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13 MUERTES DE BUBA
Trece acuarelas fúnebres de José Quintero
Derechos Reservados
© 2002-2005, José Martínez Quintero
josequintero@planetabuba.net
burla con desparpajo de una aburrida izquierda sin sentido del humor y de
intestinamente, pues finca su idea del paso del tiempo en la capacidad del
cómic para representar el devenir de su personaje a través de la distribución de las imágenes en el
espacio sideral de una página, ofreciéndonos un ejemplo de belleza construida a partir del aforismo
historietístico, del poema versificado que se ríe de sí mismo y se toma muy en serio. Las Trece
muertes de Buba es un libro que marca la epidermis como un tatuaje que festeja la permanencia del
arte frente a lo efímero de la vida y es, desde luego, un regalo, un premio para quienes sobrevivimos
a la muerte cuando niños, para quienes superamos nuestros miedos, o así lo creímos... Es, también,
la congruencia de un mundo ficcional que sigue un riguroso discurso y que permite apreciar a un
creador plástico capaz de llevar la estética underground (usualmente en blanco y negro) al cromatismo
estridente de unas acuarelas cuasi-kitsch que se oponen a una temática tradicionalmente terrible,
lúgubre y sombría. Este es, pues, un libro para niños sobrevivientes (que eso somos los que nos
Puesto en marcha de una idea anteriormente conocida, la Muerte trágica no. 13 (publicada en junio
de 1994 en La Mosca en la Pared), el libro que tiene el lector en sus manos es una celebración de
nuestra infantil debilidad frente a la muerte; exhortación a la risa trágica, risa primera que devendrá
mueca, quizá lágrimas; colección de retratos del verdadero instante decisivo: los instantes
usualmente indetectables que preceden la llegada de la muerte. Pepe Quintero sabe que nuestro
amor por la belleza nos obliga a crearla, por eso imagina y compone las formas de la muerte a través
de lo que no es, porque lo que intenta hacer es una especie de imposibilidad, pintar eso que nadie
conoce, que nadie ha visto, al menos no en carne propia: la imagen misma de lo que no puede ser
(porque la muerte es la ausencia absoluta, y representarla se antoja imposible). Por eso, Quintero
nos presenta viñetas-ventana que muestran los instantes previos a la muerte, y la muerte en Buba
aparece, entonces, como una contradicción: la muerte como efecto, la muerte como un llegar a ser.
Así, somos invitados a la fiesta de las muertes de Buba,
representación de lo imposible.
textual con la retórica de un trazo seguro y sin falsas pretensiones. Allí, las atmósferas
Nietzsche ya senil comparten la idea del torbellino imparable del progreso que presencia
una Buba cada vez más cercana al ángel de la historia que viera Walter Benjamin en
cierta pintura de Paul Klee. Como lo dijera el poeta William Carlos Williams (sobre
el poema más famoso de Allen Ginsberg, Howl), habrá que agarrarse las faldas, porque
aquí, en el umbral, en la antesala, en estas páginas que muestran los colores del
instante, la muerte niña que sobrevivimos pero que, hasta ahora, no nos atrevíamos a
mirar. Habrá que volver a la infancia, regresar a nuestra capacidad quizá perdida de
sentir un pesar desvalido, para entrar con Buba a la muerte como si se tratase de una fiesta.
Ernesto Priego.
1
deja Que jueguen
-
tus ninos
A tu espalda, detrás tuyo,
donde tu vista no alcanza,
donde se apaga el cocuyo;
donde la desesperanza.
Detrás de ti se abalanza
el monstruo de lengua helada,
sin que pueda detenerlo
el bozal de tu mirada.
deja Que jueguen tus ninos
-
acuarela / papel
1999
2
deja Que jueguen
-
tus ninos LL
Si me dices con quién andas,
yo te diré de qué mueres;
¿andas detrás de querubes?
¿tienes con ellos qué veres?
Y el leviatán de la muerte
acude al puntual llamado,
donde tú eres el que pesca,
pero tú eres el pescado.
el gran pez
acuarela / papel
2000
5
ave nietzscheana
lagrima de sangre
Y sembrando va el camino
de ensangrentadas semillas,
y el hombre cosecha el fruto
de sangre, clavos y astillas.
-
lagrima de sangre
acuarela / papel
2000
7
-
arbol del
conocimiento
La opinión de la retina
vale más que el pensamiento;
la “verdad” no es alimento
sino exceso, golosina.
En la exacta coordenada
en el mapa de la muerte,
se halla la bomba paciente
esperando tu pisada.
coordenada
acuarela / papel
2001
9
volantinero
con diablo
-
-
Caerás de mi memoria,
tu faz ha de ser borrada.
Como una estrella apagada,
caerás sin pena ni gloria.
icaro
-
acuarela / papel
2002
12
la casa de
-
asterion
¿Quién es la bestia endiablada
cuya testa el aire surca,
cuya casa se bifurca
en prisión multiplicada?
Corazon
de muerto
En vientre de hembra preñada
(útero de sangre y lodo),
¿qué ve tu vista apagada?
No ve nada y lo ve todo.
Dibujante autodidacta, domador de historietas, cultor del verso y del axioma, artista
siempre abismado en las grandes incógnitas del ser humano. Ha publicado el recopilato-
rio Buba cómix, volumen 1 (Vid, 2000) –hoy volumen 1.1 (Vid, 2004)–, el poemario
ilustrado Buba y Blue Demon contra los filósofos postsocráticos (edición del autor,
1999), y el minicómic metafísico Planeta Buba (edición del autor, 2001).
Subsidia su pureza historietística prostituyéndose como ilustrador comercial. Gusta
deprimirse y acariciar cotidianamente sus tres heridas: la del amor, la de la muerte y la
de la vida.
-
nieves danae
México, D.F. 76.08.27
ernesto priego
México, D.F. 75.04.02
Después de haber creado a Buba –personaje fundamental de la historieta mexicana–, Ceci Martínez
se retiró del ingrato oficio del cómic autoral a la tierna edad de ocho años, avergonzada de aquel
pecado de juventud, finiquitando así una de la trayectorias más fugaces de las que se tenga memo-
ria. Egresada de la carrera de diseño gráfico por la Universidad Autónoma
Metropolitana–Xochimilco, actualmente trabaja como diseñadora e ilustradora freelance, e insiste
en no querer saber absolutamente nada de la historieta.
se imprimió electrónicamente en la Ciudad de México
durante el mes de Abril de dos mil cinco del año del señor,
en una iMac G5 que responde al nombre de Buba IV.