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Profesor :
Lic. Nair Zarate Alva
Centro de Reproducción de Documentos de la USMP Material didáctico para uso exclusivo en clase
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PRESENTACIÓN
La comunicación es la principal herramienta que tiene el ser humano, y por lo tanto debe
cultivarla con amplia destreza, para así transmitir con efectividad sus sentimientos,
emociones, pensamientos y sobretodo darse a conocer tal como es.
No es ningún secreto que una de las partes más importantes de nuestra vida son las
relaciones sociales. En cada una de las cosas que hacemos hay un componente de
relaciones con los demás que determina en gran medida (facilitando o entorpeciendo)
nuestra búsqueda de la felicidad.
Es creencia común que las simpatía y el atractivo social de algunas personas es innato. Sin
embargo, está claro que es algo que se adquiere a través de experiencias que los van
modelando hasta hacerlos expertos en estas habilidades.
Raramente en nuestra vidas vamos a poder escapar de los efectos de las relaciones
sociales, ya sea en nuestro lugar de trabajo, de estudios, nuestros ratos de ocio o dentro de
nuestra propia familia. Una interacción placentera en cualquiera de estos ámbito nos hace
sentirnos felices, desarrollando nuestras tareas con mayor eficacia. De hecho, una baja
competencia en las relaciones con los demás puede llevar al fracaso en un trabajo, los
estudios o en la familia.
En este taller buscaremos mejorar nuestra calidad de comunicación para los diferentes
ámbitos de nuestra vida, sobretodo como futuros Psicólogos que vamos a ayudar a los
demás en este arte
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Estableceremos algunos rasgos más relevantes que caracterizan a las habilidades sociales
Estructura de las definiciones.- Algunas de las definiciones ponen de relieve la importancia del
contenido, es decir, aquello que forma parte del comportamiento como es el caso de expresar
opiniones, sentimientos, actitudes, deseos, derechos, elogios, autoafirmación, patrón complejo de
respuestas, etc. Otras definiciones conceden importancia, además a las consecuencias como es
el caso de lograr relaciones efectivas, preservar la propia integridad, ejercer autocontrol, conseguir
algo agradable y evitar lo desagradable, obtener reforzamiento, obtener beneficios, evitación de
problemas, etc. La característica común de las definiciones es la existencia de un contenido
conductual y la obtención de unas consecuencias (reforzamiento social).
Nivel molar vs. Nivel molecular.- Otra de las características que se desprende de estas
definiciones es el carácter molar o molecular de sus elementos. McFall (1982) propone realizar un
doble análisis: En primer lugar debe considerarse el carácter molar que está dirigida a aspectos
globales de la competencia social. Así por ejemplo podemos hablar de habilidades de
comunicación en tanto que enfoque molar; sin embargo, de abordarse un análisis molecular que
implica la comprensión de las conductas concretas o discretas (habillidades sociales) tales como,
por ejemplo: habilidades verbales, no verbales (gestos, postura, etc.) Se puede afirmar, pues, que
un conjunto de habilidades concretas (enfoque molecular) da lugar a una dimensión competencial
en tanto que se formule un juicio evaluativo de la competencia social que posee el individuo
(enfoque molar).
• Conductual: Son aquéllas conductas referidas a acciones concretas tales como hablar,
moverse, hacer... (elementos verbales, paralingüísticos y no verbales)
• Cognitivo: Constituídas por la percepción, autolenguaje, pensamientos, atribución o
interpretación del significado de las distintas situaciones de interacción social
• Fisiológico: Se encuadraría en este sistema los elementos afectivos y emotivos, tales como
las emociones, sentimientos y los consiguientes correlatos psicofisiológicos: ansiedad, ritmo
cardíaco, respuesta psicogalvánica, etc. Derivados de las habilidades sociales puestas de
manifiesto y del nivel de competencia social exhibido. La exhibición de una habilidad social
determinada exige la acertada y adecuada combinación de todos estos componentes. Del
mismo modo, una habilidad social definida en términos molares como, por ejemplo, afrontar
una crítica constructiva incluye elementos más específicos o moleculares de tipo conductual
como: escuchar con atención; de tipo cognitivo: valorar la convivencia de emplear una u otra
técnica de rechazo y de tipo fisiológico (afectivo): mantener el equilibrio emocional controlando
la ansiedad.
El carácter cultural.- Las habilidades sociales son entendidas como sujetas a las normas sociales
y legales que regulan la convivencia humana y supeditadas, así mismo, a las exigencias y criterios
morales propios del contexto sociocultural en el que se ponen de manifiesto. Un claro ejemplo de
ello es el respeto de los derechos humanos. El grupo cultural 0de referencia al cual pertenece o en
el que se desenvuelve el individuo enseña a sus miembros las diferentes formas de
comportamiento en las situaciones sociales (Carrasco, 1990), estos comportamientos son variables
y están determinados por factores situacionales.
a) Las áreas o contextos sociales en los que habitualmente se desenvuelve el sujeto: familiar,
laboral (adultos), escolar (niños), amistades y servicios.
b) Las personas con las que se relaciona el sujeto y sus características influyen en la conducta
social
- sexo: del mismo/del sexo contrario
- edad: mayores/de la misma edad/menores
- grado de conocimiento: muy conocidos/conocidos/desconocidos
- nivel de autoridad: superiores/iguales/subordinados
- número de personas: una/varias/muchas
que pueden encontrarse en todo el rango de edad, desde la niñez a la vejez. En niveles de
funcionamiento muy distintos y en todos los contextos en los que existe actividad humana.
Antecedentes.
El estudio de las habilidades sociales es una de las áreas de investigación más fecundas en la
psicología contemporánea. Para encontrar el origen del estudio sobre el tema hemos de
remontarnos a Salter (1949) en su obra Terapia de Reflejos Condicionados con claras influencias
pavlovianas. Wolpe (1959) empleó por primera vez el término conducta asertiva en su influyente
obra Psicoterapia por Inhibición Recíproca para referirse a la expresión de los sentimientos
distintos a la ansiedad; es decir, la aserción como la conducta antagónica a esta última aunque
parece ser que, que, si bien existe una correlación negativa entre la asertividad y la ansiedad, no
está demostrada, a juicio de Rimm y Masters (1974) que una inhiba a la otra.
Algunos autores propusieron una nueva denominación para esta área. La denominación
competencia social la encontramos inicialmente en Zigler y Phillips (1960, 1961). En sus
investigaciones pusieron de relieve que el nivel inicial de competencia social era un elemento
diferenciador en el tratamiento psiquiátrico de sujetos trastornos psicológicos.
En la década de los sesenta el tema cobró un carácter más cognitivo a través de Festinger (1964)
al afirmar que los cambios de conducta se emplean como procedimientos terapéuticos para
obtener cambios actitudinales y en otras actividades cognitivas.
Posteriormente, Lazarus (1971) propuso la denominación libertad emocional y Liberman et. Al.,
(1975) propusieron la de competencia personal. Sin embargo, se impuso, finalmente la expresión
habilidades sociales, aunque todas las expresiones empleadas tenían como elementos comunes el
que estaban dirigidas a los mismos elementos de tratamiento y a las mismas categorías
conductuales que eran objeto de entrenamiento.
Ya en la década de los años sesenta varios fueron los autores que abordaron el tema desde una
perspectiva eminentemente clínica y terapéutica, tal es el caso de Wolpe, Lazarus, Alberti,
Emmons, Zigler y Phillips. Posteriormente, Alberti (1977), Goldstein, Sprafkin, Gershaw y Klein,
(1989) y Michelson, Sugai, Wood y Kazdin (1987), entre otros, prosiguieron sus investigaciones en
el área con una perspectiva preventiva, dirigida al aprendizaje de las habilidades sociales. Sin
embargo, en estos primeros inicios el ámbito de intervención se centraba en el entrenamiento de
personas adultas del entorno que son significativas para el sujeto, como es el caso de los padres y
los profesores, fundamentalmente (Budd e Itzkowitz, 1990, Joanning, Brock, Avery y Contal, 1980).
Una nueva denominación apareció en escena a partir de los años setenta; fue Goldstein quien
empleó la expresión aprendizaje estructurado. Más recientemente la investigación también ha
estado dirigida al entrenamiento directo del sujeto (Ferrel, Galassi, 1981; Méndez, Maciá y
Olivares, 1991, Vallés, 1994; entre otros) recibiendo denominaciones distintas tales como
habilidades sociales, competencia social, asertividad y entrenamiento asertivo (Caballo, 1983).
En la población infantil, señala Caballo (1993), el estudio de las habilidades sociales se remonta a
los años treinta y cuarenta con los trabajos de Jack (1934); Murphy y Newcomb (1937), Page
(1936) entre otros, aunque estos inicios no han sido reconocidos como antecedentes del
entrenamiento en habilidades sociales, Curran, 1985; Fodor, 1980; entre otros; citados por Caballo.
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Varias son las razones por las que el tema de las habilidades sociales está cobrando una
dimensión extraordinariamente importante en distintos contextos. Las razones las podemos
clasificar en:
Relaciones entre la habilidad social y los trastornos comportamentales.- A las habilidades sociales
se le ha concedido una importancia cada vez mayor debido a las relaciones encontradas entre
éstas y múltiples comportamientos del sujeto y, también, por el auge que han tenido los programas
de entrenamiento en la población adulta y, más recientemente, en la población infantil y juvenil.
Por lo que respecta a las relaciones entre las habilidades sociales y la adaptación social, la
relevancia de aquéllas es notoria debido, entre otras razones, a las sólidas imbricaciones
existentes entre la competencia social que se posee en la infancia con la adaptación social, escolar
y psicológica (Hops y Greenwood, 1988; Ladd y Asher, 1985; entre otros). Una baja aceptación
personal, rechazo o aislamiento social son consecuencias de no disponer de destrezas sociales
adecuadas.
