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LA HUELLA ECOLÓGICA
ANEXO __________________________________________________________________ 19
La huella ecológica es un indicador ambiental de carácter integrador del impacto que ejerce una cierta
comunidad humana – país, región o ciudad - sobre su entorno, considerando tanto los recursos necesarios como
los residuos generados para el mantenimiento del modelo de producción y consumo de la comunidad.
La huella ecológica se expresa como la superficie necesaria para producir los recursos consumidos por un
ciudadano medio de una determinada comunidad humana, así como la necesaria para absorber los residuos que
genera, independientemente de la localización de éstas áreas.
Este indicador es definido según sus propios autores (William Rees y Mathis Wackernagel) como:
“El área de territorio ecológicamente productivo (cultivos, pastos, bosques o ecosistema acuático)
necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una
población definida con un nivel de vida específico indefinidamente, donde sea que se encuentre esta
área”
La filosofía del cálculo de la huella ecológica tiene en cuenta los siguientes aspectos:
• Para producir cualquier producto, independientemente del tipo de tecnología utilizada, necesitamos un flujo
de materiales y energía, producidos en última instancia por sistemas ecológicos.
• Necesitamos sistemas ecológicos para reabsorber los residuos generados durante el proceso de producción y
el uso de los productos finales.
• Ocupamos espacio con infraestructuras, viviendas equipamientos, etc. reduciendo, así las superficie de
ecosistemas productivos.
Aunque este indicador integra múltiples impactos, hay que tener en cuenta entre otros, los siguientes aspectos
que subestiman el impacto ambiental real:
• No quedan contabilizados algunos impactos como la contaminación del suelo, la contaminación del agua, la
erosión, la contaminación atmosférica ( a excepción del CO2), etc.
• Se asume que las prácticas en los sectores agrícola, ganadero y forestal es sostenible, esto es, que la
productividad del suelo no disminuye con el tiempo. Obviamente, con el tiempo, la productividad
disminuye, a causa, entre otras, de la erosión, contaminación, etc.
Así, los terrenos productivos que se consideran para el cálculo son las que aparecen en la Tabla 1.
Debido a la inexistencia, en general, de datos directos de consumo, se estiman los consumos para cada producto
con la siguiente expresión:
En el caso de la matriz del área de absorción de CO2 se opera con consumos directamente ya que se dispone de la
información.
Una vez calculados los consumos medios por habitante de cada producto, se transforman a área apropiada o
huella ecológica para cada producto. Ello equivale a calcular la superficie necesaria para satisfacer el consumo
medio por habitante de un determinado producto. Para ello se utilizan valores de productividad:
Los valores de productividad pueden estar referidos a escala global, o bien, se pueden calcular específicamente
para un determinado territorio teniendo en cuenta, así, la tecnología usada y el rendimiento de la tierra.
Un elemento complementario es el análisis del conjunto de actividades humanas y las demandas de superficie
(huellas ecológicas) asociadas a cada una de ellas. Para ello se pueden establecer las categorías generales de la
Tabla 2.
La consideración de estas categorías de actividades nos permite analizar la huella ecológica a partir de los
sectores demandantes de superficies, pudiendo evaluar así en que ámbitos puede ser más prioritario incidir.
Una vez estimado el valor de la huella ecológica, los autores de la metodología calculan las superficies reales de
cada tipología de terreno productivo (cultivos, pastos, bosques, mar y terreno urbanizado) disponibles en el
ámbito de estudio. La suma de todos ellos es la Capacidad de Carga Local y está expresada en hectáreas por
habitante.
La comparación entre los valores de la huella ecológica y la capacidad de carga local permite conocer el nivel de
autosuficiencia del ámbito de estudio. Tal y como se indica en la Tabla 3, si el valor de la huella ecológica está
por encima de la capacidad de carga local, la región presenta un déficit ecológico. Si, por el contrario, la
capacidad de carga es igual o mayor a la huella ecológica, la región es autosuficiente, siempre teniendo en
consideración las limitaciones del indicador.
HUELLA CAPACIDAD
ECOLÓGICA ≤ DE CARGA La región es autosuficiente.
Por tanto, el déficit ecológico nos indica que una región no es autosuficiente, ya que consume más recursos de
los que dispone. Este hecho nos indica que la comunidad se está apropiando de superficies fuera de su territorio,
o bien, que está hipotecando y haciendo uso de superficies de las futuras generaciones.
En el marco de la sostenibilidad, el objetivo final de una sociedad tendría que ser el de disponer de una huella
ecológica que no sobrepasara su capacidad de carga, y por tanto, que el déficit ecológico fuera cero.
