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El problema de la homosexualidad
¿problema sexual, político o humano?
Por analogía, es lo mismo que el problema de la virginidad ¿una mujer vale más o
menos por tener la membrana de marras? La respuesta correcta es la siguiente: en tanto
ser humano o que aspira a ser un humano pleno, dotada de cualidades y defectos, el
problema de la virginidad es irrelevante.
Y desde el ángulo humano, ellos como los heterosexuales, son seres que precisan
del afecto humano. Por tanto cualquier tipo de exclusión o represión o maltrato
psicológico o moral solamente conlleva a acentuar y negarles este derecho, que, como
en el caso de cualquier heterosexual, lleva a actitudes torpes, irracionales, agresivas,
absurdas, sicosomáticas, por carencia emocional. Ese derecho me parece
profundamente injusto negárselo socialmente a nadie en “nombre de...”
Desde el punto de vista de la experiencia histórica en los países socialistas o del ex-
sistema de los países socialistas, nosotros nos mantenemos en una posición en la cual se
ha de estudiar más intensamente la experiencia.
Por los casos que nos ha sido posible saber por medios diversos nos mostramos
completamente contrarios a las llamadas políticas de “reeducación”. No es otra cosa
que persecusión, humillación y carcelería, unida ciertamente a cualquier forma de
represión, exclusión o ‘guettización’ o a ser tratados o considerados dementes. Mucho
menos avalamos la justificación de cualquier forma de linchamiento físico, moral,
laboral, legal, político, militar, religioso, etcétera.
Ocurre de manera similar con el par que se ama. En el caso de guerra, según nuestra
lógica son buenos para el combate, porque el homosexual morirá junto a su par que ama
antes que dejarlo morir. Y sabrá valorar mejor a sus camaradas de combate,
afectivamente, si estos asumen su condición sin humillaciones, es decir, como un
camarada más en quien confiar su vida.
Estimamos a los homosexuales como a los heterosexuales aptos para cualquier tipo
de actividad, desde la actividad laboral, pasando por la militar y llegando a la clerical en
altos como medios y bajos cargos de la sociedad. Y como cualquier ciudadano en la
actividad laboral ha de tener sus derechos protegidos y no ser causa de cualquier tipo
de discriminación.
Es bastante claro que esta capa no va por el mundo pensando en seducir a medio
planeta, tal cual sí es fácil observar en los heterosexuales masculinos respecto al género
femenino.
Por el contrario hemos de abogar, como en el caso de la mujer, para que las
minorías homosexuales no sean presas de las tres cadenas que oprimen a la mujer:
Si asumimos al lumpen como aquel que no escatima medios para obtener lucros,
mecanismo que lo ha llevado a una conducta sistemática (o asistemática) y que
socialmente afecta en diverso grado, entonces, es difícil que se encuadre al
homosexual en esa categoría como capa social. No es improbable que actúen dentro de
esa capa filamentos que sí lo sean. Pero no es diferente a cualquier otra capa, sector,
estamento o clase social.
Por lo demás, la frontera entre usar medios socialmente admisibles para obtener
lucro y aquellos que no lo son, reitero, es una frontera que no existe más. El delincuente
de saco y corbata que especula en la bolsa ignorando por completo las consecuencias
sociales, practica, en términos generales, una conducta delincuencial y las universidades
están llenos de potenciales sociópatas. No es diferente en términos empresariales o
corporativos.
Aquí hay implícita la idea de que el homosexual, de una u otra manera, fomenta la
homosexualidad. Es probable que haya ejemplos y contraejemplos. Pero si ese fuese el
caso, las adopciones heterosexuales no están liberadas de problemas y también tienen
ejemplos y contraejemplos. Exhibir un contraejemplo como argumento para eliminar
una perspectiva, solamente lleva a exasperar su contraria.
Sin embargo así como puede ser eso cierto, no es menos cierto que también el
respeto por ellos, de los hijos por parte de éstos, es bastante claro. De hecho la ausencia
de referente masculino no conduce necesariamente a la delincuencia, homosexualidad,
drogadicción o prostitución, como aman los cristianos católicos meterle en la cabeza a
los infelices que caen dominados por sus ideas. El determinismo grosero que subyace
tras estas cuestiones es manifiesto.
En todo caso, más que horrorizarse por la existencia de homosexualidad, sería más
interesante desenvolver estrategias multilaterales apropiadas para evitar los altos
índices de violencia sexual contra niños. De lo cual se dice poco o nada.
Para lo cual se tienen que prohibir instituciones que fuerzan a sus miembros a ser
castos y célibes pero que han probado una larga hipocresía sexual en materia
homosexual, pederastía y abortos clandestinos. Tornándolos seres peligrosos para los
infantes.
Habría que denunciar a la iglesia por guardar silencio y proteger esas infamias. Sin
contar otros crímenes por los cuales tendrían que pagar socialmente, por ejemplo la
prédica para el no-uso de condón que estimula el crecimiento de enfermedades de
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Cuando se afirma que los niños que se desenvuelvan sin referente masculino,
entonces, devendrán homosexuales masculinos, es como fomentar la idea que si no
existe el referente femenino entonces las niñas serán necesariamente homosexuales.
[Sobre la transexualidad]
Incluso este tipo de problema hay que verlo con elasticidad porque el cambio de
sexo más que ser una causa es una consecuencia. Por tanto, la modificación legal de un
hombre para mujer o a la inversa, es un problema presente antes de cualquier cirugía. E
incluso no necesitaría de cirugía para solicitar su cambio de identidad.