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Reforma de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE)

Partimos de una Ley de 1985 que recoge una serie de supuestos que hay que
demostrar para que la IVE no tenga consecuencias penales. Dicha Ley ha
estado manteniendo desde su aprobación un estado de incertidumbre e
inseguridad jurídica tanto para las mujeres como para los profesionales
sanitarios. Me refiero a una 'incertidumbre' sobre si la IVE realizada es o no
legal, y a la 'inseguridad jurídica' de poder sufrir penas privativas de libertad, es
decir, cárcel.

Es por este motivo que creemos necesaria la modificación de la situación legal


de la IVE en el Estado español, para lograr un objetivo que no es otro que el de
garantizar el derecho de todas las mujeres a decidir libremente sobre su
sexualidad y sobre su maternidad. Y cuando digo 'todas las mujeres' incluyo
aquí también a las mujeres de 16 y 17 años, aunque abordaremos este aspecto
en nuestra charla más adelante.

En el marco legal vigente, la IVE queda despenalizada (esto es, no se


considera un delito penable) al amparo de la Ley Orgánica 9/1985, que
establece tres posibles supuestos, que son los siguientes:

- peligro para la vida y la salud física y psíquica de la mujer


(excepción sin plazos)

- embarazo como resultado de un delito de violación previamente denunciado


(excepción hasta antes de las 8 semanas)

- graves taras físicas o psíquicas en el feto


(excepción hasta antes de las 22 semanas)

Por otro lado, las prácticas de IVE se autorizaron para la red de sanidad
privada en lugar de garantizar su prestación en la red pública. El 98% de las
IVE se realizan en centros privados, y de ellas, un 59% de las mujeres no
habían acudido previamente a centros de planificación familiar. Un 98% de las
IVE se realiza antes de la semana 21 de gestación.

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Vamos a hablar ahora de la IVE desde el punto de vista del Derecho...

Toda regulación legislativa que se precie tiene como objetivo mediar entre
diversos derechos que entran en conflicto y que no pueden ser resueltos por sí
solos por el mero acuerdo de las partes, sino que se necesita de un código de
leyes que velen por la protección y cumplimiento de esos derechos.

En el caso de la IVE nos encontramos con que ésta es contemplada como legal
sólo en el caso en que se pueda demostrar un conflicto del derecho de la mujer
a la vida intrauterina. Es decir, en el caso de que se pueda demostrar que el
derecho de la mujer a ejercer la maternidad entre en conflicto con otro derecho,
en este caso, el de la vida intrauterina, es decir, el derecho del feto.

Al hablar de 'vida intrauterina' (la que tiene lugar en el interior del útero
materno), debemos hablar, siempre en términos jurídicos, más que de feto, de
'nasciturus'. Éste es un término del latín que se puede traducir como 'el que va
a nacer'. Sin embargo, en una IVE no nos encontramos con un conflicto entre
dos titulares de derechos: la mujer y el nasciturus, pues la única titular de
derechos fundamentales es la mujer, siendo el nasciturus sólo un bien jurídico
protegido. Esto quiere decir que el nasciturus es un bien cuya protección debe
asegurar la Ley pero si y sólo si la mujer ha podido elegir libremente antes
sobre su derecho de seguir adelante o no con la gestación de ese nasciturus.

Todo esto queda recogido en la Sentencia del Tribunal Constitucional 53/85,


que en un Fundamento Jurídico 3º permite una Ley de Plazos con carácter
previo a la viabilidad del feto (es decir, hasta la 22ª semana de gestación, que
es cuando el consenso científico establece que la vida del feto es viable fuera
del útero materno), y que, además, en un Fundamento Jurídico 12ª recomienda
legislar en la línea de los países de nuestro entorno (en la mayoría de los
países europeos las IVE se regulan a través de una Ley de Plazos).

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Con esto creemos haber explicado suficientemente los fundamentos jurídicos
que, tanto desde el principio de igualdad, como desde los derechos
fundamentales, consideran la IVE como un derecho fundamental e inalienable
de las mujeres. A continuación, pasamos a detallar las propuestas sobre la
regulación de la IVE presentadas por Izquierda Unida a través del grupo
parlamentario de ERC-IU-ICV en el Congreso de los Diputados...

Desde IU pedimos la despenalización total de la IVE y que se garantice el


derecho a la salud sexual de las mujeres. La despenalización total conlleva el
reconocimiento de la IVE como parte del derecho a la salud sexual, en contra
de lo que ocurre actualmente, que está tipificado como delito penal salvo en los
supuestos ya mencionados anteriormente, lo que queda reconocido en la Ley
Orgánica 10/1995.

Queremos destacar que, en base a la legislación vigente, las mujeres, en el


Estado español, no tienen plenamente reconocido el derecho a decidir
libremente sobre su sexualidad y, por tanto, sobre su maternidad.

Es por ello que IU exige la elaboración de una Ley propia que reconozca este
derecho fundamental de la mujer. Queremos aclarar que, cuando exigimos la
despenalización total nos estamos refiriendo, por supuesto, sólo a los casos en
los que se respete estrictamente la voluntad de la mujer. Es decir, que la
despenalización no excluiría del código penal a las IVE que se realizaran contra
la voluntad de la mujer.

