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La inquietud por desarrollar un escrito sobre El Dr. José Maria Luis Mora, es
fomentada por el hecho de no haber realizado, una lectura más profunda, en este
modulo sobre este gran personaje de la historia de México. Se justifica por el tiempo
destinado para ello. Sin embargo, en lo personal buscamos en las diferentes obras y
textos aquella oportunidad de profundizar un poco más acerca de este notable
hombre, dentro de un contexto histórico de verdadera conformación de nuestro país
como una nación independiente.
Este breve ensayo expone un particular punto de vista, de unos de los hombres
que nunca podremos olvidar, por su incidencia histórica, su trayectoria política, su
gran esfuerzo por crear las condiciones dentro de la educación, para aquel mexicano
de aquella recién independiente nación. El mexicano que pudiera tener la
oportunidad y acceso a la educación. He aquí, uno de esos buenos hombres que
contribuyó con los elementos que dejaron huella dentro de la historia de la educación
en México.
José Maria Luis Mora nació en Chamacuero Guanajuato, realizó sus primeros
estudios en escuelas de su estado natal, hijo de padres españoles, fue enviado a la
ciudad de México y es allí, donde en el medio religioso se gradúa con el grado de
doctor en Teología. De esta manera tuvo su única opción para poder prepararse y
asimismo conoció la vida eclesiástica, que más tarde criticó duramente. Su nombre
verdadero fue José Maria Mora y Madrid,1 más tarde se pondría el nombre de Luis.
Los primeros años de la vida del Dr. Mora transcurrieron en un medio, que
podríamos decir, fueron los años de lucha independentista. Aparece en el escenario
político a la caída de Iturbide. Se integró a la Legislatura del Estado de México.
Desde allí se opuso a la acción desintegradora de la misma entidad, para formar el
Distrito Federal. En los artículos de revistas y periódicos de la época criticó fuerte y
valerosamente lo que más tarde llegó a presentarse irremediablemente, esa
separación geográfica, que ya conocemos, del Estado de México.
una buena orientación pero por otro lado eran insuficientes para el buen desarrollo
de la educación del pueblo mexicano. Los requerimientos y necesidades eran otros.
Para sacudir un yugo no se requiere mas que sentir; una carga pesada que
agobia; pero para establecer el sistema que remplacé el duro despotismo, es
indispensable tener conocimientos de las ciencias sociales; para llevar acabo la
obra de la generación, es preciso gravar en el corazón de cada individuo que
sus leyes deben respetarse como dogma; en una palabra es preciso que las
luces se difundan al máximo posible. 2
No sólo, hacia don Lucas Alamán se dejo ver esa critica, por el descuido a la
educación, sino que también lo hizo al poder legislativo, que tomo en aquella época,
las decisiones más importantes para el ámbito educativo y que Mora las consideró
como una tremenda incapacidad del congreso para resolver los problemas
heredados de la Colonia, en lo que se refiere a educación. “Los ilustres diputados
que la opinión pública sentó en el congreso, se hallaron en posición muy crítica para
dar el impulso que merecía la educación pública”. 3 Esta es su filosofía y de esta
forma tan bella y nacionalista pensaba el Dr. Mora. Él estaba consciente y
abiertamente declaró; La mayoría de la gente, que de alguna u otra forma llegó al
poder, ocupando los diferentes puestos públicos, no tenía preocupación por impulsar
la educación en el país. Sabiendo que México se encontraba abriendo camino hacia
la conquista de su conformación nacional y quizá su independencia económica,
aunque para esto último hay que establecer que era muy pronto, aún no se podía
llevar a la realidad nacional.
2
José María Luis Mora, Obras completas, Miscelánea, vol 1, p. 78
3
José María Luis Mora, op. cit., p. 76.
3
José María Luis Mora fue el único que pudo percibir las intenciones de los
norteamericanos, mucho antes que otros mexicanos observaran el peligro potencial
del deshabitado territorio del norte, esto es; el país era una arca abierta a la invasión
de los norteamericanos por la aplicación de su política expansionista, En 1833, Mora
propone un tipo de características que debe tener la población de los territorios del
norte de México, para que sus pobladores fuera gente hispana y “con las mismas
costumbres, tradiciones y lengua”. De esta manera, se observó un intento
desesperado por conservar la integración del país.
