazamiento en contra de la fuerza) el trabajo es negativo. Si α = π /2 el trabajo es nulo. El
trabajo de una fuerza en un desplazamiento finito del móvil entre una posición 1 y una posición
2 según la trayectoria T (Fig. 5.1b) se define como
105
5. Trabajo y energía
2 2
W1,2,T = ∫ dW = ∫ F ⋅ dr (5.2)
1 1
A dr
a
T
A dr 2
1
T'
(a) (b)
Fig. 5.1. El trabajo depende (a) del ángulo entre fuerza y desplazamiento y (b) de la tra-
yectoria del móvil.
En general el trabajo depende del camino seguido para ir de 1 a 2, luego si T y T ′ son dos tra-
yectorias diferentes que van ambas de 1 a 2 se tendrá que
Fuerza conservativa
Consideremos el trabajo del peso P = −mgzˆ en un desplazamiento vertical dr = zˆ dz (Fig. 5.2a).
Se tendrá dW = P ⋅ dr = − mgdz y entonces
z2
W12 = − ∫ mgdz = − mg( z2 − z1 ) (5.6)
z1
106
5. Trabajo y energía
z z
2 2
dr dr
P P
1 1
(a) (b)
De acuerdo con esta definición y con el resultado anterior el peso es una fuerza conservativa.
Consideremos un camino C que parte de 1 y vuelve a 1 (Fig. 5.3b) y sea WC el trabajo realizado
por la fuerza conservativa F en el desplazamiento C. Por definición:
WC = ∫ F ⋅ dr (5.9)
C
Sea ahora 2 un punto cualquiera de C que la divide en dos partes: C ′ que va de 1 a 2 y C ′′ que
va de 2 a 1. Claramente:
∫ F ⋅ dr =0 (5.11)
C
Con un razonamiento análogo se puede demostrar la propiedad inversa: si F es tal que su trabajo
a lo largo de cualquier camino cerrado es nulo, entonces es conservativa.
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5. Trabajo y energía
F F
A A 2
dr dr
C'
C
2 C
1
1 C''
C'
(a) (b)
Campo de fuerza
El peso es un caso particular de una clase importante de fuerzas: aquellas que dependen de la
posición. Otro ejemplo de esta clase es la fuerza electrostática entre dos cargas. En las proximi-
dades de la superficie de la Tierra P = −mgzˆ donde ẑ es la dirección de la vertical del lugar
(positiva hacia arriba). A medida que nos alejamos de la superficie terrestre g disminuye al au-
mentar z, y a distancias r grandes del centro de la Tierra1
r 2
g = g(r ) = g(rT ) T (5.12)
r
r 2
P = − mg(rT ) T rˆ (5.13)
r
En casos como este, cuando en cada punto del espacio podemos definir un valor de la fuerza, se
dice que estamos en presencia de un campo de fuerza. Si además la fuerza es conservativa se
dice que el campo correspondiente es conservativo. Cuando además de la posición la fuerza de-
pende de otras magnitudes (por ejemplo de la velocidad del cuerpo) no se puede hablar de
campo de fuerza. Por ese motivo las fuerzas de rozamiento no son un campo.
El concepto de campo es muy importante en la Física y más adelante volveremos sobre él. Por el
momento bastará con esta somera introducción.
Energía cinética
La energía es la magnitud que da la medida de la capacidad de un sistema para producir trabajo.
Hay distintas clases de energía, que se distinguen por
• la forma como se manifiesta y
• las fuerzas e interacciones que la originan.
1
Esta fórmula es aproximada ya que la Tierra no es una esfera perfecta.
108
5. Trabajo y energía
Es así que se habla de energía mecánica, térmica, eléctrica, química, nuclear, etc. Nos ocupare-
mos ahora de la energía mecánica, que es la energía que poseen los cuerpos en virtud de su mo-
vimiento y de su posición.
Para detener un móvil que se desplaza con cierta velocidad es preciso aplicarle una fuerza que lo
frene. Dicha fuerza realiza un trabajo negativo, es decir, el móvil entrega trabajo al sistema que
ejerce la fuerza2. Luego el móvil por el hecho de moverse posee energía. En otras palabras:
Por virtud de su inercia todo cuerpo en movimiento posee energía, que denominamos
energía cinética.
v2
v1 2
m
v
F
1
Fig. 5.4. El Teorema de la fuerza viva: la variación de la energía cinética del móvil es igual
al trabajo de la fuerza que actúa sobre él.
La energía cinética se relaciona con el esfuerzo necesario para cambiar el estado de movimiento
de un objeto. Dicho esfuerzo se origina en la inercia del cuerpo. Es sencillo calcular la energía
cinética del móvil. Sea una masa m animada de una velocidad v, sobre la cual actúa la fuerza F.
En el intervalo dt el desplazamiento del móvil es dr = v dt y la fuerza realiza un trabajo
dW = F ⋅ dr = F ⋅ v dt (5.14)
dW = m v ⋅ dv = 12 m d (v 2 ) (5.15)
Este es el máximo trabajo que se puede extraer del móvil. Es natural entonces definir la cantidad
T = 12 m v 2 (5.18)
2
Por ejemplo la fuerza que ejerce el clavo sobre el martillo que lo golpea realiza un trabajo negativo sobre éste y lo
frena. La reacción del martillo realiza un trabajo que hace penetrar el clavo en el tablón. Así podemos extraer
trabajo del móvil.
