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Una dura realidad

Una dura realidad

Creemos que muchas cosas que pasan a diario como lo es la trata de blancas, la
prostitución obligada, el maltrato físico y demás acciones que afectan la integridad
humana no tienen lugar en nosotros o en nuestro país, es decir que no existen en
nuestro entorno, pensamos que es algo irreal que solo vemos en la televisión y
las noticias pero no esto no es ajeno a nosotros, es una realidad que muchas
veces se tapa a nuestros mismos ojos, y día a día crece sin cesar con un poder
que no lo controla mucha gente si no que tienen unos pocos usándolo para su
beneficio pero sin caer en cuenta que eso conlleva a la degradación de la
sociedad.

Tampoco creemos que en pleno siglo XXI todavía exista la esclavitud, muchos de
nosotros aun pensamos que fue abolida hace muchísimo tiempo pero no, aun hay
esclavitud, sigue siendo vigente, es real. Es una realidad perversa que aun nos
agobia. Es algo tan verdadero que día a día vemos y escuchamos por todos lados
noticias y reportes de estas cosas que parecen no ser posibles, pero no hacemos
nada por evitarlo.

Hoy en día vemos nuevas prácticas de explotación y violencia como la


prostitución, el comercio sexual, el tráfico de personas, la venta de órganos, el
turismo sexual en adultos y niños y la servidumbre.

El tráfico de personas se trata de mujeres niños y hombres que son buscados,


perseguidos, secuestrados o captados por personas siniestras que los trasladan
para burdeles, centros de prostitución, con el fin de hacer dinero y comerciar con
ello fuera de su voluntad. Estas personas que son raptadas normalmente,
desaparecen y nadie los encuentra por que la mayoría de veces son sacados del
país, los aíslan, los torturan y quedan totalmente incomunicados con sus hogares
y familias.

En Colombia esta realidad sigue creciendo, la explotación sexual en nuestro país


cada día se incrementa más y poco a poco sigue aumentando el número de
víctimas que caen en este círculo de degradación. Nuestro país es un país que a
la hora de la verdad es muy barato, es una opción muy económica y factible para
los turistas ya que llegar a Colombia e ingresar a ella no es difícil tanto por la
facilidad de adquirir la visa como en el precio de todo en general. Sin contar las
bellezas, y todas la cultura que se puede observar en nuestras regiones, los
variados paisajes, la gente y demás aspectos que hacen de Colombia un país rico
en Cultura y hermoso en todo aspecto, pero si miramos más a fondo también el
acto sexual con remuneración económica y el turismo sexual es un hecho que se
hace y lo adquiere cualquier persona por muy poco dinero y sin demasiado peligro
de ser demandados o de acatar cualquier ley que defienda la dignidad de una
persona.

El objetivo general del tráfico de personas es la explotación, en la que obviamente


incluimos la explotación sexual, la prostitución, el trabajo no remunerado de
Ángela Álvarez Ovalle (Cód. 2) 1004
Una dura realidad

ninguna clase o muy mal remunerado, la extracción de órganos, el servicio


forzado, y la servidumbre. Encontramos en este gran vinculo el tráfico de personas
en la que incluimos el tráfico de emigrantes El tráfico de personas incluye la trata o
tráfico de inmigrantes, las diferentes formas de explotación de un trabajo pagado
de un modo vil, porque la fuerza de trabajo se paga muy mal, o no se paga, pero
sí se organiza el hacinamiento para alcanzar una producción masiva en
condiciones de exigencia inhumana.

Colombia es parte de un circuito internacional del crimen organizado. Se trata de


un negocio que da ganancias similares al tráfico de drogas y al tráfico ilegal de
armas. Por cada menor explotado sexualmente, se puede obtener 10 u
11millones mensuales o alrededor pero solo imaginen cuanto seria de por año.

Siete mujeres menores de edad o niñas pueden llegar a producir 80.000 millones
por mes.

En Colombia hay una ruta interna en el tráfico de mujeres y niñas destinadas a la


prostitución y a la servidumbre sexual. Salta, Santa Marta, Cartagena, son los
principales proveedores de menores para la prostitución. Son las provincias donde
se captan y reclutan con más facilidad niños y jóvenes, a los que se lleva a
diferentes puntos del país.

Hay muchos niños y niñas sueltas, niños de la calle, muy pobres, necesitados,
fáciles de llevar y hacer desaparecer, o bien se los compra por poco dinero a
padres muy pobres y re cargados de hijos que mantener y se los revende a los
proxenetas de los prostíbulos.

Pero en realidad hoy nos preguntamos ¿Cuáles son las variables que propician
esta realidad?

