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DOMINGO 15
28 DE MAYO DEL 2006 HOY
POLÍTICA I 18 I SALUD I 19 I
Los partidos políticos extremeños se preparan El Centro de Reproducción Asistida ha hecho
para las elecciones del próximo año posible que 122 extremeñas queden embarazadas
Los hijos
vascos de
Extremadura
TEXTOS Y FOTOS JON CUESTA RODRÍGUEZ
C
ada día en la vida de un EMIGRACIÓN DE UN SIGLO
emigrante extremeño es F Siglo XX: Más de 800.000 extre-
nostalgia, vivencias, recuer- meños han tenido que hacer las
dos. Cada minuto, agrade- maletas y marcharse de la región.
cimiento en forma de esfuerzo y F Las décadas de los 60 y los 70
trabajo en la tierra que les acogió fueron las de mayor auge de la emi-
y les permitió proyectar un futu- gración. Casi el 35% de la pobla-
ro de garantías. Cada segundo, ción abandonó Extremadura, prin-
una tentación de regresar algún cipalmente hacia el País Vasco,
día al lugar que les vio nacer. Madrid y Cataluña.
Actualmente, alrededor de F Sólo el 56% de los extremeños
70.000 extremeños y 200.000 des- sigue viviendo en la región (la media
cendientes viven en el País Vas- nacional es del 77%).
co, un territorio próspero cuyo F 70.000 extremeños residen
auge industrial de la segunda actualmente en Álava, Vizcaya y
mitad del siglo XX atrajo a miles Guipúzcoa, aunque las segundas y
de emigrantes que huían de la terceras generaciones, nacidas ya
escasez del campo y del paro en el País Vasco, hacen un total
obrero en la Extremadura más aproximado de 200.000 personas.
atrasada y pobre. F Existen 16 asociaciones extre-
Hoy, muchos años después, des- meñas distribuidas por las tres pro-
de la tierra que tan ansiadamen- vincias vascas y coordinadas por la
te espera que el terrorismo les deje Federación de Asociaciones Extre-
en paz, 14 personas que vivieron meñas de Euskadi.
en sus carnes la emigración nos F Sólo el 43% de las parejas en el
cuentan 14 historias, 14 vidas dife- País Vasco están compuestas por
rentes obligadas por unos u otros hombre y mujer de dicho territorio.
motivos a abandonar Extrema-
dura e integrarse en una sociedad Fuentes: INE, Artemio Baigorri y Enciclopedia Extremeña POLICÍA MUNICIPAL. José Mejías, de 51 años y natural de Higuera de Vargas, llegó a Irún con 13 años.
que les esperó con los brazos
abiertos.
lizar los cimientos de su nueva
«Me vine a Euskadi para Cuando se le pregunta por las
razones que le llevaron a alejar-
vida en el País Vasco sin perder
de vista su procedencia. «Tene-
VALENTÍN VALERO Y ADELA MENOR
51 y 48 años • Irún trabajar menos y ganar más» se de su tierra, lo tiene claro:
«Me vine a Euskadi para traba-
mos toda la familia allí, y nunca
fallamos en vacaciones».
jar menos y ganar más». A pesar Desde la lejanía, Adela y Valen-
Antonio García, de 43 años, condiciones que debería tener de haber vivido ya más de la tín divisan Extremadura con
nació en Zalamea de la Serena cualquier trabajador en su pues- mitad de su vida a 900 kilóme- pena, porque la región «ha prefe-
pero pronto optó por buscarse to de trabajo». Hoy, 23 años des- tros de su tierra, nunca se olvi- rido emigrar a quedarse», y reco-
la vida en otra parte. Se casó pués de hacer las maletas, Anto- da de ella. «Todavía me sigo emo- nocen verla prácticamente igual
«Extremadura ha joven, con 20 años, y decidió que nio ha construido su presente cionando cuando vuelvo a casa que hace 30 años. «No ha cambia-
su pueblo no ofrecía las garan- y su futuro en Zarauz, un peque- de visita y me encuentro con el do demasiado», dicen. «A nivel de
preferido emigrar, y tías laborales que él exigía. «Allí ño pueblo de la costa guipuzco- cartel de ‘Comunidad de Extre- trabajo lo vemos igual de mal».
eso da pena porque es tenía trabajo, pero viajé a Cata- ana, y trabaja en el peaje de la madura’ en la Nacional V», reco- Ellos fueron prosperando, y en
nuestra tierra» luña primero y finalmente a
Guipúzcoa para disfrutar de las
autopista A–8 que une San
Sebastián con Bilbao.
noce. «Al fin y al cabo, es la tie-
rra donde nací y crecí».
