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Para
que
una
empresa
lleve
a
cabo
su
actividad
necesita
disponer
de
una
estructura
económica
donde
se
recogerán
los
bienes
propiedad
de
la
empresa.
Dentro
de
esta
estructura
económica
encontramos
los
edificios
e
instalaciones
donde
instalar
los
factores
productivos
necesarios
para
el
desarrollo
de
la
actividad.
Las
primeras
decisiones
a
las
que
se
va
a
enfrentar
la
empresa
y
que
va
a
determinar
su
marcha
a
largo
plazo
son
las
de:
‐ ¿Dónde
ubicar
la
empresa?
En
sentido
jurídico,
todas
las
sociedades
deben
estar
localizadas
en
una
dirección
concreta,
conocida
como
domicilio
social.
La
ubicación
del
domicilio
social
dependerá
de
distintos
factores,
que
desarrollaremos
más
adelante.
‐ ¿Qué
dimensión
debe
tener
la
empresa?
Vendrá
determinada
fundamentalmente
por
la
demanda
del
mercado,
aunque
existen
otras
variables
que
determinarán
si
es
mejor
constituirse
como
empresa
pequeña,
mediana
o
grande,
con
las
ventajas
o
inconvenientes
que
cada
modelo
plantea.
Estas
decisiones
se
consideran
decisiones
estratégicas,
puesto
que
van
a
condicionar
la
marcha
de
la
empresa
en
el
futuro.
No
todos
los
años
puede
una
empresa
cambiar
de
ubicación
o
redimensionar
la
empresa,
debido
a
los
altos
costes
que
esto
plantearía.
1.‐
Los
factores
de
localización.
Las
decisiones
sobre
la
localización
de
las
instalaciones
se
basan
en
el
cálculo
de
los
costes
totales
de
un
conjunto
de
factores.
La
localización
óptima
es
aquella
que
hace
que
los
costes
de
localización
sean
menores.
Las
principales
variables
externas
de
las
cuales
depende
la
localización
son:
• La
previsión
de
la
demanda
de
mercado.
Se
debe
hacer
un
análisis
completo
del
mercado,
con
variables
como:
‐ La
población,
edad,
poder
adquisitivo,
grupos
sociales,
etc.
‐ La
competencia
‐ Factores
económicos,
políticos,
sociales
y
culturales.
• El
mercado
de
trabajo.
Uno
de
los
factores
productivos
más
importantes
que
va
a
emplear
la
empresa
son
los
trabajadores,
por
lo
tanto
es
importante
que
se
encuentren
los
más
cerca
posible.
Son
factores
importantes
también
los
conocimientos
técnicos
de
los
trabajadores,
existencia
de
mano
de
obra
cualificada,
su
situación
social
y
legal,
la
conflictividad
laboral,
las
relaciones
con
los
sindicatos,
etc.
• Transporte
y
comunicaciones.
La
empresa
se
debe
situar
en
un
lugar
de
fácil
acceso
para
el
transporte
en
general
y
para
la
comunicación
con
otras
empresas.
Las
empresas
comerciales
y
de
servicios
deben
situarse
cerca
de
la
población.
Sin
embargo,
las
empresas
industriales
se
suelen
localizar
en
polígonos
industriales,
en
las
afueras
de
las
ciudades.
• Suministros.
Se
debe
estudiar
la
incidencia
de
los
costes
de
los
suministros,
como
el
agua,
gas,
electricidad…
y
otros
servicios
exteriores.
• El
abastecimiento
de
materias
primas.
Se
incluyen
los
suministros
de
los
proveedores
para
determinadas
empresas
industriales
que
necesitan
materias
primas
para
poder
desarrollar
su
actividad.
La
proximidad
a
los
centros
de
producción
de
materias
primas,
los
plazos
de
entrega,
la
facilidad
de
pago,
la
garantía
de
la
continuidad
en
el
suministro,
etc.
• Coste
del
terreno,
construcción
e
infraestructuras.
Los
costes
de
los
terrenos
son
distintos
dependiendo
si
están
en
la
ciudad
o
en
los
polígonos
industriales.
• Legislación.
Se
debe
analizar
la
legislación
de
cada
una
de
las
posibles
zonas,
puesto
que
la
normativa
urbanística
y
en
general
las
Normas
Subsidiarias
pueden
ser
diferentes.
• Financiación
y
ayudas
económicas
o
fiscales.
La
financiación
depende,
fundamentalmente,
de
las
entidades
financieras,
por
lo
tanto
se
debería
ubicar
la
empresa
donde
le
sea
más
fácil
el
acceso
a
estas
entidades.
Por
otro
lado,
las
ayudas
económicas
y
rebajas
fiscales
promovidas
por
algunas
Administraciones
con
la
intención
de
atraer
el
mayor
número
de
empresas
también
deben
ser
analizadas.
• Además
de
estos
factores
existen
otros
muchos,
como
son
la
calidad
de
vida
en
la
zona,
el
clima
social,
la
industrialización
o
el
ambiente
sindical.
Este
conjunto
de
factores
se
deben
aplicar
a
cada
empresa
en
particular
teniendo
en
cuenta
sus
características.
2.‐
Los
factores
de
dimensión.
Cuando
hablamos
de
dimensión
de
la
empresa
nos
referimos
a
su
capacidad
productiva
o
máximo
nivel
de
producción
alcanzable
en
un
período
de
tiempo.
Al
hablar
de
dimensión
conviene
delimitar
entre
la
dimensión
global
de
la
empresa,
integrada
muchas
veces
por
varias
unidades
productivas
(fábricas,
almacenes,
etc.)
y
al
tamaño
de
una
instalación
productiva
concreta.
También
conviene
diferenciar
entre
la
dimensión
o
capacidad
productiva
de
la
empresa
con
la
capacidad
realmente
utilizada
(un
hotel
puede
tener
capacidad
para
alojar
100
clientes
diarios
pero
no
siempre
estarán
ocupadas
todas
las
habitaciones).
La
dimensión
de
la
empresa,
y
por
tanto
su
capacidad
productiva,
viene
determinada
por
los
siguientes
factores:
• La
demanda
de
mercado.
La
dimensión
de
la
empresa
depende
fundamentalmente
de
la
cantidad
de
productos
que
pretende
colocar
en
el
mercado.
Por
lo
tanto
la
capacidad
de
la
producción
que
se
debe
obtener
en
un
período
de
tiempo
viene
determinada
por
la
previsión
de
la
demanda.
La
demanda
de
mercado
se
presenta
por
tanto
como
el
factor
más
importante
a
la
hora
de
decidir
tanto
la
localización
como
la
dimensión.
• Las
nuevas
tecnologías.
Los
incrementos
de
productividad
y
la
competitividad
dependen
en
gran
manera
de
la
aplicación
de
los
conocimientos
de
las
tecnologías
de
última
generación.
• Las
perspectivas
de
futuro.
El
conjunto
de
los
posibles
clientes
(presentes
y
futuros)
es
un
dato
muy
importante
a
la
hora
de
determinar
la
localización
de
la
empresa.
Se
trata
de
satisfacer
las
necesidades
de
la
población
ofreciendo
de
forma
eficiente
y
en
el
momento
oportuno
la
cantidad
requerida
por
éste.
• La
actividad
propia
de
la
empresa.
La
capacidad
de
producción
es
my
diferente
en
cada
empresa,
dependiendo
de
la
actividad
a
la
que
se
dedica
así
como
el
sector.
El
punto
de
dimensión
óptimo
de
una
sociedad
es
aquel
en
el
cual
el
coste
unitario
de
producto
de
fábrica
sea
mínimo.