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Exposición N° 4. Derecho Procesal III.

“Ejecución y procedimientos
especiales”1.

Profesor: Jordi Delgado Castro.


Ayudante: Felipe Carrasco Véliz.

Unidad III: “Juicio ejecutivo por obligación de dar, hacer y no


hacer”.

La tercería en la ejecución.

Las tercerías constituyen la forma en que personas ajenas al


juicio, pueden reclamar respecto de vulneraciones de sus derechos
en un determinado procedimiento. Esta intervención de los terceros
en un proceso cuando tengan interés en sus resultados, se llaman
tercerías. En general, son admisible toda clase de tercerías,
salvo en el juicio ejecutivo, en que se limita a las expresadas en
el artículo 518 del Código de Procedimiento Civil. Otros
procedimientos en que no procede la introducción de las tercerías,
son el de realización de la prenda industrial, la realización de
la prenda agraria y el procedimiento ejecutivo especial
establecido por la Ley sobre Compraventa de Cosas Muebles a Plazo.
Así, se ha sostenido en doctrina que la intervención de los
terceros en juicio, puede ser voluntaria u obligatoria (o
forzada). Según el artículo 23 del Código de Procedimiento, la
intervención voluntaria, puede ser como: a.- Terceros
coadyuvantes. Son terceros coadyuvantes, aquellos que sostienen
pretensiones armónicas y concordantes con las de una de las partes
directas. Tal sería el caso del deudor en que ha sido demandado
su codeudor solidario o subsidiario. b.- Terceros excluyentes. Son
terceros excluyentes, aquellos que sostienen derechos
incompatibles con los de las partes directas, como por ejemplo, el
tercero, en una tercería de dominio o de posesión. c.- Terceros
1
Minuta de apoyo, redactada por ayudante de la Cátedra y revisada por
el profesor de la misma.
independientes. Son terceros de esta categoría, aquellos que
sustentan en juicio, un interés diverso al que sostienen las
partes directas del mismo. Tal ocurre, con el legatario que
interviene en un juicio de nulidad del testamento, seguido en
2
contra de un heredero del testamento .

Por su parte, la intervención obligatoria o forzada de


terceros, según la mayoría de la doctrina, ocurre en las
siguientes situaciones: a.- Situación del artículo 21 del Código
de Procedimiento Civil. Dicho precepto, contempla un caso de
legitimación litis consorcial activa, pues dispone que notificada
una demanda y la acción pueda corresponder a otra u otras personas
determinadas, el o los demandados podrán solicitar que se ponga en
conocimiento de quienes no hayan concurrido a entablarla y a
quienes pueda afectar el resultado de dicho juicio, para que
dentro del término de emplazamiento manifiesten si adhieren o no a
ella. Puede adherirse, caso en el cual intervendrá como parte
directa del juicio y le afectarán los resultados del mismo, tanto
la acción como la excepción de cosa juzgada y deberán actuar con
un procurador común. Si declara su resolución de no adherirse,
caducan sus derechos. Por último, en caso de silencio, le afectará
el resultado del juicio, sin nueva citación. En el caso estudiado,
se interviene como parte directa del juicio, demandante. b.- La
jactancia. El artículo 269 del Código de Procedimiento Civil,
define a la jactancia como “cuando alguna persona manifieste
corresponderle un derecho de que no esté gozando, todo aquel a
quien su jactancia pueda afectar, podrá pedir que se la obligue a
deducir demanda dentro del plazo de 10 días, bajo apercibimiento,
si no lo hace de no ser oída después sobre aquel derecho” 3. En este
2
Según el artículo 951 del Código Civil, los legatarios son
asignatarios a título singular, es decir, el causante les ha dejado un bien,
determinado o determinable de la masa o as hereditario. En cambio, el heredero,
es asignatario a título universal, sucediendo legalmente a su causante en todos
sus derechos y obligaciones transmisibles, de acuerdo a lo prescrito
perentoriamente por el artículo 1097 del mismo Código. En consecuencia, legatario
y heredero, sostienen intereses distintos e independientes.
3
Este es uno de los casos en que se obliga a una persona a deducir
demanda. Además, el término legal de 10 días, es ampliable por el tribunal
caso, la persona que se jacta de corresponderle un derecho de que
no está gozando, es obligada a deducir demanda, siendo parte
directa (demandante) en el juicio y no un tercero. c.- La citación
de evicción4. La evicción consiste en la turbación del dominio o
propiedad de la cosa vendida, y la citación de evicción constituye
el procedimiento regulado por los artículos 584 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil, para que el vendedor, sea citado
por el comprador, para que lo defienda de quien lo turbe en su
dominio. En este caso, el vendedor citado de evicción es tercero
ajeno al juicio, pero una vez citado, interviene como parte
directa del juicio (demandado). Sin embargo, en todos los casos
reseñados, los pretendidos terceros, no actúan como tales, sino
como partes directas del juicio, siendo impropio decir que se
trata de una intervención obligatoria de terceros.

