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I. Introducción.

¿Qué es la Literatura?
“Menuda pregunta. La literatura pues son...los libros que se venden en las
librerías. ¿Las recetas de cocina son literatura? Ah pues no. Entonces son los
libros que están en la biblioteca. Pero allí también hay libros de recetas de cocina.
Hombre, si están bien escritos... ¿Bien escritos, a qué te refieres? A que usen un
lenguaje especial, no sé, muy cuidado, no como el que se habla en la calle. ¿No
será eso la literatura? Pues puede ser...pero los escritores escriben como les da la
gana. Vamos que he leído libros que de lenguaje cuidado nada, como tú o como
yo, por ejemplo algunas obras de teatro. Bueno, en los libros se cuenta algo, ¿no?
Algunos no cuentan mucho, creo yo. ¿Las poesías cuentan realmente algo?
Relatar no relatan, no...La verdad no tengo ni idea, ¿no puede ser un poco de
todo? Es una posibilidad...pero luego está eso de la calidad, si la tiene es
literatura y si no, pseudoliteratura... ¿Pseudoliteratura? Eso puede ser demasiado
subjetivo, la cosa cambia según el gusto de la época, y las modas. Uf, yo me rindo,
no sé qué es literatura. Lo que el profesor me diga.”
Esta conversación es totalmente inventada, pero perfectamente posible. Algo así
discuten todas las teorías literarias. Ninguna tiene una respuesta precisa, definida
y unánimemente aceptada a la pregunta “¿qué es la literatura?” Si las diferentes
escuelas literarias hubieran sido alumnos de una escuela y su maestro les hubiera
hecho esta pregunta, la cosa habría ido por este camino.
La cuestión principal es que la respuesta que dan puede ser satisfactoria mientras
dominen el ámbito de estudio intelectual, pero en cuanto son criticadas y
destronadas, es decir, en cuanto pasa el tiempo, deja de serlo. El único que todas
toman como referencia, sea cual sea el momento histórico, es Aristóteles. Eso de
ser el primero en decir algo sobre literatura –aunque para ser realistas, el
concepto de literatura ni siquiera existía en época de Aristóteles – tiene muchas
ventajas. Estos son dos puntos que conviene recordar a la hora de estudiar teoría
de la literatura: aunque el tiempo y el momento histórico lo cambia todo,
Aristóteles se mantiene. No quiero ser muy detallista desde el principio, pero
para aquellos que no estén de acuerdo con que Aristóteles es una referencia
continua, hay que decir que Horacio también partió de Aristóteles, lo que en el
fondo es seguir a Aristóteles mismo.
Primero, aclaremos eso de que el concepto de literatura en época de Aristóteles
ni siquiera existía. La verdad es que el término “literatura” es relativamente
moderno. Antes la Poética y la Retórica se encargaban de estudiar el campo
que hoy adjudicamos a la literatura. Cuando estudiamos una materia de forma
diacrónica (a lo largo de su historia), hay que hacerse a la idea de que el hombre
de antes no pensaba igual que el actual, ni veía el mundo de la misma manera, ni
tenía la misma tradición ni referentes, y que en ese sentido estamos en una
posición privilegiada para observar, desde lo alto del siglo XXI, toda la teoría de
la literatura. Lo más difícil es recordar que los conceptos cambian, de significado
y de significante.
Veamos entonces qué ha sido y qué es la literatura,
El término “literatura” proviene del latín litteratura, que significa ‘instrucción,
saber relacionado con el arte de leer y escribir’, y proviene a su vez de littera, que
es tanto ‘letra’, como ‘cosas escritas, cartas’. Parece ser que es una palabra calcada
del término griego, γραμματική (grammatiké). El término pasó casi sin
modificaciones a las lenguas romances y mantuvo su significado de instrucción
relacionada con las letras hasta el siglo XVIII, incluso en un concepto ampliado
de ‘ciencia en general’, pero más específicamente ‘cultura del hombre de letras’,
es decir, un literato era el que sabía leer. ¿Cómo se llamaba entonces a lo que hoy
llamamos literatura? Básicamente poesía, pero si se quería señalar que era un
texto en prosa, elocuencia. Estas dos palabras también proceden del griego y
dicen mucho sobre la connotación que tenía entonces: poesía viene de poiesis,
que en griego significaba ‘creación’, mientras que elocuencia viene de elocutio,
que es una de las partes de la Retórica, la encargada de elegir las palabras que se
van a utilizar en el discurso, las metáforas y figuras retóricas utilizadas, es decir,
la fase de adorno y cuidado del texto en el proceso de creación.