El comportamiento social retraído ha sido objeto de estudio; Kagan y Moos (1962) lo han
relacionado con diversos procesos de carácter desadaptativo personal y escolar repercutiendo
negativamente en la autoestima (Kohn y Rossman, 1972; Lazarus, 1971; Lewinsohn, 1975; Wolpe,
1971). Por el contrario, las habilidades sociales correlacionan positivamente con medidas de
popularidad y rendimiento académico. (Green, Forehand, Beck y Vosk, 1980; Gresman, 1988;
Zigler y Triket, 1978; citados por Fernández Ballesteros, 1994).
En el contexto escolar la importancia de las habilidades sociales viene dada por los
comportamientos contrarios a la propia habilidad de interacción positiva de algunos con los iguales
y con las personas adultas. El comportamiento disruptivo dificulta el aprendizaje (Vallés, 1988), y,
si esta disruptividad alcanza niveles de agresión, constituye un importante foco de estrés para el
profesor y origina consecuencias negativas para los demás compañeros del alumno,
deteriorándose las relaciones interpersonales y el rendimiento escolar.
Los comportamientos problemáticos tales como el bajo rendimiento escolar (Coob, 1972; Khon y
Rosman, 1972; Víctor y Halverson, 1976), la delincuencia juvenil y los de carácter adictivo se han
relacionado negativamente con la competencia social. Asimismo, la popularidad y el buen
rendimiento académico han estado asociados positivamente a la competencia social (Green,
Forehand, Beck y Vosk, 1980; Gresman, 1988; Zingler y Tricket, 1978), así como el desarrollo
cognitivo (Dorman, 1973; Feldhusen, Thurstone y Benning, 1973; entre otros).
El comportamiento agresivo ha sido otra de las alteraciones sobre las que se ha señalado la
conveniencia de su prevención y tratamiento mediante al aprendizaje de las habilidades sociales.
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Muchos sujetos agresivos recurren a las amenazas de violencia y a la violencia física, simplemente
porque presenta deficiencias en sus destrezas verbales (Clemente y Gil, 1985; Rimm y Masters,
1974; citados por Martínez Paredes, 1992).
Las habilidades sociales tienen una clara funcionalidad para el individuo puesto que obtiene
relaciones con los demás de carácter reforzante y, a su vez, impide que los demás bloqueen el
reforzamiento al que uno tiene derecho. Este autor las considera como capacidades funcionales
discretas y el nivel de importancia o grado de funcionalidad para el sujeto depende de la frecuencia
con que esa persona se encuentre en situaciones en las que es necesaria dicha habilidad, así
como de la importancia del objetivo a alcanzar.
infantil deseable. Estas relaciones entre iguales constituyen oportunidades únicas para que se
desarrollen sus habilidades sociales (Díaz-Aguado, 1986).
Mediante la práctica de las destrezas sociales necesarias para la interacción, el individuo adquiere
un mayor conocimiento de sí mismo y de los demás. Por lo que respecta a sí mismo, se forma
paulatinamente el autoconcepto y se mejora la autoestima en la medida en que se produce un
autoconocimiento de cuál es su competencia para interactuar y obtener beneficios psicológicos y, a
su vez, se aprende de los demás mediante imitación, constituyendo los iguales y los adultos
modelos de copia de cómo interactuar eficazmente. Monjas (1993) señala varias funciones que
cumplen las habilidades sociales:
En opinión de Michelson et. al. (1983) el comportamiento interpersonal del niño juega un papel vital
en la adquisición de reforzamientos sociales, culturales y económicos. Los niños que carecen de
los apropiados comportamientos sociales experimentan aislamiento social, rechazo y son menos
felices.
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Autoridad es legítimo poder de influir la conducta individual y la interacción al dar órdenes que son
cumplidas. Es la que crea los espacios necesarios para el desarrollo de quienes están a su cargo.
Sus principales retos son:
Comprenderse a sí mismo
Usar su poder se influencia en forma apropiada
Desarrollar habilidades de un entrenador
Darle poder a los equipos
Impulsar la innovación y la creatividad
La autoridad se fundamenta y se limita mutuamente con la responsabilidad. Sin ellos no hay orden
justo en la interacción humana.
No hay interacción humana sin mando legítimo, es decir sin autoridad. El grado de organización de
la acción de un grupo se mide por el ejercicio efectivo d alguna forma de autoridad o mando sobre
los integrantes del mismo. La antítesis de la autoridad es la desorganización el caos de la
interacción humana. Cuando no existe un comando definidos éste no ejerce autoridad que haga
respetar las decisiones de acuerdo a las reglas y costumbres establecidas, la acción del grupo se
quiebra y dispersa. Sin ejercicio de autoridad, la interacción del grupo pierde unidad de propósito y
se diluye en antagonismos individuales o de grupo. Los miembros de un grupo sin autoridad que
los rija no se sujetan a aceptar órdenes dejando de converger las acciones individuales hacia la
realización de objetivos comunes.
Así mismo, autoridad es en otro sentido, fuerza psicológica basada en el ascendiente que tiene el
jefe, en su capacidad de persuasión y en la aceptación de que es objeto por parte del grupo,
debido fundamentalmente al prestigio, prestancia y confianza que irradia. Debe coincidir en la
persona que ejerce la autoridad la legitimidad de la misma con las capacidades psicológicas que
caracteriza al jefe.
Una relación asertiva con la autoridad comprende un acercamiento mutuo en el que no se den
prejuicios con respecto a la figura de autoridad, es decir, no se puede intentar llegar a quien ejerce
la autoridad, si se está pensando que por el sólo hecho de serlo ya tiene un halo de despotismo.
Para llegar a una conclusión adecuada, es necesario tratar a las personas con una actitud libre de
ideas preconcebidas. Es mejor ver en la autoridad a quien va a ayudarnos a orientar la marcha de
la organización. El trato debe ser directo, respetuoso, sin altanería, ni falsa humildad y por cierto
sin un ánimo en el que subyace el querer sacar algún provecho personal.
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Existen tantos componentes en los contenidos de las habilidades sociales como autores han
desarrollado trabajos sobre el tema. A ello ha contribuido también la dualidad de enfoques o
niveles de análisis: molar y molecular. El enfoque molar de las habilidades sociales considera a
éstas como habilidad general como es el caso de la asertividad (Caballo, 1993) y el enfoque
molecular analiza las destrezas más simples de la habilidad general (en el caso de la asertividad:
expresión de sentimientos, defensa de derechos, etc.). Más analíticamente, el enfoque molecular
analiza las conductas concretas tales como duración de la mirada, la fluidez verbal, el volumen de
la voz, etc. por citar algunos ejemplos. Un análisis molecular tiene la desventaja de no ofrecer un
juicio evaluativo acerca de la adecuación de la habilidad social exhibida. Por el contrario, el
enfoque molar sí informa evaluativamente de la habildad general. Por ejemplo, la habilidad
conversacional de un sujeto puede ser adecuada y como destrezas componentes se incluyen,
entre otras, presentarse, iniciar, mantener y terminar la conversación, mirar a la cara del
interlocutor, emplear un volumen y tono de voz adecuados, hablar de temas de interés común, etc.
Sin embargo, alguna de estas habilidades moleculares puede ser deficitaria o menos hábil que
otros componentes de la habilidad general de conversar. Informar de una habilidad, o de dos, o de
alguna de ellas, no permite evaluar el nivel de competencia de la habilidad general. Sin embargo,
ambos niveles de análisis no son incompatibles sino complementarios.
No obstante, ambos enfoques coexisten en la actualidad en esta área. Trower (1980, 1982)
considera, sin embargo, la necesidad de alejarse de una concepción centrada en las habilidades
discretas, sustituyéndola por otra más centrada en los procesos y que incluya como componentes
la percepción y cognición sociales (citada por Fernández Ballesteros, 1994). El enfoque molecular
está íntimamente ligado al modelo conductual de la habilidad social (Caballo, 1993). Este modelo
considera a la conducta interpersonal constituida por elementos componentes más específicos y
son evaluables topográficamente en función de los parámetros de frecuencia, duración e
intensidad. La dualidad de enfoque afecta a la conceptualización, a la evaluación y a los
contenidos.
Otros autores como Monjas (1993) incluyen los siguientes contenidos en la aplicación de
programas de habilidad social dirigidos a la población infantil:
Existen otros modelos de análisis de los componentes de las habilidades sociales tales como:
1. Habilidades heterosexuales (Curran, 1977; Fischetti, Curran y Wessberg, 1977)
2. Habilidades de conversación (Clarke y Argyle, 1982; Duck, 1990)
3. Habilidades de comunicación (Duck, 1990)
4. Habilidades de solución de problemas (Elías y Clabby, 1992 & otros)
I. COMPONENTES CONDUCTUALES:
a) Componentes no verbales:
- La mirada
- La sonrisa
- Los gestos
- La expresión facial
- La postura corporal
- El contacto físico
- La orientación corporal
- La distancia/proximidad
- La apariencia personal
b) Componentes paralingüísticos:
- La latencia de respuesta
- La voz: volumen, timbre, claridad; tono/inflexión, velocidad, tiempo de respuesta, fluidez,
acento...
c) Componentes verbales:
- El habla: componentes básicos
- Hablar en público
- La conversación: componentes básicos y habilidades:
• Los saludos, presentación y expresión de cortesía y amabilidad
• Iniciar, mantener y terminar la conversación
• Hacer amigos: iniciaciones, juegos, invitación, ayuda, cooperación...
