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2009
En la Republica Argentina, todos los habitantes tienen derecho a un ambiente sano con el rango de
derecho constitucional. Ello esta consagrado en el art. 41 de la Constitución Nacional, que precepta el
cuidado del ambiente a través de su preservación, el respeto a los recursos naturales y culturales, y la
manda a las autoridades de proteger en pos de una mejor calidad de vida de las personas. En
concordancia con la Carta Magna, la Republica Argentina viene evolucionando y sancionando
numerosa legislación en materia ambiental, donde se destacan las siete leyes de presupuestos mínimos
que establecen los estándares básicos de protección.1
El reconocimiento y respeto del derecho a un Medio Ambiente sano, está determinado en gran medida
por las ideas y políticas ambientales que el Estado lleve adelante, creando un sistema de tres ejes de
acción: las políticas ambientales que se ven plasmadas en la planificación de acciones de gobierno, y la
planificación debe encontrar materialización en la implementación de medidas de protección ambiental.
La AGCBA pone especial atención sobre estos tres ejes para evaluar el éxito de las políticas empleadas
o bien marcar las debilidades encontradas a los efectos de mejorar la administración de ellas.
Esta situación perduró hasta el año 1994, cuando la Ciudad logra su autonomía a partir de la sanción de
la Constitución Nacional reformada, sancionada el 22 de agosto de 1994. En 1996, la Constitución de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires crea como organismo de contralor externo de las actividades de
Gobierno -artículos 135 y 136- a la AGCBA.
1
Leyes Nacionales de Presupuestos Mínimos (25612, 25670, 25675, 25688, 25831, 25916, 26331).
1
XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
La AGCBA se erige entonces como un organismo creado por la Constitución de la Ciudad Autónoma a
los efectos de ejercer el control externo del sector público (centralizado y descentralizado) de la Ciudad
como así también a las empresas, sociedades o entes en los que la Ciudad tenga participación en sus
aspectos económicos, financieros, patrimoniales, de gestión y de legalidad. En el caso de nuestra
legislación local, se adoptó el término Auditoría General, dejando de lado el término Contraloría
General (según esa tradición anglosajona) o Tribunal de Cuentas (acorde con la tradición hispánica).
Las Normas Básicas, que abarcan los aspectos centrales de la organización institucional y
administrativa de la AGCBA, de sus relaciones con los organismos a auditar y con la Legislatura de la
Ciudad, fueron elaboradas por el primer Colegio de Auditores Generales y ratificadas por ley No. 325
de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (LCABA) el 28-12-99.
Plasmado en este conjunto normativo, la AGCBA se dedica a evaluar la gestión de gobierno en sus
aspectos económicos, financieros, patrimoniales, de gestión y de legalidad. Con su accionar impulsa la
mejora de la gestión pública utilizando como herramienta fundamental la medición de los resultados de
gestión de los organismos públicos auditados. El control que ejerce la AGCBA se realiza sobre el “…
Sector Público de la Ciudad de Buenos Aires el cual comprende la Administración Central (Poderes
Legislativo, Ejecutivo y Judicial), las comunas, los organismos descentralizados, entidades autárquicas,
organismos de la seguridad social, las empresas y sociedades del Estado, sociedades anónimas con
participación estatal mayoritaria, sociedades de economía mixta y todas aquellas otras organizaciones
empresariales donde el Estado de la Ciudad tenga participación mayoritaria en el capital o en la
formación de las decisiones societarias y las entidades. Asimismo, son aplicables las normas de esta
Ley, en lo relativo a la rendición de cuentas de las organizaciones públicas o privadas a las que se
hayan acordado subsidios o aportes y a las instituciones o fondos cuya Administración, guarda o
conservación esté a cargo del Estado de la Ciudad de Buenos Aires a través de sus jurisdicciones o
entidades.”
En forma sucinta, podemos sintetizar la evolución de este joven organismo en tres etapas. La primer
etapa –desde la designación de los integrantes del primer Colegio de Auditores hasta la elevación de las
Normas Básicas- se caracterizó por acciones tendientes a dar respuesta a las necesidades inmediatas de
tipo operativo y a conformar el modelo institucional y organizativo más adecuado, que permitiera dar
cumplimiento al mandato constitucional y a lo dispuesto por la Ley 70.