109
5. Trabajo y energía
como la energía cinética del móvil, pues da la medida del trabajo que se puede extraer del
mismo en virtud de su movimiento. En términos de la energía cinética los resultados anteriores
se pueden escribir en la forma diferencial
dW = dT (5.19)
W12 = T2 − T1 = ∆T (5.20)
Energía potencial
La energía cinética no es la única forma en que se puede manifestar la energía mecánica. Si un
móvil se encuentra en un campo de fuerza y su posición varía, la fuerza del campo realiza un
trabajo. Existe entonces una forma de energía asociada con la posición de un cuerpo sometido a
un campo de fuerza. Sea un móvil que se desplaza en un campo de fuerza de 1 a 2 según la tra-
yectoria C. El trabajo de la fuerza es
2
W12,C = ∫ F ⋅ dr (5.21)
1
En general el trabajo depende de la trayectoria y por lo tanto no se puede asignar un valor defi-
nido a W12 y no podemos afirmar (como hicimos en el caso de la energía cinética) que W12 es la
diferencia entre cantidades calculadas para el punto 1 y el punto 2 (Fig. 5.5a). Hay sin embargo
una clase de fuerzas, las fuerzas conservativas, para las cuales W12 es el mismo cualquiera sea el
camino seguido para ir de 1 a 2. Consideremos, para ser concretos, el peso. Para el peso
W12 = − mg( z2 − z1 ) lo que muestra que un cuerpo posee una capacidad de producir trabajo (es
decir una energía) que depende de la altura donde se encuentra (Fig. 5.5b). Luego en este caso
podemos escribir
3
La denominación proviene de vis viva (“fuerza viva” en latín), nombre (hoy en desuso) que se daba a la energía
cinética.
110
5. Trabajo y energía
donde
(a) (b)
Fig. 5.5. En general (a) el trabajo depende de la trayectoria, luego no se puede asignar un
valor definido a W12 . Pero para el peso W12 no depende de la trayectoria (b), luego pode-
mos introducir una energía potencial y escribir W12 = −[V ( z2 ) − V ( z1 )] .
Corresponde aclarar que la fórmula (5.23) vale sólo cerca de la superficie de la Tierra. Si quere-
mos calcular la energía potencial gravitatoria de un cuerpo lejos de la superficie, por ejemplo un
satélite artificial, tenemos que emplear la expresión (5.12) de g. Se obtiene entonces
1
V (r ) = − mg(rT )rT2 + V∞ (5.24)
r
Notar que esta elección del nivel de referencia corresponde a fijar V0 = − mg(rT )rT en la (5.23).
En general para una fuerza conservativa cualquiera podemos definir una energía potencial del
modo siguiente (Fig. 5.6):
• se elige (arbitrariamente) un nivel de referencia, por ejemplo el punto R,
• la energía potencial en otro punto r cualquiera es entonces
r
V ( r ) = − ∫ F ⋅ dr ′ + V0 (5.26)
R
111
5. Trabajo y energía
Aquí V0 es una constante arbitraria y la integral se calcula sobre cualquier camino que lleve de R
a r, porque por ser F conservativa la integral no depende del camino.
Si ahora queremos calcular el trabajo de F en un desplazamiento de 1 a 2 tendremos que
r2 R r2 r1 r2
W12 = ∫ F ⋅ dr = ∫ F ⋅ dr + ∫ F ⋅ dr = − ∫ F ⋅ dr + ∫ F ⋅ dr
r1 r1 R R R (5.27)
= −[V ( r2 ) − V ( r1 )]
F(r) F(r)
R R
(a) (b)
Fig. 5.6. Para definir la energía potencial de una fuerza conservativa cualquiera se elige un
nivel de referencia R, luego (a) para un punto r cualquiera V( r ) está dada por la (5.26). El
trabajo de F en un desplazamiento (b) de 1 a 2 es entonces W12 = −[V ( r2 ) − V ( r1 )].
112
5. Trabajo y energía
Corresponde aclarar que la condición F ≡ F( r ) es necesaria pero no suficiente para que F sea
conservativa. Por ejemplo, una fuerza de la forma F = f (r )ϕ̂
ϕ no es conservativa; en efecto, es
fácil verificar que en este caso la condición
∫ F ⋅ dr = 0 , todo C (5.32)
C
no se cumple. Por lo tanto para dicha fuerza no se puede encontrar una función V( r ) tal que
F = −∇V = f (r )ϕ̂
ϕ.
De las (5.29) podemos obtener las condiciones para que F sea conservativa. De la primera y se-
gunda de dichas ecuaciones obtenemos que
Del mismo modo, de la segunda y la tercera, y de la tercera y la primera de las (5.29) se obtie-
nen, respectivamente, las condiciones
∂Fy ∂Fz ∂Fz ∂Fx
− =0 , − =0 (5.34)
∂z ∂y ∂x ∂z
Si en todo punto se cumplen las tres condiciones (5.33), (5.34) F ⋅ dr es un diferencial total
exacto: éstas son pues las condiciones suficientes para que F sea conservativa.
Usando el operador gradiente las condiciones (5.33), (5.34) se expresan en la forma compacta
∇ × F ≡ rot F = 0 (5.35)
Energía mecánica
Sea una masa que se mueve bajo la acción de una fuerza desde 1 hasta 2. Por el Teorema de la
fuerza viva W12 = T2 − T1 . Si además la fuerza es conservativa y V es la energía potencial corres-
pondiente, W12 = −(V2 − V1 ) . Comparando ambas expresiones y ordenando términos obtenemos
T2 + V2 = T1 + V1 (5.36)
4
De la definición es evidente que las dimensiones y unidades de la energía son las mismas que las del trabajo.
113
5. Trabajo y energía
Toda ley de conservación está relacionada con una propiedad de simetría del sistema.
También vale la inversa: cuando un sistema posee una simetría (es decir cuando hay una trans-
formación que lo deja igual del punto de vista físico), asociada con esta simetría hay una cons-
tante de movimiento. Por lo tanto existe la siguiente relación biunívoca:
Por eso al comenzar el estudio de un problema es siempre útil detenerse a reflexionar sobre sus
propiedades de simetría. Eso veremos a medida que avancemos.
Potencia
En muchas aplicaciones interesa el tiempo necesario para realizar un trabajo. La magnitud física
que da la medida del trabajo producido en la unidad de tiempo es la potencia
δW
P= (5.38)
δt
114
5. Trabajo y energía
dm
P= gh (5.40)
dt
V(x)
E
x
T(x1)
O x1
x– x+ x2 x
V(x1)
(a) (b)
Fig. 5.7. En un movimiento unidimensional (a) bajo el efecto de una fuerza conservativa es
útil el diagrama de la energía (b) que da una representación integral del movimiento.
