24 POLÍTICA ESPAÑA-MUNDO
El ‘Fuego Eterno de Tito’ sigue ardiendo en Sarajevo a la entrada de la Bascarija, pero hoy sólo calienta a los vagabundos y despierta la añoranza de tiempos mejores en sus habitantes.
Superar una guerra no es fácil. Tras una década de paz, Bosnia aún intenta olvidar los viejos rencores y se debate entre la modernidad occidental y
la tradición musulmana. Un reportero del grupo NOTICIAS viajó al país para comprobar si las heridas siguen abiertas. TEXTO Y FOTOS J. García Marcos
Bosnia, diez años después
E
N Bosnia falta el dinero y
el trabajo, pero la marca
de automóviles Porsche
acaba de abrir un nuevo
concesionario en la capital. Sin
embargo, el mayor contraste con-
tinúa siendo las diferencias entre
las comunidades que conviven. El
país se subdivide en varias pro-
vincias. Por un lado está la mayo-
ría musulmana de Bosnia y Her-
zegovina, al sur. Por otro, la cris-
tiana ortodoxa de la Republika
Srpska (República Serbia). Y en
medio de todos ellos, la minoría
croata –cristiana católica–. Las
delimitaciones provinciales tras la
guerra marcaron dónde debía vol-
ver cada refugiado. Serbios que
antes vivían en Herzegovina inter-
cambian sus domicilios con bos-
nios que vivían en territorios aho-
ra controlados por los ortodoxos.
Todos ellos tienen miedo a volver
y a las represalias. Las abundan-
tes víctimas de violaciones temen
encontrarse con sus verdugos.
Otros, en su mayoría serbios,
temen que sus vecinos carguen
contra ellos por los crímenes
cometidos a manos de sus diri-
gentes. “Sí, soy serbio”, afirma
Mika Paravac, “pero no tuve nada
que ver con lo que hizo Milosevic;
también vivo aquí, también soy
bosnio”. Él es uno de los muchos
que no se atreve a regresar por las
condiciones hostiles que pueda
encontrar.
Una muestra de ello es el pueblo
de Kopaci. Antes de 1992, la mayo-
ría musulmana dominaba la pobla-
ción. Tras el armisticio (1995), la
zona quedó dentro de la República
Srpska. Hoy, a la entrada hay un
enorme monumento chetnik (ser-
bio) en memoria de “todos los com-
batientes caídos defendiendo la
madre patria Serbia”. Muchos
musulmanes han abandonado la
zona y se han trasladado a otras
más seguras. Consideran un insul-
to el monumento y la inscripción.
En ocasiones una mera canción
puede ser considerada una provo-
cación. Recientemente, en el auto-
bús de Banja Luka a Sarajevo, cua-
tro jóvenes serbios provocaron un
incidente en el propio vehículo con
otros tres chicos musulmanes. El
motivo fue que éstos últimos
comenzaron a cantar canciones
tradicionales bosnias.
Los últimos acontecimientos no
han ayudado a apagar rencores.
Bosnia quizá sea el único país
musulmán que adora realmente a
Estados Unidos por haber bom-
bardeado Serbia y haberle libera-
do. Todo lo que sea un mal para
sus vecinos es generalmente bien
recibido por los bosnios. Y vice-
versa. Un ejemplo: la independen-
cia de Montenegro ha sido cele-
brada con champagne también en
Sarajevo.
Pero el tema más espinoso es la
muerte de Milosevic. Duran Devla-
ta, una joven de Sarajevo se alegra
de la muerte del líder serbio, pero
“hubiera preferido que fuera juz-
gado y encarcelado de por vida”.
Todo lo contrario opina su compa-
ñera de facultad Marga, que com-
parte apellido con el ex dirigente
serbio, y considera la muerte de
Slobodan “una gran pérdida para
todos”.
