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Carlos Alza Barco, Coordinador del Grupo de Investigación en Políticas Públicas y Gestión Pública PUCP, nos introduce sutilmente al debate de la Unión Civil entre personas del mismo sexo en Perú a partir de un artículo cuyo enfoque pretende reconceptualizar el devenir de las políticas públicas para una mirada distinta. El texto conlleva a analizar la discusión de la coyuntura desde una arista crítica en la cultura latinoamericana: el cambio de paradigmas generacionales, intervenido permanentemente bajo la influencia eclesiástica y el tradicionalismo político.
Titlu original
Políticas públicas y diversidad sexual: A propósito de la Unión Civil y sus argumentos
Carlos Alza Barco, Coordinador del Grupo de Investigación en Políticas Públicas y Gestión Pública PUCP, nos introduce sutilmente al debate de la Unión Civil entre personas del mismo sexo en Perú a partir de un artículo cuyo enfoque pretende reconceptualizar el devenir de las políticas públicas para una mirada distinta. El texto conlleva a analizar la discusión de la coyuntura desde una arista crítica en la cultura latinoamericana: el cambio de paradigmas generacionales, intervenido permanentemente bajo la influencia eclesiástica y el tradicionalismo político.
Carlos Alza Barco, Coordinador del Grupo de Investigación en Políticas Públicas y Gestión Pública PUCP, nos introduce sutilmente al debate de la Unión Civil entre personas del mismo sexo en Perú a partir de un artículo cuyo enfoque pretende reconceptualizar el devenir de las políticas públicas para una mirada distinta. El texto conlleva a analizar la discusión de la coyuntura desde una arista crítica en la cultura latinoamericana: el cambio de paradigmas generacionales, intervenido permanentemente bajo la influencia eclesiástica y el tradicionalismo político.
Carlos Alza Barco DISEX Observatorio de Polticas de Diversidad Sexual Coordinador del Grupo de Investigacin en Polticas Pblicas y Gestin Pblica PUCP
Las polticas pblicas como argumento
Como lo saben muy bien los polticos y como los cientficos sociales olvidan con demasiada frecuencia- la poltica est hecha de palabras. As empieza Giandomenico Majone su libro Evidencia, argumentacin y persuasin en la formulacin de polticas (1989), revalorando la retrica, en su sentido ms originario y filosfico, en el anlisis de lo que hacen los gobiernos. En efecto, las polticas pblicas, como deca Hugh Hclo (1972), no constituyen fenmenos autodefinidos, asibles, materiales, sino categoras analticas creadas por el analista. Estas justifican o racionalizan la autoridad del soberano, del Estado, dndole certidumbre al sistema poltico. Las polticas pblicas se hacen visibles en las decisiones, y a la vez son la expresin del Estado moderno, del imperio de la razn, sobre la mera creencia, el dogma de la fe, o el gobierno de la voluntad absoluta del rey, a travs de la argumentacin vlida, de argumentacin lgica.
El debate de la unin civil es, en este sentido, una oportunidad nica. En primer lugar, es una oportunidad para la deliberacin democrtica, para el dialogo abierto y plural. Hemos de felicitarnos de poder debatir, deliberar, publicitar nuestras ideas 1 y contrastarlas para poder tomar una decisin como Estado. No es poca cosa. El Observatorio de Polticas Pblicas para la Diversidad Sexual DISEX contiene un resumen elaborado por el Grupo de Investigacin en Polticas Pblicas de la PUCP- de las posiciones de ambas partes. Los invito a leerlo y la conclusin ser clara: la Unin Civil va!