Existen ciertas disposiciones del Código de Procedimiento


Civil, que se refieren a los terceros y establecen normas
especiales. En efecto, mencionado artículo 23 del Código, además
de los artículos 24 y 56 del mismo cuerpo normativo. El artículo
24, dispone que las resoluciones que se dicten en conformidad a la
intervención como tercero coadyuvante, independiente o excluyente,
producirá respecto del tercero los mismos efectos que respecto de
las partes. El artículo 56, por su parte, dispone que cuando haya
de notificarse una resolución a un tercero que no sea parte en el
juicio, deberá hacerse personalmente o por cédula. También al
artículo 234 del mismo Código, a propósito del cumplimiento
incidental de las resoluciones dictadas por tribunales chilenos,
dispone que cuando se pida el cumplimiento del fallo en contra de
un tercero dispone además de las excepciones enumeradas por dicho

habiendo motivos fundados, hasta 30 días (en total). Cabe recordar que se
entenderá haber jactancia, cuando la declaración del jactancioso conste por
escrito o se haya hecho a viva voz, delante de a lo menos 2 personas hábiles para
testificar en juicio civil.
4
Según el artículo 1838 del Código Civil, hay evicción de la cosa
comprada, cuando el comprador es privado del todo o parte de ella, por sentencia
judicial. Además, agrega el artículo siguiente, que el vendedor es obligado a
sanear todas las evicciones que tengan una causa anterior a la venta, salvo
estipulación en contrario.
precepto, de la de no empecerle la sentencia y el término legal
para oponer excepciones aumenta de 3 a 10 días.

De acuerdo a lo expuesto precedentemente, en otra exposición,


lo que influye en la introducción de tercerías en el procedimiento
de ejecución, es la carencia de nuestra legislación, en cuanto a
la certidumbre respecto de la titularidad de los bienes
embargados. En derecho comparado, existe el denominado “juramento
de manifestación”, institución aplicable entre nosotros sólo al
cobro ejecutivo de impuestos, por disposición del artículo 171 del
Código Tributario y que favorece únicamente al fisco. Los
artículos 2465 y 2469 del Código Civil, sólo aclaran que la
ejecución podrá dirigirse sobre todos los bienes, sean presentes o
futuros, muebles o raíces del patrimonio del deudor. Junto lo
anterior, el artículo 578 del Código Civil expresa que los
derechos personales (o sea las obligaciones) se pueden exigir de
ciertas personas que por un hecho suyo o la sola disposición de la
ley han contraído las obligaciones correlativas. Ello reafirma la
idea de que las deudas o derechos personales sólo pueden dirigirse
sobre bienes del deudor, lo que se ha llamado erróneamente entre
nosotros como “derecho de prenda general de los acreedores”5.

