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INFLUENCIA DE LAS REFORMAS POLACAS SOBRE LAS RUSO-

SOVIÉTICAS Y PARALELISMOS ENTRE AMBOS PROCESOS

José-Miguel Palacios
Belgrado, julio de 1994
1. INTRODUCCIÓN

La literatura básica sobre transiciones surge del


estudio comparativo de diversos procesos de democratización
desarrollados en Europa del Sur e Iberoamérica durante los
años 70 y 80. Los modelos teóricos elaborados sobre esta
base han pretendido que su validez sea mucho más que
explicativa y sirva como orientación en procesos de
transición nuevos. Los sucesos de 1989 abrieron la posibi-
lidad de confrontar estos modelos con la experiencia actual
de los países de Europa del Este1, comprobar su capacidad
predictiva/orientativa e introducir en ellos las modifica-
ciones oportunas.

Esta extensión tenía la dificultad añadida de que los


regímenes de Europa Oriental no eran "autoritarios", como
los otros ejemplos considerados hasta entonces, sino
"totalitarios"2 y se trataba de la primera ocasión en que
sin causas externas3 se producía una transición a la
democracia en este tipo de regímenes.

1
Incluyo la ex-URSS, la Europa Centrooriental y
los Balcanes
2
No parece necesario entrar en una discusión sobre
tipología de regímenes no democráticos, ya que a los
efectos de este trabajo basta con observar que los regíme-
nes de Europa del Este y los del Sur de Europa o Iberoamé-
rica eran fundamentalmente diferentes
3
GONZÁLEZ ENRÍQUEZ, Carmen: Las transiciones a la
democracia en Europa del Este. Un análisis comparado.
Madrid. Centro de Estudios Constitucionales. 1992. Pág.
186. Los ejemplos anteriores, Alemania e Italia, fueron
provocados por su derrota militar y la subsiguiente
ocupación

-1-
El estudio de las transiciones en los países de Europa
Centrooriental, aun reconociendo su carácter más complejo
que en los casos anteriores, ha dado unos resultados
bastante satisfactorios. Se ha podido verificar en la
práctica la aplicabilidad, al menos parcial, de modelos
elaborados anteriormente y se ha dispuesto en ellos, por
tanto, de "recetas" que pudieran servir de orientación
durante el período transitorio. La extensión a la ex-Unión
Soviética ha resultado, sin embargo, mucho más difícil. Las
peculiaridades culturales, geográficas e históricas de este
país-espacio, han hecho de la transición ruso-soviética4 un
proceso sumamente complejo que, a la transición "política"
de los ejemplos clásicos añade una "transición económica",
como en Europa del Este, una "transición cultural" (inte-
gración o no en la gran corriente de la cultura europea,
abandonando la tradicional inclinación a buscar "terceras
vías"5) y un replanteamiento de la estatalidad6.

4
Entendemos que la URSS es, ante todo, la forma
estatal de Rusia durante un período concreto de su historia
y que, en este sentido, no existe solución de continuidad
entre la transición rusa y la soviética
5
Con el hundimiento de la ideología comunista, en
la URSS/Rusia, al igual que en otros países del Este,
resurgen viejas doctrinas y se reanudan antiguas polémicas,
como la que hasta la revolución enfrentaba a "occidentalis-
tas" con "eslavófilos"
6
Ver LINZ, Juan José y Alfred Stepan: "Political
Identities and Electoral Sequences: Spain, the Soviet Union
and Yugoslavia". En Daedalus. Vol. 121. Nº 2. 1992. Pág
123-139. Estos autores identifican la cuestión de la
estatalidad como uno de los puntos clave del proceso de
transición en estados fuertemente multinacionales

-2-
Ya a comienzos de 1989, el sociólogo soviético Yuri
Levada7 señalaba la falta de precedentes válidos para el
proceso que entonces se desarrollaba en la URSS y califica-
ba de "débiles" las analogías observadas con otros procesos
de transición. En su opinión, sólo la comparación con las
reformas en países socialistas como China o Hungría
constituía una base sólida de análisis. Muy pronto, el
rápido desarrollo de los procesos de democratización en los
países de Europa Oriental ofrecería abundante material de
referencia sobre casos que, aunque menos complejos que el
soviético, tenían con él mucho más en común que los habidos
en Europa del Sur e Iberoamérica.

De los países de Europa Oriental, probablemente es


Polonia el que, por su pasado compartido con Rusia, su
tamaño bastante grande y la relativa proximidad geográfica
y cultural ha merecido siempre la mayor atención de los
especialistas y del público ruso-soviético. Polonia, en su
calidad de país eslavo occidentalizante, ha desempeñado a
menudo para Rusia el papel de "puerta de Europa" y era
lógico que en un proceso de democratización política y
liberalización económica que era visto por las élites
soviéticas, en gran medida, como un "retorno a la civiliza-
ción mundial" (europea) se prestara una gran atención a los
sucesos que se desarrollaban en el país vecino.

7
LEVADA, Yuri Aleksandrovich: "Dinamika sotsialno-
go pereloma: vozmozhnosti analiza" (La dinámica del cambio
social: posibilidades de análisis). En Kommunist. Nº 2/89.
Pág 35

-3-
Son también innegables las influencias en sentido
contrario y parece improbable que las transiciones en
Europa del Este (en particular, en Polonia) hubieran podido
suceder sin la "perestroika" y sin la consiguiente renuncia
soviética a la llamada "doctrina Brezhnev". A partir de
1990, sin embargo, una vez agotado el impulso reformista de
Gorbachëv, son los democratizadores soviéticos (rusos) los
que toman ejemplo y estímulo de los procesos que se
desarrollan en los países vecinos.

2. TRANSICIÓN POLÍTICA: LA MESA REDONDA8

El proceso polaco de reforma política (parcial)


pactada se desarrolla simultáneamente con las elecciones de
primavera de 1989 y el comienzo de los trabajos del
Congreso de Diputados Populares y del nuevo Soviet Supremo.
El ambiente general era de una cierta euforia y parecía
posible una evolución hacia formas más democráticas
siguiendo una vía propia, soviética. Estas esperanzas se
desvanecen, sin embargo, durante el segundo semestre de
aquel año, precisamente cuando empieza a tomarse conciencia
de la gravedad de la situación económica y de la urgente
necesidad de una reforma a fondo del sistema.

La impresión causada por los cambios de régimen en


Europa Oriental a finales de 1989 hizo que durante unas
semanas pasara a segundo plano la experiencia polaca de
transición pactada y los grupos que llamaremos "demócra-

8
Este apartado y el siguiente deben mucho a los
comentarios recibidos de la Ministra-Consejera de la
Embajada de Polonia en Moscú Agnieszka Magdziak-Miszewska

-4-
tas"9 pensaran en serio en posibles alternativas más
radicales. Durante el mes de febrero de 1990, la oposición
democrática organiza, en efecto, grandes manifestaciones
que se intentan presentar como el comienzo de una revolu-
ción pacífica para acabar con el sistema (modelo checo)10.

El poder reaccionó con alarma ante esta sucesión de


manifestaciones y, a la luz de la entonces reciente
experiencia en los países vecinos, probablemente sobrevalo-
ró la posibilidad de que acabaran desembocando en un
proceso revolucionario incontrolable. Destacados represen-
tantes del PCUS piden entonces la creación de una "mesa
redonda" (modelo polaco de transición controlada y con
garantías) en lugar de permitir que el debate político se
traslade a la calle. Al fin y al cabo, los logros iniciales
de la "mesa redonda" polaca habían sido modestos, ya que no
proporcionaban otra cosa que pequeñas islas democráticas
dentro de un sistema que continuaba manteniendo sus rasgos
esenciales11.

9
Aceptaremos la terminología soviética de la
época, según la cual era "demócrata" todo el que se oponía
al monopolio del poder por parte del Partido Comunista
10
Véase BONET, Pilar: La Rusia imposible. Madrid.
EL PAIS-Aguilar. 1994. Pág. 34-40, para una buena descrip-
ción del ambiente político de aquellas semanas

11
Ver SCHÖPFLIN, George: "The end of communism in
Eastern Europe". En International Affairs, 66, vol. 1. Para
este autor, el sistema político que dibujaban los acuerdos
de la "mesa redonda" continuaba siendo totalitario

-5-
Sin embargo, para hacer posible la "mesa redonda" se
planteaba el problema de que, a diferencia de Polonia, no
existía un movimiento opositor unido y suficientemente
representativo que pudiera actuar como interlocutor del
PCUS. Un primer intento de superar esta insuficiencia lo
constituyó la creación, sobre la base del Grupo Interregio-
nal de Diputados12, de la coordinadora "Acción Cívica", que
intentaba aglutinar a todas las fuerzas de oposición y
negociar con el PCUS los términos de la reforma política.
La operación "Acción Cívica" estaba modelada sobre la base
de la experiencia de Europa Oriental (no específicamente de
Polonia), recibida de forma directa o a través de la
influencia que los diputados bálticos ejercían sobre la
definición ideológica del "Grupo Interregional".