Los argumentos de un lado (el que apoya la unin civil) se basan en la evidencia de la exclusin social generada por un mundo heteronormativo 2 yo prefiero llamarle heterocntrico- y deja claro que facilitar la libertad de unos no afecta la libertad de otros. Los argumentos del otro lado (el que se opone) son religiosos, basados en el dogma de la fe, de una lectura de las normas constitucionales y legales a la luz de un derecho que no es el de nuestro sistema jurdico, sino del derecho cannico, que desde 1897, cuando se legaliz el matrimonio secular, ha dejado de ser el que rige las relaciones de las parejas. Argumentos en contra cuyas consecuencias en s son limitantes de la libertad de los otros, una libertad que, sin embargo, no afectara ni la fe, ni la religin, ni la libertad de ningn otro ser humano. No requiere mayor explicacin. Llegado a este punto, entre ambos argumentos solo uno aparece como compatible con el Estado laico que queremos y necesitamos construir, y con las instituciones seculares que faciliten la vida en comn sin discriminacin ni exclusin de ningn tipo.
La deliberacin, en este caso, nos muestra una realidad, una alternativa para resolver sus efectos negativos, y dar paso a un Estado nuevo, que se funde en los derechos de las personas
1 Es verdad que algunos tienen ms recursos para la publicidad de sus ideas, y ms acceso a los medios de comunicacin. En esto tambin el Estado ha sido dbil en fortalecer mecanismos que faciliten el dilogo en condiciones democrticas, permitiendo inclusive en algunos casos que se incite a la violencia, a la homofobia y a la exclusin por abominacin. 2 Nos referimos a lo heteronormativo para referirnos a una realidad que reconoce y prescribe una sola forma de relacionamiento de parejas, varn y mujer. Por eso prefiero llamarle heterocntrico. y en el respeto pleno por quienes sean diferentes, por quienes piensen diferente, e igualmente vlido para quienes quieran seguir viviendo en sus referentes binarios de varn y mujer, rigiendo sus vidas con los preceptos de la iglesia. Es su derecho y la aprobacin de la Unin Civil no lo pone en juego de ninguna manera. La Unin Civil incluye a los excluidos, y no excluye a los incluidos. Sin embargo, una interpretacin religiosa del matrimonio civil excluye.
En ese sentido, los argumentos a favor de la unin civil son argumentos lgicos, vlidos, basados en la evidencia que existe de la exclusin de millones de personas bajo el sustento de su orientacin sexual. Si son 3 millones o 10, tampoco importa. Si nos guiramos por las cifras tampoco regularamos a los pueblos indgenas que segn dicen llegan a los cuatro millones, a las personas con discapacidad que tampoco sabemos cuntos son en realidad (el CONADIS tiene un subregistro y segn estimados de algunas organizaciones estos llegaran a casi 4 millones), o a los afrodescendientes, o a los emolienteros, que han merecido una ley del mismo Congreso que deber votar esta ley de Unin Civil. El argumento del nmero puede llegar a ser falaz y discriminatorio en s mismo. Los derechos humanos no se protegen por el nmero de personas que los detentan, ni su regulacin requiere que seamos mayoras.
Valga decir en este extremo que conseguir ms informacin sobre la diversidad sexual hoy es difcil, a no ser que sea para la criminalizacin o para la superacin de epidemias. Tampoco hay una poltica como en muchos otros campos- que gestione la informacin al respecto 3 . Hasta ahora el homosexual ha sido solo un factor de riesgo en algunas polticas pblicas del Estado, como ha ocurrido en salud a propsito del VIH/SIDA. No podemos tener ms informacin sobre la realidad de la diversidad sexual que vivimos pues el mundo est organizado con criterios binarios de prcticas heterosexuales entre varones y mujeres, y fortalecidos por discursos sobre los roles de cada gnero que, por cierto, coartan nuestras libertades, nuestra creatividad y la forma en la que logramos desenvolvernos en la sociedad. Sobre esto podemos encontrar un poco ms de informacin y conocimiento a partir de los estudios de gnero.
