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FINAL FANTASY XIII

Episode Zero
Friends - Capítulo 4

by Vanille
Final Fantasy XIII Blog
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No pudieron acceder al sendero principal por la entrada ya que los investigadores habían
empezado la limpieza de la zona. Así que decidieron tomar una ruta alternativa. Fuera
realmente alternativa o no es algo que no sabían, pero al menos es lo que aparentaba.

"Llegaremos allí si vamos por este camino, ¿no?" Elida se giró, con voz preocupada.

"Bueno, la dirección es correcta. Si seguimos por aquí deberíamos encontrar el sendero


principal..."

Estaban a poca distancia de la costa, pero las voces de sus compañeros parecían estar
terriblemente lejos. Hope pensó que, después de todo, quizá este no era el camino correcto.

"Cuando volvamos deberíamos tomar el sendero principal."

"Pero si nos pillan en la entrada se enfadarán con nosotros."

"No os preocupéis, para entonces ya habrán terminado la limpieza."

"Pero los profesores podrían estar vigilando."

El bosque a su alrededor estaba demasiado tranquilo, así que sintieron que tenían que hablar
en voz alta, aunque fuera de cosas estúpidas. Cuando estaban en un grupo grande de gente
no les parecía algo raro, pero, ahora que solo estaban los tres, la tranquilidad era aterradora.

"¡Eh, mirad eso! Parece una especie de fruta.", dijo Elida alegremente. Señaló una rama que
estaba doblada bajo el peso de varias frutas rojas amarillentas. Eran más grandes que
ninguna que hubieran visto a la venta.

"Me pregunto si son comestibles."

"No las puedes coger. De verdad, Elida, podrías pillar algo.

"¡No es así!"

"Bueno, tienen un color muy bonito..."

"¡He dicho que no es así!" Elida se estaba enfadando.

"Hey... ¿chicos?" Kai interrumpió la discusión. "¿No creéis que ese color parece familiar? Ya
sabéis, la cosa que ella dijo que era... ¿comestible?"

Y entonces Hope también se dio cuenta. Aquel monstruo que habían visto cerca del Paso
Arco Iris tenía un color muy similar. Hope recordó que ocurrió no muy lejos del sendero
principal...

Entonces la tierra se elevó delante de ellos, como una pared roja. Era ese monstruo; su
translúcido cuerpo rojo se hinchaba. "Un Vegetapudding.", pensó Hope, asustado. Ya había
empezado a correr antes de que se diera cuenta.

"¡Aaah! ¡Nos está siguiendo!", gritó Elida, casi llorando. Hope era el más lento de los tres y no
había tiempo para mirar atrás. Simplemente corría lo más rápido que podía. Si le dejaban
atrás, sería su fin. Corrió todo lo que su respiración le permitió. No sabía ni a dónde se
dirigían.
Encontraron una roca tras la que se podían esconder. Se escabuyeron bajo su protectora
sombra. Su corazón estaba latiendo tan fuertemente que sintió que se le iba a salir por la
boca.

"No.. no está detrás nuestra..." Kai asomó la cabeza, y entonces se sentó aliviado. Hope
sentía que sus piernas eran más débiles, no podría dar un paso más.

Los tres se sentaron, respirando con fuerza. Hope sintió un escalofrío recorriéndole el cuerpo.
Si el suelo hubiera sido resbaladizo, como el del sendero principal, o si uno de ellos hubiera
tropezado con algo, quién sabe lo que podría haber pasado. Tenían suerte de haber
conseguido salir con vida.

"Eh, ¿dónde... estamos?"

Pensaban que habían estado dirigiéndose al sendero principal. Si no hubieran ido en la


dirección correcta, podrían haber dado la vuelta e ir en otra diferente. Pero ahora mismo no
podían.

"Este lugar parece un poco... diferente."

Los sombríos árboles que les rodeaban antes ya no estaban. Pequeños precipicios se
elevaban a ambos lados. La hierba a sus pies era escasa. Era un lugar seco y desolado.

"¿Por dónde hemos venido?"

Habían estado tan decididos a esconderse tras la roca que ni siquiera se habían dado cuenta
de por qué camino habían llegado. Todo lo que podían ver ahora eran rocas y precipicios en
todas las direcciones.

"Bueno, el paso debería estar en cualquier dirección en la que haya arco iris..."

Pero los precipicios les bloqueaban la visión. Si apenas podían ver el cielo, no hablemos de
los arco iris.

"Creo que es por aquí."

"No, no. Es por aquí."

Kai y Elida señalaban direcciones completamente opuestas. Hope no sabía cuál de ellas
podría ser la correcta. Ya no tenían ni idea de cuál dirección era cuál.

"Bueno... Sigamos andando entonces."

"Pero se supone que cuando te pierdes no debes moverte de donde estás."