Sin embargo, una vez superado el primer momento de


pánico, se comprende con claridad que el PCUS sigue contro-
lando la situación en el país y que unos procesos similares
a los de Europa Oriental no parecen inminentes. Por otra
parte, las elecciones republicanas y locales de los
primeros meses de 1990, con el relativo éxito de la
oposición democrática, abren para ésta la posibilidad de
alcanzar el poder en niveles administrativos inferiores y
utilizar éstos como plataforma para negociar desde ella con
el poder central la transición política. Esto va a estimu-
lar el proceso de fragmentación territorial del sistema
político soviético ya iniciado en años anteriores.

12
Reunía a unos 300 diputados anticomunistas del
Congreso de Diputados Populares de la URSS. Entre sus
líderes originales figuraban Sájarov y Eltsin

-6-
Los intentos de superar este problema mediante la
creación de coordinadoras de fuerzas democráticas de toda
la URSS tienen escaso éxito. El más importante de ellos, el
Congreso Democrático, creado en Járkov a finales de 1990,
no incluye ningún grupo político de Letonia ni de Estonia,
y la representatividad de los partidos centroasiáticos y
transcaucásicos que asisten a su reunión fundacional es muy
escasa. Por otra parte, los objetivos políticos de sus
miembros son completamente divergentes y algunos de los más
fuertes de entre ellos (el Sajudis lituano o el Ruj
ucraniano, por ejemplo) se plantean ya como finalidad
prioritaria la independencia nacional. En estas condicio-
nes, el consenso que se podía alcanzar en el marco del
Congreso Democrático era mínimo y las pretensiones de sus
dirigentes de constituirse en interlocutor del PCUS en una
"mesa redonda" para toda la URSS tenían muy pocos visos de
convertirse en realidad.

La fragmentación territorial, ya comentada, del


sistema político soviético, con el comienzo en 1990 del
llamado "desfile de soberanías", tiene el efecto de hacer
de la "estatalidad" y del reparto de competencias entre
centro y periferia el problema fundamental del proceso
soviético de transición, en detrimento de la "democratiza-
ción" del sistema político. Los posibles mecanismos de
reforma política negociada pasan a ser inviables en marcos
más amplios que el republicano.

Dentro de Rusia, el interés por la idea de la "mesa


redonda" renace en la primavera de 1991 y es recogido por
Eltsin, quien en su informe ante el III Congreso de

-7-
Diputados Populares de la RSFSR reclama su inmediata
constitución con representantes de todas las fuerzas
políticas y sindicales13. Sin embargo, en un momento en que
la "estatalidad" era el gran problema en discusión, una
estructura de este tipo resultaba muy poco apropiada. Como
algunos dirigentes republicanos señalaban ya entonces, la
verdadera "mesa redonda" del año 1991 era el "Consejo de la
Federación" y, en general, todo el proceso de negociación
de un nuevo Tratado de Unión14.

Los sucesos de agosto y diciembre de 1991 abren paso


a un período en el que los dirigentes republicanos, en
particular Eltsin, disponen de un respaldo popular bastante
amplio dentro de sus respectivos países. La consolidación
de los recién nacidos estados y los problemas de la reforma
económica pasan a primer plano. Esto genera un relativo
olvido de la cuestión de la democratización, que se da por
supuesta con la caída del régimen comunista.

Por lo que se refiere a Rusia, a finales de 1992 esta


reserva de libertad de acción se había agotado, en gran
medida por los insuficientes resultados obtenidos por las
nueva política económica, pero también por la falta de
habilidad de Eltsin para conservar a su lado a los miembros
más destacados de la coalición que en junio de 1990, junio

13
Se entiende que de la URSS. Por aquel entonces,
Eltsin no había completado aún su evolución hacia el
independentismo y actuaba más como líder de la oposición
soviética a Gorbachëv que como Jefe de Estado de una
república con aspiraciones de soberanía
14
Es el llamado "proceso de Novo Ogarëvo", que
ocuparía la mayor parte de 1991

-8-
de 1991 y agosto de 1991 (golpe de estado) lo había llevado
al poder y en él lo había sostenido. En torno al Vicepresi-
dente Rutskoi y a la Presidencia del Soviet Supremo se
aglutina la oposición al Presidente y se alcanza un momento
de equilibrio inestable, en que ninguna de las partes tiene
fuerza suficiente para imponerse a la otra.

A principios de 1993 surge de nuevo la idea de una


salida negociada de la situación y algunas de las fórmulas
que se idean reciben el nombre de "mesa redonda":

- Por parte presidencial, se trabaja en la creación de


una mesa redonda de todas las fuerzas políticas
representativas en la que se podrían discutir las
grandes líneas de la organización del estado (reforma
constitucional, por ejemplo). No había, sin embargo,
ninguna intención de negociar el propio poder, la
posible reelección del Presidente, o la composición
del Gobierno y su línea política. De alguna forma,
esta idea acabó poniéndose en práctica a partir de
mayo con el nombre de "Conferencia Constitucional",
aunque la organización del trabajo dentro de ella
excluyó la auténtica negociación entre las partes, al
tiempo que favoreció el control del proceso por parte
del entorno presidencial

- El Soviet Supremo consiguió adelantarse y formar ya


en febrero una llamada "mesa redonda" con representan-
tes de los tres poderes, de las principales fuerzas
políticas, de los sindicatos, de los empresarios y del
mundo de la ciencia. El mayor problema residió en los

-9-
criterios de representación adoptados. Aquellos grupos
que se quedaron fuera de la mesa, algunos tan impor-
tantes como la coordinadora democrática "Demvybor",
acusaron a los organizadores de arbitrarios en la
elección de representantes. La "mesa redonda" empezó
con una cierta fuerza, pero su trabajo fue languide-
ciendo desde la formación de la Conferencia Constitu-
cional, y cuando se clausuró en julio de 1993 no tenía
ya ninguna importancia política.

Vemos, pues, que en este terreno el "modelo polaco" de


transición no llegó a cuajar en la URSS/Rusia. Una primera
razón para ello podría constituirla la diferente cultura
política de ambos países. En Polonia existe una tradición
pactista, de la que es buena muestra la monarquía electiva
existente hasta la tercera partición en el siglo XVIII, y
no hay experiencia de revoluciones sangrientas. La mesa
redonda encajaría muy bien en esa tradición. Por su parte,
en la URSS y en Rusia el poder ha sido habitualmente
absoluto e indiscutible, y suele ser enemigo de auténticas
mesas redondas, en las que participen todas las fuerzas
políticas representativas y el propio poder sea objeto de
discusión. La vida política real se desarrolla tras el
telón y lo que se ve no es, muchas veces, más que una
imitación formal de modelos, sin demasiada trascendencia
desde el punto de vista del reparto del verdadero poder.
Las diversas "mesas redondas" fueron parte de esta imita-
ción de política y el uso reiterado del término acabó por
desgastarlo.

-10-
Un segundo factor diferencial es la actitud del
dirigente supremo. Cuando Jaruzelski acepta la mesa
redonda, ejerce todavía un control efectivo de los "poderes
fácticos", en particular, del Ejército, del aparato del
Partido y de los servicios secretos. Gorbachëv, por su
parte, muestra algún interés por este concepto sólo en una
fase en que ha perdido ya la confianza de gran parte de los
cuadros del PCUS, Fuerzas Armadas, KGB y Complejo Militar-
Industrial, que acabarían organizando un golpe en su
contra. Eltsin, por su parte, investido de la legitimidad
de su victoria sobre el golpe de 1991, parece verse a sí
mismo más como un producto de la democratización que como
alguien que tiene que negociarla.

La tercera gran diferencia es la existencia en Polonia


de un instituto como es la Iglesia Católica, cuyo papel
mediador aceptaban de alguna manera las dos partes15. En la
URSS/Rusia ha faltado siempre este elemento. La Iglesia
ortodoxa, siempre estrechamente relacionada con el Estado
y durante la época soviética convertida en un socio menor
del régimen, no estaba en condiciones de asumir este papel.
Gorbachëv o Eltsin, los sucesivos Jefes de Estado, han sido
siempre parte del proceso y, por ello, no se han encontrado
en disposición de convertirse en mediadores.