El diagrama de la energía es una representación integral del movimiento que permite deducir
varias características del mismo sin necesidad de cálculos laboriosos, de ahí su utilidad.
Puesto que T no puede ser negativa ( T = mv 2 / 2 ≥ 0 ) se debe cumplir
E ≥ V ( x) (5.42)
Luego el movimiento está confinado a los intervalos de x tales que V < E . Por eso en el caso de
la Fig. 5.7b el móvil no puede llegar al punto x2. En la Fig. 5.7b el movimiento está limitado a
los puntos que cumplen la condición x− < x < x+ . En x− y x+ , que se llaman puntos de retorno,
se tiene T = 0 o sea v( xm ) = 0 , luego E = V .
En un punto como x1 la velocidad puede tener dos valores:
115
5. Trabajo y energía
2
v( x1 ) = ± [ E − V ( x1 )] (5.43)
m
En x1 la fuerza
F( x1 ) = −
dV
(5.44)
dx x
1
apunta hacia las x negativas. Si imaginamos que V ( x ) representa el perfil de una cuesta, la
fuerza está siempre dirigida cuesta abajo. Está claro pues que a medida que el móvil se acerca a
x+ la fuerza lo frena. Análogamente si el móvil se acerca a x− la fuerza (ahora dirigida en sen-
tido x positivo) también lo frena. Luego el movimiento descripto por el diagrama es una oscila-
ción en que el móvil va y viene entre los puntos de retorno.
E4
V(x)
E3
E2
x
E1
x5 x1 x2 x3 x4 x6 x7
Fig. 5.8. Diagrama de la energía que muestra los diferentes tipos de movimiento que se
presentan según sea el valor de la energía mecánica del móvil.
El tipo de movimiento depende de la forma de V ( x ) y del valor de E. Observando la Fig. 5.8
vemos que se presentan varias posibilidades:
• para E = E1 puede haber dos movimientos posibles: una oscilación con puntos de retorno x1
y x2 y una oscilación con puntos de retorno x3 y x4 ;
• para E = E2 el movimiento es una oscilación con puntos de retorno x5 y x6 ;
• para E = E3 el movimiento no es oscilatorio; el móvil viene de la izquierda desde el infinito
y al acercarse a x7 se frena, se detiene y vuelve atrás alejándose nuevamente hasta el infi-
nito: hay un solo punto de retorno;
• para E = E4 no hay puntos de retorno: un móvil que viene de –∞ va hasta +∞ sin detenerse
(aunque su velocidad varía con x); también es posible el movimiento en sentido contrario, en
que el móvil viene de +∞ y va a –∞ sin detenerse.
Luego el movimiento puede ser ligado, si el móvil está atrapado en un pozo de energía potencial
y oscila entre dos puntos de retorno, o no ligado, cuando el móvil viene y va al infinito. Veamos
algunos ejemplos.
116
5. Trabajo y energía
Lanzamiento vertical
Si lanzo un objeto de masa m hacia arriba con velocidad v0, inicialmente T0 = m v02 / 2 , V = V0 y
E = T0 + V0 . La altura máxima corresponde al punto de retorno zm donde E = V ( zm ) . Luego
zm = v02 / 2 g (5.45)
V(r) V(z)–V0
mg(rT)rT mg(rT)rT
rm/rT r/rT
0.5 1.0 1.5 2 2.5 3
–0.2 0.8
–0.8 0.2
E z/rT
–1.0 0.0
zm/rT 0.5 1 1.5 2
De aquí obtenemos que el punto de retorno5 rm (correspondiente a v(rm ) = 0 ) está dado por
1 1 v02
= − 12 (5.47)
rm rT g(rT )rT2
Para que el cuerpo se pueda alejar hasta el infinito es preciso que v0 cumpla la condición
5
Estas fórmulas valen siempre y cuando se conserve la energía mecánica y por lo tanto no toman en cuenta la
resistencia del aire, que reduce la velocidad del móvil mientras éste se encuentra dentro de la atmósfera terrestre.
117
5. Trabajo y energía
La fórmula (5.48) de la velocidad de escape vale para cualquier cuerpo celeste, con tal de usar el
valor correspondiente del radio y de la aceleración de la gravedad en la superficie. Consideremos
la Luna: su radio es de 1738 km y la aceleración de la gravedad en su superficie es de 162.4 gal
(aproximadamente una sexta parte de la gravedad en la superficie de la Tierra). De la (5.48) ob-
tenemos entonces que la velocidad de escape desde la Luna es de 2.38 km/s.
Oscilaciones de un resorte
Si desplazo el extremo de un resorte una distancia x desde el equilibrio (x es la elongación) el
resorte ejerce una fuerza que tiende a devolverlo al equilibrio, dada por
F = − kx (5.49)
donde k es la constante del resorte (Fig. 5.10). La energía potencial correspondiente vale:
x
V = ∫ kx ′dx ′ = 12 kx 2 + V0 (5.50)
0
F = – kx
m
Fig. 5.10. Si desplazamos el extremo de un resorte una distancia x desde el equilibrio el re-
sorte ejerce una fuerza F = − kx que tiende a devolverlo al equilibrio.
Es usual elegir V0 = 0 . Luego
V ( x ) = 12 kx 2 (5.51)
El movimiento de una masa m sometida a la fuerza (5.49) se describe por medio de la Fig. 5.11.
El movimiento es siempre ligado y consiste de una oscilación entre los puntos de retorno −a y
+a , dados por
2E
a= (5.52)
k
118
5. Trabajo y energía
2V(x)/k
0.5
0.4
0.3
E
0.2
0.1
–a a x
–1 –0.75 –0.5 –0.25 0.25 0.5 0.75 1
Fig. 5.11. Diagrama de la energía para las oscilaciones de una masa movida por un resorte.