"A lo mejor en otros sitios, pero, ¿qué pasa si un monstruo nos ataca? No seríamos capaces
de huir."

El sendero era escarpado y estaba desnivelado, no habría nada que pudieran hacer si fueran
atacados por un monstruo rápido.

"Si encontramos un lugar desde el que podamos ver todo, podríamos ver el lago también. Y
entonces sabríamos cómo regresar."

"Tienes razón. Solo nos hemos desviado un poco del camino, si pudiéramos ver el lago
saldríamos de dudas.", aceptó Kai. Elida asintió suavemente, todavía poco convencida.

"Oh, sí, esperad solo un momento." Hope cogió una roca afilada y talló una "X" en la piedra.
"Vamos por la derecha. Si nos equivocamos, siempre podremos volver aquí y entonces
intentarlo por la izquierda."

"Wow, Hope, ¡qué listo eres!"


"Me lo enseñó mi padre. Me dijo que si te pierdes en un sitio que no conoces, debes
asegurarte de saber cómo regresar a donde estabas."

"Bueno, entonces tu padre es el listo." Elida se rió. Que halagara a su padre hizo a Hope
sentirse más feliz que que le halagara a él mismo.

"Apresurémonos, probablemente se irán pronto."

Los tres asintieron y empezaron a caminar. Incluso aunque era mediodía, la luz del estrecho
pasaje entre los precipicios era débil. Avanzaron sin producir sonido alguno. Les preocupaba
que sus voces pudieran atraer a monstruos cercanos. Sin decir nada, los tres se dieron la
mano. De algún modo, les hizo sentirse más fuertes, caminando juntos por un sendero que
no conocían.

Partes del precipicio relumbraban en azul. Si no estuvieran perdidos, podrían haber pensado
que la pálida luz era bonita. Pero ahora incluso les parecía una mala señal.
El aire era cálido; un tibio viento soplaba a través de la grieta.

Hope no sabía lo lejos que habían andado ya. El precipicio continuaba intacto a ambos lados.
Entonces, en la distancia, vieron algo que parecía una máquina. Se miraron entre ellos,
asintiendo, y echaron a correr. Pensaban que podrían utilizarla para enviar datos o pedir
ayuda. Si era parecida a las que tenían en casa, podrían ser capaces de contactar con sus
profesores. Pero, a medida que se acercaban, podían ver que no se parecía en nada a una
máquina casera. No parecía algo que los niños pudieran utilizar.

"Intentemos pulsando los botones."

"No deberíamos. Y si la rompemos..." Pero antes de que Hope pudiera detenerla, Elida tocó
el panel. Se encendió.

"Veamos, podemos averiguar cómo va.", presumió Elida.

Tan pronto como lo dijo, la luz del panel se volvió a ir y la máquina se mantuvo inalterada.

"¿Uh? ¿No funciona?" Oh, bueno, supongo que lo intentaré de la forma que me enseñó
mamá..." Elida intentó darle un puñetazo, pero Hope y Kai la agarraron por los brazos. Ambos
sabían lo que conllevaba "hacerlo de la forma de mamá".

"¡Ni hablar! ¡Si haces eso se romperá!"

"¡Solo tu madre podría hacer funcionar las cosas a golpes!"

Elida parecía descontenta, pero se tranquilizó.

"Bueno, entonces, ¿qué deberíamos hacer?"

"Caminemos un poco más lejos. Si hay una máquina aquí significa que debe haber gente
cerca."

El sendero seguía siendo complicado de seguir, desnivelado y rocoso, pero la esperanza de


que hubiera alguien cerca les dio la energía para continuar.

"Eh, ¿qué creéis que es esto?"

Acababan de salir por el otro lado del túnel cuando Hope vio una extraña cosa flotando justo
delante de su cara. Era una especie de bola destelleante, casi del tamaño de la cabeza de un
humano. Parecía que estaba hecha de agua. Se tambaleó en el aire.

"Bueno, no es un monstruo, no nos ataca."

"¡Te hemos dicho que no toques las cosas!", gritaron Hope y Kai al unísono. Pero era
demasiado tarde, Elida había tocado la brillante bola con la palma de su mano. El viento se
hizo más frío, el cielo más oscuro. Gotitas de agua les cayeron encima. Y, entonces, en un
instante, todo cambió a un chaparrón de lluvia. Ahora sabían lo que era esa pelota: un
dispositivo controlador de la lluvia.

Corrieron a refugiarse bajo el túnel. Era el único lugar en el que podían escapar de la lluvia.

"Bueno, por lo menos sabemos en qué dirección vamos. Dijeron que había una cosa de lluvia
cerca del Paso Arco Iris, ¿verdad? Así que sabemos que el paso está justo al otro lado de
estos precipicios."

"Eso está muy bien y todo, pero, ¿qué hacemos con esta lluvia?"