1989 abrieron su propio negocio,
«poquito a poco y con mucho
Valentín Valero y Adela Menor, esfuerzo», donde no falta ni el
emeritenses de 51 y 48 años, se queso, ni el vino ni el jamón
casaron en Mérida en 1976, y poco extremeño. Es la muestra más
después, en enero de 1977, partie- empresa de laminaciones», recuer- raban de su tierra fueron una losa Cuando pudieron, Valentín dejó clara de lo cerca que siguen sin-
ron hacia Lesaka, un pequeño da Adela. «A mí no me quedó más a la que les costó acostumbrarse. la fábrica y se trasladaron a Irún tiendo esos 800 kilómetros 29
pueblo al norte de Navarra y limí- remedio que marcharme, aunque «No conocíamos a nadie, y los días para probar suerte en una char- años después.
trofe con Guipúzcoa. «Él ya había trabajaba en una oficina». siempre eran lluviosos, grises y cutería. Llegaron los hijos, todos
emigrado y trabajaba en una Los 800 kilómetros que les sepa- tristones», recuerda Adela. iruneses, y comenzaron a estabi- , SIGUE EN LA PÁGINA SIGUIENTE
16 REGIÓN DOMINGO
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HOY
Hasta siempre,
Extremadura
Desde la segunda mitad del siglo pués a muchos puntos del país y
XX, la emigración ha sido una de del extranjero. Sin embargo, no
las losas más tristes y devastado- fue hasta el siglo XX cuando la
ras con las que ha cargado Extre- región se erigió definitivamente
madura a lo largo de su historia. en el principal emisor de emi-
Anteriormente, en los siglos grantes del país con un total esti-
XVI y XIX, la región ya sufrió las mado de un millón de personas.
consecuencias de ser uno de los Este fenómeno se mostró espe-
mayores focos emisores de emi- cialmente acuciante a partir de los
AÑOS 60. Dos emigrantes apuran resignados sus últimos momentos antes de emigrar. / HOY grantes, primero a Indias y des- años 60. Desde entonces, casi 50.000
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REGIÓN 17
HOY
JOSÉ MEJÍAS ron a Francia, donde las subven- HOGAR EXTREMEÑO ticos, Euskadi son las personas»,
51 años • Irún ciones por sus cinco hermanos y FRANCISCO DE ZURBARÁN
Zarauz
sentencia. «San Sebastián sería
el sueldo de su padre eran mucho En una mesa alargada, y con el
más apetecibles que en Extrema- olor de varios corderos asados a
una ciudad 10 si
dura. A los cinco años, con 13, la los que darán cuenta a la hora de estuviera más cerca
familia se mudó a Irún, en la mis- «Euskadi no es cenar, varios emigrantes extre-
de Plasencia»
ma frontera con el país galo, y nun- meños reviven su pasado y sus
«Los vascos tienen ca más se movió de allí.
la política ni los biografías, llenas de nostalgia y A Lidia los estudios le han hecho
un carácter cerrado, Hoy es policía municipal, y tie- debates, Euskadi de recuerdos intactos a la ame- cambiar su Plasencia natal por
pero su amistad es
ne la costumbre de cogerse 10 días
en primavera para visitar Higue-
son las personas» naza de los años pasados.