3. TRANSICIÓN POLÍTICA: FRAGMENTACIÓN DE LA NUEVA ÉLITE

En Polonia el proceso de transición estuvo protagoni-


zado por "Solidaridad", que no era un partido político en

15
Tiene algún parecido el papel del Rey en España

-11-
el sentido occidental, sino un conglomerado en el que todos
los intereses políticos particulares se subordinaban a la
meta común de oponerse al POUP16. Desaparecido este elemento
aglutinante con el fin del régimen comunista, "Solidaridad"
empieza a fragmentarse y de su seno se van separando
sucesivamente la Unión Nacional Cristiana (ZChN, 1989), el
Congreso Liberal Democrático (KLD, 1989), la Unión Democrá-
tica (UD, 1990) y la Alianza de Centro (PC, 1990). Como
señala Szablowski17, la "unidad controlada y autoimpuesta
fue esencial durante los años de lucha y alcanzó un éxito
tan notable que la disensión fue una reacción natural, una
indulgencia irreprimible permitida tan pronto como todos
supieron que la lucha había terminado definitivamente". Las
dificultades personales entre los dirigentes, y el que
éstos fueran, en general, representantes de la "intelli-
gentsia", con una marcada tendencia individualista y una
preferencia natural por la discusión sobre la acción,
actuaron como motores de este proceso disgregador.

Los partidos nuevos que surgen son en su mayoría, como


señala Bill Lomax, grupos de intelectuales, en muchos casos
amigos entre sí, y no representan en general a grupos
sociales, o grupos de interés concretos. Su identificación
ideológica está basada en conceptos abstractos, como
"nación", "religión", "anticomunismo" u "Occidente".

16
SCHÖPFLIN. Op.cit.
17
SZABLOWSKI, George J. : "Governing and Competing
Elites in Poland". En Governance. Vol. 6, Nº 3 (julio
1993). Pág 351

-12-
Un grupo de expertos del IMEPI18 ha argumentado, en
gran parte sobre la base de la experiencia polaca, que el
parlamentarismo postcomunista desemboca rápidamente en una
crisis debido al extremo fraccionamiento del espectro
político, con numerosos partidos débiles regidos por
políticos excesivamente ambiciosos, lo que dificulta
extraordinariamente la formación de coaliciones estables de
gobierno.

Ya hemos señalado que la vida política aparente tiene


en Rusia/URSS un cierto carácter de imitación de la
realidad. En este sentido, Rusia Democrática sería mucho
más una estructura creada para representar el papel que
correspondió en Polonia a Solidaridad, que un auténtico
equivalente ruso del movimiento polaco. No obstante, al
menos desde el punto de vista formal, se advierten bastante
semejanzas.

En primer lugar, el carácter interclasista e intergru-


pal del movimiento, cuyo elemento aglutinante era únicamen-
te la oposición de todos sus componentes al monopolio del
poder político por parte del PCUS. Inicialmente, existió un
vago proyecto político común, basado en la negación
especular de cuanto el comunismo representaba. A medida,
sin embargo, que se iba debilitando la influencia del PCUS
o representantes de Rusia Democrática iban accediendo a

18
Instituto de Estudios Internacionales Políticos
y Económicos de la Academia de Ciencias. Véase BOGOMOLOV,
Oleg (director) y otros miembros del IMEPI: "Uroki Vos-
tochnoi Evropy" (Las lecciones de Europa Oriental). En
Nezavisimaia Gazeta. 9-2-93

-13-
puestos de poder a nivel local o republicano este factor
aglutinante por negación iba perdiendo fuerza y ya en 1991,
a los pocos meses de su formación, se iban formalizando las
primeras escisiones.

El proceso de disgregación de Rusia Democrática se vio


favorecido por la inexistencia de estímulos en el sistema
político ruso después del golpe de agosto del 91 para el
mantenimiento de organizaciones/partidos fuertes. Entre
1990 y finales de 1993 no ha habido elecciones parlamenta-
rias en que se pueda medir la fuerza y el apoyo popular de
los diferentes partidos. Cuando se han celebrado, el
sistema electoral elegido ha favorecido más las candidatu-
ras independientes con implantación local y a los candida-
tos centrales "conocidos" que a los Partidos. Por otra
parte, entre 1991 y 1993 la auténtica fuente de poder ha
sido la mayor o menor proximidad al Presidente, en lugar de
la disposición o no de una sólida base política propia. En
estas condiciones, los Partidos han servido preferentemente
como "tribunas" y se ha estimulado la tendencia a que cada
político de un cierto relieve dispusiera de una propia.

El proceso de disgregación de Rusia Democrática se ha


desarrollado, pues, según las dos líneas siguientes:

- Línea ideológica: si hay un debate político real en


la Rusia postcomunista es la discusión tradicional
entre occidentalismo y eslavofilia. Los partidarios
radicales de la primera opción son partidarios de la
economía de mercado, de la integración en la comunidad
internacional, de la desmilitarización de la política

-14-
exterior y de la democratización de la interior. Los
de la segunda son aislacionistas e imperialistas en
política exterior, partidarios de las terceras vías en
economía y favorecen modelos autoritarios en el orden
interno. La asociación de la Rusia Democrática oficial
con el occidentalismo hizo que ya en abril de 1991 se
situaran prácticamente al margen grupos como el
Movimiento Cristiano Demócrata (Aksiuchits), el
Partido Demócrata-Constitucionalista (Astafiev) o el
Partido Demócrata Ruso (Travkin), algunos de los
cuales acabarían al año siguiente en el Frente de
Salvación Nacional

- Disensiones entre los líderes: muchas veces sin


llegar a abandonar formalmente el movimiento, los
líderes políticos conocidos se sentían mucho más
cómodos dentro de sus propios pequeños Partidos que en
una gran organización en la que se veían obligados a
coordinar sus propias posturas con las de los demás
participantes, y desde la que resultaba bastante más
difícil captar la atención pública. Como resultado,
Rusia Democrática acabó quedando en manos de los
funcionarios del movimiento, personajes, en general,
de nivel secundario dentro de la política rusa

A partir de 1992 se producen varios intentos de


reanimar Rusia Democrática y convertirla en el eje de una
plataforma de apoyo político al Presidente Eltsin (Demvy-
bor, en 1992-93) o en la base de un bloque electoral (Vybor
Rossii, en 1993). Su éxito fue escaso en la medida en que
no sirvieron para formar un grupo político lo suficiente-

-15-
mente amplio como para garantizar al poder una situación
cómoda en el Parlamento.

4. TRANSICIÓN ECONÓMICA: LA TERAPIA DE CHOQUE

4.1. El debate previo. Los procesos de reforma económica en


los países del Este acompañaron a las medidas de reforma
política, pero no fueron simultáneos. En algunos países,
como Yugoslavia (1950), Hungría (1956) o Polonia (1982), el
comienzo de la reforma económica es anterior al de la
liberalización del sistema político. En otros, como la
URSS, la liberalización política es el primer paso y las
medidas de reforma económica van a remolque y su techo
máximo depende de lo que en cada momento resulta política-
mente aceptable.

En todos los intentos de reforma económica de los


países del Este antes de la desaparición de los regímenes
comunistas es característica la pretensión de desarrollar
alternativas "socialistas de mercado", diferenciadas del
capitalismo clásico por el predominio de la propiedad
estatal o colectiva. Los resultados de todas estos procesos
de búsqueda de una "tercera vía" fueron economías con
constantes desequilibrios macroeconómicos y con tendencia
a desarrollar síntomas de estancamiento19.

19
D¥BROWSKI, Marek: "Ot planovoi ekonomiki k
rynochnoi: tempy i stadii preobrazovanii" (De la economía
planificada a la de mercado: ritmo y fases de las transfor-
maciones). En Voprosy Ekonomiki. Nº 11/92. Pág 30

-16-
Sólo a partir de 1989-90, cuando desaparecen los
prejuicios económicos anteriores, puede plantearse en serio
la cuestión de una transformación radical del sistema
económico con la plena adopción de los mecanismos de
mercado. El ejemplo polaco, puesto en marcha en enero de
1990, constituye el modelo clásico de este tipo de trans-
formaciones, y se convertirá en el punto de referencia
obligado para todos los demás20.

En la URSS, la desaparición del régimen comunista no


tiene lugar hasta finales de 1991 y, por lo tanto, cuando
se ponen en marcha las reformas polacas subsisten en gran
medida los prejuicios ideológicos que impedían la acepta-
ción de un sistema de mercado sin adjetivos (regulado,
socialista ...). Sin embargo, los intentos de reforma
parcial acometidos hasta entonces ya habían tenido tiempo
de mostrarse ineficaces y el creciente desequilibrio
macroeconómico de la URSS hacía urgente la aparición de
nuevas alternativas más radicales.