Adentrándonos en el tema que nos convoca, según el artículo


518 del Código de Procedimiento Civil, en el juicio ejecutivo sólo
son admisibles las siguientes tercerías: a.- Tercería de dominio.
b.- Tercería de posesión. c.- Tercería de prelación. d.- Tercería
de pago. Antes de la dictación de la Ley N° 18.705 de 24 de mayo
de 1988, no existía la tercería de posesión, sin perjuicio de que
la doctrina y la jurisprudencia la aceptaban, atendido lo
dispuesto en el artículo 700 del Código Civil, en relación con el
artículo 582 del mismo cuerpo normativo. En derecho comparado,
existe otra tercería denominada de “prevención”, la cual tiene por
objeto precaver fundadamente el futuro embargo de bienes de un

5
Decimos erróneamente, ya que la doctrina lo llama “principio de
responsabilidad patrimonial universal”, denominación que compartimos.
tercero. Aquí según don Patricio Valdés Aldunate6, se hace
procedente la interposición de un recurso de protección fundado en
la garantía constitucional del artículo 19 N° 24 de la
Constitución, es decir, al verse amenazado el legitimo ejercicio
del derecho de propiedad y de los atributos derivados del mismo.
Para este autor, es factible la utilización de esta vía, atendida
la circunstancia de que el momento inicial para la interposición
de toda tercería, es la traba del embargo. No existiendo un
embargo trabado sobre bienes del tercero, no queda otro camino que
la tercería de prevención, pero como en Chile no se encuentra
regulada, sería posible la interposición del recurso de
protección7.

Otro problema de relevancia, es determinar la naturaleza


jurídica de las tercerías. Para algunos8, las tercerías,
constituyen un juicio aparte, teniendo relevancia para determinar
ciertos aspectos de las actuaciones allí realizadas. Para otros9 se
trata de un incidente, promovido dentro de la ejecución. Según el
artículo 521 del Código de Procedimiento Civil, la tercería de
dominio se tramitará de acuerdo a las reglas del juicio ordinario,
omitiéndose en la etapa de discusión los trámites de réplica y
dúplica. Por su parte las tercerías de posesión, prelación y pago,
se tramitarán de acuerdo a las reglas establecidas para los
incidentes. El precepto en comento, sólo nos expresa las reglas de
procedimiento a que se somete cada una de las tercerías admitidas
en el juicio ejecutivo, pero nada acerca de su naturaleza
jurídica. El que las tercerías de posesión, prelación y pago, se

6
Valdés Aldunate, Patricio. “La tercería en la ejecución”. En: Juicio
ejecutivo, panorama actual. Departamento de Derecho Procesal-Universidad de
Chile. 1995. Varios autores. Págs. 106 a 111.
7
Según la mayoría de la doctrina, no procede interponer un recurso o
acción de protección en contra de una resolución judicial, pese a que la
Constitución Política de la República de Chile, no consagra dicha limitación.
Aquí no se vulnera no dicho anteriormente, pues el recurso se interpone en contra
de una actuación judicial (el futuro embargo), no respecto de una resolución
judicial, razón por la cual es absolutamente procedente.
8
Entre ellos, Raúl Espinosa Fuentes y Patricio Valdés Aldunate.

9
Entre ellos, Davor Harasic Yaksic.
tramiten como incidente, no quiere decir necesariamente que sean
un incidente dentro de la ejecución. Lo mismo, respecto de la
tercería de dominio, ya que no podemos concluir que se trate de un
juicio aparte, por el tan sólo hecho de que se tramite de acuerdo
a las normas del juicio ordinario.

