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Pepe Pereza
Gsús Bonilla
Luisa Fernández
Eva Márquez
David Gónzalez
Jesús Suárez
Roberto Arévalo
Oscar Varona
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Estudió Relaciones Laborales y es Licenciada en Humanidades por
la Universidad de Córdoba. Ha desempeñado diversos trabajos.
Actualmente, es directora y editora de Groenlandia. Ha editado el
poemario “Bocaditos de Realidad” (Groenlandia, 2008). Ha
publicado en diversas revistas, digitales e impresas. Sus poemas
han sido traducidos al inglés, al catalán y al italiano. Ha terminado
sus dos próximos poemarios, “Material de Desecho” y “Píldoras de
Papel”, y está escribiendo el cuarto, “Yo soy lo que dicen mis
manos”. Tiene novelas y libros de relatos inéditos. Próximamente,
aparecerá en una antología poética.
Abriéndome la sesera
Me encuentro bien
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En el silencio de la noche (II)
Le lloras a la almohada
y a mí, en silencio.
¿O mi conciencia?
a la redención.
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El vecino
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Simplemente humana
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su piel, y me da igual si le hago daño con los dientes o le
araño hasta hacerle sangrar. Voy a cobrar lo que me debe, voy
a desgastarla hasta que me sienta compensada por esas
interminables noches de lágrimas y pesadillas, terribles
pesadillas en las que salía ella y su antiguo amante. Y cuando
termine, la dejaré ahí, para que llore, que suplique, que siga
mintiendo, que me increpe por ser tan mala persona por
desaparecer sin darle explicaciones: soy, simplemente,
humana. Como ella. La soledad ha ganado la batalla: mi
carne es debilidad. Pero mi orgullo, es indestructible.
El vagabundo
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dos veces. El alcohol, la mala vida y las peleas le fueron
degradando física y mentalmente. Debido a una infección de
encías, fue perdiendo dientes. Luego, se rompió la nariz al caerse
por unas escaleras y a los pocos meses, le vaciaron un ojo de un
botellazo. Ya no se parecía en nada a Robert De Niro, la gran
cantidad de cicatrices y golpes recibidos le habían deformado
tanto el rostro que cuando hacía sus imitaciones ya nadie
reconocía al actor en él y no le veían la gracia. Le siguieron
llamando DeNiro, más que nada, por la fuerza de la costumbre
aunque muy pocos se acordaban de que hubo un tiempo en el que
se pareció asombrosamente al gran actor. Un día apareció tirado
en un callejón con cinco puñaladas. Parecía la escena final de uno
de esos films sobre mafia italiana en los que De Niro siempre era
el protagonista.
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PEPE PEREZA
Jesús Bonilla Mansilla (Badajoz, 1971). Artista – poeta, “cuentista” e ilustrador -
autodidacta. Miembro fundador de la Asocación Cultural “La Vida Rima”.
Coordinador de la revista literaria “Al otro lado del Espejo”. Colabora en
revistas y fanzines como “Es hora de embriagarse con poesía”, “Delirio”, “Pro-
vocación”, “Cruce de Caminos”, “Shiboleth”, etc. Aparece en la antología
“Bukowski Club, Jam Session de poesía 06/08”.
La bestia
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son capaces de experimentar bajo la luz tenue de una lámpara,
envueltos con la sábana, cubriéndose el rostro, hasta la nariz,
sin apartar la vista del haz de luna que atraviesa los orificios de
la persiana y traspasa el cristal impoluto de la ventana.
GSÚS11
BONILLA
Escritora (de novelas, cuentos, microrrelatos), poeta, dibujante e ilustradora.
Ha publicado en diversas revistas, digitales e impresas. Ha obtenido varios
premios por sus textos. Tiene tres poemarios inéditos y cuatro novelas. Está
comenzando la siguiente y no descarta la posibilidad de crear un libro de
relatos.
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Servicio de Compañías S.A
Yo asentí.
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- Me manda la agencia… - le informé intentando ser coherente,
mientras ella asomaba sus pechugas, insinuante, por el escote de
su picardías negro- He traído lo acordado… - dije, señalando la
maleta - Ya sabe, los billetes y mi equipaje.
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minucioso a la hora de darme los detalles exactos de sus
encuentros con Madame Crusoe. Es un tanto excéntrica. Yo me
limito a seguirle la corriente. Es sólo cuestión de mentalizarse.
Cuando termino me doy una ducha, y listo. Pero yo no me veía en el
papel. Había algo en la anciana que no acababa de convencerme.
Seguro que era ese lunar con pelos en la barbilla que parecía
cobrar vida cuando ella se me acercaba. “¿Estás bien armado?”,
me susurró, ajena a mis conjeturas mientras sentía en mi
entrepierna una de sus manos como un cepo de huesos.