20
Para Aleksashenko, el "polaco" es el ejemplo
clásico de una de las dos vías de reforma en los países
socialistas, caracterizado por un impulso inicial en el
terreno político y por la rapidez con que se desarrolla el
proceso. En la segunda vía, o "húngara", el comienzo de las
reformas no estaría relacionado con causas políticas, y las
transformaciones se producirían a lo largo de un período de
tiempo bastante largo. La URSS/Rusia habrían seguido la vía
polaca, en tanto que China se estaría ajustando a la china.
Véase ALEKSASHENKO, Sergei Vladimirovich: "Ekonomicheskaia
reforma: polski put" (La reforma económica: vía polaca). En
Mirovaia Ekonomika i Mezhdunarodnye Otnoshenia. Nº 7/90.
Pág. 28

-17-
4.2. Reformas en Polonia: la "terapia de choque". Según uno
de los miembros destacados del "equipo Gaidar", por
"terapia de choque" se entiende una política monetaria y
financiera estricta, aplicada en países que se encuentran
al borde de la hiperinflación (50 % al mes) o ya inmersos
en ella, a fin de reducir en un plazo breve la tasa de
inflación a niveles moderados (2-3 % mensuales) por medio
de la reducción de la tasa mensual de crecimiento de la
masa monetaria a, aproximadamente, esos mismos niveles
durante, al menos,un año21. En una definición más amplia,
un grupo de expertos rusos del IMEPI22, considera que
"terapia de choque" sería un conjunto de medidas aplicadas
de forma acelerada para el desmontaje de los mecanismos de
gestión autoritaria de la economía. En tanto que estos
pasos entrañan una seria amenaza de estallido inflacio-
nario, deben ser acompañadas por una estricta política
monetaria y fiscal. Por ello, en sentido amplio se entende-
ría por "terapia de choque" la totalidad de las medidas de
estabilización y liberalización.

A finales de 1989, Polonia se encontraba, precisamen-


te, en esa situación, con una inflación mensual del 55 %.
El nuevo Gobierno de Mazowiecki-Balcerowicz se decidió por
una política económica fundada en el principio de "terapia
de choque" que, por los resultados, se convirtió rápidamen-
te en un modelo a imitar en toda Europa Oriental y en la

21
ILLARIONOV, Andrei: "V Rossii shokovoi terapii ne
bylo" (En Rusia no ha habido terapia de choque). En
Izvestia. Nº 19/94. Pág 2
22
Véase BOGOMOLOV. Op.cit.

-18-
URSS. Basada en a estabilización monetaria y financiera,
incluía los siguientes elementos23:

- política monetaria restrictiva

- presupuesto equilibrado

- liberalización del 90 % de los precios y considera-


bles subidas administrativa del 10 % mantenido bajo
control

- convertibilidad interna del zloty, con fuerte


devaluación y unificación de los distintos cursos
existentes, junto con liberalización del comercio
exterior

- política de contención del gasto, eliminando la


indexación de salarios de acuerdo con la inflación y
desestimulando los incrementos salariales mediante una
fiscalidad fuertemente progresiva

En el proceso polaco de transformación económica, como


en los desarrollados en los demás países del Este, se
distinguen tres componentes clásicos: estabilización
macroeconómica, liberalización y privatización. A diferen-
cia de las teorías del economista húngaro Kornai, muy
populares, por cierto, en la URSS de finales de los 80, que
daban una explicación microeconómica del fenómeno del

23
D¥BROWSKI, Marek: "Polskaia programma stabilizat-
sii" (El programa polaco de estabilización). En Kommunist.
Nº 17/90. Pág 116

-19-
déficit de bienes de consumo en las economías socialistas24,
los reformistas polacos partieron de la base de que existen
mecanismos macroeconómicos para erradicar este fenómeno y
que, por tanto, es posible conseguir un equilibrio de los
precios en todos los mercados sin haber procedido previa-
mente a la transformación estructural de la economía25. La
base macroeconómica del fenómeno de "estagnación" (infla-
ción+déficit+estancamiento) era en todos los países el
elevado déficit presupuestarlo, financiado automáticamente
por el estado.

Un elemento clave en este modelo de reforma es la


liberalización de precios. Comporta, sin embargo, un
elevado riesgo de alteración de la paz social como conse-
cuencia del súbito descenso del nivel de vida de una parte
importante de la población, lo que ha hecho que Gobiernos
débiles, como los de todos los países del Este en la fase
final del sistema socialista, se hayan resistido a aplicar-
la sin establecer simultáneamente unas medidas compensato-
rias que amortiguaran sus efectos. La experiencia de varios
de estos países muestra, sin embargo, que estas medidas
desencadenan normalmente una espiral precios-ingresos que
acaba neutralizando el efecto positivo de la liberalización
de precios.

24
Inflación encubierta, que las primeras reformas
transformaron rápidamente en inflación abierta
25
D¥BROWSKI, Marek: "Ot planovoi ekonomiki k
rynochnoi: tempy i stadii preobrazovanii" (De la economía
planificada a la de mercado: ritmo y fases de las transfor-
maciones). En Voprosy Ekonomiki. Nº 11/92. Pág 32

-20-
Una segunda alternativa a la liberalización real la
constituía teóricamente la subida administrativa de precios
hasta suprimir los desequilibrios existentes. Intentada en
varios países (Polonia en 1982, y URSS en abril de 1991),
provocó tan sólo un alivio temporal, ya que no afectaba a
las causas profundas de estos desequilibrios.

Las mejores posibilidades de atenuación de los efectos


negativos de la libertad de precios las ofrecía, en opinión
de los reformistas polacos, una mayor liberalización de
otros aspectos de la actividad económica, con la introduc-
ción de mecanismos reguladores de mercado. Se temía, en
particular, la capacidad de los grandes monopolistas para
establecer a su antojo precios muy elevados. En teoría,
hubiera resultado potencialmente interesante poder efectuar
la desmonopolización antes del comienzo de la "terapia de
choque", aunque en las condiciones en que se desarrolló la
reforma polaca (y, posteriormente, también la rusa) no
hubiera tiempo disponible para llevar a la práctica este
deseo. De alguna manera, se compensó la limitación de la
competencia interna mediante la liberalización del comercio
exterior y la convertibilidad interna de zloty.

La reforma estructural de la economía polaca empezó


unos meses más tarde, una vez superada la fase de "choque".
La privatización comenzó de hecho en la segunda mitad de
1990 y el sistema finalmente adoptado concedía gran
libertad en la elección de sistemas de privatización de los
diferentes objetos: privatización comercial (suscripción
abierta de acciones o subasta), transmisión gratuita a los
colectivos laborales, transmisión de la propiedad a los

-21-
ciudadanos, papel prioritario de los inversores institucio-
nales, etc26. A diferencia de los elementos iniciales, el
modelo polaco de "privatización" fue objeto de una atención
inferior en Rusia, probablemente porque la diferente
reacción de ambas economías a las medidas de choque
aplicadas creó unas condiciones iniciales muy distintas
para acometerlo27. El modelo que finalmente se adoptaría,
basado en el amplio empleo de "bonos" denominados en
rublos28, es, desde el punto de vista formal, más similar
al checo que al polaco, en tanto que en su esencia responde
ante todo a las condiciones particulares de la propia
Rusia.

Podemos, en resumen, concluir con Przeworski que el


modelo de reforma económica puesto en práctica en Polonia
se distingue por su radicalismo. Por medio de recetas
simples, entendidas como panacea de todos los males, se
pretendía en un plazo muy breve cambiar por completo las
relaciones sociales existentes29. Este "milagrismo",

26
Más en detalle en ROGULSKA, Barbara: "Las
privatizaciones en Polonia: Balance y enseñanzas". En
Cuadernos del Este. Nº 7 (1992). Pág 77-87
27
PIASHEVA, Larisa: "La privatizac ión en el
contexto de una reforma liberal". En Cuadernos del Este. Nº
7 (1992). Pág 57-64
28
Los expertos de IMEPI señalan, que el hecho de
que el valor estuviera marcado en rublos hizo que la
cotización de los bonos acabara perdiendo toda relación con
el valor de la riqueza real privatizable, y dependiera tan
sólo de factores especulativos. Ver BOGOMOLOV, op.cit.
29
PRZEWORSKI, Adam: "The 'East' Becomes the
'South'? The 'Automn of the People' and the Future of
Eastern Europe". En Political Science & Politics. Marzo

-22-
posiblemente muy enraizado en la cultura eslava, resultó
enormemente atractivo para los rusos y se encuentra en la
base tanto del programa de los 500 días como de las
posteriores reformas de Gaidar.