Consecuentemente con esta despenalización total, los supuestos que


anteriormente había que demostrar necesariamente para la práctica de la IVE
dejarían de ser exigibles y valdría como motivo para la IVE el hecho de que una
mujer, sin tutelas de ningún tipo, tomara y expresara liberemente su decisión.

Esta despenalización total también conllevaría la consideración de la IVE como


una prestación sanitaria normalizada y, por tanto, se debería garantizar su
realización dentro de la red de salud pública.

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Así, en IU defendemos la elaboración de dos textos legislativos diferenciados,
Un primer texto, que recogería exclusivamente la despenalización y que acaba
de ser explicado, y un segundo texto, que se correspondería con lo que se
conoce como 'Ley de Plazos'...

IU propone recoger el derecho de la mujer a decidir, libre de tutelas, sobre su


maternidad. Esto se traduciría en una Ley de Plazos que garantizaría este
derecho de la mujer a decidir sobre tener o no tener hijos, sin exigirle que
demuestre ningún supuesto, hasta las 20-24 semanas de gestación, tal y como
recogen las leyes de plazos más progresistas vigentes en los países de nuestro
entorno.

Para las semanas siguientes se establecería el derecho a la IVE, sin límite de


semanas de gestación, siempre que los informes científicos que correspondan
demuestren alteración fetal grave, inviabilidad fetal, secuelas psíquicas graves,
etc.

Esto en lo que respecta al feto, pero también en lo que se refiere a la salud de


la mujer se establecería un procedimiento de 'consentimiento informado' para
que, en caso de un pronóstico que certifique riesgo para la vida de la mujer,
enfermedad concomitante o generación de secuelas, la mujer tenga reconocido
el derecho a la IVE.

Por último, en esta Ley de Plazos se debería incluir una disposición que
ordenara la modificación de la Ley 41/2002 o Ley de Autonomía del Paciente,
con el fin de suprimir de su articulado la obligatoriedad para las mujeres de 16 y
17 años de contar con el consentimiento de sus progenitores o de su tutor o
tutora legal para poder tener derecho a la IVE. Únicamente se establecería una
cláusula que asegurara que la decisión de estas mujeres ha sido tomada tras
recibir toda la información necesaria y que la decisión ha sido tomada sin
presiones de ningún tipo.

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En este punto, creemos necesario detenernos un momento para explicar mejor
esta Ley de Autonomía del Paciente...

Hay que decir que la legislación que se propone par la IVE afecta a esta
práctica independientemente de la edad u otras circunstancias de las mujeres
que soliciten la misma.

Así pues, este aspecto de las mujeres de 16 y 17 años le corresponde regularlo


a la Ley de Autonomía del Paciente, en la que se establece de forma general
que la mayoría de edad (esto es, la edad a la que se considera que una
persona es capaz de tomar sus propias decisiones en lo que afecta a su salud),
esta mayoría de edad, digo, se establece en los 16 años para todo tipo de
intervenciones y prestaciones. Es decir, para el sistema de salud un paciente
es mayor de edad a los 16 años.

Sin embargo, esta Ley de Autonomía del Paciente establece tres casos, tres
prestaciones o prácticas, en los que la mayoría de edad no se reconoce hasta
los 18 años. En su caso, los menores de 18 años deben contar con el
consentimiento de los progenitores o de su tutor o tutora para tener derecho a
esa prestación. Las tres excepciones que establece son las siguientes:

- la práctica de ensayos clínicos


- la práctica de técnicas de reproducción humana asistida
- la IVE

Si se fijan, de las tres sólo una puede afectar también a los hombres (ensayos
clínicos), siendo las dos últimas prácticas dirigidas exclusivamente para las
mujeres.

En IU pensamos que estas excepciones a la mayoría de edad a los 16 años


para todo tipo de intervención, no se establecieron de forma arbitraria, sino que
con su establecimiento se está considerando a las mujeres de 16 y 17 años
como pacientes menos maduras, menos independientes, en definitiva, menos
autónomas que los hombres para poder tomar sus propias decisiones en
materia de salud sexual y reproductiva.

Es por ello que vemos en estas excepciones un trato discriminatorio hacia las
mujeres y por eso pedimos la modificación de la Ley de Autonomía del
Paciente, para que la mayoría de edad para esta práctica se establezca
también en los 16 años, como ocurre con el resto de prestaciones.

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En resumen...

IU propone una Ley que recoja la despenalización total de la IVE, y una Ley de
Plazos, en el marco de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer.

En definitiva, un marco legislativo que elimine la incertidumbre y la inseguridad


que supone, tanto para la mujer como para los profesionales sanitarios, la
actual Ley vigente, así como que garantice la práctica de la IVE en la red de
salud pública y que, en virtud del principio de igualdad, se elimine todo
elemento discriminatorio hacia las mujeres que soliciten la IVE, como es el
caso anteriormente explicado de las mujeres de 16 y 17 años.

Desde IU creemos que sólo un marco legal con estas características hará
posible la normalización de la IVE. Decimos 'normalización' y no regulación,
legalización, u otros, porque defendemos una Ley que contribuya a considerar
la IVE como una práctica sanitaria normal, similar a todas las demás
prestaciones sanitarias que están reguladas por ley.

Con todo esto, pretendemos lograr el reconocimiento del derecho efectivo a la


salud sexual por ley en el marco de la salud pública, por encima de otras
consideraciones particulares que nunca deben prevalecer sobre el derecho
fundamental de la mujer a su salud.

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