• Aceptar una crítica justa
• Rechazar una crítica injusta
• Pedir y conceder favores
• Solicitar cambios de conducta
• Hacer preguntas
• Escucha activa
• Pedir disculpas
• Defender los propios derechos
• Respetar los derechos de los demás
• Autorrevelaciones
• Tomar decisiones
• Reforzar al interlocutor (hacer cumplidos)
• Aceptar los refuerzos sociales (recibir cumplidos)
• Ponerse en lugar del otro (empatía)
• Proporcionar retroalimentación
• Expresar emociones, opiniones, sentimientos
- Habilidades heterosociales (relaciones con el sexo opuesto)
- Relaciones con adultos
b) Afectivo-emocionales:
- Expresión de emociones
- Control de la ansiedad. Habilidad de relajación
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LA MIRADA,
Esta es una de las habilidades más frecuentemente estudiada, este componente parece ser uno de
los más importantes para determinar la evaluación de competencia social. Según Fast, todas las
interacciones contienen miradas recíprocas. La mirada se define como “Mirar a la otra persona en
o entre los ojos” “implica que se ha hecho contacto ocular con otro” Así se define la mirada
recíproca”, es así que la mirada es tanto un canal como una señal, se utiliza primordialmente para
abrir los canales de la comunicación y además es muy importante a la hora de determinar los
turnos ya sea para manejarlos o controlarlos. La mirada dará inicio generalmente a una interacción,
o quizás regule el proceso en sí, ¿De qué manera?, de la manera en que se perciba que el
receptor esta atento y sigue con la mirada la conversación, ese decir se presupone a partir de este
componente el interés o deseo de seguir relacionándose con esa persona, por tanto este aspecto
conlleva a brindar información sobre actitudes, y estados afectivos, logrando muchas veces que
algunas emociones se intensifiquen, tal es el caso de mirar más intensifica la ira que se posee, y el
mirar menos intensifica todo lo contrario, una emoción de evasión o la vergüenza o como se sabe
las personas enamoradas se miran más que las que no están o se muestra mayor interés a las
personas que nos atraen, lo que se puede decir en otros términos.
El contacto ocular permite la “implicación” en la relación, es decir sentirse con el otro, “como parte
de”. Dentro de este componente encontramos otro que es muy importante también, que esta
referido a la dilatación pupilar, se sabe que la pupila no sólo reacciona antes estímulos de la luz, es
decir a mayor intensidad de luz, se contrae la pupila y viceversa, dentro de una relación inversa;
pero la dilatación pupilar no se produce únicamente por este factor, además posee complejos
patrones que están determinados por estados psicológicos, tenemos que las pupilas se dilatan
sobre manera cuando la persona posee dentro de su campo visual a alguien que le parece
atractivo, además cuando un problema se magnifica, sucede lo mismo, ante la novedad, se dilata y
ante la incertidumbre también, se contrae con la relajación, y por la poca preferencia sexual hacia
alguien; como vemos este elemento nos proporciona indicios para realizar una buena lectura del
ambiente y actuar competentemente, a través de una evaluación correcta de las emociones de los
demás y de sus estados.
La expresión facial agrupa una serie de movimientos del rostro, el rostro es una de las zonas más
expresivas que se posee, es decir es el mapa emocional de las personas, y si consideramos que
lograr el bienestar emocional es saludable para las relaciones interpersonales, entonces el rostro
debe ser uno de los principales aspectos que nos conducirán a lograr ese bienestar a partir del
reconocimiento de los estados emocionales en el otro. Las expresiones faciales juegan varios
papeles en la interacción, entre ellas, entendemos que muestra el estado emocional del que
interactúa con nosotros, aunque trate de ocultarlo; en segundo lugar proporciona una
retroalimentación continua sobre si comprende o esta sorprendido, de acuerdo o desacuerdo, etc.
Respecto con lo que se esta diciendo. Muestra las actitudes hacia los demás y Puede actuar de
Metacomunicación, y cuando hablamos de esto, nos referimos a la capacidad de poder enviar
información sobre el tipo de relación que establecen las personas o cómo se quiere establecer una
relación determinada, modificando o comentando lo que esta diciendo o haciendo al mismo tiempo.
Se han reconocido seis expresiones emocionales que trascienden las culturas, son universales y
que son fácilmente reconocibles, estas son la alegría, la sorpresa, tristeza, miedo, ira,
asco/desprecio, estas emociones se han presentado en todas las culturas, aun en los ciegos
mostrado que no solo obedecen a expresiones aprendidas si no además innatas.
Según Paul Eckman, todos poseemos el aparato perceptivo para descifrar rostros en una
centésima de segundo, lo que ha generado una interrogante en los investigadores ¿Por qué no lo
empleamos?, la respuesta es más interesante aún, aparentemente la razón es que nos enseñaron
sistemáticamente desde la niñez a no prestar atención a los comportamientos faciales, mínimos
por que son demasiado reveladores; el control de la expresión de la cara es enseñado por padres
como por parte de la socialización cultural, buena parte de las personas se les dificulta juzgar
emociones en las expresiones faciales, y se debe a que las personas tienden a ocultar sus estados
emocionales, sobre todo las negativas. La cara se controla más cuidadosamente por lo que hemos
mencionado, pero siempre encontramos indicios de que se manifiestan, por ejemplo gotas de
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sudor en la cien, expansión pupilar, o muchas veces las personas expresan emociones falsas, pero
no saben qué tiempo y con qué intensidad, de esa manera se descubre la artificialidad de esa
emoción.
Alberti y Emmos (1978), señala que las conductas habilidosas requieren de una expresión facial
que este de acuerdo con el mensaje, por ejemplo una expresión de enfado o miedo frente al deseo
de querer establecer un contacto con alguien, es probable que no tenga éxito en sus pretensiones.
Mostremos ahora una lista elaborada por Ekman y Friesen sobre los estilos inapropiados de
expresiones faciales:
Tenemos los Retraídos, cuya expresión facial no varia y que muestra poca o ninguna expresión en
el rostro; los Reveladores, que revela todo lo que esta sintiendo, es decir sus rostros son un “libro
abierto”; los Expresivos Involuntarios, personas que no saben que emociones están mostrando;
Los expresivos en Blanco, que son las personas que están convencidas de que están mostrando
una emoción, cuando de hecho no lo hacen, es decir se aprecia neutralidad; los Expresivos
Sustitutos, gente que piensa que muestra una emoción cuando piensa que esta mostrando otra.
Los expresivos de Afecto congelado, que se expresan emociones, aun cuando no se siente
ninguna. Los expresivos “siempre preparados”, que incluyen a las personas que inicialmente
muestran un tipo de emoción para todos los acontecimientos, esta emoción siempre preparada
sustituye cualquier otra cosa que estuviera sintiendo. Para concluir tenemos los Expresivos
inundados de afecto gente que esta mostrando una o dos emociones de forma clara.
LA SONRISA
Como elementos diferencial en el rostro que influye cualitativamente en las relaciones
interpersonales, es interesante saber que la sonrisa en un inicio no fue la evolución de una
conducta emitida por los primates, pero lo sorprendente es que esta conducta primate que es un
estiramiento de los labios y enseñar los dientes es una respuesta defensa, se presenta ante
situaciones de peligro o sensación de amenaza, de ahí que la sonrisa en el hombre sea una
evolución de esta conducta primate, en todo caso es esta sonrisa una forma de aplacar la
agresividad de otras personas hacia nosotros, es decir como un gesto de pacificación, si es que en
algún momento cometemos alguna falta sonreímos precariamente de tal forma que busquemos
amortiguar las consecuencias negativas que trae consigo.
La sonrisa representa un vínculo entre las personas, el enlace entre ellas, pese a esto muchas
veces la sonrisa ha sido un elemento importante para ocultar algunas otras emociones, y actúa
como contrario a todas las demás emociones, tales como ira, disgusto, temor, etc, se suele usar
para enviar el mensaje contrario de que se esta bien, que se esta contento; otra razón por la que la
sonrisa se emplea para ocultar o engañar, es que ésta se usa como parte de los saludos
convencionales y los intercambios suelen requerirla como una manera de expresar cortesía, pero
podemos reconocer algunos tipos de sonrisas, tal como lo señala Ekman: tenemos en primer lugar
la sonrisa Auténtica, que viene a ser una expresión de todas las experiecias emocionales positivas
con diferencias solo en la intensidad de la mímica y en el tiempo de duración.
Una sonrisa Amortiguadora, que se usa para expresar sentimientos positivos, aunque procura
disimular su verdadera intensidad. La sonrisa triste, que expresa las experiencias emocionales
negativas. La sonrisa conquistadora que como el nombre lo señala se usa en los flirteos, y el modo
es que el individuo muestra una sonrisa auténtica al mirar a la persona que le interesa y de
inmediato aparta la vista, mirando sigilosamente y furtiva y desvía nuevamente la sonrisa. La
sonrisa de Turbación, se baja la vista y se aparta para no encontrarse con la mirada del otro. La
sonrisa Mitigadora, hecha con la finalidad de poder resolver asperezas de un mensaje que resulta
desagradable, forzando al receptor le devuelva una sonrisa a pesar de la molestia. La sonrisa de
acatamiento reconocimiento de que tiene que aceptar un acontecimiento sin protestar. La sonrisa
de Coordinador, que es una sonrisa cortés, de cooperación, que regula el intercambia entre las
personas. La sonrisa interlocutor, sonrisa de cooperación empleada al escuchar al otro y se realiza
con la finalidad de hacer llegar al otro el mensaje de que se ha comprendido con lo que se acaba
de expresar. Para concluir la sonrisa falsa, cuyo fin es convencer a los demás de que se siente una
emoción positiva, cuando en realidad no es así, el tiempo de duración parecerá inapropiada.