4.3. Seguimiento en la URSS y en Rusia del proceso polaco.


El comienzo de las reformas polacas coincide cronológica-
mente con el debate en la URSS del programa de reforma
económica del Gobierno Ryzhkov-Abalkin, basado en unos
principios completamente diferentes y que pretendía una
transición no traumática a una economía mixta de mercado.
Los medios controlados desde el poder, especialmente la
Televisión, y aquellos ideológicamente más próximos a los
sectores políticos conservadores (diarios Sovetskaia Rossia
y Trud, por ejemplo), presentan el proceso polaco como un
ejemplo negativo de lo que debía intentar evitarse en la
URSS30.

Por parte de lo que sería más tarde el "equipo


Gaidar", que utilizaba entonces como tribuna la revista
teórica del Comité Central del PCUS "Kommunist", de la que
Gaidar era redactor, se recibe con esperanza el comienzo de
la reforma. Como señala Konstantin Kagalovski31, desde el

1991. Pág 20-24


30
Véase "Disagreements Within 'Solidarity'". En
Sovetskaia Rossia. 14-2-90. Pág 5. Versión inglesa de FBIS-
SOV-90-035. Pág 30. Véase también RUNOV, V. :"In the grip
of 'Therapy'". En Sovetskaia Rossia. 13-3-90. Pág 4.
Versión inglesa de FBIS-SOV-90-058. Pág 47
31
KAGALOVSKI, Konstantin Grigorievich: "Ekonomi-
cheski krizis. Gde iskat vyjod?" (¿Dónde buscar salida de
la crisis económica?). En Kommunist. Nº 4/90. Pág 66-67

-23-
punto de vista teórico el desarrollo de un modelo de salida
de la crisis no representaba una gran dificultad y el
programa económico del Gobierno polaco no era más que eso,
una respuesta clásica a este problema, con la particu-
laridad de desarrollarse en un plazo extraordinariamente
breve. Los primeros resultados de las reformas polacas
confirmaron a los reformistas soviéticos que era realmente
posible frenar la inflación y estabilizar la situación
económica del país, aunque también que una condición
necesaria para el éxito de una política semejante la
constituía el respaldo incondicional al Gobierno por parte
de la población.

Pasadas las primeras semanas, el éxito inicial de la


reforma polaca produce una profunda impresión no sólo en
los sectores reformistas. Durante un tiempo se generaliza
la impresión de que si el programa funcionaba en Polonia,
también podría hacerlo en la URSS32. Hacia mediados de abril
el Gobierno prepara un nuevo programa económico, muy
distinto del anterior de diciembre, que, por analogía con
el polaco, recibe popularmente el nombre de "programa de
terapia de choque". Sin embargo, en las dos discusiones en
el Consejo Presidencial, en sesión conjunta con el Consejo

32
PETRAKOV, Nikolai: "The Market Price". Entrevista
concedida a Liudmila Telen para Poisk. Nº 18/90. Pág 4-5.
Versión inglesa de FBIS-SOV-90-116. Pág 72. Este economis-
ta, asesor de Gorbachëv, era bastante escéptico y prestaba
atención, sobre todo, a las diferencias entre Polonia y la
URSS: la gran popularidad del gobierno de Mazowiecki, el
haberse acostumbrado los polacos a la inflación desde 1980,
la existencia de fuertes ahorros en manos de la población
soviética, y la preferencia de ésta por el racionamiento a
la abundancia a precios altos

-24-
de la Federación, surgen fuertes dudas de que pueda tener
éxito si no lo ejecuta un Gobierno fuerte que goce del
apoyo de la población. A falta de este requisito inicial,
se decide suavizar el programa y en la versión que,
finalmente, llega al Soviet Supremo no queda ya nada de
"choque"33.

Según Egor Gaidar, si la primera versión del nuevo


programa del Gobierno recordaba al "plan Balcerowicz", la
definitiva, calificada de "choque sin terapia", tenía
reminiscencias de la política económica polaca de los
primeros 80. "La combinación de precios en rápido ascenso
y de una permanente escasez de bienes de consumo es una de
las formas más desagradables de desarrollo de los procesos
inflacionarios y no constituye la mejor solución para
establecer un mercado"34.

El rechazo por parte del Soviet Supremo del programa


del gobierno Ryzhkov-Abalkin y la nueva situación política
creada por la elección de Boris Eltsin como Presidente del
Soviet Supremo (Jefe del Estado) de la RSFSR, abren el
camino para un nuevo intento reformista más radical. A
estas alturas, la preocupación por las negativas consecuen-
cias políticas y sociales de la "terapia de choque" ya se
había impuesto sobre el entusiasmo inicial por su rápido

33
GAIDAR, Egor Timurovich: "V nachale novoi fazy.
Ekonomicheskoie obozrenie" (En el comienzo de una nueva
fase. Panorama económico). En Kommunist. Nº 2/91. Pág. 13
34
GAIDAR, Egor Timurovich: "Prices and the Market".
En Pravda. 26-5-90. Pág 5. Versión inglesa de FBIS-SOV-
90.106. Pág 48

-25-
éxito35. El programa de los 500 días (Shatalin-Yavlinski)
o las "Orientaciones Fundamentales" que sobre su base
redacta Aganbegian en octubre deben poco a la experiencia
polaca y buscan, en la medida de lo posible, evitar el
"choque".

El concepto "terapia de choque" ha quedado definitiva-


mente fijado con un sentido negativo en el lenguaje
político y económico ruso y en el futuro, prácticamente
hasta 1994, se procurará evitar su uso. Como señalan los
redactores del "Programa de Transición al Mercado"36, "el

35
KOROTKOV, P. y A. Matveiev: "Market Prices-Social
Security". En Ekonomika i Zhizn. Nº 24/90. Pág 4-5. Versión
inglesa de FBIS-SOV-90-119. Pág 56. Según estos autores, el
método de la "terapia de choque" era atractivo por sus
rápidos resultados económicos. Sin embargo, sus consecuen-
cias sociales eran extremadamente dolorosas: incontrolable
subida de los precios, quiebra de numerosas empresas, en
particular de las que producen bienes de consumo o prestan
servicios comunales imprescindibles, y aumento del paro.
Esta visión es, indudablemente, exagerada, pero estuvo muy
difundida entre una clase política soviética que no estaba
segura del apoyo que pudiera prestarle la población. Otras
visiones negativas de la reforma polaca pueden verse en
BROVIKOV, V. : "A Market, But What Kind?". Entrevista
concedida a V. Litvin para Sovetskaia Rossia, 25-10-90. Pág
3. Versión inglesa de FBIS-SOV-90-213. Pág 51-54; y
BOGOMOLOV, Oleg: "It is unnecesary to Design Clothes For a
Person Who is No Longer Alive". Entrevista concedida a
Milos Sklenka y Josef Vratislav para Hospodarske Noviny
(Praga). 7-9-90. Pág 5. Versión inglesa de FBIS-SOV-90-180.
Pág 36-39. Una visión positiva, en PIASHEVA, Larisa:
"Social Justice Does Not Exist in Economics". Entrevista
concedida a I. Savvateieva para Komsomolskaia Pravda. 6-10-
90. Pág 2. Versión inglesa de FBIS-SOV-90-203. Pág 63-67
36
SHATALIN, Stanislav y otros: "Why the '500 Days'
Program is Unrealizable Today?". En Komsomolskaia Pravda.
4-11-90. Pág 2. Versión inglesa de FBIS-SOV-90-214. Pág 56-
59

-26-
escenario del [Programa] era estabilizar la situación
económica del país a base de un desarrollo acelerado de las
relaciones de mercado. La idea fundamental del programa
presuponía unas medidas urgentes y vigorosas para mejorar
las finanzas y la circulación monetaria, y sólo después la
liberalización de precios. De otra forma, la eliminación
del control de precios hubiera provocado su elevación
incontrolada. Al mismo tiempo, debería producirse una
rápida desnacionalización y desmonopolización, así como
desarrollarse la actividad empresarial y la infraestructura
de mercado". Del plan Balcerowicz se retenía apenas la
pretensión de conseguir resultados apreciables en un plazo
bastante corto (500 días). Se piensa que el objetivo de
cambiar radicalmente el sistema económico en menos de año
y medio puede ilusionar a la población y moverlo a prestar
un apoyo activo a las reformas.