Todas las características del movimiento se deben poder expresar en términos de estos paráme-
tros. En particular el periodo T de la oscilación no puede depender de ϕ 0 , luego
T ~ m/k (5.54)
Por lo tanto el periodo de las oscilaciones del resorte no depende de la amplitud de las mismas6.
Nuestro análisis muestra que T es proporcional a m / k pero no permite conocer la constante
(numérica) de proporcionalidad. Podemos sólo suponer que esa constante es del orden de la uni-
dad. Para determinar su valor exacto hay que resolver las ecuaciones del movimiento (cosa que
haremos en el Capítulo 6). Es interesante, sin embargo, hacer una estimación. ¿Cómo? Basán-
donos en consideraciones sobre el impulso y la cantidad de movimiento. Consideremos, por
ejemplo, qué sucede en un cuarto de período, cuando el móvil va de 0 hasta a. Será
T/4
∆p= ∫ Fdt (5.55)
0
∆ p = −m a k / m (5.56)
Por otra parte el miembro derecho de la (5.55) se puede escribir como FT / 4 donde F es el va-
lor medio temporal de la fuerza. Obviamente F = q Fm , donde Fm = − k a y 0 < q < 1 . El factor q
6
La razón física de esto es la ley de fuerza (5.49), que determina las dimensiones de k.
119
5. Trabajo y energía
es menor que la unidad, pero próximo a ella pues el móvil pasa más tiempo cerca del punto de
retorno, donde tiene menos velocidad. Luego q d1. Por lo tanto
T/4
q
∫ Fdt = − k aT
4
(5.57)
0
4 m
T= , q d1 (5.58)
q k
F = Fc + Fnc (5.59)
7
El movimiento de los cuerpos celestes, como los que integran el Sistema Solar, es quizás lo que mejor se
aproxima a un sistema conservativo ideal. Pero aún en ese caso hay fuerzas no conservativas provenientes de la
interacción de esos cuerpos con el gas y el polvo del espacio interplanetario y de otros efectos.
120
5. Trabajo y energía
δ Q = −δ Wnc (5.63)
El calor es una forma de energía: a nivel microscópico es la energía mecánica debida a la agita-
ción desordenada de las moléculas de todo medio material.
Transformaciones de la energía
La energía mecánica se puede transformar en calor produciendo una variación de la energía tér-
mica o energía interna. Esta es sólo una de las transformaciones que puede sufrir la energía. Si
se toman en cuenta todas las formas de energía y todas las transformaciones, resulta que la ener-
gía total (suma de todas las formas) de un sistema aislado permanece constante. Luego la ener-
gía no se crea ni se destruye, sólo se transforma y se transfiere de un sistema a otro8.
Así como la energía mecánica se transforma en energía interna, se puede dar el proceso inverso,
es decir la transformación Energía Interna ⇒ Energía Mecánica. Por ejemplo si se expande un
gas contenido en un cilindro moviendo el pistón, la fuerza debida a la presión del gas realiza un
trabajo sobre el pistón, que podemos usar para aumentar la energía mecánica del ambiente (por
ejemplo levantando una pesa). Al mismo tiempo el gas del cilindro se enfría y su energía interna
disminuye, a menos que compensemos esa pérdida de energía interna suministrándole calor
(para lo cual hay que poner el gas en contacto con una fuente térmica). En este último caso, el
8
Este hecho constituye la Primera Ley de la Termodinámica.
121
5. Trabajo y energía
resultado neto del proceso es que el calor que hemos suministrado al gas se ha convertido en
energía mecánica del ambiente, el gas ocupa un volumen mayor pero su energía interna es la
misma que antes de la expansión, y la fuente térmica ha perdido energía. Pero en esta clase de
transformaciones hay limitaciones: no es posible un proceso cuyo único resultado sea transfor-
mar totalmente en energía mecánica el calor extraído de una fuente térmica9. Sólo una parte del
calor extraído de la fuente se puede transformar en energía mecánica. El resto tiene que ser en-
tregado en forma de calor a otra fuente más fría. No seguiremos más sobre estos temas. Basta
esto como introducción. El estudio de las transformaciones de la energía y de sus limitaciones es
materia de la Termodinámica.
No está demás señalar aquí que la energía es un bien útil y valioso, pero no hay que perder de
vista que la presencia de grandes cantidades de energía en pequeños volúmenes es potencial-
mente peligrosa. Esto es obvio en el caso de la energía química de un explosivo, pero la gente no
suele pensar en eso cuando se trata de la energía química almacenada en el tanque de un auto-
móvil o de la energía cinética de un vehículo lanzado con alta velocidad, a pesar que todos los
días nos enteramos de las lamentables consecuencias que resultan si esas cantidades de energía
se liberan por accidente en forma imprevista y no deseada. Veremos en lo que sigue que las altas
densidades de energía pueden producir efectos catastróficos.
¿En qué va a parar en este caso la energía mecánica que pierde el móvil? Esa energía queda en el
fluido, parte en forma de energía cinética del movimiento de las parcelas del fluido (que se po-
nen en movimiento debido al pasaje del móvil), parte como energía interna del mismo. En con-
diciones de arrastre turbulento ( R >> 1) el grueso va a parar a la energía cinética del movimiento
del fluido. Eso es lo que ocurre de inmediato. Es complicado describir lo que pasa después, pero
esencialmente lo que sucede es que los vórtices y remolinos de la turbulencia intercambian
energía entre sí, y de resultas de ello los vórtices pequeños ganan energía a expensas de los más
grandes. Al mismo tiempo la energía de los vórtices más pequeños se disipa por efecto de la
viscosidad, transformándose en energía interna. Se produce así lo que se llama una cascada en la
cual la energía pasa gradualmente de los vórtices grandes a los pequeños y de éstos a la energía
9
Este hecho se conoce como Segunda Ley de la Termodinámica.