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LAS POSTURAS
Se relacionan directamente con los movimiento de otras partes del cuerpo, conocer las posiciones
y los que nos comunica es importante para determinar formas de comportamiento en los demás, es
así que podemos distinguir tres posturas básicas como lo señala Caballo (1999): 1) de pié; 2)
Sentado agachado o arrodillado, 3) Echado. Cada una de ellas puede tener diferentes significados
y sub dividida a la vez según el modo o la forma en la que se realiza, como señala Argyle (citado
por Caballo) ¿Qué decidirá que una persona asuma determinadas posturas en determinadas
situaciones?, y el responde que eso dependerá de las convenciones que se posean sobre el modo
de desempeñarse, además de la actitud que una persona posee frente al otro o los otros. Las
personas suelen imitar las posturas corporales de los demás, aprendiendo de ellas y
mimetizándose con ellas, las posturas similares adoptadas por dos personas en interacción se
llaman “posturas congruentes”, es así que cuando las personas comparte un mismo punto de vista,
comparten también una misma postura, por tanto dentro de una discusión, cuando las personas
van cambiando de postura, estan indicando que se encuentran en desacuerdo con esa idea o
ideas, o también cuando las personas van a cambiar de opinión es posible que cambien su
postura.
Como vemos, las posturas congruentes demuestran acuerdo, de tal forma que podemos concluir
que las posturas incongruentes representan el desacuerdo, o distancias psicológicas entre las
personas, por ejemplo a veces cuando a las personas se les obliga a sentarse demasiado juntas
despliegan una serie de movimientos que indican predisposiciones y sentimientos hacia los demás,
y hacia sí mismo.
Mehrabian (citado por Caballo 1999), realiza una clasificación sobre las posturas señalando las
siguientes categorías: A) Acercamiento, es una postura atenta con una leve inclinación hacia
delante. B) Retirada, una postura negativa, retrocediéndose, echándose para atrás, o volviéndose
a otro lado. C) Expansión, que muestra orgullo, engreída, arrogante, o de desprecio, expansión del
pecho, tronco erecto o ligeramente inclinado hacia atrás, cabeza erecta y hombros elevados. D)
contracción, una postura depresiva, cabizbaja, tronco inclinado hacia delante, cabeza hundida,
hombros que cuelgan y un pecho hundido.
Para Mehrabian, las dos dimensiones más importantes sobre las posturas que señala son el
acercamiento por un lado, que esta referido al grado de inclinación hacia delante, que también
indica contacto físico, proximidad, mirada, orientación directa y apertura de brazos y piernas.
Además una segunda dimensión que es la Relajación, que se caracteriza por posiciones
asimétricas de los brazos, apoyo lateral, relajación de las manos, apoyo hacia atrás, una postura
relajada, indica dominancia, mientras que una tensa, implica sumisión y ansiedad.
Trowerr, Bryant y Argyle (citado por Caballo) mencionan que las posiciones posturales indican o
dan información sobre: Las Actitudes, que son una serie de posiciones de la postura que reducen
la distancia y aumentan la apertura hacia otro, son cálidas amigables, incluyen inclinaciones hacia
delante, brazos y pernas extendidas hacia los demás. También nos muestran los estados
emocionales, expresar agresión, tensión, ansiedad, coqueteo, y demás. Como último punto son
acompañamientos del habla, se emplean para marcar amplias unidades del habla, como en los
cambios de tema, para dar énfasis y para señalar, tomar o ceder la palabra.
LA ORIENTACIÓN
Es otro de los componentes importantes dentro de las habilidades sociales, entendiéndose
orientación como el grado en que un sujeto dirige los hombros y las piernas hacia o lejos de una
persona o personas, generalmente este grado de orientación, esta indicando el estatus que posee
una persona con relación a las demás y/o el agrado que se posee sobre los otros, es decir que
mientras mayor sea el grado de orientación hacia una persona, nos dará muestra de la intimidad o
el apego emocional con esa persona. La orientación natural es de una ligera desviación en 10 o 30
grados, liberándonos de esa manera de la implicancia total con una persona determinada, evitando
así el contacto ocular continuo y frecuente.
LOS GESTOS
Son otro de los componentes no verbales de las habilidades sociales, aprender a expresar
nuestras emociones a través de los movimientos, es así que se define gesto, como cualquier
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movimiento que envía un estímulo visual para llegar a ser un gesto tiene que ser captado
necesariamente por el observador, los gestos generalmente son culturales, es decir la
interpretación dependerá de las convenciones de grupo para interpretarlo, se usa para una serie de
propósitos, por ejemplo para la sincronización y la retroalimentación, son eficaces para ilustrar
objetos o acciones que son difíciles de verbalizar, se presentan 4 posibles funciones que
desempeñan los gestos en las relaciones interpersonales: La de ser ilustradores al habla, es decir
de las ideas y las verbalizaciones; la de ser reemplazantes del habla a través de códigos, tal es el
caso de los sordos mudos; pueden tener una función de ser retroalimentadores sobre las
emociones de los demás y la de Adaptadores que se emplean para satisfacer necesidades
corporales o para controlar y afrontar emociones.
Caballo (1990) nos señala que el control consciente de nuestro cuerpo esta ligado a los lugares
más cercanos al rostro, y es por esa razón que el rostro esta bajo el control constante de nuestra
conciencia, siendo el más fácil para expresar emociones que no corresponden al verdadero estado
emocional, por tanto, sigamos con la lógica, mientras más alejado se encuentre del rostro,
escapará más fácilmente de nuestra red de control deliberado, es decir más fielmente expresarán
las verdaderas emociones y actitudes, por tanto los pies por ejemplo, suministran información de
señales válidas , es como lo llama Caballo “Una escala de credibilidad”. Algunas acciones
realizadas con las piernas pueden indicar connotaciones de tipo sexual, o señales eróticas,
enseñar las piernas, frotar las piernas y acariciar una pierna con la mano o con la otra pierna.
Los movimientos de cabeza, son muy importantes en la cultura, a parte de eso, estudios realizados
en ciegos, indican que algunos movimientos pueden tener un origen genético, por tanto deben de
entenderse y saber interpretar, por ejemplo mover la cabeza de manera vertical de arriba hacia
abajo, es símbolo de aceptación, acuerdo, y caso contrario movimientos horizontales de una lado
hacia el otro significa todo lo contrario, desacuerdo, negación, igualmente expresa dominancia o
autoridad sobre otras personas, la cabeza erguida, levantada se ha observado en personas que
poseen autoridad ante otra, mientras que la cabeza gacha demuestra sumisión observada en los
empleados. Además estos movimientos, permiten controlar la conversación, cediendo turnos,
dando la palabra, etc, y el establecimiento ocular o el rechazo del contacto con alguna persona, al
no dirigir la cabeza hacia esa persona.
Cómo podemos ver, la percepción de este criterio espacial, puede determinar la efectividad del
desempeño social de las personas, considerar los diferentes valores comunicativos, permite lograr
estructurar una actitud y un modo de actuar frente a los demás, por tanto si al acercarnos a otra
persona, nos permite entrar en su espacio personal, su burbuja, es señal de la aceptación y
confianza que nos brinda dicha persona, caso contrario indicará posición defensiva, de alejamiento
o distanciamiento, de tal forma que seria “incompetente socialmente” intentar de buenas y primeras
una invasión de su espacio personal.
Terminando con estos elementos no verbales, concluiremos con otro aspectos que se presenta en
las culturas y que poseen un valor comunicativo, y enriquecen las comunicaciones verbales, dando
pié a una mejor interpretación de la misma.
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La comunicación humana del habla como lo señala Caballo requiere del uso especializado del
canal audiovisual, de tal forma que este canal trasporta mensajes en el área paralinguística o vocal
(“cómo se dice” en oposición a “qué se dice”), se puede conocer o reconocer estados reales de las
intenciones, o estados emocionales de las personas a través de este factor. Algunas señales
vocales tiene la facultad de enviar señales por sí mismas: Llorar, reír, bostezar, suspirar, etc.; otras
vocalizaciones están más relacionadas a las expresiones verbales, tales como el tono, el timbre, la
claridad, la velocidad, el énfasis y la fluidez, las pausas y vacilaciones.
Y no es novedad señalar que estos fenómenos vocales pueden cambiar drásticamente el sentido
de los significados de las palabras y de cómo se recibe el mensaje, entonces una frase dicha en
diferentes tonos por ejemplo expresan dos mensajes diferentes, un “te amo”, puede decirse como
una forma sincera de expresar la emoción, cariño, afecto, o para expresar el sarcasmo de la
indiferencia o la ironía de odio, o indiferencia, es así que el contenido verbal de la frase puede
carecer de interés si es que se acompaña de estos elementos como la voz, los tonos, etc, ya que
eso determinará el valor de significado a dichas frases.
Tomemos tres elementos importantes sobre el sonido, que deben tenerse en cuenta para conocer
su naturaleza, primero entender el sonido como un medio básico de comunicación, es decir
conformar las unidades simples que se expresan a través de la palabra, un segundo punto en que
el sonido expresa aspectos de personalidad, actitudes, emociones y por último saber que el sonido
no sólo le da énfasis a las palabras si no también les da significado. Podemos citar alguno
ejemplos cotidianos, alguien que se encuentra bastante ansioso o tenso en alguna situación
aumentará el ritmo de su verbalización, o tartamudeará, una personalidad extrovertida mostrará un
volumen alto, ritmo acelerado, o presentan variaciones en los tonos, mostrando ser dinámicos etc.
