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EVALUACIÓN DE LA HIPERACTIVIDAD.

La hiperactividad es un trastorno que no es fácil de medir, ya que


la conducta no suele ser extraña o inusual en niños de la misma edad.
La edad crítica son los cinco ó seis años. A ésta edad se le exige un
comportamiento disciplinado en el colegio y el niño hiperactivo no es
siempre capaz de ajustar su conducta a las reglas de la clase, con lo que
si a partir de esta edad hay un comportamiento extraño conviene que se
le diagnostique cuanto antes.

El diagnóstico del niño hiperactivo obliga a una valoración rigurosa


de los distintos contextos( colegio, hogar, etc) y por los diversos
responsables (padres, profesores,etc), que conviven con él.
El diagnóstico del niño hiperactivo no cuenta con pruebas o técnicas que
confirmen de una manera precisa y evidente el trastorno como cuando,
por ejemplo, se hace un análisis de sangre.

La presencia o no de la hiperactividad no puede establecerse a


través de un test de inteligencia, una cartografía cerebral o una nueve
entrevista con los padres. Los instrumentos y las sucesivas fases que se
siguen para el diagnóstico serían los siguientes:

Entrevista clínica:

Con la entrevista se pretende obtener información a través


de los padres sobre el desarrollo y conducta del niño.
Para ello, es preciso evaluar los siguientes aspectos:
embarazo, parto, desarrollo psicomotriz, enfermedades
padecidas, escolaridad y la esfera afectivo-comportamental.

Observación de la conducta del niño:

Además de la información que obtenemos de los padres,


necesitamos la presencia de un especialista para que
observe la conducta del niño.Dicha observación puede
hacerse desde el contexto natural (casa, colegio..) o en la
propia consulta donde se está realizando la evaluación.

Para tal observación podemos utilizar el Código de


Observación sobre la Interacción Madre-hijo. Se utiliza con
niños de 2 y 3 años en una situación de juego y se analiza el
estilo de comunicación entre la madre y el hijo: el tono y la
adecuación de la directividad de la madre, el tono afectivo
en el que se encuenran y el grado de conflicto que hay entre
ambos.
El Código de Observación en el aula de Abikoff y Gittelman,
es una buena ayuda para evaluar la conducta del niño en el
colegio.

Evalución Individualizada del niño hiperactivo:

El último paso del diagnóstico sería obtener información


detallada sobre el desarrollo intelectual, estilos cognitivos,
presencia o ausencia de síntomas neurológicos menores,
impulsividad, desarrollo perceptivo, coordinación motora,
capacidad de atención y nivel de actividad motora.

Par medir el desarrollo intelectual del niño se utiliza la


"Escala de Inteligencia para niños de Wechsler"(se compone
de doce pruebas distribuidas en dos grupos: el verbal y el
manipulativo

Los estilos cognitivos se refiren a las diferentes maneras que


tienen los niños con Déficit de Atención de enfrentarse al
aprendizaje. Se han estudiado la "reflexión" frente a la
"impulsividad", que consiste en elegir entre varias
alternativas. El test más utilizado para evaluar este estilo
cognitivo es el "Test de Emparejamiento de figuras
Familiares", Cains y Cammock,1978.

La "dependencia" frente a la "independencia de campo" , se


trata de evaluar cómo percibe el niño su medio, es decir, si
percibe partes como elementos del contexto
(independencia) o el contexto en su globalidad
(dependencia) . El instrumento utilizado para ello ha sido el
"Testr de figuras enmascaradas" Karp y Konstandt, 1963.

El ültimo estilo cognitivo es el de la "flexibilidad" frente al de


la "reflexión" se trata de ver la capacidad del niño para
controlar los estímulos sin importancia y omitir las
respuestas incorrectas. EL test que más se utiliza es el "Test
de Distracción del color" , Santostefano y Paley, 1964

Otro aspecto importante para evaluación individualizada del


niño en la Integración visomotriz,. Para ello se utiliza el "Test
Guestáltico de Bender", con el que se pretende medir la
madurez y la coordinación visual de la búsqueda y ejecución
manual de unos dibujos presentados mediante tarjetas.
Medir los Signos neurológicos menores es importante, ya
que muchos de los niños hiperactivos lo presentan. Para ello
utilizamos el Test Discriminativo Neurológico Rápido, de
Sterling y Spalding. Cuenta con tareas como: Habilidad
manual, Reconocimiento y reproducción de figuras,
Movimientos manuales rápidos, reconocimiento de formas
en la palma de la mano, Hacer círculos con los dedos...