“Tómame, Ambrosius, soy toda tuya…” A esas alturas, el
gramófono había terminado de desgranar los últimos acordes del
tango y producía un sonido arañado. Ella, dejando caer los
tirantes de su combinación, caminaba de espaldas hacia una de
las habitaciones con gestos calibrados, hasta desaparecer tras el
quicio de una puerta. Desde allí me llamaba “Anbrooosiuuus…
Ambrooosiuuus…” con un toque musical. Yo cogí la maleta y fui
a su encuentro. Una vez en la habitación, y con madame Crusoe
en todo su esplendor sobre la cama, cual pastelillo en un anaquel
de escaparate, saqué las esposas, la mordaza, el látigo, y el
verdugo de cuero tachonado. Mientras me lo ponía, ella sacaba
la lengua como una viborita siguiendo un rastro de feromonas, y
tiró de mis pantalones. El velcro cedió con facilidad a la presión
de sus manos. ¡Chico malo, Ambrosius, malo, malísimo! Me
susurraba con lascivia. Y fue cuando no aguanté más. Saqué el
arma de la maleta, apunté y apreté el gatillo. Fue tan rápido que
ni ella se percató de que aquel revolver no era parte del atrezo.
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Sentí maullar desde el salón. Al poco, vi cómo un esbelto gato se
encaramaba de un salto al cadáver de madame Crusoe y lamía la
sangre que había comenzado a manar del pecho de la anciana.
Era Atila, un siamés tan viejo como su dueña. Lo reconocí de la
foto que Peláez llevaba en la maleta. Fui a la cocina, cogí un
cuenco y lo llené de leche. El minino la lamió con verdadero
deleite. Aquello lo consideré un gesto de última y postrera
voluntad hacia Peláez que dijo haberle cogido cariño al bicho.
Como si él, antes de “suicidarse”, me hubiese hecho heredero de
todos sus secretos contenidos en su maleta.
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LUISA FERNANDEZ
Luis Amézaga (Vitoria, 1965). Colabora en diversas revistas literarias, así
como en distintas antologías de relatos y poesía. Autor de “El Caos de la
Impresión” (Madrid, Vitrubio), “A Pesar de todo… adelante” (Canarias, Baile
del Sol), “Dualidad: onda\particula” (Premio Literario Café Mon 2008), “Bolsa
de Canicas” (premio de la Revista Literaria Katharsis 2008), “El Gotero”
(Revista Groenlandia) y “La mitad de los cristales”, escrito de forma conjunta
con el poeta Adolfo Marchena.
Vivir alegremente
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un desencanto, masticar el triunfo de lo etéreo. El
literato quiere escribir un libro más, el último; un
orgasmo forjado con lupas cristalizadas. Pero
siempre se dice y se plantea lo mismo. Como un
ludópata que se engaña; “esta será la última partida”.
La moneda que traicionó la historia.
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Primavera
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Día de todos los santos
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LUIS AMÉZAGA \ ADOLFO MARCHENA
Poeta, madre, trabajadora, y, sobretodo, mujer. Ha participado en
diversas revistas y fanzines, en papel y digitales, como Cinosargo, Cruce
de Caminos o Groenlandia. Tiene un blog donde muestra sus poemas.
El otro lado
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de nuevo al columpio
puede que llegues a ese día
puede que no,
la niña vieja
que yace en mí
quisiera comenzar
de cero en
cada viaje
diario.
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Condicional AmorOdio
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te amaría por siempre, por ser el hombre - mito
perfecto sin defectos por descubrir,
te amaría, para siempre y serías
el protagonista del sueño de mis pesadillas
ese verbo inventado, me causaría
una extraña dolencia, cuya rara cura
solo existiría en aquél vago sueño
que generase la divagada ficción
convertida en hombre carne y hueso
y fuera capaz,
de tentarme,
de calentarme,
de naufragarme,
y en mitad de la tormenta, sin esfuerzo
pudiera mirarle a la cara, y decirle
que ya no deseo probar su
dulce caramelo ...
EVA MARQUEZ 24
Gijón, 1964. Ha publicado los poemarios “El demonio te coma las orejas”, “El
amor ya no es contemporáneo”, “Ley de Vida”, “Ojo de buey, cuchillo y tijera”,
etc. Ha participado en diversas antologías (“Antología de Poetas en Platea”,
“Poemas para bacterias”, “Vida de Perros”, “Poesía para nadie”, “Golpes”, etc).
Sus poemas han sido traducidos al inglés, portugués, alemán, árabe y búlgaro.
“Loser” es su último poemario.