(Caballo: 1999).
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EL HABLA:
posee una variedad de propósitos, como por ejemplo comunicar ideas, describir sentimientos,
razonar o argumentar. Las palabras dependen de las situaciones en que se encuentren las
personas, el papel que esta asumiendo y el logro que pretende esa persona. Las situaciones
varían desde lo informal íntima hasta los formales. El papel que esta referido a su rol, es decir si es
profesor o alumno, padre o hijo, empleado, amigo, etc. De esto dependerá el aporte particular, es
decir cuánto habla y qué frases dirá. El contenido también variará, dependiendo de si son temas
concreto o temas abstractos, o si es íntima o no lo es; se pueden tratar aspectos internos, es decir
circunscrito a lo que piensa y siente o de asuntos externos, propios de los demás o de
componentes físicos ambientales.
Las autoinstrucciones que están orientadas a lograr influir en los demás, se pueden plasmar
como exigencias, ordenes o ligeras sugerencias.
Los comentarios que son sugerencias e información factual que se dan en respuesta a preguntas
o independientes sobre otras expresiones.
La charla informal, una gran cantidad de conducta social esta compuesta de bromas, donde se
intercambian poca información y no se influye sustancialmente en la conducta, buscan mantener,
disfrutar y establecer las relaciones sociales.
Las expresiones ejecutivas, ejemplos de esto son los nombres, emitir juicios, las promesas y
pedir disculpas. Las costumbres sociales tales como los saludos, despedidas, dar las gracias y
otras que involucran los estándares verbales que aislados no poseen significado (Caballo 1999).
La expresión de los estados emocionales o de actitudes, todo esto a través de las palabras,
que es importante, definitivamente se expresan mejor a través de los componentes no verbales,
pero siempre será fructífero en las interacciones verbalizarlas, de tal forma que no quede duda
alguna o mala interpretación de las señales no verbales.
Algunos autores han elaborado toda una estrategia para analizar los componentes verbales y no
verbales en sus elementos más básicos, de tal forma que permita evaluar el impacto que tendrán
dichos componentes en las habilidades sociales.
LAS CONVERSACIONES
Son un importante componente dentro de la interacción social, es una mezcla como lo diría
Vicente caballo de solución de problemas y trasmisión de información, pero a su vez también
soporta las relaciones interpersonales manteniendo el disfrute de las mismas. Este componente
incluye aspectos cognitivos, ya que debe ser capaz de poder procesar los estímulos que provienen
de la estimulación del que habla, no obstante se pueden enseñar técnicas es decir poder
contemplar una serie de puntos guías que faciliten la relación con los demás.
Alberti y Emmos han señalado dos aspectos importantes que deben estar presentes en las
conversaciones, que son la honestidad y la espontaneidad. La conversación es pues de manera
clara uno de los componentes esenciales de las habilidades sociales, formando la estructura de la
interacción, de modo que la conducta no verbal esta organizada alrededor de ella. Este
componente es relevante por ejemplo en los inicios o primeros encuentros, que involucra los
rituales de saludos, presentaciones, intercambios sociales de etiqueta, etc. Y además se apila a
este hecho la investigación de Conger y Farrel (1981) que concluyen que la mirada y la
conversación son puntos importantes para emitir juicios sobre la habilidad social
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Las preguntas sobre hechos, permiten obtener información y permiten introducir nuevos temas a
la comunicación, “¿Qué hiciste en la noche del sábado?”, logra que las personas cuenten cosas
sobre sí mismos, ¿Qué es lo que exactamente sentiste?”.,
La preguntas con final abierto, que son los últimos tipos de preguntas no pueden responderse
con una simple palabra “Si” o “No” y sirve para conseguir que las personas den respuestas más
largas, por consiguiente hablen más, “¿Cuéntame más sobre eso?, ¿”Cómo la pasaste las
vacaciones?”.
Las habilidades del que habla deben estar referidas a la capacidad no solo de preguntar a los
demás sobre hechos, información o estados internos, debe saber también poder expresarlos
fácilmente, es decir se empieza por dar información a las personas sobre nuestras actividades,
hechos y afirmaciones generales, que siguen por verbalizaciones específicas con los detalles de lo
que sucedió, finalmente se incluyen las emociones, actitudes y pensamientos sobre lo que se esta
contando o relatando. La autorrevelación es uno de los aspectos importantes, es decir mostrar el
estado interno, contar cosas sobre nosotros mismos, estudios han demostrado que las personas
que se sienten solitarias, frecuentan amigos al igual que los que no se sienten, la diferencia radica
en la revelación que hacen de ellos ante los demás. Como vemos es importante para la
comunicación mostrar sinceridad y revelación.
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DECÁLOGO DE LA ASERTIVIDAD
Cualquiera que sea su situación en la vida, estos principios lo auxiliaran para ser
asertivo:
1. Manifieste tanto de usted mismo como sea apropiado a las circunstancias y a los
individuos.
3. Examine su conducta y determine las áreas en las que le gustaría llegar a ser más
asertivo. Ponga atención más en lo que usted puede aprender a hacer de manera
diferente, qué en como podría cambiar el mundo.
8. Actúe. Realice. Puede encontrar siempre cincuenta razones para no hacer las
cosas, y así llegar a ser con el tiempo muy hábil para crearse una vida vacía. Si
cambian sus acciones, muy posiblemente cambiarán sus sentimientos.
10. Piense que siempre existe un modo apropiado de expresar sus mensaje,
cualquiera que ellos sean. Ejercítese en ello, y dese tiempo de pensar antes de
hablar.
Atreverse a decir no
Expresar sin agredir
Manifestar las críticas claramente
Expresar la aceptación y el agrado de manera oportuna
Elogiar con espontaneidad y sentimientos positivos
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a. Individuo Asertivo.-
CV: Voz modulada y fluída sin muletillas. Respuestas directas, mensajes de acción en
primera persona uy uso de verbos positivos: “Pienso”, “siento”, “quiero”, “¿qué te parece?”
“hagámoslo”, ¿cómo resolveremos esto?, “no estoy preparado”, etc.
CNV: Gestos distendidos y postura erguida. Contacto ocular directo pero relajado, manos
sueltas y movimientos firmes y seguros, acompañando lo que dice.
b. Individuo Pasivo.-
CV: Bajo volumen de voz y poca fluidez. Vacilaciones y silencios, muletillas frecuentes y
bloqueos de comunicación. Mensajes en condicional y pesimistas: “Quizá”, “supongo”, “no
te molestes en ...”,”bueno”, “ehh... esteee...”, “lo haré después”, “es muy difícil”, “que mala
suerte”, etc.
CNV: Gestos rígidos y postura tensa o hundida, contacto visual huidizo y frecuentemente
bajo. Manos escondidas, entrelazadas o temblorosas. Movimientos torpes, inseguros e
incómodos.
c. Individuo Agresivo.-
CV: Alto volumen de voz y habla rápida a veces atropellada. Respuestas directas sin
respetar turnos y mensajes impositivos e intimidatorios: “¡No sabes cómo hacerlo!”,
“cuidado”, “¿qué se cree?”, “tienes que entender”, “se lo advierto”, etc.
CNV: Gestos violentos y postura tensa o amenazadora. Contacto visual fijo, cara fruncida,
manos y torso hacia adelante, movimientos firmes pero toscos, enfatizando lo que dice, a
veces de manea desordenada.
Según Jakubowski y Lange (1978) existen una serie de derechos que son inherentes a toda
persona. Esta lista de derechos, es adaptado por Caballo (1991), y la presentamos a
continuación
5. Cambiar de opinión.
9. Ser independientes.
14. Tener nuestras propias necesidades y pedir (no exigir9 que los demás respondan a
ellas, así como decidir si nosotros respondemos a los demás.
Esta lista de derechos asertivos se complementa con la lista de Derechos Básicos de la Persona
Tú tienes:
18) El derecho a estar solo aún cuando los demás deseen tu compañía
19) El derecho a ser independientes de la buena voluntad de los demás antes de enfrentarnos con
ellos
Ausencia de criterios externos para validar los procedimientos de evaluación. Los instrumentos de
evaluación debería tener validez social (Michelson et. al., 1987) en el sentido de incorporar su
importancia, efectividad y utilidad funcional de los comportamientos sociales. Esta, a su vez
presenta los problemas de que diversos observadores pueden realizar una evaluación divergente
del comportamiento social mediante la observación conductual, la cual, como instrumento de
evaluación no está exenta de dificultades ya que conseguir un alto porcentaje de acuerdos entre
dos o más observadores y solo es posible bajo condiciones controladas con un gran rigor
metodológico. La validez ecológica no siempre se ha incorporado a la evaluación de las
habilidades sociales, ésta se define como la semejanza existente entre las condiciones de
medición y las condiciones naturales en que tiene lugar el comportamiento.
puesto de relieve por las excelentes revisiones realizadas en nuestro país (Caballo, 1993;
Fernández Ballesteros, 1994 & otros) han arrojado luz sobre la conveniencia de tener en cuenta los
problemas que se han descrito en las líneas anteriores.
El tamaño de la unidad conductual que se ha de evaluar es una cuestión muy importante. Dos son
los enfoques o unidades de medida: el enfoque molar o global y el enfoque molecular o analítico.