Vemos, en resumen, que a lo largo de 1990 se sigue con


en la URSS con gran interés el proceso polaco de reforma
económica, cuyos logros, en general, no se discuten. Se
producen varios intentos de reforma radical de la economía
soviética, inspirados más o menos directamente por el "plan
Balcerowicz", pero todos ellos acaban siendo rechazados por
entender los dirigentes de la URSS que faltaban las
condiciones políticas mínimas para poner en práctica
programas de reforma tan duros.

En 1991, con el nombramiento de Pavlov como Primer


Ministro, se renuncia a la idea de transición al mercado,
y se sustituye por la de "programa anticrisis", más
orientado hacia la lucha contra los síntomas de la crisis

-27-
económica que con sus causas. En unos escenarios de
desarrollo de la economía soviética publicados por el
Gobierno a finales de abril de 1991, se califica la
transición al mercado como la peor de las posibilidades
existentes37. "La Renta Nacional y la Producción Industrial
descenderían no menos del 30 % al año. El número total de
desempleados podría alcanzar los 30 millones. La mayoría de
la población se encontraría debajo de la línea de pobreza38.
Parece imposible predecir el alcance y el momento de una
respuesta negativa de la población".

No obstante, durante el Gobierno de Pavlov se adoptan


medidas tan impopulares como una reforma monetaria parcial
(enero) o la liberalización de precios para el 40 % de los
bienes. Sin embargo, la falta de coordinación entre ambas
medidas hace que su efecto positivo resulte insignificante39
y se llegue a la situación del otoño de 1991, en que, con
una inflación ya apreciable, las tiendas se encuentran casi
por completo vacías y el "barter" ha desplazado al dinero
como medio de pago en las transacciones comerciales inter-
nas.

37
"An Evaluation of Development Scenarios for the
USSR National Economy in 1991". En Ekonomika i Zhizn. Nº
18/91. Pág 6. En FBIS-SOV-91-088. Pág 33-34
38
Resulta interesante constatar que, en lo esen-
cial, las previsiones del equipo de Pavlov han sido
confirmadas más tarde por el desarrollo real de los
acontecimientos. La única divergencia importante es el
número de parados que, a pesar de todos los pronósticos
pesimistas, sigue siendo bastante reducido
39
Ver YASIN, Evgeni: "Who Will Become the Architect
of Our Economic Miracle?". En Komsomolskaia Pravda. 16-8-
91. Pág 2. Versión inglesa de FBIS-SOV-91-163. Pág 30-33

-28-
Con el fracaso del golpe de estado de agosto y la
asunción en la práctica por parte de los dirigentes rusos
de las antiguas funciones del centro soviético (a partir de
finales de diciembre, este proceso se formalizaría con la
disolución de la URSS) surge de nuevo la oportunidad de
ensayar un modelo radicalmente distinto de reforma económi-
ca. A diferencia de ocasiones anteriores, las condiciones
políticas creadas por el golpe conceden a Eltsin y a su
Gobierno un amplio margen de confianza tanto en el Parla-
mento como entre el pueblo. Renace el interés por el modelo
polaco, que, casi dos años después de su implantación, ha
demostrado que los primeros resultados positivos no eran
meramente coyunturales. La entrada en el mes de noviembre
en el Gobierno de Egor Gaidar (Primer Viceprimer Ministro)
y de todo un equipo de jóvenes economistas próximos a él y
pertenecientes a la misma escuela que Balcerowicz abre el
camino para aplicar una versión rusa del "modelo polaco".

4.4. La reforma de Gaidar a la luz de la experiencia


polaca. Ya desde el principio, Egor Gaidar no intenta
copiar ciegamente los modelos clásicos de "terapia de
choque", ni la variante puesta en práctica en Polonia. En
declaraciones hechas en noviembre de 199140, afirma ya que
resultaba imposible estabilizar primero la situación
financiera, para privatizar en una segunda fase y sólo en
la tercera liberalizar los precios. En su opinión, los
precios iban a aumentar con independencia de los intentos

40
DEMCHENKO, Irina Grigorievna: "Team of Professio-
nals in Russian Government". En Izvestia. 12-11-91. Pág 1-
2. Versión inglesa de FBIS-SOV-91-220. Pág 61-63

-29-
que se hicieran para impedirlo, por lo que proponía iniciar
la reforma precisamente con una liberalización de la mayor
parte de los precios (manteniendo la regulación estatal de
algunos) e intentar amortiguar su impacto mediante una
mínima reforma fiscal, una razonable liberalización del
comercio exterior, restricciones presupuestarias y una
política monetaria dura.

Un tema de discusión es el de la inspiración polaca de


la reforma de Gaidar. Algunos expertos occidentales
atribuyen las similitudes entre ambos programas a su origen
teórico común y al trabajo en ambos países en calidad de
asesores de los mismos expertos occidentales, muy en
especial de Jeffrey Sachs41. Siendo esto cierto, también lo
es que la aplicación práctica del modelo en el caso polaco
fue objeto de una atención especial en Rusia, como lo
muestran las frecuentes referencias hechas por Gaidar du-
rante los últimos meses de 1991 al desarrollo del proceso
de reformas en el país vecino. Se producen entonces
frecuentes contactos entre miembros de los equipos de
Gaidar y Balcerowicz y, aunque todos ellos procuran llamar
la atención sobre las diferencias entre ambos países,
parece que el programa del nuevo Gobierno va a repetir, en
esencia, el modelo polaco, intentando adaptarlo a las
condiciones particulares de Rusia.

Esta adaptación del "plan Balcerowicz" se materializó


mediante la presencia en el equipo de asesores extranjeros

41
LAVIGNE, Marie: "Perspectivas sobre el futuro de
la reforma económica en la antigua Unión Soviética". En
Cuadernos del Este. Nº 7 (1992). Pág 92

-30-
del Gobierno de Gaidar de algunos especialistas polacos. El
más conocido de ellos es Marek D¹browski, un monetarista
radical, cuya influencia en cuestiones distintas de las
estrictamente financieras ha sido durante todo el proceso
escasa. Parece que Eltsin llegó a ofrecer al propio
Balcerowicz el puesto de asesor económico suyo, pero el ex-
Viceprimer Ministro polaco no aceptó. En su opinión,
resultaba imposible adoptar, como el equipo de Gaidar
pretendía, un único concepto de reforma para un país tan
grande y tan variado como Rusia, donde no se puede dirigir
todo desde un único centro.

Este "modelo puro" de reforma, similar al polaco e


inspirado en las "recetas" del Fondo Monetario Internacio-
nal, no se sostiene más allá del primer trimestre de 1992.
Los éxitos alcanzados, mucho más modestos que en el país
vecino, hacen comprender con mayor claridad la profundidad
de las diferencias existentes entre ambos países. A partir
de este momento, las reformas polacas representan un papel
mucho más de referencia teórica o de justificación ante la
opinión pública que de auténtica guía en el proceso de
transición a la economía de mercado. A posteriori, los
economistas próximos al "equipo de Gaidar" negarán,
incluso, que en ningún momento se haya llegado a poner en
práctica una política macroeconómica "clásica", como en su
momento se hiciera en Polonia42.

42
D¥BROWSKI, Marek: "Esli reshili prygat - prygaie-
te" (Si decidisteis saltar, hacedlo). Entrevista concedida
a A. Evgeniev. En Rossiiskaia Gazeta. 21-12-93

-31-
Como muy pronto se pone de manifiesto43, la estabiliza-
ción financiera, primera etapa de la reforma de Gaidar, es
un instrumento de saneamiento de una economía de mercado,
no una vía de transición hacia ella ni una herramienta para
acometer la reforma estructural. En Rusia, con una economía
completamente estatalizada, tuvo una eficacia mucho menor
que en Polonia, donde, en particular, el sector agrario
continuó siendo en gran medida privado en los años de
régimen comunista. Aunque las medidas adoptadas en enero de
1992 produjeron innegables efectos positivos (restableci-
miento del papel del dinero como medio de pago, convertibi-
lidad parcial del rublo, final del déficit crónico de
bienes de consumo), la falta de resultados definitivos
alimentó la oposición política a ellas y quebró el amplio
consenso social que existió en los meses posteriores al
golpe de agosto de 1991.