Poema de “Loser”
Sombra de ojos
porque se marchaba
al entrar te cachean
te desnudan delante
de un guardia de seguridad
y te miran las heridas
y los hematomas
le recuerdo exultante
con el pelo mojado
en la sala de fumadores
porque se marchaba
por la mañanas
mujeres desnudas
sonámbulas por los lavabos
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mujeres desnudas
a las que empujaban
a las duchas
con una esponja
previamente enjabonada
vacas en el matadero
y de noche
a esperar por los pijamas
con elástico
por favor
gracias
le recuerdo exultante
con el pelo mojado
en la sala de fumadores
porque se marchaba
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me dejó una rosa
en un vaso
en mi habitación
porque se marchaba
estaban prohibidas
tajantemente prohibidas
las relaciones personales
en el hospital psiquiátrico
DAVID GONZÁLEZ
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El resto del camino
a veces ocurre.
no me preguntes
ni cómo
ni por qué
pero lo cierto
es que ocurre:
me quedo parado
en mitad de la celda
mirando fijamente
las baldosas del suelo,
sin reconocerlas
ni reconocer en ellas
los
pasos
perdidos
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(Madrid, 1982). Licenciado en Filosofía por la Universidad Complutense de
Madrid. Durante varios años establece su residencia en Córdoba, donde
participa con la editorial “La Bella Varsovia”. Ha publicado poemas en revistas
como “El Coloquio de los Perros”, “Radicales Libres”, “Poesía Salvaje”,
“Narradores”, El laberinto del Torogoz”, “Bar Sobia”, etc. Es creador, coordinador
y colaborador de la distribuidora de literatura libre “Shiboleth”. Ha publicado
“Manual de Instrucciones” (Poesía eres Tú, 2008)
Definitivamente me olvido
del orden biblioteconómico
y arrastro por dentro
mi peculiar caos de letras.
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Poema de “Manual de Instrucciones”
Arruinado el verso
Sólo queda el poeta
Y se le hace pesado
pensar
En su sueño de mármol.
Arruinado el poeta
Sólo queda la letra
Y se le hace pesado
escribir
En un mundo tan raso.
JESUS
30SUAREZ
Madrid, 1983. Apasionado de las letras. Ha publicado nueve
novelas gracias a Bubok, destacando una trilogía que está a punto
de concluir. Participa en un certamen quincenal de relatos de
dicha página de autoedición, promovido por los propios usuarios,
para editar una futura recopilación de los mejores. Hasta la fecha,
participa en ese proyecto con dos de sus relatos. Es uno de
nuestros nuevos habitantes.
Veinticinco días
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Él ya la daba por perdida. Era mucho el tiempo que llevaban juntos
y ya estaba acostumbrado a este periodo. Y aunque procuraba ser
más detallista, más cauteloso con comentarios que la pudieran
herir, su marido ya optaba por lo práctico, dejando que la pena de
su mujer pasase como lo hacía un resfriado, con el uno de febrero
volvería todo a la normalidad. Pero para ella era diferente. Cada
año el mismo pensamiento le atormentaba, el mismo sentimiento de
culpabilidad emergía y sólo podía hacer una cosa: Recordar sin que
nadie supiera lo que pasaba.
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Nunca volvió a sentir por alguien lo que sintió por Matías, ni
siquiera por su marido, y durante estos veinticinco días, ella vivía
su Vía Crucis personal rememorando esta Pasión hasta su más
amargo final. Y era extraño, porque por un lado se sentía feliz al
poder recordarlo, triste al verse sin él, y culpable por sentirse
infiel, aunque sólo fuese de pensamiento. Su marido era un hombre
bueno y gentil, y se merecía alguien que le profesase los mismos
sentimientos que él daba. Y sin embargo ella, durante esos
veinticinco días, volvía a estar con Matías dentro de su
imaginación.
Con los años confió que los hijos llenasen ese vacío, que
desbancasen a Matías de su corazón para poder ser libre de sus
sentimientos. Pero esto no sucedió. Ni con marido, ni con hijos.
Siempre recordaría a Matías. Hasta que, llegado un momento,
María asumió esta condición de amante desdichada, y cuando
acababa la Navidad, se sumergía en sus pensamientos
cautelosamente. Al menos tenía esos días, tristes, pero bonitos al
mismo tiempo.
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María disculpándose por su torpeza. Cual fue la sorpresa para ella
cuando sus ojos descubrieron a Matías.
Había tanto de qué hablar, tantas cosas que contarse... y mucho que
preguntar. Pero, por más que necesitaba saber por qué se fue de
repente, María se quedó embelesada con las aventuras que le
contaba Matías, olvidando formular la pregunta que tantas veces le
había atormentado.
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volver a pasar por el altar con el mismo final, y desde entonces
había proseguido con una vida muy ajetreada donde hoy estaba en
un lado y mañana en otro.
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Y aunque apenas profundizó en su explicación, María entendió sus
palabras. Había bastado una sola mirada para abandonarse,
poniendo en riesgo todo lo que tanto trabajo le había costado crear.