En esta línea Fernández Ballesteros (1994) propone la valoración del nivel intermedio mediante el
empleo de escalas tipo Likert de acuerdo con los trabajos desarrollados por Monti et. al. (1984). Un
ejemplo de ello es el propuesto por este último autor que establece estas categorías descriptivas:
Objetivos de la evaluación
La evaluación está orientada para identificar los problemas existentes para, posteriormente,
planificar los programas de entrenamiento y valorar los efectos del aprendizaje obtenido. En la
primera fase se pretenden cubrir los siguientes objetivos:
Deben evaluarse todos los componentes de las habilidades sociales, es decir, los componentes
motores o conductuales, los cognitivos y los fisiológicos si bien, hasta el momento actual ha tenido
una mayor profusión la evaluación de los componentes conductuales.
Por lo que respecta a los componente cognitivos, señalan diversos autores que el organismo
humano responde con mayor presteza a las representaciones cognitivas (de sus experiencias en
su propio ambiente), que al ambiente propiamente dicho o a esas mismas experiencias. Los
componentes a evaluar serían, pues, todos aquellos descritos, sin embargo todos ellos han sido
evaluados de manera distinta de acuerdo con la conceptualización de los diferentes constructos
empleados por diversidad de autores. Así por ejemplo, componentes como el locus de control ha
sido evaluado por Brewin (1989)m, el autoconcepto por Markus y Nurius (1986), la solución de
problemas y relaciones interpersonales por Spivack y Shure (1982) entre otros.
Los componentes afectivos (psicofisiológicos) de las habilidades sociales han sido olvidados con
frecuencia en la evaluación. Caballo (1993) menciona la escasez de estudios que han empleado
variables fisiológicas. Las emociones y los sentimientos han sido evaluados a través de las
manifestaciones fisiológicas como el ritmo cardíaco, la presión sanguínea, el flujo sanguíneo, la
respuesta psicogalvánica (miedo y ansiedad), las respuestas electrodermales, la respiración y a
través de la conducta manifiesta como la tensión/relajación muscular, los temblores y otros
síntomas motores como las estereotipias, tics y trastornos disfémicos (tartamudeo, farfulleo...)
Los objetivos que se pretendan con la evaluación en determinado sujeto o grupo de ellos
determinará qué empleemos, por ejemplo la entrevista, los autoinformes, los registros, el rol
playing, etc. o una combinación de algunos de ellos.
Monjas (1994) señala cuales son los distintos factores condicionantes del uso de uno u otro
procedimiento evaluador:
• Características del sujeto o sujetos: edad, nivel de comprensión oral, habilidad lectora, etc.
El punto de partida del EHS se relaciona directamente con las situaciones problemáticas de cada
sujeto (Izquierdo, 1988) y la identificación de las áreas específicas en las que presenta los
problemas. A continuación deben determinarse las causas de la conducta inadecuada, el por qué
no se comporta de manera socialmente eficaz, bien por la existencia de un déficit, por la presencia
de ansiedad condicionada, por cogniciones desadaptativas, por discriminación errónea y/o por
errores de percepción social. Estas áreas responden a la clasificación realizada por Bellack y
Morrison (1982) de acuerdo con los factores por los que un sujeto actúa de un modo socialmente
inadecuado.
El formato de entrenamiento
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El entrenamiento individual
Enseñar habilidades sociales a un solo sujeto es un formato que se ha empleado con menor
frecuencia que EHS de tipo grupal (Foy, Eisler y Pinkson, 1979; entre otros, cits. Por Caballo,
1993); en el ámbito de la psicología clínica, siendo sus pioneros Salter (1949) y Wolpe (1958).
Se han señalado algunas indicaciones dirigidas al sujeto cuando el entrenamiento vaya a realizarse
de manera individual:
• Informarle sobre los componentes de las habilidades sociales que van a recibir atención
• Emplear un lenguaje adecuado a la edad y al nivel verbal del alumno
• Emplear la técnica de las marionetas en niños muy pequeños (educación infantil)
• Todos los ensayos deben ir seguidos de feed back, elogios e instrucciones, volviéndose a
practicar la situación si es necesario
• Debe centrarse en aquellas situaciones en las que el niño experimente problemas de
interacción con sus compañeros
Esta modalidad presenta ciertas ventajas sobre el formato del entrenamiento grupal, tales como:
a) Posibilidad de adaptar el entrenamiento a las necesidades específicas del sujeto (diseño del
problema a medida)
b) Un mejor seguimiento y evaluación contínua de los logros del sujeto lo cual permite reajustar
mejor los contenidos y las técnicas empleadas en función de las necesidades individuales
c) La utilidad para aquellas personas que experimentan una elevada ansiedad ante las
situaciones interactivas grupales
d) Mayor controlabilidad del contexto
e) Mayores posibilidades de reiteración e intensificación de los ensayos de conducta y demás
técnicas empleadas
f) Incremento de la generalización de las conductas (Vallejo et. al., 1993)
Por el contrario se han señalado desventajas para los entrenamientos individuales tales como:
Resultan notablemente más costosos
El sujeto no se beneficia de las importantes aportaciones que pueden ofrecer los componentes del
grupo
El entrenamiento grupal
En los últimos años se están produciendo más investigacions centradas en el formato grupal en
detrimento del EHS de caso único (Alberti y Emmons, 1970) siendo más usuales y potencialmente
más eficaces (Vallejo et. al., 1993) debido a que presentan mayores ventajas que este último.
Caballo (1993), Liberman y Teigen (1979), Trower et. al. (1978ª), y otros señalan las siguientes:
• La situación social que el propio grupo ofrece permite la participación de sus integrantes
pudiendo asumir diferentes roles y proporcionar una retroalimentación (y tasa de reforzamiento
social) más amplia y completo
• Las nuevas conductas sociales aprendidas pueden probarse dentro de un contexto controlada
• Las interacciones espontáneas ayudan al profesional a redefinir las situaciones sociales que se
emplean como escenario del entrenamiento
• Se puede hacer uso de diferentes modelos con estilos diferentes y ya entrenados (modelado
múltiple) como instructores o supervisores de sujetos nuevos en el grupo (modelado coping), y
no solamente el modelado del monitor o profesional (modelado mastery) que dirige el grupo
• Se fomenta el apoyo social, es decir, la ayuda de unos y otros componentes del grupo cuando
existen intereses comunes para aprender a ser competentes en determinadas habilidades; lo
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cual favorece la modificación de los componentes cognitivos como las expectativas personales
de mejorar la competencia social
• Diversidad de las actividades: distintos ensayos, interlocutores diferentes, interacciones
variadas, discusión acerca del comportamiento social adecuado, etc. Todo ello ofrece
oportunidades de practicar las nuevas destrezas adquiridas
• La propia situación de grupo es una situación natural, y por ello aumentan las posibilidades de
generalización de los logros obtenidos a otras situaciones reales de los diferentes contextos en
los que interaccionan los sujetos
• Mayor racionalización del tiempo y menor coste económico al emplear prácticamente el mismo
tiempo en entrenar a un sujeto o a un grupo de personas
Para que el entrenamiento grupal sea más eficaz debe estructurarse un número idóneo de
componentes cuyo límite vendrá determinado por las posibilidades que tenga el monitor, terapeuta
o profesional de prestar atención individualizada a las necesidades específicas de cada individuo.
El tamaño de los grupos de entrenamiento es variable y el número más indicado es el de 8 a 12
miembros (Alberti Emmons, 1982; entre otros cits. Por Caballo, 1993). Así mismo, el tipo de grupos
en cuanto a los propósitos de entrenamiento se han clasificado de acuerdo a la siguiente
denominación:
• Grupos orientados hacia los ejercicios (de representación de papeles)
• Grupos orientados hacia los temas (estudio y ensayo de un tema determinado dentro de un
programa totalmente estandarizado; Feldhege y Kraythan, 1979)
• Grupos semiestructurados (empleo de técnicas diversificadas acomodadas a cada sujeto;
Liberman et. al., 1975; Lange, 1977)
• Grupos no estructurados (según las necesidades de los miembros)
• Grupos orientados a la interacción (elaboración progresiva de los contenidos de
entrenamientos. “Método interaccional de solución de problemas en grupo”, Grawe, Dziewas y
Wedel, 1980).
La fobia social es una enfermedad específica dentro de los trastornos de ansiedad, según el
DSMIV (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) y se define como temor
acusado y persistente por una o mas situaciones sociales o actuaciones en público en las que el
sujeto se ve expuesto a personas que no pertenecen al ámbito familiar o a la posible evaluaión por
parte de los demás. El individuo teme actuar de un modo (o mostrar síntomas de ansiedad) que
sea humillante o embarazoso.
La fobia social puede limitarse a un solo tipo de situación (como el miedo a hablar en situaciones
informales o formales, comer, beber o escribir delante de otros) o en las formas más severas
puede llegar a ser tan dañino que la persona experimenta síntomas fóbicos en cualquier situación
social. La fobia social puede ser tan limitante –las personas con esta enfermedad usualmente
evitan el formar o mantener relaciones íntimas o dejan pasar oportunidades para progresar en sus
profesiones. Algunos se vuelven ermitaños.
Los síntomas físicos suelen ir acompañados de una intensa ansiedad o fobia social. Las personas
con fobia social experimenta síntomas que incluyen enrojecimiento, sudoración profusa, temblores
y otros síntomas de ansiedad incluídas la dificultad para hablar y náusea u otros malestares
estomacales. Estos síntomas visibles aumentan el miedo a ser desaprobados en situaciones
sociales y los síntomas por sí mismos pueden convertirse en focos adicionales de miedo. El temor
a los síntomas puede crear un círculo vicioso: en la medida en que la persona con fobia social se
preocupa por los síntomas aumentan las posibilidades de experimentarlos.