A pesar de que la huella ecológica es un indicador que pueda subestima el impacto real de la actividad humana
sobre el entorno, y que existe aún importantes limitaciones en relación a su aplicación metodológica y
información disponible, hay que destacar las oportunidades que plantea en relación a la estrategia de la
sostenibilidad. Hay que destacar entre sus principales potencialidades:
• Agregación y simplificación.
Agrupa en un solo número la intensidad del impacto que una determinada comunidad humana ejerce sobre los
ecosistemas, tanto por el consumo de recursos como por la generación de residuos.
Teniendo en consideración los puntos anteriores, el cálculo de la huella ecológica de Navarra y la estimación en
el municipio de Tudela, pretende facilitar a la Comunidad de Navarra y sus municipios tanto de un instrumento
de sensibilización ambiental, como de un indicador de las políticas hacia la sostenibilidad que se puedan
desarrollar en ámbitos como el energético, el forestal o el de la conservación de la biodiversidad.
La elaboración del cálculo de la huella ecológica en Navarra ha considerado como elementos de referencia
básicos los trabajos realizados por los creadores del indicador de la huella ecológica, William Rees y Mathis
Wackernagel, tanto en su definición teórica inicial expuesta en Our ecological Footprint (1996), como en las
aplicaciones desarrolladas posteriormente a escala estatal en Ecological Footprints of Nations (1997), municipal
en The Ecological Footprint of Santiago de Chile (1998), y regional en Evaluating the use of natural capital
with the Ecological footprint. Applications in Sweden and subregions (1999).
Se ha tenido en cuenta así mismo como referente el cálculo de huellas ecológicas realizadas en el estado español,
entre las que destacan especialmente La Petjada ecològica de Barcelona. Una aproximació. (Prat, A., 1998), y
cuyas aportaciones metodológicas complementan a los creadores del indicador para su aplicación en contexto
regional y municipal en España.
La metodología utilizada en Navarra, por tanto, complementa a la metodología tradicional de los autores ya que
utiliza productividades locales calculadas específicamente para la Comunidad de Navarra. Este hecho implica
que la expresión general de cálculo de la huella ecológica para cada uno de los productos consumidos se
encuentre parcialmente modificada del siguiente modo:
La metodología de cálculo de la huella aplicada a nivel regional presenta ciertas dificultades, básicamente, en
cuanto a la inexistencia de datos necesarios. Muchas de estas dificultades son comunes a otras aplicaciones de
huellas ecológicas, y entre las cuales habría que destacar:
• El principal limitante en términos de disponibilidad de información para el cálculo de la huella ecológica de
Navarra es la inexistencia de datos de comercio interior de la Comunidad con el resto del estado español. Al
igual que en otros cálculo regionales, solo se ha considerado el comercio de Navarra con el exterior a partir de
los datos de importación y exportación facilitados por el Instituto de Estadística de Navarra, que constituye la
fuente específica.
• Inexistencia de información del consumo medio de pescado por lo que se trabaja con datos de consumos medios
españoles directamente, ya que es la mejor fuente fiable disponible.
La Tabla 4 indica el valor de la huella ecológica correspondiente a cada uno de los ecosistemas productivos, así
como el área real disponible que presentan éstos (Capacidad de Carga). La suma de las huellas de cada
ecosistema productivo supone un resultado final de la huella ecológica para la Comunidad de Navarra de 3,47
ha/cap/año. Se puede observar que la huella ecológica debida a los consumos energéticos (1,23 ha/cap./año) es
la que presenta un valor más elevado, seguido de la asociada al consumo de productos pesqueros (0.99
ha/cap./año).
Para el cálculo de la capacidad de carga del territorio de Navarra, se han calculado los valores de cada tipo de
superficies existente en Navarra per cápita. Posteriormente, a la suma de estos valores, se ha restado la reserva de
territorio, estimada en un 12% destinada a la preservación de la biodiversidad. Este porcentaje es un valor
estándar en la metodología de los autores. Así, se obtiene un resultado de 2,15 ha/cap/año.
Cultivos 0,78
0,56
0,09
Pastos 0,24
1,02
Bosques 0,39
Existente
Total 2,44
TOTAL SUPERFICIES 3,47
Disponible
(-12 %) Biodiv) 2,15
La Tabla 5 muestra el cálculo de huella ecológica separado por actividades. Así, las actividades con un valor de
huella ecológica más elevado son la alimentación (1,7738 ha/cap/año) y los bienes de consumo (0,9901
ha/cap./año), y con valores bastante inferiores la movilidad y transportes (0,3878 ha/cap/año) y la vivienda y
servicios (0,3162 ha/cap/año). El alto valor de la alimentación está fuertemente asociado a la baja productividad
de los ecosistemas marinos y como consecuencia el elevado valor de la superficie de mar productivo demandada.