A partir de la sanción de la Ley No. 325 se inició una segunda etapa orientada a la elaboración
programática y a la realización de relevamientos en las principales áreas del GCBA, con el objeto de
obtener información básica sobre su organización y funcionamiento: antecedentes normativos, circuitos
administrativos, recursos humanos, materiales y tecnológicos, estructuras organizacionales,
formulación y ejecución presupuestaria, actividades sustantivas, etc. Esta información permitió sentar
las bases para la formulación del primer Plan Anual en cuyos objetivos se priorizaron la
significatividad económica de las operaciones involucradas y su evidente impacto social y de
distribución territorial que debiera producir su ejecución. En tal sentido, los proyectos de auditoria
plantean objetivos particulares según el ente y/o programa, enfatizando el análisis de aspectos
relacionados con la eficacia y la eficiencia de la gestión de gobierno, la legalidad de las actuaciones y
de la normativa vigente y la veracidad de las registraciones de operaciones financiero-contables.
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La conducción del organismo es ejercida por un cuerpo colegiado, integrado por siete miembros que
son designados por mayoría absoluta de la Legislatura. Cuenta con personería jurídica y legitimación
procesal, tiene autonomía funcional y financiera, por lo que puede establecer su organización y
funcionamiento.
Es un órgano de Control Metropolitano, es decir, un organismo propio de la ciudad capital del país. Al
efecto, sólo cuatro países de América comparten dicha característica en cuanto a control de sus
ciudades capitales: Venezuela, Colombia, Brasil y México.
Podemos decir también que este organismo realiza auditorias de gestión. Este concepto es mas
complejo que las auditorías de cumplimiento legal y financieras; esta última característica resulta
relevante si consideramos la posibilidad de auditar programas y proyectos específicos en las distintas
áreas de la gestión y constituirse de esta manera en importante herramienta para anticipar e
implementar una respuesta oportuna y eficiente desde la gestión pública a diferentes problemáticas con
impacto directo en la ciudadanía. En este contexto, el control externo tiene plena injerencia con el
ejercicio del régimen republicano de gobierno.
Sus dictámenes, informes, resoluciones y memoria anual son públicos y de acceso irrestricto, ello
contribuye a que la Auditoría se erija como generadora de herramientas útiles, que servirán de base
tanto para una mejora en la Administración Publica de la Ciudad de Buenos Aires, como para que la
población en general ejerza su derecho a la información y acceda a la gestión de los organismos
públicos de la ciudad que habitan.
Para ello, la AGCBA se sustenta en un modelo de gestión basado en la obtención de resultados con la
mayor economía de recursos y en el marco de una organización interdisciplinaria capaz de generar
Informes de Auditoria de la calidad acorde a una de las principales metrópolis del planeta.
La resultante, es la creación de cinco Direcciones Generales de Control2 que llevan adelante la misión
principal de la AGCBA establecida por la Ley No. 70. Reciben la asistencia permanente de tres
direcciones3 las que se especializan en el manejo de tecnologías de control, concebidas sobre la base de
principios de especialización tecnológica y economías de escala, articulándose con cada una de las
cinco direcciones mencionadas para apoyar su funcionamiento según los requerimientos de la
planificación operativa.
2
Dirección de Obras y Servicios Públicos, Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, Dirección de Educación y Cultura,
Dirección de Economía, Hacienda y Finanzas, Dirección de Desarrollo Social y Salud, Dirección de Asuntos Legales,
Dirección de Asuntos Institucionales y Partidos Políticos.
3
Dirección de Estructuras Administrativas y Sistemas de Información, Asuntos Legales y Financiero-Contable.
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Por otra parte, se crearon la Dirección de Planificación y la Unidad de Auditoría Interna, por medio de
las cuales el Colegio de Auditores implementa mecanismos de planificación, gestión y control de las
auditorías, generando un adecuado sistema de información para la aprobación de planes, proyectos e
informes que reflejen los resultados de la tarea realizada.