Millones que se hacen llamar heterosexuales son en realidad divergentes de su propio sistema, con prcticas anales, orales, sexo ocasional con personas del mismo sexo, fetichismo, juegos de roles, entre muchas otras formas que callamos pero existen; el sistema tiene una polica de los enunciados como deca Foucault en su Historia de la Sexualidad. Un sacerdote hace solo dos das deca Si lo haces, solo dselo al confesor. Claro, el secreto limpia, y mantiene el sistema heterocntrico vigente, sometiendo la sexualidad a la economa estricta de la reproduccin. 4 No es posible ni permitido producir ms informacin sobre la diversidad sexual; se cancelan los programas educativos sobre la sexualidad; se invisibiliza la diferencia en las encuestas; no se registra lo gay, lo trans, lo lsbico o lo intersexual en los partes de salud o en las comisaras, a no ser que sea para tipificarlo como delito, falta contra la moral o para subsumirlo en las mismas categoras que la prostitucin o la pandemia en las Ordenanzas y Planes de Seguridad de varios municipios limeos. Lo propio de las sociedades modernas no es que hayan obligado al sexo a permanecer en la sombra, sino que ellas se hayan destinado a hablar del sexo siempre, hacindolo valer, ponindolo de relieve como el secreto (Foucault,
3 Solo como referencia la negativa a censar familias diversas o a la poblacin lgbti expresamente. Esto produce un vaco de informacin que impide tomar decisiones de poltica pblica eficaces y, por supuesto, las organizaciones lgbti crean su propia data a travs de importantes pero siempre limitados informes anuales como el que produce PROMSEX. 4 El silenciamiento, la invisibilizacin y la negacin de imgenes y referentes sociales positivos de la diversidad genrica y sexual, en las sociedades occidentales y occidentalizadas son causales principales de los prejuicios antilsbicos, antigays y antitrans () La falta de informacin y la desinformacin producen ignorancia. La ignorancia lleva al desconocimiento, lo desconocido produce miedo, el miedo frustracin e impotencia, luego desesperacin y finalmente odio (es la correlacin ms bsica de la psique humana). (Informe Anual TLGB, 2012:8). 23). Que no haya cifras no significa que no exista la diversidad sexual, pero si demuestra la ausencia de Estado en un sector que lo requiere pues sufre marginacin, discriminacin, exclusin social y muerte 5 .
Por todo ello, creo que la Unin Civil, tal como ha sido propuesta por el proyecto del congresista Bruce (y jams como el de Martha Chavez 6 ), puede ser una gran oportunidad tambin para mejorar las polticas pblicas del Estado. Para incluir, para visibilizar, para comprendernos mejor y aceptarnos como seres humanos y repensar nuestras propias realidades. Esta comprensin conlleva a una mejor comprensin de otras prcticas sociales. Por ejemplo, slo como reflexin adicional, en el caso de las polticas pblicas antibullying que tanto queremos implementar: Cmo, sino, le explicaremos a nuestros hijos que el bullying homofbico est mal, si no hemos sido capaces de reconocer a otros la libertad de unirse y de que su Estado los reconozca, legalmente, segn su orientacin sexual? Cmo explicaremos a nuestros hijos que maltratar o excluir a otro nio/a por homofobia est mal si ni siquiera somos capaces de incluir en los manuales escolares la sexualidad ya no la homosexual- sino inclusive la heterosexual? El contrasentido se apodera de las decisiones pblicas, y las estrategias de solucin tienen meros efectos teraputicos en nuestra sociedad. En la realidad, no pasa nada.