La reforma de Gaidar no es, pues, la de Balcerowicz,


a pesar de que las tres grandes finalidades que se plantea-
ban en un principio coincidieran. Hay en ella, desde luego,
un cierto monetarismo, pero en el caso ruso, a diferencia
del polaco, no se lleva hasta sus últimas consecuencias.
Como señala Andrei Illarionov, ni Gaidar ni Chernomyrdin
intentaron en ningún momento desarrollar una política
basada en la "terapia de choque". En la práctica, la
política monetaria y financiera puesta en práctica fue
bastante más blanda, incluso, que la rumana y, como

43
DEMCHENKO, Irina Grigorievna: "V Polshe udalas
'nasha' reforma" (En Polonia tuvo éxito 'nuestra' reforma).
En Izvestia. 26-2-93. Pág 4

-32-
consecuencia, generó una tasa de inflación considerablemen-
te más elevada44.

La liberalización de precios no fue completa, ya que


se mantuvo una proporción considerable de precios fijados
administrativamente por el Estado, ya sea a nivel federal
o local, se controló el margen comercial y los precios de
las empresas monopolistas, se establecieron, formal o
informalmente, normas máximas de rentabilidad de las
empresas y se otorgaron distintos incentivos para aquellas
empresas que no elevaran sus precios. A diferencia de
Polonia y otros países del Este, la liberalización de la
economía rusa se distinguió por su parcialidad e inconse-
cuencia45. Si en Polonia la liberalización de precios tuvo
lugar en condiciones de una revisión salarial regresiva, en
Rusia se produjo en la práctica una indexación de los
ingresos. Balcerowicz reconoce que los dirigentes rusos se
enfrentaron con la dificultad añadida de tener que resolver
simultáneamente el problema de la "estatalidad" y se
muestra de acuerdo con el "equipo de Gaidar" en que el
primer paso en Rusia tenía que ser la liberalización de
precios, pero señala que esta medida es mortal si no va
acompañada de una estricta política crediticia y de una
liberalización del comercio exterior46.

44
ILLARIONOV. Op.cit.
45
D¥BROWSKI, Marek: "Uroki neposledovatelnoi
liberalizatsii" (Lecciones de una liberalización no
consecuente". En Segodnia. 22-12-93. Pág 9
46
BALCEROWICZ, Lesczek: "Shok po Baltserovichu" (El
choque al estilo de Balcerowicz). Entrevista concedida a
Rudolf Boretski. En Novoie Vremia. Nº 15/93. Pág 22-23

-33-
Si hemos visto que en Rusia no se llegó a aplicar una
política monetaria estricta, también en el terreno del
comercio exterior la liberalización distó también mucho de
ser completa. El complejo sistema de cuotas y licencias que
se estableció ayudó a hundir artificialmente la cotización
del rublo, lo que constituyó a su vez una fuente adicional
de inflación, deterioró la balanza de pagos del país,
desestimuló el incremento de la producción en los sectores
más rentables (los energéticos) y fomentó la corrupción en
los organismos relacionados con el comercio exterior.

Por todos estos motivos, los resultados alcanzados en


ambos países han sido también distintos, y mucho menos
espectaculares en el caso ruso. El Profesor D¹browski, que
fuera Viceministro de Hacienda en el Gobierno Mazowiecki-
Balcerowicz, señala como el mayor de los errores cometidos
por los Gobiernos de Gaidar y Chernomyrdin la pretensión de
que se podía controlar la inflación paulatinamente. En
opinión de D¹browski, la experiencia polaca mostraba que la
forma de conseguirlo era de un solo golpe (el choque),
congelando créditos y salarios, y suprimiendo el déficit
presupuestarlo47.

En la discusión básica de cómo realizar las reformas,


si de golpe ("terapia de choque") o de manera gradual, los
polacos optaron por la primera, y los soviéticos y rusos
por la segunda. En otra discusión, el programa de los 500
días partía de la transformación estructural (privatiza-

47
D¥BROWSKI, Op.cit.

-34-
ción) para llegar a la liberalización de precios y estabi-
lización. El modelo polaco indicaba que sólo resultaba
posible el orden inverso, y la reforma realmente aplicada
por Gaidar fue, precisamente, así.

5. LAS FUERZAS ARMADAS EN LA TRANSICIÓN

En Polonia el Ejército representa un papel muy


especial. El recuerdo de las varias particiones que sufrió
el país hace que el tema de la independencia nacional
resulte para los polacos especialmente sensible. En este
contexto, las Fuerzas Armadas gozan de prestigio ante el
pueblo y no son vistas ante todo como instrumento de poder,
sino como una institución necesaria para garantizar por la
fuerza la supervivencia del Estado nacional (Ejército=co-
lumna vertebral).

Las amenazas contra el Estado polaco han tenido


habitualmente un carácter externo, y ha sido precisamente
hacia el exterior hacia donde se han orientado en general
las Fuerzas Armadas polacas. Sin embargo, en ciertas
ocasiones críticas en las que ha existido la sensación de
que determinados desarrollos políticos internos podían
crear un peligro real para la soberanía e independencia de
Polonia, en general por sus posibles implicaciones interna-
cionales, las Fuerzas Armadas han asumido también un papel
importante en la política interior del país (años 30 y años
80).

En Rusia/URSS, por el contrario, a pesar de que la


fuerza militar ha constituido siempre la base del poder

-35-
político exterior del Estado, el Ejército como institución
y los militares han representado siempre un papel relativa-
mente poco destacado en la política interna. Jacques Sapir
ha denominado a este fenómeno "militarismo paradójico"48.

Quizá esta importante diferencia en los papeles


tradicionales de los Ejércitos polaco y ruso (columna
vertebral o instrumento de poder) explica en parte su
diferente comportamiento durante las transiciones políticas
en sus respectivos países. No son menos importantes la
personalidad y cualidades de sus respectivos jefes. Al
frente de las Fuerzas Armadas polacas se encontraba el
General Jaruzelski, un hombre experimentado, prestigioso y
que controlaba plenamente la situación en los cuarteles.
Por el contrario, el ascendiente sobre sus subordinados del
Ministro soviético Mariscal Yázov (1987-1991) fue siempre
mucho más reducido. Tras el golpe de estado y la disolución
de la URSS hubo un período transitorio de casi dos años en
que el control ejercido por la nueva cúpula militar era
insuficiente para que el Ejército pudiera actuar en la
política interior del país como un ente unido y manejable.
La reorganización interna y la consolidación del propio
poder eran claramente prioritarias sobre cualquier posible
deseo de intervenir en el juego político.

Como se ha apuntado, la postura política del Ejército


polaco durante los años 80 y la transición a la democracia
es difícilmente separable de la de su Comandante en Jefe,

48
Véase SAPIR, Jacques: Le système militaire so-
viétique. Paris. La Découverte. 1987

-36-
el General Jaruzelski. En estos momentos, su figura
histórica es discutida en Polonia, aunque hay una tendencia
a reconocer en él a un patriota convencido que creyó que
con su golpe salvaba al país de una invasión soviética. La
experiencia histórica le mostraba que, si bien los dirigen-
tes soviéticos podían aceptar explosiones de descontento
popular de base exclusivamente económica, cuando aparecían
factores políticos y, muy en particular, cuando surgían
poderosas fuerzas organizadas de oposición, la reacción de
la URSS podía ser contundente.

Los ejemplos de Hungría en 1956 y Checoslovaquia en


1968 lo mostraban con claridad, y la entonces (1981)
reciente intervención en Afganistán no parecía indicar que
los soviéticos fueran menos proclives a acciones militares
en los países aliados de lo que habían sido anteriormente.
En este contexto, el ascenso de "Solidaridad" durante los
años 1980-81 hacía temer una invasión49. Las relaciones
entre los dirigentes soviéticos y los polacos recuerdan
mucho las que existieron con Dubcek durante la "primavera
de Praga"50. El que los soviéticos tuvieran o no intención
de invadir Polonia51 tiene una importancia secundaria. La

49
JARUZELSKI, Wojtech: "Mne chuzhda jrabrost
petuja" (Me es ajena la valentía del gallo). En Novoie
Vremia. Nº 25/92. Pág 36-39
50
Véase DUBCEK, Alexander: Hope Dies Last. New
York. Kodansha. 1993. Pág. 165-174
51
Vitali Pavlov, entonces representante del KGB
ante el Ministerio del Interior polaco, lo niega. Véase
PAVLOV, Vitali Grigorievich: "Na vtorzhenie ne rasschity-
vaiete" (No contéis con la invasión). Entrevista concedida
a Vladimir Verdashko. En Vek. Nº 49/93

-37-
impresión de los actores era, probablemente, que la URSS
podía verse tentada a intervenir, al igual que lo había
hecho con anterioridad en ocasiones similares.