Hoy se conoce que la fobia social, es un trastorno categóricamente bien delimitado, crónico, que
arruina o disminuye fuertemente la calidad de vida del individuo
Las investigaciones realizadas por el Insituto Nacional De Salud Mental y otras instituciones han
demostrado que existen dos formas de tratamiento para la fobia social. Ciertos medicamentos y
una forma específica de psicoterapia breve denominada terapia cognitivo-comportamental. Los
medicamentos incluyen inhibidores selectivos de los receptores serotoninérgicos, inhibidores de la
monoamino oxidasa y benzodiazepinas de alta potencia. Algunas personas con una forma de fobia
social denominada fobia de desempeño deben ser ayudadas con beta bloqueadores más
frecuentemente utilizados para la presión sanguínea alta.
La terapia cognitivo-conductual es también muy útil. El componente central de este tratamiento es
la exposición terapéutica, que ayuda a los pacientes gradualmente a sentirse más cómodos en
situaciones que les atemorizan. El proceso de exposición considera tres fases o períodos. La
primera es iniciar a la persona en la situación temida. La segunda consiste en incrementar el riesgo
de desaprobación en esa situación de tal manera que las personas pueden desarrollar confianza
en que pueden manejar el rechazo o la crítica. La tercera y última fase consiste en enseñar a las
personas técnicas para enfrentar la desaprobación. En esta fase la persona imagina su peor miedo
y son enfrentados a desarrollar respuestas constructivas a su miedo y percepción de rechazo.
La terapia cognitivo-conductual para la fobia social también incluye entrenamiento para el manejo
de la ansiedad; por ejemplo, enseñar a las personas técnicas como la respiración profunda para
controlar sus niveles de ansiedad. Otro importante aspecto del tratamiento es la denominada
reestructuración cognitiva que consiste en ayudar a los individuos a identificar sus errores
cognitivos y desarrollar expectativas más realistas de lo que constituiría el peligro en situaciones
sociales.
La terapia de ayuda como las terapia grupal, de pareja o familia para educar a los parientes y
amigos del paciente acerca del desorden es también muy útil. En ocasiones, las personas con
fobia social se benefician del entrenamiento en habilidades sociales.
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La cortesía consiste en ser considerado con las características (buenas o malas, positivas o
negativas, oblativas o egoístas) de los demás. Esta consideración incluye una aceptación
incondicional, teniendo en cuenta que no somos jueces de nadie y que todos tenemos limitaciones
y fortalezas. Es pues, entender que el mundo está lleno de personas que no han venido a cubrir
nuestras expectativas así como nosotros tampoco vinimos a cubrir las suyas.
Los halagos parten de esta realidad básica. Si somos capaces de reconocer y distinguir
características intrínsecas en las personas, somos capaces también de advertir sus cualidades y
logros. Esta percepción debe incluir una retroalimentación. Señalarle a otros lo que admiramos en
ellos o lo que nos agrada de su accionar es parte de la convivencia pacífica y humana. No basta
con saberlo, es importante trasmitirlo de modo asertivo.
Igual De importante que es saber defenderse, demandar y reclamar, así también es de vital
importancia el expresar sentimientos. Este tema cuesta a muchas más personas de las que se cree
y aquél que lo haga estará demostrando que posee realmente una sana autoestima. En cualquier
caso se puede comenzar aplicando estos sencillos pasos que a continuación detallaremos. Muchas
veces, el comprobar que estamos comportándonos bien hace que también nos vayamos sintiendo
progresivamente mejor con nosotros mismos.
He aquí algunos pasos que te ayudarán para expresar honestamente tus sentimientos:
a) Acostúmbrate a formar frases que comiencen por “quiero”, “me gusta”, “no
me gusta”, “me siento”. Trata de incluirlas en tu conversación habitual,
hasta que ya no te resulte extraño utilizarlas.
CRÍTICA: opinión negativa o punto de vista respecto a la persona, conducta o actitudes de una
persona
TIPOS DE CRÍTICA
¿Qué hacer cuando alguien nos critica agresivamente? Ya sea justa o injusta la crítica, cuando
menos la situación es intimidante, a no ser que estemos muy seguros de nosotros mismos y
dominemos buenas estrategias de respuesta.
Para aprender este tipo de conductas, es necesario que, previamente, la persona tenga claras una
serie de cosas, y, caso de no tenerlas, debería de instaurarlas por medio de una Reestructuración
Cognitiva:
- También tiene que saber evaluar cuándo una crítica está siendo emitida con mala
voluntad (en cuyo caso tendría que saber defenderse asertivamente) y cuándo se
trata de una “crítica constructiva” (en cuyo caso la reacción iría más encaminada a
evaluar si la otra persona tiene razón y/o cómo responder a ello).
Lo que es muy importante a la hora de responder correctamente a una crítica es el tono en que se
emita la respuesta asertiva, ya que la persona que está criticando no tiene que sentirse agredida.
Si esto ocurre, la conversación germinaría en una discusión o una competencia de agresiones
mutuas, que no llevaría a ninguna parte. El tono de la respuesta a una crítica tiene que ser, pues,
lo más neutro y aséptico posible.
Veamos, concretamente, las estrategias más comunes que existen para responder a las críticas:
a) Si te parece que la crítica es justificada, pero no deseas continuar hablando sobre
el tema (hay “críticos” muy ¡pesados!):
- Reconocer (Tienes razón)
- Repetir(Tendría que haber hecho...)
- Explicar (No lo hice porque...)
No hay que pedir nunca excesivas disculpas. El dar demasiadas explicaciones es signo de
inseguridad. Con una frase explicativa basta.
b) Si quieres convertir al otro en un aliado (no se lo esperará), en vez de un crítico,
pregunta:
- “¿Qué creces que debería de hacer?”
Pide clarificación y no admitas respuestas vagas o negativas.
c) En cualquier caso:
No permitas que el otro generalice su crítica a otras situaciones o a otras facetas de tu
personalidad.
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Esta última forma de actuar no significa que estés cediendo, ya que en todo momento pones el
“quizás”, sino que no quieres seguir discutiendo.
Si la persona sigue insistiendo (suele sentar muy mal este tipo de respuestas), puedes
utilizar el aplazamiento asertivo, es decir, aplazar la discusión para más adelante:
- “¿Te parece que lo hablemos en otro momento?”
Negociación y manipulación
Las habilidades de negociación son patrones de interacción (estilos comunicaciones) que ayudan a
establecer límites y convenir acuerdos para hacer más llevadera una situación que, de no ser
coordinada podría volverse tóxica o conflictiva.
En el proceso de negociación las personas ceden posiciones, a veces considerables, de sus
expectativas o prerrogativas con el objetivo de llegar a un acuerdo. Este acuerdo permitirá el logro
de un objetivo en común para ambas partes. Es claro que el ceder posiciones no es unilateral sino
que en este proceso de acomodo ambos ceden y en igual proporción. No existen, pues, ganadores
o perdedores. Aquí quien gana es la relación. Por ello se suele decir que la negociación requiere
madurez y capacidad de avizorar el futuro inmediato de una relación.
FORMULACIÓN DE PETICIONES
Las peticiones implican los mismos requisitos que la comunicación asertiva de halagos. Quizá aquí
sea importante distinguir entre una petición y una exigencia. En el primer caso solicitamos a
alguien algo que sabemos la persona es capaz de proporcionarnos, si así lo desea. En el caso de
las exigencias demandamos de forma intransigente algo que o bien no pueden darnos o bien no
desean hacerlo. La petición implica una aceptación negativa. La exigencia no contempla esta
posibilidad y pone en riesgo la relación entre las dos personas.
Las peticiones están directamente vinculadas al grado de intimidad en una relación y al respeto y
conocimiento de las diferencias. Las exigencias están más vinculadas a nuestras expectativas
personales en ausencia de conocimiento real de la persona de quien exigimos algo.
En este apartado hablamos de peticiones no improvisadas, es decir, aquellas para las que la
persona puede prepararse previamente un guión o modelo de actuación: por ejemplo, desde pedir
un aumento de sueldo, una revisión de examen o pedir aclarar con una persona algún “asunto
pendiente” (conflictivo), hasta declarar el amor a una persona.
Lo más importante es que, previamente, la persona se “prepare” para la situación, teniendo claro
qué es lo que quiere, cómo lo quiere, etc. y evaluando cuál es el mejor momento para él y para el
otro. A esto se refieren los puntos a) y b) de las estrategias que describimos a continuación. El
punto c) se refiere ya a la actuación en sí, que en consulta se ensayaría por medio de role –
playing, por ejemplo, antes de enfrentarse la persona a la situación en vivo.
Veamos, entonces, las estrategias que más se utilizan para realizar correctamente peticiones:
b) Señala el momento y un lugar para discutir el problema que te concierne. No esperes a que
la situación sea propicia, porque corres peligro de no considerar nunca “adecuada” la
situación. Decide tú cuándo vas a realizar la petición, eligiendo el momento, lugar, hora,
etc. que, según tus conocimientos de la situación, sean más propicios.
Si te parece conveniente, anuncia a la persona en cuestión que quieres hablar con ella y
decide con ella el momento adecuado.
Sobre todo, no culpes o ataques a la persona, ya que así solo obtendrías una respuesta defensiva.
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Enfócalo siempre desde tu punto de vista (me siento..., pienso...), no interpretes acciones o
intenciones de la otra persona:
Erróneo : “Eres un vago. Tú tan tranquilo viendo la tele mientras yo me lío a fregar
como una idiota”.
..Limita mediante una o dos frases claras cuál es tu objetivo. ¡Sé concreto y firme!
..Acentúa la posibilidad de obtener lo que deseas si cuentas con la cooperación de la otra
persona para que se den las circunstancias necesarias para ello. Si es necesario, expresa
las consecuencias negativas que traerá su falta de cooperación.