Las Direcciones Generales de Control dan cumplimiento al Plan Anual de Auditoría, el cual contiene el
conjunto de actividades de auditoría y el universo de entidades o áreas a examinar durante el período de
un año calendario4. La misma es coordinada y elaborada por la Dirección de Planificación, conforme
las prioridades informadas por las distintas Direcciones de Control, siendo aprobada por Resolución del
Colegio de Auditores y ratificada por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
Para que ello ocurra, las auditorias externas deben lograr que su producto, los informes de auditoría,
alcancen una calidad y excelencia que aseguren la más alta calidad. Para alcanzar tal objetivo de
excelencia son comunes en los informes los conceptos de eficacia, eficiencia y economía, aplicados a
los procedimientos de evaluación de las auditorias.
De este modo, nace una de las problemáticas más preocupantes en el ámbito de la Ciudad de Buenos
Aires, la problemática ambiental. La Ciudad de Buenos Aires es afectada por diversos problemas
ambientales, muchos de ellos sin soluciones a la vista en el corto plazo ni planes de acción efectivos
para encararlos, se destacan: Los Residuos Urbanos; La Contaminación Acústica; La Contaminación
Atmosférica; La Pérdida del Patrimonio Histórico y Cultural; La Contaminación Visual; La
Contaminación Lumínica; La Insuficiencia en el Desarrollo de Infraestructura y Servicios Básicos; La
Crisis Energética; y La Contaminación Hídrica; con el máximo exponente de degradación ambiental
que es la Cuenca del Río Matanza-Riachuelo. A seguir, una breve exposición de tal problemática para
su mejor entendimiento y así comprender también la enorme tarea y multiplicidad temática que la
AGCBA debe afrontar a diario:
Sólo por mencionar una estimación, si comparamos el año 2005 con el 2006 hubo un incremento del
9.6% en la generación de basura en la Ciudad de Buenos Aires y esta tendencia se mantiene a medida
que nos acercamos a la actualidad.
La basura que genera la ciudad en su totalidad se destina al centro de disposición final del CEAMSE 6,
mas específicamente en uno de sus rellenos sanitarios denominado “Norte III” fuera del ámbito
territorial de la Ciudad.
La capacidad operativa de este relleno sanitario está llegando a su punto cúlmine, quedando pendiente
la adopción de soluciones por parte del Gobierno de la Ciudad en cuanto a la problemática. (Maria C.
Zeballos de Sisto, 2004.) Para abordar el tema, el órgano legislativo de la Ciudad sancionó la Ley 1854
Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos, también llamado coloquialmente "Basura Cero". Esta
ley tiene por objeto establecer el conjunto de pautas, principios, obligaciones y responsabilidades para
la gestión integral de los residuos sólidos urbanos que se generen en el ámbito territorial de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, en forma sanitaria y ambientalmente adecuadas, a fin de proteger el
ambiente, seres vivos y bienes. Para ello establece una política de gestión de residuos progresiva, que
va incorporando medidas de acuerdo a una planificación temporal.
En su art.6 establece las metas para la reducción progresiva de los residuos depositados en rellenos
sanitarios:
30% para 2010
50% para 2012
75% para 2017
2020: se prohíbe la disposición final de materiales tanto reciclables como aprovechables.
Las zonas que más crecieron en cuanto a la contaminación acústica fueron los barrios de Palermo,
Belgrano, Flores y Caballito.
Los puntos más conflictivos en términos de contaminación sonora coinciden con calles de mucho
tránsito. Ejemplos: Av. Santa Fe, Charcas, Marcelo T de Alvear tienen un promedio de 75 dB, pero hay
esquinas que superan los 80 dB. En Acoyte y Rivadavia los resultados ascendieron a 78.2 dB.
La esquina de Gral. Paz y Rivadavia es una de las más ruidosas, midiendo 89.6 dB. La situación se
repite en las otras entradas a la capital: las avenidas San Martín, Constituyentes y Cabildo van al tope
del Ranking.
El tránsito automotor es el responsable del 80% del ruido ambiental en las ciudades: colectivos,
camiones, expansión del delivery (la mayoría de los ciclomotores circula sin silenciador); también
hacen su aporte la multiplicación de protestas callejeras. Con respecto a los colectivos cabe aclarar que
hay 136 las líneas de colectivos que unen Capital con el GBA, lo que genera un importante conflicto de
jurisdicción a la hora de controlar y fijar políticas públicas.