122
5. Trabajo y energía
del movimiento desordenado de las moléculas del fluido. Al final del proceso el fluido queda de
nuevo en reposo y toda la energía que ganó a expensas de la energía mecánica del móvil acaba
en forma de energía interna, o sea de calor.
Impacto de bólidos
El impacto de cuerpos celestes es un proceso de fundamental importancia para la formación y la
evolución de los cuerpos del Sistema Solar y que alteró (y sigue alterando) las superficies de la
mayor parte de ellos debido a la formación de cráteres de impacto. El impacto en la Tierra de
grandes bólidos en el remoto pasado provocó catástrofes globales de resultas de las cuales ocu-
rrieron extinciones masivas de especies. Desde nuestro punto de vista son un ejemplo especta-
cular de los efectos de la disipación de energía mecánica, que muestra la variedad de transfor-
maciones de la energía.
Varias clases de objetos cósmicos pueden chocar con la Tierra y lo han hecho en el pasado como
lo muestra la evidencia geológica. Los impactores o meteoroides más grandes (afortunadamente
poco frecuentes) son asteroides o cometas; los menores son fragmentos de dichos cuerpos, tro-
zos de roca de la superficie de algún planeta arrojados al espacio de resultas de un impacto ante-
rior, u objetos primordiales. Los meteoroides más pequeños se destruyen en la atmósfera y sus
trayectorias visibles dan lugar a meteoros tales como estrellas fugaces y bolas de fuego; los me-
teoritos son los restos de esos cuerpos que sobrevivieron y llegaron el suelo. Aquí nos ocupare-
mos de meteoroides cuyo tamaño es de 100 m o más, cuyo impacto puede producir catástrofes
de escala local, regional e incluso global.
Los asteroides y cometas orbitan alrededor del Sol y cuando llegan a las proximidades de nues-
tro planeta sus velocidades vb son del orden de 30 km/s para los asteroides y 40 km/s para los
cometas. La velocidad orbital vT de la Tierra es de unos 30 km/s. La velocidad relativa vr de
uno de esos cuerpos respecto de la Tierra depende del ángulo con que se intersecan las respecti-
vas órbitas y su valor (Fig. 5.12) está comprendido entre
vT − vb ≤ vr ≤ vT + vb (5.67)
bólido vT
D
v
vb
Tierra
Fig. 5.12. La velocidad relativa de un cuerpo respecto de la Tierra depende del ángulo con
que se intersecan las respectivas órbitas.
123
5. Trabajo y energía
De aquí y de (5.67) resulta que vi es como mínimo ve ≅ 11.2 km/s y como máximo unos
70 km/s . Un valor típico para un impacto asteroidal es 20 km/s mientras que para un impacto
cometario es de 56 km/s. Podemos entonces suponer que 30 km/s es la típica escala de velocidad
asociada con los impactos.
La energía cinética específica de un bólido de masa mb cuya velocidad es vi vale
donde V es del orden de la unidad. El valor de ε i es mucho mayor que la energía química especí-
fica de un explosivo como el TNT ( ε TNT ≈ 4.7 MJ/kg ). Luego a igual masa el contenido de
energía cinética de un bólido lanzado a 30 km/s es 100 veces mayor que la energía química de
un explosivo militar. La comparación es apropiada pues veremos que al chocar con el suelo el
bólido libera su energía cinética (es decir la disipa) en forma de una explosión.
Los cometas son una mezcla porosa de hielo y polvo y su densidad media es ρb ≈ 0.6 g/cm 3 . La
mayoría de los asteroides y de sus fragmentos son rocosos ( ρ ≈ 2.3 − 3.5 g/cm 3 ), pero una pe-
queña fracción de ellos son metálicos (esencialmente hierro, ρ ≈ 7.8 g/cm 3 ). Su porosidad varía
desde 0 hasta un 70%. Según su composición y porosidad, su densidad media ρb está compren-
dida entonces entre 1 y 7 g/cm3. La forma de los asteroides y los cometas es irregular y sus di-
mensiones lineales van desde algunas decenas de metros a varias decenas de km. Para evitar
factores numéricos no esenciales en nuestras fórmulas vamos a suponer que el impactor es un
cubo de arista d. Resulta entonces
10
El megaton es aproximadamente equivalente a la energía liberada en la detonación de 106 toneladas de TNT. Por
definición 1 megaton (Mton) = 4.184 × 1015 J.
124
5. Trabajo y energía
tarse entonces de qué sirven las estimaciones11. La respuesta es que no se puede encarar el desa-
rrollo de un código si no se tiene una idea previa de cuál es la física que tiene que contemplar.
Aún contando con los más poderosos supercomputadores, ningún código puede incluir todos los
procesos y efectos imaginables. Por lo tanto hay que tener criterios para decidir qué se debe in-
cluir y qué se puede omitir sin temor de descuidar aspectos fundamentales. Por eso las estima-
ciones son un paso previo indispensable cuando se aborda un problema de esta clase.
Para nuestras estimaciones numéricas usaremos un bólido “patrón” para el cual ρb = 2.5 g/cm 3 ,
d = 100 m , vi = 30 km/s , que entra en la atmósfera con una inclinación θ = 45˚ desde la vertical.
Con estos datos resulta Ti ≅ 270 megatones (unas 10000 veces más que la energía conjunta de
las explosiones atómicas que destruyeron Hiroshima y Nagasaki a fines de la Segunda Guerra
Mundial). Puesto que existen en el sistema Solar numerosos objetos cuyos tamaños llegan hasta
varias decenas de km o más, que circulan en órbitas que pueden llegar a intersecar la de la Tie-
rra, y dado que Ti escala como d 3 , está claro que se trata de objetos en extremo peligrosos.
Penetración y frenado
La velocidad cs de las ondas elásticas en la corteza terrestre (que pueden transportar energía lejos
del punto del impacto) es a lo sumo de 3 – 5 km/s, según sea el material de la misma. Luego
cs << vi (5.72)
Mientras su velocidad está muy por encima de cs el impactor interactúa sólo con el material que
se lleva por delante. El material embestido es empujado por el proyectil, dejando detrás un túnel
(Fig. 5.13). Por lo tanto durante la fase principal del frenado la perturbación afecta apenas una
capa muy delgada alrededor de dicho túnel. Consideramos despreciable esa pequeña capa. El
modelo que resulta de esta hipótesis recibe el nombre de modelo de barrenieve, o de topadora.