Polticas pblicas con enfoque de derechos
En segundo lugar, y no menos importante, la Unin Civil es efectivamente un asunto de derechos, de hacer real la anunciada igualdad formal que reza en nuestra Constitucin. Seamos sinceros y claros, no todos somos iguales en el mundo real, ni tenemos igualdad de oportunidades. Algunos pueden casarse y formalizar su unin a travs de la institucin del matrimonio, otros no. Algunos pueden heredar entre s sin que medie mayor acuerdo que el del matrimonio formal, otros no. Algunos pueden acceder a servicios bsicos como la salud por el solo hecho de ser pareja (heterosexual), otros no. Eso NO es igualdad de oportunidades: es una mera diferenciacin, es una discriminacin expresa y formalizada por el propio sistema jurdico; es una desigualdad estructural y legitimada, inaceptable en un Estado moderno que se base en reglas democrticas y en derechos plenos para sus ciudadanos y ciudadanas. Aquel que se proclame demcrata y respetuoso de los derechos humanos difcilmente podr negarse a aceptar una realidad como esta, en la que la libertad y las oportunidades de millones de
5 El Informe de la CVR dio a conocer que durante el conflicto armado interno se afectaron los derechos a la vida y a la integridad de personas TLGB. El argumento de los grupos subversivos: profilaxis social. Hombres a los que se les cortaba el pene antes de matarlos, violencia sexual y expulsin de comunidades. Los cadveres eran tirados al ro y nadie reclam sus cuerpos. (Son conocidos y registrados entre otros los casos de intervenciones subversivas en Aucayacu del 6 de agosto de 1986 y en Pucallpa del 12 de setiembre de 1988). No hay hasta ahora reparacin ni siquiera simblica sobre estos hechos. Asimismo, en el 2012 se reportaron en medios al menos 7 casos de asesinatos y 12 casos de afectaciones a la seguridad personal e integridad fsica. Por supuesto, todas son cifras obtenidas de la prensa con la certeza de que la cifra negra, datos no recogidos, son muchsimo mayores; adems, el Ministerio del Interior y la Polica reportaron no tener data oficial sobre crmenes de odio cometidos contra la poblacin TLGB (Oficio No. 612-2013-DIRETCE-PNP/SEC). (Informe Anual TLGB, 2012; 71). A esto se puede sumar los casos de discriminacin, la discriminacin encubierta, los casos de violencia domstica, familiar contra hijos y familiares LGTB; despidos discriminatorios no denunciados; y la propia violencia y exclusin generada por el propio sistema jurisdiccional peruano, cuya ltima sentencia STC- 00139-2013-PA/TC del Tribunal Constitucional deja clara la profunda ignorancia y la interpretacin tendenciosa de la mayora de sus miembros respecto de la identidad de gnero. Mal por todos los lados. 6 El proyecto de Chavez propone una Sociedad solidaria en el colmo del eufemismo pacato que no puede ni quiere denominar las cosas con su nombre. Otro intento acaso de seguir sosteniendo un discurso de control, castrante e invisibilizador. personas estn limitadas por las propias reglas del sistema. Entonces, si hacemos poltica o tomamos decisiones de poltica, somos responsables de su persistencia o de ser ejecutores del cambio que mejorar la vida de millones de personas. Es precisamente all donde la intervencin del Estado con leyes como la Unin Civil es deseada, urgente y necesaria.
Hace no muchos aos se consideraba absurdo e inaudito que una mujer osara leer, que escriba, que vote, que sea un igual entre los hombres. Se consideraba antinatural que los afrodescendientes tuvieran derechos o libertad. Todava hoy muchos consideran que los nios son propiedad de sus padres, justificando as el maltrato fsico y humillante. Hasta hace no mucho en nuestro pas el matrimonio estuvo solo permitido para los cristianos catlicos que vivan en el Per. Los paradigmas cambiaron con el tiempo, y deber cambiar an ms. Por ello todava seguimos luchando contra la violencia hacia la mujer, hacia el nio, contra la discriminacin por origen tnico y por superar la exclusin social. El tema de la exclusin por orientacin sexual no es diferente. Es un paradigma que se repite desde que nacemos con el color azul y el celeste, con los pantalones y las faldas, con poder llorar si eres mujer y soportar el dolor en silencio si eres hombre. Lo repetimos innumerables veces en el colegio cuando nos repiten que el modelo de familia es la triloga sagrada de padre, madre e hijo, y que la familia es la clula bsica de la sociedad, aunque de cada 40 alumnos haya 38 que no coinciden con ese modelo. Puede ser una aspiracin vlida, pero es solo una aspiracin: la naturaleza humana es mucho ms compleja de lo establecido y siempre lo ha sido.