Era tal admiración la que sentían mutuamente, que estar juntos
solo podía provocar su desgracia y su autodestrucción, y por
primera vez lo comprendió. Se levantó de la cama, se vistió y le dio
un fuerte beso de despedida.
ROBERTO ARÉVALO
36 MÁRQUEZ
Óscar Varona es un escritor que nadie piensa que lo sea; un
bibliotecario que no se siente como tal; un perdedor... de tiempo que
ha publicado un libro de relatos titulado "Trémolo"; un bicho raro que
ha publicado algunos relatos en sitios tan dispares como Argentina,
Estados Unidos y España; un fumador enfermizo que nació en Madrid
hace 36 años y que no ha visto mucho mundo todavía.
Desvaríos
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acostarle en mi cama. La expresión de terror que se reflejaba en
su rostro no desapareció en ningún momento. Mi padre vio a la
muerte aquel día, en plena celebración de mi octavo
cumpleaños, y sólo dos meses después, volvió a encontrársela
para abrazarla definitivamente.
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Hace algún tiempo que estoy pensando en escribir al mismo
tiempo que me desangro abriendo mis muñecas vírgenes, como
si fuese una eyaculación más propia de los místicos que de un
personaje de tres al cuarto venido a menos que algunas veces se
cree escritor. Sin duda sería mi mejor texto e incluso es posible
que vea a Jesucristo, con su barba resplandeciente y una
sonrisa infinita en sus labios todopoderosos. Puede que tenga
visiones del más allá y desaparezca en una especie de cuarta
dimensión con olor a naftalina. A lo mejor así consigo alejar
fantasmas y que los estudiantes analfabetos me lean.
¿Qué mujer?
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en su lectura y que levanta la vista de vez en cuando para
observar lo que hago. Escribo. Sé que resulta provocador,
incluso enfermizo que alguien escriba en público, o que
directamente escriba. Lo sé. ¿Quién demonios me creo para
intentar hacer leer mis pensamientos a los demás? La
imaginación ha muerto. En realidad, todos estamos muertos.
Veo libros a mi alrededor, auténticos testamentos de gente
solitaria que creía en lo que hacía. ¿Cuántos habrá que no
hayan tenido la misma suerte, cuyos textos murieron el mismo
día que su autor? No lo sé. Mejor ni pensarlo. Al menos, vuelvo
a escribir.
40 VARONA
OSCAR
SUPLEMENTO GROENLANDIA NÚMERO CINCO
INDICE
Ana Patricia
Abriéndome la sesera (poema) 3
En el silencio de la noche II (poema) 4
El vecino (relato) 5
Simplemente humana (relato) 6
Pepe Pereza
El vagabundo (relato) 8
Gsús Bonilla
La bestia (relato) 10
Luisa Fernández
Las sombras de tu herida (poema) 12
Servicio de Compañías S.A (relato) 13
Eva Márquez
El otro lado (poema) 21
Condicional AmorOdio (poema) 23
David Gónzalez
Sombra de ojos (poema) 25
El resto del camino (poema) 28
Jesús Suárez
Sin título (poema) 29
Sin título (poema) 30
Oscar Varona
Desvaríos (relato) 4137
SUPLEMENTO DE GROENLANDIA NÚMERO CINCO (Agosto \ Noviembre 2009)
Han participad o en este número: A na Patricia Moya Rodríguez, Pepe Pereza, Gsús Bonilla, Luisa Fernández ,
Luis Amézaga, Adolfo Marchena, Eva Márquez, David González, Jesús Suárez, Roberto Arévalo Marquez, Luis
Sevilla, Álvaro Guijarro, Alejandro Serna Rodríguez y Ju an José Romero. Las fotografías pertenecen a Juan
José Romero (portada, contraportada, páginas 7, 11, 16, 18, 22, 28, 36 Y 40), Luis Sevilla (páginas 2 y 42),
Alejandro Serna Rodríguez (páginas 5, 24, 26) y Álvaro Guijarro (páginas 9 y 29).
Todas las obras – relatos, fotografías y poemas – pertenecen a sus respetivos autores. Todos los contenid os
de esta publicación, desde el número cero, están protegidos. Este suplemento \ especial se presenta junto a su
revista de número correspondiente. Groenlandia expresa que, para proteger nuestra cultura, es esencial
proteger las ideas originales de sus autores porque las mismas son un trabajo de imaginación y esfuerzo
únicos. Groenlandia aboga por la total libertad de expresión sin censuras.
Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos de esta publicación en cualquier medio. Esta
publicación forma parte de la Revista Groenlandia número cinco. Todas las obras, desde el número cero, están protegidas.
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DEPÓSITO LEGAL: CO-686-2006
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