Si ρs es la densidad del suelo, la masa barrida por el impactor en un intervalo dt es
dms = ρs v dt d 2 . Esta masa adquiere la velocidad v, y por lo tanto la cantidad de movimiento
11
Se advierte al lector que para entender bien algunos aspectos de nuestras estimaciones conviene haber leído
previamente los Capítulos 12, 14 y 15 de este libro.
12
Veremos que la atmósfera puede frenar cuerpos de pequeño tamaño.
125
5. Trabajo y energía
dv v2
=− (5.76)
dt l
vi
Fig. 5.13. Impacto a hipervelocidad en el suelo. Mientras la velocidad del cuerpo es mucho
mayor que la cs el proyectil interactúa sólo con el material que encuentras en su camino,
de modo que durante la fase principal del frenado el impacto no perturba lugares alejados
y sólo afecta una zona despreciable alrededor del túnel que excava el proyectil.
La (5.76) se puede escribir como d (1 / v) = dt / l , que se integra de inmediato dando
1 1 t
= + (5.78)
v vi l
de donde obtenemos
vi
v= (5.79)
1 + vi t / l
La distancia característica de frenado l corresponde a un espesor de suelo tal que la masa ba-
rrida es igual a la masa del proyectil. En pocas palabras, en el intervalo t * el bólido penetra en
126
5. Trabajo y energía
el suelo hasta una distancia l, su velocidad se reduce a la mitad y por lo tanto se disipan las 3/4
partes de su energía cinética, esto es, el grueso de la misma (Fig. 5.14).
1.0
0.8 v(t)/vi
0.6
0.4
T(t)/Ti
0.2
127
5. Trabajo y energía
con d d100 m. Pero para tamaños mayores se puede ignorar la ruptura cualquiera sea la resisten-
cia mecánica del impactor, porque la escala temporal del proceso de fragmentación crece li-
nealmente con d y para d > 100 m se hace mayor que el tiempo requerido para atravesar la at-
mósfera. En esos casos se puede suponer que el bólido llega al suelo como un único cuerpo.
Si no ocurre fragmentación podemos estimar el efecto de la atmósfera sobre el movimiento de
un proyectil que llega con una velocidad muy grande (hipervelocidad) por medio del modelo de
barredora de nieve que usamos anteriormente. Para ello tenemos que observar que la velocidad
de agitación térmica de las moléculas del aire ( ≈ 0.3 km/s) es despreciable frente a la velocidad
del bólido. Todo ocurre en la práctica como si estuvieran inmóviles.
(a)
q
ha
(b)
Fig. 5.15. Ingreso de un bólido en la atmósfera: (a) geometría del problema, (b) modelo
aproximado empleado para las estimaciones.
La densidad del aire es ρa ≈ 1.2 × 10 −3 g/cm 3 al nivel del mar y disminuye con la altura, además
en general la trayectoria del bólido es oblicua y se debe tomar en cuenta la curvatura de la Tierra
(Fig. 5.15a). Pero como sólo nos interesa calcular órdenes de magnitud, supondremos que la
atmósfera es una capa plana (Fig. 5.15b) de densidad uniforme ρa ≈ 1.2 × 10 −3 g/cm 3 y de espe-
sor ha = p0 / gρa ≈ 8.6 km ( p0 ≈ 1 bar es la presión13 atmosférica al nivel del suelo).
Con un razonamiento parecido al que hicimos antes obtenemos que la fuerza de arrastre vale
Fa = τρa v 2 d 2 (5.81)
13
El bar es un unidad de presión (1 bar = 105 N/m2 ) que equivale aproximadamente a una atmósfera.
128
5. Trabajo y energía
Aquí τ ≅ 1 / 2 es un factor que toma en cuenta los detalles del flujo alrededor del impactor. El
tiempo que tarda el bólido en cruzar la atmósfera es del orden de ha / v cosθ , luego la variación
de su cantidad de movimiento por el impulso de Fa es ∆p ≈ − ha / v cosθ = −τρa ha vd 2 / cosθ , de
modo que la variación relativa de la cantidad de movimiento del impactor es
∆p τρa ha
=− = −ε (5.82)
p ρb d cosθ
el bólido chocará con el suelo sin haber perdido una fracción importante de su cantidad de mo-
vimiento. Se debe observar que ε es inversamente proporcional a d, de modo que los meteoroi-
des grandes, para los cuales ε << 1 (por ejemplo ε ≈ 0.03 para nuestro bólido patrón) se frenan
muy poco en la atmósfera. También se puede ver que la energía cinética de bólidos con ε << 1
es siempre mayor que varios megatones.
Es sencillo estimar el efecto del aire sobre la trayectoria de un bólido grande. Puesto que con
buena aproximación v se mantiene constante, cruzará la atmósfera en un lapso del orden de
ha 0.3 (s)
ta = ≈ (5.84)
vi cosθ V cosθ
La desviación en radianes de la trayectoria del bólido respecto una recta debida a la aceleración
de la gravedad es
gta sen θ tan θ
≈ 10 −4 2 (5.85)
vi V
14
Al cruzar la atmósfera disipó 16 megatones de los 270 que traía.
129
5. Trabajo y energía
MJ/kg) y llevar el vapor a una temperatura del orden de 104 – 105 ˚K. Por lo tanto el bólido y la
masa del suelo que barrió se vaporizan de inmediato. La liberación casi instantánea de esta
enorme cantidad de energía provoca una explosión centrada a una profundidad d, cuya magnitud
en nuestro ejemplo supera ampliamente la de las mayores bombas nucleares.