La Exploración Neurofisiológica , reciente en la evalución del


niño hiperactivo, se utiliza la cartografía cerebral, técnica de
neuroimagen funcional que permite conocer el grado de
activación eléctrica de la corteza cerebral mediante su
representación en mapas cromáticos.

Déficit de Atención, las pruebas utilizadas para ello son


diversas, en función de la capacidad de atención (Tiempo de
reacción en las tareas de elección, en las tareas
secuenciales, test de ejecución continua y tareas de
vigilancia.)

Por último, el Nivel de actividad motora , para ello se utilizan


dos instrumentos, el "podómetro"( contabiliza los pasos que
el niño da) , el "actómetro"(reloj de pulsera que también
mide el movimiento) y el "cojín estabilímetro" mide el
movimiento del niño mientras que está sentado.

Tambien podemos contar con una escala para padres y


profesores. Es la llamada Escala de Conners", 1969.

La escala de Corners para padres contiene 96 preguntas


agrupadas en 8 factores:

o Alteraciones de conducta
o Miedo
o Ansiedad
o Inquietud-Impulsividad
o Inmadurez- problemas de aprendizaje
o Problemas Psicosomáticos
o Obsesión
o Conductas Antisociales
o Hiperactividad

La escala de Corners para profesores es mucho más breve y


está compuesta de 39 preguntas agrupadas en 6 factores:

o Hiperactividad
o Problemas de conducta
o Labilidad emocional
o Ansiedad-Pasividad
o Conducta Antisocial
o Dificultades en el sueño.

DEFICIT DE ATENCION.

Diagnóstico diferencial

El TDAH no es un trastorno del aprendizaje, aunque en muchos casos


curse simultáneamente con desórdenes de ese tipo. Son en concreto los
síntomas atencionales los que están más relacionados con los trastornos
del aprendizaje. Un bajo rendimiento escolar no es condición necesaria
ni suficiente para establecer el diagnóstico; no obstante, la importancia
de estos trastornos radica en que suelen motivar la consulta y habilitar
un diagnóstico temprano en aquellos casos en que se cumplen los
criterios.

Con respecto a los síntomas de hiperactividad motora, pueden o no


estar presentes, pero en caso de estarlo, son fácilmente detectados por
el entorno del niño y favorecen la exploración clínica del problema.

Tampoco hay correlación entre este trastorno y un desarrollo intelectual


inferior a la media. En pruebas psicométricas de cociente intelectual, la
particular idiosincrasia del trastorno perturba los resultados, limitando la
capacidad efectiva de medir adecuadamente el CI del sujeto. Esto es
debido a que las pruebas exigen un mantenimiento sostenido de la
atención que en muchos casos no se da en los sujetos con TDAH. La
incidencia de estas conductas sobre las mediciones obtenidas no es
necesariamente determinantes, pero imponen márgenes de error más
amplios para esta población. Se ha podido verificar esta relación,
evaluando sucesivamente sujetos con distinta intensidad de tales
conductas perturbadoras, en una primera instancia sin tratamiento
farmacológico, y posteriormente, una vez que éste se ha instituido. Se
observó un incremento estadísticamente significativo en los valores de
las pruebas en sujetos cuyos síntomas conductuales se hallaban bajo
control farmacoterapéutico, indicando que se puede atribuir a los
mismos la diferencia en el rendimiento entre las dos instancias.

En sentido contrario, se ha observado que uno de los principales


obstáculos para la detección temprana del síndrome se produce en
pacientes dotados con una inteligencia superior a la media, que en
virtud de ello logran compensar los síntomas del trastorno, superando
airosos la etapa escolar. Sin embargo, en estos casos el TDAH a menudo
se vuelve apreciable sobre el final de la adolescencia, en la medida en
que aumenta la complejidad de las interacciones con el medio.

También es muy frecuente que el trastorno aparezca en adolescentes y


adultos unido a otras psicopatologías, comórbidas al TDAH como son por
ejemplo el trastorno oposicionista desafiante o el trastorno disocial. En
muchos casos son estas comorbilidades las que se detectan y
diagnostican, pasando desapercibido muchas veces el desorden
estructural que sirvió de sustento para la aparición de los síntomas.