0,3933 0,3933
Mar
0,9873 0,9873
Superficies
Total
La existencia de éste déficit ecológico indica que el sistema de producción y nivel de consumo de la Comunidad
de Navarra no puede satisfacerse con los recursos y capacidad de absorción de residuos de su propio territorio, y
por tanto que requiere de la apropiación de ecosistemas de fuera de sus fronteras o bien de superficies de las
generaciones futuras.
El valor relativamente moderado de éste déficit en el contexto de países industrializados, viene favorecido por la
relativa baja densidad de población de Navarra con relación a otras Comunidades Autónomas y a la capacidad de
fijación de CO2 de los bosques de Navarra.
ha/cap
4,00
3,50
3,00 Mar
2,50
Bosques
2,00
Pastos
1,50
Cultivos
1,00
0,50 Terreno construido
Se han planteado diversas estrategias para la reducción de la huella ecológica de Navarra. Para ello se han
considerado los ámbitos de actuaciones en los que se puede incidir de forma más significativa sobre la huella y
en los que puede haber una intervención más directa del Gobierno de Navarra. En este sentido, el estudio se ha
centrado especialmente en estrategias en el ámbito energético, tanto en la promoción de las energías renovables
como en las medidas de ahorro y eficiencia energética; las políticas forestales en la Comunidad y, finalmente, la
cooperación ambiental internacional.
Se han analizado diferentes opciones estratégicas destinadas a la disminución de la huella ecológica debida a los
consumos de energía, las cuales pueden ser técnica y económicamente viables.
En algunos casos, como el desarrollo de fuentes de energía renovable, ya está previsto por el Gobierno de
Navarra y será efectivo a corto plazo. En otros, como la reducción de los consumos, se han realizado diferentes
hipótesis, que dadas las tendencias actuales de incrementos generalizados en todos los sectores, algunas de ellas
se pueden considerar ciertamente utópicas a corto plazo, pero no a medio o largo, y más si se tiene en cuenta el
alza de precios de los combustibles fósiles.
Teniendo en cuenta las diferentes estrategias en el ámbito energético la incidencia sobre la huella ecológica seria
la que se indica en la tabla y figura siguientes:
En el ámbito forestal también se puede incidir en la variación del valor de la huella ecológica, mediante la
aplicación de políticas forestales orientadas a incrementar la producción de biomasa. en la Comunidad de
Navarra. La Tabla 7 muestra dos escenarios de incremento de superficie arbolada respecto la existente en 1998 y
su incidencia sobre la huella ecológica global.
El Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra dispone de un convenio de cooperación con la
Reserva Natural de Iténez (Bolivia) desde el año 1999. Este espacio natural, que cuenta con una superficie de
1.500.000 ha. se encuentra situada en plena Amazonia boliviana y alberga una riqueza natural excepcional.
La aportación anual del Gobierno tiene como objetivo promover el ecodesarrollo de la región, de forma que se
pueda facilitar a las sociedades locales la satisfacción de sus necesidades básicas en armonía con la protección
del entorno. Su incidencia sobre la mejora de la calidad de vida de los habitantes de la región se complementa
con los beneficios ambientales que aporta, tanto en la preservación de la biodiversidad – patrimonio común de la
humanidad – como en el mantenimiento de superficies de absorción de CO2 en el planeta que eviten el
incremento de la concentración de este gas en la atmósfera.
Hay que considerar pero, que tanto en un caso como en otro se presentan importantes dificultades a la hora de
traducir la aportación económica del Gobierno de Navarra en unidades de CO2 fijados o superficie protegida
para la biodiversidad. En ambos casos se requerirían de complejas metodologías de cálculo que permitieran
estimar la diferencia de usos del territorio que se darían en un escenario sin aportación del Gobierno de Navarra
y el escenario actual, y por tanto como incide el convenio existente.
A pesar de las dificultades de cálculo existentes, si que es interesante destacar el marco legislativo y
institucional que se ha desarrollado a partir del Convenio Marco del Cambio Climático (CMCC) y su desarrollo
posterior con el Protocolo de Kyoto. Éste protocolo reafirma el establecimiento de varios mecanismos para
lograr los objetivos de reducción, entre los que se encuentra el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL).
Entre los sectores de aplicación del MDL se consideran las políticas de (Re)forestación, Plantaciones forestales
y Financiación de parques naturales en países del sur por parte de países o agentes económicos del norte.
