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1ª paso
Contemplar al Señor
2ª paso
Distracciones de la mente
3ª paso
Las profundidades
3ª paso
La oración de simplicidad
4ª paso
Fe y quietud
Periodos de sequía
6ª paso
(Mateo 6:25-34)
(Lucas 12:22-31)
“Mas buscad primeramente el reino de
Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas”
Entrega y sufrimiento
8ª Paso
(Romanos 8:28)
Entrega y revelación
9ª Paso
La oración continua
13ª Paso
Abundancia
14ª Paso
Anteriormente hablamos sobre entrar
en un nivel más profundo de experiencia con
Cristo. La única preparación necesaria era
esperar en silencio ante Dios. Ahora tu
experiencia no es esporádica ni ocasional;
sino que gradualmente se ha convertido en
una experiencia diaria. La presencia de Dios
comienza a derramarse dentro de ti; y llegas
a poseerla casi sin intermisión.
Al comienzo fuiste guiado a su
presencia por oración; pero ahora, según
continúa la oración ésta se convierte en su
presencia. Ya no es la oración la que
continúa; más bien es su presencia la que
continúa en ti. Esta experiencia llega mucho
más allá de la oración. Ahora posees una
bendición espiritual. Comienzas a descubrir
que Dios está más íntimamente presente para
ti que lo que estás tú para ti mismo; y que
viene a ti una gran conciencia del Señor.
La única manera de encontrarle era
volviéndose hacia el interior. Es allí, y sólo
allí, que le puedes encontrar.
Verás que tan pronto como cierres los
ojos, eres envuelto por la oración.
Es en este punto que conviene
presentarte una experiencia más; una
experiencia que se lleva a cabo en lo
profundo de tu ser.
Experimentaras que nace dentro de ti
una conversación interna con Dios.
Lo realmente asombroso es que
ninguna circunstancia externa puede
interrumpirla.
La santidad fluye tan dulcemente y con
tanta facilidad desde el interior del creyente
que ha avanzado hasta este estado, que
pareciera que es su propia naturaleza que se
derrama con tal dulzura y facilidad.
La fuente de agua viva dentro del
espíritu salta profundamente; produciendo
todo tipo de virtud en abundancia.
El pecado aparece tan apartado del
creyente en este momento, que
prácticamente no hay que prestarle atención.
Ten presente que tú único propósito es
ser lleno a rebosar con la presencia de Cristo,
y estar preparado interiormente para recibir
de su mano cualquier cosa que él quiera
darte.
El silencio
15ª Paso
La confesión de pecados
16ª Paso
Descubre toda tu alma ante Dios;
puedes estar seguro que él no fallará en
iluminarte en cuanto a tu pecado. No es tu
diligencia, no es tu auto-examen, es Dios
quien revela el pecado. Si tratas de hacerlo tú
mismo, es muy posible que te engañes. El
amor propio en ti no permitirá ver tu
verdadera condición. (Jer 17:9,10)
Tienes que abandonarte en las manos
de Dios tanto en el auto-examen como en la
confesión de pecados.
Tan pronto como cometas una falta,
eres inmediatamente reprendido por un
sentimiento interno, por un fuego, por una
tierna confusión.
El Señor será el constante examinador
de tu alma. No serás tú mismo examinándote,
no será de vez en cuando, ni será
parcialmente. Será el Señor completamente y
en todo tiempo. Cuando has confesado tus
pecados a tu Señor, has sentido
remordimiento por esos pecados.
Existe una experiencia más elevada de
arrepentimiento y una experiencia más
profunda de la confusión de pecados que el
sentimiento de remordimiento.
Por causa de este nivel de experiencia
cristiana que estas viviendo con tu Señor,
verás como esos sentimientos son
remplazados por un amor y una quietud. Ese
amor y quietud, dulcemente llenan tu alma; y
habiéndola saturado completamente, toman
posesión de ella.
Dios aborrece el pecado, y
experimentar un arrepentimiento que te es
dado totalmente por Dios causará que
aborrezcas el pecado como él lo aborrece.
El amor más puro que puedes conocer
es el amor que viene a ti cuando el Señor está
obrando en tu alma. Tú solamente confía en
él, y permanece quieto en el lugar que él te
asigne. Intentar por tu propio esfuerzo
producir un corazón contrito y humillado
causa que pierdas el genuino
arrepentimiento. Es ese amor dentro de ti que
es la más pura y alta expresión de
arrepentimiento, más alta que cualquier cosa
que puedas producir tú por esfuerzo propio.
Otra cosa que experiemtarás es que te
será difícil recordar tus pecados. Pero, ¿es
esto apropiado? Si, y no debe inquietarte que
sea sí.
Olvidar tus pecados es una prueba de
que has sido limpiado de ellos.
Beneficio del uso de las escrituras
17ª Paso
Las tentaciones
20ª Paso
El sacrificio consumado
21ª Paso
La oración de silencio
21ª paso
El estado de permanencia
25ª Paso
SALMO 134
Canción de
Maalot. ¡Cuán
bueno y agradable
es cuando
también los
hermanos se sientan juntos!
Como el buen aceite que se vierte sobre la
cabeza, que desciende sobre la barba, la barba de
Aharón, bajando hasta el final de sus ropas.
Como el rocío del Jermón que baja por las
montañas de Sión; porque allí ordenó el Eterno su
bendición: La vida para siempre.
ABUNA DI BISHEMAYA
Padre nuestro que estas en el cielo
ITQADDASH SHEMAK
Santificado sea tu nombre
TETE MALKUTAK
Hágase tu voluntad