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Testimonios sobrecogedores
Sin embargo, muchas veces la año-
ranza del hogar puede más que el
miedo y el rencor. Cercano a Kopa-
ci está Rogatica, también dentro
de la República Srpska. Allí vive
Nazija Sisic, una anciana de casi
70 años. Es una de las pocas que
quiso volver. “Éste ha sido siempre
mi hogar”, afirma de forma senci-
lla. Sin embargo el miedo no le ha
Noticias de Gipuzkoa Jueves, 14 de septiembre de 2006
abandonado. “Cuando empezó la
guerra, uno de nuestros vecinos tiró
una granada dentro de casa y mató
a mi hija mayor y a mi nieto, de
unos meses”, recuerda. “Tengo mie-
do de que eso vuelva a pasar”.
Sasha es el modelo contrario. Su
sangre es serbia, pero su mujer es
bosnia. Tras la guerra intentó
regresar a su antiguo domicilio en
Tuzla, de mayoría musulmana.
“Los dos primeros años fueron
horribles”, afirma, “no querían ni
venderme el pan”. Cuando volvió
se encontró la casa destruida y tuvo
que hacerla de nuevo ladrillo a
ladrillo. Ni la familia de su mujer
les apoyó.
BOSNIA-HERZEGOVINA En ocasiones a la vuelta se hallan
con familiares muertos y odio a los
Capital Sarajevo vecinos que se quedaron. En Foca,
Idioma oficial Bosnio,serbio y croata
hace un par de años se descubrió
Forma de Gobierno República federal
Fecha independencia 5-04-1992
una fosa común junto a la iglesia
Superficie 51.129 km2 con un centenar de cadáveres. Las
Población 4.025.476 hab. investigaciones están detenidas
PIB per cápita 4.545 euros porque nadie oyó ni vio nada. Anel
Talovic es uno de los que intentó
volver pero no pudo porque no lo
soportaba. “Mi padre y mi herma-
na están en esa fosa”, dice entre
Pequeñas islas de esperanza sollozos. “Es una fosa enorme,
¿cómo es que nadie, ni siquiera el
Bosnia cicatriza sus heridas. Una muestra es el grupo de hip-hop U Neka párroco, pudo ver lo que pasaba?”.
Doba. Sus integrantes son musulmanes, su mánager croata y actúan en loca- Anel vive ahora con su primo
les de todo el país, en su mayoría serbios. “Hasta ahora siempre nos han reci- Almir Koluglija. Alko, como le gus-
bido bien”, afirma Anel Pervan, el manáger. Por su parte, Anel Talovic ha cofun- ta que le llamen, es de Mostar. Él
dado en Mostar la organización War Children que intenta integrar en los mis- vivió la guerra allí, entonces tenía
mos colegios a niños de las tres culturas, pero se topa con la falta de medios. 16 años y su padre nunca se quiso
Ése es también el principal escollo para un programa desarrollado en Gorazde. ir. Sin embargo reconoce que es difí-
El Pruzanje Prijedlog Projekta (Proyecto de recuperación de ex combatientes) cil trabar de nuevo amistad con
ofrece terapia psicológica a ex soldados. Al frente de él están Rizo Dacia, coor- antiguos amigos. “Uno de mis veci-
dinador local y Gabrielle Müeller, una psicóloga alemana. “Me di cuenta de que nos, croata, pasó al otro lado del
se hacía mucho por mujeres y niños, pero se abandonaba a los hombres”, afir- puente cuando empezó la guerra. Al
ma Müeller. “Muchas veces sufren peores secuelas y estrés postraumático; regresar ni siquiera hablaba el mis-
de hecho tienen las mayores tasas de suicidios”, añade. El alma del proyecto mo idioma, tenía sutiles diferen-
son siete voluntarios, ex combatientes, que están siendo entrenados como cias, palabras distintas”.
monitores para ayudar a sus compañeros. “Pensamos que siempre harían más Pese a todo, la vida sigue, y en la
caso a sus camaradas”, explica Dacia. “La idea es crear un Club de Veteranos capital, Sarajevo, es imposible no
donde éstos acudan para hablar entre ellos y resolver sus problemas”. Para encontrar gente de todas las cultu-
eso necesitarían 15.000 euros al año, que intentan conseguir de fondos euro- ras. Conviven juntos, pero no se
peos. >J.G.M. mezclan. Dzermina Dogo es de