El Dr. Mora ocupó muchos de los cargos específicos dentro de educación; así
tenemos que tuvo una participación destacada en la comisión de la Junta Provisional
de gobierno, fue comisionado para formular el plan de Reforma sobre educación,
siendo ministro Don Ignacio García Illueca. Fue profesor del colegio de San
Ildelfonso. Tuvo un alto cargo dentro de La Dirección General de Instrucción Publica
en 1833, y en fin, algunos otros puestos dentro del servicio público que le dieron
derecho y facultad de opinar sobre el ámbito educativo con toda veracidad y certeza.
Como vemos nosotros ahora, no fue un hombre común, fue un genio.
Los cambios que se intentaron llevar a cabo, no fueron bien acogidos por los
gobiernos de todos los estados del país, puesto que en Puebla, Oaxaca, Michoacán,
Nuevo León y Durango poco pudo hacer, debido sobre todo al clero que también
oponía fuerte resistencia a las innovaciones propuestas. Por otro lado, mientras que
en los estados de Guanajuato, San Luis Potosí, Zacatecas, Veracruz y Tamaulipas,
nada se hizo. La justificación, que se nos hace creer a través de la historia, fue por la
inexistencia de los colegios que se necesitaban para el desarrollo intelectual del ser
human en esa época. Y esto es una aberración. Solamente en Jalisco, el Estado de
México y el recién fundado Distrito Federal, pudieron ensayar felizmente los cambios
propuestos por Mora, con algunos resultados satisfactorios. No los apropiados, pero
hubo un avance educativo.
Instalada la comisión del plan de Estudios, se ocupó ante toda cosa de examinar
el estado de los establecimientos existentes destinados al objeto. La Universidad
se declaró inútil, irreformable y perniciosa: Inútil porque en ella nada se enseña,
nada se aprende [...] 7
4
José Maria Luis Mora, p. 77.
5
Mora, op. cit., p. 80.
6
Ibidem, p.77.
7
El periódico El observador cita un artículo
del Fanal, enero de 1832 y diciembre de 1833.
5
De 1821 a 1841, la tarea educativa estuvo a cargo de la Secretaría del Estado y del
Despacho Universal de Justicia y Negocios Eclesiásticos. En 1843 cambia su nombre
por la Secretaría de Justicia, Negocios Eclesiásticos, Instrucción Pública e Industria.
Con la expedición de las ‘Bases de organización Política de la República Mexicana’ de
1843 se crea la Dirección General de Instrucción Primaria, así como la Junta Directiva
de Instrucción Superior; ambas adscritas a la Secretaría de Justicia, Negocios
Eclesiásticos, Instrucción Publica e Industria. Esta última Secretaría conservo su
denominación hasta 1861, cuando se le asignó como Secretaría de Justicia e
Instrucción Pública al adoptar las Leyes de Reforma.8
Cuesta muchas dificultades lograr tales ambiciones y buenos proyectos, que antes
de 1833 fueron un fracaso por diversas circunstancias. El Dr. Mora fue de aquellos
hombres que con las mejores intenciones, ideas y propuestas, pretendió darle un
valor a la educación. Así lo reflejan todos sus proyectos y también todas sus ideas,
que sin lugar a duda, no tuvieron la aplicación necesaria. Lo que se puede justificar
por este hecho, en esos momentos. En el país no se encontraba, dentro del
gobierno, las personas idóneas para el servicio público. A la altura de un genio
como José Maria Luis Mora.
CONCLUSIÓN
Por último, sólo me resta decir que éste tema sigue estando abierto, y no existe
en la actualidad una obra completa que exprese todas las ideas que el Dr. José
María Luis Mora nos dejó sobre educación. Todo esto sirve como elemento
imprescindible para entender la historia de México y asimismo el proceso educativo,
en aquella época, dentro de ese período en donde México buscaba su conformación
como una nación independiente, con todos los tropiezos que ha sufrido, pero a la
vez, a dado la oportunidad del surgimiento de todos aquellos genios que nunca se
olvidan.
BIBLIOGRAFÍA
8
Extracto tomado del Manual General de Organización de la Secretaria de Educación Pública,
p.2, publicado en el DIARIO OFICIAL, Segunda sección, I Antecedentes, el día viernes 16 de
diciembre de 1994.
6
MORA, José María Luis, Revista política de las diversas administraciones que
ha tenido la república hasta 1837, UNAM, Coordinador de Humanidades/ Porrúa,
México, 1986.
FUENTES HEMEROGRÁFICAS