Antes de aventurarnos a dar conclusiones, nos interesa


determinar la relevancia de zanjar la disputa relativa a la
naturaleza jurídica de las tercerías. Primero, es importante, ya
que si se trata de un juicio aparte, se debe constituir nuevo
poder para actuar en el, mientras que si se trata de un incidente,
el mismo poder con que actúa en el juicio principal es suficiente,
para actuar en autos. En segundo lugar, si se trata de un juicio
aparte, la notificación de la primera gestión deberá notificarse
personalmente, mientras que si se trata de un incidente, basta con
notificar por cédula a los apoderados de las partes. En tercer
lugar, la resolución que falla la tercería sería sentencia
definitiva, para quienes sostienen que se trata de un juicio
aparte, mientras que para quienes consideran que se trata de un
incidente, la sentencia sería interlocutoria, pues fallarían un
incidente que establece derechos permanentes a favor de las
partes. En cuarto lugar, en cuanto a los recursos, depende de la
naturaleza jurídica de la resolución que falla la tercería, si se
la considera sentencia definitiva, proceden el recurso de
rectificación, aclaración o enmienda; el recurso de apelación; el
recurso de casación en la forma y en el fondo, el recurso de
queja, en su caso. Si se le considera, sentencia interlocutoria,
proceden, en general, el recurso de rectificación, aclaración o
enmienda y el recurso de apelación. Debemos descartar el recurso
de casación en la forma y en el fondo, debido, a que la sentencia
interlocutoria no pone término al juicio ni tampoco hace imposible
su prosecución. Por igual razón no procedería el recurso de queja.
En quinto lugar, es importante, en cuanto a los efectos con que se
concede la apelación, pues si consideramos que se trata de una
sentencia definitiva, ésta se concederá en ambos efectos, mientras
que si se tratara de una sentencia interlocutoria, el recurso se
concede en el sólo efecto devolutivo. Aquí es importante
determinar, si la apelación se concede en ambos efectos,
suspendiéndose la tramitación en primera instancia, si dicha
suspensión alcanza al juicio ejecutivo en que se promovió la
tercería. En sexto lugar, tiene relevancia, para determinar si se
deben remitir todos los cuadernos del proceso, es decir, el
principal o ejecutivo, el de apremio y el de la tercería, o
solamente éste último. En séptimo lugar, también tiene relevancia,
determinar la naturaleza jurídica, respecto del abandono de
procedimiento, pues si se considera un juicio aparte, se puede
solicitar el abandono de la tercería, en cambio, si se trata de un
incidente, para entender abandonada la tercería, se debe solicitar
el abandono del procedimiento principal. En octavo lugar, si se
trata de una sentencia definitiva, según las reglas generales, el
plazo legal para apelar es de 10 días, mientras que si se trata de
una interlocutoria, el término se reduce a 5 días. En noveno
lugar, y también relacionado con la apelación, tenemos el problema
de si la apelación se deduce en contra de una sentencia
definitiva, se fallará previa vista de la causa, es decir, con
alegatos, mientras, si se considera interlocutoria, se fallará en
cuenta, salvo que en el escrito en que se haga parte, el tercero
pida u ofrezca alegatos. Por último, si la sentencia es
definitiva, debe cumplir todos los requisitos del artículo 170 del
Código de Procedimiento Civil, si la sentencia es interlocutoria,
sólo debe cumplir los requisitos del artículo 61 Inciso 3° y 169
del Código de Procedimiento Civil, pronunciarse sobre las costas y
en cuanto fuere posible, los requisitos de los números 4° y 5° del
artículo 170 del mismo cuerpo normativo.

Estudiemos ahora cada una de las tercerías admitidas en el


juicio ejecutivo.