Cabe aclarar que se encuentra vigente en la Ciudad la Ley N° 1540. Esta ley tiene por objeto prevenir,
controlar y regular la contaminación acústica que perjudica la salud de la población y el ambiente,
protegiéndolos de los ruidos y las vibraciones. (Dino Bellorio Clabot, 1999)
Al respecto la Ciudad tiene normativa específica en la Ley No. 1.356. Esta ley tiene por objeto regular
la preservación del recurso natural Aire, previniendo, controlando y mitigando las posibles
contaminaciones atmosféricas, dentro de la jurisdicción de la Ciudad. Por contaminación atmosférica,
entiende, el conjunto de sustancias o energías, que directa o indirectamente, pudiera introducir en la
atmósfera la actividad humana, y que como condición necesaria causen un daño en el ambiente o en la
salud de las personas presentes y futuras.
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En general las evaluaciones de impacto ambiental de obras particulares y públicas –cuando se cumplen-
no incluyen la preservación del patrimonio histórico-cultural.
Debe tenerse en cuenta que la Comisión Nacional de Museos y Monumentos debe autorizar cada obra
relacionada con modificaciones de bienes patrimoniales del Gobierno de la Ciudad.
En la actualidad existe una degradación sistemática y creciente del riquísimo patrimonio cultural e
histórico de la CABA a pesar de contar con la Ley de Patrimonio Histórico No. 2.518.
Los elementos causantes de la “contaminación visual” pueden ser cables, postes, carteles, chimeneas,
antenas, y otros elementos, que no autónomamente no provocan contaminación de por sí; pero
mediante la manipulación indiscriminada por razones de tamaño, de distribución y orden se convierten
en agentes contaminantes.
Lo mismo ocurre con la “contaminación lumínica” donde el sistema de iluminación provoca derroches
energéticos que pudren provenir de la errónea arquitectura de las farolas o bien de una sobrecarga
energética que provoca que la misma descargue mayor iluminación de la necesaria.
Es de especial relevancia la temática de los carteles publicitarios con luces que se encuentran
encendidos las 24 horas del día, interfiriendo en la normal tolerancia de la calidad de vida de los
vecinos y provocando un derroche energético insalvable.
La legislación aplicable a estos puntos es el Plan Urbano Ambiental, que es la Ley No. 71. Donde se
crea el Consejo del Plan Urbano Ambiental contiene, como uno de sus objetivos principales, el deber
de asegurar a todos los habitantes de la ciudad el derecho a circular y habitar en áreas libres de
contaminación visual y sonora.
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Si bien la crisis energética es global, la Ciudad de Buenos Aires sufre alteraciones día a día producto de
la falta de planes a largo plazo para implementar medidas de reducción del consumo, o por lo menos no
incrementar su demanda energética.
Así en materia energética la Ciudad no puede abastecer la demanda de los centros sociales donde
convergen las franjas etarias más débiles, como Hospitales, Geriátricos y Establecimientos Educativos.
La Ley No. 71, el Plan Urbano Ambiental contiene prescripciones al uso racional de la energía.
Por una parte la Ciudad está sufriendo una emergencia habitacional en cuanto a la erradicación de
asentamientos precarios y su reubicación dentro de su distrito.
El rubro “construcciones” sostiene Marcelo Capelluto “El impacto ambiental de las nuevas
construcciones en la Ciudad de Buenos Aires es desastroso; se derrumban casas típicas con jardines
para levantar edificios gigantescos que perjudican a las construcciones bajas existentes, tapando el sol,
invadiendo la privacidad, y desde ya generando problemas en la infraestructura de servicio” (Marcelo
Capelluto y Elsa Margarita Fornasero, 2006).
Las escuelas carecen de las condiciones edilicias para la instalación de obras nuevas. Las empresas
prestatarias de servicios públicos muchas veces tropiezan contra la vetustez de los edificios por falta de
mantenimiento apropiado.
Los ductos de gas, energía, agua potable y cloacas no tienen el mantenimiento adecuado y hay zonas
(ej. la zona sur de la Ciudad) donde no existen estos servicios indispensables para el desarrollo de la
vida humana.