En efecto, la presión del vapor que se produce se puede estimar por razones dimensionales como
p* ≈ Ti / d 3 , lo que da
Este es un valor enorme15, que supera por más de 3 órdenes de magnitud la resistencia mecánica
de cualquier material. Como nada puede contener semejante presión, se produce una poderosa
onda de choque que a medida que se expande alrededor del punto de impacto desmenuza y pul-
veriza la corteza y lanza los fragmentos (llamados ejecta) hacia arriba y a los costados16. dejando
una cavidad aproximadamente semiesférica llamada cráter transitorio (Fig. 5.16a). Este proceso
de excavación continúa hasta que la onda de choque se atenúa al punto que ya no puede fracturar
las rocas de la corteza, luego de lo cual se propaga como una onda sísmica.
D D
(a) (b)
Fig. 5.16. Formación de un cráter de impacto: (a) la explosión desmenuza el suelo cerca
del punto de impacto y lanza los fragmentos hacia arriba y a los costados dejando una ca-
vidad transitoria (gris oscuro); (b) las paredes de la cavidad transitoria se derrumban, parte
de los fragmentos cae dentro de la misma y en sus alrededores y el cráter toma su forma
definitiva.
Podemos estimar el tamaño del cráter transitorio comparando la energía Ti de la explosión con
la energía Ec necesaria para fragmentar los materiales del suelo y con la energía potencial gra-
vitatoria Eg que hay que suministrar a los fragmentos para que salgan del cráter. El orden de
magnitud de Ec resulta de multiplicar el volumen de una semiesfera de diámetro D por la carga
de ruptura Y del material del suelo. Resulta entonces (redondeando π ≈ 3) que
Ec ≈ YD3 / 4 (5.87)
15
1Mbar = 106 bar = 1011 N/m2.
16
Los fragmentos expulsados tienen toda clase de tamaños, desde partículas de polvo hasta grandes bloques de roca
y salen disparados en trayectorias balísticas con enormes velocidades. Algunos de ellos, cuya velocidad supera la
velocidad de escape, se alejan permanentemente y quedan en órbita alrededor del Sol. Otros vuelven a caer, algunos
muy lejos del punto del impacto, otros más cerca. Los mayores pueden a su vez dar lugar a impactos secundarios
con formación de cráteres.
130
5. Trabajo y energía
El valor de Y para la corteza terrestre oscila entre 0.2 y 0.4 kbar; de ahora en más haremos los
cálculos con Y = 0.3 kbar . Por otra parte Eg se puede estimar como el peso de la masa contenida
en una semiesfera de diámetro D, multiplicado por su profundidad media que es 3 D / 16 .
Redondeando como antes el factor numérico resulta
Eg ≈ ρs gD4 / 20 (5.88)
donde el parámetro
Y
h* ≡ ≈ 1.2 km (5.90)
ρs g
D ~ ( 4Ti / Y )1 / 3 (5.91)
de donde se obtiene
Para impactos sobre la Tierra la transición entre las leyes de escala debidas a la cohesión y a la
gravedad ocurre para energías de impacto de unos 400 megatones (Fig. 5.17).
131
5. Trabajo y energía
lnD
D ~ Ti1/4
domina Y
6 km
domina g
D ~ Ti1/3
17
Ver www.unb.ca/passc/ImpactDatabase/ .
132
5. Trabajo y energía
10 –8
10 –4
10 –2
1 Meteoritos
1 m, cada año
2
10
4 Meteor Crater (Arizona)
10
100 m, cada 10.000 años
6
10
8 Sudbury, Ontario
10 10 km, cada 100 Ma
–6 –4 –2 2 4 6 8 10
10 10 10 1 10 10 10 10 10
Fig. 5.18. Intervalo medio entre impactos en la Tierra de objetos de diferente tamaño.
Obsérvese que la probabilidad de los impactos disminuye con el tamaño del impactor. Esto
se debe a que los bólidos grandes son mucho menos abundantes que los pequeños.
18
Se debe notar, sin embargo, que la disipación de muchos megatones en la atmósfera puede por sí misma dar lugar
a efectos catastróficos.
133
5. Trabajo y energía
P = Fa vi = ρa d 2 vi3 ≅ 32 τ dm
2 V 3 ( TW) (5.98)
En comparación la potencia eléctrica instalada en nuestro país asciende a unos 0.01 TW.
La energía disipada durante el ingreso se transfiere a la atmósfera por medio de tres procesos: (a)
delante del bólido se desarrolla una onda de choque y el aire que la cruza se calienta adiabática-
mente; (b) la superficie del bólido se calienta al absorber la radiación que emite al aire que se
calentó al cruzar la onda de choque, lo que produce la fusión y evaporación de material; (c) el
material perdido por el bólido entrega finalmente su energía a la atmósfera.
Estimaremos primero la pérdida de masa de un meteoroide de gran tamaño. La onda de choque
fuerte que se desarrolla delante del mismo disocia las moléculas del aire y las ioniza. Estos pro-
cesos consumen la mayor parte de la energía disipada y por este motivo la temperatura del gas
que atravesó la onda de choque se estabiliza. En estas condiciones se puede mostrar19 que inde-
pendientemente de vi , la radiación emitida por el gas caliente corresponde a una temperatura T
que depende de la mezcla de gases que intervienen en el proceso. Para el aire T ≈ 20000˚K . Esta
radiación determina el calentamiento del bólido de modo que la potencia que éste absorbe no
depende de su velocidad20. La potencia absorbida por el impactor es entonces
Pa = 6 d 2 caσT 4 (5.99)
Fm = Pa / 6 d 2 L (5.100)
donde L ( = 2, 8 y 5 MJ/kg para hielo, rocas e hierro, respectivamente) es el calor latente de va-
porización. De (5.99) y (5.100) resulta que Fm = caσT 4 / L . La masa evaporada al atravesar la
atmósfera es ∆mb = 6 d 2 Fmta = Pata / L y la fracción de masa perdida por el impactor es
De aquí se ve que ∆mb / mb es inversamente proporcional a d. Para nuestro bólido patrón resulta
(suponiendo ca = 1) que ∆mb / mb ≈ 0.027 . Estos resultados justifican nuestra hipótesis anterior
de que cuando se trata de bólidos de gran tamaño se puede ignorar la pérdida de masa.