Hope iba a detenerles antes de que empezaran a discutir, pero entonces lo recordó. Cuando
estaban en el Paso Arco Iris, la cosa de la que la investigadora había estado hablando...
"También hay monstruos que adoran la lluvia." Y se supone que este lugar es para estudiar a
esos monstruos...

"Tengo que parar la lluvia.", pensó Hope, y salió de debajo de las rocas. Pero no fue mucho
más lejos. Se paró, dio un paso atrás. Justo en frente de él había un monstruo amarillo con
apariencia de rana. Detrás, más de varios colores. Tenían afiladas garras al final de sus
palmeadas patas delanteras. El mirarlas le produjo un escalofrío por todo el cuerpo.

Trató de correr, pero se tropezó y cayó, aterrizando boca arriba. Sabía que tenía que correr,
pero no era capaz de ponerse en pie. Escuchó un grito detrás suya; también había monstruos
cerca de Elida. Ella era la persona más chillona de su clase, su grito era ensordecedor. Hope
pensó en algún recóndito lugar de su mente que quizá sorprendería a los monstruos y los
haría huir.

Pararon de moverse durante un momento. Pero ningún monstruo huiría al grito de un niño.

Empezaron a arrastrarse más cerca. Pudo ver sus dientes afilados en sus bocas abiertas.
"Van a comerme.", pensó.

Hope cerró fuertemente los ojos y se enrolló formando una bola. Pero el ataque de los
afilados dientes y uñas nunca llegó a él. Sacudiéndose, abrió los ojos lentamente. La lluvia
había parado. Los monstruos se alejaban despacio. Alguien había usado el dispositivo
controlador de lluvia y la había detenido.

"El fal'Cie de aquí controla la lluvia..."

Tal vez había sido el fal'Cie quien les había salvado. Escuchó a Elida gritando.

"¡Mirad! ¡Es la nave!"

Kai gritó. Podían ver la nave a través de las grietas de los precipicios. Quizá les estaban
buscando.

La nave se detuvo en el aire. "El fal'Cie debe haber llamado a la nave también.", pensó Hope.
Kai salió de detrás de las rocas, sacudiendo las manos en el aire y gritando.

"¿Puedes levantarte?" Elida agarró su mano y le ayudó a levantarse. Él miró alrededor, pero
no vio a ningún investigador ni a nada que pudiera ser un fal'Cie.

"¡Hope, deprisa!"

Asintió y corrió tras Kai y Elida, agitando las manos y gritando para hacerse oír por la nave.

Una vez a bordo, fueron llevados a una habitación separada y se les preguntó sobre lo que
había pasado. Recibieron un sermón de su profesor sobre el daño que podrían haber recibido
por parte de los monstruos. No esperaban nada menos.

Ahora que estaban de nuevo en la nave, Kai, milagrosamente, tenía su cámara de vuelta. Un
investigador la había encontrado cuando estaba haciendo el chequeo habitual por el sendero,
y la había traído a la nave. Después de todo, no tendrían que haber ido a buscarla, tendrían
que haber esperado hasta que se acabara el tiempo.

"No debería haber dicho nunca lo de ir a buscarla.", pensó Hope, arrepentido. No sabía lo que
Kai y Elida estaban pensando, pero no parecían enfadados con él.

"¿Paró el fal'Cie la lluvia?", le preguntó Elida a su profesor. Debía haber pensado lo mismo
que Hope. El fal'Cie es el único que podría tener la lluvia de esa forma.

"Seguro que fue un investigador que lo controló desde alguna parte lejos de allí, pero muy
probablemente el que tomó la decisión de detener el generador de lluvia fue el fal'Cie."

Tampoco fue el fal'Cie el que llamó a la nave, fue el panel que Elida tocó. Un investigador
notó ciertos cambios extraños viniendo de una máquina de esa área, y se dio cuenta de que
alguien había accedido a "El Valle de la Lluvia".

"Nos han dicho que es realmente difícil aterrizar aquí. Si el piloto no fuera tan bueno,
probablemente todavía estaríais perdidos deambulando por aquel cañón. Deberíamos ir a
agradecérselo después."

Finalmente se les permitió volver a sus asientos.

"Kai, uh..." 'Siento habernos metido en problemas', es lo quería decir Hope.

"Ha sido muy guay." Kai se rió, dándole una palmada en la espalda. Hope le devolvió una
sonrisa.

"¡Kai! ¡Saca la cámara!" Elida señaló a la ventana. Ya estaba anocheciendo. Muchos puntos
lumionosos se dispersaban bajo ellos en la desvaneciente luz del sol. Eran las luces de la
pista de aterrizaje de la Ribera de Sanles. Kai se apresuró en sacar la foto. Finalmente no
quedaba espacio alguno en la cámara, por lo que apareció la luz indicando que los datos se
estaban enviando. La foto que Kai había prometido hacer para Hal, la foto final, era una vista
nocturna de Sanles.

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