El régimen que instaura Jaruzelski es aún comunista en


la forma, pero cuenta con elementos de dictadura militar
(régimen autoritario cívico-militar). Tras un primer
período de implantación en el que se recurre en ocasiones
a prácticas cuasiestalinistas, el General Jaruzelski
emprende a lo largo de los años 80 diversas reformas
económicas suaves que buscan una vía para la superación de
la crisis y pretenden eliminar así las posibles causas de
descontento social. Convencido de que era posible el cambio
impulsado y controlado desde arriba, el Presidente polaco
emplea en exclusiva métodos de tipo administrativo que no
llegan a dar los resultados que se requerían. A finales de
1988, cuando resulta ya evidente el fracaso de esta línea,
los mandos militares (no el Partido) deciden alcanzar un
compromiso con la oposición, y son los Generales quien
imponen esta decisión a un todavía reticente Comité
Central.

En la URSS/Rusia no hubo ningún militar capaz de


representar el papel de Jaruzelski. En el momento crítico,
a partir de 1987, al frente de las Fuerzas Armadas se
encontraba un hombre del que Gorbachëv parecía haber
valorado, antes que nada, su lealtad y su falta de peso
político. Puede ser representativa de la opinión que sobre
Yázov tenían sus compañeros en la cúpula soviética la
descripción que de él hace Borís Eltsin en 1990:

-38-
"Es el típico viejo soldado, sincero y diligente. Se
le podría confiar el mando de un Distrito Militar o el
de un Estado Mayor, pero no está preparado para el
puesto de Ministro de Defensa. Hombre limitado,
rechaza por completo la crítica (...). Como producto
al cien por cien de la maquinaria militar, yo no puedo
esperar de él cualquier tipo de cambios positivos en
el ejército o un nuevo enfoque más flexible de los
problemas de la capacidad defensiva del país"52.

Vemos, pues, que en Polonia fueron las Fuerzas Armadas


quienes asumieron en una primera fase la dirección de la
apertura, en tanto que las soviéticas no llegaron siquiera
a plantearse esta posibilidad. En la toma de postura de la
cúpula militar polaca influyeron fuertemente motivaciones
de tipo patriótico (el ejército sirve a la nación, no a un
Partido o a un régimen) que en el caso soviético, con la
destrucción operada durante décadas de todo fundamento del
sentimiento nacional que no estuviera relacionado con la
ideología, no podían servir.

Przeworski señala también como un posible móvil de los


militares polacos el deseo de desembarazarse del control
civil ejercido por los órganos del Partido53. Esta aspira-
ción a la autonomía militar parece haber existido también
entre los soviéticos, pero, al menos para la generación de

52
ELTSIN, Boris Nikolaievich: Ispoved na zadannuiu
temu (Confesión sobre un tema dado). Leningrado. Chas Pik.
1990. Pág. 113
53
PRZEWORSKI, op.cit. Este autor atribuye a los
militares un deseo oculto de convertirse en los árbitros de
la situación. La evolución posterior de los acontecimientos
parece desmentir esta primera impresión. Quizá la aspira-
ción militar se centrara más en desprenderse de injerencias
"profanas" en aspectos puramente internos o técnicos

-39-
Yázov, cuyos representantes más notorios eran aún parte de
la jerarquía política del país, no parece haber sido
determinante. Por el contrario, la "generación de los
afganos" (Grachev, Gromov y otros), que se encuentra ya
claramente al margen de la actual nomenclatura política
rusa, se ha mostrado mucho más proclive a posturas de
autonomía militar.

Una última diferencia entre la actitud de ambos


ejércitos ante la transición la dan sus respectivas
posturas una vez concluido54 el periodo transitorio. Así,
mientras el Ejército polaco desaparece de la escena
política, el ruso se convierte en instrumento de un poder
con tendencias autoritarias, y muestra tendencias suscepti-
bles de evolucionar hasta convertirlo en sujeto de un nuevo
autoritarismo55.

6. ALGUNAS CONCLUSIONES

En varias ocasiones se ha aludido durante este trabajo


al carácter "imitativo" de la vida política rusa. Está

54
Siempre es arriesgado hablar de cuándo concluye
una transición, y mucho más en el caso de la URSS/Rusia.
Sin embargo, a los efectos de esta comparación se podría
admitir que lo más importante de lo que tenía que ocurrir
ha ocurrido ya, y precisamente entre agosto de 1991 y enero
de 1992
55
KWASNEWSKI, Alexandr: "V Polshe net tanka, kotory
vystrelil by po parlamentu" (En Polonia no habría tanques
que dispararan contra el Parlamento). Entrevista a Dmitri
Gornostaiev. En Nezavisimaia Gazeta. 4-3-94. Pág 4. "No hay
en Polonia ningún tanque capaz de disparar sobre el
Parlamento. Y, probablemente, no hay tampoco nadie dispues-
to a sentarse en ese tanque"

-40-
ampliamente extendida la conciencia de ser diferentes,
pero, junto a ella, existe una aspiración a la integración
en las grandes líneas de la historia universal que pugna
continuamente con la tentación exclusivista. Por ello, no
es extraño que en el proceso ruso-soviético de transición
abunden las referencias a experiencias ajenas, aunque, a la
hora de la verdad, las decisiones adoptadas hayan tenido un
carácter muy ruso y hayan estado sólidamente enraizadas en
las tradiciones del país y en su idiosincrasia.

A pesar de la proximidad geográfica al resto de


Europa, la rusa es una cultura diferente, con ciertas
características comunes con las grandes civilizaciones
asiáticas (carácter patriarcal, frente al individualismo
europeo). En Rusia no existe el europeísmo de Polonia, ese
mito de que, de no haber sido por circunstancias externas
muy poderosas, el país habría sido siempre un miembro
próspero de la comunidad europea de naciones. Por el
contrario, en ella cualquier reforma entraña una confron-
tación entre las tendencias europeístas (modernización a
través de la integración) y aislacionistas o eslavófilas
(progreso por un camino propio). culturas diferentes.

En un plano de discusión mucho más concreto, se puede


decir que en un principio, al salir de una situación de
aislamiento que se había prolongado varias décadas, se
descubría con asombro cuánto se tenía en común con otros
países (predominio de la tendencia integradora) y se tendía
a sobrevalorar las similitudes existentes. Con el tiempo,
según iban avanzando los procesos, se iba tomando una

-41-
conciencia mucho más clara de las diferencias, que ya en el
estado inicial eran muy considerables.

Si en Polonia el régimen comunista había introducido


notables desequilibrios en la economía, en la URSS toda la
economía había sido construida de acuerdo con los princi-
pios comunistas. En Polonia se mantuvo una agricultura
fundamentalmente privada, en tanto que el sector privado de
la agricultura soviética apenas cubría necesidades elemen-
tales de subsistencia. El VPK56, todopoderoso en la URSS/Ru-
sia, tuvo una importancia muy inferior en Polonia, donde,
además, apenas existían zonas de concentración extrema de
industrias en las que cualquier reconversión podría
provocar una catástrofe socioeconómica local.

La diferente duración del régimen comunista57 introdujo


también diferencias notables. Hasta la guerra, Polonia era
un país capitalista normal, por lo que existe todavía una
generación que conoce, y en parte ha mantenido, una actitud
hacia el trabajo diferente de la típica en los países
comunistas. En la mayor parte de la URSS de la transición
no existían ya generaciones que hubieran conocido el
anterior sistema, que, por otra parte, no era ni capitalis-
ta ni democrático, sino autocrático y feudal.

Una última diferencia importante se refiere al momento


del comienzo de las reformas. En Polonia, se emprendieron

56
Complejo de la Industria de Defensa
57
En última instancia, un "estado de excepción"
prolongado "sine die"

-42-
inmediatamente después del cambio de régimen, cuando el
capital político de los reformistas se encontraba aún
intacto y el Gobierno podía contar con un fuerte apoyo
político, en particular por parte del sindicato Solidaridad
y de la Iglesia. Además, algunas de las partes más críticas
del proceso, como la liberalización de precios, habían sido
ya realizadas por el último gobierno comunista de Rakowski.
La situación ruso-soviética, por el contrario, fue mucho
peor. Si la etapa de entusiasmo reformista puede situarse
entre 1985 y 1989, el comienzo efectivo de las reformas
(económicas) no se produce hasta 1992, cuando el capital
político de sus ejecutores era ya mucho más reducido.

Por todo ello, puede constatarse que las referencias


al modelo polaco han sido muy numerosas, aunque, en
general, ha habido más admiración retórica que intento real
de ponerlo en práctica. El modelo polaco fue muy atractivo
como punto de referencia en la etapa previa al comienzo de
la reforma real, y mucho menos cuando ésta se puso en
práctica y se comprendió mejor la profundidad de las
diferencias.

-43-
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