El enfoque basado en derechos en las polticas pblicas es una forma particular de mirar el mundo, de leer la realidad y de intervenirla desde el Estado. En esa intervencin, la regla principal es que el Estado se convierta en garante, protector, promotor y respetuoso de los derechos de las personas, en condiciones de igualdad y considerando las diferencias. Y el respeto por los derechos se exige hoy a los Estados como elemento sustancial para llamarlos democrticos y regidos por el Estado de Derecho. El desarrollo de una nacin hoy no se puede medir solo por el sostenido crecimiento econmico necesario, qu duda cabe-, pero es preciso caminar tambin hacia la comprensin de un desarrollo que se base en derechos, en las mayores capacidades para los ciudadanos y ciudadanas que componen la comunidad, un espacio de libertad que llegue al mximo sin poner en riesgo la vida, la integridad o los derechos de los dems. Si eso ocurre, all estar el Estado para regularlo. Nuevamente -seamos claros y honestos como comunidad- la Unin Civil no afecta negativamente los derechos de nadie, y ms bien s lo hace positivamente en favor de quienes formamos parte de eso que se ha denominado la comunidad lgtbi. Ojal no tuviramos que hacer dichas diferencias, y simplemente pudiramos ser ciudadanos y ciudadanas de un pas que reconozca la diversidad sexual garantizando el espacio de libertad y definicin de cada uno, porque por cierto- corresponde a una realidad que no es nueva, y probablemente, como ya mencionamos, tampoco es minora.
Polticas pblicas en un Estado laico
La Unin Civil es tambin una gran oportunidad para lograr que nuestro Estado se torne en uno verdaderamente moderno, y eso significa laico. Antes que existiera el Estado moderno, al que aspiramos desde hace no pocos siglos, las decisiones se basaban en las creencias o en la voluntad del soberano. No haba certidumbre, no haba igualdad, no haba seguridad jurdica. La aparicin de la ley, del rule of law, del Estado de Derecho, que permita construir esa seguridad, lejos del relativo humor o creencia del soberano. Las polticas pblicas aparecen como un elemento racionalizador de dicho sistema decisional. Siendo decisiones, estn basadas en argumentos, que explican y justifican una situacin de la realidad como problema pblico, que permite establecer criterios para decidir que el Estado debe intervenir, y qu tipo de intervencin merece cada tema, y as, permite seleccionar alternativas de solucin que intentan resolver ese problema o crear condiciones para que los ciudadanos lo resuelvan por sus propios medios en el mercado o en el espacio social. Las polticas pblicas no pueden as basarse en dogmas, creencias religiosas o meras especulaciones sobre lo que puede o no ser considerado natural. Nadie cuestionar, por ejemplo, la naturalidad de la reproduccin, pero tampoco se puede cuestionar la complejidad de la sexualidad humana y la diversidad de formas de familia que no coinciden con el modelo padre-madre-hijo. No podemos asumir que la monogamia del placer es natural, all donde la evidencia psicolgica y cientfica desde hace muchos aos- muestra que esta proviene de mltiples prcticas, que aparece en mltiples formas y que su comprensin nos hace ms libres y ms responsables de su propia existencia. 7
Si el Estado peruano se volviera maana mismo musulmn, el mundo cristiano probablemente sufrira un revs, y tendra entonces que abandonar la adoracin de sus deidades, la demolicin de sus templos y el encierro ante cualquier prctica ritual que para entonces se considerara pagana. El mundo se habra invertido, y los invertidos seran entonces aquellos que hoy lanzan la primera piedra para acusar de abominables a quienes tenemos una sexualidad diferente (muy diferente? improbable). La garanta de que cristianos y no cristianos, musulmanes y evanglicos y ateos y agnsticos, sacerdotes, apus y laicos puedan convivir en una misma comunidad viene dada por la existencia de un sistema de gobierno que est lejos de corporativizarse en sus decisiones con alguna de esas formas. Un gobierno para todos y todas, que garantice la libertad sin lesin de terceros, eso es un Estado laico y democrtico. La aprobacin de la Unin Civil no matrimonial va precisamente en ese camino y ojal podamos darnos la oportunidad de ser una mejor sociedad.