Éste último caso coincide pues en términos de objetivos y modelo de intervención con la estrategia ya iniciada
por el Gobierno de Navarra con el convenio de cooperación con la reserva de Iténez. Pese a la incertidumbre aún
existente en relación a los mecanismos concretos de implementación del MDL (en este momento aún en proceso
de discusión), si que es destacable la coincidencia de la acción emprendida por el Departamento de Medio
Ambiente con las directrices que se están marcando a nivel internacional en el marco del CMCC.
A pesar de las dificultades de estimar actualmente de reducción de huella, si que constituye un ámbito
interesante de trabajo, tanto por la eficacia en reducción de la huella que puede tener, como por la existencia de
un referente jurídico y institucional como el CMCC y los mecanismos de MDL que le puede dar el marco de
referencia de actuación.
En cualquier caso, pese a las potencialidades del MDL, hay que entender, que en el marco de la sostenibilidad
global –incluida la equidad inter-generacional -, el ámbito prioritario de actuación tiene que ser la reducción de
las emisiones mediante las estrategias planteadas en el apartado anterior, siendo el MDL un elemento
complementario y nunca sustitutorio de éstas.
La metodología utilizada para calcular la huella ecológica de Tudela es la misma que la utilizada para Navarra.
La aplicación en el ámbito local presenta aún más limitaciones, entre las que destacarían:
• Las entradas y salidas de materiales y energía en un cierto municipio no están registradas, por tanto, se ha
trabajado con datos regionales o nacionales.
• No existen datos de consumo de energía primaria a nivel municipal exactos, por tanto se ha trabajado con
extrapolaciones.
• No existen datos sobre el perfil del residente-consumidor (de alimentos) en Tudela, así, se ha extrapolado el
perfil del consumidor de Navarra. Por tanto las matrices de cálculo de cultivos, pastos, ecosistemas marinos
y bosque son los calculados para la Comunidad de Navarra.
Así pues, Los principios básicos utilizados para la aproximación local se basan en la extrapolación de aspectos
con escasa variabilidad territorial (pautas de consumo de alimentos) y el análisis más detallado de los aspectos
más específicos del ámbito local, como son un modelo de consumo energético específico y el modelo concreto
de ocupación del territorio.
La tabla 8 muestra la huella ecológica de Tudela, así como su capacidad de carga. El valor de la huella ecológica
de Tudela es de 3,50 ha/cap/año. Como en el caso de Navarra, se puede observar que la superficie productiva
que más peso tiene en el valor final de la huella ecológica es la superficie destinada a absorción de CO2 (1,26
ha/cap/año), seguida a continuación por el sistema marino (0,99 ha/cap/año)
Existente
1,30
Total
TOTAL SUPERFICIES 3,50 Disponible
(-12% 1,14
biodiv)
FUENTE: Elaboración propia
La Tabla 9 muestra la huella ecológica de Navarra separada por actividades. Se puede observar que las
actividades que tienen las huellas ecológicas mayores son la alimentación (1,7738 ha/cap) y los bienes de
consumo (0,9886 ha/cap).
Tabla 9: Superficies productivas y actividades vinculadas a la huella ecológica.
ACTIVIDADES Vivienda y
Movilidad y Bienes de Total
Y Alimentación servicios
transporte consumo actividades
SUPERFÍCIES
Absorción de CO2
0,1127 0,1690 0,5198 0,4584 1,2600
Terreno construido
0,0331 0,0204 0,0038 0,0572
Cultivos
0,5646 0,0000 0,5646
Pastos
0,1092 0,1331 0,2423
Bosques
0,3933 0,3933
Mar
0,9873 0,9873
TOTAL
1,7738 0,2021 0,5402 0,9886 3,5047
SUPERFICIES
El déficit ecológico de Tudela es de 2,36 ha/cap/año, equivalente a una superficie total de 64.328 ha. Esto
supone que la superficie apropiada es 3,07 veces la superficie disponible en el término municipal (ver Tabla
10).
Como en el caso del conjunto de Navarra, la existencia de éste déficit ecológico indica que el sistema de
producción y nivel de consumo de Tudela no puede satisfacerse con los recursos y capacidad de absorción de
residuos de su propio territorio, y por tanto que requiere de la apropiación de ecosistemas de fuera de su término
municipal o bien de superficies de las generaciones futuras.
Tabla 11. Cálculo complementario de la huella ecológica y de la capacidad de carga en la Comunidad de Navarra a
partir de productividades mundiales.
HUELLA ECOLÓGICA CAPACIDAD DE CARGA
Anexos 19
Elaboración del cálculo de la huella ecológica en la Comunidad de Navarra. 2000