Bernardo Gómez, de 65 años,
una ciudad atractiva, pero a 600
kilómetros y 10 horas de autobús
para siempre» ra de Vargas y relajarse del traba-
jo. «Así como otras zonas de Extre-
Unas pronunciadas escaleras con-
ducen a una sociedad gastronó-
fue zapatero en Zalamea de la
Serena hasta que con 19 años la
por carreteras tortuosas. «San
Sebastián sería una ciudad 10 si
José Mejías, de 51 años, está afin- madura han evolucionado, a mi mica de Zarauz. Si no fuera por la necesidad le arrojó al País Vasco. estuviera más cerca de Plasencia»,
cado en Irún desde los 13 años. pueblo lo veo igual», reconoce. De ikurriña y por la bandera verde, Todavía recuerda aquel día, aquel reconoce. De hecho, se hubiera
Nació en Higuera de Vargas, pero la región se queda con la gente y el blanca y negra, nada haría sos- insufrible traqueteo de un viejo quedado más cerca de su pueblo,
prácticamente no se siente identi- paisaje, aunque se notan los años pechar que nos encontramos en tren que tardó tres días en llegar en Salamanca, si hubiera obteni-
ficado con sus orígenes porque sus que ha pasado en el País Vasco. «La el Hogar Extremeño Francisco de a la última estación, la de Zarauz. do una nota más alta para acce-
padres decidieron emigrar cuan- gente de aquí es más cerrada, pero Zurbarán. En el interior, los socios «Le tenía mareado al revisor, pre- der a la licenciatura de Psicolo-
do él tan sólo tenía 8 años. Se fue- su amistad es para siempre». se mezclan como las propias ban- guntándole todo el tiempo si ya gía. «Al final elegí San Sebastián
deras. Extremeños, vascos hijos habíamos llegado». porque tengo familia y la ciudad
de extremeños e incluso gente de Su mujer, también ilipense, me encanta».
otras comunidades se dan cita allí, había emigrado con 12 años, y Lidia es una recién llegada, y
personas decidían cada año que tes que dejaron atrás sus orígenes ejemplizando el mismo tejido ambos se conocieron en verano, el cambio que más ha notado ha
Extremadura no les brindaba las para aterrizar en Euskadi, todos social del País Vasco, en el que en una de las muchas ocasiones sido el de los precios, que en la
posibilidades de futuro que otras coinciden en la tristeza de «haber sólo el 43% de las parejas están en las que ellos y otros emigran- capital guipuzcoana están por las
regiones como el País Vasco, Cata- tenido que abandonar su tierra», compuestas por hombre y mujer tes volvían a casa para visitar a nubes. Lo que más le gusta, la
luña o Madrid sí proyectaban. Las pero se muestran contentos de la vascos. los suyos. Bernardo reconoce que tranquilidad, la playa y la gente,
míseras condiciones del sector manera en que se les acogió y se La integración y la conviven- los primeros años fueron duros, por ese orden. «No entiendo
agrario y el paro obrero conduje- sienten plenamente unidos a su cia han sido constantes vitales tanto que había veces en que no cómo algunos intentan genera-
ron a Extremadura a perder el 18% comunidad de acogida por su tra- desde que los extremeños comen- podía contener las lágrimas. lizar en el conflicto vasco, por-
de su población entre 1960 y 1965, bajo y, sobre todo, por sus hijos, zaron a llegar a Zarauz, princi- «Cada vez que volvía y me iba que realmente son una minoría»,
y el 35% del total para 1975. nietos y bisnieto, vascos de naci- palmente desde la Serena. «La acercando a mi pueblo, se me salía sostiene.
El modus operandi solía repe- miento y de sentimiento. mezcla enriquece, y al final se ha el alma de la alegría», recuerda. Pese a los encantos de la ciu-
tir los mismos patrones: padre o La mayoría ha construido en el hecho entender que unos y otros Poco a poco, el trabajo, la fami- dad, la morriña hace que una vez
hijo mayor que viajan a la aven- País Vasco una vida que ya no no somos tan diferentes», dice lia y los años fueron asentándole al mes se saque un billete de
tura para probar suerte y que, tras puede ni quiere abandonar, aun- Paco, de padres zafrenses y con en la costa guipuzcoana, y aunque autobús para hacer un viaje eter-
estabilizarse en el lugar de desti- que, en el caso de Luis Herrero, un hijo vasco. Cecilio, secretario aquello le sigue fascinando, ya no no hasta casa. «Se hace muy lar-
no, arrastran a toda la familia e ejemplo de otros muchos, «cada de la asociación, tiene claro que volvería a vivir allí. go, pero merece la pena», dice. Al
incluso a otras familias del pue- día» que se levanta reconoce tener el País Vasco «es otra cosa» dis- El caso de José María Hidalgo, fin y al cabo, Plasencia es insus-
blo. En lo referente a los valien- «la permanente duda» de volver. tinta de lo que se decía. «Euskadi también de Zalamea, es la histo- tituible para una placentina
no es la política ni los debates polí- ria de un hombre que llegó con 15 como ella.