Esta es la técnica más extendida, y la que aparece en todos los libros que se han escrito al
respecto.
Consiste en repetir el propio punto de vista una y otra vez, con tranquilidad, sin entrar en
discusiones ni provocaciones que pueda hacer la otra persona.
Por ejemplo: - Tú tienes la culpa de que llegáramos tarde, como siempre - (Disco roto:) –
Tenía que terminar un trabajo y no tenía otro momento – Pero es que siempre llegamos tarde a
todas partes y estoy harto – (D.R.:) – Es verdad, pero en este caso, sabes que no podía hacer el
trabajo en otro momento – Pero es que siempre, por una causa u otra, eres tú la que nos hace
llegar tarde – (D.R.:) – Será verdad, pero te repito que esta vez no tuve otro remedio que terminar
el trabajo que tenía pendiente -, etc.
Como se ve, la técnica del disco roto no ataca a la otra persona; es más, hasta le da la razón en
ciertos aspectos, pero insiste en repetir su argumento una y otra vez hasta que la otra persona
queda convencida o, por lo menos, se da cuenta de que no va a lograr nada más con sus ataques.
2.Banco de niebla
Esta es otra de las técnicas que están más extendidas. También se la llama “técnica de la
claudicación simulada”.
Consiste en dar la razón a la persona en lo que se considere puede haber de cierto en sus críticas,
pero negándose, a la vez, a entrar en mayores discusiones. Así, se dará un aparente ceder el
terreno, sin cederlo realmente, ya que, en el fondo, se deja claro que no se va a cambiar de
postura.
Por ejemplo: - Tú tienes la culpa de que llegáramos tarde, como siempre – (Banco de la
niebla:) – Sí, es posible que tengas razón. – Claro, como siempre, tienes otras cosas que hacer
antes de quedar - (B.N.:) – Pues sí, casi siempre tengo otras cosas que hacer antes. – Pues estoy
harto de que por tu culpa siempre lleguemos tarde – (B.N.) – Ya, es verdad, siempre llegamos
tarde-.
La persona está demostrando que cambiará si lo estima conveniente, pero no porque el otro se
empeñe en ello.
Para esta técnica, es muy importante controlar el tono de voz en el que se emite la respuesta, ya
que si se dice de forma dura y tajante o excesivamente despreciativa, puede suscitar agresividad
en el interlocutor. El tono debe de ser tranquilo y hasta ligeramente reflexivo, como meditando las
palabras que nos dice el otro. (De hecho, quizás conviene realmente meditar sobre si la persona
está teniendo razón con su crítica).
3. Aplazamiento asertivo
Consiste en aplazar la repuesta que vayamos a dar a la persona que nos ha criticado, hasta que
nos sintamos más tranquilos y capaces de responder correctamente.
Por ejemplo: - Tú tienes la culpa de que llegáramos tarde, como siempre – (Aplazamiento
asertivo:) – Mira, es un tema muy polémico entre nosotros. Si te parece, lo dejamos ahora, que
tengo trabajo y lo hablamos con calma mañana ¿te parece?
Si la persona insistiera, nosotros debemos insistir por nuestra parte, al estilo del disco roto, en
nuestra postura. Si uno no quiere discutir, no hay discusión posible.
Esta técnica es una de mis favoritas. Considero que es muy útil, ya que no suscita agresividad en
la otra persona ni incita a defenderse a nadie y ayuda tanto a la persona que la emite como a la
que la recibe.
Consiste en desplazar el foco de discusión hacia el análisis de lo que está ocurriendo entre las dos
personas. Es como si nos saliéramos del contenido de lo que estamos hablando y nos viéramos
“desde fuera”.
Por ejemplo: - Tú tienes la culpa de que llegáramos tarde, como siempre – Pues no sé
porqué lo dices. Llegamos tarde porque tú te empeñaste en grabar el partido de fútbol en vídeo- -
¡Pero qué cara tienes! Yo me puse a grabar el partido porque vi que estabas pintándote y no
acababas nunca. Además, tú sabes muy bien quién es el que siempre está esperando en la puerta
y quién es la que, en el último momento, tiene 400 cosas importantes que hacer- (etc.)
(Procesamiento del cambio:) –Mira, nos estamos saliendo de la cuestión. Nos vamos a desviar del
tema y empezaremos a sacar trapos sucios. – o – Estamos los dos muy cansados. Quizás esta
discusión no tiene tanta importancia como le estamos dando ¿no crees?-.
Quizás lo más difícil en una discusión es precisamente lo que propugna esta técnica: ser capaces
de mantenernos fríos y darnos cuenta de lo que está ocurriendo. No meternos “a saco” en
contenidos que no nos llevan a ninguna parte, no dejarnos provocar por incitaciones ante las que
creemos necesario defendernos. Es mucho más efectivo reflejar objetivamente qué es lo que está
ocurriendo y reconocer nuestra parte de culpa (“estamos cansados los dos”), que defender a capa
y espada cualquier pequeño ataque que nos envíen.
5. Técnica de ignorar
Esta técnica es parecida a la anterior, aunque en este caso, la responsabilidad recae en la otra
persona solamente. Es aplicable cuando vemos a nuestro interlocutor sulfurado e iracundo y
tememos que sus críticas terminen en una salva de insultos, sin llegar a tener nosotros la
oportunidad de defendernos.
Por ejemplo: - ¡Tú tienes la culpa de que llegáramos tarde como siempre! – (Ignorar:) – Me
parece que estás muy enfadado, así que creo que es mejor hablar de eso luego -.
Como en la técnica del Banco de Niebla, en ésta también es muy importante controlar el tono de
voz con el que se emite. Un tono despectivo o brusco solo suscitaría mayor agresividad en el otro,
ya de por sí enfadado, porque lo interpretaría como una provocación. Lo mejor es adoptar un tono
especialmente amable y comprensivo, respetuoso con el enfado de la persona.
Esta técnica se parece algo a la del Banco de Niebla, pero va un poco más allá, ya que no se
queda en ceder terreno sin mayores comentarios, sino que deja claro, además, de que una cosa es
el error cometido y otra, el hecho de ser buena o mala persona. Es útil en situaciones en las que
reconocemos que la otra persona tiene razón al estar enojado, pero no admitimos la forma de
decírnoslo.
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Por ejemplo: - Tú tienes la culpa de que llegáramos tarde, como siempre – (Acuerdo
asertivo:) – Tienes razón, llegamos tarde por mi culpa. Pero sabes que, normalmente, no suelo ser
impuntual.-
Esta técnica logra “apaciguar” al interlocutor al admitir el error (si realmente se ha cometido
¿porqué no admitirlo?), pero separa claramente el “hacer” del “ser”. Si aplicamos varias veces esta
respuesta con personas que tienden a generalizar, podremos evitar el ser etiquetados en el futuro.
No hay cosa más difícil que quitar una etiqueta que alguien nos haya puesto. Esta técnica va
encaminada a prevenir que esto ocurra.
Esta técnica es muy antigua; de hecho responde al dicho de “convertir al enemigo en aliado” y es
muy útil por eso.
Consiste en “pensar bien” de la persona que nos critica y dar por hecho que su crítica en
bienintencionada (independientemente de que realmente lo sea). Como de todo se puede
aprender, obligaremos a la persona a que nos dé más información acerca de sus argumentos, para
así tener claro a qué se refiere y en qué quiere que cambiemos. (Luego dependerá de nosotros el
que cambiemos de hecho o no).
Por ejemplo: - Tú tienes la culpa de que llegáramos tarde, como siempre – (Pregunta
asertiva:) - ¿Qué es exactamente lo que te molesta de mi forma de actuar? – o - ¿Cómo sugieres
que cambie para que no se vuelva a repetir?-
En cualquier caso, además de aplicar con soltura las diversas técnicas asertivas para discutir
adecuadamente, se hace necesario acordarnos de la recomendación de R. Lombardi: “Si(...)
sientes la urgencia de criticar a alguien motivado por el odio o el resentimiento, cierra el pico hasta
que tus sentimientos se serenen y te permitan criticar afirmativamente, si todavía lo consideras
oportuno”.
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1. ES MEJOR HACER UNA PETICIÓN QUE UNA DEMANDA. Suena mejor escuchar:
“¿Puedes hacer esto?”, que: “ Haz esto”.
ANEXO 1
3. PRIMERO SERÉ UN ESPEJO.- las palabras de los otros se reflejarán en mí, seré como un
eco, repetiré la idea como señal de que comprendí (“Osea que lo que tú quieres decir es...”)
6. PERSISTIRÉ EN ESCUCHAR.- recordando que no en vano tengo “dos orejas y una sola
lengua”. Me pondré en el lugar del otro, considerando su estado emocional, su punto de vista,
aunque yo no esté de acuerdo
9. AL DAR MI OPINIÓN UTILIZARÉ FRASES DE ENLACE.- emplearé frases como “para mí”
“desde mi punto de vista” “en mi opinión”, etc. a fin de precisar el momento en que me refiero a
mi apreciación personal de la cual me hago responsable
ANEXO 2
TODA COMUNICACIÓN SE MIDE POR SUS RESULTADOS.- Lo que importa son los efectos,
no las buenas intenciones que tengamos
LA ACCIÓN PESA MÁS QUE LAS PALABRAS.- Mejor que decir es hacer. Mejor que
prometer es realizar
SEA CONGRUENTE CON LO QUE DICE, CÓMO LO DICE Y LO QUE HACE.- Evite los
“dobles mensajes”, excepto en los chistes o el flirteo o casos especiales. No sea “sarcástico”