La pavimentación de la Ciudad muestra cierto deterioro difícil de contrarrestar sin un plan efectivo e
inteligente de saneamiento de bacheos.
En este orden de cosas hay varios sistemas normativos que se pueden aplicar a la problemática,
resultando las mas representativas la Ley No. 71 como Plan Urbano Ambiental un instrumento legal
válido, la Ley No. 1.574 del Sistema Informático de Obras de Infraestructura y Arquitectura Urbana, la
Ley No. 123 de Evaluación de Impacto Ambiental y sus modificatorias.
Los arroyos entubados más importantes que surcan a la Ciudad son: Ugarteche, Los Terceros, Vega,
Maldonado y Medrano.
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El Arroyo Ugarteche nace en las calles Juncal y Libertad, se aleja de la costa por Juncal y luego de
curvarse regresa por Ugarteche desembocando en el cruce de las avenidas Costanera y Sarmiento.
La Cuenca del Arroyo Los Terceros puede dividirse en tres secciones: sur, medio y norte. El Tercero
del Sur o Arroyo Granados se originaba detrás de la estación Constitución, y bajaba por la actual calle
Perú, entre la Av. San Juan y Humberto I, continuaba por la calle Bolívar, entre Carlos Calvo y Estados
Unidos. Luego se unía a otro curso de agua (el Goyo Vieira) cruzando la Avenida Independencia y se
unía a otro arroyo (el zanjón de la Convalecencia) al llegar a la calle Defensa; luego hacía un codo por
la cortada de San Lorenzo y bajaba hasta desembocar en el Río de la Plata.
El Tercero del Medio o Zanjón de Matorral, de caudal considerable, se originaba en las cercanías de la
intersección de las actuales Independencia y Entre Ríos, desde allí bajaba en dirección este formando
una pequeña laguna en el Hueco de Isidro Lorea (casi en la intersección de la Av. Rivadavia y la Calle
Paraná actuales), luego por un recorrido sinuoso próximo al de la Calle Talcahuano llegaba a una
laguna llamada de Zamudio en parte de la actual Plaza Lavalle y recorría las calles Viamonte,
Suipacha, Córdoba, Maipú y Paraguay; cruzaba la calle Florida y continuaba por la Calle Tres
Sargentos hasta desembocar en el Río de la Plata. Este arroyo ha inundado varias veces el tercer sótano
del Teatro Colón, inutilizándolo por completo.
El Tercero del Norte o Arroyo Manso nacía de dos lagunas ubicadas en las cercanía de la intersección
de las calles Venezuela y Saavedra, en el Barrio Balvanera. Recorría las calles 24 de Noviembre, Av.
Corrientes, Paso, Pasteur, Av. Córdoba hasta ingresar al Barrio Recoleta por la Calle Sánchez de
Bustamante, descendiendo (en un pequeño delta) por Gallo, Austria y Tagle hasta el Río de la Plata
(una derivación canalizada de este arroyo corre bajo Udaondo). Sus aguas afectan considerablemente
los subsuelos de la Biblioteca Nacional, donde se encuentran los depósitos de libros y sufre la humedad
que éste provoca y nunca pudo ser resuelta.
Afectó también la construcción del Altar a la Patria en la década del setenta, la cual fue suspendida
definitivamente, al encontrarse con su cauce. En la actualidad provoca inundaciones en Libertador y
Austria los días de lluvia. Del Arroyo Manso sale un pequeño curso de agua, conocido como Arroyo
del Pilar en Recoleta, que si bien no se conoce su curso en la actualidad, provoca problemas en las
bóvedas de cementerio de Recoleta y el estacionamiento subterráneo de la Plaza Intendente Alvear. Los
tres Terceros fueron cubiertos de empedrado. Aún quedan zonas de túneles por los cuales discurren las
aguas (escasas si no es durante grandes lluvias) de los Terceros, principalmente el cauce del Granados
en los subsuelos del Barrio de San Telmo.