Puedo dar respuesta a ello con la pobreza, el desamparo, el desarraigo, la


impunidad con que operan estas redes, la ignorancia, la falta de educación, la
violencia familiar, la búsqueda de salida de tanta miseria y hambre, la orfandad, el
vacío legal, las complicidades entretejidas que la convierten en red. El hambre, el
deseo y la ilusión de salirse de ese lugar y cambiar las alternativas de la vida es
muy grande. El hambre no es virtual, es concreto, pero se banaliza su significado.
La falta de educación y prevención es también muy grave, pero se superficialita y
minimiza sus riesgos. También se trivializa el maltrato, la tortura, la servidumbre,
las violaciones repetidas a que son sometidos esos niños y jóvenes.

Vivimos en una cultura de lo superficial que nos infantiliza y nos resta o bloquea la
conciencia crítica y el contacto con la realidad.

Medellín tiene un constante intercambio de niños para turismo sexual, incluso


para países vecinos. Hay un movimiento de más de cuatro mil niños en la red de
turismo sexual infantil.

Ángela Álvarez Ovalle (Cód. 2) 1004


Una dura realidad

En esta red organizada del crimen, hay buscadores y captadores que buscan a
sus víctimas, hacen contacto, tratan de ganar su confianza y la de su familia,
ponen avisos, frecuentan zonas donde hay muchas jovencitas, prometen buenos
trabajos, buenos sueldos, estudios, prometen la salida de la miseria para toda la
familia y en poco tiempo, de ese modo captan a las víctimas a las que prometen
cuidados, amparo, una vida mejor. Esta parte del trabajo lo hacen los captadores y
los reclutadores.

Luego viene el viaje, (que la víctima deberá pagar o en su defecto contraer una
deuda), viaje hacia ese destino ilusorio, entonces aparecen los transportistas.

Después del viaje alguien las recibe y la lleva a algún lugar para vivir. Como la
víctima debe pagar por todo esto: viaje, transporte, hospedaje, comida, están
también los prestamistas que proveen de dinero con altos intereses, y embarcan a
la víctima en una deuda que con el tiempo se hace impagable y en la que las
jóvenes hipotecan su vida.

Las mujeres, las niñas, y los niños también, son llevados a un burdel, donde se las
prepara para el nuevo trabajo, se les enseña y se las entrena, esto quiere decir
que se las somete a violaciones reiteradas. O bien, se los usa para la mendicidad
en la calle. En general, viven en esas casas-burdeles, están aislados de la
población del lugar, salvo a través de su trabajo, no se comunican con sus
familias, reciben muy malos tratos, abusos y tortura de toda índole, golpes,
violaciones, palizas, a muchas jóvenes y niñas, que no se disciplinan, se los
encadenada en alguna cueva y se los deja sin comer, para evitar su huída. Son
duramente castigadas si no obedecen. Los traficantes de personas dominan con el
terror, las familias están amenazadas, si estas mujeres tienen hijos, están
amenazados de secuestro, o bien son secuestrados, sometidos, vigilados...
comienza un camino de difícil retorno.

Estas mujeres y niños son seres altamente vulnerables, su indefensión que ya


venía de antes aumenta, y se les hace cada vez más difícil defenderse. Están
solos, aislados, sin medios para salir y amenazados.

Los explotadores evitan que se establezca cualquier tipo de vínculo afectivo que
las ayude a liberarse, también por eso se las cambia de lugar y se las lleva de un
punto a otro de la república. Están controladas y son pocas las que sobreviven
para contarlo.

En la red de prostitución infantil, hay niñas de primera clase, de segunda y de


tercera, según de donde vengan, su atractivo físico, y las preferencias de los
consumidores que pagan para desovar, descargarse, y las piden cada vez más
jóvenes. Son los usuarios, compran un sexo muy excitante para ellos, sexo rápido
y al paso. Eyaculan y se van, son turistas o son consumidores ocasionales que no
re-aparecen.

Ángela Álvarez Ovalle (Cód. 2) 1004


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Estas mujeres y niños son "mercancía", se venden y se compran, se usan y al


tiempo se descartan, se los hace producir cantidades de dinero del que no
participan.

La expansión de estas redes parece ilimitada por la magnitud de las complicidades


que la alimentan y sostienen. Funcionarios, políticos fuerzas de seguridad,
traficantes de droga... todos participan del negocio, por eso se hace tan difícil de
descubrir y desmantelar.

Estamos hablando de una realidad humana, que quizás existe a la vuelta de


nuestra casa o a pocas cuadras. Hablamos de lo siniestro, lo ominoso (como diría
Freud), en la condición humana. Estamos hablando de promoción de la
prostitución, privación ilegítima de la libertad y reducción a servidumbre. Hablamos
de seres humanos, hombres, mujeres, niños y niñas, sin oportunidades.

Sigamos hablando de este tema..., es necesario darnos cuenta que no es realismo


mágico, no es ficción, es una realidad que merece que la reconozcamos y
levantemos la voz.

Ángela Álvarez Ovalle (Cód. 2) 1004

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