DISGRAFIA.
Diagnóstico

Escolar

El Diagnóstico entro del aula consiste en precisar el grado de


alteraciones y puntualizar el tipo y frecuencia del error grafico

Para este procedimiento se necesitará corregir diariamente las


producciones del niño, destacando las fallas para reeducar con la
ejercitación adecuada. De forma individual, se realizarán pruebas tales
como:

Dictados: de letras, sílabas o palabras. Se dicta un trozo de dificultad


acorde con el nivel escolar del niño. Lo mas simple consiste en
extraerlo del libro que habitualmente usa el niño, correspondiente al
grado que cursa. Realizar el análisis de errores

Prueba de escritura espontánea: destinada a niños que ya escriben. La


consigna es: “escribe lo que te guste” o “lo que quieras”. Del texto se
señalaran los errores cometidos, siguiendo la clasificación de errores
frecuentes señalada en la etiología de esta patología

Copia: de un trozo en letra de imprenta y de otro en cursiva,


reproducir el texto tal cual ésta, y luego otros dos textos, uno en
imprenta para pasar a la cursiva, y otro en cursiva para pasar a la
imprenta

Aquí observamos si el niño es capaz de copiar sin cometer errores y


omisiones; o bien si puede transformar la letra ( lo que implica un
proceso de análisis y síntesis)

Si el niño no logra copiar frases, se le pide que copie palabras, sílabas


o letras
Dislexia.
Profundizando en la detección de los niños con problemas de dislexia, de
acuerdo con los criterios de la Asociación Británica de Dislexia y con
otras fuentes, los signos que pueden tener (algunos d ellos, no
necesariamente todos) los niños según la edad serían los siguientes:

Niños de Preescolar (Educación Infantil)

• Historia Familiar de problemas disléxicos (padres, hermanos, otros


familiares)
• Retraso en aprender a hablar con claridad
• Confusiones en la pronunciación de palabras que se asemejan por
su fonética
• Falta de habilidad para recordar el nombre de series de cosas, por
ejemplo los colores
• Confusión en el vocabulario que tiene que ver con la orientación
espacial
• Alternancia de días "buenos" y "malos " en el trabajo escolar, sin
razón aparente.
• Aptitud para la construcción y los objetos y juguetes "técnicos"
(mayor habilidad manual que lingüística, que aparecerá
típicamente en las pruebas de inteligencia.), juegos de bloques,
lego,
• Dificultad para aprender las rimas típicas del preescolar
• Dificultades con la palabras rimadas
• Dificultades con las secuencias

Niños hasta 9 años

• Particular dificultad para aprender a leer y escribir


• Persistente tendencia a escribir los números en espejo o en
dirección o orientación inadecuada.
• Dificultad para distinguir la izquierda de la derecha.
• Dificultad de aprender el alfabeto y las tablas de multiplicar y en
general para retener secuencias, como por ejemplo los días de la
semana, los dedos de la mano, los meses del año.
• Falta de atención y de concentración.
• Frustración, posible inicio de problemas de conducta.
Niños entre 9 y 12 años

• Continuos errores en lectura, lagunas en comprensión lectora.


• Forma extraña de escribir, por ejemplo, con omisiones de letras o
alteraciones del orden de las mismas.
• Desorganización en casa y en la escuela.
• Dificultad para copiar cuidadosamente en la pizarra y en el
cuaderno.
• Dificultad para seguir instrucciones orales.
• Aumento de la falta de autoconfianza y aumento de la frustración.
• Problemas de comprensión del lenguaje oral e impreso.
• Problemas conductuales: impulsividad, corto margen de atención ,
inmadurez.

Niños de 12 años en adelante.

• Tendencia a la escritura descuidada, desordenada, en ocasiones


incomprensible.
• Inconsistencias gramaticales y errores ortográficos, a veces
permanencia de las omisiones, alteraciones y adiciones de la
etapa anterior.
• Dificultad para planificar y para redactar relatos y composiciones
escritas en general.
• Tendencia a confundir las instrucciones verbales y los números de
teléfono.
• Gran dificultad para el aprendizaje de lenguas extranjeras.
• Baja auto-estima
• Dificultad en la percepción del lenguaje, por ejemplo en seguir
instrucciones .
• Baja comprensión lectora.
• Aparición de conductas disruptivas o de inhibición progresiva. A
veces, depresión.
• Aversión a la lectura y la escritura.

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