Reflexin final
Esta es una oportunidad de aceptar y reconocer una realidad, pero a su vez de intervenir para cambiarla positivamente sin afectar ni por asomo el derecho de otros. Toda poltica educativa ser un fracaso, las polticas de salud, previsin y cualquier otra sern limitadas, toda poltica a favor de la construccin de una cultura de paz ser banal, todo esfuerzo de lucha contra la exclusin, la violencia y la marginacin de las personas no heterosexuales parecer solo inconexa poesa si no decidimos. Se habr dado paso a una poltica, la de la-no- decisin, propia de quienes no asumen la responsabilidad de conducir a sus sociedades a mejores condiciones de vida.
Quienes formamos parte de una comunidad excluida, que debe muchas veces esconderse en los armarios de la soledad, en la violenta rutina de lo normal, en la cruenta exigencia del silencio; quienes formamos tambin parte de una realidad de la que no nos avergonzamos sino que la consideramos digna y valiosa para nuestras vidas, vidas que vivimos con orgullo pero con las lamentables limitaciones de un sistema injusto que no nos permite las mismas condiciones para lograr la felicidad; todos y todas reclamamos con pleno derecho y sin temor que el Per apruebe la Unin Civil. Insistir, entonces frente a nuestros gobernantes: no perdamos la oportunidad que tenemos entre manos para que nuestra comunidad poltica y nuestro pas sean ms libres, democrticos y respetuosos de los derechos humanos de todos y todas.
7 Desde los informes de Kinsey, Hite y otros autores sobre la sexualidad masculina, pasando por Masters & Johnsonn y De Lauretis, hasta estudios ms recientes de Molloy & MacKee, Coriaga & Cruz, Vance, Ira Reiss, Byrne, Vanggaard, entre muchos otros. El mundo ha producido cantidad de conocimiento cientfico sobre la diversidad sexual y necesitamos que se vuelva una disciplina de estudio acadmica tambin. Bibliografa
DISEX Observatorio de Polticas para la Diversidad Sexual. A favor y en contra de la Unin Civil. Lima: mayo, 2014, en: http://disex.org visitado el 06/05/14 10.44 pm. Foucault. Histoire de la sexualit 1: la volont de savoir. Paris, ditions Gallimard. 1976. Heclo, Hugh. Review Article. Policy Analysis, en: British Journal of Political Science, 2 (January 1972), pp. 83-108. Hintze, Otto. The state in historical perspective, en: Bendix, Reinhart (edit). State and Society. University of California Press. Berkeley. 1973. Kingdon, John. Agendas, Alternatives, and Public Policies. Little Brown, Boston, 1984. Lindblom, Charles. Politics and Markets, Basic Books, New York, 1977. Mairet, Grard. La gnesis del estado laico de Marsilio de Padua a Luis XIV, en: Chatelet, Francois. 1981. Historia de las ideologas. Tomo II. De la Iglesia al Estado (del Siglo IX al siglo XVII). Premia Editora. Mxico. 1981 Majone, Giandomenico. Evidence, Argument & Persuasion in the Policy Process. Yale University Press, 1989. Perelman, Chaim. The Realm of Rethoric, University of Notre dame Press, 1982. PROMSEX y Red Peruana TLGB. Informe Annual sobre Derechos Humanos de Personas Trans, Lesbianas, Gays y Bisexuales en el Per, 2012. Sin igualdad no hay justicia. Lima, 2012.