El Arroyo Vega (que actualmente corre entubado en gran parte bajo la Calle Blanco Encalada),se
originaba en los barrios de La Paternal y Agronomía, atravesaba Colegiales y bajaba por la Calle
Holmberg hasta Juramento, luego recorría Estomba, Mendoza y Superí hasta volver a retomar
Juramento. Atravesaba Freire y Echeverría, recorriendo Zapiola hasta doblar en un codo por Blanco
Encalada, y por Húsares y Monroe desembocaba en el Río, sin antes recibir el aporte de una laguna
ubicada en el actual Estadio Antonio Vespucio Liberti.
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El Arroyo Maldonado nace en el Partido de La Matanza, teniendo sus fuentes principales cercanas a la
estación ferroviaria de Isidro Casanova, aunque recién tomaba un cauce definido en los alrededores de
la estación de San Justo; dentro del Gran Buenos Aires corre entubado principalmente por las calles
José Mármol, Pedro de Arana, Pedro B. Palacios y Maldonado hasta que, al atravesar la Avenida
General Paz ingresa en la Ciudad de Buenos Aires en la cual actualmente corre con algunas
rectificaciones bajo la Avenida J. B. Justo. Este arroyo a poco de ingresar en la Ciudad recibía por la
izquierda un pequeño afluente cuyo curso está bajo el llamado Paseo de Versailles.
El Arroyo Medrano nace en el Partido Tres de Febrero del Gran Buenos Aires, al atravesar la Avenida
General Paz e ingresar en la Ciudad discurre entubado por los barrios de Saavedra y Núñez, más
precisamente cursa por debajo del Parque Sarmiento, la calle Vilela, el Parque Saavedra, las avenidas
García del Río y Comodoro Martín Rivadavia, luego de atravesar la Avenida Lugones corre rectificado
a cielo abierto hasta desembocar en el Río de la Plata. Siguiendo por los de menor importancia, en el
extremo Norte de la Ciudad en el Barrio de Núñez corría el pequeño Arroyo Cobos o White, que
actualmente discurre entubado bajo las calles Campos Salles y Rubén Darío desembocando en el Río
de la Plata inmediatamente al norte del Club Universitario de Buenos Aires (CUBA) y el Campus de la
Ciudad Universitaria de la Universidad de Buenos Aires (UBA).calles Ruiz de los Llanos y Basualdo.
Pero el caso más emblemático de desidia ambiental es el famoso caso de contaminación de la cuenca
del Río Matanza-Riachuelo.
La misma comprende una superficie aproximada de 2.240 Km², correspondiente a la Ciudad de Buenos
Aires, ocho partidos del Gran Buenos Aires -Almirante Brown, Avellaneda, Esteban Echeverría,
Ezeiza, Merlo, La Matanza, Lanas, Lomas de Zamora- y 5 partidos del resto de la provincia -Gral. Las
Heras, Marcos Paz, Presidente Perón, San Vicente, Cañuelas.
El sitema se completa con el Arroyo Cildáñez, afluente directo del Riachuelo. A inicios del siglo XX
en sus orillas fueron alojados muchos de los mataderos que arrojaban los restos de la faena en su cauce,
siendo bautizado por los vecinos como el arroyo de la sangre. Actualmente corre entubado bajo las
calles Justo Antonio Suárez, Coronel Cárdenas, Avenidas Remedios, Juan Bautista Lasalle, Asturias y
luego, también entubado, bajo el Parque Guillermo Brown y el Parque de la Ciudad; al atravesar la
Avenida Coronel Roca ingresa en el Parque Julio A. Roca en donde corre rectificado y parcialmente a
cielo abierto hasta desembocar en el Riachuelo.
En los barrios de Barracas y Nueva Pompeya se encontraban divagantes por los Bañados de Pereyra,
tres arroyuelos emisarios del Riachuelo, conocidos como Perdriel (famoso durante las Invasiones
inglesas), Teuco y Erézcano. A estos se sumaban cañadas poco profundas que sólo llevaban escasos
caudales durante lluvias importantes; los mismos discurrían por las avenidas Del Barco Centenera, El
Cano, Fernández de la Cruz y las calles Anchorena y Río de Janeiro. (Herrero, 2008).
El agua carece de oxígeno y cuenta con alrededor de 14 compuestos contaminantes en los sedimentos
tales como cromo, zinc e hidrocarburos. La principal causa de contaminación y degradación del agua
son los residuos cloacales y los efluentes industriales volcados al curos de agua sin control estatal.