También se puede mostrar que el calor no penetra de modo apreciable al interior del impactor.
En efecto, por medio de consideraciones dimensionales se encuentra que la profundidad a la que
penetra el calor en el tiempo ta es δ ≈ ( Kta / Cρb )1 / 2 , donde K es la conductividad térmica y C
el calor específico del medio. Introduciendo valores razonables para estos parámetros (K ≈ 20
19
La demostración excede el nivel de este texto y por eso no la damos.
20
Este régimen no se da para los meteoroides pequeños, que disipan la mayor parte de su energía cinética en la alta
atmósfera.
134
5. Trabajo y energía
J/m s ˚K , C ≈ 440 J/kg) obtenemos δ ≈ 3 mm. Esta estimación muestra que independientemente
de d el interior del bólido permanece frío mientras sus capas superficiales se evaporan. Se puede
también observar que
Pa 6caσT 4 c
= ≈ 1.7 × 10 −3 a3 (5.102)
P τρa vi
3 τV
de modo que en este régimen el bólido absorbe una fracción muy pequeña de la energía disipada
mientras cruza la atmósfera.
Vamos ahora a discutir brevemente posibilidad de que el bólido se fragmente. La presión que se
ejerce sobre el mismo debido al frenado vale
y la magnitud de la aceleración es
Fa ρ v2 V2
a= = τ a i ≈ 2 × 10 4 g (5.104)
mb ρb d dm
La condición (5.105) no depende del tamaño del objeto y se cumple siempre si Y ≈ 0.3 kbar que
es un valor razonable para un objeto de tamaño grande, pero si V es apreciablemente menor que
1 no se cumple para un bloque de hierro o un monolito, cuya carga de ruptura es mucho mayor.
Por eso los meteoritos que se ven en los museos llegaron al suelo sin romperse.
Hay que observar, sin embargo, que la (5.105) es una condición necesaria, pero no suficiente
para que el bólido se fragmente ya que se debe tomar en cuenta el tiempo necesario para que se
produzca la fractura y el tipo de deformación que ocurre. La presión (5.101) debida al frenado
actúa sobre la cara anterior del bólido y tiende a comprimirlo en sentido antero-posterior y ha-
cerlo más chato y más ancho. Haciendo una aproximación muy grosera podemos suponer que la
mitad anterior del bólido (cuya masa es mb / 2 ) es acelerada por una fuerza pd 2 hacia la mitad
posterior. Podemos definir entonces una escala temporal de compresión tc como el tiempo nece-
sario para que la mitad anterior se desplaze en d / 2 hasta superponerse a la mitad posterior. De
esto resulta que
1/ 2
d ρ
tc = b (5.106)
vi 2τρa
135
5. Trabajo y energía
De todo lo dicho podemos sacar las siguientes conclusiones para meteoroides de gran tamaño
( ε << 1):
(a) Los bólidos de cualquier clase con d t 300 m tienen tc > ta y llegan al suelo como un único
cuerpo.
(b) Los cuerpos con d d 100 m tienen tc d ta . Si son cometas o asteroides rocosos se fracturarán
y sufrirán importantes deformaciones. Sin embargo no es fácil prever si se fragmentarán en el
aire o si llegarán al suelo, pues esto depende del tipo de deformación que sufran. Se ha sugerido
que el aplastamiento y consiguiente ensanchamiento del impactor, al reducir su espesor y por lo
tanto su poder de penetración (dado por el producto de la densidad por el espesor), hacen que la
aceleración de frenado aumente catastróficamente y el bólido disipe toda su energía cinética en
la atmósfera dando lugar a una explosión en el aire21. Pero se debe observar que para que el pro-
ceso que se acaba de describir ocurra es necesario que la densidad del bólido se mantenga cons-
tante a fin que se ensanche a medida que se aplasta. No está claro que esto ocurra cuando el bó-
lido es poroso (y muchos lo son) pues en este caso se puede aplastar compactándose y sin ensan-
charse, con lo cual su poder de penetración no varía y tampoco varía la aceleración de frenado.
Conclusiones
En esta somera discusión de la física del impacto de bólidos hemos tocado solamente algunos
aspectos del fenómeno y muchos más no han sido siquiera mencionados. Por ejemplo, no hemos
dicho nada acerca de las perturbaciones atmosféricas ocasionadas por el ingreso de un cuerpo de
gran tamaño que se desplaza a hipervelocidad, no hemos comentado los efectos sísmicos del
impacto, ni de la recaída de los ejecta de diferentes tamaños, ni tampoco las particularidades de
un impacto oceánico, un tema muy importante dado que 2/3 de la superficie de nuestro planeta
están bajo el agua. El tema es demasiado vasto para tratarlo exhaustivamente aquí22.
Sin embargo nuestra discusión, pese a ser incompleta, muestra al lector dos aspectos que quere-
mos subrayar. Uno es la riqueza y variedad de fenómenos involucrados en la disipación y redis-
tribución de la energía cinética del impactor y en sus sucesivas transformaciones en otras formas
de energía, que conforman una cascada de enorme complejidad. El segundo es la utilidad de
formular modelos simples, que aunque groseros, permiten que el lector capte los aspectos más
importantes de algunos de estos procesos y estime el orden de magnitud de sus efectos.
21
Tal cosa parece haber ocurrido con el objeto que cayó en Tunguska (Siberia) en 1908, que no llegó al suelo pero
produjo una explosión de 15 megatones. Se supone que se trató de un objeto rocoso cuyas dimensiones eran de unos
40 m.
22
Una presentación de nivel divulgativo del tema se encuentra en el artículo Impactos catastróficos y extinciones, J.
Gratton, Ciencia e Investigación 46, nº 2, 61-79, 1993.
136