a.- Tercería de dominio. Es aquella en que el tercero interviene


en una ejecución alegando el dominio de uno o más de los bienes
embargados. El dominio que se llama también propiedad, es definido
por el artículo 582 del Código Civil, como un derecho real en una
cosa corporal, para gozar y disponer de ella arbitrariamente, no
siendo contra la ley o contra derecho ajeno. El artículo 523 del
Código de Procedimiento Civil, señala que la introducción de esta
tercería no suspende la tramitación del apremio, salvo que se
funde en un instrumento público otorgado con anterioridad a la
fecha de la presentación de la demanda ejecutiva. Es importante,
pues el Código generalmente se refiere a la fecha de la
notificación, pero aquí se expresa claramente un principio
contrario. En caso que no se suspenda, se seguirá adelante con la
subasta entendiéndose que ella recaerá sobre los derechos que el
deudor tenga o pretenda tener sobre la o las cosas embargadas. La
tramitación de esta tercería, se somete a las reglas del juicio
ordinario, omitiéndose únicamente en la fase de discusión los
trámites de réplica y dúplica. En este caso se crea un cuaderno
separado de tercería de dominio, el cual se caratulará teniendo al
tercero como demandante y a las partes (ejecutante y ejecutado)
como demandadas. De acuerdo el artículo 456 de nuestra legislación
procesal civil, la introducción de una tercería constituye justo
motivo para la solicitud de ampliación de embargo. Además según el
artículo 521 inciso segundo del Código de Procedimiento Civil, el
tercero puede hacer ejercicio del mismo derecho que el artículo
457 del mismo cuerpo normativo le franquea al ejecutado, es decir,
la facultad de pedir la substitución del embargo, consignando una
cantidad suficiente para el pago de la deuda y las costas, salvo
que el embargo haya recaído en la especie o cuerpo cierto a que se
refiere la ejecución. En cuanto al petitum en esta tercería debe
solicitar se deje sin efecto el embargo decretado y la restitución
de los bienes, lo cual debe consignar la resolución que acoja la
tercería. En cuanto a los recursos, nos remitimos a lo visto a
propósito de la naturaleza jurídica. Por último el momento inicial
para deducirla es que se haya a lo menos trabado el embargo y el
momento preclusivo, hasta antes de la realización de los bienes
embargados.
b.- Tercería de posesión. Es aquella en que el tercero pretende
tener la posesión de uno o más de los bienes embargados. Esta
tercería sólo fue incorporada por la Ley N° 18.705 de 24 de mayo
de 1988, que introdujo diversas modificaciones al Código de
Procedimiento Civil. Sin embargo, la doctrina y la jurisprudencia
admitían, la introducción de esta tercería, por lo dispuesto en el
artículo 700 inciso 2° del Código Civil, pues al poseedor se le
presume dueño mientras otra persona no justifique serlo. Así
probándose el corpus y el animus, se le tiene al tercero poseedor
de los bienes a que dicha posesión se circunscriba,
presumiéndosele dueño de ellos, para todos los efectos legales,
según se viene diciendo. Esta tercería, según el artículo 521 del
Código de Procedimiento Civil, se tramitará como incidente. Por
regla general no suspende la tramitación del cuaderno de apremio,
salvo que se acompañen documentos que constituyan a lo menos
presunción grave de la posesión reclamada. En este caso se crea un
cuaderno separado de tercería de posesión, el cual se caratulará
teniendo al tercero como demandante y a las partes (ejecutante y
ejecutado) como demandadas. Aquí también se podrá pedir la
ampliación del embargo y ejercer el derecho a pedir la
substitución de acuerdo al artículo 457 del Código de
Procedimiento Civil. En caso que no se suspenda, se seguirá
adelante con la subasta entendiéndose que ella recaerá sobre los
derechos que el deudor tenga o pretenda tener sobre la o las cosas
embargadas. El inciso tercero dice que las resoluciones que se
dicten serán apelables y la apelación se concederá en el sólo
efecto devolutivo10. En el petitum, también se deberá solicitar que
se deje sin efecto el embargo, restituyéndose los bienes
embargados. Por último el momento inicial para deducirla es que se

10
Este precepto sirve de argumento para sostener que las tercerías
constituyen un incidente, pues para que la apelación se conceda en el sólo efecto
devolutivo, es menester, que la resolución que recaiga en ella no sea definitiva.
Pero se ha dicho en contrario, que este artículo se refiere a la resolución que
se pronuncia sobre la suspensión del procedimiento de apremio, interpretación con
la que concordamos plenamente.
haya a lo menos trabado el embargo y el momento preclusivo, hasta
antes de la realización de los bienes embargados.

c.- Tercería de prelación. Es aquella en que el tercero alega ser


pagado preferentemente con los bienes embargados en una ejecución.
También se denomina tercería de mejor derecho o de preferencia. Se
tramita de acuerdo a las reglas relativas a los incidentes. Esta
clase de tercería, no suspende jamás la tramitación del apremio,
hasta que quede terminada la realización de los bienes embargados,
según lo previene el artículo 525 del Código de Procedimiento
Civil. De acuerdo a lo prescrito por el artículo 546 del Código de
Procedimiento Civil, también se podrá pedir la ampliación del
embargo, ya que emplea la expresión “lo será también la
introducción de cualquier tercería sobre los bienes embargados”.
Verificado el remate el tribunal mandará a consignar su producto
hasta que recaiga sentencia firme en la tercería. Según el
artículo 526 del mismo cuerpo normativo, se podrá seguir la
ejecución sobre los bienes no comprendidos en la tercería,
cuestión aplicable a todas las tercerías designadas en el artículo
518, y desde luego sobre los bienes de la ampliación. Como
requisito anexo, el tercerista de prelación, así como también el
de pago, deberá valerse de un título ejecutivo, razón por la cual
se le considera un juicio aparte y no un mero incidente. Lo
anterior debido, a que el acreedor preferente podría demandar
ejecutivamente, y cobrar su crédito, pero dicho proceso sería
demoroso, siendo más expedito, la introducción de una tercería de
prelación. Además así lo expresa el artículo 527 del Código de
Procedimiento Civil.