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En agosto del año 2006, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sanciona la ley 2.057,
que declara la emergencia en materia ambiental y sanitaria de la cuenca Matanza-Riachuelo,
autorizando al Poder Ejecutivo a destinar partidas presupuestarias de hasta Trescientos Millones de
Pesos Anuales; en diciembre del mismo año se sanciona la ley 2.217 de adhesión a la Ley Nacional
26.168 (Ley de Autoridad de Cuenca, creadora del ACUMAR7). En este contexto la Ciudad tiene
regulación interna (Ley 2.057 acciones específicas del Gobierno de la Ciudad) y externa (Ley 2.217
acciones en conjunto con la Provincia de Buenos Aires y el Estado Nacional) con referencia a la
cuestión planteada.
En el mes de julio del 2008 la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la causa “Mendoza Beatriz, y
otros c/ Estado Nacional y otros s/ daños y perjuicios (daños derivados de la contaminación ambiental
del Río Matanza-Riachuelo)”dicta un fallo histórico condenando en un pie de igualdad al Estado
Nacional, a la Provincia de Buenos Aires y a la Ciudad de Buenos Aires en cuanto a la responsabilidad
de ejecutar el programa establecido por la Autoridad de Cuenca de la ley 26.168. Por otra parte,
establece que la Auditoria General de la Nación realice el control específico en cuanto a la asignación
de fondos y ejecución presupuestaria relacionado con el Plan Integral de Saneamiento.
Todos estos temas que aquejan a la Ciudad poseen normativa aplicable a cada uno de ellos tanto en el
ámbito nacional como local. Esta problemática de la Ciudad es abordada por su Gobierno con acciones
interjurisdiccionales tanto a nivel Provincial como Nacional, citando como cabal ejemplo de ello el
mencionado caso “Mendoza”, donde la Corte Suprema de la Nación resalta y ordena el accionar
conjunto para lograr una gestión ambiental efectiva teniendo como meta una respuesta integral a la
calidad de vida de la población.
En este orden de ideas, este proyecto innovador para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que es la
Auditoria de la Ciudad, presenta un conjunto de características peculiares: una de ellas, en razón de que
el Organismo oficializa un control externo de las áreas de gobierno, es decir que la transformación
propuesta es exógena. La otra característica se encuentra en la materia misma. Los problemas
ambientales demandan innovadoras y dinámicas soluciones que los Organismos Oficiales no deben
demorarse en implementar.
El producto del trabajo de la AGCBA, traducido en sus Informes, contribuyen en forma contundente en
la Materia Ambiental en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; recordemos que los
mismos se encargan de manifestar las falencias, debilidades y observaciones, como así también las
recomendaciones que surgen como resultado del trabajo de campo realizado en cada organismo,
programa o entidad auditada. Los Informes se realizan de forma independiente, objetiva, imparcial y
constructiva.
Resumen: La AG.C.B.A. señala en este informe del ente encargado de la ejecución de la Política
Ambiental en la C.A.B.A., falencias como la imputación incorrecta de gastos; obras en la reserva
Costanera Sur sin justificación en el aumento de su presupuesto; la construcción de un sistema de
prevención de incendios sin fecha de la firma de la Addenda Primera, donde se acuerda prorrogar
plazos y costo de provisiones y finalmente el abandono de una obra para el avistaje de aves, sin haberse
dado a conocer a los superiores este hecho y perdiéndose prácticamente los materiales destinados a esta
labor. Se impacta aquí directamente sobre una Reserva Natural listada entre los humedales protegidas
por la Convención Internacional Ramsar (1971), marcando errores y falencias que, de corregirse,
contribuirán al enriquecimiento y mejor uso racional de este espacio.
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Por otro lado, los contenidos de los informes de auditoría necesitan una mayor difusión y asimilación
por parte de los actores sociales. La publicidad de los informes tiene por fin dar a cualquier actor social
información sobre el desempeño del ente auditado. La ciudadanía en general, cuenta con una
herramienta que le permite conocer proyectos, evaluar resultados y exigir mejoras.