El siglo XVIII fue un siglo de cambio absoluto en la mentalidad humana. La
mayoría de las transformaciones que dieron lugar a la mentalidad actual
provienen del siglo XVIII: culturales, sociales, filosóficas…Y las palabras también
cambiaron: literatura pasó a significar, por extensión, la producción de la
actividad que realizaba el erudito de las letras. ‘Ya no designa a una cualidad de
un sujeto, sino que se refiere a un objeto o conjunto de objetos que se pueden
estudiar’1. La evolución continúa y el término literatura pasa a designar un
conjunto de obras literarias, hasta que hacia 1775, denota el conjunto de obras
literarias de un país, y empieza a aparecer casi siempre asociado al adjetivo
nacional de turno: literatura inglesa, española, alemana…). A final de siglo XVIII
ya designa al fenómeno literario en general, también como creación estética y una
específica categoría intelectual, ya que el término “ciencia” se especializa en las
ciencias experimentales. En los siglos XIX y XX sigue cambiando, y llega a
significar también ‘el conjunto de obras literarias de una época’, ‘un conjunto de
obras que tienen rasgos en común, como el tema, la intención, etc’, ‘la bibliografía
sobre un tema’, ‘retórica, expresión artificial, es un término peyorativo’,
‘conocimiento organizado del fenómeno literario’, por elipsis y metonimia,
‘historia de la literatura’ y ‘manual de historia de la literatura’, y como bien señala
Miguel Ángel Garrido en su manual titulado Nueva Introducción a la Teoría de
la Literatura, ‘asignatura de los planes de estudio que versa sobre las obras
literarias y el arte de la palabra’, e ‘institución social que comprende una carrera
profesional, una titulación universitaria, una industria establecida y unos
contenidos de estudio’.
Y si los significados de la palabra “literatura” han cambiado mucho y cada vez son
más, lo mismo se puede decir de las respuestas a esa pregunta con la que titulaba
este capítulo: ¿Qué es literatura? ¿Dónde se esconde ese rasgo o conjunto de
rasgos que hacen que llamemos a un texto (o a los nuevos soportes como el
hipertexto o el cd) literario y a otro no, es decir, la esencia de la literatura? Cada
respuesta varía según el enfoque de la escuela que haya respondido, y como dije
al principio de manera un poco burlona, se ha encontrado la literariedad en un
lenguaje especial en contraste al habitual, en el lenguaje cuidado y embellecido
por recursos estilísticos, en que narra algo ficticio en contraste a un hecho
histórico documentado, en la función social que desempeña la literatura, etc etc.
Lo más recomendable sería no contentarse con una sola respuesta, sino tomar
1
Aguiar e Silva 1993, p.12.
todas en consideración, porque todos esos factores participan en el fenómeno
literario y conviene no olvidarlos. Cuanta más ayuda, mejor.
Otra perspectiva para enfocar esta cuestión es pensar que, ya que la concepción
de literatura cambia diacrónicamente, sería la sociedad la que señala lo que es
literatura y lo que no. Es verdad que muchas de las obras que se estudian como
literatura en las instituciones académicas fueron "construidas" para ser leídas
como literatura, pero también es verdad que muchas no fueron "construidas" así.
Un escrito puede comenzar a vivir como historia o filosofía y, posteriormente, ser
clasificado como literatura; o bien puede empezar como literatura y acabar
siendo apreciado por su valor arqueológico. Algunos textos nacen literarios; a
otros se les impone el carácter literario.
Si, por ejemplo, estudio detenidamente el horario-itinerario ferrocarrilero, no
para averiguar qué conexiones puedo hacer, sino para estimularme a hacer
consideraciones de carácter general sobre la velocidad y la complejidad de la vida
moderna, podría decirse que lo estoy leyendo como literatura.
Es decir, la literatura es un consenso social, un acuerdo tácito que se mantiene
por tradición y por las instituciones de enseñanza, que tenemos interiorizada. Así
sabemos, como si fuera intuitivo, qué es literatura y qué no lo es sin saber
definirlo: la sociedad emite señales de lo que considera literatura y lo que no (en
anuncios, premios, librerías, en la escuela,…), y nosotros las recibimos y
absorbemos.

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