d.- Tercería de pago. Es aquella en que el tercero interviene


alegando concurrir al pago, con bienes embargados en otra
ejecución, a falta de otros bienes. Se tramita de acuerdo a las
reglas relativas a los incidentes. Por disposición del artículo
527 del Código de Procedimiento Civil, el título invocado por el
tercerista debe ser ejecutivo. Además, es necesario que el deudor
no tenga otros bienes, pues en caso contrario se le deberá
demandar ejecutivamente en otro juicio diverso. También es
procedente la ampliación del embargo. Existen dos posibilidades:
a.- Que el acreedor demande ejecutivamente en un juicio diverso al
primitivo, solicitando se oficie al tribunal que conoce de la
primera ejecución, para que retenga de los bienes realizados, la
cuota que proporcionalmente le corresponda, o b.- Que el acreedor,
intervenga en la primitiva ejecución, deduciendo la tercería de
pago correspondiente, acompañando además el título ejecutivo,
exigido por el artículo 527 del Código de Procedimiento Civil.
Vale recordar que en caso que se ejerza el derecho comentado en la
letra a), recién explicada, no valdrá la designación de nuevos
depositarios, si en la ejecución primitiva, ya se ha nombrado a
uno. Además, el artículo 528 inciso segundo, segunda parte del
Código de Procedimiento Civil, establece una sanción para el
acreedor que a sabiendas de existir depositario o no pudiendo
menos que saberlo, hace retirar los bienes embargados en la
segunda ejecución, será sancionado con la pena establecida para el
delito de estafa. El artículo 467 del Código Penal, establece que
la pena dependerá del monto defraudado. En efecto, se castigará
con presidio menor en sus grados medio a máximo y multa de once a quince
unidades tributarias mensuales, si la defraudación excediera de cuarenta
unidades tributarias mensuales; Con presidio menor en su grado medio y
multa de seis a diez unidades tributarias mensuales, si excediere de
cuatro unidades tributarias mensuales y no pasare de cuarenta unidades
tributarias mensuales; Con presidio menor en su grado mínimo y multa de
cinco unidades tributarias mensuales, si excediere de una unidad
tributaria mensual y no pasare de cuatro unidades tributarias mensuales.
Por último, si el valor de la cosa defraudada excediere de cuatrocientas
unidades tributarias mensuales, se aplicará la pena de presidio menor en
su grado máximo y multa de veintiuna a treinta unidades tributarias
mensuales.

Según el artículo 529 el tercerista de pago tiene el derecho


de solicitar la remoción del depositario alegando motivo fundado y
decretada dicha remoción, se procederá a designar un nuevo
depositario de común acuerdo por ambos acreedores o bien por el
tribunal a falta de acuerdo. Además, el tercerista podrá
intervenir en la realización de bienes con las facultades de
coadyuvante, pudiendo actuar con las mismas facultades el primer
acreedor en la ejecución que ante otro tribunal deduzca el
segundo, ello en caso de ejercer el derecho de la letra b), visto
anteriormente.

e.- Otros derechos. Sólo diremos que según los artículos 519 y 520
del Código de Procedimiento Civil, se someterán a las reglas de
las tercerías, la reclamación de los derechos allí mencionados,
como por ejemplo, la facultad de excluir bienes por estar
mencionados en el artículo 445 del mismo cuerpo normativo o la
oposición que se funde en el derecho del comunero sobre la cosa
embargada.

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