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Sed humildes de pensamiento y mansos de corazón, que la verdad os hará libres. Bienvenidos
sois hermanos muy amados, bienvenidos sois.
Cuando vosotros contempláis el amanecer de un día y el proceder del mundo a lo largo de las
veinticuatro horas, vosotros estáis pendientes de vuestro entorno, vosotros estáis pendientes
de lo que sucede dentro de vosotros algunas veces. Pero generalmente olvidáis por completo
o por lo menos las más de las veces, la presencia de los seres amados, porque estáis
acostumbrados a asumir que su presencia va a ser eterna, que su presencia es algo a lo cual
estáis acostumbrados y dais por hecho su existencia. Pero olvidáis por completo como
compartir vuestro sentir con ellos, olvidáis escucharles, comprenderles, tratar de percibir las
aflicciones o las alegrías. Estáis tan acostumbrados a sumiros dentro del mundo material que
olvidáis por completo el sentido de la existencia de aquellos que os rodean en vuestro diario
vivir. Y hablo de todos aquellos que os rodean, porque no es tan solo los seres familiares, son
también vuestros compañeros de trabajo y todos aquellos que se cruzan en vuestro camino.
Vosotros conocéis vuestro amor de manera limitada, no alcanzáis a comprender que vuestro
amor está buscando ponerse en contacto con todos aquellos que os rodean de alguna manera
Cuántas veces vosotros, andando por los caminos, tenéis la motivación para sonreírle a
alguien. o también tenéis el impulso para apartaros de otros. ¿Qué es lo que os invita y os
convida a ser de una forma o de otra? En esté momento, vosotros con el conocimiento que
tenéis, ya de manera mas clara, llegaríais a la conclusión que unos son de simpatía, porque
habéis tenido algún contacto kármico o espiritual, en otra vidas; y los otros aun tienen asuntos
que tienen que ser resueltos en la vida presente. Se pueden cruzar un instante, pero el
desagrado es tal, que puede modificar vuestra forma de ser a lo largo del día. De la misma
manera los otros, pueden generar un impulso tal, que os motivan a tratar de compartir con
mayor alegría lo que estáis vivenciando en cada instante.
Eso acontece en vuestro andar cotidiano y no os dais cuenta de como impactan dentro de
vuestra vida. Y es importante que empecéis a contemplarlo, porque cada contacto humano
que vosotros vayáis teniendo es importante para vuestro ascenso espiritual. Algunos de
aquellos que tan solo aparecen someramente en el camino pero que os generan un desagrado
tal, que dentro de vuestra memoria no lográis olvidaros; el impacto tiene tal contundencia que
hasta podréis llegar a soñarlos, que podréis llegar a pensar cuando no queréis pensar en ellos,
y siempre estáis preguntando ¿Por qué se queda tan impresa esa imagen en mis recuerdos,
en mi memoria?
Esos cruces súbitos y tan desagradables, son en realidad una aproximación a un acérrimo
enemigo del ayer, alguien con el cual no habéis resuelto aun el karma. Pero es tal el odio que
se generó, que el poneros frente afrente en un momento dado, sería terriblemente difícil; mas
si embargo su sola presencia va a traer como consecuencia en vosotros, una remembranza de
algo que pudo haber sucedido, a afectado de tal manera vuestro campo vibratorio, vuestra
aura y vuestro ser, que no podéis quitarlo. Necesitáis empezar allí a elevar pensamientos de
amor y bendición, hacía ese hermano vuestro que tenéis asunto pendiente; un asunto tan
desagradable, que demanda en algún tiempo, y posiblemente en una vida futura, que ese
asunto se resuelva lo mas pronto posible.
Ese contacto en la vida presente es tan solo un llamamiento de lo que vendrá en una vida
futura. Y si vosotros queréis aligerar esa carga, para el encuentro del mañana, en una relación
Y ahora hermanos muy amados invito a que dos o tres de vosotros compartáis de vuestro
pensamiento.
Cada uno tiene que aprender a vivir en el momento presente, tomar conciencia de las vibraciones
que le rodean, de las percepciones que llegan a su vida y a través de ellas permitir que el
pensamiento amor que hay en cada uno abra el corazón de los demás. Podéis reducir cargas
kármicas del futuro tomando la actitud correcta en el momento presente, sabiendo por qué la
antipatía y por qué la simpatía; y aprovecharlas para poner la paz y el equilibrio con aquellos que
os rodean. No dejéis vuestra vida a la deriva, tomad conciencia de ella, porque así como nuestra
¡Benditos sois hermanos muy amados, benditos sois. Y recordad siempre que debéis de ser
humildes de pensamiento y mansos de corazón, que la verdad os hará libres. Benditos sois y hasta
otra vez.