En este proceso donde se identifican los problemas ambientales y se clasifican sus implicancias
económicas, políticas y sociales, -con especial enfoque en las consecuencias nefastas que puedan
causar a los sectores sociales más expuestos-, los informes ambientales de auditoría versan sobre dos
vértices de suma relevancia:
1) Los indicadores medioambientales capaces de identificar y cuantificar la medición de los estándares
ambientales, resumiendo extensas bases de datos ambientales. Esta herramienta colabora de manera
eficaz y sintética en la conciencia ciudadana, que exige la elaboración de informes públicos donde los
indicadores de gestión jueguen un papel relevante a la hora de suministrar información de los servicios
prestados por las distintas entidades para poder juzgar la gestión llevada a cabo por los representantes
electos. (Yolanda Fernandez Santos, 2004). Los indicadores permiten a los órganos decisores evaluar,
seguir y controlar la accion de gobierno, con una completa base de datos, en ese tenor se expresa
Tejada Ponce : “El desarrollo progresivo de estos indicadores debería permitir a la organización
comprender mejor sus relaciones con el medio ambiente, analizando, de manera mas precisa, las
interacciones que afectan al conjunto de variables medioambientales.” (A. Tejeda Ponce, 1999)
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El orden expositivo de la normativa corresponderá al sistema piramidal, según los siguientes criterios
de categorización: Normas Constitucionales Nacionales, Normas de Presupuestos Mínimos Nacionales,
Normas Constitucionales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Legislación ambiental de la Ciudad
y sus Reglamentaciones, Legislación Administrativa de la Ciudad y sus Reglamentaciones.
Una norma es ambiental cuando ella misma lo establece, o cuando regula rubros jurídicos ambientales
reconocidos (agua, aire, áreas protegidas, bosques, normas agrarias, energía, pesca, recursos naturales,
residuos, urbanismo, etc.).
Luego de identificar la normativa ambiental aplicable a la actividad del ente gubernamental que se está
auditando se procede a evaluar desde el análisis administrativo, técnico y jurídico la aplicabilidad de la
norma y los niveles de encuadre de efectos y materializaciones de la actividad auditada, en las
prescripciones del “deber ser” establecidas en todas y cada una de las regulaciones especificadas en el
listado mencionado, verificándose el cumplimiento o no de tales prescripciones normativas según las
acciones gubernamentales.
De este modo logramos adosarle a los informes de auditoria emanados de la AGCBA además de la
estipulación de los indicadores medioambientales, un análisis pormenorizado de la normativa ambiental
con las acciones o inacciones gubernamentales regladas.
CONCLUSION
La AGCBA es un organismo relativamente nuevo en la esfera de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, que responde a la necesidad de un control externo del conjunto de actores que constituyen el
cuerpo orgánico de la Ciudad. Desde su origen, fue uno de los objetivos mismos del órgano tomar
decisiones consensuadas y democráticas con el fin de no imponer, sino recomendar.
El producto final de su labor, traducido en los Informes de Auditoria, acercan una potente herramienta
que la sociedad en su conjunto no debe soslayar; con sus informes brinda material y datos estadísticos
imprescindibles para quien desee interiorizarse de la eficiencia y eficacia de los órganos de la Ciudad y
de la Auditoria misma. Por otra parte, los órganos de gobierno pueden direccionar las políticas y
controles que considere pertinentes de implementación para maximizar su eficiencia. La AGCBA se
vislumbra como un organismo comprometido desde su función con el medio ambiente y la ciudadanía
toda.
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XIV Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Salvador de Bahia, Brasil, 27 - 30 oct. 2009
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Reseña biográfica
Antecedentes Académicos
1• Abogada –Universidad de Belgrano (Matrícula Colegio Público de Abogados Cap.Fed. Tº 77, Fº
100) – Pcia. De Bs.As.: CASI: XXXIV, Fº 39
• Master en Administración, Derecho y Economía de los Servicios Públicos. EPOCA, Unidad
Académica de Posgrados Internacionales de la Universidad del Salvador (USAL) – Universidad Carlos
III de Madrid. Junio de 2006.
• Master en Especialización en Derecho Ambiental Universidad de Belgrano. Julio 2007. Tesista.
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